Los colegas de mi padre IV

Después del recorrido que le dieron y del gran orgasmo que le provocaron a mi madre, la bajaron del vehículo especial y la inmovilizaron en una silla. Mi madre suplicaba llorando que no le fueran a hacer nada, no quería probar ninguno de los articulos y muebles que había visto para torturar. Entre risas los tres malditos le dijeron a mi madre. Margarita, no llores cada cosa que ves aquí la vas a probar y gozar.



Lo primero que hicieron los perversos y degenerados fue subir a mi madre a una máquina folladora. La maldita máquina tenía forma de montura, un falo como de 20 centímetros y la base rugosa. Abrieron las tiras de tela de la tanga de mi madre y la sentaron hasta que su panocha se trago todo el falo; la inmovilizaron de pies y manos y la amordazaron. Rosario coloco varias ligas en las tetas de mi madre haciéndolas bolita y luego unos succionadores de leche para las vacas en cada uno de sus pezones que salían de su brasier perforado. Mi madre movía su cabeza de un lado a otro y con un mmmm trataba de decirles que no le hicieran eso, pero el trío de perversos y degenerados burlándose e ignorandola encendieron la máquina ordeñadora y la máquina folladora. Arturo con un vibrador en forma de cucharita comenzó a masajear su clítoris.



A mí me pusieron frente a mi madre Margarita y al ver como convulsionaba por los orgasmos producidos por la máquina folladora y ver cómo escurrían su jugos vaginales,ver como la máquina ordeñadora estiraba sus pezones al máximo como queriendo arrancarlos de sus tetas; mi verga se puso muy erecta. Rosario se acerco a mi comenzó a masajear mi verga y le gritó a mi madre. Margarita puta desgraciada ve como tienes a tu hijo. Mi madre comenzó a tener más orgasmos y a dejar súper mojada la máquina folladora y sus piernas con sus jugos vaginales. Arturo y Rafael me acercaron a mi madre sin que Rosario dejara de masajear mi verga y en ese momento eyacule; aventando mi semen por todo el cuerpo de mi madre, sobre todo en su panocha calva.



Terminado ese gran orgasmo que se aventó mi madre, los tres malditos puercos azotaron a mi madre obligándola a desnudarse totalmente. Posterior a eso Rosario le dió malla y una blusa de red para cubrir su cuerpo desnudo.







Inmovilizaron a mi madre de pies y manos y a mi de nuevo me sentaron inmovilizado frente a ella. Perforaron dos agujeros en la malla y metieron en cada uno de ellos una manguera transparente y flexible, una la metieron en su ano y la otra en su panocha. Rafael y Arturo levantaron el cuello de la blusa de malla e introdujeron gusanos hasta que las tetas y pezones de mi madre quedaron cubiertos por los bichos. Mientras Rosario levantaba la malla por el frente e introducía los gusanos cerca de la panocha de mi madre. En un momento Rosario le dijo a mi madre. Mira Margarita tu llorando porque te quitamos tu gran pelambrera de vello público y ahora ya la recuperaste con estos bichos. Siguió introduciendo más gusanos hasta que mi madre aparentaba usar un calzón de corte completo. Luego entre los tres perversos y degenerados le introdujeron los bichos por los tubos. Mi madre comenzó a llorar y a gritar que le sacarán todos los bichos ya que sentía viscoso su cuerpo y sus orificios.





Luego de eso la dejaron totalmente desnuda de nuevo, la inmovilizaron de pies y manos y con una manguera con agua a presión quitaron los gusanos de su cuerpo.





Inmovilizada le pusieron un enema hasta que arrojo tos los gusanos alojados en el interior de su ojo de culo.



Para sacar los gusanos de dentro de su panocha, los tres cabrones se turnaron metiendo sus manos y puños dentro de su panocha. Estuvieron así hasta sacar el último bicho. Hubo momentos que los tres perversos y degenerados introdujeron en la panocha de mi madre Margarita hasta cuatro manos y puños. Después de todo esto descansaron y dejaron descansar a mi madre por un rato .



















Después del descanso le dijo Rosario a mi madre. Margarita tu siguiente castigo va a ser la prueba de tensión de algunos de tus calzones y tangas. Mi madre burlonamente le dijo. Rosario haz lo que quieras con esas prendas mientras yo no se lastima no me importa, cómo sea luego puedo comprar otras. Intenté decirle a mi madre de que se trataba realmente pero Arturo y Rafael me pararon en seco. Le pusieron una tanga y la inmovilizaron de nueva cuenta. En una barra con cadenas y broches colocaron cada extremo de la tanga de mi madre y con una especie de grúa comenzaron a subirla hasta que se introdujo entre los labios vaginales de mi madre. Me di cuenta que al parecer eso no lastimó esa parte íntima de mi madre ya que no gritó ni dijo nada, ya que esa prenda se rompió rápidamente. Mi madre sonriendo pensó que con las siguientes iba a ser igual. Error con las demás sufrió ya que tardaron en ceder y cada una de las prendas usadas se hundía entre sus pliegues vaginales y su raja del culo al máximo. Ella les pedía llorando y gritando que ya no más, que si seguían le iban a partir su rajita.



Pasaron al siguiente castigo y Rosario le dijo a mi madre. Margarita tu siguiente castigo es para relajar tu cuerpo sobre todo tu clítoris, después de la gran partida de raja que te pusimos. La inmovilizaron en una mesa y entre los tres malditos pusieron copas de succión en piernas, brazos,vientre pezones y clítoris. Me levantaron de la silla y Rosario ato mi pene y testículos, me dieron una fusta y me obligaron a tirar con la misma las copas de succión . Me negué pero Rosario jalo la soga que sometía mi pene y testículos y me dijo. Angel no le hagas al valiente y haz lo que te decimos o te quedas sin huevos y verga. Primero empieza con las copas de brazos, piernas y vientre y por último la de los pezones y clítoris. Comenzó y rápidamente tumbe las primeras y lo que ví no le causó gran dolor a mi madre lo cual relajó. Rosario jalo de la cuerda y me dijo. Hijo de tu puta madre si las últimas copas las tiras así de rápido y no sufre tu puta madre de vas a quedar estéril. Así que hice sufrir a mi madre hasta que le tumbe la última copa, que era la de su clítoris.





Luego la llevaron a donde había dos barras de madera con velas. Una a la altura del pecho de mi madre y la otra cercas de la entrepierna. A mí me acercaron sin liberar mis genitales. Acercaron a mi madre a una de las barras esposada con las manos atrás y Arturo le dijo a mi madre . Margarita esas velas las voy a encender y las vas apagar con tus pezones. De ti depende si Angel pierde su verga y huevos. De ti depende el tiempo que quieras que Rosario jale esas partes. Comenzó todo y mi madre trató de apagar todas las velas lo más rápido posible ya que ahora los gritos de dolor que se escuchan más, eran los míos. Terminado la obligaron nuevamente a apagar varias velas con su panocha y de igual manera lo hizo con sus tetas.


Aquí no termina todo de nuevo habrá castigo más severo para la gran piruja de la señora Margarita.