Luego de ese dÃa en donde no pude pensar en nada más que en lo que paso en la noche en el rÃo, los dÃas pasaron de forma lenta, cada vez que mi tÃo veÃa una oportunidad conmigo a solas, me tocaba de forma sutil pero clara para lo que buscaba, ponÃa sus manos sobre mi cintura, a veces me agarraba los muslos, me pasaba a llevar o una teta, o en algunos casos más extremos me pasaba ese gordo bulto por el cuerpo, recuerdo incluso dos ocasiones en donde yo estaba agachada haciendo no recuerdo que, y de repente el me paso todo el bulto por la cara tocándome los labios y la nariz, y en la otra estaba inclinada viendo algo y de forma descarada (para su suerte mis papás no estaban cerca) paso su paquete por mi entrepierna, desde la endidura de mi vagina hasta la parte superior de mi colá. Yo nunca entendà por que nunca le dije a mis papás que el hacÃa esas cosas conmigo, supongo que era por miedo o por que de alguna forma que no me gustaba pensar, me encantaba que el hiciera esas cosas tan atrevidas conmigo, algo que ninguno de mis compañeros, amigos o incluso el chico que me gustaba hacian por miedo o por vergüenza, ellos se creÃan tan rudos y "malos" con todos, pero conmigo no se atrevÃa a tocarme ningún pelo, incluso un roce con mis tetas o culo, algo que me desepcionaba por que al final siempre quise tener algo cercano a la experiencia sexual aunque fuesen solo roces o masajes, pero eran tan cobardes que cuando les hablaba nisiquiera me miraba, incluso cuando ya la mayorÃa tenÃamos 18 e incluso los que tenÃan 20 eran unos miedosos, en fin.
Una noche en la que estábamos todos a la mesa comiendo la merienda, estaba junto a mi tÃo sentados, yo estaba muy callada mientras que el hablaba con mis padres con normalidad como si lo que hizo conmigo hace unos dÃas atrás fuese algo normal para el, en eso, mi mamá me miró muy callada y me trato de conversar algo.
- ¿Pasa algo Mirabel?.
- No no, no pasa nada, solo... Pienso.
- ¿Y en que piensas?.
Cuando me pregunto eso, me quede callada y bastante nerviosa, miraba a todos lados buscando una excusa para no decir lo que habÃa pasado, querÃa decirlo, no querÃa, no sabÃa que hacer hasta que mi tÃo salió en mi defensa.
- ¡Cierto!, lo que sucede MarÃa (nombre para proteger su identidad) es que estuve hablando con Mirabel sobre algunos asuntos personales de ella, tu sabes, "chicos y esas cosas".
- Aaaay mija, ¿tienes dudas sobre lo que sientes con los muchachos?.
- S-si... ¡Si!, mi tÃo... Me ayudo a saber que chicos son los mejores para mi.
En la charla algunas risas salieron entre todos ellos mientras yo me quede callada con una sonrisa a medias, ¿por que le seguà el juego?, tal vez era mi unÃca forma de salir de ese aprieto tan grande, me sentia agradecida qué mi tÃo me hubiera rescatado en ese momento ya que casi me orinaba encima, pero aun no entiendo por que nos le dije que el estaba abusando de mi, digo, no de forma directa, pero si lo hacÃa de forma constante y yo no podÃa hacer nada, como si mis manos y mi boca estuvieran atadas sin posibilidades de escaparme de su juego.
Luego de comer, terminamos y lavamos los trastes para hacer lo que nos quedaba, limpiabamos algunas cosas que mi tÃo nunca habÃa tocado hasta que llegamos nosotros, lo ayudamos a ordenar lo posible y cuando terminamos jugamos los tÃpicos juegos de mesa como el Uno, Ludo, Poker y demás, eso duró bastante rato ya que la mayorÃa de esos juegos eran tan divertidos que los repetiamos hasta 3 o 5 veces cada uno, esa noche la pase bastante bien olvidandome por unos instantes de mi tÃo, pero luego de terminar volvà a pensar en eso hasta que solo fui a darme una ducha, suelo bañarme a las 11 u 12 para dormir muy descansada luego, y mis papás siempre se dormÃan a esa hora ya que tenÃan la costumbre de levantarme muy temprano para hacer sus cosas, yo mientras y como dije, me daba un baño bajo la tibia agua de la ducha.

Cuando termine de bañarme, recuerdo que habÃa llevado una toalla algo pequeña que me llegaba desde la cintura hasta la mitad de los muslos, prácticamente la toalla me vendió ante la situación sobretodo por que tenÃa que salir del baño hasta mi habitación para cambiarme, y claro, teniendo en cuenta que mi tÃo rondaba por hay como un león asechando a su presa, pues ese momento era como una pelÃcula de terror, tensión bastante pura. Pero, aún asÃ, me evalentone para tapar mis senos y salir del baño lo más rápido posible, estaba prácticamente corriendo hacia la habitación atravesando la sala, por suerte mi tÃo no estaba en ese lugar y gracias a eso pude llegar bastante rápido para cerrar la puerta detrás de mi, pude dar un suspiro muy calmada, aunque célebre muchÃsimo antes de la verdadera victoria, ya que cuando mire al frente mio, pude ver a mi tÃo sentado en mi cama vistiendo un bóxer remarcando el enorme bulto del cual ya habÃa hecho mención antes, el sonreÃa mientras miraba mi cuerpo desnudo al completo, frente a él quien me recorrÃa todo el cuerpo saboreandose en su mente todas las cosas que me podrÃa hacer en esa habitación.
- Hola mija.
