Teresa regresa a su casa como un ladrón, haciendo pasos de gato para que nadie la escuche con los tacos en sus manos, ropa limpia prestada de Ofelia y su ropa manchada de semen en una bolsa de plástico.
Felipe dormía sereno seguro de la fidelidad de su esposa mientras está última, sin hacer ruido, esconde la bolsa bajo la cama y se acuesta a su lado.
-Teresa?
-Lo siento tesoro, no te quería levantar, te juro que nunca más va a pasar, es que con Sofía…
-No te preocupes tesoro, no importa. Te divertiste con tu amiga?
-Bueno…si. Mucho.
-Me alegro pero nomas que no sea tan seguidas estas noches de amigas porque me gusta irme a dormir con ti a mi lado. Teresa no se esperaba tanta paciencia y comprensión de parte de su esposo; estaba ya lista con una marea de excusas pero no fue necesario. La mujer se durmió pensando en cuanta suerte tuviera…en tener a un marido tan tonto.
En la mañana los ruidos de sus hijos preparándose para la escuela la despertaron.
Aunque si había dormido poco, apenas realizó que hora era, la madre de Pedro se precipitó a la cocina para cocinar pero donde solía estar ella haciendo el desayuno ahora estaba Felipe.
-Oh, buen día tesoro, lo siento, le dije a los chicos que no hicieran ruido para dejarte dormir pero ya sabes como son.
-Si…pero…disculpa por llegar tan tarde ayer, hoy, bueno deja que cocine yo el desayuno…
-No te preocupes tesoro, llegaste aquí en la madrugada, tendrás todavía mucho sueño.
-Amm si, pero…
-No peros mi amor, yo preparo el desayuno, tu ve a descansar o si tienes hambre cocinaré algo para ti también.
-Oh no gracias Felipe, comí tanto en casa de Sofía.
-Ok yyy que hicieron asta tan tarde?
La voz de Felipe no era de uno sospechoso y acusador si no de alguien realmente interesado y curioso.
-Oh nada de que, cenamos con su marido conversamos sobre nosotras, nuestras familias, le hable mucho de ustedes.
-Ah si? Nos vas a presentar a ella y a su esposo finalmente?
-No, no creo sea buena idea.
-Porque?
-Bueno, no creo sea buena idea conocer al esposo pero Sofía…talvez.
-Pero porque? Creía que a este punto ya habían resuelto las cosas entre ellos.
-No, bueno si. Es complicado. Ellos resolvieron sus problemas aparentemente pero esa noche el marido tomó muchas cervezas durante la cena y se emborachó para después terminar discutiendo con Sofía.
-Oh que pena.
-Si, por eso me quedé asta tarde; él se salió de nuevo de la casa y la pobre se quedó llorando casi todo el tiempo, pobrecita. No podía dejarla sola.
-Entiendo.
En ese momento llegan Pedro y Jonás para desayunar. Los cuatro se ponen a comer juntos como una familia feliz, al menos eso es lo que parecía de afuera pero la verdad era otra y el cartero que estaba pasando por ahí lo sabía. Él veía desde la ventana a esa familia tan alegre en la cocina donde primero estaba un hombre negro desnudo como si fuera su casa. Ahora pero estaban dos hijos, un esposo blanco y una esposa bellísima.
Hombre negro con pija enorme en la cocina, esposo blanco, esposa de infarto…El cartero hizo 2+2 y entendió lo que pasaba; no era difícil.
Teresa estaba cansada y de sueño después de la noche anterior pero con alegría saludó a sus dos hijos y a su esposo cuando salieron por la puerta de casa. Ella esperaba un mensaje de parte de su patrón así que se acostó a dormir con el celular en su mano recordando lo que hizo en esa mansión.
MIENTRAS…
Justo cuando el padre estaba para dejar a la escuela a Jonás este último se quejó diciendo que tenía un poco de dolor de estómago.
-Te duele mucho Jonás?
-No papá, soy valiente.
-Jaja si es verdad hijo, pero te sientes de ir a escuela?
-Si papá.
El valiente Jonás decide ir a la escuela. Pedro al contrario quisiera regresar a casa, no quería ir a su colegio, tenía miedo de Marcelo, de su banda y de la profesora. Si bien ya era tiempo que nadie de ellos lo pegaba, en él todavía estaba esa sensación de peligro y ansia cuando se acercaba a ellos. En estos últimos tiempos pero, también la profesora estaba de mal humor y lo ponía en dificultad más que a los otros y no sabía porque.
Juan trataba de consolarlo a su modo, como ese mismo día, pero cuando se acercaron a la banda de los amigos del bully, ellos se rieron. Estaban todos reunidos viendo algo en el celular de uno pero apenas pasó el pobre Pedro comenzaban las risas.
-Maricon!
-Que?
-Jajajaja
Rien aún más fuerte.
-Como esta tu mamá?
-Mi…mi mamá?
-Si, tu mamá. Esta bien?
-Si porque?
-No la notaste algo cansada?
Pedro no entendía el porqué de esas preguntas pero primero que respondiera uno de ellos le pegó un golpesito en el brazo de quien habló para recordarle de ser más discreto.
-Mi madre esta bien gracias. Ahora puedo ir?
-Si, si claro jaja.
Pedro y Juan se fueron a comer mientras el pobre chico se quedó medio confundido por lo que pasó.
-Tu sabes que fue eso Juan?
-No amigo, ni idea.
TRIIIIIN
Suena el celular de Teresa y ella de golpe se despierta y responde sin pensar.
-Hola?
-Buenos días señora, le llamo de la escuela de su hijo Jonás. El chico está con dolor de estómago y quiere que usted lo venga a recoger.
-Oh…
Dice Teresa con algo de tristeza pero no por su hijo si no porque esperaba que Marcelo fuera el que llamaba.
-Señora?
