Soy el menor de tres hermanos. Tengo 34 años, el del medio tiene 45 y el mayor tiene 51. Soy hijo del último matrimonio de mi papá, mis otros dos hermanos, fueron concebidos del anterior.
Con el hermano que tengo más relación, es con el del medio, ya que fue con el que más tiempo pasaba y además era el que tenía una edad más cercana a la mía.
Vivíamos en un pueblo de Santa Fe, pero con el tiempo nos dispersamos y nos fuimos a vivir a ciudades más grandes para tener mejores oportunidades.
Cada tanto voy a visitarlo a Marcos (el hermano del medio). Tiene una casa grande y allí me suelo quedar unos días. Como soy soltero, vivo en un departamento pequeño, por lo tanto es más difícil que ellos vengan a mi ciudad. Cuando digo "ellos" es porque él tiene su familia. Está casado y tiene tres hijos. El último tiene apenas un año, por lo tanto, es más complicado para ellos trasladarse.
El hijo del medio de Marcos tiene 12 años y la mayor ya tiene 22.
Martina (la hija mayor de mi hermano) siempre fue mi preferida. De chica era muy cariñosa y muy buena. Siempre que iba a visitarlos, ella me recibía con mucha felicidad y luego no se despegaba de mi lado durante mi estadía.
Por lo general, iba a pasar las fiestas con ellos o aparecía para algunos cumpleaños. Sobre todo los de Marti.
Trataba de hacerle lindos regalos o le compraba sus golosinas favoritas.
Cuando mi sobrina entró a la secundaria, estaba con mucha ansiedad. Se tuvo que cambiar de escuela y ya no podía ver a sus compañeros.
Solía comer demasiado y por ende, había engordado bastante. Sus nuevos compañeros le hacían bastante bulling y ella se sentía pésimo. Sufrió mucho esa etapa de su vida.
Siempre que la veía así, le decía que no le haga caso a esos "tarados", que ella era hermosa y que se van a arrepentir de comportarse así con ella. Ella me abrazaba sintiendo algo de consuelo y me agradecía. Aunque yo sabía que no iba a cesar del todo su angustia.
Cuando Marti iba a cumplir 15, se empezó a preocupar por su figura y comenzó a regular sus comidas y además, me contó Marcos que había empezado a ir al gimnasio regularmente.
Su idea era llegar bien para la fiesta de 15, pero luego decidió no hacerla y en cambio le pidió a sus padres ir de viaje. Ella quería que sea con familiares y algunos amigos. Entre sus invitados, estaba yo, pero lamentablemente no podía ir porque tenía que trabajar.
Por cuestiones laborales tampoco pude visitarlos por mucho tiempo. De todas formas, siempre llamaba para saber cómo estaban y también para hablar con mis sobrinos, en especial con Marti.
Cuando ella iba a cumplir 18, mi hermano organizó una fiesta en una casa quinta que alquiló por 3 días. Era un lugar muy bonito y grande. La casa tenía muchas habitaciones y mucho verde alrededor.
No podía faltar, ya que luego ella se iría a estudiar a otra ciudad y además, era un cumpleaños muy importante.
Cuando llegué a la quinta, no podía creer lo grande que estaba Marti. Había pasado bastante tiempo que no la veía y fue muy sorpresivo.
Era toda una mujer, tenía un hermoso cuerpo y una actitud muy madura. Pero su sonrisa al verme, era la misma de siempre. La misma ternura en su voz y la misma calidez al abrazarme. Fue un abrazo eterno. No me quería soltar y yo tampoco, siendo franco. Hacía mucho que no nos veíamos y la extrañaba mucho.
Luego, en el transcurso del día, ella venía hacia donde estaba yo y me abrazaba fuerte. Lo hizo varias veces. También me sonreía casa vez que cruzábamos miradas.
Fue muy lindo verla después de tanto tiempo.
Pasamos un cumpleaños muy lindo. Estaba toda la familia y amigos. Muchos se volvieron a sus casas después de la fiesta, pero yo me iba a quedar hasta el último día, porque no sabía cuándo la iba a volver a ver.
Al día siguiente, me levanté y estaban todos dormidos aún. Me fui a la cocina a prepararme un mate y me quedé allí solo esperando a que se levante alguien.
Pasó un buen rato y nadie se levantaba, así que salí a recorrer el lugar un poco.
Aproximadamente una hora después, salió Marcos para decirme que se iban a comprar al pueblo, ya que no les había quedado nada de comida después de la fiesta.
Me encargó que vaya a despertarla a Martina porque, si fuera por ella, dormiría hasta las 4 de la tarde.
Cuando se fueron al pueblo, esperé más o menos media hora para ir a la habitación de Marti.
Cuando entré a su cuarto, estaba durmiendo destapada. Hacía bastante calor. También vi que tenía una tanga roja que se le perdía entre las nalgas.
