Me llamo Sara, soy divorciada y les contaré por qué de mi divorcio, y como acabe follando con mi hijo
Tengo buen cuerpo a pesar de mi edad, tengo 37 años y lo conservo porque hago mucho ejercicio.
Alos 17 años conocí a Ramón un hombre que nunca se entero de mi atracción sexual y la verdad me enamoré de él, nunca hice el amor con él hasta casarnos, según yo para terminar con toda mi calentura y que fuera sólo suya hasta el día de nuestra noche de bodas, fue un error fatal ya que lo acostumbré a hacer el amor pocas veces, me casé muy joven a los 18 años, estaba maravillada con ese hombre.
Al año tuvimos a nuestro único hijo Juan, Ramón creció procesionalmente y vivimos muchos años entre lujos y los placeres que da el dinero pero nuestra relación amorosa fracasó y si mucho una vez al mes teníamos relaciones sexuales, pasé de ser una caliente chica, a una frígida mujer y en estos días es un verdadero milagro que el me haga el amor.
Cuando inició el Internet a expandirse adquirimos una computadora para nuestro hijo, esto fue hace un año y él descubrió muy pronto todo el sexo que se encuentra en él y se pasaba las horas navegando, nosotros no sabíamos el por qué hasta que un día en el cual no esperaba Juan mi hijo mi regreso, entré al estudio de la casa y él se encontraba masturbándose, al abrir la puerta él no se dio cuenta y yo no hice ningún ruido sólo me limité a observarlo y la verdad fue maravilloso, tenía el pene muy rico, no muy grande, pero muy gordo al igual que su padre lo tenía gordo pero el de él lo veía más carnoso, la vista era maravillosa, no pude ver qué era lo que veía en la pantalla, pero él lo estaba gozando, me sentí tan mal al estarlo espiando, pero no podía dejar de admirarlo, sus gemidos me hacían excitar más y pronto me empecé a calentar tremendamente, mis pezones saltaron duros y mis pantaletas se humedecieron sin parar, fue en ese momento donde recordé todas mis locuras de juventud y deseé tanto tener ese hermoso mástil entre mis piernas, quería gozarlo y que me volviera hacer mujer, pero era mi hijo y sólo sería una fantasía, en ese momento vi cómo soltó chorros y chorros de semen los cuales no paraban de salir, fue maravilloso ver a mi querido hijo gozar de esa manera, cómo deseé haber sido yo la que con mis manos hiciera gozar de esa manera a mi hijo, rápidamente cerré con cuidado la puerta y regresé a la puerta de entrada y fingí regresar a casa, abrí y cerré con fuerza la puerta y grité mi llegada, mi hijo me contestó desde el estudio, por un momento quise entrar a él pero sabía que lo encontraría muy excitado y preocupado de encontrarlo en ese estado y opté por subir a mi habitación, al subir le grité que me ducharía él contestó que saldría a la calle.
Entré a mi habitación me desnudé lentamente frente al espejo, mi corazón latía sin parar pude ver lo duro de mis pezones, como en muchos años no estaban así y mis pantaletas qué decir, estaban tan mojadas que sólo pensé en su pene dentro de mí, así que me empecé a acariciar todo mi cuerpo, mis senos, mi culo, mi concha, en segundos ya tenía dos dedos metidos en mi concha y me acariciaba el culo todo esto imaginando que era el pene de Juan, tomé un aplicador de toallas femeninas de ampolleta, me acosté y gozaba metiéndomelo hasta que gemí del gusto de mi acabada.
Entré a la ducha y ahí tuve otro orgasmo, salí me vestí y fui directo al cuarto de mi hijo, a pesar de que una señora llega dos veces por semana a realizar la limpieza de la casa mi hijo se negó desde un principio y prefirió hacerlo él mismo en ese momento me enteré de la razón, ya había entrado muchas veces a su habitación pero nunca a husmear, tenía posters de algunas actrices en traje de baño pero nada fuera de lo normal, abrí su cajón y sólo encontré sus bóxer, busqué más adentro y nada, fui hacia el closet y encontré una caja con candado busqué por todos lados hasta que encontré la pequeña llave, abrí el candado y me llevé una grata sorpresa, revistas pornográficas, videos XXX, varias cajas de condones, en fin me di cuenta de que mi hijo era un follador tremendo, por los condones supe que mi hijo follaba con sus amigas, me imaginaba las locuras que tendrían los videos y ardía en deseos de verlos, guardé todo sin antes dejar de ver un momento esas riquísimas revistas, dejé todo en su lugar y me fui a mi habitación a seguir masturbándome pensando en él, en 10 a más años no había tenido tantos orgasmos como en ese día y mucho menos imaginándome que sería por mi hijo.
Me volví a bañar y esperé a mi marido y a mi hijo para comer, sólo encargué comida por teléfono ya que todo el tiempo se me vino encima.
Llegó mi marido y después apareció mi hijo, estaba nerviosa, no sabía si él se dio cuenta de que lo vi masturbarse pero no lo creo porque actuaba muy natural, comimos y mi marido regresó a trabajar, mi hijo dijo que saldría con unos amigos y yo le pedí de favor que me enseñara a utilizar la computadora argumentando que quería redactar todas mis recetas de cocina, pero en realidad quería descubrir qué veía en esa computadora, ni siquiera entendía lo de Internet, pero en fin me empezó a enseñar lo básico cómo manejar Windows, Word, etc. y como buscar archivos, etc. traté de abrir archivos de él pero estaban protegidos con contraseñas y no pude leerlos, lo demás eran tareas, videos, fotografías de artistas, etc., al siguiente día me prometió enseñarme el Internet.
Llegó la noche cenamos y aún me sentía muy caliente intenté hacer el amor con mi marido pero éste estaba muy cansado, le reclamé y discutimos le dije que necesitaba más de él, que quería que me hiciera sentir mujer, que me estaba aburriendo esa vida monótona que llevábamos, le reclamé le dije que él tal vez tenía un amante, en fin, él tuvo que dormir en otra habitación.
El viernes cuando mi hijo se fue al colegio fui directamente por los videos... dios era maravilloso, en uno salían dos chicas jóvenes, muy bonitas y delgadas, besándose y desnudándose, chupándose todo el cuerpo, un tipo se acercó a ellas de inmediato lo despojaron de su ropa y le mamaron el enorme pene muy rico, él se las folló como todo un maestro, lo que más me encantó fue cuando les daba por el culo y cómo se tragaban su semen las dos, el video continuó yo terminé masturbándome riquísimo mientras veía el video deseando a mi hijo, y decidí cambiar el rumbo de mi vida tenía que follar con mi hijo.
Me bañé y sólo me dejé mi bata de baño esperando su regreso, cuando llegó le dije que me enseñara cómo manejar el Internet, me explicó cómo entrar a páginas, cómo buscarlas, etc. todo enfocado a recetas de cocina claro. No dejaba de mirarme la abertura de mi bata que mostraba un poco mis senos y marcaba mis pezones hinchados de placer, pude notar su erección y eso me encantó, había excitado a mi hijo.
Cuando él se fue con sus amigos lo primero que hice fue buscar la palabra "incesto"; y ahí encontré webs donde empecé a leer todos los relatos, las fotos, y todo me encantó, comprendí por qué mi hijo se pasaba las horas conectado a Internet.
Los relatos de incesto me dieron valor e ideas de cómo follar con mi hijo y no dudé en hacer un plan para lograrlo.
En la noche entré al estudio y mi hijo estaba en la computadora no sé si veía una página de sexo pero se asustó entré despacio y me senté en sus piernas y por fin pude sentir lo duro de su pene ya que lo alcanzaba a rozar, estaba muy tenso, yo actué natural y le dije que su papá tenía mucho trabajo y que quería salir a la playa a pasar unos días, él me dijo que sería maravilloso, le di un beso en la mejilla y le dije que lo arreglaría todo.