Me saludo meneando su mano de lado a lado, levantando su enorme cuerpo frente al mio para acercarse contra mi en pasos decididos y que nada podrÃa cambiar, en cambio, yo me arrincone contra la puerta sin poder hacer nada más que mirarlo, sintiendo como mi corazón se agitó con una violencia inigualable a la par que suspiraba con rapidez, me volvÃa a encontrar en esa situación anterior de tanta presión psicológica, aunque fue más la presión sexual y varonil que ese hombre mostraba frente a mi hasta que me arrincono de una forma definitiva, uniendo como esa noche en el rÃo cuando me declaró que me deseaba de forma indirecta, aunque ahora, en la privacidad de esa silenciona habitación me iba a dejar sin habla alguna.
- ¿Que pasa linda, no saludas a tu tÃo favorito?
- Ho-Hola tÃo...
Salude tÃmida, sin saber que más decir por el nudo que se formó en mi garganta, sintiéndome tan indefensa ante el, quien incluso para no demorar más la situación, coloco una de sus manos sobre el pestillo de la puerta para moverlo y confirmar que dejo la habitación segura para ambos, ya no habÃa algo que hacer en esa situación más que esperar a que el momento llegara, algo que en mucho tiempo no demoro ya que mi tÃo con la mano que tenÃa disponible bajo su bóxer oscuro por completo hasta dejarlo caer sobre sus pies y lanzarlo sobre la cama usando una de sus piernas, finalmente pude ver aquel enorme miembro varonil del cual la noche pasada presumÃa al cubierto, ahora en gruesa carne y una presencia qué no era fácil de ignorar, veÃa como palpitaba con fuerza, grueso, carnoso, se veÃa bastante jugoso por los lÃquidos que su cabeza dejaba caer por su falo y terminaban en sus gordos testÃculos qué goteaban su pre-semen manchando el suelo. Y esa, fue la primera y unica vez, que pude ver el verdadero pene de un hombre, un hombre de verdad, no recuerdo mucho, pero creo que tenÃa unos 22cm de una buena verga tostada.


Cuando mire su enorme pene, el me miró a los ojos evocando ahora una sonrisa de mayor tamaño mostrando de cierta forma su deseo contra mi, pero, alejándose de con pasos lentos de mi cuerpo sostuvo una de mis manos para llevarme con el y con una fuerza increÃble, me abrazo de mis piernas para colocarme sobre la cama sentándome junto a él, obligandome de una forma gentil a llevar mi mano contra su pene para tocarlo sin necesidad de sentirme obligada, y yo, como sentÃa que mi vientre, en ese momento me estaba indicando algo que nunca antes sentÃ, comencé a masturbar su jugoso pene qué manchaba mi mano con su cálido pre-semen, lo masajeaba desde la base hacia su cabeza aunque de una manera torpe por mi poca experiencia, más el estaba disfrutando como nunca antes por como demostraban sus suspiros placenteros por mi toque pero tono toque, esto acompañado claro de que el comenzaba a acariciar mi cuerpo, principalmente mis senos con los cuales jugaba, jalando los, presionando mis pezones y masajeandolos por todo su entorno mientras con su mano contraria estaba explorando mi entrepierna qué de forma instintiva comencé a separar mis piernas para que el tocará lo que quiere, sus dedos eran algo ásperos pero fuertes y muy hábiles, pasando desde un extremo a otro de mi vagina, abriendo lo de forma suave y jugando con mi clitoris, momento en el que mi cuerpo inició sus reacciones al otorgar gemidos pequeños pero tiernos con movimientos de mis piernas por su buena habilidad, claro que eso interrumpia la masturbación que le estaba dando ya que me retorcÃa un poco de placer y eso era algo que no podÃa evitar aunque lo quisiera. El seguÃa sonriente ante el escenario qué estábamos viviendo, mojando sus dedos por mi vagina que de forma descontrolada comenzaba a humedecerse con mucha rapidez pues aún seguÃa siendo virgen y mi cuerpo nunca experimento ese tipo de cosas junto a un hombre o por lo menos algo parecido. Asà fue por minutos hasta que nuevamente sentà que separó su cuerpo del mio, solo que ahora como antes, me agarro con sus manos ahora sosteniendo mis glúteos y me coloco en una posición nueva para mi en ese momento, ya que se coloco de pie en la orilla de la cama y me arrastró por las sábanas para posicionarme con mayor facilidad, abrazo mis muslos con sus fuertes brazos sin dejarme escape alguno, llevando su jugosa verga contra mi vagina de manera que ahora con su posición superior ante mi manipulable situación, inició leves masajes sobre los labios de mi virginidad recorriendo toda esa zona con lentitud, yo solo me podÃa sostener de mis sábanas a la par de cerrar mis ojos gimiendo con delicadeza y algo bajo para que mis papás no me hubiesen escuchado en el momento. Actualmente sigo confundida por que en ese momento me estaba gustando qué mi tÃo, mi tÃo de sangre, me diera placer de esa forma y yo sin negarme al instinto sexual entre ambos, pienso que por los instintos sexuales más primitivos del hombre y la mujer nos comenzamos a desear entre ambos sobretodo por esa esencia de "reproducción" para dejar una descendencia en este mundo, por suerte no fue el caso entre nosotros.
Sin retrasar más el relato, puedo seguir diciendo que estuvo acariciando mi chorreante vagina por minutos, minutos que se volvÃan eternos por el placer que nuestros cuerpos estaban intercambiando como animales en su época de celo, desesperados por tener un sexo intenso para acabar uno sobre el otro como si de una pareja se tratase, y asà fue, alejando su enorme pene de mi pequeña vagina para separar ahora con sus dedos Ãndice y pulgar, presionar levemente los labios de mi vagina entre si mientras apuntaba ya la cabeza de su sexo contra el mio.
- Ya voy a entrar querida, estas lista, ¿no?
Yo respondà tÃmida, no con palabras, si no moviendo mi cabeza en un "si" junto a los notables suspiros de éxtasis qué fueron esos minutos.
