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3. Su ex mejor amiga. Sé el porqué y el cómo.

Tanto avance científico y aún no podemos entender que pasa con las emociones y aquellas situaciones dónde quizás estén mal categorizados. Lo que quizás creíamos que era miedo, se convirtió en adrenalina o hasta el miedo es la propia adrenalina pero no siempre logramos entender qué carajo nos pasa. Que tenemos todo claro, razonamos perfectamente pero ¿Después? ¿Nos traiciona la emoción o es la misma cabeza que nos lleva a algún estado de impulso? Perdón. Es una forma de hacer catarsis. ¿Por qué arranco así? Porque después de verla a Paula, unos días después, estaba totalmente convencido de todo. Sonreía con tan sólo pensar en Maca. La ví y la besé sin dudar, sin tapujo, sin miedo, sin morbo. La besé y no pensé más que en ella. 
 Unos días después, cómo bien dije. Todo volvió a irse al carajo. O disculpen. Transmutó la realidad. Hermosa palabra para justificar que recibí un llamado de ella. 

- ¿Que haces ahora?- Me dijo.
- En el trabajo. Te pido por favor que cortemos con esto.-
- Necesito contarte algo. - Se le entre cortó la voz.

 Le hice gestos a mi compañero y salí de la oficina. Fui directo al baño.

- ¿Qué pasa?-
- No me siento nada bien con todo lo que estuvo pasando con nosotros. Pensé con mayor claridad y creo que lo mejor es que me vaya. -
- Ah...- Contesté seco pero alargado. Se me llenó el cuerpo de angustia, de miedo, de bronca, de odio, de amor. De toda la mierda mezclada.
- Si. Necesitas ser libre y yo necesito darme tiempo para pensar todo esto. -
- ¿Y el departamento?-
- De eso te quería hablar. Si querés, podes venir a vivir acá o buscar los muebles tuyos.-
- Prefiero seguir donde estoy.-
- ¿Entonces venís por las cosas?-
- Si.- Contesté.

 Volví a mi escritorio y no dejé de pensar. No fue un rato. Me hice la cabeza durante toda la tarde. A tal punto que cancelé una cena con Maca porque necesitaba, no sé qué. 
 A la mañana siguiente recibí un mensaje de Paula pidiéndome que lo resolvamos lo antes posible porque ella se iría. Quedamos en que al próximo día por la tarde estaría allí, recogiendo dos o tres muebles que ya venía arrastrando en mi vida. 
  
 Miré la hora, ansioso. Llegué y como es de costumbre, el camión de mudanza aún no estaba. Decidí tocar el timbre. Escuché su voz. Calma, diferente. Abrió la puerta desde el departamento y en el trayecto, yo me moría, no sabía porqué si hacía unos pocos días habia estado con ella y había terminado todo. Había... 

- Hola...- Abrió la puerta. Estaba con un Jardinero de Jeans y una remera blanca, ajustada al cuerpo. Tenía unas zapatillas negras all stars. Cómo cuando la conocí.
- Hola...- La saludé con un beso en la mejilla.
- ¿Vamos bajando ? - Se acercó a los muebles y la frené.
- No llegaron, viste como son.

 No les miento, le miré el culo cuando se agachó. Se lo miré con el morbo de saber qué llevaba puesto.

- Está bien, ¿Agua?- Me preguntó.

Afirmé con un gesto.

- ¿Te hiciste el flequillo?- Mientras agarraba el vaso.
- Si y me voy a España.- 

 No había preguntado eso pero me servía la data.

- ¿De tus tíos?-
- Sola.-
- ¿Sola?- 

 Se rió.

- Sola.-

 Mi mano temblaba. A tal punto, que debí dejar el vaso. Se fue hacia la ventana.

- ¿Le dijiste bien la dirección?- Me preguntó y vi como su mano se corrió una tira - Porque vos sos medio boludón, je.- Y luego otra. - ¿Se la diste bien o viniste antes?- Empujó para que se le cayera el jardinero y miró por sobre su hombro. 

 Estaba con un culotte de encaje violeta oscuro, como cuando nos habíamos conocido. 

- Cómo te quedaste de las tanguitas, volví a usar culotte.- Me volvió a mirar y amagaba a bajarselo, jugaba con su culo. - ¿Te parece que hagamos una despedida o estás con alguien?-

 Y no les miento pero estaba por caer en ella y se me cruzó Maca. 