Hablé con mi marido y por su puesto él dijo que iría sin nosotros, le dije que saldríamos el próximo jueves y regresaríamos el domingo, fui a la habitación de mi hijo y cuando entré el olor a semen era intenso, mi niño se había masturbado, llevaba sólo mi bata de seda para dormir, mis pezones se marcaron en mi bata, él se dio cuenta y no apartó su vista de ellos, me acerqué a su cama y me senté en ella, mis nalgas sintieron entre las sabanas una revista, me imagino que mi hijo estaba masturbándose con alguna revista pornográfica y no le dio tiempo de guardarla, me dieron ganas de sacarla y descubrirlo para ver su reacción pero no lo hice, preferí seguir con mi plan.
Le comuniqué que iríamos a la playa ese jueves, que pidiera permiso en el colegio de faltar y que se preparara para irnos, lo tomé de la mano y le di un beso en la mejilla diciéndole que la pasaríamos muy bien, me encantó la forma que disimuladamente me veía mis senos, me imaginaba su hermoso pene erecto bajo las sabanas y por un momento estuve a punto de despojarlo de las sabanas y chupárselo pero me contuve.
Al siguiente día fui a la agencia de viajes, ahi compre los boletos, y aproveche y entré a un restaurante pedí un vodka y en cada trago que le daba me venían imágenes de mi hijo dándome por el culo, haciéndome su amante, su caliente esclava, no sé cuánto tiempo estuve en las nubes mojada deseando tener ya a mi hijo haciéndome suya, entré al baño del restaurante y me masturbé de nuevo, salí y me fui a casa.
El jueves iría con mi hijo a la playa y todo lo tendría planeado para gozar con él, haría que él me pidiera a gritos que cogiéramos, lo haría el amante perfecto, ya que no tendría que salir de casa para gozar con él.
Llegó el jueves, mis días fértiles habían pasado y podría gozar de mi hijo sin el uso del condón y sin riesgo de quedar preñada de él.
Salí vestida con un pantalón muy ajustado y un top negro sin sostén el cual marcaba muy bien mis senos, me coloqué una blusa de botones encima, no quería que mi marido me viera así, él nos llevó al aeropuerto y partimos a la gloria.
Al subir al avión mi hijo se sentó en la ventana y yo en medio, un señor en el pasillo, yo no dejaba de verle el paquete a mi hijo, no lo tenía erecto, pero yo deseaba vérselo durito, le dije que tenía sueño y me recosté en su hombro, al poco rato mi seno rozaba su brazo, yo constantemente me movía para frotarlo en él, mis pezones estaban ya muy duros y creo sin duda que él sentía mi pezón dilatado, excitado en su brazo, dios estaba tan caliente que tenía ganas que ahí mismo me hiciera el amor, abrí mis ojos disimuladamente y me fije en su entrepierna y ahí estaba su mástil ya dilatado, había excitado a mi hijo, se veía hermosamente duro, no pudo disimular el contacto de mi cuerpo caliente al suyo, mi plan estaba empezando a ser perfecto, ahí estábamos los dos en un avión, rozando nuestros cuerpos, calientes deseándonos, pero al mismo tiempo nerviosos, sí, lo tengo que confesar, parecía una recién casada, nerviosa al momento de llegar a su primera noche de bodas, pero también estaba nerviosa porque a pesar de que mi hijo estaba excitado estaba preocupada de cómo reaccionaría en cada insinuación mía para que él se atreviera a follar con su madre, con la mujer que lo trajo al mundo, sólo deseaba tener las fuerzas suficientes de poder hacer que él me follara como nunca, y haría todo lo posible porque él lo gozara y olvidara todos los estúpidos prejuicios y follara conmigo con las mismas ganas y deseos que yo.
Al llegar a nuestro destino y bajar del avión entré al baño y ahí me despojé de la blusa, me veía muy sexy, esos pantalones hacían lucir mi culo y el top resaltaba mis senos muy bien, tomé las puntas de mis pezones y me los jalé muy fuerte, me los apretaba para que se endurecieran a lo máximo, salí del baño y ahí estaba mi hijo esperándome me acerqué a él y su vista se fue directo a mis pezones marcados escandalosamente en el top, lo tomé de la mano y le dije que me había quitado la blusa por el calor que haría al salir del aeropuerto, salimos y nos dirigimos al hotel, nos registramos, y ahí estábamos los dos dentro de la habitación, le dije a mi hijo que disfrutáramos todo el tiempo posible...
Anda cariño vamos a dar una vuelta a la playa, ponte tu traje de baño. Saqué mi traje de baño y dejé arriba de la ropa mi otro traje de tanga, quería que él lo viera y que se sorprendiera de que usaría uno así.
Entré al baño a cambiarme, dios estaba tan mojada, mis jugos sabían riquísimo, no aguanté mucho y decidí masturbarme para aliviar mis ansias de sexo un momento, cuando salí los ojos de mi hijo al mirarme ya no eran los mismos de antes, ya me había visto él en traje de baño pero siempre de una pieza, era la primera vez que delante de él usaba un traje de baño de dos piezas, prácticamente me estaba viendo con ropa interior, sin pantalones, sin blusas o vestidos, él se había puesto un short yo creo que para disimular su erección, sus ojos brillaban, me fijé en mi maleta y había movido mi ropa, creo que le encantó ver el minúsculo traje de baño que le tenía preparado...
Cariño y tu traje de baño.
Lo tengo puesto pero prefiero ir con short.
O.k. amor a disfrutar; le di un beso en la mejilla y lo tomé de la mano; la vamos a pasar de maravilla, olvídate que soy tu madre imagina que vienes con una amiga tuya no me trates como tu madre.
Sí mamá no te preocupes.
Además somos amigos no crees.
Llamame por mi nombre, dime Sara cada vez que me llames, así no dirán que esa mujer no tiene un hombre que lo acompañe, y eso me haría sentir mal.
Bueno Sara vamos a la playa.
Así se dice amor, vamos. Perfecto no actuaríamos como madre e hijo sino como un hombre y una mujer que están de vacaciones.
Al llegar a la playa mi hijo se quitó su short y oh, qué vista tan deliciosa, el cabrón de mi hijo sí que tiene buen paquete, no estaba erecto pero se le notaba lo gordo que es su pené.
Al poco rato le dije que nos bronceáramos, que no quería que nos quemáramos con el sol, tomé la crema y le dije que se diera la vuelta, le unté la crema por su espalda, sus piernas, lo hacía despacio y procurando excitarlo, le dije que se diera la vuelta y se negó, creo que su mástil duro lo impedían, le dije que entonces él me pusiera crema a mí, me recosté boca abajo y él empezó a untarme también, era la primera vez que me lo hacia, sentía sus manos sobándome la espalda, bajó a mis piernas, sentía muy rico, le dije que me desatara el sostén, que no quería tener marcas y así lo hizo.
Me molesta que me deje marcas el traje ojalá y no hubieran tantos prejuicios y pudiéramos broncearnos desnudos; le dije.
No Sara eso sólo se hace en una playa nudista.
Pues no sé si aquí haya una pero me encantaría que no me queden marcas.
Sí hay una por aquí.
En serio amor, pues sería una buena idea darnos una vuelta por ahí no crees.
Estas loca mamá cómo vamos a ir.
Juan en que quedamos dijimos que no me dirías mamá y además soy tu madre y ya te he visto desnudo varias veces, no tendría nada de malo verte de nuevo no me digas que te da vergüenza.
No es eso Sara pero yo a ti nunca te he visto desnuda.
Pero si es muy normal, en esos sitios todo el mundo está en pelotas como sin nada, sin morbo y van hasta familias enteras y no pasa nada, pero en fin es sólo una idea, tal ves lo hagamos, tal vez no, a mí me encantaría sentirme libre por un momento, a ti no.
