Tarde de sexo morboso con Pili

Mi follamiga Pili me había invitado a ir a comer con ella a un restaurante donde ella sirve también bebida, pues habían cambiado la carta y la invitaban a ella a probarlo para dar su opinión. Su pareja no podía ir pues estaba trabajando y por suerte pensó en mi para acompañarla. Yo acepte gustosamente, pues entraba tarde a trabajar en el bar. Vino a buscarme en su coche y cuando entre me quede prendado por lo guapa y sexy que venía, una vez más. Llevaba un cortito vestido, color crema con estampado de pequeñas formas triangulares irregulares marrones, de manga larga, que sin ser ajustado marcaba sus ricos y redondos pechos y con un pequeño roto en la tela de la zona del escote, que según se moviera dejaba ver su maravilloso canalillo. También llevaba unas medias transparentes, luciendo sus deliciosas piernas.
Al sentarme y saludarnos con dos besos, pues era de día y nos podía ver alguien, mi mano se posó en una de esas deliciosas piernas, acariciándola. De camino al restaurante no pude dejar de decirla lo sexy que iba y volver a acariciar sus muslos. Cuando aparco en un parking, aproveche que no había nadie más para abalanzarme sobre ella y comenzar a besarla. Mis manos acariciaban sus piernas y sus ricas tetazas. Pili me tuvo que parar pues teníamos el tiempo justo para llegar al restaurante, aunque, antes de salir del coche, me dio un besazo, mientras acariciaba mi paquete y me dijo, que antes de que yo me tuviera que ir a trabajar esta noche, íbamos a tener tiempo para el morbo. Caminando por el parking, buscando la salida, no me pude resistir y subí su vestido por atrás, cosa que me resulto fácil, viendo su culazo, cubierto por las medias y con un tanguita negro de hilo. Pili se giró rápido, bajando su vestido y dándome un nuevo beso, pidiéndome que no fuera tan ansioso.

Durante toda la comida, Pili no paro de estirar su pierna para pasar su botín por mi paquete, que no dejaba de estar duro. La mayoría del rato estuvimos charlando de sexo, por lo que estábamos calentitos. Cuando terminamos de comer, vino el dueño del restaurante y nos preguntó que tal todo. Tras charlar con él y agradecerle la rica comida, nos levantamos para irnos. De lejos vi los baños y le dije a Pili que sería bien rico hacer una visita juntos. Pili me dijo que allí la conocían, momento en el que la corte y la dije que así daba más morbo. La cogí de la mano y la llevé dentro del de hombres. Pili se rio y entro roja de vergüenza. Nos encerramos en un departamento y comenzamos a besarnos. Mis manos acariciaban sus tetazas. Abrí el pequeño escote Acabe metiendo mi cara por su escote, besando el canalillo que la formaba el sujetador negro de aro que se intuía. Mis manos bajaron hasta su culazo, el cual acaricie por dentro del vestido. De vez en cuando la levantaba alguna de sus piernas para acariciárselas también.
La hice arrodillarse, agarré su cabeza y la aprete contra mi paquete. Pili intentaba mordisquear mi paquete, mientras me desabrochaba el pantalón. Me lo bajo y comenzó a comerme la polla. Cuando la tuve algo durita, gracias a sus increíbles labios gorditos, la saque y golpeé su preciosa cara con ella. Pasé mi polla por sus labios y, de golpe, metí mi polla en su bocaza, follándosela bien rico a buena velocidad. Pili no paraba de clavar sus ojos en mí y sus manos en mi culo.
La levanté y, tras un buen beso, la giré poniéndola mirando a la pared. Me arrodillé, la mantuve subido el vestido y comencé a besar su culazo. Con una mano mantuve subido el vestido y con la otra comencé a acariciar su culazo. Empecé a morderlo y a estirar sus medias. Entre mis dientes y mi mano, estiré las medias hasta que las rompí por la zona de su culo. Le hice el roto lo suficientemente grande, para que llegara a su coño. Me levanté, me puse un condón, aparte su tanga y metí mi polla en su coño. Comenzamos a follar con su cuerpo inclinado contra la puerta y mis manos agarrando su cintura y acariciando su culazo. Pili, de vez en cuando, giraba la cabeza para mirarme y decirme lo cachonda que la tenía. Las tetazas de Pili se veían moverse muy morbosamente, ya que el vestido no era ajustado y se lo permitía. No pude resistirme y acabé esturando mis manos para agarrárselas y disfrutar de ellas un par de veces.
No saque mi polla de su coño hasta que me iba a correr y la avise. Pili se arrodillo, me quito el condón y me hizo un mamadón, hasta que me corrí y se tragó todo mi semen, dejándomela bien limpita. Se levanto, nos besamos y cuando me puse el pantalón bien, me dijo que saliera yo primero y luego lo haría ella.

