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Regresando del trabajo

Hace dos meses, una amiga mía enfermó y la internaron en una clínica de donde vivo y como es normal la fui a visitar después de salir de mí trabajo. Varios días la visité y me retiraba a las 6:00 pm, a esa hora la luz del día era muy buena. Así que no me preocupaba me sucediera algo malo.

Los días que la visite, el personal médico masculino no me quitaba la vista de encima, ese día en particular me puse una minifalda blanco que apenas si llegaba a medio muslo con un poco olgada, cómo con tipo holanes, zapatos de taco negros tacón de aguja, blusa de tirantes muy escotada negra y una tanguita de encaje rosa pastel
Regresando del trabajo

Todos en el personal se ofrecían a ayudarme, incluso el médico de planta de mi amiga se portó muy galante, al entrar a la habitación me miró y le dijo a mi amiga "Usted debe ser muy buena persona" y mi amiga le dijo "¿Por qué doctor?" y le dijo "Porque un ángel viene a visitarla" lo que me apenó mucho. Ya después en confianza me preguntó si ya me había hecho un chequeo general y le dije que no, entonces me ofreció sus servicios particulares pero le dije que no tenía dinero para pagarle "Nada señorita, el dinero es lo de menos, lo más importante es su salud" nada en su actitud revelaba nada más que interés profesional, pero algo me hizo apenarme y algo sonrojada le dije que lo tomaría en cuenta.
Mi amiga cuando se fue el doctor me dijo "Oyes ¡De seguro quiere hacerte un chequeo general! Deberías aprovechar, se ve guapo" soltando la carcajada. Yo me reí con ella pero le dije "Estás loca" y nos reímos (Pero el doctor se saldría con la suya y sí me haría mi "chequeo" general en su consultorio, pero es otra historia) después la cuento.