Sí, me gustaría conocer un lugar así, pero nunca pensé que lo haría contigo.
Pero si eres un cabrón que, querías hacerlo con alguna de tus novias verdad.
Pues esa es una fantasía de cualquier hombre estar en pelotas con una chica.
Bueno pues como te dije ahora no soy tu madre soy Sara tu amiga y todo lo que hagamos será como si fuéramos novios, sin prejuicios, ni nada vamos a disfrutarlo.
Bueno Sara si tú quieres.
Y qué, tú no quieres pasártela bien.
Sí Sara, tienes razón vamos a gozar del momento.
Anda pues así me gusta... broncéame por delante.
Me di la vuelta y por un momento quise que me viera mis senos, pero no mejor me los tapé para no preocuparlo, mi plan estaba saliendo de maravilla, ahora mi hijo actuaría como mi novio y hasta a una playa nudista estaba dispuesto a ir, era perfecto el momento.
Al darme vuelta dirigí mi vista a su paquete y qué paquete a pesar de que lo oculto lo tenía hermosamente grande, me recosté y empezó a untar mi abdomen, y todo mi cuerpo, la verdad lo estábamos gozando los dos, le dije que me pusiera crema en mis manos y delante de él me unté mis senos de crema sin mostrarlos, lo hice varias veces, le insistí que si quería que ya lo bronceara por delante y él dijo que no que en un rato más, que quería sentir el sol en su espalda, se dio la vuelta y se recostó.
Me imagino que su hermoso pene estaba clavado en la arena de lo caliente que estaba, pasó un rato más y me hice la dormida, me moví un poco para así dejar al descubierto mi seno derecho y ahí estaba yo dormida al lado de mi hijo con un seno de fuera, de pronto siento que mi hijo se mueve, seguí haciéndome la dormida, de pronto siento que con su mano intenta cubrirme el seno, al hacerlo roza mi pezón erecto, siento sus dedos acariciarlo, jugó con él sólo unos segundos y me cubrió, fue fantástico, este fue el primer contacto directo, al fin tomó la iniciativa de tocarme y me puso más caliente, de pronto se fue hacia el mar, abrí mis ojos y caminaba rápidamente hacia el mar, creo que tenía la necesidad de aliviar su excitación masturbándose dentro del agua, me sentí mujer, me sentí una puta que había excitado a su hijo que gozaba con su madre y estaba feliz.
Después regresó yo ya estaba para él despierta su traje de baño no mostraba el mástil erecto que tanto deseaba, me sonrió y en sus ojos se veía el brillo de satisfacción, me pidió que lo bronceara de frente, me senté y le pedí que me amarrara por detrás el traje de baño:
Amor no me invitaste a nadar, le dije.
Lo que pasa es que estabas bien dormida Sara.
Bueno es que el viaje ha sido agotador y merecía un descanso, ni siquiera sentí cuando te fuiste, recuéstate amor deja te bronceo y así descansas un rato para ir a cenar y prepararnos para la noche.
Dónde tienes pensado ir.
No sé tengo ganas de bailar, ¿tú no?
Sí Sara dicen que aquí está un antro de lujo.
Bueno pues iremos a pasarla bien; platicábamos mientras pasaba mi mano por su cuerpo, su piel era lisa, sus vellos se erizaban en cada paso de mi mano, al llegar a sus piernas empecé a ver como su pequeño mástil empezaba a crecer, no pudo evitarlo, y yo no podía ya resistir la tentación de tocarlo, así que paré de broncearlo y le dije que me nadaría un momento.
Mi hijo me vio partir entre al agua feliz de haber excitado a mi hijo así, nadé un poco y le grité a mi hijo que nos fuéramos, al llegar había recogido todas nuestras cosas, se puso su short y partimos a la habitación, llegamos y entré a la ducha, como espera el momento de que entrara a ella a cogerme pero no sucedió, cuando salí estaba llamando por teléfono a casa, sus ojos brillaron al verme cubierta sólo con la toalla, me dijo que su padre no contestaba, le dije que de seguro estaba aprovechando que estaba solo para salir a divertirse.
Tienes problemas con papá; me dijo.
Por qué lo dices amor.
Porque él no nos acompañó en este viaje y tiene mucho que los veo distanciados.
Sí amor tu padre me ha abandonado mucho, yo creo que tiene una amante.
Por qué lo dices Sara?
Amor cuando un hombre tiene un amante la esposa es la primera que se da cuenta, simplemente ya no te hace caso, sabes a qué me refiero.
Tal vez son presiones de su trabajo.
No lo creo cuando un hombre ya no te hace el amor pasa algo y no son presiones de trabajo, yo a tu padre le he intentado de muchas maneras excitarlo y siempre esta cansado y yo soy una mujer a la que le encanta el sexo y él ya no me lo da.
Hubiera sido mejor que vinieras con él en lugar de conmigo y así resolvieran sus problemas.
Lo intenté pero él no quiso, y aquí estoy con mi hijo, me la estoy pasando muy bien contigo amor, pero francamente esperaba que tu padre me hiciera el amor y no pudo ser.
Sara qué te puedo decir ; se acercó a mí y me abrazó, me dio un beso en la mejilla; No te preocupes que la pasaremos muy bien.
Tienes razón, basta de tonterías y a disfrutar, entra a la ducha que me preparara para salir a cenar.
Entró y me puse mi tanga negra me perfumé el cuerpo y me coloqué mi vestido negro, me vi en el espejo y estaba orgullosa de mí, me veía muy sexy me pinté los labios, me peiné y mi hijo no salía, creo que estaba en otra sesión de masturbación, cuando vi que saldría de la ducha me paré enfrente a la puerta del baño, al salí se me quedó mirando:
Sara te ves hermosa.
Gracias amor, pero no es para tanto.
De verdad te ves muy bien.
Lo dices en serio.
Sí Sara que envidia van a tener todos al verme con una mujer tan hermosa como tú.
Gracias amor apúrate para salir a divertirnos; sus ojos apuntaban a mis senos apenas ocultos por el vestido, me di la vuelta para que viera mi culo y no perdiera detalle de mi tanga encajada, me agaché a recoger mis zapatillas y le permití verlas, quería que viera el culo que se follaría más tarde, me las puse, él recogió su ropa y se metió al baño a cambiarse, salió y salimos del hotel.
Caminábamos por el malecón tomados de la mano sonriendo, perecíamos novios, bueno parecía una mujer madura con su hombre, con su amante, nadie sospechaba que era madre e hijo a punto de fornicar.
Entramos a cenar y la plática era amena, sonreíamos, hacíamos bromas, estábamos felices los dos, mis pezones estaban excitados y él no disimulaba ya nada al mirarlos yo solo pedí una ensalada, no quería tener alimento sólido en mi cuerpo, quería tenerlo limpio porque esta noche me follaría mi hijo por el culo y no quería que me sacara mierda.
Salimos y entramos en el antro que mi hijo quería ir, muchas luces de colores, mucho humo, muchas parejas, se sentía el sexo flotar, nos dieron nuestra mesa, pedimos unas bebidas y a bailar, me movía sexy para él, me acercaba para platicarle al oído y así juntar nuestros cuerpos, la excitación era plena, los dos al acercarnos sentíamos nuestros cuerpos erectos, mis senos duros con sus dos pezones marcados en la tela del vestido, el mástil de mi hijo erecto de placer, tomados de la mano, sonriendo, deseándonos.