-Si, si entiendo, que pena perooo esta segura que no está fingiendo? Los niños, sabe como son.
La maestra de Jonás un poco sorprendida por las palabras de la madre se queda callada por un rato. Ella no sabía que la muy puta quería tenerse libre si porsiacaso el bully la llamaba.
-No señora, Jonás no está fingiendo, el no es el tipo que finge estas cosas.
-Jaja si es verdad. Bueno, ahora voy.
“Ajj que mujercita es mi hijo” pensó Teresa apenas colgó y inmediatamente se avergonzó de sí misma. Por un momento la desilusión que no fuera su amante y su calentura la volvieron en una madre desconsiderada. Eso fue algo que solo uno como Marcelo podía decir o pensar, no ella, jamás ella.
Teresa no tardó mucho en llegar. El pequeño Jonás estaba ansioso de verla y de ir a casa.
-Mamá, mamá, me duele la barriga.
-Lo se tesoro, lo se.
-Estas enojada mamá?
-No Jonás nomas…era necesario que me hagas llamar de la escuela?
Jonás se quedó callado por un rato, no sabía que decir, su madre no solía cuestionarlo de esa manera, normalmente ella lo besaba y le prometía que en poco tiempo ella lo haría sentir mejor.
-No mamá, la panza me duele mucho.
-Ajj ok, entonces quiero que te quedes en la cama ya que estas enfermo. No juegos, juguetes ni nada. Solo descansaras.
-Si mamá.
Dice Jonás algo triste.
-Te prepararé un…
PIIN
Llega un mensaje y está vez si era Marcelo. Teresa estaba muy apresurada yendo muy rápido asía la casa mientras su hijo observaba con diversión como el auto de su mamá superaba las otras en el mismo caminó. Al pequeño le vinieron ganas de jugar con sus autitos.
Teresa deja a su hijo en la cama y corre para meter agua para el mate. Apenas lo hizo miró la hora y se dio cuenta que ya había pasado mucho más tiempo de lo que pensaba así que corriendo nuevamente subió las escaleras y se puso a limpiar su cuarto matrimonial pero mientras estaba para regresar a la cocina se dio cuenta en que estado estaba. “Que desastre!” pensó.
Ella obviamente estaba preciosa pero ya que el bully estaba para llegar quería lucir lo mejor que podía. Una arregle a su cabello, un poco de lápiz labial y…
-El agua!
Teresa se apresta a ir a la cocina donde el agua ya estaba hirviendo. Pone el agua en la taza y después el mate y corre a elegir la ropa para cambiarse pero en ese momento.
DIING DONG
Suena la puerta de la casa. Era él. Ya estaba aquí. La mujer no tuvo tiempo de ponerse un vestido adecuado así que se puso una simple solera y unos shorts cortos que la habían regalado pero que nunca usó.
Y corrió a abrir pero justo cuando bajaba las escalares Jonás ya estaba delante la puerta alcanzando la manilla.
-JONÁS! ESPERA!
El hijo se asustó por la reacción de su madre.
-Estaban tocando la puerta mamá. Mucho, mucho.
-No importa, yo me ocupó de eso. Te dije que no salieras de la cama Jonás. Corre arriba, ahora yo vengo.
El pequeño obedece y Teresa finalmente abre la puerta.
-Porque carajo no abres perra? No me gusta esperar.
-Lo siento, lo siento es que mi hijo esta enfermo y…
-Hijo? Concha con lentes esta aquí?
-No, no, el otro.
Teresa se arrepintió no corregir a Marcelo por cómo había insultado a su hijo pero pensándolo mejor no había razón de hacerlo; no hiba a funcionar, pero lo mismo ella sabía que hubiera tenido que intentar por lo menos.
-Mmm…y es así como estas en tu casa normalmente?
-Si, digo no, es que…me puse lo primero que encontré…si me das tiempo me cambió y…
-No dije que no me gusta.
-Oh, jeje, gracias. Entonces le pido a la vecina que cuide de mi hijo y salimos.
-Salir? No dije que quería salir contigo de ni una parte.
-No? Yo pensaba......... Aquí?
-No sería la primera vez linda.
-Pero no se puede. Tengo mi Jonás en la casa, enfermo…
-Shhh
Marcelo la tapa los labios con su dedo.
-Sabes que no me gusta ser contrariado perra.
-Pero…
-La casa es grande.
El bully entra sin ser invitado recorriendo a Teresa como si nada.
-Tengo sed. Sírveme algo frío.
-Oh, ok.
Teresa abre una gaseosa y se la ofrece al joven que se había acomodado en el sofá del salón como si fuese su casa. Después de eso se dirige al cuarto de su hijo con el mate y el medicamento.
-Aquí esta Jonás.
-Quien era mamá?
-Nadie, nadie amor.
-Pero porque sonaba a la puerta?
-Era nomas un…amigo. Un amigo impaciente.
-Amigo?
Al pequeño no le gustaba esa palabra dicha por su mamá. No le gustaba el modo como lo había dicho aunque si no comprendía el porqué.
-De todos modos tesoro, quiero que te quedes en tu cama, tomes tu medicamento, el mate y por ninguna razón salgas de tu cuarto.
Notó la absoluta seriedad en la voz de su madre.
-Si mamá.
-Muy bien. Nos vemos mas tarde ok?
-Porque? Donde vas?
“Al paraíso” pensó ella.
-De ninguna parte hijo, solo nos veremos más tarde.
Teresa le da un beso en la frente y se dirige a la salida.
-Pero si tengo…
Teresa cierra la puerta con una cierta energía aunque si sabía que su hijo le tenía que decir algo. Estaba impaciente de comenzar.
-…que ir al baño?
Jonás termina de decir la frase cuando la puerta estaba cerrada.
El medicamento no tenía un mal sabor pero a él, lo mismo no le gustaba tomarlo.