Ahora, cuando estaba preparándose, me dio unos cuantos masajes más por la fuera de mi sexo hasta que por fin inició, se acerco más a mi zona comenzando con lentitud y presión a penetrar en mi virgen sexo mientras yo retorcÃa mi espalda del doloroso placer junto a rasgar las sábanas debajo de mi, podÃa sentir como al presionar mi zona con sus dedos hacia que mi interior se volviera más pequeño y eso daba golpes sexuales a mis neuronas, sentÃa ese dolor correr dentro de mi pero que era opacado por un intenso éxtasis sexual, por suerte en mi primera vez no sangre, y asà el podÃa continuar hasta que su cabeza beso mi vientre siendo finalmente el momento en el cual por mi debilidad me corrà sobre su pene, sobre el pene de mi querido tio quien dio risillas de satisfacción al verme tan sumisa, indefensa, estar entre sus garras y hacerme suya en ese momento. Yo podÃa sentir como mi cerebro luego de correrme de derretida al compás de balbuceo de palabras poco claras, pero esas palabras en nuevos segundo se comenzaron a convertir en gemidos muy cálidos por como me estaba tratando, sacaba su pene de forma lenta y lo volvÃa a meter de forma lenta pudiendo disfrutar de mi cuerpo, como yo disfrutaba del trato de aquel pasional hombre que deseaba hacerme suya en todo momento.

-Mmmmh. . . Que estrecha
Escuche las palabras de mi tÃo lo cual me indicaba que lo estaba gozando más que nunca y sobretodo que se habÃa dado cuenta de que mi virginidad fue robada por el, aumentando a casa segundo que pasaba el movimiento de sus caderas contra mi vagina la cual por fin habÃa soltado de sus manos para sostener mis piernas con ambos brazos, agachando su cuerpo un poco para entrar mejor en mi besando en cada metida mi útero sin llegar a penetrar en el, de hecho, puedo recordar con exactitud qué el no me la habÃa metido toda, si no que habÃa metido unos 2 o 3 cuartos de su pene lo cual ya de por si decÃa mucho sobre el, siendo dominante en cada momento hasta que al final se detuvo dejándome respirar por segundos, me sentÃa muy agitada y sudada, mi cuerpo temblaba con placer por recibir su majestuoso pene qué hacÃa suyo mi interior, incluyendo que estuvimos teniendo sexo pasional y sin descanso hasta las 4 de la mañana, fue algo glorioso que puedo recordar, pero sigo con el relato.
Cuando detuvo sus embestidas sacó su jugoso pene de mi vagina para volver a cambiar de posición, me habÃa soltado para volver a agarrar mi cuerpo como el de una pequeña muñeca y me recostó sobre su cuerpo estando el debajo y yo encima, su pene volvÃa a tomar posición para acto repetido volver a penetrar en mi mientras me abrazaba de la cintura y pegaba mi abdomen a su cuerpo, yo solo me podÃa sostener del marco de la cama mientras el estaba debajo iniciando otra vez el movimiento de sus fornidas caderas contra mi entrepierna volviendo a repetir el acto, sentÃa mi cuerpo rebotar sobre el suyo y como mis pechos se movÃan de forma desenfrenada por tal penetracion que me estaba dando esa noche, mi mirada estaba perdida en el muro, veÃa algo borroso no por que me sintiera mal, si no que mis sentidos estaban nublados gracias a como recibÃa esas embestidas qué me hacÃan soltar un cálido jugo vaginal qué dilataban más mi vagina y bañaba su ardiente verga dentro de mi, sin embargo, algo habÃa sucedido ya que en ese momento sentà que se detuvo de forma algo repentina, no salió de mi pero no se estaba moviendo, entonces de golpe comenzó a meter su pene lentamente en mi otra vez recorriendo con facilidad todo mi interior hasta que otra vez beso mi útero como si fuesen dos amantes bajo la luna llena, el me abrazo con notable fuerza de mi abdomen cruzando sus brazos por mis caderas, para impresionarme con pequeñas embestidas que comenzaban a penetrar en mi cervix con lentitud y paciencia hasta que en segundos pudo dar un último empujón entrando finalmente en mi útero, eso me habÃa hecho gritar de dolor y placer pero supe actuar y antes de emitir ruido alguno tape mi boca con ambas manos sintiendo como mis piernas no paraban de temblar de forma incontrolable como si fuese un temblor o un terremoto, pero luego del grito que ahogue entre mis palmas solté mi boca para dejar caer abdomen sobre el de mi tÃo sosteniendo debilmente del marco de la cama mientras ocultaba mi rostro sobre su hombro izquierdo. Y un dato a mencionar, es que como mencioné antes, mi tÃo tenÃa un pene de 22cm de longitud y un buen grosor, y como yo estaba en mi época bastante virgen, mi vagina solo podÃa soportar unos 17cm de pene ya que ahora pude hacer los estudios requeridos, e imagina, una virgen de 18 años siendo penetrada al completo por un gordo pene de unos 22cm, pues ya es mucho pedir sobretodo por como pasaba todo, pero hay lo dejo para seguir el relato.

Yo en esos segundos que ante mi percepción de la realidad se hacÃan eternos, volvà a sentir un penetrar suave y algo lento de mi tÃo para ajustarme a su tamaño con mayor facilidad, tengo memoria de que asà fue por unos 2 minutos de una penetracion gentil hasta que nuevamente aumentó el ritmo de sus caderas y me volvÃa a hacer su mujer en ese momento, podÃa sentir su gordos testÃculos golpear la zona media de mis nalgas, eso me permitió en su momento sentir que mi tÃo estaba reprimido desde hace bastante tiempo y luego de que tuvimos sexo, me comentó que no tenÃa un sexo tan intenso desde hace 6 meses y 2 semanas, por como lo pueden leer e imaginar, esa noche me relleno como si fuese un pavo de navidad pero con la suerte de que no resulte embarazada más que sentÃa el útero muy lleno y caliente.