Pasó el tiempo, seguíamos tomando vino, seguíamos rozándonos, bailaba sexy para él y eso a él le gustaba se sentía un gigoló con su amante, se notaba la diferencia de edad, la gente en el lugar sabía que él era mi hombre, los jóvenes lo veían con envidia y las mujeres me criticaban por lucirme con un hombre menor que yo, nos tenían envidia, se sentía en sus miradas, de pronto sonó música romántica, mi hijo me tomó la mano tal vez para regresar a la mesa, pero lo jalé hacia mí, juntamos aún más nuestros cuerpos, recargué mi cabeza en su hombro, nuestros pechos se juntaron y nuestros sexos de unieron sintiendo lo caliente que estábamos, su pene me rozaba en cada movimiento, ya no podía disimular lo tenía enorme frotándome, nuestras respiraciones eran agitadas, sudaban nuestros cuerpos , nos juntábamos más, gozándonos sintiéndonos, acariciaba mi espalda , sentía sus manos tocándome suavemente, yo le acariciaba su nuca, parecíamos dos novios excitados disfrutando de nuestros cuerpos, él en cada paso empujaba más su pene a mi concha húmeda de gozo, dirigí mi voz a su oído y le dije tiernamente:
Amor qué te pasa, te siento muy excitado.
Perdón Sara pero no puedo evitarlo.
Por qué estas así amor; le dije mirándole a los ojos, se veía preocupado y al mismo tiempo excitado, se veía hermoso.
Por ti, te ves también, te siento tan bien que no lo puedo evitar, pero sabes me siento mal, tú eres mi madre,
No soy tu madre, soy Sara y es normal que un chico de tu edad se excite así al bailar tan pegados, no te preocupes amor recuerda que venimos a disfrutar y la verdad yo también estoy muy excitada, a caso no te das cuenta de cómo me tienes, de cómo me has tenido todo el día excitada.
Me sonrió, nos miramos a los ojos y lentamente sin pensarlo nuestras bocas se unieron en su primer beso, un beso de pasión, de amor, de incesto, de ese incesto que ya no tendría vuelta atrás, duro sólo unos segundos, mi hijo se retiró.
Perdón Sara no quise hacerlo.
Amor pero si fue maravilloso.
No Sara no puede ser, tú eres mi madre,
No, no soy tu madre, sólo soy una mujer abandonada, caliente, deseosa de sexo, y quién más que tú, para hacerme nuevamente mujer.
Pero mi padre, qué va a decir, qué dirá la gente.
Nada que somos dos amantes gozando del momento y tu padre, él estará follando en este momento con alguna puta.
Pero soy tu hijo.
Lo sé, amor, pero te deseo tanto y sé que tu también me deseas, he visto como me miras, pude sentir como tocabas mi seno en la playa, pude ver tu pene erecto por mí y el beso que me acabas de dar lo reafirma.
Sara me tienes loco, pero no debe de ser eres mi madre y está mal.
No tú eres Juan mi hombre y yo soy Sara tu amante, tu puta, para hacerte gozar, para follar como locos, porque nos deseamos tanto y al cuerno la moral, quiero que me pidas, que me grites, que exijas follar conmigo, quiero que lo desees tanto como yo, quiero ser tu puta, quiero que esta locura pare aquí o que me saques de este lugar y que me lleves al hotel a hacerme el amor, quiero que me pidas terminar con todo esto o que me pidas a gritos que follemos como locos, sé que nuestra vida cambiara con esto, pero será un cambio lleno de placer, seremos amantes cada vez que tú quieras.
Nos volvimos a besar, pasaba mis manos por su espalda y él por la mía. Me miro a los ojos, me tomó con sus dos manos mis nalgas y me pegó a él
Sara ve cómo estoy por ti, siente mi verga dura por ti, y sí, te deseo, quiero hacerte el amor, quiero cogerte toda la noche, eres mía y siempre lo serás - No importaba la gente, mi hijo me acariciaba el culo, frotaba su pene en mi concha, levantó su mano y tocó mi seno izquierdo, pellizcó mi pezón, no dejábamos de besarnos, y me dijo al oído:
Sara ahora tú serás la que me pida que te folle,
Sí Juan fóllame, hazme tuya, te necesito, necesito de un hombre y quiero que seas tú, quiero ser tu mujer, sin condiciones, quiero que cuando se te de la gana me cojas, quiero fornicar contigo todo el tiempo, por favor sácame de aquí y cógeme toda la noche amor.
Me beso y salimos de la pista de baile, llegamos a la mesa, nos sentamos, me volvió a besar, dirigí mis manos a su mástil y por primera vez lo sentí en ellas, duro, gordo, no lo podía creer, ahí estaba yo, con mi hijo, acariciándole su pene, me sentía dichosa, realizada, estaba dispuesta a que me hiciera el amor ahí mismo, lo pedía a gritos, deseaba que me clavara su mástil sin compasión, que me llenara la boca de semen delante de todos.
Mi hijo volteo a ver a la gente, todos estaban en lo suyo, unos bailando, otros besándose, no éramos los únicos excitados, habían más parejas acariciándose con descaro, igual que nosotros llenos de lujuria, me volvió a besar pero ahora deslizó su mano uno de mis senos, lo tomó, lo acarició, lo apretó riquísimo, nuestras lenguas no dejaban de jugar, yo no dejaba de masturbarlo, de pronto tomó mi pezón me lo pellizcó, me lo jaló fuerte y me dijo: Sara ya no aguanto más salgamos de aquí, se paró y ahí tenía el pene de mi hijo duro como un tubo frente a mi cara, tenía ganas de sacarlo y chuparlo, morderlo, pero ya habíamos llegado muy lejos y decidimos salir del lugar.
Caminábamos abrazados, enamorados, está sería nuestra noche, lo sabíamos y estábamos felices, subimos a un taxi le pedimos nos llevara al hotel, de inmediato me apoderé de su pene, lo seguía masturbando, no dejábamos de besarnos, él tomó nuevamente mi seno pero ahora por debajo de la tela, ahora él sabía que no me hacía la dormida, lo acariciaba despacio, suavemente, con amor, bajo su mano, y por primera vez me acarició mi concha, lo hizo sobre la braga, estaba toda mojada, no recuerdo en toda mi vida haberla tenido tan mojada, chorreaba jugos, y no lo pude evitar, solté un gemido del placer que me provocó, tuve mi primer orgasmo de la noche, ahí en el taxi y sólo porque mi hijo, el muy cabrón acaricio a mamá, no dudo que el taxista se dio cuenta de lo que hicimos y seguramente quedó excitado al igual que nosotros.
Al llegar a la recepción del hotel, entramos junto con una pareja, una chica joven acompañado de un señor mayor que ella, me llamó mucho la atención, porque estaban en la misma situación que nosotros, yo una mujer madura con un joven y ella joven con un maduro, alto fornido, guapo, con canas en el cabello, ella muy fina, bonita, delgada, con un cuerpo muy apetecible, llevaba puesto un pantalón de mezclilla ajustado a su cuerpo haciéndole lucir su parado culo, tenía una blusa blanca sin sostén, en la cual se le marcaban unas senos redondos no muy grandes pero se le notaban firmes, más bien ella parecía la pareja de mi hijo y yo la del señor...
Hola me llamo Jaque qué tal se la están pasando.
Muy bien, yo soy Sara, y ustedes qué tal.
Regresamos de cenar
Nosotros venimos de bailar.
Nos la pasamos muy bien, ese lugar es muy agradable.
Ya lo creo se nota que regresaron a seguir la fiesta. Me dijo sonriendo.
Claro la noche es joven.
Veo que vienes muy bien acompañada. Volteando a ver a mi hijo.
Tú no te puedes quejar, tu novio es muy guapo.
Gracias, él es muy serio pero en la cama es toda pasión.
Eso es lo que cuenta, que te hagan sentir bien.
Creo que las dos la pasaremos muy bien esta noche.
Eso espero, es la primera noche que pasaré con Juan.
Pues suerte amiga, espero verte mañana en la alberca para seguir platicando.
Claro ahí estaremos.
Llegó su hombre, me sonrió, y se fueron hacia los ascensores.
Llegó mi hijo y nos dirigimos a nuestra habitación.