Tras comer fuimos a un bar cercano que ella conocía, a tomar una copa y celebrar el polvazo rápido y morboso que habíamos echado en el baño. Estábamos sentados al lado y no pude evitar acariciar sus piernas durante el rato que allí estuvimos. Ella también me acariciaba el paquete de vez en cuando. Pili me dijo de irnos a mi casa a follar, antes de que me tuviera que ir a trabajar, pero yo le propuse un plan, más morboso. Su chico no iba a salir del trabajo hasta las 21 y para esa hora ya tendría que estar yo camino de mi trabajo, por lo que nos daba tiempo de ir a su casa a pasar un buen rato. Mientras se lo proponía, mi mano se metió por dentro de su vestido, recorriendo sus piernas y acariciando su coño, tapado por el tanga.
Fuimos al parking por el coche y una vez dentro de él, nos volvimos a besar. Comencé a meterla mano y una de estas, acabo por dentro de su tanga, masturbándola. Me pidió que parara, pues ya habíamos pagado y teníamos 10 minutos para salir del parking. Le dije que se relajara y disfrutara, que seguro que teníamos tiempo. Volvimos a besarnos y mi dedo cada vez se movía más rápido dentro de su húmedo coño. Mi otra mano, acariciaba sus tetazas, las cuales un par de veces fueron mordidas por encima del vestido. Pili estaba tan cachonda, que no tardo en correrse. Saque mi dedo y lo chupe, limpiando sus jugos de él. Me coloque a gatas en el asiento del copiloto, metí mi cabeza debajo de su vestido y, aprovechando el roto de las medias, bese su coñito tapado por el tanga, el cual llevaba encaje. Lo aparte y la comí el coño tomándome sus deliciosos jugos. Tras darla un par de besos a su clítoris, me senté, la besé y la dije que ya nos podíamos ir.
Cuando llegamos a su casa, en el ascensor nos besamos y metimos mano, y dentro de ella, más aún. Me senté en el sofá y Pili lo hizo, lateralmente, sobre mí. Nos besamos y mis manos jugaban con sus ricos pechos. Cuando comencé a mordérselas, mis manos bajaron a sus piernas. De vez en cuando introducía mi cara por su escote, besando su canalillo. Mi mano, fue entrando cada vez más a fondo de sus piernas, acabando dentro del tanga, masturbándola.
La empecé a subir el vestido y Pili termino quitándoselo, quedándose con el sujetador de aro, que tenía un sexy encaje, el tanga, también con el encaje sexy y las medias rotas. Se sentó mirándome de frente y seguimos besándonos. Mis manos seguían acariciando sus muslazos y tetazas. Mi cabeza, cada vez que se metía en su canalillo, disfrutaba besándolo y lamiéndolo, mientras apretaba sus tetazas con mis manos. Comí sus pechos con el sujetador tapándolas, hasta que note bien duros los pezones y entonces saque de él las tetazas para devorárselas. Pili apretaba mi cabeza contra ella y me decía que la tenía cachondísima.
La levante y la puse de pie, frente a mí. Agarré su culazo y seguí mordiendo sus tetazas. Fui bajando por su cuerpo, besándolo, hasta llegar a su tanga. La gire y acaricie y bese su culazo, tan sexy con el hilo del tanga. Rompí más aun las medias, para dejar casi al descubierto su culazo y poder pasar mi lengua por todo el. Metí mi mano entre sus piernas, lo introduje por el tanga y la volví a masturbar. Mi lengua seguía recorriendo su culazo y mi otra mano lo azotaba y acariciaba sus muslos.
Pili se puso a gatas en el sofá, mientras yo me quitaba el pantalón. Me senté y Pili agarro mi polla, masturbándome y lamiendo mi glande. Una de mis manos acariciaba su culazo y la otra sus tetazas. Cuando comenzó a hacerme un mamadón, mi mano pasaba de sus tetas a su cabeza, acariciando su pelo, de vez en cuando. Metí mi mano por su tanga, para seguir masturbándola y Pili fue aumentando la velocidad de la mamada. Mi mano ya no solo acariciaba su pelo, si no que, también, apretaba su cabeza, metiéndola más a fondo mi polla. Varias veces, la apretaba hasta el fondo y no la soltaba, hasta que Pili tenía una arcada. Pili me miraba y sonreía, para volver rápido a continuar con la mamada.
La di un condón y me lo puso con sus gorditos labios. Se sentó sobre mí, mirándome y comenzamos a follar. Mis manos agarraron sus muslazos y comenzamos a besarnos. Pili se movía en círculos y yo notaba como sus tetazas seguían ese mismo movimiento. Bajaba mi cabeza para comérselas cada poco. Pili comenzó a cabalgar bien loca y entonces agarré sus tetazas y se las devoré, sin soltarlas. La empuje echando su cuerpo hacia atrás, agarrando sus pezones y estirándolos, mientras ella gemía de dolor y placer.
Nos levantamos y la puse de rodillas, mirando la pared. Me puse de pie tras ella, aparte su tanga y la empecé a follar el culazo. Mis manos agarraban sus tetazas, para tenerla bien sujeta y penetrarla duro. Me eche sobre su espalda y nos besamos, sin soltar sus tetazas, ni dejar de follarla el culo. Me volví a sentar y Pili se sentó de nuevo sobre mí. Metió mi polla en su coño y yo levante poco a poco sus piernas, mientras follábamos. Se las acabe colocando en mis hombros, metiendo mi polla hasta el fondo y agarrando su espalda, empujándola contra mí, para que sintiera mas dolor. La fui soltando poco a poco, echando su espalda hacia atrás, hasta que acabo horizontal, con sus manos apoyadas en el suelo. Le agarre la cintura y la movía el cuerpo, para ver como se meneaban sus tetazas, mientras seguía follándola.
Cuando se corrió, la hice arrodillarse entre mis piernas. Me quito el condón y comenzó a hacerme una nueva mamada. Luego se la metió entre las tetazas, haciéndome una cubana, hasta que me volví a correr. Paso su lengua por mi glande y me comió la polla, dejándomela bien limpita.

