NO HAY IMAGINES XXX
Pedro estaba feliz que su madre hubiera encontrado el coraje de salir sola a la calle después de que la asaltaron. “Es una mujer más fuerte y valiente de lo que se podía imaginar” pesaba él. “Si solo hubiera estado ahí, con ella, seguramente hubiera destrozado a ese criminal que había lastimado a mi mamá” pensaba el ignorante Pedro sobre el “agresor” de su madre. Eso es lo que pensaba el chico primero de salir a su escuela acompañado por su padre.
-Mamá, por favor no salgas al gimnasio sola, tengo miedo que te pasé otra vez algo malo.
-Oh Pedrito, eres tan tierno pero no es necesario que te preocupes. Nadie me va a lastimar.
-Pero como puedes estar tan segura?
-Porque un rayo no cae dos veces en el mismo lugar.
Las palabras de su madre tranquilizaron a Pedro y a Jonás pero el más pequeño todavía tenía que decir algo.
-No salgas, mamá, no salgas. Ayer no me diste besito para dormir y dos monstruos me querían comer.
-Dos monstruos?
-Si, dos monstruos hacían ruidos extraños abajo de mi cama y cerca la ventana.
-Lo siento mucho nene. No te lastimaron los monstruos.
Respondió Teresa algo molesta por las palabras de sus hijos que normalmente causarían ternura en cualquier madre.
-Los niños tienen razón Teresa, trata de no estar en la calle sola por mucho tiempo, yo también estoy preocupado.
-Ajj, tu también Felipe? Por favor, ya te dije que no estaba sola; Sofía y yo nos quedamos charlando todo el tiempo en el gym.
-Si, si, lo se. Pero no me habías dicho que esta Sofía iba en tu mismo gimnasio.
-Es una sorpresa también para mi. Ella suele ir en las noches y yo las mañanas así que es normal que nunca nos hemos encontrado.
-Mmm, Ok. Pero por favor ten cuidado.
Teresa no respondió y solo rodó los ojos hacia arriba sin pensarlo en seño de mal humor y Felipe lo notó y le dolió un poco.
-Vamos chicos, no queran llegar tarde a la escuela verdad?
-Como mamá?
Dijo Jonás inocentemente pero eso a Teresa no le gustó. La puerta se cerró y ella revisó rápido el celular.
FELIPE
Después de haber dejado sus hijos a la escuela el buen humor de Felipe se acaba y de mala voluntad apreta el acelerador para ir a su trabajo. Felipe detestaba trabajar, preferiría pasar todo su tiempo con su familia cuidando sus hijos y amando a su esposa pero no era posible. Fue crecido con fuertes valores y trabajó mucho para llegar a donde estaba hoy. Su vida cambió cuando conoció a Teresa y desde ese momento ella fue su prioridad. Él se esforzó para dar a su esposa la vida que siempre mereció y después del nacimiento de sus hijos el tuvo que aumentar su trabajo pero todo esto sin quejarse, era un hombre de otros tiempos.
Su vida nunca fue fácil y la pasó por una buena parte solo pero ahora que tenía a su familia hacia todo lo que podía para que sean felices, incluso soportar al gran bastardo de su jefe. Felipe era inteligente y buen trabajador pero su jefe le volvía la vida imposible aunque si eso no fue suficiente para impedir que su gran trabajo no fuera reconocido. Después de años logró llegar a una poción de un cierto prestigio en su compañía pero no bastó para hacerse apreciar por su jefe, el loco James le decían porque perdía rápidamente las estafas y gritaba como un loco.
Para James el loco Felipe era como un NED FLANDERS, siempre echo al santo, extremadamente educado, profesional y de buen corazón; no lograba soportarlo pero no quería despedirlo ya que era el mejor en lo que hacía.
Cuando Ned llegó a su trabajo fue recibido por Junior, el hijo idiota de James, un joven de 27 años, blanco, alto, rubio y con el carácter de un busca pleitos. Era el digno hijo de su padre el cual le dio la posición cerca a la de Felipe, una posición que él había trabajado años para obtener y que ese novato recibió como regalo apenas entró en la compañía.
