Cada cinco años los exalumnos universitarios nos juntamos a celebrar, ya todos estamos maduritos, y las mujeres todas viejas arruinadas; pero había una con quien me había pegado unos polvos que estaba bastante bien. Era Pola, una chica que con 19 años quedo embarazada de su novio, por lo tanto en ese momento ella vivía con sus padres. A Pola me la comi un años completo, entremedio de dar de mamar a su bebe yo le pegaba un polvo, tenia Pola unas tetas magnificas, un culazo para morir y sabia mamar vergas como una puta. Combinación perfecta, recuerdo haberle sacado leche de sus tetitas mientras se la metia por el ano. Era muy depravada la Pola esa. Egresamos y no la volvi a ver. Nunca asistía a las celebraciones de cada 5 años. Pero esta vez asistió. Estaba casi igual, solo que unas arrugas en la frente y los ojos, anunciaban sus 56 años. La mire bien y era una milf perfecta, las tetas gordas, caídas, y su culo carnoso parado y erotico estaban ofreciéndose esa noche. Le meti conversación y luego bailamos. Me conto que estaba separada había tenido dos maridos, y tres hijos en total, mientras bailamos yo contemplaba sus tetas que se meneaban y las imagine aplaudiendo mientras me la culeaba en 4. Dos días después me llama, me invitaba un café. No hay caso en el idioma universal del sexo un café, equivale a un polvo. Fui volando. Vestido apretado, escote generoso, hablamos putas tonteras, yo miraba y ella ofrecía. En el idioma universal del sexo ella me pedia sexo y yo le ofrecia sexo.
Subimos a mi auto y sin pregunatrle nada nos fuimos a un hotel. Tener a Pola treinta y tantos años después sobre una cama, me dejo caliente. Abri el vestido y un par de tetas gordas saltó al quedar liberadas, chupe y mordí con suavidad los pezones, dos aureolas negras gigantes que Pola luce muy bien. Me toco la verga, se sento y me la chupó como profesional. Luego se quitó la tanga, se acostó abrió los muslos y su vagina y me pidió que la pentrara. Antes le meti mi lengua en sus agujeros deliciosos. Me encanta que una mujer diga: “métemelo”. Pola me dijo algo mejor “culéame”. Una almeja depilada, mojada, de grandes labios se abrió y montado en un misionero tradicional, le clave mis 21 cms de verga. Mas o menos unos 15 minutos estuvimos moviéndonos. Luego la di vuelta, separé las nalgas y el asterisco anal comenzó a dilatarse. Entré por el ano profundamente hasta que mis huevos toparon. Otros 15 minutos de sexo anal maravilloso, hasta que em avisa que con la estimulación, le dieron ganas de cagar. No hay nada menos erotico que cagarse en un coito anal. Paramos, desde la cama escuché clarito la caída del submarino y la habitación se llenó de olor. Ese fue el fin de mi coito. Reconozco que Pola esta rica, pero no tengo estomago para eso. Lo pensaré muy bien para ver si sigo culiandome a Pola.
0 comentarios - con una excompañera de curso