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Fantasia de una sissy pt2

Un día al salir de la universidad, él me dijo que me tenía una sorpresa esperando en su casa así que fuí hasta ahí ya sin miedo porque conocía muy bien. Me recibió con un beso y un ramo de flores, amé ese detalle con todo mi corazón. Me hizo pasar y me llevó hasta su cuarto, su cama estaba llena de pétalos de rosa. Se puso detrás de mí y me quitó los pantalones, mientras él lo hacía yo me quité la camisa. Quedé desnuda delante de él como tantas veces más lo había estado, completamente a su merced. Él tomó la copia de la llave de mi jaula que se había dejado para sí mismo y me liberó de mi castidad. Se veía contento con el resultado y gentilmente jugó un poco con mi penecito. Después me sonrió y me mostró un regalo que tenía escondido, era otra jaula, pero esta mucho más pequeña. Me alegré muchísimo de verla y él contento me la puso con sumo amor y nos repartimos las llaves. La nueva me recordó lo que se sentía que me oprimieran ahí, pero eso me alegró, pronto vería más progreso. Después sacó más regalos que tenía escondidos en la habitación, se trataba de maquillaje, vestidos, ropa femenina y ropa interior. Me dijo que me los probara y rápido fuí al baño para maquillarme lo mejor posible. Cuando conseguí algo decente y provocador, me cambié y empecé a modelar lo mejor que pude. Él se veía muy contento de cómo usaba los vestidos, las faldas, los brasieres, los crop tops, etc. Finalmente me quedé sin nada más que probarme y desnuda me fuí hasta la cama, me senté mientras veía como se quitaba la ropa. Desnudo se acercó a mi.
Fantasia de una sissy pt2

Su pene era negro, de casi 30 cm de largo (prácticamente mi antebrazo) y con una circunferencia quizá de 15 cm en su parte media porque se achicaba levemente en la punta la cual era de un café un poco más claro. No era recto, sino que se doblaba ligeramente a la izquierda después de la mitad y por toda su extensión estaba cubierto de venas, grandes y pequeñas. Sus testículos eran grandes y muy pesados. Esa imagen fue una nunca podré sacar de mi mente, nunca podré superar el asombro que su miembro me produce y ese estupor es lo que mantiene como una perra hipnotizada cada que lo tengo de frente. Esa imagen que un día se robó mi mirada pronto invadió mi ano, y por más estrecho y por más resistencia que intentó imponer, no pudo resistirse. Todo mi cuerpo lo anhelaba por más que lo rechazara. Entró en mí y con el tiempo aprendí a recibirlo. Y cuando gentilmente su punta apretó contra mis labios no resistí y lo dejé entrar, sentí toda su inmensidad casi robándome el oxígeno, quitándome el espacio. Lo abracé con mi paladar, lo acaricié con mi lengua y sentí su amor cuando saboreé su semen. Me tiré de espaldas contra la cama y abrí las piernas, él entró y yo se lo concedí, pero como todavía es demasiado para mi lo apreté demasiado, cosa que a él lo enloquece. Cambiamos de posición, salté sobre él, él se empujó contra mi, chocaron nuestras pieles y nuestros labios se encontraron, sonidos fueron lanzados, gritados, gemidos, disfrutados, emociones fueron liberadas y energía deshecha. Cuando sentí que todo llegaba a su cenit, él se liberó de mi y masturbandose fuertemente acabó sobre mi clítoris. Los dos estábamos exhaustos, pero aún así nos metimos al baño. Me explicó que se había corrido encima mío porque quería marcarme como su pertenencia, demostrar su dominio y supremacía, yo lo ví como algo lindó y le sonreí. Pasé la noche ahí y dormimos desnudos.
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Como habrás notado querido lector de esta increíble historia, al inicio me refería a mi misma como hombre, pero desde que él me cogió me he ido lentamente mencionando como mujer. Esto es pues que desde el primer momento en que sentí su duro y negro miembro hacerse camino por entre mis cavidades y adentrarse tanto como su magnifico y larguísimo pene le permitió fue un momento decisivo en mi vida. En un primer instante solo pude sentir dolor e incomodidad,pero cuando él logró moldear mi ano a su grueso pene pude disfrutarlo y mientras estuvimos conectados, juntos en uno solo, conectados como piezas de un rompecabezas fue como si el mentransmitiera y sembrara en lo profundo de mi cuerpo la verdad de mi identidad. Fue poco después de las demostraciones de ropa que le hice que empecé con mi terapia hormonal. Fueron un proceso con más complicaciones de las que esperaba, pero después de un tiempo en estas y practicando otras cosas que hacen las mujeres trans, logré feminizarme muchísimo más de lo que era antes, ahora tengo las caderas más anchas, un culo más grande, muslos más gruesos, una espalda más femenina, una cintura más fina, una cara más linda y el pecho se me levantó un poco. También ha sido un largo camino con las jaulas, pero después de un año finalmente estaba cumpliendo mi sueño de usar una jaula plana. Estaba sumamente feliz, tenía un cuerpo de mujer, me cuidaba y arreglaba con los cánones que pide esta subcultura sissy, tenía un macho encantador, un pene pequeño. Pero aún así él y yo sentíamos que todavía podía progresar más para ser una mujer por completo. Así que decidimos que me castraría, fue una decisión difícil y el día de la cirugía yo estaba aterrada, pero él estuvo ahí apoyándome. La cirugía resultó un éxito y una de las mejores decisiones de mi vida. Al principio me hicieron falta, pero me alegraba ver que cada vez más me alejaba del hombre