# **Microrelato: Los celos de mamá**
El aire húmedo del verano envolvió la casa de dos pisos a medida que se acercaba el crepúsculo, arrojando un suave brillo a través de las ventanas dela sala donde estabas sentado, viendo la televisión en un colchón inflable allado de la cama de tu madre. Ella había ido a visitar a a tu tía y a tus primos durante el fin de semana, y aunque se suponía que sería una simple reunión familiar, las cosas estaban a punto de tomar un giro inesperado. Tu madre, de cuerpo robusto y pechos grandes, siempre había sido cariñosa y cariñosa.Llevaba su largo cabello castaño rojizo en ondas sueltas que enmarcaban su rostro gentil, que ahora mostraba una sonrisa inusual mientras se preparaba para arroparte para pasar la noche. "Buenas noches, cariño", susurró suavemente, inclinándose para besarte la frente. No lo sabías, este gesto aparentemente inocente desencadenaría una serie de eventos que te dejarían sin aliento y confundido. Mientras estabas acostado tratando de conciliar el sueño,podías escuchar una risa ahogada proveniente del lado de la cama de tu madre.Intrigado, la miraste, solo para verla escuchando atentamente, con una oreja contra la pared que separaba tu habitación de la de tu tía. Los sonidos que escuchabas ahora eran claramente diferentes: gemidos y suspiros de placer resonaban a través del fino yeso. Tu madre no pudo contener la risa por más tiempo mientras te acercaba para que te reunieras con ella junto a la cama."¡Escucha esto!" susurró, con un brillo travieso en sus ojos. Te esforzaste por oír, pero todo lo que podías oír era una respiración agitada y suaves susurros. Pero entonces tu madre jadeó audible mente y su risa se apagó al darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo al otro lado de la pared."Tu tía... ella no está con un novio..." susurró, con shock evidente en su voz. "Parece que... ¡es uno de sus hijos!" Darte cuenta te provocó escalofríos, pero tu madre pareció encontrar esta revelación aún más emocionante. Extendió la mano y tocó suavemente tu mejilla, reconcentramientos su propia mano comenzaba a vagar hacia el sur, acariciando su pecho a través de la fina blusa del pijama.
"No voy a dejar que ella sea la única que se divierta todo el tiempo", murmuró con la voz ronca por el deseo. El sonido de los gemidos de tu tía pareció alimentar su necesidad, llevándola más cerca del límite. "Ponte debajo de mami", ordenó suavemente, con los ojos fijos en los tuyos. Dudaste por un momento, sabiendo muy bien que lo que estaba a punto de suceder estaba mal, pero la mirada en los ojos de tu madre y el embriagador aroma de su perfume te atrajeron como una polilla a la llama.Mientras te colocabas debajo de ella, ella extendió la mano y pasó las manos por tu pecho, provocando escalofríos por todo tu cuerpo. Sus labios se encontraron con los tuyos en un beso apasionado que te dejó sin aliento, sul engua se abrió camino hacia tu boca mientras profundizaba el abrazo. Los sonidos de la casa de al lado se hicieron más fuertes, más intensos, alimentando aún más el deseo de tu madre. Ella comenzó a frotarse contra ti, su respiración se convertía en breves jadeos mientras gemía en tu oído. "Dilo",susurró con voz ronca, su voz llena de excitación. "Dime que te gusta esto"Dudaste, pero la pura fuerza de la necesidad de tu madre te atrapó bajo su hechizo. "Me encanta esto", le susurraste, sintiendo una oleada de placer recorrerte mientras su cuerpo se presionaba contra el tuyo aún más fuerte. Ella respondió besándote de nuevo, esta vez con más urgencia, sus manos ahora exploraban cada centímetro de tu cuerpo. Tus propias manos se extendieron para cubrir su rostro, acercándola mientras los sonidos de la puerta de al lado alcanzaban su crescendo. Mientras tu madre continuaba apretándose contra ti,sus gemidos se hacían más fuertes e insistentes, de repente giró la cabeza y comenzó a gemir directamente contra la pared, esperando que tu tía pudiera escuchar el buen sexo que estaban teniendo juntos. La audacia del acto sólo sirvió para realzar la sensualidad del momento, enviando oleadas de placer a través de ambos. A medida que los sonidos de la puerta de al lado se desvanecieron gradualmente, dejándolos solo a ustedes dos en el dormitorio con poca luz, tu madre se desplomó contra usted, con la respiración entrecortada y irregular."Lo siento", susurró con voz ronca, su mejilla presionada contra la tuya. "Esto estuvo mal... pero se sintió tan bien". No podías encontrar en ti mismo la capacidad de estar enojado o molesto. En cambio, todo lo que podías sentir era una profunda sensación de conexión con tu madre: un vínculo forjado a través del deseo y el tabú. Y mientras yacían juntos después de su apasionado encuentro, sabían que nada volvería a ser igual entre ustedes.El sol había salido casi por completo cuando ambos se levantaron de la cama,sus cuerpos todavía temblaban por el deseo persistente. Intercambiaste miradas tímidas y sonrisas de complicidad mientras te preparabas para afrontar el día,plenamente consciente de que había comenzado un nuevo capítulo en tu relación,uno que cambiaría para siempre la dinámica entre madre e hijo. Mientras te sentabas a desayunar con tu tía y tus primos, no pudiste evitar notar la tensión en el aire. El incidente de la noche anterior pesaba sobre sus cabezas.