Pero continuando, el me mantuvo sobre su cuerpo por mucho rato dándome jugosa embestidas a la par que reacomodaba mi vagina para solo ser capaz de soportar su gordo pene, haciéndome gemir, gemir y gemir del delicioso placer de sentir su pene que en actos de respuesta comencé a besar su cuello y el los respondÃa de forma leve, llegando a cruzar nuestros labios en más de una ocasión en las cuales el volvÃa a dominarme como solo un verdadero hombre sabÃa hacer, me besaba por todos los lados que el deseaba, me daba unos besos de los más ricos de mi vida e incluso los llegaba a lamer para dejar su aroma en mi boca, recorrÃa mi cuello con pequeñas mordidas qué me daban golpecitos de éxtasis de dioses, lamia mis pechos y chupaba mis duros pezones lo cual me daba risa pero una risa bastante candente, en general, el me hacia de todo en ese momento mientras me follaba como en una luna de miel.
Ya luego de minutos como antes, el otra vez cambió la posición de nuestros cuerpos para ahora, finalmente llevar a la última posición que tenÃa preparado para mi, colocandome debajo de su cuerpo mientras dejaba mis piernas sobre sus hombros y pasaba sus brazos por debajos de mis muslos agarrando mis nalgas para posicionar me bien, como antes me llevo a la orilla de la cama para colocar una de sus rodillas sobre la cama y la otra pierna estirandola de manera que me dejaba en una posición en donde no podÃa moverme de ninguna forma más que solo agarrar las sábanas con fuerza y recibir sus besos sin compasión alguna. Y pues, con tal habilidad para dominar mi pequeño cuerpo, comenzó otea vez a embestirme como anteriormente solo que ahora aumentaba la velocidad de sus embestidas con el paso del tiempo hasta literalmente golpear sus gordos testÃculos contra mis nalgas dejándolas marcadas de tanta potencia sexual que estaba soltando contra mi, mis gemidos aumentaron su fuerza indicando que yo en sus garras estaba siendo más que complacida, me sentÃa distinta a lo habitual y me encantaba sobretodo por como aquel enorme macho me hacia su hembra en solo una noche mientras me daba tan bien que no deseaba que se detuviera, anhelaba en mi interior qué me penetrara en todas las posiciones que el deseara, que me mordiera y que me violara de tal forma que solo pensara en el, pero por su gentileza y su amor hacia mi, por como me daba de una forma romántica y tan pasional eliminaba esos pensamientos tan sucios y solo me dejaba con el sueño de que me hiciera su hembra para que siempre me pudiera llenar con su caliente semen.
La tensión sexual entre ambos era más que obvia, su pene era abrazado con fuerza por mis paredes vaginales tragandolo cuando me la metÃa y haciendo fuerzas para que no saliera de mi aumentando el golpe de orgamos qué ambos recibiamos, todo se sentÃa delicioso y muy caliente hasta el momento en el que sus embestidas se hacÃan lentas pero muy fuertes como si fuese una máquina, disminuyendo más su velocidad a medida de que pasaba el tiempo hasta que reventaba mi vagina con embestidas lentas pero que las clavaba en mi interior como si fuese una lanza, siendo el momento final en el que el se detuvo dándome una de las penetraciones más fuertes de ese momento hasta enterrar toda su jugosa y gorda verga en mi pequeña y rojiza vagina, comenzando a descargar su ardiente semen en mi interior provocando que gritara ahora del placer tan extremo que sentÃa por ser rellenada, el bombeaba su semen en mi interior comenzando a llenarme mientras yo los recibÃa con gusto a la par que incluso yo me corrà de lo excitada qué estaba, también pataleaba un poco por esa sensación tan reconfortante, solo para que luego de unos segundos de ser llenada por mi tÃo, saco su pene de mi ya flacido y cubierto de su candente esperma mientras nos recostabamos en la cama uno al lado del otro con una respiración agitada, mirando al techo perdidos aunque satisfechos de por fin desahogarnos entre ambos, el de mucho tiempo sin tener sexo con una verdadera mujer, y yo al fin pudiendo tener mi primera vez y lo mejor, con alguien que conocÃa y que sabÃa que me iba a cuidar como su propia mujer.
Al final, el me miró mientra sonreÃa y yo lo mire de la misma forma estando ya algo descansados pero sudados luego de unos 5 minutos de calma.
-¿Quieres... Hacerlo otra vez?
Me pregunto mi tÃo, y yo si contestar me subà a él abrazándolo del cuello para besarlo en una respuesta más que positiva, siendo correspondida por el de manera que otra vez volvimos a fornicar ahora con algo más de experiencia y habilidad, pero siempre el teniendo un papel dominante mientras yo recibÃa como toda una buena niña sus deliciosas penetraciones.
Luego de esa noche y de follar como animales, volvimos a la mañana siguiente a comportarnos de la misma forma amigable y familiar, junto a mis padres volvÃamos a convivir ahora más que felices, yo cerca de mi tÃo y el dándome muchos cariños y de distintas formas, aunque claro, sin olvidar nuestra primera vez y repitiendo la de forma seguida en su casa, y para contarles, pues tenÃamos sexo cada vez que podÃamos, cuando mis papás estaban lejos, durmiendo, si salieron o tuvieron que ir a otro lado, aprovechabamos para follar en todos los lugares posibles y con todas la posiciones que el tenÃa por experiencia, en mi habitación, en la suya, en la sala, en la cocina, la piscina, el establo, el cobertizo, en su ducha siendo hay donde me daba las folladas más ricas, en el rÃo, e incluso de forma muy atrevida pero pocas veces, cuando nosotros dos salÃamos siempre buscábamos al menos un lugar privado en público para seguir teniendo sexo, como en un vestidor de una tienda en donde casi nos pillaron por muy poco, en los baños de un supermercado, en un pequeño cine de la zona, en una playa cercana detrás de las rocas o con el tapándose bajo una toalla mientras yo estaba en un hoyito qué hacÃa en la arena, e incluso en una cabina de fotos de las cuales aun tengo algunas guardadas por hay.
