Después del segundo orgasmo Teresa logra encontrar nuevamente la razón cuando Marcelo la dejó descansar un rato.
Podía sentir el semen del bully gotear de su vagina a la cama ensuciando nuevamente las sábanas.
-Ya no puedo seguir así.
Marcelo que estaba echado a su lado, en la parte de la cama donde duerme su marido no dice nada y comienza a frotar su verga.
-Hablo enserio, no puedo seguir así. Que sentido tiene? Donde nos va a llevar? Estoy casada, amo a mi marido y a mi familia, lo se, estoy segura pero…es mucho tiempo que ya no soy yo.
La verga de Marcelo estaba perfectamente erecta y visible a Teresa lo que la puso nerviosa.
-Tu entiendes verdad? Hice todo esto por mi familia, mi hijo…Yo quiero…yo quería que estuviera a salvo pero me dejé llevar. Desde que me diste esa droga ya no soy la misma, me cambió, me convirtió en algo que no soy…
Marcelo interrumpió el masaje a su miembro a causa de la última cosa que dijo Teresa, eso le molestó. Se puso de pie, agarró su pantalón y sacó la misma bolsita de polvo blanco que usaron ese mismo día y el día en el cual todo comenzó.
-Dices esta?
-Por favor, no te acerques con esa cosa.
-Jajaja tu si que eres una perra estúpida.
Marcelo le bota la bolsita sobre su pecho y dice:
-Ponla en la boca. Saboréala.
-Porque? Que diferencia ase si yo…
-Hazlo! Ahora!
Teresa tenía que obedecer; él es que daba las órdenes. Nuevamente pensaba que perdería la cabeza como las veces pasadas y que la esperaría otra sesión de sexo salvaje.
Dio una última mirada de súplica al bully que no mostraba piedad así que con su lengua tomó de la bolsa un poco de ese polvo y lo puso en su boca.
-Saborea perra, saborea. Que sabor tiene?
En menos de dos segundos Teresa entendió el porqué de las palabras del chico. Sin que le diga nada, agarró aún más polvo con su lengua y lo saboreo mejor y de una la quedó claro lo que era.
-Ha…Harina?
-JAJAJAJA, Harina!
-Pero…que significa? Que significa esto?
-Creo que lo sabes perra.
-Yo…Tu!...No, yo no soy…
-Si lo eres. Siempre lo has sido y siempre lo serás.
-No! No es verdad! Porque tu tendrías harina en tus bolsillos…y en una bolsita así?
-La vendo a los idiotas de mi escuela que se quieren hacer a los grandes jaja. Se la suben por la nariz y piensan que se drogaron…Dinero fácil.
Marcelo se sube de nuevo a la cama y con una mano agarra su vergon preparándose para penetrarla. Todo este tiempo la mujer creía que la droga de Marcelo era la culpable por su comportamiento en la cama, por desatar por completo su lujuria cuando estaba con él. No creía de ser inocente pero para ella era la última esperanza pensar que fue la droga que la puso en ese camino, que la cambió y que la hacia gozar del sexo con el atormentador de su hijo pero la verdad era que ella siempre fue así. Un placebo que liberó su consciencia de responsabilidades dejando que la verdadera Teresa saliera a la luz.
-Espera...
Dice ella poniendo un pie sobre el pecho del chico parando su inminente penetración.
-Ya no te puedes esconder perra, que piensas decir? Que yo te obligue? Que es por tu hijo?
-…
-Todo lo que hiciste fue para ti.
Teresa se sintió derrotada y humillada pero también libre de un peso que cargaba en su pecho. Sin hacer resistencia dejó que el bully bajara su pierna y que se pusiera entre ellas; en esa posición podía ver bien el cuerpo del chico por el cual había perdido la razón.
Marcelo entró dentro de ella mientras se miraban a los ojos; no eran necesarias las palabras, ya sabían que las cosas desde ese momento en adelante tomarían una nueva dirección.
-Ah, ah, dios mío, ah, ah
Si primero Teresa tenía algún tipo de freno ya no lo tenía más. Se abandonó al placer sin mas dudas, pensamientos o remordimiento consciente que ella lo había elegido. No quería contener sus gritos de placer, sentía que tenía que liberarlos como si estuviera cantando su libertad; y era así para Marcelo; los gritos de placer de las mujeres que follaba eran música para sus orejas, especialmente si eran de mujeres con novios, maridos o hijos.