Abajo la mamá de dos hijos, religiosa y casada estaba arrodillada en la alfombra muy costosa del salón mamando la verga del bully de Pedro.
Ya se había vuelto mucho más experta. Con las dos manos recorría el vergon de Marcelo con movimientos circulares y con su boca chupaba el glande llenándolo de saliva que caía en grandes cantidades sobre la alfombra. En ese momento Teresa no le importaba que se ensuciar o que fuese un regalo del difunto padre de Felipe.
GLUCK, GLUCK, GLUCK
Ahora la puta ya comenzaba a meter aun más la verga de su amo dentro de su boca.
-Uff…que bien la mamás perra.
-GLUCK, GLUCK, GLUCK
-Te estás volviendo de las mejores que he tenido.
Por una parte Teresa aprecio el alague de su macho pero por otra parte se pedía a querer otras se refería. La celosía comenzaba otra vez y con esa motivación Teresa comenzó a mamar con más energía.
-Aaah
Jonás se quemó un poco la lengua con el mate demasiado caliente. Nunca se había preocupado de ver si era demasiado caliente; su mamá solía advertirle de eso pero normalmente se lo daba tibio.
-Ojjj…Abre bien la boca perra. Ahora te doy de lo mío.
Una gran descarga de semen es disparada adentro de la mujer y después viene seguida por otras tres. Ella no podía tenerla toda en la boca así que comenzó a tragarla mientras un poco chorreaba por su mento.
La noche pasada tener todos esos hombres para ella fue algo terriblemente excitante pero por mas que le gustaron todas esas vergas, ni una podía competir con la de Marcelo. Un orgasmo provocado por sus dedos, si bien grande, no fue suficiente para aliviar su deseo. Le faltaba todavía una verga, una gran verga que le de un placer como solo él podía y finalmente ahora estaba para recibirla. Subiendo las escaleras Teresa iba primero ofreciéndole al bully una vista de su precioso culo que ella oportunamente movía con sensualidad.
Marcelo atrás miraba a ese precioso manejar mientras se frotaba la verga todavía dura. En el pasillo Teresa se estaba ya bajando sus shorts mostrando parte de sus lindas nalgas a las cuales el chico no resistió y le dio una buena nalgada que la hizo hacer un chillido de placer.
El hijo aburrido en su cuarto escuchó su mamá hacer ese ruido y se preguntó el porqué estaba tan feliz.
En el cuarto matrimonial el bully estaba ya frotando la punta de su verga en medio de las nalgas de Teresa que estaba ansiosa de recibirla.
Su hijo estaba a pocos metros de ahí y eso la calentaba aún más. “Eres una enferma Teresa”se decía a sí misma en su cabeza. La perversión de su acto, Marcelo, el peligro de ser descubiertos y el mismo echo que lo estaba gozando daban a la madre de Pedro una calentura sin iguales. Ella adoraba esa sensación. No había tiempo para remordimientos o preocupaciones. En ese momento existía sólo ella y Marcelo.
El chico la metió toda de un golpe sacando de ella un gemido que delició sus orejas. Teresa finalmente estaba de nuevo llena y lo adoraba.
Sentía que el bully de su hijo le había tocado asta sus intestinos lo que hizo que se corriera en ese momento.
-Enserio? Tan rápido perra?
-Mmm…Que ricooo.
Toda la calentura acumulada desde la otra noche finalmente explotó al primer afonde de su amo pero seguramente no sería el último. Marcelo prosiguió taladrando la vagina de su puta produciendo los clásicos ruidos de aplausos escondidos solo por los gemidos de ella que trataba de contenerse. No que le importase tanto de ser escuchada pero sabía que si sus ruidos llegaban al cuarto de su hijo, él hubiera podido venir a interrumpir su diversión.
Los esfuerzos de Teresa fueron a mala penas suficientes para impedir que sus gemidos llegaran a su cuarto pero Jonás había acabado en ese momento de tomar su mate. Ya comenzaba a sentirse mejor pero el aburrimiento aumentaba y quería ponerse a jugar.
Los amantes ahora habían cambiado posición y ahora Marcelo le estaba dando por el culo y insultándola por sus fallas como esposa y madre.
-Ah, ah, ah, ah, ah
-Eres una puta!
-Ah, ah, ah, ah, ah
-Dime que cosa eres?
-Mmm, ah, aah, aah
-Dime que cosa eres perra!
-Soy una putaaa, ah ,ah, ah, ah
-Que cosa dijiste? MAS FUERTE!
-Soyyy una puuutaaaa, ah, ah, soy una perraaa
-Jajaja estoy contento que lo sepas.
Teresa era bien consciente de cómo el bully trataba de humillarla y degradarse pero en ves de indignarse se mojó aún más. Sabía que era la verdad.
-Que diría tu maridito si te viera eh?
-Ah, ah, ah, ah, mmm
-Responde!
La adúltera tenía un poco de reservas al hablar de su buen y fiel esposo pero la verga de su amante era demasiado buena para impedir que ella haga alguna resistencia.
-Él, ah, ah, Él…me mataríaaaaa
-Tu crees puta? Piensas que tiene los huevos para hacerlo?
El placer del orgasmo que llegaba liberó la verdad de su boca.
-Él, ah, ah, Él nooo, Él me amaaaa…Él no tiene, ah, ah, ah, no tiene hevoooos!
-Jajaja si, perra tienes razón. El cornudo de tu esposo es demasiado marica para hacer algo. Dime perra, él te traicionó alguna vez?
-Mmm, no, no, noooo
-Te maltrató, te pegó o algo?
-Nooo, ah, ah, ah, nunca él, ah, aaaah
Llega otro orgasmo.
-Entonces el se merece esto? Eh? Porque lo haces?
-Nooo, él es…él, ah, ah, ah, es buenoooo, no meeerece estoooo. Es porque tu, ah, ah, ah, ah
Marcelo baja un poco el ritmo de sus afondes para dejar que ella responda.
