Terrible Experimento

Terrible Experimento
Aether y Stelle compartían un acogedor apartamento cerca de su campus universitario. Sus días estaban llenos de conferencias, sesiones de estudio nocturnas y el tipo de camaradería que surgía de años de amistad.

Siempre habían sido cercanos, a menudo se burlaban el uno del otro con besos juguetones en la nariz o la mejilla, y su vínculo se hacía más fuerte con cada día que pasaba.

Una noche, después de un examen particularmente agotador, se desplomaron en el sofá, riendo y contando los acontecimientos del día. Stelle se inclinó y le plantó un rápido beso en la mejilla a Aether, haciéndolo reír.

"Oye, eso es hacer trampa", dijo, empujándola juguetonamente. "No es justo que uses tu arma secreta para hacerme olvidar lo cansado que estoy".

Stelle sonrió, sus ojos brillaban con picardía. "No es mi culpa que tengas una mejilla tan besable."

Y aunque la vida en su apartamento generalmente estaba llena de una mezcla de risas y caos ocasional, especialmente porque la amiga de Stelle, Lila, los visitaba con frecuencia. Lila estudiaba química y tenía predilección por realizar experimentos, a veces con resultados poco estelares.

Una tarde, mientras Aether salía a correr, Lila pasó con un nuevo brebaje que estaba ansiosa por probar. "Se supone que es un nuevo tipo de hormona del crecimiento", le explicó a Stelle. "Totalmente seguro, lo prometo."

Pero el destino quiso que el experimento saliera terriblemente mal. Hubo una pequeña explosión y Stelle se vio envuelta en una extraña niebla. Cuando el humo se disipó, miró hacia abajo y jadeó. Sus senos habían crecido significativamente y continuaban expandiéndose a un ritmo alarmante.

El pánico se apoderó de ella mientras Stelle intentaba decidir qué hacer. Lila, mortificada por el accidente, consultó apresuradamente sus notas. "Oh, no", murmuró. "Esto es malo. El crecimiento no se detendrá a menos... a menos que tengas relaciones sexuales".

El corazón de Stelle latía con fuerza en su pecho. La única persona que se le ocurrió que podría ayudarla fue Aether. ¿Pero cómo podía preguntarle tal cosa?
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A pesar de sentirse humillada, no hubo vuelta atrás; Tenía que sacar esta problema gigante. Stelle reunió valor desde dentro y abrió la puerta sin llamar.

Allí parada, desnuda salvo por sus pantimedias que ya estaban destruidas, Umeko se acercó vacilante a la cama de Aether con lágrimas corriendo por sus mejillas. "Éter, por favor ayúdame... No dejan de crecer... Duele mucho..." susurró Stelle suavemente mientras señalaba sus tetas, sus alegres pezones duros con fuerza.

Ver a Stelle pidiendo ayuda sólo excitó más a Aether que apenas entendia lo que pasaba.

Sin embargo, a pesar de que todo salió mal hoy, Stelle no podía darse el lujo de pensar demasiado en ello.

"Por favor, Aether, necesito tu ayuda ahora", suplicó Stelle de nuevo, alejándose de él y subiéndose a su regazo, su grueso culo frotandose contra él. "Están creciendo, y yo... no sé qué más hacer", dijo, con sus pequeñas manos aferrándose a sus hombros mientras se retorcía incómodamente encima de Aether.

Sintiendo una oleada de alivio invadirla cuando Aether la acomodo suavemente de su regazo, Stelle exhaló un suspiro de cansancio. Se sintió agradecida por su comprensión y naturaleza servicial a pesar de que eso había llevado a una situación tan intensa.

"Gracias, Aether... Realmente me salvaste", murmuró Stelle suavemente mientras se presionaba contra su pecho.

Sin más preámbulos, comenzó masajearla lentamente, gimiendo suavemente mientras su fuerte mano se deslizaba pasando por sus duros pezones.

A pesar de la incomodidad asociada con los movimientos extremadamente calurosos, Stelle sabía que era necesario hacer sus necesidades por completo. "Oh, joder... Ahhh... Eso se siente bien".

Mientras yacía en la cama encima de Aether, jadeando pesadamente por el intenso esfuerzo físico, Stelle no podía negar los sentimientos de satisfacción que recorrían su cuerpo.

Había algo increíblemente liberador en ser penetrada por algo tan enorme desde lo más profundo de su recto, algo que había atormentado sus pensamientos desde hacía bastante tiemро.

Sin embargo, ver la impresionante polla de Aether endurecerse a cada segundo fue suficiente para encender otra ola de calor dentro de la parte inferior de su abdomen.

A pesar de que su apretado coño y su culo aún más apretado se habían estirado recientemente hasta sus límites con sus juguetes privados, había algo extrañamente emocionante en saber cuán capaz era la monstruosa polla de Aether de llenar sus espacios más íntimos.