El tiempo pasaba y un orgasmo después del otro hizo que ambos se quedarán echados en la cama respirando como después de una larga pero deliciosa carrera.
-Tengo sed.
-En la cocina…refrigerador…refresco.
Dice la madre de Pedro agotada por el extremo ejercicio físico. Si bien ella se tenía en forma y no fuese la primera vez que Marcelo la entrenaba; lograr tener el ritmo del bully no era nada fácil, todavía tenía mucho que aprender.
Marcelo bajó las escaleras, llegó a la cocina y tomó del refrigerador una pepsi y cuando estaba para abrirla notó que desde la ventana del salón el cartero lo miraba. La visual no era de lo más clara ya que el bully estaba lejos de la ventana pero lo mismo podía distinguir un hombre negro con la verga que le colgaba estar parado en medio de la cocina.
Marcelo levantó su dedo medio y se lo mostró claro al pobre cartero que nervioso por lo que había visto apresuró el paso y se fue.
-Jajaja
Para Marcelo era solo otra nueva historia que contar a sus amigos. Ese interrupción le consintió notar que habían dos botellitas de jugo de mango adentro del refrigerador y sobre ellas estaba escrito:
PEDRO JONÁS
No es que le gustase el mango pero para él era una ocasión de oro así que se acabó las dos botellitas. Estaba para regresar a la cama cuando una desnuda Teresa se le asomó del ángulo.
-Por que te demoras tanto?
-Estas tan impaciente perra?
-Tu que piensas?
Dice la mujer mordiéndose el labio
-Entonces no esperemos mas jaja.
Marcelo y Teresa comienzan a follar sobre la meza de la cocina haciendo caer platos, vasos y otras cosas que estaban encima sin importarles.
Después de poco suena el teléfono del salón pero Teresa sigue gimiendo. Para su sorpresa es el bully que interrumpe el sexo.
-Ve a responder.
-Que?
-Quiero que respondas.
Ella obedece y desnuda llega al salón y finalmente le responde a su esposo.
El chico no esperó ni un segundo más y se acercó a su mujer por detrás y lentamente comenzó a introducir su miembro primero que ella pudiera decirle algo. Teresa sintió con gusto toda la grandeza del vergon tratando de contenerse. A mala penas podía entender lo que le decía Felipe y menos responder pero en ese momento su vagina se estrechó aún mas abrazando la traición como la polla de Marcelo.
Tuvo que encontrar un modo de justificarse y colgar la llamada y lo hizo pero justo pocos momentos antes que los dos se corrieran juntos. Fue una experiencia mágica para Teresa que tembló como gelatina mientras el bully le disparaba adentro su leche caliente rellenándola completamente.
-Hoy si que me gustaste perra. Me espero lo mismo la próxima vez.
-…Próxima?
Teresa logró decir tartamudeando.
-Ahora tengo que irme. Yo te digo cuando te quiero ver y tu…tu ve a recoger a tu hijo desgraciada.
La hora de recoger a Jonás casi había llegado y ella todavía estaba desnuda en la cocina. Logró llegar a tiempo y después que regresaron a casa se puso a recoger y ordenar primero de la llegada de Pedro.
-Hola mamá.
-Hola Pedrito.
-Hoy hace calor verdad?
-Oh si, mucha, que sudada que me he dado hoy.
-Bueno…Tengo mucha sed me puedes dar mi jugo?
-Jugooo.
Dice el pequeño Jonás.
-Ok, ok, ahora viene el jugo jaja.
Teresa abre el refrigerador y ve las botellas vacías y rápido entiende lo que pasó.
-Amm…Lo siento chicos pero terminé yo el jugo.
-Que? De quién?
-De…los dos. Lo siento.
-Oh mamiii, tenía mucha sed y quería tomarme el jugo de mango…
-YA BASTA DE CAPRICHOS, LOS DOS, YA DIJE QUE LO SIENTO.
-…
Los hijos se quedan sorprendidos y callados por la repentina rabia de su madre; nunca les solía hablar así. Teresa de su parte se dio cuenta de que exageró, aunque si le molestó que Pedro se comportará como un pequeñito a su edad; pero por alguna razón se puso defensiva. Tuvo que dejar de alzar la voz cuando vio que el pequeño Jonás parecía querer llorar.
-Ajj…lo siento, es que, estoy muy cansada hice mucho ejercicio ok? Ahora me voy a duchar y tu Pedro sírvete un poco de agua, a tu hermanito también.