- Creo que... no sé... no...- Titubeé. La puta mente, la cabeza obstinada y dominada por la excitación.
- ¿ O me despido del País con una locura?-

 Se comenzó a acercar. Se quitó las zapatillas y se sacó el jardinero. Puso sus labios en mi odio

- O me despido con vos o me cojo al o los que vengan a bajar los muebles.- 

 Corrió un escalofrío por mi cuerpo. Otra vez era su juego y yo estaba cayendo.

- No hagas ni guns boludez. Por favor. Me quiero llevar las cosas. -
- A ellos seguro les va a encantar que me ponga la tanga más chica y les muestre el culo.-

 Se me paró la pija y tragué saliva. Estaba explotando y quería llorar. Se fue hacia el cuarto. Me resigné. Uno o dos minutos después fui atrás de ella. 

- Paula...- Entré y estaba en cuatro, sin nada, tocándose la concha.
- ¿ Me comes el culo?- Se mordió los labios.

 Me caí al borde de la cama y comencé a comérselo. Se lo abrís y mí lengua trataba de abrir paso entre su orificio y sus gemidos se mezclaban con el flujo de su concha que me lo acercaba y le chupaba los dedos.

- ahg... sos el único que me obedece... ahg...-

 Y me partió la cabeza. Mi corazón se aceleró y mí cuerpo ya no lo controlaba. Mis manos empezaron a colarle los dedos en la concha y con la otra mano, me desesperaba para abrirle el culo y escuchar como gritaba de placer. 

- ¡Ay, si! ¡ Ahg! Lubricame bien el culo para los de la mudanza ¡ Ahg! ¡ Dale que quiero ser una putita!-
- No... -
- ¿No qué? ahg...-
- Te vas a ir cogida por mí, puta...-
- ¿ Ah, si? ahg... ¿Seguro?-

 Saqué la cara de ese culo y fui hasta la mesa de luz.
- ¿Qué buscas?- Agitada.
- Un forro... después de todos los que te culena, me cuido...-
- ¿Te crees que no sé quién me acaba sin forro?- Me miró desafiante, todavía con el culo empinado. 

 La miré, mordiéndome los labios, la tomé de la nuca y la llevé a mi pija, se tiró desesperada y chuparmela, mientras buscaba en el cajón.

- Chupala, dale...- la agarraba del pelo y la agarraba fuerte haciendo que se ahogue. -¡ Dale, puta!- Le grité y le cogía la boca con fuerza.

 Trataba de salirse pero no la dejaba, le comencé a agarrarle el culo y colarle los dedos, mientras seguía gimiendo y tragando.

- Puta, culo abierto-
- ah... ah... ahggg- 

 Se atragantaba y no decía nada.

- Toda abierta estás, puta...-
- ahg... me encanta... ahg... me van a te coger en España, cornudo... ahg... cógeme...-

Y escuché otra vez la palabra "cornudo" y me explotó el cerebro y parecía que todo se repetía hasta el hartazgo y era cierto. 
 La tomé de la cintura, y con fuerza la traje hacia mí. Tenía los ojos llorosos de las arcadas y una sonrisa perversa de haberme ganado. Se la metí con fuerza, hasta con deseo de que le duela y por el contrario, la muy puta lo disfrutó. Arqueaba la espalda, mientras le daba con fuerza.

- ¿Te gusta, puta?- Apretaba la mandíbula, mientras la agarraba con fuerza.
- ahg... si... ahg... pero te la siento poquito...- Me miró, otra vez, desafiante, sádica.
- Y si te cogen todos, puta... todos.- Y comencé a pegarle en el culo con la palma abierta. - ¡Sos tremenda hija de puta!-
- ¡ Ay! ahg ... !Ay, para!- 
- ¡¿Ahora querés que pare, puta?! - Le escupí el culo y le metí un dedo y no sé ni cómo pero la cogía con fuerza y le colé dos dedos con violencia.
- Ay... ¡me estás lastimando! ahg... ay... por favor...-

La sonrisa parecía borrarse y ya no me importaba.

- ¿¡Así que te duele, eh!?- Le saqué los dedos del culo y se los lleve a la boca. - ¡Chupa, puta! ¡ Dale! ¡¿Te gusta que te humille?!-
- ahg... ahg...-

 Me tomó la mano y los chupaba con locura. Saqué la pija y le comencé a coger el culo con fuerza, no me importaba nada. 

- Despacio... ay... por favor...-

 La tomé del cuello, ido y le daba con fuerza hasta el fondo, haciendo tope.

- ¿Cuántas veces te suplique y seguiste? ¡Hija de puta!-
- Juan, por favor... ahg... me gusta pero... ahg... para... me duele...-
- ¿¡No era que no sentías nada?!- Le solté el cuello, con la cara toda colorada, los ojos desorbitados y vidriosos y la agarré de la cintura y le daba con fuerza. Intentó escaparse pero no la dejé. Estaba tan sacado que sólo el timbre me hizo volver.

