Para los que no leyeron la Parte 01, les dejo el link en seguida:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5593464/Mi-Excompanera-Religiosa-Parte-01.html
Como les conté en el relato anterior, Violeta fue mi primera vez. Y pronto descubrí que era mas calenturienta que yo. Bastaba un pequeño manoseo o una broma en doble sentido para hacer que se prendiera y hasta tomara la iniciativa.
Varias veces la llegue a ver yendo a la iglesia con todo el atuendo de una mujer devota, su vestido largo y bien cubierto, con su velo sobre su cabello y una biblia en la mano, y ver el cambio que daba cuando se ponía caliente me fascinaba.
En una ocasión me quede tarde viendo una película en la sala, y en algún momento simplemente decidí que dormiría ahí, en el sillón. A la mañana siguiente me desperté por el ruido de mis padres saliendo de casa, era fin de semana e irían a algún mandado, no recuerdo, el caso es que decidieron no despertarme, pero desperté al escuchar los murmullos junto con la puerta cerrándose.
Simplemente seguí acostado, cuando de pronto escucho movimiento en la cocina. Era Violeta, estaba moviendo algunas cosas y al ver que me levanté, se acercó y me dio los buenos días. Yo me volví a recostar y al acercarse, hice un poco de espacio y en señas le pedí que se sentara junto a mi.
Mi mente pensó rápido y le pregunté, se fueron todos al mandado? a lo que contestó que sí, y mientras me preguntaba por que me quedé dormido en la sala, dirigí mis manos a sus piernas y comencé a acariciarla.
No hagas eso, tus papás pueden volver, decía mientras yo llevaba mi manoseo hacia su trasero y le daba un beso en el cuello. Ay... no hagas eso, es casa de tus padres, decía mientras con manos agiles desabrochaba su brasier pellizcando un poco el broche en su espalda. Nos van a descubrir, decía mientras su respiración se entrecortaba por la calentura que sabia estaba surgiendo en ella.
Tengo un plan, le dije, No necesitas quitarte la ropa, solo levanta un poco tu falda. recorrí un poco la tela y ella obedeció rápidamente, quitándose sus pantis y dándomelas al no saber donde colocarlas. eran blancas, con florecitas azules, tibias y con una ligera mancha de humedad ya saben donde...
Así acostado como estaba, saque de mi short mi pene que ya estaba por todo lo alto, se le iluminó la cara en una sonrisa al verlo y me dijo, ya lo tiene así??... mientras se mordía el labio sabiendo que no nos detendríamos...
Siéntate en mí, le pedí, a lo que recorrió por completo su falda hasta su cadera y tomando mi pene lo acomodó donde debía ir.
Estas muy húmeda, te calienta hacerlo aquí donde pueden verte si abren la puerta?... Y me respondía, no sé, hacerlo aquí está mal, y al mismo tiempo intercalaba un gemido o un -Que ricooo!!... Me encantaba ver como llevaba el ritmo, cabalgándome de lado, apoyando sus manos en sus piernas o en el sillón para mantener el ritmo. En un punto escuchamos un ruido fuera de la casa y se levantó de golpe, algo roja de la cara y con pequeñas gotas de sudor en su frente y caminó con paso acelerado hacia la cocina mientras acomodaba su falda velozmente... No era nadie regresando a casa, solo algún vecino haciendo ruido afuera o algo así, y pude ver el alivio en sus ojos y su risita coqueta surgió cuando levanté mi mano y le mostré su ropa interior. Guarda eso, lo van a ver si alguien se asoma... me decía mientras se acomodaba el sujetador. No te preocupes, le contesté, no viene nadie, mis papas tardarán en regresar...
Yo sabia que era poco probable que regresaran pronto así que iba a aprovechar esa mañana para hacer algunas travesuras.
Voy a seguir limpiando, no me interrumpas. Decía con una sonrisa en la cara, mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia la tarja de la cocina. Debo terminar algunas cosas...
De espaldas, podía ver su trasero, y el saber que no tenia ropa interior debajo me calentaba sobremanera.
Me levanté, caminé hacia ella y puse mi mano en su cintura, al sentirme llegar de repente se estremeció y vi como le fallaron un poco las rodillas. Sabia que estaba en el punto donde cualquier roce, cualquier beso, la hacia temblar y ya no había marcha atrás.
Comencé a bajar mi mano a su hermoso trasero, mientras ella volvía a pedir entre gemidos que me detuviera. Sin levantar su falda, presioné mi pene contra su trasero mientras besaba su cuello y mordía sus hombros, jugueteando con ese par de senos que me encantaban.
