Hace mucho que no les contaba nada, mucho trabajo y poco tiempo libre, pero esto tengo que compartirlo con ustedes.
Como sabrán, soy masajista, maduro y muy experimentado (pueden verlo en mis post). Me suelen llamar de un hotel de un lugar turístico del Gran Buenos Aires donde vivo para cubrir el servicio de masajes cuando sale algo. Siempre son masajes normales, nada sexual, nunca pierdo las esperanzas de que se de algo pero nunca pasó nada. Aunque siempre hay algo para disfrutar, alguna buena cola de una cincuentona bien acariciada, un par de treintañeras dando vueltas por el cuarto en tanga mientras esperan su turno de masajes, alguna señora que se pone bien cachonda con mi masaje pero que no se anima a pedir más... y siempre alguna buena propina!
Esta vez era para una pareja, 30 y algo, cuarenta años cuando mucho. Primero le tocó a el, armo la camilla en el cuarto y comienzo el masaje. Se sentía que ella estaba en el baño, duchándose, antes de terminar con el ella ya estaba en el cuarto, una linda chica, no muy exuberante, linda colita bien redondita y unos pechitos no muy grandes pero paraditos.
Para no hacerla larga e ir a lo importante, termino el masaje con el y le toca el turno a ella.
Siempre imagino a el, tirado en la cama, viendo como su mujer se va calentando con el masaje y sumándose después a un caliente trio (como me paso muchas veces en mi gabinete y podrán leer en mis relatos), pero no, el salió del cuarto y fue a un cuarto vecino donde estaban unos amigos para dejarnos tranquilos.
Ella quedó en ropa interior, una linda tanga y un corpiño que cuando se ubicó boca abajo en la camilla, se sacó y tiró arriba de la cama.
Comencé mi masaje normalmente, espalda, piernas, cola... todo lo que su pequeña tanga dejaba libre fue masajeado y acariciado... eso siempre me calienta mucho y tomo como el regalo que me dan cuando se que no va a pasar nada, como en estos casos.
Obvio que se como puedo calentar a una mujer sin zarparme, se que tocar y como y siempre lo hago.
Momento de ponerse boca arriba y le alcancé una toallita para cubrir sus pechos que pude admirar mientras se acomodaba, pezones rosaditos y bien duritos, ella ya estaba excitada y eso me gustaba.
Fui a sus piernas, rocé sin tocar infinidad de veces su conchita, sentía su aroma de mujer en celo, fui a su pancita y luego a sus pechos, con mis manos por debajo de la toalla, sin tocar los pezones pero dandole un buen masaje.
Fue ahi donde ella me preguntó: - Sos Lechero?
Me sorprendió, es como que entendí bien pero mis oídos no daban crédito a lo escuchado...
Como? le dije, haciendome el que no entendia...
-si! me contestó... si largas mucha lechita.... quiero tomar lechita!
si mi amor! le dije, mientras bajaba el elastico de mi pantalon, dejandole mi verga a mano...
Ella se la metió en la boca y comenzó a hacerme un pete muy caliente, lleno de baba.
Corri la toallita y comencé a acariciarle las tetitas...
-Mirá que no quiero coger, eh, solo tomarme la lechita.
-Dejame tocarte un poquito le dije, y solo me dejó tocarle las tetas mientras me chupaba.
Cuando no pude aguantar mas le descargué toda mi leche en su boca. Mucha...
Tragó todo, aun la que se le escurría por los labios. Me agradeció con un pico enlechado (ja!)
Salí justo cuando volvía el marido, ella le dio un gran beso en la boca (con mi leche!) y le agradeció por regalarle el masaje.
Me despedí dándole la mano y me fui.
El sabia lo que iba a pasar? era parte de su regalo? No se y no me importó.
Como sabrán, soy masajista, maduro y muy experimentado (pueden verlo en mis post). Me suelen llamar de un hotel de un lugar turístico del Gran Buenos Aires donde vivo para cubrir el servicio de masajes cuando sale algo. Siempre son masajes normales, nada sexual, nunca pierdo las esperanzas de que se de algo pero nunca pasó nada. Aunque siempre hay algo para disfrutar, alguna buena cola de una cincuentona bien acariciada, un par de treintañeras dando vueltas por el cuarto en tanga mientras esperan su turno de masajes, alguna señora que se pone bien cachonda con mi masaje pero que no se anima a pedir más... y siempre alguna buena propina!
Esta vez era para una pareja, 30 y algo, cuarenta años cuando mucho. Primero le tocó a el, armo la camilla en el cuarto y comienzo el masaje. Se sentía que ella estaba en el baño, duchándose, antes de terminar con el ella ya estaba en el cuarto, una linda chica, no muy exuberante, linda colita bien redondita y unos pechitos no muy grandes pero paraditos.
Para no hacerla larga e ir a lo importante, termino el masaje con el y le toca el turno a ella.
Siempre imagino a el, tirado en la cama, viendo como su mujer se va calentando con el masaje y sumándose después a un caliente trio (como me paso muchas veces en mi gabinete y podrán leer en mis relatos), pero no, el salió del cuarto y fue a un cuarto vecino donde estaban unos amigos para dejarnos tranquilos.
Ella quedó en ropa interior, una linda tanga y un corpiño que cuando se ubicó boca abajo en la camilla, se sacó y tiró arriba de la cama.
Comencé mi masaje normalmente, espalda, piernas, cola... todo lo que su pequeña tanga dejaba libre fue masajeado y acariciado... eso siempre me calienta mucho y tomo como el regalo que me dan cuando se que no va a pasar nada, como en estos casos.
Obvio que se como puedo calentar a una mujer sin zarparme, se que tocar y como y siempre lo hago.
Momento de ponerse boca arriba y le alcancé una toallita para cubrir sus pechos que pude admirar mientras se acomodaba, pezones rosaditos y bien duritos, ella ya estaba excitada y eso me gustaba.
Fui a sus piernas, rocé sin tocar infinidad de veces su conchita, sentía su aroma de mujer en celo, fui a su pancita y luego a sus pechos, con mis manos por debajo de la toalla, sin tocar los pezones pero dandole un buen masaje.
Fue ahi donde ella me preguntó: - Sos Lechero?
Me sorprendió, es como que entendí bien pero mis oídos no daban crédito a lo escuchado...
Como? le dije, haciendome el que no entendia...
-si! me contestó... si largas mucha lechita.... quiero tomar lechita!
si mi amor! le dije, mientras bajaba el elastico de mi pantalon, dejandole mi verga a mano...
Ella se la metió en la boca y comenzó a hacerme un pete muy caliente, lleno de baba.
Corri la toallita y comencé a acariciarle las tetitas...
-Mirá que no quiero coger, eh, solo tomarme la lechita.
-Dejame tocarte un poquito le dije, y solo me dejó tocarle las tetas mientras me chupaba.
Cuando no pude aguantar mas le descargué toda mi leche en su boca. Mucha...
Tragó todo, aun la que se le escurría por los labios. Me agradeció con un pico enlechado (ja!)
Salí justo cuando volvía el marido, ella le dio un gran beso en la boca (con mi leche!) y le agradeció por regalarle el masaje.
Me despedí dándole la mano y me fui.
El sabia lo que iba a pasar? era parte de su regalo? No se y no me importó.
2 comentarios - Masaje con final feliz (para mi!)