Vecino pervertido 2

Yo estaba exhausta, seguía acostada boca abajo, completamente desnuda, sentía mi vagina palpitar y con un ardor insoportable, todavía mi cuerpo no reaccionaba, mis lágrimas brotaban de mis ojos, mientras recorrían mis mejillas.

Yo estaba asqueada y molesta, pero mi cuerpo muy excitado con ganas de más pito, estuve ahí acostada como 30 min recuperándome, hasta que regresó Tito, ya regresé putita y traje un poco de aceite de coco para tú culito.
Su verga a pesar de estar flácida, se veía enorme, estaba llena de pelos y venida, con esa cabezota predominante.
Se acostó a lado de mi y empezó a jugar con mis nalgas mientras yo estaba acostada, las acariciaba y a veces daba pequeñas nalgadas.


Algunas caricias eran muy suaves y otras parecía que quería arrancar mis nalgas, agarró su miembro y empezó a masturbarse, mientras se ponía encima de mi y con la otra mano escupió y puso su saliva en mi culito, se agachó y empezó a chupar mi colita, parecía un perro con esas lamidotas, lo sabía hacer muy rico, a pesar de estar muy cansada y desesperada, sentía descanso cuando metía su lengua en mi anito.


Parecía que quería meterse dentro de mí, sentía su cara entre mis nalgas, intentando entrar más profundo y a veces con sus manos abría más mis nalgas para que su lengua pudiera llegar más profundo.
Después de un buen rato devorando mi culito, se incorporó de nuevo me tomó de la cinturaz levantándome un poco y me dijo, ponte de perrito que quiero ver como se te abren esas nalgas, él lo metió entero en mi vagina de nuevo, sentí una fuerte punzada en el vientre, pero yo ya estaba mojada del round anterior, así que entro sin problema, hasta el fondo.
Me estuvo dando un buen rato así en esa posición, sus embestidas eran muy duras, me estaba taladrando con una fuerza inminente, parecía que me quería partir en dos, el dolor ya era muy presente en mi vagina, igual que los gemidos que ys no podia contener, que se volvian gritos de dolor combinados de placer.



hasta que lo saco y me dijo, que rico ano me lo quiero comer, de una vez le dije NO de un solo grito con las fuerzas que me quedaban, ya lo había hecho algunas veces por ahí, pero con ese gran miembro me iba a destrozar y más con su cabezota.
El de una respondió cállate que todas las mujeres lo hacen y además para eso eres una puta. Yo intente darme la vuelta, pero me tomó de los brazos y me azotó, él se acostó sobre mi dejándome inmóvil, le echo solo un poco de saliva y un poquito de aceite de coco con mucha paciencia empezo a meterla de poco a poco, intercalando con más escupitajos y untando aceite de coco en su falo, afortunadamente lo frío de saliva me calmaba el pequeño dolor de su pene expandiendo mi entrada, hasta que porfín la pudo meter entera, a pesar de sus intentos por ser lo más sutil posible, la verga de Tito desgarró mi culo con cada centímetro que me introducía, pues intentaba lubricarla, pero no era suficiente, pero mis gritos y plegarias no parecía compadecerse del dolor que yo estaba experimentando, al contrario parecía exitarle mis caras de sufrimiento y mis gemidos.




Después de quedarse un rato inmóvil dentro de mí culito empezó a hacer el mete saca, con el paso del tiempo, el dolor todavía era inmenso, se convirtió en placer y los gritos en gemidos de pura excitación, algo que el tuvo que evitar un poco tapandome la boca con su mano o hundiendo mi cara por momentos contra la almohada, hasta que el empezó a decir que pronto se iba a correr.




Después de un rato soportando sus embestidas desenfrenadas en mi culito sentí un dolor inmenso que jamás había pasado en mi vida, yo solo pegaba gritos de dolor y me dijo cállate o te tapo la boca con cinta, me puso una almohada para que la mordiera y soportara el dolor. Pasaron unos dos minutos, pero la verdad para mi fueron horas, ya que las arremetidas eran muy duras, le suplicaba que parara pero no me hizo caso, yo seguía intentando no gritar, pero era imposible, el mientras seguía rompiendo mi culito se reía de mi y decía no que muy chingona e inalcanzable te creías, ahora me estás suplicando perra y estas llorando por como te rompo las nalgas, me excitan tus gritos y tus gemidos de perra en celo siendo violada.
El dolor me hizo clavar las uñas en el colchón, pero había algo muy morboso en ese sufrimiento, algo que me hacía gemir tanto por la angustia como por el placer.

El exclamó me quiero venir adentro de tí, y si ya estaba jadeando de excitación de que ya estaba al borde de darme su semen, se empezo a correr adentro de mi ano, alcance a cerrar los ojos cuando empecé a sentir sus chorros de semen dentro de mí culito y como me llenaban por dentro, Y así lo hizo, haciendome sentir completamente llena con sus fluidos dentro de mÍ.




El se tiró sobre la cama y tomó su celular, se puso detrás de mí y me tomó una foto para luego enseñarmela.
Mira putita, así te quedó tu culito, todo lleno de lechita, cómo merecen las putitas. Mi culito estaba dilatado por el enorme tamaño de su pene y se percibía la leche que salía de mi culo hasta vaciarme.

