Siempre he tenido fantasías sexuales que consisten sobre todo en que un hombre me somete, me hace ser su puta y me exhibe como tal, teniendo que dar placer a quien él quiera.
Mi historia ocurrió hace dos años, un dia en que el jefe de mi marido nos invitó a una fiesta en su chalet de las afueras de la ciudad. Mi marido salía al dia siguiente de viaje, por lo que en teoría nos iríamos pronto.
Me gusta vestirme muy sexy ese dia ni iba a ser menos asi que me puse un vestidito de punto blanco sin mangas abotonado por delante que me queda muy ceñido y muy corto, un sujetador blanco casi transparente,
me pinte los labios de rojo intenso. Cuando me vió mi marido, puso cara de no gustarle mucho, pero no me dijo nada. Llegamos a la fiesta y mi marido me presentó a su jefe, Pedro,un hombre de unos 40 años, moreno, muy atractivo y con algo en la mirada que me atraía muchisimo.
El, caso es que la fiesta fue transcurriendo bien , bebimos un poco y la conversación derivó a temas sexuales hasta que finalmente me vi hablando con Pedro de nuestras preferencias y fantasías de forma muy distendida. Yo le dije que me encantaba fantasear acerca de ser sometida por un hombre, que me exhibiera, que me hiciera su zorrita particular y el al contrario, que le gustaba someter a las mujeres, sobre todo casadas. Le pregunté si alguna vez lo había hecho realidad y me dijo que si, que ahora tenía una. Le pregunté que le hacía y me contestó que la obligaba a vestirse como una puta, a masturbarle en los cines, a chuparsela cerca de su casa con las tetas al aire..... Sin darme cuenta cuando le estaba oyendo, me fui poniendo cada vez más caliente, , pero llegaba la hora de irnos.
Se fue a hablar con mi marido y al rato éste vino y me dijo que si queria quedarme, que la fiesta estaba muy bien que el se iba directamente al aeropuerto y que Pedro me llevaría a casa. Naturalmente le dije que si, asi que me fui a despedirlo y al entrar de nuevo en la,casa me esperaba Pedro con una sonrisa. Yo también le sonreí. De pronto me dijo:
―¿Quieres que jugemos?
―Si, le contesté.
―¿Te atreves a quitarte el sujetador?
―Se me va a notar mucho que voy sin él
―De eso se trata – me contestó- ya veras lo que te gusta, y quitaté tambien las tanga
―No llevo, le dije
―Mejor, me contestó, porque quiero que me enseñes todo.
Me fui al baño y me quité el sujetador. Estaba completamente mojada, me miré en el espejo y vi cómo se me marcaban los pezones y se insinuaban las areolas (el vestido era bastante fino) lo que me excitó aún más. Al salir notaba cómo mis tetas se bamboleaban al andar con los tacones y no fui la única porque varios hombres se giraban para mirarme. Al llegar donde estaba Pedro,en un rincón de la sala que ahora estaba más oscura, con algunos amigos, me llamó. Me incliné porque estaba sentado y le dejé ver mis tetas, entonces empezó a decirme:
―Eres una puta guapísima. Seguro que estas mojada
Me dirigí al sitio de enfrente suyo y antes de sentarme me agache para que pudiera ver mi culo, no solo el sino todos los que estaban alrededor. Luego me senté y abrí un poco mis piernas mientras me desabrochaba un botón más de mi escote y otro de la parte de las piernas. Me miraban él y sus amigos cuchicheaban y se reían y a mi me encantaba sentirme así, observada, exhibida. Me hizo un gesto para que me acercase a él asi que me levanté y me quedé parada delante de él, entonces me metió las manos por debajo del vestido y me bajó llas medias hasta las rodillas y me dijo:
―Enseñanos el culo perrita!
Me di la vuelta y me agaché apoyando las manos en el asiento donde antes había estado sentada. De esta forma, el vestido se levantaba y les dejaba verlo.
―Abre las piernas, me volvió a decir, mientras yo obedecía
Me senté de nuevo mientras me desabrochaba la parte inferior del vestido casi hasta el ombligo, Ya empezaban a resoplar y a tocarse la pija por encime del pantalón. Pedro se levantó, se puso detrás de mi y empezó a acariciarme el cuello bajando hasta que tuvo mis tetas entre sus manos. Mientras me las tocaba me dijo:
―¡Que puta eres!. Ven con nosotros que te vamos a dar de comer pija . Te vamos a coger y te vamos a dar por culo haste que nos cansemos de ti perrita.
―Lo que tu quieras, le dije.
Terminó de desabrocharme el vestido, me levanté y me llevaron a otra habitación.
Me tocaban sin parar el culo, las tetas, la concha
....Entramos en una especie de biblioteca y los tres se sentaron en un sillón. Pedro me dijo:
―Desnudate del todo y ven hacia nosotros a cuatro patas, como la perra que eres
Lo que sucedió a partir de ahí lo contaré otro dia.