Continúa…
Podía sentir el semen del bully gotear de su vagina a la cama ensuciando nuevamente las sábanas.
-Ya no puedo seguir así.
Marcelo que estaba echado a su lado, en la parte de la cama donde duerme su marido no dice nada y comienza a frotar su verga.
-Hablo enserio, no puedo seguir así. Que sentido tiene? Donde nos va a llevar? Estoy casada, amo a mi marido y a mi familia, lo se, estoy segura pero…es mucho tiempo que ya no soy yo.
La verga de Marcelo estaba perfectamente erecta y visible a Teresa lo que la puso nerviosa.
-Tu entiendes verdad? Hice todo esto por mi familia, mi hijo…Yo quiero…yo quería que estuviera a salvo pero me dejé llevar. Desde que me diste esa droga ya no soy la misma, me cambió, me convirtió en algo que no soy…
Marcelo interrumpió el masaje a su miembro a causa de la última cosa que dijo Teresa, eso le molestó. Se puso de pie, agarró su pantalón y sacó la misma bolsita de polvo blanco que usaron ese mismo día y el día en el cual todo comenzó.
-Dices esta?
-Por favor, no te acerques con esa cosa.
-Jajaja tu si que eres una perra estúpida.
Marcelo le bota la bolsita sobre su pecho y dice:
-Ponla en la boca. Saboréala.
-Porque? Que diferencia ase si yo…
-Hazlo! Ahora!
Teresa tenía que obedecer; él es que daba las órdenes. Nuevamente pensaba que perdería la cabeza como las veces pasadas y que la esperaría otra sesión de sexo salvaje.
Dio una última mirada de súplica al bully que no mostraba piedad así que con su lengua tomó de la bolsa un poco de ese polvo y lo puso en su boca.
-Saborea perra, saborea. Que sabor tiene?
En menos de dos segundos Teresa entendió el porqué de las palabras del chico. Sin que le diga nada, agarró aún más polvo con su lengua y lo saboreo mejor y de una la quedó claro lo que era.
-Ha…Harina?
-JAJAJAJA, Harina!
-Pero…que significa? Que significa esto?
-Creo que lo sabes perra.
-Yo…Tu!...No, yo no soy…
-Si lo eres. Siempre lo has sido y siempre lo serás.
-No! No es verdad! Porque tu tendrías harina en tus bolsillos…y en una bolsita así?
-La vendo a los idiotas de mi escuela que se quieren hacer a los grandes jaja. Se la suben por la nariz y piensan que se drogaron…Dinero fácil.
Marcelo se sube de nuevo a la cama y con una mano agarra su vergon preparándose para penetrarla. Todo este tiempo la mujer creía que la droga de Marcelo era la culpable por su comportamiento en la cama, por desatar por completo su lujuria cuando estaba con él. No creía de ser inocente pero para ella era la última esperanza pensar que fue la droga que la puso en ese camino, que la cambió y que la hacia gozar del sexo con el atormentador de su hijo pero la verdad era que ella siempre fue así. Un placebo que liberó su consciencia de responsabilidades dejando que la verdadera Teresa saliera a la luz.
-Espera...
Dice ella poniendo un pie sobre el pecho del chico parando su inminente penetración.
-Ya no te puedes esconder perra, que piensas decir? Que yo te obligue? Que es por tu hijo?
-…
-Todo lo que hiciste fue para ti.
Teresa se sintió derrotada y humillada pero también libre de un peso que cargaba en su pecho. Sin hacer resistencia dejó que el bully bajara su pierna y que se pusiera entre ellas; en esa posición podía ver bien el cuerpo del chico por el cual había perdido la razón.
Marcelo entró dentro de ella mientras se miraban a los ojos; no eran necesarias las palabras, ya sabían que las cosas desde ese momento en adelante tomarían una nueva dirección.
-Ah, ah, dios mío, ah, ah
Si primero Teresa tenía algún tipo de freno ya no lo tenía más. Se abandonó al placer sin mas dudas, pensamientos o remordimiento consciente que ella lo había elegido. No quería contener sus gritos de placer, sentía que tenía que liberarlos como si estuviera cantando su libertad; y era así para Marcelo; los gritos de placer de las mujeres que follaba eran música para sus orejas, especialmente si eran de mujeres con novios, maridos o hijos.
El tiempo pasaba y un orgasmo después del otro hizo que ambos se quedarán echados en la cama respirando como después de una larga pero deliciosa carrera.