Junior era insoportable y abusivo con Felipe pero el no hacía nada porque era el hijo del jefe.
-Buen día pito corto!
Dijo Junior poniéndole su brazo alrededor de su cuello y apretando lo suficiente para dejarlo inmóvil en un intento de demostrar de ser el macho alfa.
-Coff, coff, buen día…Junior.
Felipe pasó tres horas terminando su proyecto en su oficio, el más pequeño de todo el piso. Finalmente tuvo un momento de pausa y decidió de llamar a su esposa.
El teléfono de la casa sonó por un buen rato, pero no respondían asta que…
-Hola?
-Teresa, amor, como estas?
-Yo? Bien....Mmmuy bien.
-Estoy contento. Que haces amor mío?
-…Mmmm
-Teresa?
-Aaaah
-Teresa! Que pasó?
-Nada, nada, Felipe…Nomas…Mmm…Estaba haciendo ejj…ejercicio.
-Y?
-Y me lastime con un mmueble.
-Lo siento querida. Pero porque no paras un rato?
-Mmm…OH, no puedo interrumpir la sesión o mi entrenador se enojará.
-Entrenador? De que estas hablando?
-Sofía, Ajjj, ella… ella me esta entrenando en video llamada con la computadora. Me está enseñando…Mmm…nuevos ejercicios.
-Oh ok. Me la saludas entonces y no canses mucho.
-Jajaja…Mmmm…No tesoro, es Sofía que está haciendo la mayoría del esfuerzo…en este momento. Pero dime necesitas algo?
-No, nomas llamaba por…
-Ok, entonces nos vemos mas tarde Felipe.
Su esposa cuelga la llamada.
Felipe no quería molestarla ulteriormente, se notaba que su esposa estaba ocupada con su entrenamiento.
PEDRO
El día de Pedro procedía como siempre en la escuela y durante el recreo se encontró con su amigo Juan para charlar un poco. Ese día Marcelo no estaba en la escuela, si no ya lo habría visto junto a su grupito de amigos atormentando a otro desafortunado. Pedro sabía que probablemente la banda de Marcelo lo podría agarrar a la salida de la escuela pero la presencia de su amigo lo ayudaba a superar esos momentos.
-Pedro, trajiste dinero?
-Si, como siempre.
-Amm…Y cuanto dinero tienes?
-Porque?
-Bueno…En casa las cosas no van muy bien y mi madre…bueno, mi madre no me dio dinero para hoy y me preguntaba si…
-No te preocupes, te daré un poco del mío.
-Gracias Pedro, gracias. No sabes cuanto me avergonzaba en pedírtelo pero ya sabes que pasa si esos nos encuentran sin nada que darles.
-Si, lo se perfectamente.
Pedro recuerda cuando una ves fue a la escuela sin nada de dinero por modo de protesta al abuso que subía. Sin bajar en los particulares, se hubiera recordado por siempre el dolor y la humillación que su orgullo le costó.
-Pero a ti te queda suficiente dienero verdad?
-Si, escondo siempre un poco de billetes mas en el calcetín.
Cuando la campana sonó los dos amigos se preparaban para la cotidiana tortura. Caminaron asta llegar cerca del árbol donde normalmente los esperaban pero esta ves pasaron sin que ellos les dijeran nada.
La banda estaba toda reunida viendo el celular de uno de ellos mientras reían y uno o dos de ellos se tocaban el paco de ves en cuando. “Que extraño” pensó Pedro.
Uno de los miembro de la banda notó que el chico los miraba y con una sonrisa siniestra dijo:
-Por hoy ya pagaste jajaja
FELIPE
Felipe tuvo suerte ese día y salió del trabajo temprano así que se fue al negocio para comprar un celular a su esposa, el ya sabia cual le gustaba. Mientras veía la vitrina alguien lo estaba observando por detrás?
-Usted es un creyente?
La voz atrás de el hizo que el hombre saltará de miedo como un gato pero se calmó de inmediato al ver quien era la persona responsable de su casi infarto.
-Dios mío! Me asustó señora.
-No se dice el nombre de Dios en vano joven.
-Oh…si, si lo se, nomas que me asustó un poco.
