Cuando empecé a autochuparme la pija

Más que un relato es una confesión, así que probablemente sea breve.

Cuando entré a la adolescencia esta me pegó muy fuerte: me puse muy pajero y, como siempre fui sociable, me encanta intentar socializar con minas y minas. Quizá no eran más que amigas, pero me gustaba estar rodeado de ellas. Y dentro de eso lo que más me hacía sentir un genio era juntarme con chicas más grandes. Así fue que me hice parte de un grupito de chicas y algun chico bastante más grande. Eso me expuso a vocabularios nuevos, puteadas nuevas y hasta ideas.

Me acuerdo que un día escuche decir a una de ellas que "Juan" la tenía tan grande que podía auto chuparsela y por eso no le daba bola a una chica. Todos se reían, era una joda. Pero eso me reveló que, al menos en teoría, era posible.

Esa conversación me quedó grabada y fue decantando con el paso del tiempo en cierta curiosidad, así que lo googlee. Y lo que vi no me gustó: hombres grandes, en poses raras... No duré más de 1 minuto. Pero la idea empezó a rondar en mi cabeza más y más... Al mismo tiempo, en cuanto acababa sentía que era una idea asquerosa, incluso gay, lo que me daba culpa.

Pero llegó un día donde quedé solo en casa. Eso quería decir una tarde a pura paja. Recuerdo pasar tiempo pajeandome viendo videos random y no poder acabar, hasta que de golpe lo hice, convenciendo en que no llegaría y sería el fin de toda tentación. Me acosté, tiré el cuerpo para atras y saque la lengua. Increíblemente para mi, que siempre me sentí poco flexible y con una pija promedio, pude lamer sin mucho esfuerzo mi prepucio. Sentí un temblor en todo el cuerpo: yo era virgen, nunca había estado con nadie. No pensé: estiré más y lamí toda la cabeza de mi propia pija, y sin terminar de procesar el placer ni el sabor, no pude siquiera controlarme y acabe automáticamente en toda mi cara.

La culpa que sentí luego fue impresionante. En el momento de acabarme me sentía muy bien. El segundo después me sentí lo peor. Noté el olor desagradable, un poco fe ese sabor que me cayó en la boca. Me sentí un puto. No quería sentirme así.

Sin embargo, no tarde en volver a tener esas ganas. Googleaba en foros sobre si era gay o no chuparse la pija. Muchos decían que si, pero al mismo tiempo pensaba... En definitiva, no soy gay por pajearme y al fin y al cabo estoy "tocando una pija". Ese razonamiento fue el inicio de una época donde me sobró el dolor de espalda: encorvado intentaba chuparmela más y más, logrando meterme la cabeza. El placer era genial.

El problema fue que la sensación era muy rica. Podía decidir que sentir en mi pija y eso era genial. Pero pronto empecé a disfrutar la sensación de mi propia pija dura en mi boca, su sabor, su textura. Esto me incomodó... Y despertó mis dudas nuevamente. No me parecía muy hetero disfrutar de la textura dura de mi propia pija en mi boca. Esto se superpuso un poco con mi primera vez con una chica. Eso, la verdad, me sacó esos pensamientos. Nunca volví a chupar mi propia pija. Pero a veces vuelvo a pensar en esa sensación y vuelvo a sentirme, hoy diría, "curioso"