Continuara.......
Tengo buen cuerpo a pesar de mi edad, tengo 37 años y lo conservo porque hago mucho ejercicio.
Alos 17 años conocí a Ramón un hombre que nunca se entero de mi atracción sexual y la verdad me enamoré de él, nunca hice el amor con él hasta casarnos, según yo para terminar con toda mi calentura y que fuera sólo suya hasta el día de nuestra noche de bodas, fue un error fatal ya que lo acostumbré a hacer el amor pocas veces, me casé muy joven a los 18 años, estaba maravillada con ese hombre.
Al año tuvimos a nuestro único hijo Juan, Ramón creció procesionalmente y vivimos muchos años entre lujos y los placeres que da el dinero pero nuestra relación amorosa fracasó y si mucho una vez al mes teníamos relaciones sexuales, pasé de ser una caliente chica, a una frígida mujer y en estos días es un verdadero milagro que el me haga el amor.
Cuando inició el Internet a expandirse adquirimos una computadora para nuestro hijo, esto fue hace un año y él descubrió muy pronto todo el sexo que se encuentra en él y se pasaba las horas navegando, nosotros no sabíamos el por qué hasta que un día en el cual no esperaba Juan mi hijo mi regreso, entré al estudio de la casa y él se encontraba masturbándose, al abrir la puerta él no se dio cuenta y yo no hice ningún ruido sólo me limité a observarlo y la verdad fue maravilloso, tenía el pene muy rico, no muy grande, pero muy gordo al igual que su padre lo tenía gordo pero el de él lo veía más carnoso, la vista era maravillosa, no pude ver qué era lo que veía en la pantalla, pero él lo estaba gozando, me sentí tan mal al estarlo espiando, pero no podía dejar de admirarlo, sus gemidos me hacían excitar más y pronto me empecé a calentar tremendamente, mis pezones saltaron duros y mis pantaletas se humedecieron sin parar, fue en ese momento donde recordé todas mis locuras de juventud y deseé tanto tener ese hermoso mástil entre mis piernas, quería gozarlo y que me volviera hacer mujer, pero era mi hijo y sólo sería una fantasía, en ese momento vi cómo soltó chorros y chorros de semen los cuales no paraban de salir, fue maravilloso ver a mi querido hijo gozar de esa manera, cómo deseé haber sido yo la que con mis manos hiciera gozar de esa manera a mi hijo, rápidamente cerré con cuidado la puerta y regresé a la puerta de entrada y fingí regresar a casa, abrí y cerré con fuerza la puerta y grité mi llegada, mi hijo me contestó desde el estudio, por un momento quise entrar a él pero sabía que lo encontraría muy excitado y preocupado de encontrarlo en ese estado y opté por subir a mi habitación, al subir le grité que me ducharía él contestó que saldría a la calle.
Entré a mi habitación me desnudé lentamente frente al espejo, mi corazón latía sin parar pude ver lo duro de mis pezones, como en muchos años no estaban así y mis pantaletas qué decir, estaban tan mojadas que sólo pensé en su pene dentro de mí, así que me empecé a acariciar todo mi cuerpo, mis senos, mi culo, mi concha, en segundos ya tenía dos dedos metidos en mi concha y me acariciaba el culo todo esto imaginando que era el pene de Juan, tomé un aplicador de toallas femeninas de ampolleta, me acosté y gozaba metiéndomelo hasta que gemí del gusto de mi acabada.
Entré a la ducha y ahí tuve otro orgasmo, salí me vestí y fui directo al cuarto de mi hijo, a pesar de que una señora llega dos veces por semana a realizar la limpieza de la casa mi hijo se negó desde un principio y prefirió hacerlo él mismo en ese momento me enteré de la razón, ya había entrado muchas veces a su habitación pero nunca a husmear, tenía posters de algunas actrices en traje de baño pero nada fuera de lo normal, abrí su cajón y sólo encontré sus bóxer, busqué más adentro y nada, fui hacia el closet y encontré una caja con candado busqué por todos lados hasta que encontré la pequeña llave, abrí el candado y me llevé una grata sorpresa, revistas pornográficas, videos XXX, varias cajas de condones, en fin me di cuenta de que mi hijo era un follador tremendo, por los condones supe que mi hijo follaba con sus amigas, me imaginaba las locuras que tendrían los videos y ardía en deseos de verlos, guardé todo sin antes dejar de ver un momento esas riquísimas revistas, dejé todo en su lugar y me fui a mi habitación a seguir masturbándome pensando en él, en 10 a más años no había tenido tantos orgasmos como en ese día y mucho menos imaginándome que sería por mi hijo.
Me volví a bañar y esperé a mi marido y a mi hijo para comer, sólo encargué comida por teléfono ya que todo el tiempo se me vino encima.
Llegó mi marido y después apareció mi hijo, estaba nerviosa, no sabía si él se dio cuenta de que lo vi masturbarse pero no lo creo porque actuaba muy natural, comimos y mi marido regresó a trabajar, mi hijo dijo que saldría con unos amigos y yo le pedí de favor que me enseñara a utilizar la computadora argumentando que quería redactar todas mis recetas de cocina, pero en realidad quería descubrir qué veía en esa computadora, ni siquiera entendía lo de Internet, pero en fin me empezó a enseñar lo básico cómo manejar Windows, Word, etc. y como buscar archivos, etc. traté de abrir archivos de él pero estaban protegidos con contraseñas y no pude leerlos, lo demás eran tareas, videos, fotografías de artistas, etc., al siguiente día me prometió enseñarme el Internet.
Llegó la noche cenamos y aún me sentía muy caliente intenté hacer el amor con mi marido pero éste estaba muy cansado, le reclamé y discutimos le dije que necesitaba más de él, que quería que me hiciera sentir mujer, que me estaba aburriendo esa vida monótona que llevábamos, le reclamé le dije que él tal vez tenía un amante, en fin, él tuvo que dormir en otra habitación.
El viernes cuando mi hijo se fue al colegio fui directamente por los videos... dios era maravilloso, en uno salían dos chicas jóvenes, muy bonitas y delgadas, besándose y desnudándose, chupándose todo el cuerpo, un tipo se acercó a ellas de inmediato lo despojaron de su ropa y le mamaron el enorme pene muy rico, él se las folló como todo un maestro, lo que más me encantó fue cuando les daba por el culo y cómo se tragaban su semen las dos, el video continuó yo terminé masturbándome riquísimo mientras veía el video deseando a mi hijo, y decidí cambiar el rumbo de mi vida tenía que follar con mi hijo.
Me bañé y sólo me dejé mi bata de baño esperando su regreso, cuando llegó le dije que me enseñara cómo manejar el Internet, me explicó cómo entrar a páginas, cómo buscarlas, etc. todo enfocado a recetas de cocina claro. No dejaba de mirarme la abertura de mi bata que mostraba un poco mis senos y marcaba mis pezones hinchados de placer, pude notar su erección y eso me encantó, había excitado a mi hijo.
Cuando él se fue con sus amigos lo primero que hice fue buscar la palabra "incesto"; y ahí encontré webs donde empecé a leer todos los relatos, las fotos, y todo me encantó, comprendí por qué mi hijo se pasaba las horas conectado a Internet.
Los relatos de incesto me dieron valor e ideas de cómo follar con mi hijo y no dudé en hacer un plan para lograrlo.
En la noche entré al estudio y mi hijo estaba en la computadora no sé si veía una página de sexo pero se asustó entré despacio y me senté en sus piernas y por fin pude sentir lo duro de su pene ya que lo alcanzaba a rozar, estaba muy tenso, yo actué natural y le dije que su papá tenía mucho trabajo y que quería salir a la playa a pasar unos días, él me dijo que sería maravilloso, le di un beso en la mejilla y le dije que lo arreglaría todo.