Esta vez, el tiempo se nos fue tan amenamente que no me di cuenta de la hora. Cuando reaccioné pasaban de las 7:40 pm y el sol ya se ocultaba. Me despedí y mi amiga me entretuvo más solicitándome que fuera por ella cuando la dieran de alta. Apenas salí de su cuarto me encontré al doctor que me acompañó al elevador y antes de entrar me dijo "Preciosa, te espero mañana en mi consultorio privado" y me dio su tarjeta, era alto, ojos verdes de mirada penetrante, pelo negro con un mechón blanco, manos grandes, pero esta vez su mirada me recorría de arriba a abajo. Le dije "No creo doc., no necesito chequeo por lo pronto" pero me dijo "Te espero a las 10:00 am, no te arrepentirás" y se despidió. Algo en mí me hizo aceptar la cita.
Me dirigí al salir de la clínica a la parada del bus. Había que cruzar un peatonal para llegar a la parada, al llegar me percaté de que la iluminación mercurial era pobre, había poca gente y por ser domingo había poco tráfico y pocos camiones, me di cuenta de que los hombres no me quitaban la vista de encima, en especial a mis piernas. Mientras esperaba el bus miré mi reloj y eran las 9:45 pm, después de esperar más de 30 minutos mi transporte, un hombre se me acercó y me preguntó que si pasaba por allí X ruta y le dije que no sabía porque no era de aquí, me volvió a preguntar si tenía mucho allí esperando el bus y le dije que no. Entonces noté que era joven alto, complexión gruesa, brazos fuertes, pero con algo de panza, barba de candado y gorra de beisbol. Traía playera azul manga corta y pantalón de mezclilla. Desde que llegó noté que traía loción, una loción que me recordó mucho a una persona: Mi entrenador, el primer hombre que me había llevado a la cama después de mi marido. Tanto me marcó ese olor que después le regale esa loción a mi marido y así, cada que me hacía el amor al cerrar los ojos era mi entrenador y no mi esposo quien me hacía suya. Quizás me enamoré de él y ahora, mucho tiempo después seguía siendo mi dueño.
Tantas cosas vinieron a mi mente y en ese momento me di cuenta que ese hombre guardaba algo de parecido con mi entrenador aunque físicamente no, mi entrenador tenía un cuerpazo y este hombre no, pero ¡Su olor! tanto me subyugó que sin darme cuenta mientras platicábamos me estaba seduciendo y eso sería perjudicial para mí. Porque desde que olí esa loción me hizo suya.
Entonces me dijo sacándome de mis pensamientos "Me llamo Miguel" y me dio su mano, lo saludé y me dijo "¿Como te llamas?" "Karla" le dije, "Ah, qué hermoso nombre, igual que tú" y me preguntaba que donde vivía que en que trabajaba etc. Cada que me preguntaba algo me decía cosas bonitas, su insistencia me arrancaba de vez en cuando una sonrisa. Me parecía simpático y no vi. nada de peligro en dejarlo hacerme plática mientras llegaba mi transporte, ya me había pasado esto antes, pero con un chico de 17 años, como dicen que parezco de 17 se animó a hacerme plática, pero cuando supo que era de 34 se desanimó, por eso no vi peligro dejarlo hacerme plática ¡Qué equivocada estaba! Porque su cercanía y su perfume me empezaron a atraer demasiado y no sé si se dio cuenta por como lo miraba porque entonces intentó pasar su brazo por mis hombros para abrazarme y me hice a un lado apartando su mano “¡Oye! ¿Qué te pasa?” le dije y él siguió con sus piropos como si nada hubiera pasado “Es que estas buenísima, no pude aguantar la tentación de abrazarte jejejejejejeje” y me dijo que si tenía novio “Soy casada” le dije esperando que esa respuesta lo desanimara, pero al contrario, dijo “¡Mmmmmm, que bien! Ya eres una chica con experiencia en las mieles del amor ¡Qué envidia a tu marido que es el dueño de semejante cuerpo!” Dijo recorriéndome de arriba a abajo con su mirada y consiguió ponerme más nerviosa de lo que ya estaba y me hizo ruborizarme.
Intentó abrazarme otra vez o mejor dicho, pasar su brazo por encima de mi hombro y su insistencia me tomó por sorpresa dejándolo hacerlo, me hacía sentir halagada sus piropos y que era simpático, no sé, sería por su perfume que quizás quise dejarlo que lo hiciera imaginándome que era mi entrenador, total, no lo dejaría ir a más. De repente, sin decir nada me tomo de la mano con su mano izquierda y le dije "¡Oye!" y la pasó por detrás de él sujetándola con la otra de manera que parecía que yo lo abrazaba para luego sujetarme por la cintura con la otra para abrazarme pegando mi cuerpo al suyo. Cuando lo hizo me apretó contra él y un estremecimiento me recorrió de pies a cabeza. El pareció notarlo ya que me apretó fuertemente contra él y sus fuertes brazos me inmovilizaron lo que aprovechó para llevarme lentamente debajo de un techo donde la poca luz mercurial nos dejaba casi a oscuras. Cuando mi cuerpo quedó pegado al de él pude notar un bulto que hacía notoria su tremenda erección que comenzó a hacer rozar en mi conejito por encima de la falda con lo que mi sangre empezó a hervir.
Su boca quedó cerca de la mía y su aliento caliente junto con su perfume me embriagaba. Por un momento sentí un deseo incontrolable de besarlo, pero como pude alejé mi boca de la suya al tiempo que liberando mi mano izquierda le di una bofetada suave, sin convicción, más bien pareció una caricia, estaba excitándome la situación y la bofetada fue más un reflejo que un acto de resistencia. Entonces buscó mi boca pero alcancé a esquivarlo y solo encontró mi mejilla, al sentir sus labios mi cuerpo se estremeció. Yo forcejeaba levemente suplicándole que me dejara mientras él buscaba mi boca, de repente me soltó lo que me causó sorpresa porque inconscientemente deseaba que siguiera intentando besarme, estaba gustándome la situación y esta vez mi cuerpo no reaccionó para alejarme de él, mientras él seguía sujetándome de la mano, su cercanía me excitaba cada vez más y mi cuerpo no intentó alejarse, las demás personas que nos veían (Y eran pocas) de seguro pensaban que éramos novios discutiendo.