-Tuuu…tu fuiste, ah, ah, tu, mi hijo, tu ah, ah, ah. Tu maltratas a mi hijo ah, ah, ah, ah. Yo soy su madre, yo no puedo…
Marcelo no le gusta lo que su perra está diciendo y le da un buen sopapo a su mejilla por detrás.
-No me vengas con pendejadas! Quiero la verdad o me voy de aquí.
-NO! Nooo, no quiero, yo…
El sopapo de su amo le recordó que no podía tener secretos con el y de una cierta manera le gustó recibirlo.
-Yooo! Yo fui…Es ah, ah, ah, ah, ah, aaah
Marcelo aumentó nuevamente el ritmo. Parecía una recompensa intuyendo que Teresa estaba para confesar.
-Es mi culpa, aaah, aaah, mi culpa, miii cuuulpaaaaa
-No me basta puta! Quiero mas.
-Es, ah, ah, ah, mi culpa, ah, ah, yo mmm…Soy una puta, una puta, lo siento, lo sientoooo
Ni ella sabía a quien pedía disculpas, si al bully, a su esposo o al cielo.
-Yo traiciono, ah, ah, yo soy malaaaaa, ah, ah
-Y porque lo haces perra?
-Porque, porque, mmmm, soy una perraaaaa! Soy una putaaaa, mmmm, yo ah, ah, ah, adoro tu vergaaaa!
-Jajajaja! Finalmente. No es mejor así? No te sientes más libre?
-Siii, si, si, si
-Quieres parar perra? Quieres seguir siendo fiel a tu marido? Eh? Quieres ser fiel a tu familia? Atender a tu hijo?
-NO! NO! No quiero, ah, ah, ah, ah, ah, Yo no quierooo, ah, ah…Quiero vergaaa, quiero tu vergaaaa
-Y si ellos…
-A LA MIERDA ELLOS! Aaaaah
Otra vez llega otro orgasmo pero ahora ese grito de placer, de liberación y verdad llega asta las orejas de su hijo. Jonás no entendió bien lo que dijo pero reconoció la voz de su madre. Estaba tan impaciente de salir pero el sabía que tenía que obedecer, sabía que tenía que escuchar a su madre.
Marcelo se rió gracias a esta nueva victoria. Él ya había conquistado el cuerpo de Teresa y lo sabía, pero ahora apuntaba a mucho más. Quería su mente y su alma. Quería volverla su esclava en todo sentido.
Pasaron horas y todavía seguían follando, Jonás estaba en su cama viendo las imagines de sus historietas pero las ganas de ir al baño se hacían sentir.
Teresa no le importaba más del pudor o de ser escuchada, ya no se contenía mas. Era Marcelo quien con una mano le tapaba la boca y con la otra le jalaba los cabellos a impedir que sus gemidos sean descubiertos. A él no le interesaba de nada y de nadie si no de si mismo pero no quería que fuera todavía descubierta, quería esperar para jugar todas sus cartas.
Ya que Teresa no tenía que recoger a Jonás, tenía más tiempo con el bully primero que llegue Pedro. Eso era su principal preocupación en ese momento, descansando al lado de su amante, no su familia, su traición o su hijo enfermo; tener más tiempo para coger era lo más importante ahora.
Marcelo bajó a la cocina para agarrar algo para tomar como hacía siempre sin importarle del peligro posible. Tenía todo bajo control. De nuevo en el cuarto ofreció una botellita de agua a su hembra y se echó tomando la suya. Su verga estaba lista a la acción y la mujer lo notó así que se acomodó sobre el y con una mano agarra su verga. Fue casi un instinto para ella y sin pensarlo puso al lado del miembro la botella que era claramente más pequeña; esto hizo que se calentura aún más.
Le gustaba el echo que un cosa tan grande le entrará en su cuerpo llenándola de placer. Con sus manos dirigió bien la verga y se sentó encima clavándose por completo.
-Aaaaj
Otro gemido salió.
En ese momento Jonás no aguantaba mas y decidió ir al baño. Tímidamente abrió la puerta consiente de poder ser descubierto pero creía que ensuciar su ropa o la cama fueran peor que desobedecer a su madre.
Despacio caminó a la puerta del baño pero ahora que estaba cerca podía escuchar ruidos raros provenientes del cuarto de su madre.
-Mama?
Dijo en voz baja pero sabía que ahora lo urgente eran sus necesidades y así fue pero al salir los ruidos seguían y la curiosidad siempre gana en los jóvenes. Jonás olvidó echar el agua en el baño y se dirigió donde su madre. Los ruidos eran mas claros mientras se acercaba y aunque no sabía a qué eran debidos no le gustó para nada escucharlos. Ya estaba delante de la puerta cerrada y la bestia adentro se escuchaba aún más fuerte. Tenía miedo por el y por su mamá. Talvez estaba en peligro.
Tímidamente y silenciosamente movió la manilla abriendo lo suficiente la puerta para poder ver con un ojo lo que pasaba.
La bestia era su mamá. De espaldas no podía verlo pero veía claramente sus lindos cabellos negros ahora algo desordenados, su espalda blanca descubierta y una parte de su rostro en una extraña expresión. Era su amada madre que hacía esos ruidos tan espantosos y los hacía mientras subía y bajaba con unos particulares movimientos que nunca había visto. Había más.
Alguien estaba también ahí con ella. Jonás era demasiado inocente para saber lo que pasaba pero sabía que era algo malo. Su instinto se lo decía. Abajo del cuerpo desnudo de su madre estaba alguien. Un gigante. Veía sus gruesas piernas, sus enormes plantas de pies y su piel oscura como la de un compañero de su escuela.
Su madre estaba encima aplastando el brazo del gigante y gritaba mientras lo hacía. Ella parecía estar ganando así que se regresó a su cuarto y a su cama pero no se olvidaría de lo que vio. Un peligro para Teresa que con el tiempo se revelaría, tarde o temprano.
