Primera parte-----> Mi mamá Silvina - Adiós Belén
Serie anterior que engancha con esta saga------> Mi hermana Belén
Estaba seguro. Mi mamá se había calentado viendo el bulto que formaba mi pija en el pantalón. La miré y vi su cara raja de excitación. Me miró y me dijo:
- Me voy a refrescar que me hiciste poner toda colorada
Se fue dejándome ahí, de pie en la cocina. Mi pija estallaba de calentura. Cuando estaba entrando en su habitación, tomé coraje y le grité
- ¡No pienses en tu hijo, eh!
Me quedé de una pieza y me fui caliente como estaba a mi habitación, me imaginé a mi madre masturbándose y no dudé en imitarla.
Me saqué toda la ropa, no me importaba si entraba ella y comencé una lenta paja acostado en mi cama.
No duré ni dos minutos que comencé a acabar como un caballo. Estaba re caliente, así me ponía mi propia madre. Me limpié con unos pañuelos de papel y me fui al baño a tirarlos. Cuando quise abrir la puerta estaba cerrada con llave.
Recordé que mi madre estaba dentro del baño. Puse el oído en la puerta y me pareció escuchar un gemido.
- Perdón mami – dije
Ella no respondió. Luego de un tiempo se escuchó la ducha que se encendía. Tiré los papeles en el tacho de la basura de la cocina y me volví a mi cuarto.
Al rato, mi mamá me llama para comer. La miré y su cara trasmitía una seriedad total. No me miraba y me esquivaba. Tenía puesto un pantalón de pijama amplio y una remera larga encima.
Estaba muy callada y hacía todo sin decir una palabra. La ayudé poniendo la mesa y no dijo nada.
Nos sentamos en silencio y estuvimos comiendo así unos 10 minutos, cada uno mirando su celular.
Al rato, fue ella la que me encaró
- Kevin, me parece que nos pasamos hoy
- ¿Qué?
- Que me parece que hoy nos pasamos con lo que hicimos
- ¿Qué cosa?
- No te hagas el boludo, Kevin
- ¿De qué? – yo no quería reconocer nada.
Iba a intentar por todos los medios que ella hable y diga puntualmente que le molestó tanto. Yo no iba a exponerme de ninguna manera
- Kevin, me mostraste toda tu p…
Mi mamá no se animaba a nombrar la palabra.
- Eu, mami, pará – la detuve – yo no te mostré nada
- Bueno, casi
- No, casi, no, solo me la marqué para vieras como era
- Es que soy tu mamá, ¿entendés?
- ¿Mami, porque haces tanto escándalo? – le dije
- ¿Tanto escándalo hago, decís?
- Si, mami, tranquila
En ese momento, me vino el problema de erección de su novio y jugué por ese lado para hacerla sentir un poco culpable.
- No se si tenés algún problema con Omar – era la primera vez que lo nombraba – que estás tan nerviosa, pero fue solamente mostrarte una parte de mi cuerpo
- Si, Kevin – mi mamá parecía más serena ahora – pero no es una parte mas
- Es una parte más, aparte, como dijiste, sos mi mamá y me conoces bien
- Pero nos excedimos – me dijo ella
- No pasa nada, no te hagas tanto rollo
- Sos mi hijo – me dijo con una sonrisa
Aproveché la distensión y me jugué con un comentario en tono de chiste, pero que podía ser tomado muy mal por mi mamá
- Y Belén es mi hermana, pero bueno, jajaja
- Menos mal que los separé – mi madre reía ahora
- Ahora agarrate que voy por vos – hice el gesto de correrla y atacarla
- Nooooo – reía ella ahora
Me le fui encima y la abracé desde atrás. En todo sentido, la tenía neutralizada. Tanto físicamente como mentalmente. No sabía cómo escapar de mis garras
- Salíiiii, jajaja- reía mi mamá
- Mmmmm ahora no tengo a nadie, voy por vos – le decía y la apretaba contra mí
Increíblemente mi madre se dejaba llevar y en un movimiento la apoye desde atrás y el bulto de mi verga quedó entre sus dos nalgas
- Ummmm – le dije
- Keviiiiin – me dijo advirtiéndome, pero sin moverse para zafarse
- Es que estas muy buena, mami – le dije
- ¿Qué decís, Kevin? – me preguntó intrigada
- Que Omar tiene mucha suerte – le dije volviendo al tema de su novio
- ¿Por qué?
- Porque tiene a esta diosa para él – le dije moviendo mi paquete en su culo
No era consciente de que mi pija se había parado un poco y le estaba volviendo a hacer sentir mi dureza a mi madre
- Kevin, me parece a mí o algo se está endureciendo ahí abajo
- Te parece bien…
- Kevin, no te olvides que soy tu madre…
La situación era surrealista. Estaba apoyando a mi madre de una manera totalmente descarada. Al mismo tiempo, le decía al oído cosas muy jugadas y ella no decía nada. Era el momento de ir un pasito más adelante
- Así me pones
- Kevin, pará que soy tu madre, en serio – dijo
Sin embargo, un movimiento en su cola, me hizo pensar lo contrario, lo estaba disfrutando porque mi pija estaba muy dura contra ella.
Yo contaba con información privilegiada, a su novio no se le había parado el día anterior y me jugué una ficha
- Sé que sos mi madre, pero también soy un hombre
- Sos un nene todavía… - me dijo ella y se movió un poco para sentirla mejor, o eso me pareció.
- Soy un hombre, y a los hombres vos nos pones así
Aproveché y le hice sentir bien la dureza de mi pija que a esta altura era un fierro y le dije oído:
- No hay hombre al que no se le ponga dura con un cuerpo como el tuyo
- Kevin, pará por favor… - decía ella, pero su cuerpo decía lo contrario
- Tenés que tomarlo como un halago – le dije
Volví a apretarme contra ella y me moví haciéndole sentir aún más mi verga
- Un gran halago, estoy sintiendo
- Siiii, mami – le dije al oído
- Estas muy duro, hijo – eso fue casi un susurro
- Muy, vos me pones…
- ¿Así te pone tu mamá? – me sorprendió que resaltara el vínculo
- Si no fueras mi mamá, si yo fuera Omar…
- Ojo Kevin lo que vas a decir…
Medité un segundo y le tiré la frase letal que la desarmó por completo
- La pija no se me bajaría nunca…
- Aghhhh Kevin, no me digas esas cosas
- Así me pones mami, me gustaría saber que vos también te mojas cuando la sentís
- Kevin, por Dios, que cosas decís
- Decime la verdad
- ¿Qué?
- ¿No te calienta un poco sentir mi pija? – me la jugué
- No te voy a mentir…
- Decímelo
- Sí, me calienta…
Me apreté más contra ella, no me animé a subir con mis manos a sus tetas, pero sus últimas palabras me dieron la alegría que necesitaba
- Me calienta mucho, ahora dejame…
- Te dejo con una condición
- Basta Kevin, no
- Solo una condición – dije y volví a apretarla.
Ella se movió para sentirla. Mis movimientos ya eran descarados. Le dije al oído:
- Prometeme que ahora cuando te vaya a tu pieza, vas a pensar en mi pija…
- Aghhh Kevin, salí – me dijo zafándose
- Andá, dale – le dije soltándola
- Me mataste Kevin, me dejaste en llamas… sos terrible
Se encerró en su habitación, puse el oído en la puerta y pude escuchar sus gemidos. No me importó masturbarme detrás de la puerta y acabar al mismo tiempo que ella lo hacía.
- Aghhhh aghhhhh – escuché
- Aghhhh Yo también, mami – le dije
Acabé en el piso y no me importó.
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