Mi historia ocurrió hace dos años, un dia en que el jefe de mi marido nos invitó a una fiesta en su chalet de las afueras de la ciudad. Mi marido salía al dia siguiente de viaje, por lo que en teoría nos iríamos pronto.
Me gusta vestirme muy sexy ese dia ni iba a ser menos asi que me puse un vestidito de punto blanco sin mangas abotonado por delante que me queda muy ceñido y muy corto, un sujetador blanco casi transparente,
me pinte los labios de rojo intenso. Cuando me vió mi marido, puso cara de no gustarle mucho, pero no me dijo nada. Llegamos a la fiesta y mi marido me presentó a su jefe, Pedro,un hombre de unos 40 años, moreno, muy atractivo y con algo en la mirada que me atraía muchisimo.
El, caso es que la fiesta fue transcurriendo bien , bebimos un poco y la conversación derivó a temas sexuales hasta que finalmente me vi hablando con Pedro de nuestras preferencias y fantasías de forma muy distendida. Yo le dije que me encantaba fantasear acerca de ser sometida por un hombre, que me exhibiera, que me hiciera su zorrita particular y el al contrario, que le gustaba someter a las mujeres, sobre todo casadas. Le pregunté si alguna vez lo había hecho realidad y me dijo que si, que ahora tenía una. Le pregunté que le hacía y me contestó que la obligaba a vestirse como una puta, a masturbarle en los cines, a chuparsela cerca de su casa con las tetas al aire..... Sin darme cuenta cuando le estaba oyendo, me fui poniendo cada vez más caliente, , pero llegaba la hora de irnos.
Se fue a hablar con mi marido y al rato éste vino y me dijo que si queria quedarme, que la fiesta estaba muy bien que el se iba directamente al aeropuerto y que Pedro me llevaría a casa. Naturalmente le dije que si, asi que me fui a despedirlo y al entrar de nuevo en la,casa me esperaba Pedro con una sonrisa. Yo también le sonreí. De pronto me dijo:
―¿Quieres que jugemos?
―Si, le contesté.
―¿Te atreves a quitarte el sujetador?
―Se me va a notar mucho que voy sin él
―De eso se trata – me contestó- ya veras lo que te gusta, y quitaté tambien las tanga
―No llevo, le dije
―Mejor, me contestó, porque quiero que me enseñes todo.
Me fui al baño y me quité el sujetador. Estaba completamente mojada, me miré en el espejo y vi cómo se me marcaban los pezones y se insinuaban las areolas (el vestido era bastante fino) lo que me excitó aún más. Al salir notaba cómo mis tetas se bamboleaban al andar con los tacones y no fui la única porque varios hombres se giraban para mirarme. Al llegar donde estaba Pedro,en un rincón de la sala que ahora estaba más oscura, con algunos amigos, me llamó. Me incliné porque estaba sentado y le dejé ver mis tetas, entonces empezó a decirme:
―Eres una puta guapísima. Seguro que estas mojada
Me dirigí al sitio de enfrente suyo y antes de sentarme me agache para que pudiera ver mi culo, no solo el sino todos los que estaban alrededor. Luego me senté y abrí un poco mis piernas mientras me desabrochaba un botón más de mi escote y otro de la parte de las piernas. Me miraban él y sus amigos cuchicheaban y se reían y a mi me encantaba sentirme así, observada, exhibida. Me hizo un gesto para que me acercase a él asi que me levanté y me quedé parada delante de él, entonces me metió las manos por debajo del vestido y me bajó llas medias hasta las rodillas y me dijo:
―Enseñanos el culo perrita!
Me di la vuelta y me agaché apoyando las manos en el asiento donde antes había estado sentada. De esta forma, el vestido se levantaba y les dejaba verlo.
―Abre las piernas, me volvió a decir, mientras yo obedecía
Me senté de nuevo mientras me desabrochaba la parte inferior del vestido casi hasta el ombligo, Ya empezaban a resoplar y a tocarse la pija por encime del pantalón. Pedro se levantó, se puso detrás de mi y empezó a acariciarme el cuello bajando hasta que tuvo mis tetas entre sus manos. Mientras me las tocaba me dijo:
―¡Que puta eres!. Ven con nosotros que te vamos a dar de comer pija . Te vamos a coger y te vamos a dar por culo haste que nos cansemos de ti perrita.
―Lo que tu quieras, le dije.
Terminó de desabrocharme el vestido, me levanté y me llevaron a otra habitación.
Me tocaban sin parar el culo, las tetas, la concha
....Entramos en una especie de biblioteca y los tres se sentaron en un sillón. Pedro me dijo:
―Desnudate del todo y ven hacia nosotros a cuatro patas, como la perra que eres
Lo que sucedió a partir de ahí lo contaré otro dia.
4 comentarios - empezando a ser sometida
Espero la parte 2