- ¡Juan! Los de la mudanza, ¡Juan!- Volvió a decirme, mientras intentaba salirse y reaccioné. 

 Ella se levantó rápido y yo me quedé ahí agitado. 

- Ya les abrimos...- Dijo, agitada. 

 Vino al cuarto y yo estaba sentado en la cama, con la pija al palo, tomando me la cabeza confundido. 
 Ella me miró y no dijo nada. Abrió un cajón y se clavó una tanga negra, finita. Se puso unas calzas y una remera. 

- Dale, tenés que bajar las cosas, cambiate que ya les abrí. - Me decía desde la puerta.
- ¿ Tantos te cojieron? - Le pregunté sacándome el forro, aún excitado.
- ¿Te importa?- 
- ¿Si o no?- 
- Si.- 

 Esa respuesta seca,e hirvió la sangre. Tocaron la puerta y ella iba a abrir. Me paré desesperado, la alcancé antes de que llegue a ella y la frené. La puse a centímetros y la abracé por detrás.

- Quédate callada...- Le susurré, ante un nuevo golpe. 

 Le bajé la calza, se la puse en el culo y tapándole la boca la cogí hasta acabarle. Era tanta la leche que le brotaba que le subí la tanga y mientras le salía se le ensució toda la calza. Intentó irse a cambiar, pero no la dejé. Me cambié rápido y abrimos.
 Me sentía mal, angustiado, sucio. Por un momento hasta pensé en dejarle todo e irme. Creyendo, en algún punto, que eso quisiera ella para poder cogerse a los dos muchachos. Para mí suerte, no fue así. Subieron los muebles y les pedí cinco minutos. 

- Bueno... hasta acá llegamos.- Le dije. 
- Por ahora...- Me respondió, colgándose de la puerta.
- Así es.-

 La abracé y ella se colgó de mis brazos.

- Todavía te amo. - Me susurró y no respondí.

 Nos saltamos.

- ¿Viste como me miraron todo el culo lleno de leche?-
- Si...- Dije y otra vez lo mismo.
- Si no estabas me los cogía por hijo de puta.- Me sonrió, mientras me agarraba la cara y me daba un beso.

 Me quedé agitado, con los ojos cerrados.

- ¿Te vas?- Mientras cerraba la puerta. 
- Chupamela un poco aca , por favor.- 

Sonrió, se arrodilló y con la puerta abierta, comenzó a chupármela. Escuchamos ruidos y ella en vez de parar, siguió. La aparté y volví en sí.

- Ahora si, hasta acá llegamos. - Me di media vuelta y comencé a bajar.
- Me voy con el viejo...- Me gritó a lo último y no la vi.

 Llegué a mi departamento y me bañé. Lloré. Lloré en la bañera. Contra los viejos azulejos y una ducha que largaba poca agua. No me había reconocido esa tarde y se había terminado, definitivamente una parte de mí.

Esa noche, Maca me llamó y me comentó que Paula se había despedido de ella de una forma muy abrupta. Los nervios me estaban matando, la cabeza, si. Supuse que se había enterado que había estado con ella y también se acercaría el poco comienzo que habíamos empezado a tener con Macarena pero para mi sorpresa, no. Me preguntó si estaba al tanto de algo y le conté la verdad... bueno... la verdad a medias la necesaria. Sólo la parte de los muebles. 

 El fin de semana, dormimos juntos, todos los días. Liberados y yo un poco culpable. Salimos a comer, tomamos vino. Nos habíamos sacado un peso de encima y ahora empezaba nuestro momento de forjar un nuevo amor.

-¿Y ahora qué somos?- Me preguntó, sonriéndome.

Cómo todo empieza, también todo termina pero sólo para darle comienzo a algo más, a otra versión de nosotros mismos.



 

5 comentarios - 3. Su ex mejor amiga. Sé el porqué y el cómo.

stempunk +2
Que bueno que volviste
EFENEPE
Gracias por esperar. Intentaré que no pase mucho tiempo para concluir con la historia que todavía queda lo mejor.
Necrosfire +1
uff hermano al fin ojala y esa puta se quede sola y este pndjo reaccione alfin mis 10 como siempre
EFENEPE
Gracias amigo! Y gracias por seguir
AdJoBe12
Esoooo que siga la historia!
David_Spurs
Soy el único que creé que Macarena es medio sumisa? De cualquier forma ya era hora de que lo de Paula termine
David_Spurs
Volviste! Segui la historia que esta me muy buena. Saludos