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Desvirgando a mi sobrino

Hace unos meses tuve que ir de viaje a San Luis Potosí, por motivos de trabajo, sin embargo como eran razones laborales, mi esposo se quedó en casa cuidando a mis hijos, por mi parte, yo tengo una prima que vive allá, así que decidí irme a quedar en su casa el tiempo que iba a estar en el estado, para ahorrar un poco de dinero.
Me encontraba en la casa de mi prima, Vanessa. Mi prima vivía sola con su hijo Memo. Se había separado de su marido un par de años atrás. Hizo un buen arreglo de divorcio y se quedo con una gran casa, a la que solía ir de vez en cuando, pero está vez iba a vivir ahí por un tiempo.

No recuerdo como salió el tema, pero estábamos hablando de mi sobrino Memo. Vanessa me decía que estaba con las hormonas a full, que ya lo había encontrado un par de veces masturbándose, que se pasaba toda la noche viendo pornografía, y demás situaciones.

Le dije que era normal, que ya se le iba a pasar.

No creo que se le pase solo, he escuchado conversaciones con sus amigos de que está buscando la manera de contratar una prostituta para experimentar y eso no me gusta, hasta que no tenga relaciones va a estar así me dijo mi prima.

Lo siguiente que dijo, me hizo reír a carcajadas. No te animas a darle lo que está buscando, me dijo.

Me resultó muy gracioso, pensé que era broma, pero lo había dicho en serio, no lo sé, tal vez era como de chiste.

Es mas, nosotras perdimos nuestra virginidad con un primo mayor. Dijo Vanessa.

Era verdad, es una historia que ya les contaré.

Estas loca, dejate de joder. Le dije.
No tienes idea lo caliente que esta por ti, hasta le encontré un par de tangas tuyas en su cuarto, y ni te cuento como las había dejado, aparte he encontrado mensajes con amigos hablando de tí y fotos tuyas en su computadora.

La verdad era que había perdido dos tangas, una blanca y otra roja. Pensé que se había mezclado con la ropa de mi prima cuando llegué a ir a su casa, pero ví que sirvieron para deslechar a mi sobrino.

No te parece que va a ser muy rara la situación. No te incómoda para nada, digo es tú hijo? Le pregunté. Yo si estaba un poco incómoda, que digo poco, mucho y más porque mi prima me estaba pidiendo cogerme a su hijo, pero a su vez cachonda sabiendo que mi sobrino me deseaba, todo esto parece mentira, pero no lo es.

Te soy honesta, prefiero que se saque las ganas contigo, a que vaya con una puta que le pegue alguna enfermedad. Además va a tener su primera vez con una mujer hermosa y quien te dice que lo disfrutes también. Me dijo Vanessa.
Era un buen punto. Era un chico bastante inocente y no me lo imaginaba en esos lugares de mala muerte buscando sexo. Dejame pensarlo, a lo mejor me animo, no se, puede estar bueno probar algo así. Dije.

Hagamos esto, mañana los dejo solos, y si se da bien y si no, no tuvo que ser, que te parece? Me preguntó mi prima.

Porque no? vemos que pasa. Respondí.

Esa noche cenamos los tres. Miramos un poco la televisión y Memo fue a su cuarto temprano.

Ya debe estar masturbándose. Dijo mi prima.

No seas mala, y nos reímos las dos. La verdad es que pensé lo mismo.
Nos quedamos hablando un buen rato. Sin darnos cuenta ya eran las 3 de la madrugada. Disfrutaba mucho pasar tiempo con mi prima. Me llevaba 9 años, pero siempre fuimos muy compañeras y nos contábamos todo. Lamentaba no pasar mas tiempo con ella. Un poco la distancia y el trabajo no me dejaba visitarla tan seguido.

Antes de acostarme, decidí depilarme mi vagina. Hacía casi 2 meses que no tenía sexo. No tenía muchos vellos, pero me gusta tenerla completamente depilada para tener sexo. No sabía que haría, pero mejor estar preparada.

Pensaba depilármela con cera, pero mi prima ya se había acostado, por lo que fui al baño, busque una maquinita de afeitar. Había una en el botiquín, debía ser la de Memo.

Llené la bañera con agua caliente, solo un poco para ablandar mis vellos, me puse crema de afeitar en la zona, esperé unos 5 minutos, y me pasé la maquinita con mucho cuidado. Repetí la afeitada, y deje mi vagina bien suavecita. Mis pequeños labios se veían a la perfección.

Limpié el baño y me recosté. Leí un par de páginas de un libro y me quedé dormida.

A la mañana siguiente me despertó un mensaje del celular.
Era mi prima que me pasaba el teléfono de línea de la amiga por si necesitaba algo, ya que se encontraba algo alejada de la ciudad y no tenía buena señal de telefonía móvil. No la había escuchado irse.

Me levanté de la cama, me puse una bata y fui a la cocina a desayunar. Me hice un par de tostadas y bebí un jugo de naranja.