Yo estaba ya muy adolorida, sentía mi vagina y mi culito con mucho ardor, mi respiración estaba muy agitada y estaba muy cansada, el se levantó y me dijo para que veas que no soy egoísta, yo ya me corrí varias veces adentro de ti y afuera de tu, pero tú no has tenido orgasmos, así que te voy ayudar mi putita.
Me cargó y me puso boca arriba, acostada en mi cama y separó mis piernas, se colocó a lado de mi y empezó a masturbarme.
Metió su mano entre mis piernas y empezó a dejarme, la verdad es que tenía una habilidad para eso que me estaba haciendo sentir mucho placer, no podía contener mis gemidos aunque yo quisiera, eso a el le causaba morbo y risa porque me decía y pensar que te crees mucho y ahora estás llena de mi leche y con mi mano adentro de tu panocha puta y sumisa ante mí, así siguió un buen rato.



Estuvo picandome la vagina como 10 minutos, la forma en que lo hacía era muy rica, pero muy agresivo, parecía que quería meter toda su mano en mi panochita, siguió con los movimientos, hasta que mis mejillas se empezaron a poner rojas y con gritos de placer me empecé a correr a chorros de tan rico que me lo había hecho.





Después de terminar de picsrme la colita, se levantó de la cama y se empezó a vestir, me miró a mi acostada en la cama y me dijo gracias por está noche putita, me encantó romperte tu culito, coges muy rico, lastima que haya tenido que violar te, porque me hubiera encantado que me cabalgatas y me pegarad unos buenos sentones, pero ya vendré otro día a violar te de nuevo, se acercó a mí y me dió un beso en la boca, metiendo su lengua en mi boquita. Tomó una foto mía abierta de piernas y se fué.
Yo me quedé ahí acostada con las piernas abiertas, mi vagina al descubierto, sí alguien más entraba tenía fácil acceso a mi vagina y a violarme, todavía no tenía fuerza para levantarme, sólo pedía que no llegaran todavía mis papás porque me encontrarían completamente abierta y sucia.
Después de unos 15 minutos aproximadamente empecé a recuperar mi fuerza, con el culo relleno de su semen y adolorida, me levanté con las pocas que tenía me levanté y fuí al baño, cuando llegue y me ví en el espejo, me sorprendió y me excitó lo que ví.
Ahí estaba yo completamente despeinada, con el maquillaje completamente escurrido por todo mi rostro, que hacía contraste con el color rojo de mis mejillas como testigo de mi orgsdmo, tenía como tipo costras de semen en mi carita y en mis pechos del primer round, mis tetas mostraban razgos de chupetones en la parte cerca del pezón y a las afueras, como mi tez es blanca y es bastante sensible, tenía marcadas las manos de tito en mi cintura de como me había agarrado, mis nalgas también tenían la forma de sus manos de las nalgadas que me había propiciado, tenía bastantes marcas de la violada que Tito me había puesto.
Tomé un poco de papel de baño y al pasar un poco de papel por mi ano sentía un ardor horrible y el papel salió con rastros de semen y manchas de sangre proveniente de mi culito abierto, me acerque a un espejo de cuerpo completo que tengo en mi baño y me agaché para revisarme mis partes íntimas la verdad mi panocha estaba roja hinchada y muy adolorida. Me había dado una de las mejores culeadas de mi vida por la vagina, aunque haya sido violación, me había gustado, pero mi ano no, me dolía muchísimo, mi abdomen también tenía mucho dolor, parecía que me había empalado por el culo, atravesando todo a su paso, seguí revisando mi culito en el espejo y todavía se apreciaba dilatado y entre mas lo abría, más semen salia de ahí y a veces combinado con sangre.
Salí del baño y me vestí, por lo regular siempre para dormir uso tanga, pero ese día por el dolor, sólo me puse mi pijama de shorts, sin ropa interior y me fuí a la cama repleta de dolor por todos lados, pero antes de acostarme, tuve que cambiar mi sábanas, porque estaban empapadas de mis fluidos, grscias a mi orgasmo, también había manchas de semen y algunas manchas de sangre también, así que las cambie porque eran muy notorias al ser la sábana blanca y mis papás se darían cuenta.


De tan cansada que estaba ya no supe a qué hora llegaron mis papás y mi hermano, hasta el otro día que me levanté para la escuela, mi culito me seguía doliendo intensamente y mi vagina igual, aunque en menor magnitud, me salí de la cama para meterme a bañar y al quitarme el shorts para bañarme me percaté que habia sangre en el y no era por estar en mis días, provenia de mi culito que me habían roto a vergazos.
Salí de bañarme, me arreglé, el baño apaciguó un poco el dolor, pero aún así estaba muy adolorida, me puse un vestido por dos razones, la primera, estaba toda rosada de mi panochita y si usaba un pantalón me iba a lastimar y en segunda porque me ardia mi culito y el pantalón me iba a incomodar, así que me puse mi vestido y para ir más cómoda ese día no me puse ropa interior, sólo tenia que tener cuidado en la escuela de no enseñar de más y así me fui a la escuela, todo el día me la pase con ese dolor de culo intenso tras ser violada y sometida