-Tengo sed.
-En la cocina…refrigerador…refresco.
Dice la madre de Pedro agotada por el extremo ejercicio físico. Si bien ella se tenía en forma y no fuese la primera vez que Marcelo la entrenaba; lograr tener el ritmo del bully no era nada fácil, todavía tenía mucho que aprender.
Marcelo bajó las escaleras, llegó a la cocina y tomó del refrigerador una pepsi y cuando estaba para abrirla notó que desde la ventana del salón el cartero lo miraba. La visual no era de lo más clara ya que el bully estaba lejos de la ventana pero lo mismo podía distinguir un hombre negro con la verga que le colgaba estar parado en medio de la cocina.
Marcelo levantó su dedo medio y se lo mostró claro al pobre cartero que nervioso por lo que había visto apresuró el paso y se fue.
-Jajaja
Para Marcelo era solo otra nueva historia que contar a sus amigos. Ese interrupción le consintió notar que habían dos botellitas de jugo de mango adentro del refrigerador y sobre ellas estaba escrito:
PEDRO JONÁS
No es que le gustase el mango pero para él era una ocasión de oro así que se acabó las dos botellitas. Estaba para regresar a la cama cuando una desnuda Teresa se le asomó del ángulo.
-Por que te demoras tanto?
-Estas tan impaciente perra?
-Tu que piensas?
Dice la mujer mordiéndose el labio
-Entonces no esperemos mas jaja.
Marcelo y Teresa comienzan a follar sobre la meza de la cocina haciendo caer platos, vasos y otras cosas que estaban encima sin importarles.
Después de poco suena el teléfono del salón pero Teresa sigue gimiendo. Para su sorpresa es el bully que interrumpe el sexo.
-Ve a responder.
-Que?
-Quiero que respondas.
Ella obedece y desnuda llega al salón y finalmente le responde a su esposo.
El chico no esperó ni un segundo más y se acercó a su mujer por detrás y lentamente comenzó a introducir su miembro primero que ella pudiera decirle algo. Teresa sintió con gusto toda la grandeza del vergon tratando de contenerse. A mala penas podía entender lo que le decía Felipe y menos responder pero en ese momento su vagina se estrechó aún mas abrazando la traición como la polla de Marcelo.
Tuvo que encontrar un modo de justificarse y colgar la llamada y lo hizo pero justo pocos momentos antes que los dos se corrieran juntos. Fue una experiencia mágica para Teresa que tembló como gelatina mientras el bully le disparaba adentro su leche caliente rellenándola completamente.
-Hoy si que me gustaste perra. Me espero lo mismo la próxima vez.
-…Próxima?
Teresa logró decir tartamudeando.
-Ahora tengo que irme. Yo te digo cuando te quiero ver y tu…tu ve a recoger a tu hijo desgraciada.
La hora de recoger a Jonás casi había llegado y ella todavía estaba desnuda en la cocina. Logró llegar a tiempo y después que regresaron a casa se puso a recoger y ordenar primero de la llegada de Pedro.
-Hola mamá.
-Hola Pedrito.
-Hoy hace calor verdad?
-Oh si, mucha, que sudada que me he dado hoy.
-Bueno…Tengo mucha sed me puedes dar mi jugo?
-Jugooo.
Dice el pequeño Jonás.
-Ok, ok, ahora viene el jugo jaja.
Teresa abre el refrigerador y ve las botellas vacías y rápido entiende lo que pasó.
-Amm…Lo siento chicos pero terminé yo el jugo.
-Que? De quién?
-De…los dos. Lo siento.
-Oh mamiii, tenía mucha sed y quería tomarme el jugo de mango…
-YA BASTA DE CAPRICHOS, LOS DOS, YA DIJE QUE LO SIENTO.
-…
Los hijos se quedan sorprendidos y callados por la repentina rabia de su madre; nunca les solía hablar así. Teresa de su parte se dio cuenta de que exageró, aunque si le molestó que Pedro se comportará como un pequeñito a su edad; pero por alguna razón se puso defensiva. Tuvo que dejar de alzar la voz cuando vio que el pequeño Jonás parecía querer llorar.
-Ajj…lo siento, es que, estoy muy cansada hice mucho ejercicio ok? Ahora me voy a duchar y tu Pedro sírvete un poco de agua, a tu hermanito también.
Continúa…
4 comentarios - La madre de Pedro y el bully 18
Pd: como me gustaria ser pedro y que mi mama se vea así.