En resumen, al inicio no deseaba pero al final cedÃ, y vaya que lo goce con el, dursnte ese tiempo en su casa nos hicimos amantes en secretos, e incluso luego de habernos ido seguÃamos en contacto muy cercano por Internet, mandandonos mensajes y imágenes de nuestros cuerpos, toda una experiencia que a dÃa de hoy sigo recordando con mucho gusto.
Una noche en la que estábamos todos a la mesa comiendo la merienda, estaba junto a mi tÃo sentados, yo estaba muy callada mientras que el hablaba con mis padres con normalidad como si lo que hizo conmigo hace unos dÃas atrás fuese algo normal para el, en eso, mi mamá me miró muy callada y me trato de conversar algo.
- ¿Pasa algo Mirabel?.
- No no, no pasa nada, solo... Pienso.
- ¿Y en que piensas?.
Cuando me pregunto eso, me quede callada y bastante nerviosa, miraba a todos lados buscando una excusa para no decir lo que habÃa pasado, querÃa decirlo, no querÃa, no sabÃa que hacer hasta que mi tÃo salió en mi defensa.
- ¡Cierto!, lo que sucede MarÃa (nombre para proteger su identidad) es que estuve hablando con Mirabel sobre algunos asuntos personales de ella, tu sabes, "chicos y esas cosas".
- Aaaay mija, ¿tienes dudas sobre lo que sientes con los muchachos?.
- S-si... ¡Si!, mi tÃo... Me ayudo a saber que chicos son los mejores para mi.
En la charla algunas risas salieron entre todos ellos mientras yo me quede callada con una sonrisa a medias, ¿por que le seguà el juego?, tal vez era mi unÃca forma de salir de ese aprieto tan grande, me sentia agradecida qué mi tÃo me hubiera rescatado en ese momento ya que casi me orinaba encima, pero aun no entiendo por que nos le dije que el estaba abusando de mi, digo, no de forma directa, pero si lo hacÃa de forma constante y yo no podÃa hacer nada, como si mis manos y mi boca estuvieran atadas sin posibilidades de escaparme de su juego.
Luego de comer, terminamos y lavamos los trastes para hacer lo que nos quedaba, limpiabamos algunas cosas que mi tÃo nunca habÃa tocado hasta que llegamos nosotros, lo ayudamos a ordenar lo posible y cuando terminamos jugamos los tÃpicos juegos de mesa como el Uno, Ludo, Poker y demás, eso duró bastante rato ya que la mayorÃa de esos juegos eran tan divertidos que los repetiamos hasta 3 o 5 veces cada uno, esa noche la pase bastante bien olvidandome por unos instantes de mi tÃo, pero luego de terminar volvà a pensar en eso hasta que solo fui a darme una ducha, suelo bañarme a las 11 u 12 para dormir muy descansada luego, y mis papás siempre se dormÃan a esa hora ya que tenÃan la costumbre de levantarme muy temprano para hacer sus cosas, yo mientras y como dije, me daba un baño bajo la tibia agua de la ducha.

Cuando termine de bañarme, recuerdo que habÃa llevado una toalla algo pequeña que me llegaba desde la cintura hasta la mitad de los muslos, prácticamente la toalla me vendió ante la situación sobretodo por que tenÃa que salir del baño hasta mi habitación para cambiarme, y claro, teniendo en cuenta que mi tÃo rondaba por hay como un león asechando a su presa, pues ese momento era como una pelÃcula de terror, tensión bastante pura. Pero, aún asÃ, me evalentone para tapar mis senos y salir del baño lo más rápido posible, estaba prácticamente corriendo hacia la habitación atravesando la sala, por suerte mi tÃo no estaba en ese lugar y gracias a eso pude llegar bastante rápido para cerrar la puerta detrás de mi, pude dar un suspiro muy calmada, aunque célebre muchÃsimo antes de la verdadera victoria, ya que cuando mire al frente mio, pude ver a mi tÃo sentado en mi cama vistiendo un bóxer remarcando el enorme bulto del cual ya habÃa hecho mención antes, el sonreÃa mientras miraba mi cuerpo desnudo al completo, frente a él quien me recorrÃa todo el cuerpo saboreandose en su mente todas las cosas que me podrÃa hacer en esa habitación.
- Hola mija.
Me saludo meneando su mano de lado a lado, levantando su enorme cuerpo frente al mio para acercarse contra mi en pasos decididos y que nada podrÃa cambiar, en cambio, yo me arrincone contra la puerta sin poder hacer nada más que mirarlo, sintiendo como mi corazón se agitó con una violencia inigualable a la par que suspiraba con rapidez, me volvÃa a encontrar en esa situación anterior de tanta presión psicológica, aunque fue más la presión sexual y varonil que ese hombre mostraba frente a mi hasta que me arrincono de una forma definitiva, uniendo como esa noche en el rÃo cuando me declaró que me deseaba de forma indirecta, aunque ahora, en la privacidad de esa silenciona habitación me iba a dejar sin habla alguna.
- ¿Que pasa linda, no saludas a tu tÃo favorito?
- Ho-Hola tÃo...