-Entonces?
-Entonces? No entiendo.
-Joven, no me hagas perder tiempo, eres creyente o no?
Dice la vieja ofreciéndole un folleto de su iglesia.
-Si, lo soy señora. No me reconoce? Soy Felipe Murieta, estoy en su misma iglesia.
La vieja tarda unos segundos en reconocer la cara de ese hombre pero no tenía culpa porque Felipe siempre tuvo una cara tan anónima y ordinaria que era fácil de olvidar.
-Oh, si, es verdad. Disculpa joven que ya tengo una cierta edad. Mmm…Dime tu eres el esposo de esa…mujer… verdad?
-Se refiere a Teresa?
-Si, si, esa Teresa. Y están todavía…juntos?
-Claro que sí. No creemos en el divorcio señora. Pero porque…porque piensa que estuviéramos separados?
-Mmm…no hay peor ciego del que no quiere ver joven. Abre los ojos.
-Que…Que quiere decir?
Doña Marta se fue sin decir otra palabra dejando al pobre Felipe confundido y preocupado.
Al regresar a su casa, entrenga su regalo a Teresa la cual, muy agradecida, le da un beso sobre los labios. La felicidad en la cara de su esposa le hizo olvidar lo que la señora Marta le había dicho. Pasaron bien el resto del día junto a los hijos asta que a la hora de cena Teresa dijo a su esposo que planeaba encontrarse con Sofía el día siguiente en la tarde.
-Oh, ok y para que hora regresaras?
-No se, cuando terminemos.
-Oh…ok, y que van a hacer?
-No se, cosas de mujeres supongo pero porque todas estas preguntas Felipe?
-Nomas estaba curioso. Y dime va a estar su esposo, talvez podemos hacer una salida en cuatro…
-No, no, el no estará. Parece que se separaron definitivamente…pobrecita.
La respuesta de Teresa fue demasiado rápida, demasiado sospechoso el modo en que lo dijo.
-Oh lo siento mucho por los dos. Mándale mis saludos.
Continúa...
Pedro estaba feliz que su madre hubiera encontrado el coraje de salir sola a la calle después de que la asaltaron. “Es una mujer más fuerte y valiente de lo que se podía imaginar” pesaba él. “Si solo hubiera estado ahí, con ella, seguramente hubiera destrozado a ese criminal que había lastimado a mi mamá” pensaba el ignorante Pedro sobre el “agresor” de su madre. Eso es lo que pensaba el chico primero de salir a su escuela acompañado por su padre.
-Mamá, por favor no salgas al gimnasio sola, tengo miedo que te pasé otra vez algo malo.
-Oh Pedrito, eres tan tierno pero no es necesario que te preocupes. Nadie me va a lastimar.
-Pero como puedes estar tan segura?
-Porque un rayo no cae dos veces en el mismo lugar.
Las palabras de su madre tranquilizaron a Pedro y a Jonás pero el más pequeño todavía tenía que decir algo.
-No salgas, mamá, no salgas. Ayer no me diste besito para dormir y dos monstruos me querían comer.
-Dos monstruos?
-Si, dos monstruos hacían ruidos extraños abajo de mi cama y cerca la ventana.
-Lo siento mucho nene. No te lastimaron los monstruos.
Respondió Teresa algo molesta por las palabras de sus hijos que normalmente causarían ternura en cualquier madre.
-Los niños tienen razón Teresa, trata de no estar en la calle sola por mucho tiempo, yo también estoy preocupado.
-Ajj, tu también Felipe? Por favor, ya te dije que no estaba sola; Sofía y yo nos quedamos charlando todo el tiempo en el gym.
-Si, si, lo se. Pero no me habías dicho que esta Sofía iba en tu mismo gimnasio.
-Es una sorpresa también para mi. Ella suele ir en las noches y yo las mañanas así que es normal que nunca nos hemos encontrado.
-Mmm, Ok. Pero por favor ten cuidado.
Teresa no respondió y solo rodó los ojos hacia arriba sin pensarlo en seño de mal humor y Felipe lo notó y le dolió un poco.
