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PDB 50 Yo también quiero probar tu sushi… (VIII)




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Compendio III


Al principio, me preocupaba que algún profesor pudiera sorprendernos. Pero una vez que las clases terminan, los clubes se activan: se escuchaban melodías de la sala de música, donde se notaba que los estudiantes practicaban con dedicación. Contrastando con ellos, el club de artes que permanecía más silencioso, con sus alumnos salpicando colores en lienzos o dibujando bosquejos entretenidos.

En la cancha de futbol, los gritos y risas de los estudiantes practicando daban vida a la escuela. En el auditorio, el club de drama practicaba alguna obra teatral y el taller de robótica preparaba maquinas complejas.

Por estos motivos, la oficina de una profesora de primaria como la de Cheryl resultaba un santuario privado para nosotros.

•¡Oh, sí! ¡Ahh, sí! ¡Ahhh! ¡Ahhhhh! ¡MAARCO! – Exclamó esta maravillosa diosa pelirroja alcanzando el orgasmo sobre mí.

Es curioso pensar que, en su casa, su pose favorita es la de perrito. Sin embargo, en la oficina, es la de misionero, con ella o conmigo arriba, según sea la ocasión.

No que pudiera quejarme, puesto que esos generosos pechos se ven esplendidos ya sean acostados o colgando, como lo eran en este caso.

PDB 50 Yo también quiero probar tu sushi… (VIII)

Resoplábamos agotados por la actividad física.

•¡No sé cómo lo haces! – resoplaba con dificultad. - ¡No sé qué pensará Marisol, pero creo que has mejorado aún más!

Me besaba tiernamente mientras le sonreía como idiota. Aunque probablemente lo entendería, no me atrevía a decirle que, durante la mañana, había estado con Isabella…

Con la llegada de Julio, las esperadas vacaciones de invierno de los niños se acercaban (razón por la que me he tomado más tiempo en redactar estas entregas), significando el final de un “agotador” primer semestre complaciendo a 3 madres de compañeras de Bastián y a Cheryl, la profesora de mi hijo, además de a mi amado ruiseñor.

Mientras la veía agacharse para recoger su falda, noté su cintura…

-¡Cheryl, estás más delgada! – exclamé sorprendido.

Se puso tensa, soltando la prenda y estirándose nerviosa, haciendo que su tentadora delantera se sacudiera como gelatina.

Profesora

•¿También lo notaste? – preguntó, enrojeciendo como la tímida profesora que conocí a principio de año.

Le miré confundido…

-¿Por qué? ¿Quién más lo notó? – y añadiendo una sonrisa cómplice, agregué. - ¿Debería preocuparme?

Mi broma la puso más nerviosa…

•Ehm… no… no… solo Maya…- respondió, enrojeciendo de nuevo.

Maya y Cheryl se conocieron durante sus años universitarios, formando una amistad que marcaría sus futuros. Maya, talentosa no solamente en la natación, sino que también en los estudios, destacó como genio desde el principio. Su dedicación y astucia le permitieron obtener su título de maestra a los 22 años. Cheryl, aunque mayor que ella, tardó un poco más en encontrar su camino y se terminó graduando a los 26 años. Pero a pesar de su diferencia de edad y de talentos, ambas se hicieron amigas enseguida.

La familia de Maya tenía grandes expectativas para ella. Una vez que se graduó como instructora de natación, concertaron su matrimonio con Krishna, con las ilusiones de que sus habilidades excepcionales les merecían una pareja que pudiese apoyarla y equiparar sus proezas intelectuales. Maya conoció a Krishna el día de su boda, pero no congeniaron. En lugar de consumar su matrimonio, Krishna había aceptado un puesto de investigación en Filipinas y se marchó al cabo de una semana, dejando a Maya con un matrimonio a distancia. Sin embargo, las creencias culturales de Maya la obligaron a mantener su relación.

pelirroja tetona

A pesar de esto, Maya consiguió un puesto de instructora de natación en la prestigiosa escuela de Bastián, dedicándose completamente a sus alumnos y formando a los niños en natación. Sin descuidar sus responsabilidades, nunca olvidó a Cheryl. Cheryl admiraba los logros y la dedicación de Maya, apoyándola constantemente. Su propio paso por la universidad estuvo marcado por el trabajo duro y la persistencia. Cuando por fin pudo graduarse, Maya le tendió la mano, reconociendo el potencial de su amiga. Maya recomendó a Cheryl para un puesto en su escuela, convencida que su pasión por la enseñanza y su perspectiva particular serían una valiosa adición al staff.

mujer con mujer

Con el apoyo de Maya, Cheryl se incorporó a la escuela y forjó su propio lugar, junto con el respeto de sus compañeros. Las 2 amigas se siguieron apoyando mutuamente y su vínculo se fortaleció a medida que avanzaban juntas en sus carreras laborales.

Y mientras nos vestíamos, me fue contando cómo han ido las cosas entre ellas…

******************************************************************

Las amigas tienen la costumbre de salir a tomar café luego de clases. Al parecer, ese día en particular, mi desempeño fue bastante bueno, dado que Maya encontró a Cheryl soñando despierta cuando Bastián y yo nos marchábamos.