Salude tÃmida, sin saber que más decir por el nudo que se formó en mi garganta, sintiéndome tan indefensa ante el, quien incluso para no demorar más la situación, coloco una de sus manos sobre el pestillo de la puerta para moverlo y confirmar que dejo la habitación segura para ambos, ya no habÃa algo que hacer en esa situación más que esperar a que el momento llegara, algo que en mucho tiempo no demoro ya que mi tÃo con la mano que tenÃa disponible bajo su bóxer oscuro por completo hasta dejarlo caer sobre sus pies y lanzarlo sobre la cama usando una de sus piernas, finalmente pude ver aquel enorme miembro varonil del cual la noche pasada presumÃa al cubierto, ahora en gruesa carne y una presencia qué no era fácil de ignorar, veÃa como palpitaba con fuerza, grueso, carnoso, se veÃa bastante jugoso por los lÃquidos que su cabeza dejaba caer por su falo y terminaban en sus gordos testÃculos qué goteaban su pre-semen manchando el suelo. Y esa, fue la primera y unica vez, que pude ver el verdadero pene de un hombre, un hombre de verdad, no recuerdo mucho, pero creo que tenÃa unos 22cm de una buena verga tostada.


Cuando mire su enorme pene, el me miró a los ojos evocando ahora una sonrisa de mayor tamaño mostrando de cierta forma su deseo contra mi, pero, alejándose de con pasos lentos de mi cuerpo sostuvo una de mis manos para llevarme con el y con una fuerza increÃble, me abrazo de mis piernas para colocarme sobre la cama sentándome junto a él, obligandome de una forma gentil a llevar mi mano contra su pene para tocarlo sin necesidad de sentirme obligada, y yo, como sentÃa que mi vientre, en ese momento me estaba indicando algo que nunca antes sentÃ, comencé a masturbar su jugoso pene qué manchaba mi mano con su cálido pre-semen, lo masajeaba desde la base hacia su cabeza aunque de una manera torpe por mi poca experiencia, más el estaba disfrutando como nunca antes por como demostraban sus suspiros placenteros por mi toque pero tono toque, esto acompañado claro de que el comenzaba a acariciar mi cuerpo, principalmente mis senos con los cuales jugaba, jalando los, presionando mis pezones y masajeandolos por todo su entorno mientras con su mano contraria estaba explorando mi entrepierna qué de forma instintiva comencé a separar mis piernas para que el tocará lo que quiere, sus dedos eran algo ásperos pero fuertes y muy hábiles, pasando desde un extremo a otro de mi vagina, abriendo lo de forma suave y jugando con mi clitoris, momento en el que mi cuerpo inició sus reacciones al otorgar gemidos pequeños pero tiernos con movimientos de mis piernas por su buena habilidad, claro que eso interrumpia la masturbación que le estaba dando ya que me retorcÃa un poco de placer y eso era algo que no podÃa evitar aunque lo quisiera. El seguÃa sonriente ante el escenario qué estábamos viviendo, mojando sus dedos por mi vagina que de forma descontrolada comenzaba a humedecerse con mucha rapidez pues aún seguÃa siendo virgen y mi cuerpo nunca experimento ese tipo de cosas junto a un hombre o por lo menos algo parecido. Asà fue por minutos hasta que nuevamente sentà que separó su cuerpo del mio, solo que ahora como antes, me agarro con sus manos ahora sosteniendo mis glúteos y me coloco en una posición nueva para mi en ese momento, ya que se coloco de pie en la orilla de la cama y me arrastró por las sábanas para posicionarme con mayor facilidad, abrazo mis muslos con sus fuertes brazos sin dejarme escape alguno, llevando su jugosa verga contra mi vagina de manera que ahora con su posición superior ante mi manipulable situación, inició leves masajes sobre los labios de mi virginidad recorriendo toda esa zona con lentitud, yo solo me podÃa sostener de mis sábanas a la par de cerrar mis ojos gimiendo con delicadeza y algo bajo para que mis papás no me hubiesen escuchado en el momento. Actualmente sigo confundida por que en ese momento me estaba gustando qué mi tÃo, mi tÃo de sangre, me diera placer de esa forma y yo sin negarme al instinto sexual entre ambos, pienso que por los instintos sexuales más primitivos del hombre y la mujer nos comenzamos a desear entre ambos sobretodo por esa esencia de "reproducción" para dejar una descendencia en este mundo, por suerte no fue el caso entre nosotros.
Sin retrasar más el relato, puedo seguir diciendo que estuvo acariciando mi chorreante vagina por minutos, minutos que se volvÃan eternos por el placer que nuestros cuerpos estaban intercambiando como animales en su época de celo, desesperados por tener un sexo intenso para acabar uno sobre el otro como si de una pareja se tratase, y asà fue, alejando su enorme pene de mi pequeña vagina para separar ahora con sus dedos Ãndice y pulgar, presionar levemente los labios de mi vagina entre si mientras apuntaba ya la cabeza de su sexo contra el mio.
- Ya voy a entrar querida, estas lista, ¿no?
Yo respondà tÃmida, no con palabras, si no moviendo mi cabeza en un "si" junto a los notables suspiros de éxtasis qué fueron esos minutos.
Ahora, cuando estaba preparándose, me dio unos cuantos masajes más por la fuera de mi sexo hasta que por fin inició, se acerco más a mi zona comenzando con lentitud y presión a penetrar en mi virgen sexo mientras yo retorcÃa mi espalda del doloroso placer junto a rasgar las sábanas debajo de mi, podÃa sentir como al presionar mi zona con sus dedos hacia que mi interior se volviera más pequeño y eso daba golpes sexuales a mis neuronas, sentÃa ese dolor correr dentro de mi pero que era opacado por un intenso éxtasis sexual, por suerte en mi primera vez no sangre, y asà el podÃa continuar hasta que su cabeza beso mi vientre siendo finalmente el momento en el cual por mi debilidad me corrà sobre su pene, sobre el pene de mi querido tio quien dio risillas de satisfacción al verme tan sumisa, indefensa, estar entre sus garras y hacerme suya en ese momento. Yo podÃa sentir como mi cerebro luego de correrme de derretida al compás de balbuceo de palabras poco claras, pero esas palabras en nuevos segundo se comenzaron a convertir en gemidos muy cálidos por como me estaba tratando, sacaba su pene de forma lenta y lo volvÃa a meter de forma lenta pudiendo disfrutar de mi cuerpo, como yo disfrutaba del trato de aquel pasional hombre que deseaba hacerme suya en todo momento.