Siguió diciéndome cosas bonitas mientras sujetaba mi mano, me decía que le daba envidia el hombre que me desnudaba para llevarme a la cama y disfrutaba mi cuerpo, que él quisiera ser ese hombre, que él me haría sentirme mujer como nadie lo ha hecho, me haría el amor como nunca, que si él me hacía suya nunca lo dejaría etc. Yo me reía de nervios y le decía ¡Jajajajajaja, ni que tuvieras tanta suerte! y en eso aproveche un leve descuido de él para soltarme y alejarme de él, estaba empezando a gustarme la situación y eso era peligroso.

Entonces, animado por mi poca resistencia me siguió y se animó a volver a abrazarme por la cintura con una mano, me turbó y no supe que hacer mientras él seguía con su plática como si nada pasara, su perfume seguía trabajando en mis sentidos sin que yo fuera consiente, de repente se acercaba a mi oído para decirme algo gracioso y me hacía reír sentir su aliento en mi oído al producirme cosquillas, estaba consiguiendo que su olor, su calor y su cercanía me gustaran, al grado que sin darme cuenta mi cuerpo se pegó al suyo instintivamente. Volvió a acercarse a mi oído y yo creí que iba a decirme algo más, pero sin aviso alguno su lengua lamió mi oído estremeciéndome.
Volví a soltarme presa de una excitación intensa, intentaba huir, sabía que corría peligro, pero mi cuerpo no lograba alejarse mucho de él y él no se daba por vencido, sabía que estaba ganando terreno y no me dejaría escapar. Me siguió y ahora me abrazó por atrás, haciendo que mis brazos quedaran atrapados entre los suyos, intente alejar mi trasero del bulto de su erección pero fue inútil porque quedó en medio de mis pompas, me sentí totalmente indefensa al grado que mis brazos cayeron a los lados inertes mientras cerraba los ojos presa de una excitación indescriptible y él aprovechó para besar y morder suavemente mi cuello con lo que provocó una serie de estremecimientos en mi cuerpo que me hicieron involuntariamente mover mi trasero para atrás parándolo para sentir mejor ese miembro potente mientras cerraba los ojos...
"Pues parece que sí tendré la suerte de llevarte a la cama mamacita y te la voy a clavar toda..." me dijo al oído logrando que imágenes eróticas de él yo desnudos y copulando viniesen mi mente enloqueciéndome mientras su lengua se metía en mi oído otra vez poniéndome la carne de gallina "Me gustas" me dijo mientras mi respiración se agitaba cada vez más "No, no, déjame..." le dije jadeando sin poder resistirme "Que hermoso cuerpo, estás buenísima, que piernas, que boca, que culo tan rico y ese lunar..." sin saberlo tocó mi punto débil, mi cuerpo tembló como nunca y al verlo se dio cuenta que había dado al clavo y siguió diciendo "Debe ser delicioso comerse ese lunar, lamerlo, morderlo, mientras estoy encima de ti en la cama y te la meto toda hasta hacerte gritar..." era demasiado, sus palabras me hacían imaginarlo desnudo y sobre mí a tal grado que mi vagina escurría deseando esa penetración, mi cuerpo cada vez más reaccionaba a sus caricias y palabras, estaba perdiendo la voluntad, mis manos instintivamente se movieron hacía atrás buscando su panza para acariciarla, me estaba sometiendo lentamente...