Continúa…
Felipe dormía sereno seguro de la fidelidad de su esposa mientras está última, sin hacer ruido, esconde la bolsa bajo la cama y se acuesta a su lado.
-Teresa?
-Lo siento tesoro, no te quería levantar, te juro que nunca más va a pasar, es que con Sofía…
-No te preocupes tesoro, no importa. Te divertiste con tu amiga?
-Bueno…si. Mucho.
-Me alegro pero nomas que no sea tan seguidas estas noches de amigas porque me gusta irme a dormir con ti a mi lado. Teresa no se esperaba tanta paciencia y comprensión de parte de su esposo; estaba ya lista con una marea de excusas pero no fue necesario. La mujer se durmió pensando en cuanta suerte tuviera…en tener a un marido tan tonto.
En la mañana los ruidos de sus hijos preparándose para la escuela la despertaron.
Aunque si había dormido poco, apenas realizó que hora era, la madre de Pedro se precipitó a la cocina para cocinar pero donde solía estar ella haciendo el desayuno ahora estaba Felipe.
-Oh, buen día tesoro, lo siento, le dije a los chicos que no hicieran ruido para dejarte dormir pero ya sabes como son.
-Si…pero…disculpa por llegar tan tarde ayer, hoy, bueno deja que cocine yo el desayuno…
-No te preocupes tesoro, llegaste aquí en la madrugada, tendrás todavía mucho sueño.
-Amm si, pero…
-No peros mi amor, yo preparo el desayuno, tu ve a descansar o si tienes hambre cocinaré algo para ti también.
-Oh no gracias Felipe, comí tanto en casa de Sofía.
-Ok yyy que hicieron asta tan tarde?
La voz de Felipe no era de uno sospechoso y acusador si no de alguien realmente interesado y curioso.
-Oh nada de que, cenamos con su marido conversamos sobre nosotras, nuestras familias, le hable mucho de ustedes.
-Ah si? Nos vas a presentar a ella y a su esposo finalmente?
-No, no creo sea buena idea.
-Porque?
-Bueno, no creo sea buena idea conocer al esposo pero Sofía…talvez.
-Pero porque? Creía que a este punto ya habían resuelto las cosas entre ellos.
-No, bueno si. Es complicado. Ellos resolvieron sus problemas aparentemente pero esa noche el marido tomó muchas cervezas durante la cena y se emborachó para después terminar discutiendo con Sofía.
-Oh que pena.
-Si, por eso me quedé asta tarde; él se salió de nuevo de la casa y la pobre se quedó llorando casi todo el tiempo, pobrecita. No podía dejarla sola.
-Entiendo.
En ese momento llegan Pedro y Jonás para desayunar. Los cuatro se ponen a comer juntos como una familia feliz, al menos eso es lo que parecía de afuera pero la verdad era otra y el cartero que estaba pasando por ahí lo sabía. Él veía desde la ventana a esa familia tan alegre en la cocina donde primero estaba un hombre negro desnudo como si fuera su casa. Ahora pero estaban dos hijos, un esposo blanco y una esposa bellísima.
Hombre negro con pija enorme en la cocina, esposo blanco, esposa de infarto…El cartero hizo 2+2 y entendió lo que pasaba; no era difícil.
Teresa estaba cansada y de sueño después de la noche anterior pero con alegría saludó a sus dos hijos y a su esposo cuando salieron por la puerta de casa. Ella esperaba un mensaje de parte de su patrón así que se acostó a dormir con el celular en su mano recordando lo que hizo en esa mansión.
MIENTRAS…
Justo cuando el padre estaba para dejar a la escuela a Jonás este último se quejó diciendo que tenía un poco de dolor de estómago.
-Te duele mucho Jonás?
-No papá, soy valiente.
-Jaja si es verdad hijo, pero te sientes de ir a escuela?
-Si papá.
El valiente Jonás decide ir a la escuela. Pedro al contrario quisiera regresar a casa, no quería ir a su colegio, tenía miedo de Marcelo, de su banda y de la profesora. Si bien ya era tiempo que nadie de ellos lo pegaba, en él todavía estaba esa sensación de peligro y ansia cuando se acercaba a ellos. En estos últimos tiempos pero, también la profesora estaba de mal humor y lo ponía en dificultad más que a los otros y no sabía porque.
Juan trataba de consolarlo a su modo, como ese mismo día, pero cuando se acercaron a la banda de los amigos del bully, ellos se rieron. Estaban todos reunidos viendo algo en el celular de uno pero apenas pasó el pobre Pedro comenzaban las risas.
-Maricon!
-Que?
-Jajajaja
Rien aún más fuerte.
-Como esta tu mamá?
-Mi…mi mamá?
-Si, tu mamá. Esta bien?
-Si porque?
-No la notaste algo cansada?
Pedro no entendía el porqué de esas preguntas pero primero que respondiera uno de ellos le pegó un golpesito en el brazo de quien habló para recordarle de ser más discreto.
-Mi madre esta bien gracias. Ahora puedo ir?
-Si, si claro jaja.
Pedro y Juan se fueron a comer mientras el pobre chico se quedó medio confundido por lo que pasó.
-Tu sabes que fue eso Juan?
-No amigo, ni idea.
TRIIIIIN
Suena el celular de Teresa y ella de golpe se despierta y responde sin pensar.
-Hola?
-Buenos días señora, le llamo de la escuela de su hijo Jonás. El chico está con dolor de estómago y quiere que usted lo venga a recoger.
-Oh…
Dice Teresa con algo de tristeza pero no por su hijo si no porque esperaba que Marcelo fuera el que llamaba.
-Señora?
-Si, si entiendo, que pena perooo esta segura que no está fingiendo? Los niños, sabe como son.