Hablé con mi marido y por su puesto él dijo que iría sin nosotros, le dije que saldríamos el próximo jueves y regresaríamos el domingo, fui a la habitación de mi hijo y cuando entré el olor a semen era intenso, mi niño se había masturbado, llevaba sólo mi bata de seda para dormir, mis pezones se marcaron en mi bata, él se dio cuenta y no apartó su vista de ellos, me acerqué a su cama y me senté en ella, mis nalgas sintieron entre las sabanas una revista, me imagino que mi hijo estaba masturbándose con alguna revista pornográfica y no le dio tiempo de guardarla, me dieron ganas de sacarla y descubrirlo para ver su reacción pero no lo hice, preferí seguir con mi plan.
Le comuniqué que iríamos a la playa ese jueves, que pidiera permiso en el colegio de faltar y que se preparara para irnos, lo tomé de la mano y le di un beso en la mejilla diciéndole que la pasaríamos muy bien, me encantó la forma que disimuladamente me veía mis senos, me imaginaba su hermoso pene erecto bajo las sabanas y por un momento estuve a punto de despojarlo de las sabanas y chupárselo pero me contuve.
Al siguiente día fui a la agencia de viajes, ahi compre los boletos, y aproveche y entré a un restaurante pedí un vodka y en cada trago que le daba me venían imágenes de mi hijo dándome por el culo, haciéndome su amante, su caliente esclava, no sé cuánto tiempo estuve en las nubes mojada deseando tener ya a mi hijo haciéndome suya, entré al baño del restaurante y me masturbé de nuevo, salí y me fui a casa.
El jueves iría con mi hijo a la playa y todo lo tendría planeado para gozar con él, haría que él me pidiera a gritos que cogiéramos, lo haría el amante perfecto, ya que no tendría que salir de casa para gozar con él.
Llegó el jueves, mis días fértiles habían pasado y podría gozar de mi hijo sin el uso del condón y sin riesgo de quedar preñada de él.
Salí vestida con un pantalón muy ajustado y un top negro sin sostén el cual marcaba muy bien mis senos, me coloqué una blusa de botones encima, no quería que mi marido me viera así, él nos llevó al aeropuerto y partimos a la gloria.
Al subir al avión mi hijo se sentó en la ventana y yo en medio, un señor en el pasillo, yo no dejaba de verle el paquete a mi hijo, no lo tenía erecto, pero yo deseaba vérselo durito, le dije que tenía sueño y me recosté en su hombro, al poco rato mi seno rozaba su brazo, yo constantemente me movía para frotarlo en él, mis pezones estaban ya muy duros y creo sin duda que él sentía mi pezón dilatado, excitado en su brazo, dios estaba tan caliente que tenía ganas que ahí mismo me hiciera el amor, abrí mis ojos disimuladamente y me fije en su entrepierna y ahí estaba su mástil ya dilatado, había excitado a mi hijo, se veía hermosamente duro, no pudo disimular el contacto de mi cuerpo caliente al suyo, mi plan estaba empezando a ser perfecto, ahí estábamos los dos en un avión, rozando nuestros cuerpos, calientes deseándonos, pero al mismo tiempo nerviosos, sí, lo tengo que confesar, parecía una recién casada, nerviosa al momento de llegar a su primera noche de bodas, pero también estaba nerviosa porque a pesar de que mi hijo estaba excitado estaba preocupada de cómo reaccionaría en cada insinuación mía para que él se atreviera a follar con su madre, con la mujer que lo trajo al mundo, sólo deseaba tener las fuerzas suficientes de poder hacer que él me follara como nunca, y haría todo lo posible porque él lo gozara y olvidara todos los estúpidos prejuicios y follara conmigo con las mismas ganas y deseos que yo.
Al llegar a nuestro destino y bajar del avión entré al baño y ahí me despojé de la blusa, me veía muy sexy, esos pantalones hacían lucir mi culo y el top resaltaba mis senos muy bien, tomé las puntas de mis pezones y me los jalé muy fuerte, me los apretaba para que se endurecieran a lo máximo, salí del baño y ahí estaba mi hijo esperándome me acerqué a él y su vista se fue directo a mis pezones marcados escandalosamente en el top, lo tomé de la mano y le dije que me había quitado la blusa por el calor que haría al salir del aeropuerto, salimos y nos dirigimos al hotel, nos registramos, y ahí estábamos los dos dentro de la habitación, le dije a mi hijo que disfrutáramos todo el tiempo posible...
Anda cariño vamos a dar una vuelta a la playa, ponte tu traje de baño. Saqué mi traje de baño y dejé arriba de la ropa mi otro traje de tanga, quería que él lo viera y que se sorprendiera de que usaría uno así.
Entré al baño a cambiarme, dios estaba tan mojada, mis jugos sabían riquísimo, no aguanté mucho y decidí masturbarme para aliviar mis ansias de sexo un momento, cuando salí los ojos de mi hijo al mirarme ya no eran los mismos de antes, ya me había visto él en traje de baño pero siempre de una pieza, era la primera vez que delante de él usaba un traje de baño de dos piezas, prácticamente me estaba viendo con ropa interior, sin pantalones, sin blusas o vestidos, él se había puesto un short yo creo que para disimular su erección, sus ojos brillaban, me fijé en mi maleta y había movido mi ropa, creo que le encantó ver el minúsculo traje de baño que le tenía preparado...
Cariño y tu traje de baño.
Lo tengo puesto pero prefiero ir con short.
O.k. amor a disfrutar; le di un beso en la mejilla y lo tomé de la mano; la vamos a pasar de maravilla, olvídate que soy tu madre imagina que vienes con una amiga tuya no me trates como tu madre.
Sí mamá no te preocupes.
Además somos amigos no crees.
Llamame por mi nombre, dime Sara cada vez que me llames, así no dirán que esa mujer no tiene un hombre que lo acompañe, y eso me haría sentir mal.
Bueno Sara vamos a la playa.
Así se dice amor, vamos. Perfecto no actuaríamos como madre e hijo sino como un hombre y una mujer que están de vacaciones.
Al llegar a la playa mi hijo se quitó su short y oh, qué vista tan deliciosa, el cabrón de mi hijo sí que tiene buen paquete, no estaba erecto pero se le notaba lo gordo que es su pené.
Al poco rato le dije que nos bronceáramos, que no quería que nos quemáramos con el sol, tomé la crema y le dije que se diera la vuelta, le unté la crema por su espalda, sus piernas, lo hacía despacio y procurando excitarlo, le dije que se diera la vuelta y se negó, creo que su mástil duro lo impedían, le dije que entonces él me pusiera crema a mí, me recosté boca abajo y él empezó a untarme también, era la primera vez que me lo hacia, sentía sus manos sobándome la espalda, bajó a mis piernas, sentía muy rico, le dije que me desatara el sostén, que no quería tener marcas y así lo hizo.
Me molesta que me deje marcas el traje ojalá y no hubieran tantos prejuicios y pudiéramos broncearnos desnudos; le dije.
No Sara eso sólo se hace en una playa nudista.
Pues no sé si aquí haya una pero me encantaría que no me queden marcas.
Sí hay una por aquí.
En serio amor, pues sería una buena idea darnos una vuelta por ahí no crees.
Estas loca mamá cómo vamos a ir.
Juan en que quedamos dijimos que no me dirías mamá y además soy tu madre y ya te he visto desnudo varias veces, no tendría nada de malo verte de nuevo no me digas que te da vergüenza.
No es eso Sara pero yo a ti nunca te he visto desnuda.
Pero si es muy normal, en esos sitios todo el mundo está en pelotas como sin nada, sin morbo y van hasta familias enteras y no pasa nada, pero en fin es sólo una idea, tal ves lo hagamos, tal vez no, a mí me encantaría sentirme libre por un momento, a ti no.
Sí, me gustaría conocer un lugar así, pero nunca pensé que lo haría contigo.