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El aire húmedo del verano envolvió la casa de dos pisos a medida que se acercaba el crepúsculo, arrojando un suave brillo a través de las ventanas dela sala donde estabas sentado, viendo la televisión en un colchón inflable allado de la cama de tu madre. Ella había ido a visitar a a tu tía y a tus primos durante el fin de semana, y aunque se suponía que sería una simple reunión familiar, las cosas estaban a punto de tomar un giro inesperado. Tu madre, de cuerpo robusto y pechos grandes, siempre había sido cariñosa y cariñosa.Llevaba su largo cabello castaño rojizo en ondas sueltas que enmarcaban su rostro gentil, que ahora mostraba una sonrisa inusual mientras se preparaba para arroparte para pasar la noche. "Buenas noches, cariño", susurró suavemente, inclinándose para besarte la frente. No lo sabías, este gesto aparentemente inocente desencadenaría una serie de eventos que te dejarían sin aliento y confundido. Mientras estabas acostado tratando de conciliar el sueño,podías escuchar una risa ahogada proveniente del lado de la cama de tu madre.Intrigado, la miraste, solo para verla escuchando atentamente, con una oreja contra la pared que separaba tu habitación de la de tu tía. Los sonidos que escuchabas ahora eran claramente diferentes: gemidos y suspiros de placer resonaban a través del fino yeso. Tu madre no pudo contener la risa por más tiempo mientras te acercaba para que te reunieras con ella junto a la cama."¡Escucha esto!" susurró, con un brillo travieso en sus ojos. Te esforzaste por oír, pero todo lo que podías oír era una respiración agitada y suaves susurros. Pero entonces tu madre jadeó audible mente y su risa se apagó al darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo al otro lado de la pared."Tu tía... ella no está con un novio..." susurró, con shock evidente en su voz. "Parece que... ¡es uno de sus hijos!" Darte cuenta te provocó escalofríos, pero tu madre pareció encontrar esta revelación aún más emocionante. Extendió la mano y tocó suavemente tu mejilla, reconcentramientos su propia mano comenzaba a vagar hacia el sur, acariciando su pecho a través de la fina blusa del pijama.
"No voy a dejar que ella sea la única que se divierta todo el tiempo", murmuró con la voz ronca por el deseo. El sonido de los gemidos de tu tía pareció alimentar su necesidad, llevándola más cerca del límite. "Ponte debajo de mami", ordenó suavemente, con los ojos fijos en los tuyos. Dudaste por un momento, sabiendo muy bien que lo que estaba a punto de suceder estaba mal, pero la mirada en los ojos de tu madre y el embriagador aroma de su perfume te atrajeron como una polilla a la llama.Mientras te colocabas debajo de ella, ella extendió la mano y pasó las manos por tu pecho, provocando escalofríos por todo tu cuerpo. Sus labios se encontraron con los tuyos en un beso apasionado que te dejó sin aliento, sul engua se abrió camino hacia tu boca mientras profundizaba el abrazo. Los sonidos de la casa de al lado se hicieron más fuertes, más intensos, alimentando aún más el deseo de tu madre. Ella comenzó a frotarse contra ti, su respiración se convertía en breves jadeos mientras gemía en tu oído. "Dilo",susurró con voz ronca, su voz llena de excitación. "Dime que te gusta esto"Dudaste, pero la pura fuerza de la necesidad de tu madre te atrapó bajo su hechizo. "Me encanta esto", le susurraste, sintiendo una oleada de placer recorrerte mientras su cuerpo se presionaba contra el tuyo aún más fuerte. Ella respondió besándote de nuevo, esta vez con más urgencia, sus manos ahora exploraban cada centímetro de tu cuerpo. Tus propias manos se extendieron para cubrir su rostro, acercándola mientras los sonidos de la puerta de al lado alcanzaban su crescendo. Mientras tu madre continuaba apretándose contra ti,sus gemidos se hacían más fuertes e insistentes, de repente giró la cabeza y comenzó a gemir directamente contra la pared, esperando que tu tía pudiera escuchar el buen sexo que estaban teniendo juntos. La audacia del acto sólo sirvió para realzar la sensualidad del momento, enviando oleadas de placer a través de ambos. A medida que los sonidos de la puerta de al lado se desvanecieron gradualmente, dejándolos solo a ustedes dos en el dormitorio con poca luz, tu madre se desplomó contra usted, con la respiración entrecortada y irregular."Lo siento", susurró con voz ronca, su mejilla presionada contra la tuya. "Esto estuvo mal... pero se sintió tan bien". No podías encontrar en ti mismo la capacidad de estar enojado o molesto. En cambio, todo lo que podías sentir era una profunda sensación de conexión con tu madre: un vínculo forjado a través del deseo y el tabú. Y mientras yacían juntos después de su apasionado encuentro, sabían que nada volvería a ser igual entre ustedes.El sol había salido casi por completo cuando ambos se levantaron de la cama,sus cuerpos todavía temblaban por el deseo persistente. Intercambiaste miradas tímidas y sonrisas de complicidad mientras te preparabas para afrontar el día,plenamente consciente de que había comenzado un nuevo capítulo en tu relación,uno que cambiaría para siempre la dinámica entre madre e hijo. Mientras te sentabas a desayunar con tu tía y tus primos, no pudiste evitar notar la tensión en el aire. El incidente de la noche anterior pesaba sobre sus cabezas.
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