La maestra de Jonás un poco sorprendida por las palabras de la madre se queda callada por un rato. Ella no sabía que la muy puta quería tenerse libre si porsiacaso el bully la llamaba.
-No señora, Jonás no está fingiendo, el no es el tipo que finge estas cosas.
-Jaja si es verdad. Bueno, ahora voy.
“Ajj que mujercita es mi hijo” pensó Teresa apenas colgó y inmediatamente se avergonzó de sí misma. Por un momento la desilusión que no fuera su amante y su calentura la volvieron en una madre desconsiderada. Eso fue algo que solo uno como Marcelo podía decir o pensar, no ella, jamás ella.
Teresa no tardó mucho en llegar. El pequeño Jonás estaba ansioso de verla y de ir a casa.
-Mamá, mamá, me duele la barriga.
-Lo se tesoro, lo se.
-Estas enojada mamá?
-No Jonás nomas…era necesario que me hagas llamar de la escuela?
Jonás se quedó callado por un rato, no sabía que decir, su madre no solía cuestionarlo de esa manera, normalmente ella lo besaba y le prometía que en poco tiempo ella lo haría sentir mejor.
-No mamá, la panza me duele mucho.
-Ajj ok, entonces quiero que te quedes en la cama ya que estas enfermo. No juegos, juguetes ni nada. Solo descansaras.
-Si mamá.
Dice Jonás algo triste.
-Te prepararé un…
PIIN
Llega un mensaje y está vez si era Marcelo. Teresa estaba muy apresurada yendo muy rápido asía la casa mientras su hijo observaba con diversión como el auto de su mamá superaba las otras en el mismo caminó. Al pequeño le vinieron ganas de jugar con sus autitos.
Teresa deja a su hijo en la cama y corre para meter agua para el mate. Apenas lo hizo miró la hora y se dio cuenta que ya había pasado mucho más tiempo de lo que pensaba así que corriendo nuevamente subió las escaleras y se puso a limpiar su cuarto matrimonial pero mientras estaba para regresar a la cocina se dio cuenta en que estado estaba. “Que desastre!” pensó.
Ella obviamente estaba preciosa pero ya que el bully estaba para llegar quería lucir lo mejor que podía. Una arregle a su cabello, un poco de lápiz labial y…
-El agua!
Teresa se apresta a ir a la cocina donde el agua ya estaba hirviendo. Pone el agua en la taza y después el mate y corre a elegir la ropa para cambiarse pero en ese momento.
DIING DONG
Suena la puerta de la casa. Era él. Ya estaba aquí. La mujer no tuvo tiempo de ponerse un vestido adecuado así que se puso una simple solera y unos shorts cortos que la habían regalado pero que nunca usó.
Y corrió a abrir pero justo cuando bajaba las escalares Jonás ya estaba delante la puerta alcanzando la manilla.
-JONÁS! ESPERA!
El hijo se asustó por la reacción de su madre.
-Estaban tocando la puerta mamá. Mucho, mucho.
-No importa, yo me ocupó de eso. Te dije que no salieras de la cama Jonás. Corre arriba, ahora yo vengo.
El pequeño obedece y Teresa finalmente abre la puerta.
-Porque carajo no abres perra? No me gusta esperar.
-Lo siento, lo siento es que mi hijo esta enfermo y…
-Hijo? Concha con lentes esta aquí?
-No, no, el otro.
Teresa se arrepintió no corregir a Marcelo por cómo había insultado a su hijo pero pensándolo mejor no había razón de hacerlo; no hiba a funcionar, pero lo mismo ella sabía que hubiera tenido que intentar por lo menos.
-Mmm…y es así como estas en tu casa normalmente?
-Si, digo no, es que…me puse lo primero que encontré…si me das tiempo me cambió y…
-No dije que no me gusta.
-Oh, jeje, gracias. Entonces le pido a la vecina que cuide de mi hijo y salimos.
-Salir? No dije que quería salir contigo de ni una parte.
-No? Yo pensaba......... Aquí?
-No sería la primera vez linda.
-Pero no se puede. Tengo mi Jonás en la casa, enfermo…
-Shhh
Marcelo la tapa los labios con su dedo.
-Sabes que no me gusta ser contrariado perra.
-Pero…
-La casa es grande.
El bully entra sin ser invitado recorriendo a Teresa como si nada.
-Tengo sed. Sírveme algo frío.
-Oh, ok.
Teresa abre una gaseosa y se la ofrece al joven que se había acomodado en el sofá del salón como si fuese su casa. Después de eso se dirige al cuarto de su hijo con el mate y el medicamento.
-Aquí esta Jonás.
-Quien era mamá?
-Nadie, nadie amor.
-Pero porque sonaba a la puerta?
-Era nomas un…amigo. Un amigo impaciente.
-Amigo?
Al pequeño no le gustaba esa palabra dicha por su mamá. No le gustaba el modo como lo había dicho aunque si no comprendía el porqué.
-De todos modos tesoro, quiero que te quedes en tu cama, tomes tu medicamento, el mate y por ninguna razón salgas de tu cuarto.
Notó la absoluta seriedad en la voz de su madre.
-Si mamá.
-Muy bien. Nos vemos mas tarde ok?
-Porque? Donde vas?
“Al paraíso” pensó ella.
-De ninguna parte hijo, solo nos veremos más tarde.
Teresa le da un beso en la frente y se dirige a la salida.
-Pero si tengo…
Teresa cierra la puerta con una cierta energía aunque si sabía que su hijo le tenía que decir algo. Estaba impaciente de comenzar.
-…que ir al baño?
Jonás termina de decir la frase cuando la puerta estaba cerrada.
El medicamento no tenía un mal sabor pero a él, lo mismo no le gustaba tomarlo.
Abajo la mamá de dos hijos, religiosa y casada estaba arrodillada en la alfombra muy costosa del salón mamando la verga del bully de Pedro.