Tome una ducha larga, como acostumbro a la mañana. Una ducha promedio dura 15 minutos. Me sirve para terminar de despertarme.

Ya en mi habitación, abrí mi mochila y revisé que ponerme. La idea era tomar sol y meterme un rato en la alberca. me puse un bikini, corpiño y tanga roja, que eran del mismo juego. No sabía si mi sobrino me iba a ver pero si lo hacía, estaba segura que le iba a gustar.

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En el jardín, me acomodé la mi bikini que ya me quedaba bastante apretada, me metí la tanga lo mas que pude dentro de mi cola, quedaba casi como una tanga cola less, me recosté sobre una toalla, boca abajo a unos 5 metros de la habitación de mi sobrino. Asegurándome que tenga una muy buena vista desde su ventana.

No pasaron ni un par de minutos, que sentí como se levantaba la persiana de Memo, muy lentamente, su intención era que no lo oyera, pero era una persiana vieja de madera, que era imposible no escucharla.

No paraba de pensar en mi sobrino masturbándose conmigo. Me excitaba y me daba morbo la idea. Sumado a que por temas laborales, no había tenido tiempo para tener relaciones en casi 2 meses, me hizo mojar de solo imaginarlo en su habitación, con su miembro en la mano pensando en su tía.

Le di media hora para que vea a su tía con la tanga bien metida en su cola. El sol estaba fuerte y me gusta cuidarme la piel, por lo que me levanté y me tiré a la piscina, solo me quedé unos minutos, ya que estaba helada el agua, y con mi cuerpo tan caliente por el sol me iba hacer mal el cambio de temperatura.
Sequé mi cuerpo y fui a mi habitación. Me puse un short rosita ajustado, y un top blanco de encaje que me llegaba hasta el ombligo.
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Prendí la televisión del living esperando que Memo aparezca, pero nunca vino. Bueno, espere solo 20 minutos, estaba algo ansiosa de saber que iba a pasar.

Decidí ir a visitarlo. Golpeé su puerta y tardó en responder.
Ya voy, esperame, me dijo.

Me sonreí, pensé por dentro, que estará escondiendo.

Tardó varios minutos en abrir.

Apenas lo vi, lo abracé, me aseguré de pegar mi cuerpo con el de el, sobre todo mis pechos contra su pecho.

Como anda mi único sobrino, le pregunté, sin dejar de abrazarlo.

Todo bien tía. Me quedé toda la noche con internet, recién me levanto. Me dijo Memo.

Pude ver como había levantado la persiana, unos 25 o 30 cm. Tenía vía libre para ver en primer plano la cola de su tía.
La habitación era de unos 5 x 5 metros. Tenía una cama de plaza y media. Al lado un escritorio con una computadora, que estaba prendida. Ropa tirada por todos lados, era un desorden total, pero lo normal de su edad. Lo que mas me llamó la atención fue el olor a encierro, era como un ambiente con poca ventilación, le gustaba encerrarse y hacer sus cosas, y creo que lo había ayudado bastante esa mañana.

Me dejó sola tu madre, y estaba aburrida, te molesta si te hago compañía? Pregunté.

Si, claro, quedate, no estoy haciendo nada. Me dijo.

Me senté en los pies de la cama, y me crucé de piernas. El short era muy corto por lo que podía ver casi toda mi pierna.

Se sentó en la cama con las piernas cruzadas, y la espalda contra el respaldo de la cama. Podía verme en primer plano. El top me quedaba algo ajustado y tenía mis pezones muy duros, y sin corpiño, se marcaban completamente.

A propósito miraba para otro lado y giraba rápidamente mi cabeza hacia mi sobrino y lo atrapaba mirándome fijamente, y nerviosamente miraba hacia otro lado. Lo atrapé tres veces.

En un momento agarró una almohada y se la puso entre la entrepierna. Aguantó poco me dije.

Me prestas la almohada, le dije.
Para? contestó.

Le vas a negar la almohada a tu única tía? muy bien, ya me vas a pedir algo, contesté.

Sin darle tiempo estiré el brazo y le saqué el almohadón de golpe.

Quedó expuesta, la gran erección que tenía Memo.

Se puso tan colorado, me miró con mucha vergüenza, sin decirme nada.

Sentí ternura y una excitación como nunca me había pasado. No recordaba haber experimentado algo así.

Perdoname, le dije, y fui a abrazarlo, asi como estaba. No te preocupes, es normal lo que te pasa.