Le preguntó si se sentía bien, sonriendo animosamente, a lo que ella le sonrió de vuelta de manera luminosa.

Cheryl y Maya se sentaron en la cafetería, con la conversación fluyendo a medida que se ponían al día con las vicisitudes de la vida, no obstante Cheryl no pudo contener su creciente secreto por más tiempo…

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Cheryl, ¿Todo bien? - le preguntó Maya con preocupación.

•Sí, todo bien… solo estoy entusiasmada con nuestra reunión, ¿Sabes? – Cheryl trató de enmascarar su entusiasmo.

Pero a pesar de su inexperiencia, Maya le miró con complicidad.

Que ella la viera de esa manera hizo que aflorasen los sentimientos prohibidos que había ocultado por tanto tiempo. Los sentimientos que, hasta antes de conocerme, consideraba tabú por sentirlos por su mejor amiga.

Tomando un gran suspiro, para armarse de valor…

•Hay algo que necesito hablar contigo, Maya…- le dijo, con su voz nerviosa. – Algo que he estado pensando por bastante tiempo.

Maya miró a su amiga preocupada…

¿Qué pasa, Cher?

Cheryl tomó otro gran suspiro antes de confesar…

•Tú… me gustas…- le dijo con el corazón acelerado, a medida que sus palabras dejaban su boca.

Maya la contempló en silencio, procesando la información. Su expresión reflejaba su sorpresa. Y entonces le dio a Cheryl una pequeña, triste sonrisa.

¡Lo siento, Cheryl! No me di cuenta… quiero decir… siempre pensé que tú y yo éramos amigas… nunca te había visto así antes…

Las pausas de Maya sugerían algo más pasando. El corazón de Cheryl se aceleró…

•¡Lo sé! – logró decir, controlando su entusiasmo. – Pero eso no es todo. El fin de semana pasado, Marco y yo…

Cheryl dudó, insegura de qué tanto podía revelar…

Sin embargo, esto llamó la atención de Maya.

¿Sí? ¿Marco y tú…? – le consultó, con un hilo de voz.

Cheryl volvió a armarse de valor.

•Marco y yo tuvimos un trío con su esposa, Marisol. - confesó entusiasmada. - ¡Fue increíble! Pero… hizo las cosas complicadas…

A medida que yo escuchaba sus palabras, trataba de ponerme en los zapatos de Maya. Es decir, en menos de 30 segundos, no solo se había enterado de que su mejor amiga sentía algo por ella, pero que también, su mejor amiga había estado en un trío con otra mujer, siendo que ella misma era virgen.

Por eso, imagino que Maya quedó impactada por algunos momentos, con su mente asimilando las revelaciones.

¡No… no puedo creerlo! – logró decirle. – Quiero decir… yo sospechaba que ustedes estaban teniendo relaciones… pero nunca creí…

Sin embargo, si conocieran a Cheryl, sabrían que es honesta, dulce y romántica. Y dentro de su lógica, su proceder sí tiene sentido…

Cheryl se puso de pie y puso su mano en el hombro de Maya.

•¡Disculpa si te lastimé! - le dijo, tratando de calmarla. - ¡Nunca quise que las cosas se salieran de control! Yo solo… tú me gustas tanto… quería compartir algo especial contigo… y quería que fueras feliz.

Maya se puso a llorar, mirándola a los ojos.

¡Yo también te quiero, Cheryl! Pero no sé qué hacer. Necesito un poco de tiempo para procesar esto…

Cheryl comprendió, sintiendo sus ojos llorar…

•¡Por supuesto! – le dijo. - ¡Entiendo! ¡Tómate tu tiempo!

Se sentaron en silencio, perdidas en sus propios pensamientos. Cheryl dijo que sabía que las cosas entre las amigas probablemente cambiarían para siempre. Pero era algo que no podía contener.

Lo inesperado fue que todo esto despertó la curiosidad de Maya…

¿Puedo preguntarte cómo fue? - Maya consultó con timidez. - ¿Cómo fue… la experiencia de estar con otra mujer… para ti?

Cheryl vio una luz de esperanza, temiendo que hubiese arruinado su amistad para siempre. Dudó de nuevo, armándose de valor. Suspiró profundamente y entonces, decidió de ser honesta con su amiga.

•Fue sorprendente. – le confesó. – Al principio, estaba nerviosa y asustada, pero entonces me di cuenta lo mucho que quería hacerlo. Las cosas que quería hacer contigo… pues, se sintió… bien.

Maya le miró impresionada con sus palabras.

¿Quieres decir…?

Cheryl se avergonzó...

•Quiero decir…- Le dijo tomando su mano. – que si quieres explorar eso conmigo… si alguna vez quieres… estar conmigo… estaría honrada.

Maya se conmovió en lágrimas, al ver la honestidad de su amiga.

No sé qué decir… necesito un poco de tiempo. Esto es demasiado para mí. - se volvió a excusar la inexperta Maya.

•¡Lo sé! ¡Lo sé! ¡Tómate el tiempo que necesites! ¡Soy tu amiga, Maya! ¡Sin importar qué!