que nunca pude ser. La ausencia de mis pequeños testículos hizo que mi penecito se achicara aún más de lo que podía imaginar, y como ya no tenía su antiguo refugió se empezó a esconderse hacía adentro de mi cuerpo. Supe entonces que debía de cumplir uno de mis más grandes objetivos: Llevar la castidad hasta el final y conseguí una jaula invertida para que mi microscópico clítoris se ocultara dentro de mí y desapareciera de una vez por todas. Hace un par de semanas tomamos la decisión de unos implantes de senos. En la actualidad me siento una mujer completamente plena, cada día me maravillo de mi propia imagen, me siento como una modelo, como una mujer, salvo por un pequeñito detalle casi imperceptible. Por desición de los dos decidimos que me no me haría una cirugía de reasignación de sexo y nos quedamos contentos. Mi cuerpo cambió mucho sí, pero el sexo con él siguió siendo igual de increíble, o un poquito más, me sentía realizada cumpliendo con mis objetivos de sissy, él solía referirse a mí así, o con el apodo de puta, por mi parte yo siempre me refiero a él como papi o con apodos más cursis. Desde que cambié mi aspecto, empezamos a salir más seguido y él no tenía miedo de mostrarme como su novia, yo estaba encantada claramente. Me presentó a varios de sus amigos, todos ellos también negros, fuertes, altos, y todos ellos me veían con una sonrisa de lascivia. Una de mis mayores fantasías era ser cogida en una gang bang, pero nunca se lo dije por miedo a que él se pusiera celoso y enojado, total ya le había jurado que yo solo sería de su pene. Un día de repente, como solía hacer las cosas, me dijo que los chicos me habían visto muy guapa, les explicó que no era completamente una mujer, pero a ellos no les molestó y me preguntó que qué opinaba, le dije que realmente me interesaba la idea. Él escribió algo en su teléfono y en menos de diez minutos ya habían llegado sus amigos. Me confundió lo repentino del suceso pero rápido me incorporé. Todos se bajaron los pantalones demostrando sus grandes y negros penes. Se reunieron en círculo alrededor mío y antes de darme cuenta estaba rodeada de penes a escasos centímetros de mi cara. Mi instinto actuó rápido y tomé dos de ellos con las manos y otro con la boca. Me excitaba tanto tener a varios machos masturbarse frente a mí, deseosos de mí. Traté de atender a todos, pero eran demasiados. Yo estaba de rodillas hasta que de repente siento un par de manos en mis caderas, era mi macho que me ponía en cuatro para darme. Seguí atendiendo a los que tenía enfrente mientras él me atendía a mi por detrás. Quedé suspendida en el aire agarrándome de los penes de los que tenía al lado. De un pronto a otro sentí como por detrás me metían otro pene mientras tenía al de mi papi dentro, me dolía mucho, pero ellos siguieron hasta que los dos pudieron entrar. Cuando finalmente me dieron me tiré de bruces contra el piso y grité del dolor. Eran tantos y todos querían un poco de mi que terminaron peleándose porque no cabían todos. Me quedé tirada en el piso en tanto que ellos discutían. Resolvieron al final que harían fila y me lo meterían uno a uno. me pusieron contra una pared y empezaron. Todos terminaban muy rápido para no hacer esperar a los demás y hacer más peleas. Él último fue mi macho, él se dió el permiso de durar mucho más y tirándome en su cama me dió con todo. Los demás empezaron a darme por donde podían, uno me mamaba las tetas y el otro tanteó jugar con mi jaula. La fiesta siguió un buen rato más. Terminé llena por dentro y por fuera de semen y completamente contenta. La dinámica se ha vuelto a repetir de vez en cuando, en una ocasión mi macho y un amigo decidieron hacer un juego: Jugarían piedra papel o tijeras, el que perdí tenía que correr hasta un punto y volver, el que ganaba me podía usar hasta que el otro volviera. Lo hicimos en un parqueo en pleno día. Tardamos bastante hasta que por racha el amigo pudo venirse. Mi macho estaba tan molesto por perder que me dio durísimo detrás de una tienda.
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Hace poco decidimos abrir varias cuentas porno y nos convertimos en actores, no esperábamos que nos fuera tan bien, pero los ingresos han sido inmensos. Así ha sido mi vida estos últimos años, estoy completamente feliz, nunca pude haber imaginado la vida que estoy viviendo es como un sueño del que no despierto. Amo al hombre que me ha cambiado la vida, un completo macho que me a su misma vez me ama. Amo mi nuevo cuerpo, soy una mujer ahora, y quiero alentar a todas las chicas sissies que estén leyendo esto a perder el miedo y aventurarse a cambiar. Después de varios meses ya no ví necesario usar más ninguna jaula, mi clítoris está completamente hundido y se ve precioso. Sé que ustedes también quieren tener un macho como el mío así que recuerden: depilarse completamente todo el cuerpo, ni un solo pelo; estar siempre dispuestas a recibir el pene de un macho sin importar donde y hacer todo lo que ellos digan; mantengan sus clítoris siempre flácidos, nunca van a poder complacer a una mujer así que no vale la pena seguir fingiendo que le pueden llamar a eso pene, encierrenlo y ya de pasó desháganse de sus testículos, solo genera más despreciable testosterona como un inutil intento por fingir ser un hombre, además no hay muchas sissies sin ellos y se ven preciosas 😉
Así que ya saben chicas, esos fueron unos pocos consejos, mucha suerte.
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