Como pude en un último esfuerzo de cordura me solté y avancé de esa esquina a la otra llegando a una calle semi oscura buscando escapar, pero él no estaba dispuesto a dejarme ir, me siguió como un depredador a su presa, sabiendo por mis reacciones que me estaba sometiendo me alcanzó y jalándome del brazo me llevó a esa calle donde quedamos lejos de la gente en la oscuridad y me hizo voltear y volvió a abrazarme de frente rodeando con sus brazos los míos dejándome a su total deposición y nuestras bocas volvieron a quedar cerca, casi se rozaban nuestros labios y ese deseo irrefrenable de besarlo volvió mayor que nunca "Déjame, por favor" le dije suplicante llena de temor ante lo que se desataba dentro de mí ¡Déjame, te lo suplico! le dije entre jadeos al tiempo que mis labios instintivamente se acercaban a los suyos entre abiertos saboreando su aliento mientras mis jadeos delataban la creciente excitación que me dominaba ya, entonces me miró y me dijo "Mmmmmm, te gusta lo que te hago sentir, seguro quieres que te bese mamacita" me dijo mirando mis ojos y le dije "¿Quien te crees que eres? Más te vale que me sueltes..." le dije tratando de parecer desafiante sin dejar de mirarlo a los ojos, pero tenía miedo de lo que me hacía sentir y me dijo "Si, te pelas porque te bese" "Hazlo y grito" le dije a lo que en respuesta soltó una carcajada "¡¡¡Jajajajajajaja!!! Si quisieras irte ya hubiera gritado, pero te gusta lo que sientes putita" me dijo mientras me alejaba más de la gente en esa calle a un porche oscuro para que las sombras nos cubrieran. Sacando una mano le di otra bofetada pero fue igual que la anterior, más bien una caricia para ese hombre bruto "No vuelvas a decirme así desgraciado" le dije viéndolo a los ojos mientras su boca se acercaba cada vez más a la mía, casi conseguía besarme y su aliento quemaba mis labios. Su boca estaba casi sobre la mía…
Nos miramos fijamente, su mirada estaba llena de deseos, de lujuria. Me dijo otra vez ¡Putita! ¡No puedes negarlo! ¡Tienes una mirada cachonda! ¡Desde que me acerqué a ti se te nota que te gusta la verga! ¡Seguramente estas mojada! decía haciéndome estremecer y entonces aprovechó para buscar mi boca y casi lo consigue, sus labios rozaron los míos con lo que mi vagina mojó más la tanga y palpitó con locura, logré esquivarlo pero consiguió besar la comisura de los labios. Ese roce volvió a sacudirme porque a mi mente regresaron las imágenes de cuando mi entrenador me poseyó mezclándose con las que me hizo imaginar este hombre y sin saberlo, gracias a su perfume ya estaba perdida pero aun no me daba cuenta, me estremecía en sus brazos cada que su boca buscaba la mía y él al notarlo buscaba más y más mis labios mientras yo intentaba evitar lo inevitable, me tenía sometida y era cuestión de tiempo para que lograra apoderarse de mi boca. En ese porche oscuro lejos de las miradas seguía en su intento de besarme, cada vez más lograba acercarse a mi boca, al apoyarme contra la pared no podía hacer para atrás la cabeza, solo girarla y en cada giro sus labios casi se apoderaban de mi boca además de restregar su bulto sobre mi encharcada vagina llevándome a la locura, como podía, aun un poco de cordura me llevaba a evitar su boca, solo podía girar la cabeza y cada que lo hacía alcanzaba a rozar mis labios, besaba las comisuras, alcanzaba a rozar cada vez más mis labios cuando yo giraba mi cara para evitar sus besos él jadeaba desesperado por apoderarse de mis labios y mi respiración eran casi gemidos ¡DEJATE BESAR PUTA, DEJATE! ¡COMO QUIERA TE VOY A COJER! ¡COMO QUIERA VAS A SER MIA, ASI QUE DEJATE BESAR PUTITA! decía desesperado por someter lo poco que me quedaba de voluntad ¡No, déjame por favor! volví a suplicar sintiendo como mi sangre hervía ¡JEJEJEJEJE, TU BOCA DICE QUE NO PUTITA, PERO TU CUERPO DICE QUE SI, QUE TE GUSTA! y tenía razón, mi boca suplicaba pero mi cuerpo no reaccionaba para defenderse, al contrario, me di cuenta que entre más suplicaba más aumentaba mi excitación al sentirme sometida, violada, me sentía indefensa en manos de un animal y eso me calentaba más y más cada vez que suplicaba y no obtenía respuesta, sentía como su piel quemaba al contacto con la mía, él trataba de besarme sabiendo que de lograrlo me tendría a su merced, incluso en su ansiedad sacó la lengua tratando de alcanzar mis labios y lo consiguió en parte cuando giré mi cabeza tratando de evitar ese contacto, su lengua lamió mis labios que involuntariamente se entreabrieron al sentir ese roce candente, sus manos en lo oscuro sujetaban mi cintura, las mías intentaban zafarse, pero más bien parecían acariciar su panza y al notarlo él y no poder besar mi boca besaba y lamía mi cuello desesperado, mordió mi cuello con lo que un escalofrío me recorrió de arriba a abajo y un gemido se escapó de mis labios sin que pudiera evitarlo ¡¡¡¡AAAAHHHH, NOOO, AAAAAHHHHHHHH!!!! Entonces animado por mis jadeos y gemidos abrió mi chamarra un poco y lamía mi pecho hasta donde la blusa lo dejaba mientras que animado por la oscuridad se atrevió a meter sus dedos en medio de mis pompas por encima de la falda ¡¡¡¡¡AAAAHHHH, NOOOOO, NO, AAAAHHHH!!!!! gemí y en ese momento me sentí perdida, sometida, dominada totalmente, mi respiración era desesperada, mi corazón latía desbocado ante su ataque que me había sometido y mi resistencia se había disipando totalmente...