Ella comenzó a respirar fuertemente y al momento que le pregunté, quieres que te lo meta, su respuesta solo podía ser: Siiiii...
Levanté su falda dejando su trasero a mi completa disposición, ella sola se inclino sobre la tarja mostrándome el lugar donde quería que lo pusiera...
Tu solita, le dije, y tomando mi pene con sus manos, lo dirigió a su vagina y lo metió poco a poco, sintiendo como cada centímetro entraba en ella.
Como les he dicho en el post anterior, cuando se calentaba, se perdía en la lujuria, comenzamos a hacerlo como animales. La embestía con todas mis fuerzas mientras ella me exigía que la cogiera así, duro, que la jalara del cabello, que la tomara a la fuerza. Recorrimos toda la cocina, primero ella inclinada sobre la tarja, después la levante y senté sobre la barra mientras me introducía entre sus piernas, después se recostó en la barra y levanté sus piernas para tener una hermosa vista de su vagina siendo penetrada, luego me recosté sobre el piso y ella me montó, ella no paraba de decir, nos van a ver, alguien se va a dar cuenta... Así que alimenté su calentura diciéndole, van a ver que rico coges; Vas a hacer que se les antoje este lindo trasero, y la nalgueaba: Muestrales tus ricos pechos, le decía mientras los masajeaba y jugaba con sus pezones; Te encantaría tener público verdad? quieres que te coja frente a todos... Con cada frase su vagina me apretaba y mi pene ya estaba nadando de lo húmeda que estaba. A cada frase respondía que no, pero a la vez cerraba los ojos y sonreía con una cara de pervertida que me encantaba. Me excitaba demasiado verla excitada.
Su orgasmo me dejó una marca por la fuerte mordida que me dio en el hombro mientras sus espasmos ocurrían. Yo todavía no había terminado, pero ya no podía más. Cuando se recostó sobre mi y comenzó a besarme, le pedí que se arrodillara para darle mi leche en la cara. Ella, ya sumisa por el cansancio y el éxtasis, sin chistar, se hincó frente a mi y comenzó a chupar mi pene, no tardé nada en correrme, dejando caer una parte de mi semen en su boca y otra en su mejilla.
Todavía en esa posición, tomé un papel y la limpié, la ayudé a levantarse y a acomodarse la ropa, nos besamos un poco y le pregunté si le había gustado, a lo que, entre risas, me respondió que si, pero ahora estaba muy cansada y no había terminado el quehacer. jajajaja, deja te ayudo entonces...
Nos apuramos y comenzamos a ordenar todo, y entre risitas de complicidad le pregunté. Violeta, como es que te encanta tanto hacerlo, no te reconozco si te comparo con la tu que va a la iglesia.
A lo que me responde, pues es que me encantas, mi primera vez no fue muy bien, pero tu sabes como tratarme. Aunque también puede ser que sea de familia, cuando nos juntamos mis primas y yo siempre platican cosas de sexo, desde chicas nos contábamos de todo, así que siempre tuve curiosidad; y aunque mi primera vez no fue muy buena, las siguientes que experimenté si, me dejé llevar. Pero eso si, solo con mi pareja. (No quise preguntar de cuantas parejas hablábamos. jajaja)
Y me confió que yo le daba la seguridad para explorar cosas nuevas, y así lo hicimos, explorarnos hasta mas no poder. Con ella aprendí a cuidarme y a cuidarla, tantas veces lo hicimos, la mayoría con protección, y nunca nos pasó ni un descuido ni "accidente".
Nos atrevimos a hacerlo en una camioneta en movimiento con mas personas a bordo, mientras fingíamos dormir; la masturbé en un ciber mientras una amiga veía videos y nosotros estábamos parados detrás de ella. Me hizo sexo oral lento por casi una hora mientras yo conducía de noche, con dos amigos "dormidos" en los asientos traseros después de que ella dijera que tenia sueño y que se recostaría en mis piernas para no reclinar el asiento sobre el que iba detrás. Lo hicimos en la regadera, en el coche, en la playa, en una alberca, en la sala, en la cocina, en el patio, en un baño publico, en el cine. Lo curioso de todo es que la ultima vez que lo hicimos fue la primera vez que lo hicimos en una cama... Nunca lo habíamos hecho en una cama. Después de eso me tuve que mudar porque me fui a la universidad por lo que terminamos. Lo siguiente que me pasó fue lo del primer relato que les compartí, de la vecinita. jajajaja
Aquí termina este relato, tal vez es real, tal vez es ficción, no creo sea necesario especificarlo.
Espero lo hayan disfrutado. En unos días subiré otra historia, aunque también me gustaría conocer sus anécdotas o experiencias con mujeres "religiosas" en los comentarios.