Ya se había vuelto mucho más experta. Con las dos manos recorría el vergon de Marcelo con movimientos circulares y con su boca chupaba el glande llenándolo de saliva que caía en grandes cantidades sobre la alfombra. En ese momento Teresa no le importaba que se ensuciar o que fuese un regalo del difunto padre de Felipe.
GLUCK, GLUCK, GLUCK
Ahora la puta ya comenzaba a meter aun más la verga de su amo dentro de su boca.
-Uff…que bien la mamás perra.
-GLUCK, GLUCK, GLUCK
-Te estás volviendo de las mejores que he tenido.
Por una parte Teresa aprecio el alague de su macho pero por otra parte se pedía a querer otras se refería. La celosía comenzaba otra vez y con esa motivación Teresa comenzó a mamar con más energía.
-Aaah
Jonás se quemó un poco la lengua con el mate demasiado caliente. Nunca se había preocupado de ver si era demasiado caliente; su mamá solía advertirle de eso pero normalmente se lo daba tibio.
-Ojjj…Abre bien la boca perra. Ahora te doy de lo mío.
Una gran descarga de semen es disparada adentro de la mujer y después viene seguida por otras tres. Ella no podía tenerla toda en la boca así que comenzó a tragarla mientras un poco chorreaba por su mento.
La noche pasada tener todos esos hombres para ella fue algo terriblemente excitante pero por mas que le gustaron todas esas vergas, ni una podía competir con la de Marcelo. Un orgasmo provocado por sus dedos, si bien grande, no fue suficiente para aliviar su deseo. Le faltaba todavía una verga, una gran verga que le de un placer como solo él podía y finalmente ahora estaba para recibirla. Subiendo las escaleras Teresa iba primero ofreciéndole al bully una vista de su precioso culo que ella oportunamente movía con sensualidad.
Marcelo atrás miraba a ese precioso manejar mientras se frotaba la verga todavía dura. En el pasillo Teresa se estaba ya bajando sus shorts mostrando parte de sus lindas nalgas a las cuales el chico no resistió y le dio una buena nalgada que la hizo hacer un chillido de placer.
El hijo aburrido en su cuarto escuchó su mamá hacer ese ruido y se preguntó el porqué estaba tan feliz.
En el cuarto matrimonial el bully estaba ya frotando la punta de su verga en medio de las nalgas de Teresa que estaba ansiosa de recibirla.
Su hijo estaba a pocos metros de ahí y eso la calentaba aún más. “Eres una enferma Teresa”se decía a sí misma en su cabeza. La perversión de su acto, Marcelo, el peligro de ser descubiertos y el mismo echo que lo estaba gozando daban a la madre de Pedro una calentura sin iguales. Ella adoraba esa sensación. No había tiempo para remordimientos o preocupaciones. En ese momento existía sólo ella y Marcelo.
El chico la metió toda de un golpe sacando de ella un gemido que delició sus orejas. Teresa finalmente estaba de nuevo llena y lo adoraba.
Sentía que el bully de su hijo le había tocado asta sus intestinos lo que hizo que se corriera en ese momento.
-Enserio? Tan rápido perra?
-Mmm…Que ricooo.
Toda la calentura acumulada desde la otra noche finalmente explotó al primer afonde de su amo pero seguramente no sería el último. Marcelo prosiguió taladrando la vagina de su puta produciendo los clásicos ruidos de aplausos escondidos solo por los gemidos de ella que trataba de contenerse. No que le importase tanto de ser escuchada pero sabía que si sus ruidos llegaban al cuarto de su hijo, él hubiera podido venir a interrumpir su diversión.
Los esfuerzos de Teresa fueron a mala penas suficientes para impedir que sus gemidos llegaran a su cuarto pero Jonás había acabado en ese momento de tomar su mate. Ya comenzaba a sentirse mejor pero el aburrimiento aumentaba y quería ponerse a jugar.
Los amantes ahora habían cambiado posición y ahora Marcelo le estaba dando por el culo y insultándola por sus fallas como esposa y madre.
-Ah, ah, ah, ah, ah
-Eres una puta!
-Ah, ah, ah, ah, ah
-Dime que cosa eres?
-Mmm, ah, aah, aah
-Dime que cosa eres perra!
-Soy una putaaa, ah ,ah, ah, ah
-Que cosa dijiste? MAS FUERTE!
-Soyyy una puuutaaaa, ah, ah, soy una perraaa
-Jajaja estoy contento que lo sepas.
Teresa era bien consciente de cómo el bully trataba de humillarla y degradarse pero en ves de indignarse se mojó aún más. Sabía que era la verdad.
-Que diría tu maridito si te viera eh?
-Ah, ah, ah, ah, mmm
-Responde!
La adúltera tenía un poco de reservas al hablar de su buen y fiel esposo pero la verga de su amante era demasiado buena para impedir que ella haga alguna resistencia.
-Él, ah, ah, Él…me mataríaaaaa
-Tu crees puta? Piensas que tiene los huevos para hacerlo?
El placer del orgasmo que llegaba liberó la verdad de su boca.
-Él, ah, ah, Él nooo, Él me amaaaa…Él no tiene, ah, ah, ah, no tiene hevoooos!
-Jajaja si, perra tienes razón. El cornudo de tu esposo es demasiado marica para hacer algo. Dime perra, él te traicionó alguna vez?
-Mmm, no, no, noooo
-Te maltrató, te pegó o algo?
-Nooo, ah, ah, ah, nunca él, ah, aaaah
Llega otro orgasmo.
-Entonces el se merece esto? Eh? Porque lo haces?
-Nooo, él es…él, ah, ah, ah, es buenoooo, no meeerece estoooo. Es porque tu, ah, ah, ah, ah
Marcelo baja un poco el ritmo de sus afondes para dejar que ella responda.
