Son las 4:28 de la mañana y mi cuerpo sigue aún de pie, morfeo me ha traicionado, se ha marchado de mi lado, aún puedo recordar, cada noche cuando caia el atardecer, como el día era cubierto por su tenue finura, el calor de la noche inundaba mi cuerpo, el aroma a sexo se podía sentir, se escuchaba el melodioso cantar, de dos cuerpos desnudos, en un acto sin igual, sus besos plasmados en cada parte de mi ser, sus dientes marcados en mis pechos de miel, las huellas de sus manos plasmadas en mi cuello, mientras inundaba todo mi ser, mis piernas temblaban se sentían desfallecer, como olvidar la dulce sensación, de tu boca vaciar el río que corre debajo entre mis pies
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