Pili trajo una copa y nos la tomamos. Ella estaba sentada, lateralmente, sobre mi y charlamos y nos besamos, con mi mano libre acariciando sus muslazos. Rocié un poco de la copa por sus tetas y se las comí, mientras le decía que yo necesitaba una ducha antes de irme a trabajar y que estaría muy bien que me acompañara.
Nos levantamos y fuimos al baño. Allí nos desnudamos del todo, mientras se calentaba el agua, y nos besamos. Bajo el agua seguimos besándonos y la devore sus tetazas, una vez más. Ella agarro mi polla masturbándome y poniéndomela rápido bien dura. Me arrodillé y la comí el coño, chorreante de agua y de sus flujos, con mis manos acariciando su culazo. No me levante hasta que esta se corrió en mi boca. Me levanté y me puse un condón. Levante una de sus piernas y la folle contra la pared, mientras nos besábamos. Pili dio un salto para que la cogiera en vilo y siguiera follándola, contra la pared. Mi cabeza era fácil que se agachara y la comiera las tetazas. Mis manos, disfrutaban de sus muslazos y culazo. La acabe girando, apoyando esta sus manos en la pared y poniendo su culazo en buena disposición, para ser azotado. Me arrodille y se lo bese, acaricie y mordí, antes de levantarme, de nuevo, para volver a follárselo. Empecé suave, pero pronto subí el ritmo, follándoselo bien duro. Pili gemía de dolor y yo empecé a tirarla del pelo para que lo hiciera con más razón aún.
Me corrí dentro de su culazo y cuando saque mi polla de él, Pili se arrodillo, para quitarme el condón y volver a limpiarme la polla con su maravillosa boca. Nos acabamos de duchar, sin parar de besarnos y meternos mano, además de comerla las tetazas varias veces más.

Tras la ducha, nos vestimos y me tome una ultima copa con Pili, en el salón, antes de agradecerla la invitación a la comida y todo lo demás e irme a trabajar

0 comentarios - Tarde de sexo morboso con Pili