-Tuuu…tu fuiste, ah, ah, tu, mi hijo, tu ah, ah, ah. Tu maltratas a mi hijo ah, ah, ah, ah. Yo soy su madre, yo no puedo…
Marcelo no le gusta lo que su perra está diciendo y le da un buen sopapo a su mejilla por detrás.
-No me vengas con pendejadas! Quiero la verdad o me voy de aquí.
-NO! Nooo, no quiero, yo…
El sopapo de su amo le recordó que no podía tener secretos con el y de una cierta manera le gustó recibirlo.
-Yooo! Yo fui…Es ah, ah, ah, ah, ah, aaah
Marcelo aumentó nuevamente el ritmo. Parecía una recompensa intuyendo que Teresa estaba para confesar.
-Es mi culpa, aaah, aaah, mi culpa, miii cuuulpaaaaa
-No me basta puta! Quiero mas.
-Es, ah, ah, ah, mi culpa, ah, ah, yo mmm…Soy una puta, una puta, lo siento, lo sientoooo
Ni ella sabía a quien pedía disculpas, si al bully, a su esposo o al cielo.
-Yo traiciono, ah, ah, yo soy malaaaaa, ah, ah
-Y porque lo haces perra?
-Porque, porque, mmmm, soy una perraaaaa! Soy una putaaaa, mmmm, yo ah, ah, ah, adoro tu vergaaaa!
-Jajajaja! Finalmente. No es mejor así? No te sientes más libre?
-Siii, si, si, si
-Quieres parar perra? Quieres seguir siendo fiel a tu marido? Eh? Quieres ser fiel a tu familia? Atender a tu hijo?
-NO! NO! No quiero, ah, ah, ah, ah, ah, Yo no quierooo, ah, ah…Quiero vergaaa, quiero tu vergaaaa
-Y si ellos…
-A LA MIERDA ELLOS! Aaaaah
Otra vez llega otro orgasmo pero ahora ese grito de placer, de liberación y verdad llega asta las orejas de su hijo. Jonás no entendió bien lo que dijo pero reconoció la voz de su madre. Estaba tan impaciente de salir pero el sabía que tenía que obedecer, sabía que tenía que escuchar a su madre.
Marcelo se rió gracias a esta nueva victoria. Él ya había conquistado el cuerpo de Teresa y lo sabía, pero ahora apuntaba a mucho más. Quería su mente y su alma. Quería volverla su esclava en todo sentido.
Pasaron horas y todavía seguían follando, Jonás estaba en su cama viendo las imagines de sus historietas pero las ganas de ir al baño se hacían sentir.
Teresa no le importaba más del pudor o de ser escuchada, ya no se contenía mas. Era Marcelo quien con una mano le tapaba la boca y con la otra le jalaba los cabellos a impedir que sus gemidos sean descubiertos. A él no le interesaba de nada y de nadie si no de si mismo pero no quería que fuera todavía descubierta, quería esperar para jugar todas sus cartas.
Ya que Teresa no tenía que recoger a Jonás, tenía más tiempo con el bully primero que llegue Pedro. Eso era su principal preocupación en ese momento, descansando al lado de su amante, no su familia, su traición o su hijo enfermo; tener más tiempo para coger era lo más importante ahora.
Marcelo bajó a la cocina para agarrar algo para tomar como hacía siempre sin importarle del peligro posible. Tenía todo bajo control. De nuevo en el cuarto ofreció una botellita de agua a su hembra y se echó tomando la suya. Su verga estaba lista a la acción y la mujer lo notó así que se acomodó sobre el y con una mano agarra su verga. Fue casi un instinto para ella y sin pensarlo puso al lado del miembro la botella que era claramente más pequeña; esto hizo que se calentura aún más.
Le gustaba el echo que un cosa tan grande le entrará en su cuerpo llenándola de placer. Con sus manos dirigió bien la verga y se sentó encima clavándose por completo.
-Aaaaj
Otro gemido salió.
En ese momento Jonás no aguantaba mas y decidió ir al baño. Tímidamente abrió la puerta consiente de poder ser descubierto pero creía que ensuciar su ropa o la cama fueran peor que desobedecer a su madre.
Despacio caminó a la puerta del baño pero ahora que estaba cerca podía escuchar ruidos raros provenientes del cuarto de su madre.
-Mama?
Dijo en voz baja pero sabía que ahora lo urgente eran sus necesidades y así fue pero al salir los ruidos seguían y la curiosidad siempre gana en los jóvenes. Jonás olvidó echar el agua en el baño y se dirigió donde su madre. Los ruidos eran mas claros mientras se acercaba y aunque no sabía a qué eran debidos no le gustó para nada escucharlos. Ya estaba delante de la puerta cerrada y la bestia adentro se escuchaba aún más fuerte. Tenía miedo por el y por su mamá. Talvez estaba en peligro.
Tímidamente y silenciosamente movió la manilla abriendo lo suficiente la puerta para poder ver con un ojo lo que pasaba.
La bestia era su mamá. De espaldas no podía verlo pero veía claramente sus lindos cabellos negros ahora algo desordenados, su espalda blanca descubierta y una parte de su rostro en una extraña expresión. Era su amada madre que hacía esos ruidos tan espantosos y los hacía mientras subía y bajaba con unos particulares movimientos que nunca había visto. Había más.
Alguien estaba también ahí con ella. Jonás era demasiado inocente para saber lo que pasaba pero sabía que era algo malo. Su instinto se lo decía. Abajo del cuerpo desnudo de su madre estaba alguien. Un gigante. Veía sus gruesas piernas, sus enormes plantas de pies y su piel oscura como la de un compañero de su escuela.
Su madre estaba encima aplastando el brazo del gigante y gritaba mientras lo hacía. Ella parecía estar ganando así que se regresó a su cuarto y a su cama pero no se olvidaría de lo que vio. Un peligro para Teresa que con el tiempo se revelaría, tarde o temprano.
Continúa…
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