puta
Entonces al ver como mi cuerpo ya no forcejeaba aflojó el abrazo y mis brazos lo rodearon sin que yo pudiera evitarlo, había ganado, mi cuerpo y mi voluntad eran suyas y deseaba ser poseída. En eso llegó mi transporte, desde esa calle oscura lo vi pero no reaccioné para soltarme, lo vi pero ya no me importaba nada, estaba caliente, deseosa de más cachondeo de ese macho bestial y en vez de separarme mordí y besé su cuello jadeando perdidamente caliente, entonces su mano se apoderó de mi trasero totalmente al tiempo que dijo "Ya llegó tu transporte ¿Quieres irte mamacita? ¿O quieres que te siga cachondeando?" No respondí, solo agaché la cabeza hundiéndola en su pecho mientras seguía jadeando encendida y temblando de pies a cabeza de la calentura que me provocó este animal, entonces la gente subió y el bus se fue dejándonos solos, dejándome a su merced, ya eran las 11:00 pm. Había estado cachondeándome hasta que quebró mi resistencia. Entonces sujetó mi barbilla levantando mi rostro y me miró fijamente a los ojos donde pudo leer mi calentura, al verlo me di cuenta que era totalmente suya, su mirada, la de un semental a punto de copular me hizo darme cuenta que desde ese momento era su esclava, y fue entonces que por fin logró su deseo, me besó… y correspondí con pasión desenfrenada, entonces el hombre sin soltarme me llevó debajo del puente donde estaba más oscuro, me apoyó contra la columna y mientras sus brazos me sujetaban fuertemente por la cintura, ahora sí, su boca continuó apoderándose de la mía metiendo su lengua en un beso largo y candente donde nuestras lenguas se entrelazaron, un beso que me demostró por si aun quedaban dudas que ya era suya y estaba completamente a su disposición.
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Ya para entonces nuestras respiraciones eran gemidos. Entonces mientras me besaba al tiempo que abría mis piernas con las suyas subiendo ligeramente mi falda para restregar su bulto en mi panocha, mi tanga estaba totalmente húmeda, igual que su pantalón producto de la excitación y una vez que puso su bulto en mi vagina empezó a moverse como si me poseyera arrancándome gemidos ahogados por su lengua, abrió mi chaqueta y levantó mi blusa para manosear mis pechos libremente y entonces me dijo "Creo que ya no podrás irte, ese era el último transporte, tendrás que quedarte en mi casa mamita, pero como solo tengo una cama tendrás que dormir conmigo jejejejejejeje" solo oír eso me hizo gemir más, saberme en sus manos y a su merced me excitó con locura. Volvió a decirme al oído "Sí, vas a tener que quedarte en mi casa, te vas a acostar conmigo, yo duermo desnudo y te voy a encuerar y a comerte toda mamita" mientras su lengua recorría mi cuello, lamía mis labios y mi lunar llegando hasta mis pechos y sus manos mi espalda bajando hasta sujetarme del trasero que estaba desnudo por la falda que me subió volviéndome loca "Te voy a montar como a una yegua, como a una perra" volvió a decir en mi oído haciéndome temblar "Te voy a culear, a metértela toda en ese rico culo que tienes" su guarradas me volvían loca y lo sabía porque cada que decía algo yo gemía más, no paraba de decirme al oído que me iba a culear, a penetrarme en su cama, a lamer mi conejito "Si putita, voy a disfrutar tu rico cuerpo, desde que te vi allí, con tu rica minifalda dije: ¡¡¡Hija de su puta madre!!! ¡¡¡Que perra tan rica!!! ¡¡¡Que piernotas, que culo, me la quiero coger!!! Si culera, te voy a hacer un hijo mamita" Cada cosa que me decía me calentaba más y más, mi conejito y mi ano palpitaban locamente.
Casi no pasaban coches, lo que él aprovechaba para besarme locamente, sus manos estrujaban mi cabello, recorrían mi cintura hasta mi trasero que sujetó fuertemente con sus manos al tiempo que bajando mi brasiere succionó mis pechos mientras punteaba mi conejito, fue todo, una descarga me recorrió, estaba teniendo un orgasmo. La situación me tenía loca. Su perfume, su boca y aliento quemaban mi piel, sus manos me encendían y sus guarradas taladraban mi alma y mi mente sometiéndome, aún no me penetraba y ya me había vuelto loca. Entonces me volteó apoyando mis manos en la columna, subió mi falda viendo mi tanga metida entre mis pompas y abriéndolas puso su bulto en mi trasero, restregándolo para luego sujetarme de la cintura y puntearme el trasero. Me hacía gemir intensamente mientras me estiraba el pelo al tiempo de darme varias palmadas en el trasero.
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"¡SI PAPITO, COMEME, COMEME TODA!" le dije entre gemidos. Entonces me abrazó fuertemente por detrás sujetando mis pechos y mientras su boca mordía mi oreja y restregaba su bulto en mi trasero al tiempo que decía "Mamacita, se ve que estas caliente, yo también, quiero metértela, quiero cogerte" yo solo gemía "¿Quieres ir a un lugar más privado para que estemos solos?" solo asentí entre gemidos. Me tenía en sus manos.