Me arrodille en la cama frente a Memo, y le dije: Dejame ayudarte con esto, yo me encargo. Todo fue muy precipitado, pero pues la verdad ya estaba excitada

Tenía un pantalón corto de fútbol azul con rayas blancas, se lo saqué, luego le bajé el boxer negro y quedó con su miembro completamente erecto. No me miraba a la cara, tenía la mirada fija para el costado de la cama.
Empecé a acariciarle los muslos con mis manos, fui subiendo de a poco, acaricié sus huevos, los apreté un poco, estaba muy traspirado. Vi un miembro de unos 18 o 19 cm, bien duro, de muy buen grosor, bien venoso. Apenas agarré su pene, se estremeció, su cabeza se fue para atrás y cerró los ojos. Con mi mano derecha empecé a masturbarlo, se lo sujetaba con fuerza, mi vagina empezaba a mojarse, sentía como salían mis jugos vaginales.
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Mi sobrino estaba por explotar, jadeaba, gemía, temblaba, sudaba, parecía que estaba por tener un ataque, largó un gemido, que parecía de sufrimiento, de placer, de éxtasis, estaba por correrse, acerqué mi boca a su miembro, apenas mi lengua toco la cabeza de su pene, estalló en mi boca, un chorro de leche tibia salto hacia mi garganta, traté de tragarla toda pero eyaculó con mucha violencia y una cantidad brutal de semen.
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Tragué gran parte pero una buena parte de leche manchó mis labios y mentón. Me dio una arcada de todo el semen que había tragado. Nunca había tragado semen. Siempre me acababan en la boca y luego lo escupía. Pero ame tragar el semen de mi sobrino.
Memo quedó, jadeando recostado contra el respaldo de la cama, con las piernas abiertas.

Aproveché a limpiar toda la leche que había salido de mi boca, pase mi lengua por su pene, huevos y muslos, lo deje bien limpio.
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Me recosté a su lado y le pregunté si estaba bien.
Asintió varias veces con la cabeza.
Me quede acariciando su pecho, con dulzura, apoyé mi cabeza contra su hombro.
Gracias, gracias, me dijo de la nada.

Fue un placer, estuviste increíble. Le dije.

Puedo verte desnuda? preguntó Memo.

Le sonreí y salí de la cama. Me paré a su lado, y me saque el top. Luego el short. Te gusta le pregunte.

Eres demasiado hermosa, me masturbé tantas veces pensando en ti, no puedo creer lo que paso.

Yo tampoco, le dije, y nos reímos.

Queres tocarme? le pregunté.

Si, si, me dijo.
Tomé su mano derecha y la acerqué a mi vagina.

Comenzó a tocarla, con suavidad, al principio con las yemas de sus dedos rozaba mis labios vaginales. Luego sus dedos en encontraron mi orificio, y empezaron a penetrarme, primero fue un dedo, luego dos y finalmente tres, me penetró con sus dedos. Lo hacía bastante bien, me estaba devolviendo la gentileza. Tuve que apoyarme con mi mano contra la pared, mis piernas se doblaban de placer.

Pude ver que su pene estaba erecto nuevamente.

Le vas a llenar la conchita a tu tía de leche? pregunté.

Si, si, siiiiiiiii, dijo.

Me subí a la cama, puse mis rodillas a cada lado de su cuerpo, con mi mano derecha agarré su miembro, froté con su cabeza mi clítoris, y finalmente la puse en la entrada de mi vagina.

Dejé caer mi cuerpo, y su pene, me penetró completamente, hasta el fondo, mis nalgas tocaron sus muslos, grité de placer, gemí, lo sujeté por sus hombros, y empecé a montarlo, una y otra vez, subía y bajaba, su pene entraba y salía, me recorría por dentro, era delicioso sentir ese pene venoso dentro mi vagina. Los dos gemíamos de placer, nos gritábamos.
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Tía, tía, tía, no puedo mas, y se vino adentro. Me inundó de leche, podía sentir esa leche tibia, tratando de salir de mi vagina, no paré de montarlo, mis nalgas chocaban con mas fuerza sus muslos, una y otra vez, no podía parar, finalmente, me quedé sin aire, todo se me puso negro, me sentí mareada, y con un grito de por medio de liberación, me corrí sobre el miembro de mi sobrino.
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Hubo silencio. Me dejé caer sobre su pecho. Recuperé el aire y lo besé. Chocamos nuestros labios, y metí mi lengua en su boca, nos besamos unos minutos y nos recostamos en la cama, el me tenía abrazada, mientras yo estaba recostada en su pecho, con una pierna sobre el y acariciando sus pectorales, en ese momento, yo era su mujer, mi vagina estsba escurriendo, una mezcla entre mis fluidos y su semen saliendo de ahí, yo seguía besándolo como su fuera mi novio. Totalmente exhaustos.
Estaba tan exitada por esa escena, los dos desnudos, sudados, con nuestros cuerpos pegados y besándonos.

Continúa....

10 comentarios - Desvirgando a mi sobrino

Seraron25
🤤 muy caliente la situación
taxilibre
Q lo pario nunca tuve una tia así gracias por compartir te sigo espero más +10
24975
Excelente relato 🔥🔥❤️❤️❤️❤️
juanpymdq
Sos la de la foto en la que estas en bikini rojo y en tu top y short de encaje? Sos una putita eso me encanta