Pero durante años, las dudas e incertidumbres de Maya sobre el amor, el sexo y las relaciones se habían acumulado como el agua en un tanque viejo y oxidado. Esta imprevista oportunidad, que la había retenido emocionalmente por sus creencias culturales y las circunstancias de su matrimonio, servían de alivio al peso que cargaban en su mente, fluyendo como una tímida gotera.

¿Sabes?... últimamente… me he sentido curiosa sobre el sexo… y no quiero mentirte, mi querida amiga… especialmente que has sido sincera conmigo…- Maya se pausó con timidez. – El padre de Bastián… me ha hecho sentir… cosas… cosas que no sentí cuando conocí a mi esposo Krishna… y ahora que sé que tú y él…

Cheryl sonrió gentilmente a Maya, comprendiendo su situación.

•¡Está bien sentirse así, Maya! No tienes que disculparte o explicarme. Somos seres humanos, tratando de entender este mundo y nuestros propios deseos.

Maya se sintió aliviada al ver la confianza en los ojos de Cheryl, no sintiendo prejuicios ni condenaciones.

De la misma manera que le había pasado a Cheryl, las palabras se agolparon en los labios de Maya.

Sé que te puede sonar loco que te lo pregunte… pero tu primera vez… ¿Fue dolorosa?

Maya contempló a Cheryl con honestidad y admiración porque su amiga pelirroja tuviera más experiencia, ya que no era virgen. Eso le hizo sentir bien.

•No, no fue doloroso. – le tranquilizó Cheryl. – Por supuesto, puede ser diferente al principio, pero así es con todas las cosas nuevas. Aunque con la persona correcta, claro… puede ser sorprendente… es decir… envidio mucho la suerte de Marisol… Marco fue su primera vez y ella, fue la de él… y no sé… él ha sido muy gentil y atento conmigo… se ha asegurado que esté cómoda todo el tiempo.

Y al ver que la tensión inicial se disipaba, Cheryl aprovechó la oportunidad de ser más abierta con Maya.

•Ahora, me siento curiosa… si decidieras explorar esto conmigo… o con él… ¿Qué te gustaría probar primero?

Maya bajó la mirada, mordiéndose el labio inferior y enrojeciendo sus mejillas.

¡No… no sé!... tal vez… ¿Dar un beso? – preguntó con timidez, hablando bien bajito.

El corazón de Cheryl dio un vuelco de alegría…

•¡Bueno, entonces! – le dijo Cheryl con una gran sonrisa, contemplando una oportunidad única. - ¿Por qué no empezamos con eso?

primer beso

Se acercó a Maya lentamente, sus suaves y tibios labios se acariciaron mutuamente. En el fragor de la batalla, saciaron su curiosidad por la diferencia de sus cuerpos: La mano de Cheryl se hizo camino hacia el firme muslo de Maya, mientras que su compañera retribuía el favor acariciando la voluminosa delantera de su amiga.

El beso duró algunos minutos, hasta que las 2 se retiraron, sin aliento y coloradas por el deseo. Cheryl y Maya se miraron a los ojos. La sapiencia de que lo que habían compartido había sido mágico…

*********************************************************************

Como les dije, era el jueves. Y a diferencia de la tímida profesora que conocí a principio de año, Cheryl me miraba coqueta y de una forma parecida a lo que pasó en casa de Aisha, se terminó de arreglar, ventiló su oficina y me hizo un gesto para que terminara de vestirme.

PDB 50 Yo también quiero probar tu sushi… (VIII)

Caminando muy confiada por el pasillo, llegamos al gimnasio a paso acelerado, dado que Maya era impaciente y al parecer, Cheryl no tenía intención de contarme qué pasó después entre ellas…

En el gimnasio, mi cachorro me esperaba sonriente, bajo la sonriente mirada de Maya.

¡Bien, Bastián! ¡Te espero mañana! – Se despidió Maya de mi cachorro.

•¡Adiós, Marco! ¡Nos vemos el sábado!

Maya se puso tensa…

¿Qué? ¿Por qué lo verás el sábado? - le preguntó la instructora a su pelirroja amiga.

Y mi cachorro completó la imagen…

+¡Papá le enseña a Miss Cheryl a preparar sushi para mis hermanas los días sábado!

Maya me miró confundida, pero intrigada…

¿Dices sushi? Eso suena fascinante. Siempre he querido aprender a preparar un plato tan refinado. - Maya se detuvo y miró a la pelirroja con pícara curiosidad. - ¿Cheryl, te molesta si voy a tu casa este sábado?

Profesora

•¡Por supuesto, amiga! Claro que puedes venir…- le respondió Cheryl, quien me sonrió con complicidad.

Pero mientras mi cachorro y yo nos marchábamos, no podía sacarme la idea de la mente que Cheryl nunca me dijo lo talentosa que Maya era en la actuación…


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2 comentarios - PDB 50 Yo también quiero probar tu sushi… (VIII)

eltrozo896 +1
Otro trío en puerta
metalchono
Exacto. Gracias por comentar.
meneku +1
Ahora si se viene lo bueno
metalchono
Así es. Gracias por comentar.