Nos vemos.
http://www.poringa.net/posts/relatos/5593464/Mi-Excompanera-Religiosa-Parte-01.html
Como les conté en el relato anterior, Violeta fue mi primera vez. Y pronto descubrí que era mas calenturienta que yo. Bastaba un pequeño manoseo o una broma en doble sentido para hacer que se prendiera y hasta tomara la iniciativa.
Varias veces la llegue a ver yendo a la iglesia con todo el atuendo de una mujer devota, su vestido largo y bien cubierto, con su velo sobre su cabello y una biblia en la mano, y ver el cambio que daba cuando se ponía caliente me fascinaba.
En una ocasión me quede tarde viendo una película en la sala, y en algún momento simplemente decidí que dormiría ahí, en el sillón. A la mañana siguiente me desperté por el ruido de mis padres saliendo de casa, era fin de semana e irían a algún mandado, no recuerdo, el caso es que decidieron no despertarme, pero desperté al escuchar los murmullos junto con la puerta cerrándose.
Simplemente seguí acostado, cuando de pronto escucho movimiento en la cocina. Era Violeta, estaba moviendo algunas cosas y al ver que me levanté, se acercó y me dio los buenos días. Yo me volví a recostar y al acercarse, hice un poco de espacio y en señas le pedí que se sentara junto a mi.
Mi mente pensó rápido y le pregunté, se fueron todos al mandado? a lo que contestó que sí, y mientras me preguntaba por que me quedé dormido en la sala, dirigí mis manos a sus piernas y comencé a acariciarla.
No hagas eso, tus papás pueden volver, decía mientras yo llevaba mi manoseo hacia su trasero y le daba un beso en el cuello. Ay... no hagas eso, es casa de tus padres, decía mientras con manos agiles desabrochaba su brasier pellizcando un poco el broche en su espalda. Nos van a descubrir, decía mientras su respiración se entrecortaba por la calentura que sabia estaba surgiendo en ella.
Tengo un plan, le dije, No necesitas quitarte la ropa, solo levanta un poco tu falda. recorrí un poco la tela y ella obedeció rápidamente, quitándose sus pantis y dándomelas al no saber donde colocarlas. eran blancas, con florecitas azules, tibias y con una ligera mancha de humedad ya saben donde...
Así acostado como estaba, saque de mi short mi pene que ya estaba por todo lo alto, se le iluminó la cara en una sonrisa al verlo y me dijo, ya lo tiene así??... mientras se mordía el labio sabiendo que no nos detendríamos...
Siéntate en mí, le pedí, a lo que recorrió por completo su falda hasta su cadera y tomando mi pene lo acomodó donde debía ir.
Estas muy húmeda, te calienta hacerlo aquí donde pueden verte si abren la puerta?... Y me respondía, no sé, hacerlo aquí está mal, y al mismo tiempo intercalaba un gemido o un -Que ricooo!!... Me encantaba ver como llevaba el ritmo, cabalgándome de lado, apoyando sus manos en sus piernas o en el sillón para mantener el ritmo. En un punto escuchamos un ruido fuera de la casa y se levantó de golpe, algo roja de la cara y con pequeñas gotas de sudor en su frente y caminó con paso acelerado hacia la cocina mientras acomodaba su falda velozmente... No era nadie regresando a casa, solo algún vecino haciendo ruido afuera o algo así, y pude ver el alivio en sus ojos y su risita coqueta surgió cuando levanté mi mano y le mostré su ropa interior. Guarda eso, lo van a ver si alguien se asoma... me decía mientras se acomodaba el sujetador. No te preocupes, le contesté, no viene nadie, mis papas tardarán en regresar...
Yo sabia que era poco probable que regresaran pronto así que iba a aprovechar esa mañana para hacer algunas travesuras.
Voy a seguir limpiando, no me interrumpas. Decía con una sonrisa en la cara, mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia la tarja de la cocina. Debo terminar algunas cosas...
De espaldas, podía ver su trasero, y el saber que no tenia ropa interior debajo me calentaba sobremanera.
Me levanté, caminé hacia ella y puse mi mano en su cintura, al sentirme llegar de repente se estremeció y vi como le fallaron un poco las rodillas. Sabia que estaba en el punto donde cualquier roce, cualquier beso, la hacia temblar y ya no había marcha atrás.
Comencé a bajar mi mano a su hermoso trasero, mientras ella volvía a pedir entre gemidos que me detuviera. Sin levantar su falda, presioné mi pene contra su trasero mientras besaba su cuello y mordía sus hombros, jugueteando con ese par de senos que me encantaban.
Ella comenzó a respirar fuertemente y al momento que le pregunté, quieres que te lo meta, su respuesta solo podía ser: Siiiii...