-Mmmmh. . . Que estrecha
Escuche las palabras de mi tÃo lo cual me indicaba que lo estaba gozando más que nunca y sobretodo que se habÃa dado cuenta de que mi virginidad fue robada por el, aumentando a casa segundo que pasaba el movimiento de sus caderas contra mi vagina la cual por fin habÃa soltado de sus manos para sostener mis piernas con ambos brazos, agachando su cuerpo un poco para entrar mejor en mi besando en cada metida mi útero sin llegar a penetrar en el, de hecho, puedo recordar con exactitud qué el no me la habÃa metido toda, si no que habÃa metido unos 2 o 3 cuartos de su pene lo cual ya de por si decÃa mucho sobre el, siendo dominante en cada momento hasta que al final se detuvo dejándome respirar por segundos, me sentÃa muy agitada y sudada, mi cuerpo temblaba con placer por recibir su majestuoso pene qué hacÃa suyo mi interior, incluyendo que estuvimos teniendo sexo pasional y sin descanso hasta las 4 de la mañana, fue algo glorioso que puedo recordar, pero sigo con el relato.
Cuando detuvo sus embestidas sacó su jugoso pene de mi vagina para volver a cambiar de posición, me habÃa soltado para volver a agarrar mi cuerpo como el de una pequeña muñeca y me recostó sobre su cuerpo estando el debajo y yo encima, su pene volvÃa a tomar posición para acto repetido volver a penetrar en mi mientras me abrazaba de la cintura y pegaba mi abdomen a su cuerpo, yo solo me podÃa sostener del marco de la cama mientras el estaba debajo iniciando otra vez el movimiento de sus fornidas caderas contra mi entrepierna volviendo a repetir el acto, sentÃa mi cuerpo rebotar sobre el suyo y como mis pechos se movÃan de forma desenfrenada por tal penetracion que me estaba dando esa noche, mi mirada estaba perdida en el muro, veÃa algo borroso no por que me sintiera mal, si no que mis sentidos estaban nublados gracias a como recibÃa esas embestidas qué me hacÃan soltar un cálido jugo vaginal qué dilataban más mi vagina y bañaba su ardiente verga dentro de mi, sin embargo, algo habÃa sucedido ya que en ese momento sentà que se detuvo de forma algo repentina, no salió de mi pero no se estaba moviendo, entonces de golpe comenzó a meter su pene lentamente en mi otra vez recorriendo con facilidad todo mi interior hasta que otra vez beso mi útero como si fuesen dos amantes bajo la luna llena, el me abrazo con notable fuerza de mi abdomen cruzando sus brazos por mis caderas, para impresionarme con pequeñas embestidas que comenzaban a penetrar en mi cervix con lentitud y paciencia hasta que en segundos pudo dar un último empujón entrando finalmente en mi útero, eso me habÃa hecho gritar de dolor y placer pero supe actuar y antes de emitir ruido alguno tape mi boca con ambas manos sintiendo como mis piernas no paraban de temblar de forma incontrolable como si fuese un temblor o un terremoto, pero luego del grito que ahogue entre mis palmas solté mi boca para dejar caer abdomen sobre el de mi tÃo sosteniendo debilmente del marco de la cama mientras ocultaba mi rostro sobre su hombro izquierdo. Y un dato a mencionar, es que como mencioné antes, mi tÃo tenÃa un pene de 22cm de longitud y un buen grosor, y como yo estaba en mi época bastante virgen, mi vagina solo podÃa soportar unos 17cm de pene ya que ahora pude hacer los estudios requeridos, e imagina, una virgen de 18 años siendo penetrada al completo por un gordo pene de unos 22cm, pues ya es mucho pedir sobretodo por como pasaba todo, pero hay lo dejo para seguir el relato.

Yo en esos segundos que ante mi percepción de la realidad se hacÃan eternos, volvà a sentir un penetrar suave y algo lento de mi tÃo para ajustarme a su tamaño con mayor facilidad, tengo memoria de que asà fue por unos 2 minutos de una penetracion gentil hasta que nuevamente aumentó el ritmo de sus caderas y me volvÃa a hacer su mujer en ese momento, podÃa sentir su gordos testÃculos golpear la zona media de mis nalgas, eso me permitió en su momento sentir que mi tÃo estaba reprimido desde hace bastante tiempo y luego de que tuvimos sexo, me comentó que no tenÃa un sexo tan intenso desde hace 6 meses y 2 semanas, por como lo pueden leer e imaginar, esa noche me relleno como si fuese un pavo de navidad pero con la suerte de que no resulte embarazada más que sentÃa el útero muy lleno y caliente.
Pero continuando, el me mantuvo sobre su cuerpo por mucho rato dándome jugosa embestidas a la par que reacomodaba mi vagina para solo ser capaz de soportar su gordo pene, haciéndome gemir, gemir y gemir del delicioso placer de sentir su pene que en actos de respuesta comencé a besar su cuello y el los respondÃa de forma leve, llegando a cruzar nuestros labios en más de una ocasión en las cuales el volvÃa a dominarme como solo un verdadero hombre sabÃa hacer, me besaba por todos los lados que el deseaba, me daba unos besos de los más ricos de mi vida e incluso los llegaba a lamer para dejar su aroma en mi boca, recorrÃa mi cuello con pequeñas mordidas qué me daban golpecitos de éxtasis de dioses, lamia mis pechos y chupaba mis duros pezones lo cual me daba risa pero una risa bastante candente, en general, el me hacia de todo en ese momento mientras me follaba como en una luna de miel.