-Vamos chicos, no queran llegar tarde a la escuela verdad?
-Como mamá?
Dijo Jonás inocentemente pero eso a Teresa no le gustó. La puerta se cerró y ella revisó rápido el celular.
FELIPE
Después de haber dejado sus hijos a la escuela el buen humor de Felipe se acaba y de mala voluntad apreta el acelerador para ir a su trabajo. Felipe detestaba trabajar, preferiría pasar todo su tiempo con su familia cuidando sus hijos y amando a su esposa pero no era posible. Fue crecido con fuertes valores y trabajó mucho para llegar a donde estaba hoy. Su vida cambió cuando conoció a Teresa y desde ese momento ella fue su prioridad. Él se esforzó para dar a su esposa la vida que siempre mereció y después del nacimiento de sus hijos el tuvo que aumentar su trabajo pero todo esto sin quejarse, era un hombre de otros tiempos.
Su vida nunca fue fácil y la pasó por una buena parte solo pero ahora que tenía a su familia hacia todo lo que podía para que sean felices, incluso soportar al gran bastardo de su jefe. Felipe era inteligente y buen trabajador pero su jefe le volvía la vida imposible aunque si eso no fue suficiente para impedir que su gran trabajo no fuera reconocido. Después de años logró llegar a una poción de un cierto prestigio en su compañía pero no bastó para hacerse apreciar por su jefe, el loco James le decían porque perdía rápidamente las estafas y gritaba como un loco.
Para James el loco Felipe era como un NED FLANDERS, siempre echo al santo, extremadamente educado, profesional y de buen corazón; no lograba soportarlo pero no quería despedirlo ya que era el mejor en lo que hacía.
Cuando Ned llegó a su trabajo fue recibido por Junior, el hijo idiota de James, un joven de 27 años, blanco, alto, rubio y con el carácter de un busca pleitos. Era el digno hijo de su padre el cual le dio la posición cerca a la de Felipe, una posición que él había trabajado años para obtener y que ese novato recibió como regalo apenas entró en la compañía.
Junior era insoportable y abusivo con Felipe pero el no hacía nada porque era el hijo del jefe.
-Buen día pito corto!
Dijo Junior poniéndole su brazo alrededor de su cuello y apretando lo suficiente para dejarlo inmóvil en un intento de demostrar de ser el macho alfa.
-Coff, coff, buen día…Junior.
Felipe pasó tres horas terminando su proyecto en su oficio, el más pequeño de todo el piso. Finalmente tuvo un momento de pausa y decidió de llamar a su esposa.
El teléfono de la casa sonó por un buen rato, pero no respondían asta que…
-Hola?
-Teresa, amor, como estas?
-Yo? Bien....Mmmuy bien.
-Estoy contento. Que haces amor mío?
-…Mmmm
-Teresa?
-Aaaah
-Teresa! Que pasó?
-Nada, nada, Felipe…Nomas…Mmm…Estaba haciendo ejj…ejercicio.
-Y?
-Y me lastime con un mmueble.
-Lo siento querida. Pero porque no paras un rato?
-Mmm…OH, no puedo interrumpir la sesión o mi entrenador se enojará.
-Entrenador? De que estas hablando?
-Sofía, Ajjj, ella… ella me esta entrenando en video llamada con la computadora. Me está enseñando…Mmm…nuevos ejercicios.
-Oh ok. Me la saludas entonces y no canses mucho.
-Jajaja…Mmmm…No tesoro, es Sofía que está haciendo la mayoría del esfuerzo…en este momento. Pero dime necesitas algo?
-No, nomas llamaba por…
-Ok, entonces nos vemos mas tarde Felipe.
Su esposa cuelga la llamada.
Felipe no quería molestarla ulteriormente, se notaba que su esposa estaba ocupada con su entrenamiento.
PEDRO
El día de Pedro procedía como siempre en la escuela y durante el recreo se encontró con su amigo Juan para charlar un poco. Ese día Marcelo no estaba en la escuela, si no ya lo habría visto junto a su grupito de amigos atormentando a otro desafortunado. Pedro sabía que probablemente la banda de Marcelo lo podría agarrar a la salida de la escuela pero la presencia de su amigo lo ayudaba a superar esos momentos.