Levanté su falda dejando su trasero a mi completa disposición, ella sola se inclino sobre la tarja mostrándome el lugar donde quería que lo pusiera...
Tu solita, le dije, y tomando mi pene con sus manos, lo dirigió a su vagina y lo metió poco a poco, sintiendo como cada centímetro entraba en ella.
Como les he dicho en el post anterior, cuando se calentaba, se perdía en la lujuria, comenzamos a hacerlo como animales. La embestía con todas mis fuerzas mientras ella me exigía que la cogiera así, duro, que la jalara del cabello, que la tomara a la fuerza. Recorrimos toda la cocina, primero ella inclinada sobre la tarja, después la levante y senté sobre la barra mientras me introducía entre sus piernas, después se recostó en la barra y levanté sus piernas para tener una hermosa vista de su vagina siendo penetrada, luego me recosté sobre el piso y ella me montó, ella no paraba de decir, nos van a ver, alguien se va a dar cuenta... Así que alimenté su calentura diciéndole, van a ver que rico coges; Vas a hacer que se les antoje este lindo trasero, y la nalgueaba: Muestrales tus ricos pechos, le decía mientras los masajeaba y jugaba con sus pezones; Te encantaría tener público verdad? quieres que te coja frente a todos... Con cada frase su vagina me apretaba y mi pene ya estaba nadando de lo húmeda que estaba. A cada frase respondía que no, pero a la vez cerraba los ojos y sonreía con una cara de pervertida que me encantaba. Me excitaba demasiado verla excitada.
Su orgasmo me dejó una marca por la fuerte mordida que me dio en el hombro mientras sus espasmos ocurrían. Yo todavía no había terminado, pero ya no podía más. Cuando se recostó sobre mi y comenzó a besarme, le pedí que se arrodillara para darle mi leche en la cara. Ella, ya sumisa por el cansancio y el éxtasis, sin chistar, se hincó frente a mi y comenzó a chupar mi pene, no tardé nada en correrme, dejando caer una parte de mi semen en su boca y otra en su mejilla.
Todavía en esa posición, tomé un papel y la limpié, la ayudé a levantarse y a acomodarse la ropa, nos besamos un poco y le pregunté si le había gustado, a lo que, entre risas, me respondió que si, pero ahora estaba muy cansada y no había terminado el quehacer. jajajaja, deja te ayudo entonces...
Nos apuramos y comenzamos a ordenar todo, y entre risitas de complicidad le pregunté. Violeta, como es que te encanta tanto hacerlo, no te reconozco si te comparo con la tu que va a la iglesia.
A lo que me responde, pues es que me encantas, mi primera vez no fue muy bien, pero tu sabes como tratarme. Aunque también puede ser que sea de familia, cuando nos juntamos mis primas y yo siempre platican cosas de sexo, desde chicas nos contábamos de todo, así que siempre tuve curiosidad; y aunque mi primera vez no fue muy buena, las siguientes que experimenté si, me dejé llevar. Pero eso si, solo con mi pareja. (No quise preguntar de cuantas parejas hablábamos. jajaja)
Y me confió que yo le daba la seguridad para explorar cosas nuevas, y así lo hicimos, explorarnos hasta mas no poder. Con ella aprendí a cuidarme y a cuidarla, tantas veces lo hicimos, la mayoría con protección, y nunca nos pasó ni un descuido ni "accidente".
Nos atrevimos a hacerlo en una camioneta en movimiento con mas personas a bordo, mientras fingíamos dormir; la masturbé en un ciber mientras una amiga veía videos y nosotros estábamos parados detrás de ella. Me hizo sexo oral lento por casi una hora mientras yo conducía de noche, con dos amigos "dormidos" en los asientos traseros después de que ella dijera que tenia sueño y que se recostaría en mis piernas para no reclinar el asiento sobre el que iba detrás. Lo hicimos en la regadera, en el coche, en la playa, en una alberca, en la sala, en la cocina, en el patio, en un baño publico, en el cine. Lo curioso de todo es que la ultima vez que lo hicimos fue la primera vez que lo hicimos en una cama... Nunca lo habíamos hecho en una cama. Después de eso me tuve que mudar porque me fui a la universidad por lo que terminamos. Lo siguiente que me pasó fue lo del primer relato que les compartí, de la vecinita. jajajaja
Aquí termina este relato, tal vez es real, tal vez es ficción, no creo sea necesario especificarlo.
Espero lo hayan disfrutado. En unos días subiré otra historia, aunque también me gustaría conocer sus anécdotas o experiencias con mujeres "religiosas" en los comentarios.
Nos vemos.
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