Me sujetó de la mano y entramos a una calle semi oscura, yo lo seguía sumisamente, lo seguía temblando, sabiendo que no había marcha atrás. Temblaba de la tremenda calentura que la situación producía en mi cuerpo: Un desconocido me había seducido y ahora iba a su casa para ser follada por él totalmente sometida y deseosa de que ese hombre saciara en mí sus deseos carnales más sucios. Quería verga y ser violada duramente , este hombre había despertado en mi deseos de ser poseida como una puta, de ser su juguete al grado de seguirlo sin medir consecuencias, sin importarme nada ni nadie...

Después de caminar varias calles llegamos a una vecindad mal oliente y sucia, llena de casuchas de madera, cuando entramos por el pasillo oí gemidos de mujeres mientras eran poseídas y pensé ¡Me trajo a un prostíbulo! y vacilé, él al darse cuenta intuyó lo que pasaba y me dijo "No te preocupes mamita, no es un congal, es una vecindad, todos somos hombres solos y mis camaradas están cogiéndose a hembras como tú" y me dio un tirón haciéndome entrar, mientras avanzábamos, los gemidos me excitaban más y más, solo pensar que todos me oirían gemir me hacía sentir más y más una puta.
Al entrar al cuartucho encendió un foco que apenas alumbraba dejándonos a media luz, una vez que oí el click de la llave, en un segundo muchas cosas cruzaron por mi mente, me dio miedo estar allí sola en casa de un desconocido, saber que me iba a poseer, que quizás invitaría a varios a hacerlo, que no iba a llegar a casa con mi marido por estar en otra parte de puta ¡MI MARIDO! ese recuerdo me hizo querer salir corriendo, pero al dar la vuelta él no me dio tiempo a nada, al voltear nos topamos de frente y volvió a sujetarme el trasero con una mano mientras la otra me sujetó violentamente el cabello y metía su lengua en mi boca en un beso salvaje al tiempo que sus manos acariciaban mis muslos subiendo la falda y amasaban mis pompas, fue todo, la intensa calentura ahogó cualquier miedo y volvió a encenderme. Ya no importaba nada ni nadie, solo quería ese miembro viril en mi conejito.

4 comentarios - Regresando del trabajo

AldinGomez
yo en la calle te hubiera mamado los senos en vivo y hasta leche te hubiera yo sacado de tanto mamar