Pero si eres un cabrón que, querías hacerlo con alguna de tus novias verdad.
Pues esa es una fantasía de cualquier hombre estar en pelotas con una chica.
Bueno pues como te dije ahora no soy tu madre soy Sara tu amiga y todo lo que hagamos será como si fuéramos novios, sin prejuicios, ni nada vamos a disfrutarlo.
Bueno Sara si tú quieres.
Y qué, tú no quieres pasártela bien.
Sí Sara, tienes razón vamos a gozar del momento.
Anda pues así me gusta... broncéame por delante.
Me di la vuelta y por un momento quise que me viera mis senos, pero no mejor me los tapé para no preocuparlo, mi plan estaba saliendo de maravilla, ahora mi hijo actuaría como mi novio y hasta a una playa nudista estaba dispuesto a ir, era perfecto el momento.
Al darme vuelta dirigí mi vista a su paquete y qué paquete a pesar de que lo oculto lo tenía hermosamente grande, me recosté y empezó a untar mi abdomen, y todo mi cuerpo, la verdad lo estábamos gozando los dos, le dije que me pusiera crema en mis manos y delante de él me unté mis senos de crema sin mostrarlos, lo hice varias veces, le insistí que si quería que ya lo bronceara por delante y él dijo que no que en un rato más, que quería sentir el sol en su espalda, se dio la vuelta y se recostó.
Me imagino que su hermoso pene estaba clavado en la arena de lo caliente que estaba, pasó un rato más y me hice la dormida, me moví un poco para así dejar al descubierto mi seno derecho y ahí estaba yo dormida al lado de mi hijo con un seno de fuera, de pronto siento que mi hijo se mueve, seguí haciéndome la dormida, de pronto siento que con su mano intenta cubrirme el seno, al hacerlo roza mi pezón erecto, siento sus dedos acariciarlo, jugó con él sólo unos segundos y me cubrió, fue fantástico, este fue el primer contacto directo, al fin tomó la iniciativa de tocarme y me puso más caliente, de pronto se fue hacia el mar, abrí mis ojos y caminaba rápidamente hacia el mar, creo que tenía la necesidad de aliviar su excitación masturbándose dentro del agua, me sentí mujer, me sentí una puta que había excitado a su hijo que gozaba con su madre y estaba feliz.
Después regresó yo ya estaba para él despierta su traje de baño no mostraba el mástil erecto que tanto deseaba, me sonrió y en sus ojos se veía el brillo de satisfacción, me pidió que lo bronceara de frente, me senté y le pedí que me amarrara por detrás el traje de baño:
Amor no me invitaste a nadar, le dije.
Lo que pasa es que estabas bien dormida Sara.
Bueno es que el viaje ha sido agotador y merecía un descanso, ni siquiera sentí cuando te fuiste, recuéstate amor deja te bronceo y así descansas un rato para ir a cenar y prepararnos para la noche.
Dónde tienes pensado ir.
No sé tengo ganas de bailar, ¿tú no?
Sí Sara dicen que aquí está un antro de lujo.
Bueno pues iremos a pasarla bien; platicábamos mientras pasaba mi mano por su cuerpo, su piel era lisa, sus vellos se erizaban en cada paso de mi mano, al llegar a sus piernas empecé a ver como su pequeño mástil empezaba a crecer, no pudo evitarlo, y yo no podía ya resistir la tentación de tocarlo, así que paré de broncearlo y le dije que me nadaría un momento.
Mi hijo me vio partir entre al agua feliz de haber excitado a mi hijo así, nadé un poco y le grité a mi hijo que nos fuéramos, al llegar había recogido todas nuestras cosas, se puso su short y partimos a la habitación, llegamos y entré a la ducha, como espera el momento de que entrara a ella a cogerme pero no sucedió, cuando salí estaba llamando por teléfono a casa, sus ojos brillaron al verme cubierta sólo con la toalla, me dijo que su padre no contestaba, le dije que de seguro estaba aprovechando que estaba solo para salir a divertirse.
Tienes problemas con papá; me dijo.
Por qué lo dices amor.
Porque él no nos acompañó en este viaje y tiene mucho que los veo distanciados.
Sí amor tu padre me ha abandonado mucho, yo creo que tiene una amante.
Por qué lo dices Sara?
Amor cuando un hombre tiene un amante la esposa es la primera que se da cuenta, simplemente ya no te hace caso, sabes a qué me refiero.
Tal vez son presiones de su trabajo.
No lo creo cuando un hombre ya no te hace el amor pasa algo y no son presiones de trabajo, yo a tu padre le he intentado de muchas maneras excitarlo y siempre esta cansado y yo soy una mujer a la que le encanta el sexo y él ya no me lo da.
Hubiera sido mejor que vinieras con él en lugar de conmigo y así resolvieran sus problemas.
Lo intenté pero él no quiso, y aquí estoy con mi hijo, me la estoy pasando muy bien contigo amor, pero francamente esperaba que tu padre me hiciera el amor y no pudo ser.
Sara qué te puedo decir ; se acercó a mí y me abrazó, me dio un beso en la mejilla; No te preocupes que la pasaremos muy bien.
Tienes razón, basta de tonterías y a disfrutar, entra a la ducha que me preparara para salir a cenar.
Entró y me puse mi tanga negra me perfumé el cuerpo y me coloqué mi vestido negro, me vi en el espejo y estaba orgullosa de mí, me veía muy sexy me pinté los labios, me peiné y mi hijo no salía, creo que estaba en otra sesión de masturbación, cuando vi que saldría de la ducha me paré enfrente a la puerta del baño, al salí se me quedó mirando:
Sara te ves hermosa.
Gracias amor, pero no es para tanto.
De verdad te ves muy bien.
Lo dices en serio.
Sí Sara que envidia van a tener todos al verme con una mujer tan hermosa como tú.
Gracias amor apúrate para salir a divertirnos; sus ojos apuntaban a mis senos apenas ocultos por el vestido, me di la vuelta para que viera mi culo y no perdiera detalle de mi tanga encajada, me agaché a recoger mis zapatillas y le permití verlas, quería que viera el culo que se follaría más tarde, me las puse, él recogió su ropa y se metió al baño a cambiarse, salió y salimos del hotel.
Caminábamos por el malecón tomados de la mano sonriendo, perecíamos novios, bueno parecía una mujer madura con su hombre, con su amante, nadie sospechaba que era madre e hijo a punto de fornicar.
Entramos a cenar y la plática era amena, sonreíamos, hacíamos bromas, estábamos felices los dos, mis pezones estaban excitados y él no disimulaba ya nada al mirarlos yo solo pedí una ensalada, no quería tener alimento sólido en mi cuerpo, quería tenerlo limpio porque esta noche me follaría mi hijo por el culo y no quería que me sacara mierda.
Salimos y entramos en el antro que mi hijo quería ir, muchas luces de colores, mucho humo, muchas parejas, se sentía el sexo flotar, nos dieron nuestra mesa, pedimos unas bebidas y a bailar, me movía sexy para él, me acercaba para platicarle al oído y así juntar nuestros cuerpos, la excitación era plena, los dos al acercarnos sentíamos nuestros cuerpos erectos, mis senos duros con sus dos pezones marcados en la tela del vestido, el mástil de mi hijo erecto de placer, tomados de la mano, sonriendo, deseándonos.