Ya luego de minutos como antes, el otra vez cambió la posición de nuestros cuerpos para ahora, finalmente llevar a la última posición que tenÃa preparado para mi, colocandome debajo de su cuerpo mientras dejaba mis piernas sobre sus hombros y pasaba sus brazos por debajos de mis muslos agarrando mis nalgas para posicionar me bien, como antes me llevo a la orilla de la cama para colocar una de sus rodillas sobre la cama y la otra pierna estirandola de manera que me dejaba en una posición en donde no podÃa moverme de ninguna forma más que solo agarrar las sábanas con fuerza y recibir sus besos sin compasión alguna. Y pues, con tal habilidad para dominar mi pequeño cuerpo, comenzó otea vez a embestirme como anteriormente solo que ahora aumentaba la velocidad de sus embestidas con el paso del tiempo hasta literalmente golpear sus gordos testÃculos contra mis nalgas dejándolas marcadas de tanta potencia sexual que estaba soltando contra mi, mis gemidos aumentaron su fuerza indicando que yo en sus garras estaba siendo más que complacida, me sentÃa distinta a lo habitual y me encantaba sobretodo por como aquel enorme macho me hacia su hembra en solo una noche mientras me daba tan bien que no deseaba que se detuviera, anhelaba en mi interior qué me penetrara en todas las posiciones que el deseara, que me mordiera y que me violara de tal forma que solo pensara en el, pero por su gentileza y su amor hacia mi, por como me daba de una forma romántica y tan pasional eliminaba esos pensamientos tan sucios y solo me dejaba con el sueño de que me hiciera su hembra para que siempre me pudiera llenar con su caliente semen.
La tensión sexual entre ambos era más que obvia, su pene era abrazado con fuerza por mis paredes vaginales tragandolo cuando me la metÃa y haciendo fuerzas para que no saliera de mi aumentando el golpe de orgamos qué ambos recibiamos, todo se sentÃa delicioso y muy caliente hasta el momento en el que sus embestidas se hacÃan lentas pero muy fuertes como si fuese una máquina, disminuyendo más su velocidad a medida de que pasaba el tiempo hasta que reventaba mi vagina con embestidas lentas pero que las clavaba en mi interior como si fuese una lanza, siendo el momento final en el que el se detuvo dándome una de las penetraciones más fuertes de ese momento hasta enterrar toda su jugosa y gorda verga en mi pequeña y rojiza vagina, comenzando a descargar su ardiente semen en mi interior provocando que gritara ahora del placer tan extremo que sentÃa por ser rellenada, el bombeaba su semen en mi interior comenzando a llenarme mientras yo los recibÃa con gusto a la par que incluso yo me corrà de lo excitada qué estaba, también pataleaba un poco por esa sensación tan reconfortante, solo para que luego de unos segundos de ser llenada por mi tÃo, saco su pene de mi ya flacido y cubierto de su candente esperma mientras nos recostabamos en la cama uno al lado del otro con una respiración agitada, mirando al techo perdidos aunque satisfechos de por fin desahogarnos entre ambos, el de mucho tiempo sin tener sexo con una verdadera mujer, y yo al fin pudiendo tener mi primera vez y lo mejor, con alguien que conocÃa y que sabÃa que me iba a cuidar como su propia mujer.
Al final, el me miró mientra sonreÃa y yo lo mire de la misma forma estando ya algo descansados pero sudados luego de unos 5 minutos de calma.
-¿Quieres... Hacerlo otra vez?
Me pregunto mi tÃo, y yo si contestar me subà a él abrazándolo del cuello para besarlo en una respuesta más que positiva, siendo correspondida por el de manera que otra vez volvimos a fornicar ahora con algo más de experiencia y habilidad, pero siempre el teniendo un papel dominante mientras yo recibÃa como toda una buena niña sus deliciosas penetraciones.
Luego de esa noche y de follar como animales, volvimos a la mañana siguiente a comportarnos de la misma forma amigable y familiar, junto a mis padres volvÃamos a convivir ahora más que felices, yo cerca de mi tÃo y el dándome muchos cariños y de distintas formas, aunque claro, sin olvidar nuestra primera vez y repitiendo la de forma seguida en su casa, y para contarles, pues tenÃamos sexo cada vez que podÃamos, cuando mis papás estaban lejos, durmiendo, si salieron o tuvieron que ir a otro lado, aprovechabamos para follar en todos los lugares posibles y con todas la posiciones que el tenÃa por experiencia, en mi habitación, en la suya, en la sala, en la cocina, la piscina, el establo, el cobertizo, en su ducha siendo hay donde me daba las folladas más ricas, en el rÃo, e incluso de forma muy atrevida pero pocas veces, cuando nosotros dos salÃamos siempre buscábamos al menos un lugar privado en público para seguir teniendo sexo, como en un vestidor de una tienda en donde casi nos pillaron por muy poco, en los baños de un supermercado, en un pequeño cine de la zona, en una playa cercana detrás de las rocas o con el tapándose bajo una toalla mientras yo estaba en un hoyito qué hacÃa en la arena, e incluso en una cabina de fotos de las cuales aun tengo algunas guardadas por hay.
En resumen, al inicio no deseaba pero al final cedÃ, y vaya que lo goce con el, dursnte ese tiempo en su casa nos hicimos amantes en secretos, e incluso luego de habernos ido seguÃamos en contacto muy cercano por Internet, mandandonos mensajes y imágenes de nuestros cuerpos, toda una experiencia que a dÃa de hoy sigo recordando con mucho gusto.
0 comentarios - Mi tÃo me cogio por primera vez (final)