-Pedro, trajiste dinero?
-Si, como siempre.
-Amm…Y cuanto dinero tienes?
-Porque?
-Bueno…En casa las cosas no van muy bien y mi madre…bueno, mi madre no me dio dinero para hoy y me preguntaba si…
-No te preocupes, te daré un poco del mío.
-Gracias Pedro, gracias. No sabes cuanto me avergonzaba en pedírtelo pero ya sabes que pasa si esos nos encuentran sin nada que darles.
-Si, lo se perfectamente.
Pedro recuerda cuando una ves fue a la escuela sin nada de dinero por modo de protesta al abuso que subía. Sin bajar en los particulares, se hubiera recordado por siempre el dolor y la humillación que su orgullo le costó.
-Pero a ti te queda suficiente dienero verdad?
-Si, escondo siempre un poco de billetes mas en el calcetín.
Cuando la campana sonó los dos amigos se preparaban para la cotidiana tortura. Caminaron asta llegar cerca del árbol donde normalmente los esperaban pero esta ves pasaron sin que ellos les dijeran nada.
La banda estaba toda reunida viendo el celular de uno de ellos mientras reían y uno o dos de ellos se tocaban el paco de ves en cuando. “Que extraño” pensó Pedro.
Uno de los miembro de la banda notó que el chico los miraba y con una sonrisa siniestra dijo:
-Por hoy ya pagaste jajaja
FELIPE
Felipe tuvo suerte ese día y salió del trabajo temprano así que se fue al negocio para comprar un celular a su esposa, el ya sabia cual le gustaba. Mientras veía la vitrina alguien lo estaba observando por detrás?
-Usted es un creyente?
La voz atrás de el hizo que el hombre saltará de miedo como un gato pero se calmó de inmediato al ver quien era la persona responsable de su casi infarto.
-Dios mío! Me asustó señora.
-No se dice el nombre de Dios en vano joven.
-Oh…si, si lo se, nomas que me asustó un poco.
-Entonces?
-Entonces? No entiendo.
-Joven, no me hagas perder tiempo, eres creyente o no?
Dice la vieja ofreciéndole un folleto de su iglesia.
-Si, lo soy señora. No me reconoce? Soy Felipe Murieta, estoy en su misma iglesia.
La vieja tarda unos segundos en reconocer la cara de ese hombre pero no tenía culpa porque Felipe siempre tuvo una cara tan anónima y ordinaria que era fácil de olvidar.
-Oh, si, es verdad. Disculpa joven que ya tengo una cierta edad. Mmm…Dime tu eres el esposo de esa…mujer… verdad?
-Se refiere a Teresa?
-Si, si, esa Teresa. Y están todavía…juntos?
-Claro que sí. No creemos en el divorcio señora. Pero porque…porque piensa que estuviéramos separados?
-Mmm…no hay peor ciego del que no quiere ver joven. Abre los ojos.
-Que…Que quiere decir?
Doña Marta se fue sin decir otra palabra dejando al pobre Felipe confundido y preocupado.
Al regresar a su casa, entrenga su regalo a Teresa la cual, muy agradecida, le da un beso sobre los labios. La felicidad en la cara de su esposa le hizo olvidar lo que la señora Marta le había dicho. Pasaron bien el resto del día junto a los hijos asta que a la hora de cena Teresa dijo a su esposo que planeaba encontrarse con Sofía el día siguiente en la tarde.
-Oh, ok y para que hora regresaras?
-No se, cuando terminemos.
-Oh…ok, y que van a hacer?
-No se, cosas de mujeres supongo pero porque todas estas preguntas Felipe?
-Nomas estaba curioso. Y dime va a estar su esposo, talvez podemos hacer una salida en cuatro…
-No, no, el no estará. Parece que se separaron definitivamente…pobrecita.
La respuesta de Teresa fue demasiado rápida, demasiado sospechoso el modo en que lo dijo.
-Oh lo siento mucho por los dos. Mándale mis saludos.
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4 comentarios - La madre de Pedro y el bully 17
A esperar el número 18 👍