Pasó el tiempo, seguíamos tomando vino, seguíamos rozándonos, bailaba sexy para él y eso a él le gustaba se sentía un gigoló con su amante, se notaba la diferencia de edad, la gente en el lugar sabía que él era mi hombre, los jóvenes lo veían con envidia y las mujeres me criticaban por lucirme con un hombre menor que yo, nos tenían envidia, se sentía en sus miradas, de pronto sonó música romántica, mi hijo me tomó la mano tal vez para regresar a la mesa, pero lo jalé hacia mí, juntamos aún más nuestros cuerpos, recargué mi cabeza en su hombro, nuestros pechos se juntaron y nuestros sexos de unieron sintiendo lo caliente que estábamos, su pene me rozaba en cada movimiento, ya no podía disimular lo tenía enorme frotándome, nuestras respiraciones eran agitadas, sudaban nuestros cuerpos , nos juntábamos más, gozándonos sintiéndonos, acariciaba mi espalda , sentía sus manos tocándome suavemente, yo le acariciaba su nuca, parecíamos dos novios excitados disfrutando de nuestros cuerpos, él en cada paso empujaba más su pene a mi concha húmeda de gozo, dirigí mi voz a su oído y le dije tiernamente:
Amor qué te pasa, te siento muy excitado.
Perdón Sara pero no puedo evitarlo.
Por qué estas así amor; le dije mirándole a los ojos, se veía preocupado y al mismo tiempo excitado, se veía hermoso.
Por ti, te ves también, te siento tan bien que no lo puedo evitar, pero sabes me siento mal, tú eres mi madre,
No soy tu madre, soy Sara y es normal que un chico de tu edad se excite así al bailar tan pegados, no te preocupes amor recuerda que venimos a disfrutar y la verdad yo también estoy muy excitada, a caso no te das cuenta de cómo me tienes, de cómo me has tenido todo el día excitada.
Me sonrió, nos miramos a los ojos y lentamente sin pensarlo nuestras bocas se unieron en su primer beso, un beso de pasión, de amor, de incesto, de ese incesto que ya no tendría vuelta atrás, duro sólo unos segundos, mi hijo se retiró.
Perdón Sara no quise hacerlo.
Amor pero si fue maravilloso.
No Sara no puede ser, tú eres mi madre,
No, no soy tu madre, sólo soy una mujer abandonada, caliente, deseosa de sexo, y quién más que tú, para hacerme nuevamente mujer.
Pero mi padre, qué va a decir, qué dirá la gente.
Nada que somos dos amantes gozando del momento y tu padre, él estará follando en este momento con alguna puta.
Pero soy tu hijo.
Lo sé, amor, pero te deseo tanto y sé que tu también me deseas, he visto como me miras, pude sentir como tocabas mi seno en la playa, pude ver tu pene erecto por mí y el beso que me acabas de dar lo reafirma.
Sara me tienes loco, pero no debe de ser eres mi madre y está mal.
No tú eres Juan mi hombre y yo soy Sara tu amante, tu puta, para hacerte gozar, para follar como locos, porque nos deseamos tanto y al cuerno la moral, quiero que me pidas, que me grites, que exijas follar conmigo, quiero que lo desees tanto como yo, quiero ser tu puta, quiero que esta locura pare aquí o que me saques de este lugar y que me lleves al hotel a hacerme el amor, quiero que me pidas terminar con todo esto o que me pidas a gritos que follemos como locos, sé que nuestra vida cambiara con esto, pero será un cambio lleno de placer, seremos amantes cada vez que tú quieras.
Nos volvimos a besar, pasaba mis manos por su espalda y él por la mía. Me miro a los ojos, me tomó con sus dos manos mis nalgas y me pegó a él
Sara ve cómo estoy por ti, siente mi verga dura por ti, y sí, te deseo, quiero hacerte el amor, quiero cogerte toda la noche, eres mía y siempre lo serás - No importaba la gente, mi hijo me acariciaba el culo, frotaba su pene en mi concha, levantó su mano y tocó mi seno izquierdo, pellizcó mi pezón, no dejábamos de besarnos, y me dijo al oído:
Sara ahora tú serás la que me pida que te folle,
Sí Juan fóllame, hazme tuya, te necesito, necesito de un hombre y quiero que seas tú, quiero ser tu mujer, sin condiciones, quiero que cuando se te de la gana me cojas, quiero fornicar contigo todo el tiempo, por favor sácame de aquí y cógeme toda la noche amor.
Me beso y salimos de la pista de baile, llegamos a la mesa, nos sentamos, me volvió a besar, dirigí mis manos a su mástil y por primera vez lo sentí en ellas, duro, gordo, no lo podía creer, ahí estaba yo, con mi hijo, acariciándole su pene, me sentía dichosa, realizada, estaba dispuesta a que me hiciera el amor ahí mismo, lo pedía a gritos, deseaba que me clavara su mástil sin compasión, que me llenara la boca de semen delante de todos.
Mi hijo volteo a ver a la gente, todos estaban en lo suyo, unos bailando, otros besándose, no éramos los únicos excitados, habían más parejas acariciándose con descaro, igual que nosotros llenos de lujuria, me volvió a besar pero ahora deslizó su mano uno de mis senos, lo tomó, lo acarició, lo apretó riquísimo, nuestras lenguas no dejaban de jugar, yo no dejaba de masturbarlo, de pronto tomó mi pezón me lo pellizcó, me lo jaló fuerte y me dijo: Sara ya no aguanto más salgamos de aquí, se paró y ahí tenía el pene de mi hijo duro como un tubo frente a mi cara, tenía ganas de sacarlo y chuparlo, morderlo, pero ya habíamos llegado muy lejos y decidimos salir del lugar.
Caminábamos abrazados, enamorados, está sería nuestra noche, lo sabíamos y estábamos felices, subimos a un taxi le pedimos nos llevara al hotel, de inmediato me apoderé de su pene, lo seguía masturbando, no dejábamos de besarnos, él tomó nuevamente mi seno pero ahora por debajo de la tela, ahora él sabía que no me hacía la dormida, lo acariciaba despacio, suavemente, con amor, bajo su mano, y por primera vez me acarició mi concha, lo hizo sobre la braga, estaba toda mojada, no recuerdo en toda mi vida haberla tenido tan mojada, chorreaba jugos, y no lo pude evitar, solté un gemido del placer que me provocó, tuve mi primer orgasmo de la noche, ahí en el taxi y sólo porque mi hijo, el muy cabrón acaricio a mamá, no dudo que el taxista se dio cuenta de lo que hicimos y seguramente quedó excitado al igual que nosotros.
Al llegar a la recepción del hotel, entramos junto con una pareja, una chica joven acompañado de un señor mayor que ella, me llamó mucho la atención, porque estaban en la misma situación que nosotros, yo una mujer madura con un joven y ella joven con un maduro, alto fornido, guapo, con canas en el cabello, ella muy fina, bonita, delgada, con un cuerpo muy apetecible, llevaba puesto un pantalón de mezclilla ajustado a su cuerpo haciéndole lucir su parado culo, tenía una blusa blanca sin sostén, en la cual se le marcaban unas senos redondos no muy grandes pero se le notaban firmes, más bien ella parecía la pareja de mi hijo y yo la del señor...
Hola me llamo Jaque qué tal se la están pasando.
Muy bien, yo soy Sara, y ustedes qué tal.
Regresamos de cenar
Nosotros venimos de bailar.
Nos la pasamos muy bien, ese lugar es muy agradable.
Ya lo creo se nota que regresaron a seguir la fiesta. Me dijo sonriendo.
Claro la noche es joven.
Veo que vienes muy bien acompañada. Volteando a ver a mi hijo.
Tú no te puedes quejar, tu novio es muy guapo.
Gracias, él es muy serio pero en la cama es toda pasión.
Eso es lo que cuenta, que te hagan sentir bien.
Creo que las dos la pasaremos muy bien esta noche.
Eso espero, es la primera noche que pasaré con Juan.
Pues suerte amiga, espero verte mañana en la alberca para seguir platicando.
Claro ahí estaremos.
Llegó su hombre, me sonrió, y se fueron hacia los ascensores.
Llegó mi hijo y nos dirigimos a nuestra habitación.
Continuara.......
3 comentarios - Mi hijo mi hombre _ cap 1