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Volviéndose hacia él, Stelle se mordió el labio seductoramente antes de susurrar suavemente: "¿Sabes qué me haría realmente feliz ahora?"

"¿Que....?" Sintiendo el calor que irradiaba el enorme miembro de Aether, el corazón de Stelle se aceleró de emoción. Nunca antes había visto algo parecido: su tamaño y circunferencia eran casi intimidantes.

"Sí... quiero que llenes mi apretado culo con tu gran polla", confesó Stelle con valentía, su voz temblaba ligeramente debido a los nervios y la anticipación.

Mientras miraba los ojos dorados de Aether, no vio nada más que deseo puro reflejado en ella. Esto sólo sirvió para alimentar aún más sus propios impulsos lujuriosos.

Sin esperar respuesta, Stelle se colocó detrás de Aether, alineando su palpitante erección con su enorme agujero.

Con una respiración profunda y una expresión decidida en su rostro, lentamente empujó contra él hasta que su punta hinchada se deslizó más allá de su tenso anillo muscular. "¡¡¡Ah~!!!"

Sintiendo la inmensa presión aumentando mientras Aether penetraba más profundamente en sus intestinos, Stelle dejó escapar un fuerte gemido de placer. Cada centímetro de su estrecho pasaje anal estaba lleno hasta el borde por su enorme polla, sin dejar espacio para nada más.

Apenas capaz de contener su emoción, Stelle se metió la mano entre las piernas y comenzó a frotar su clítoris hinchado.

La combinación de los implacables golpes de Aether y su propio placer rápidamente envió oleadas de euforia recorriendo todo su cuerpo.

Con cada embestida sucesiva, Stelle podía sentir que se acercaba cada vez más al clímax. Su anillo anal, una vez apretado, se abría de par en par alrededor del grueso eje de Aether, permitiéndole penetrar más profundamente que nunca.

"Oh Dios, sí... ¡Lléname Aether! ¡Haz que me corra sobre tu gran polla!"

"Ahh~... Eres tan sucia! Me haras acabar...!"

Al escuchar a Aether decir esas sucias palabras, una oleada de excitación recorrió el cuerpo de Stelle. Le encantaba la idea de que Aether le criara el culo apretado, especialmente teniendo en cuenta lo mucho que disfrutaba usando sus juguetes anales por su cuenta.

En respuesta, Stelle arqueó la espalda y presionó su redondo trasero contra las caderas de Aether, animándolo a ir más rápido y con más fuerza.

Ella quería alcanzar la cima del placer junto con él, y que su semilla caliente cayera en sus entrañas sin duda la ayudaría a lograr ese objetivo.

"Sí, dámelo, Aether. Lléname el culo con tu delicioso semen", gimió Stelle seductoramente, extendiéndose para acariciar sus propias tetas llenas mientras Aether entraba y salía de su estrecho agujero.

Mientras experimentaba la dicha del éxtasis, las semillas calientes de Aether estallaron profundamente dentro de sus intestinos, bañando su apretada pared anal en espesas corrientes de fluido viscoso.

A pesar de lo llenas y estiradas que sentían sus nalgas, la cálida sensación sólo añadió otra capa de deleite a una experiencia que ya había alcanzado niveles abrumadores.

"Oh, Dios mío... ¡Puedo sentir tu polla expandiéndose dentro de mí mientras bombea tu carga! Mi trasero está empapado con tu semen ~..." Stelle gimió suavemente entre jadeos y gemidos que escapaban de sus labios entreabiertos.

Sus puños, una vez cerrados, yacían inertes sobre las sábanas, los dedos se retorcían ociosamente debajo de ellos mientras oleadas de placer ondulante recorrían ininterrumpidamente su sistema.

El olor del esperma de Aether mezclado con el aroma del sudor y el lubricante flotó en el aire, provocando que ella se atragantara ligeramente y sus tetas llenas dejaras de crecer.

"Ahh~... Tus tetas...pararon de crecer...~"

La sensación de los suaves y tiernos besos de Aether en su cuello expuesto provocó escalofríos de deleite que recorrieron su columna.

Combinado con el continuo movimiento triturador en lo profundo de sus intestinos que amenazaba con agitar chorros residuales de semen caliente atrapados cerca de sus paredes internas, cada fibra del ser de Stelle parecía encendida por un infierno cada vez más intenso de placer indescriptible.

"Mnnnh... Tu polla se ve tan gorda dentro de mí, toda cubierta con nuestras cremas mixtas..." Stelle ronroneó con satisfacción mientras se recostaba sobre el firme pecho de Aether, su culo animado presionando cómodamente contra sus músculos abdominales.

Cada momento que transcurría contenía la promesa de un nuevo disfrute; una recompensa constante por someterse tan completamente a los deseos lujuriosos de su "amigo".
Stelle
Honkai Star Rail
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