Traté de no mirar mucho e inmediatamente comencé a moverla para despertarla. Estaba muy dormida, yo insistía sacudiendo su hombro un poco más fuerte y le hablaba. Hasta que finalmente despertó. Lo hizo con una sonrisa de oreja a oreja. "Buen día, tío" me dijo y me abrazó. Tenía puesta solamente una remera. No tenía corpiño, así que sentí sus pezones rozando mi brazo. "Buen día hermosa, es hora de levantarse" le dije apurándola. Ella se levantó bostezando y se fue al baño así como estaba. En tanga.
Cuando volvió, me preguntó dónde estaba el resto y le dije que se habían ido a comprar al pueblo. Ella me comentó que se iban a tardar bastante seguramente y me propuso que prepare un mate y que vayamos a caminar un rato por ahí. Yo le dije que ya había tomado temprano y me dijo en tono de broma que tenía que hacer una excepción porque ella era su favorita. Yo le contesté que tenía razón y puse a calentar agua para el termo.
Se vistió y fuimos a recorrer un poco la quinta (yo por segunda vez). Charlábamos de todo. Nos pusimos al día, aunque hablamos bastante seguido, es mejor contarse las cosas cara a cara.
Yo: Y? Te estás de novia?
Marti: Ay tío! Pareces la abuela ya!
No, no estoy de novio..
Yo: Pero seguro tenés pretendientes.. no?
M: Emm, sí, que se yo...
Y: Muchos? Más de uno seguro, no?
M: Si, hay varios dando vueltas, pero no les doy bola.
Y: Son de la escuela?
M: Si, la mayoría.. pero también del barrio.
Y: Y esos que te molestaban antes, ya no te dicen nada?
M: Son unos tarados, ahora quieren salir conmigo jajaja
Y: Que se jodan por estúpidos! Viste que siempre te dije que se iban a arrepentir?
M: Si, gracias por estar siempre..
Me abrazó fuerte y yo le acaricié el pelo. Nos quedamos en silencio por mucho tiempo.
Y: Pero sí tuviste algún novio o algo estos años, no?
M: No, me dediqué a estudiar para salir de esa maldita escuela.
Y: Pero ahora que ya saliste, seguro que vas a conocer a alguien.
M: Quizás, o moriré virgen si no encuentro al indicado jaja
Y: Pero no necesariamente tiene que ser el indicado. Quizás el que creas que es el Indicado, al largo plazo no lo sea y el hecho ya va a estar consumado.
M: Si, en eso tenés razón... pero por lo menos tiene que ser alguien especial..
Y: Si, en lo posible sí
M: Tan especial como vos... dijo y me volvió a abrazar
Y: "Sos un amor pendeja" le dije y le besé la cabeza.
M: Me sacarías la virginidad?
Y: Estás loca? Soy tu tío!!
M: Pero si no lo fueras?
Y: Sos muy chica..
M: Pero soy mayor de edad ya. Puedo decidir con quién acostarme
Y: Si, lo sé!
M: No te gusta cómo estoy?
Y: Siempre te dije que sos hermosa.
M: Pero como mujer, te parezco linda?
Y: Si, claro! Y por eso tenés muchos chicos detrás
M: Pero vos estuviste cuando más te necesitaba. Te gustaría desvirgarme?
Y: Es una locura!!
Justo volvían de hacer las compras, me salvó la campana.
La pasamos en familia todo el día. Pero de a ratos, se me cruzaba la conversación por la cabeza y la miraba. Pero ella seguía actuando como si nada...
Se hizo de noche y ya era hora de dormir. Saludé a casi todos. Pero cuando fui a la habitación de Marti, ella no estaba. Pensé que se estaba lavando los dientes en el baño.
Me fui a mi cuarto, que estaba al fondo de todo. Cuando llego a la habitación, veo que estaba Marti acostada en mi cama. Había refrescado bastante y ella estaba tapada. Cuando levanto la frazada para meterme a la cama, ella estaba completamente desnuda. Me quedé absolutamente asombrado. Marti se dio vuelta y me dijo "metete a la cama, a ver si no te tentás". Le dije nuevamente que era una locura eso y le pedí que vuelva a su cuarto, pero ella se negó. "No va a pasar nada si vos no querés, pero yo sí quiero".
Mudo, me acosté junto a ella y nos tapamos.
Luego de un rato nos dormimos. Pero en un momento me desperté y estaba abrazado a ella. Tenía la verga dura y la estaba apoyando.
Marti también se despertó y se dio cuenta de mi erección. Me empezó a tocar la verga y luego se dio vuelta. "¿Ves que si te ibas a tentar?" me dijo y me bajó el boxer. Con mucha delicadeza comenzó a tocarme el pene y yo tocaba su lisa piel. Luego le fui indicando cómo mover la mano para masturbarme y lo hacía muy bien. Después llevé mi mano hacia su vagina y lentamente le frotaba el clitoris. Ella solo respiraba fuerte y seguí concentrada en masturbarme.
Me tenté y bajé para chuparsela. Era una delicia la conchita de mi sobrina. Ella comenzó a gemir y me decía lo rico que se sentía. La tuve que callar un par de veces porque estaba gimiendo fuerte. Logré que tenga un orgasmo y una vez que se repuso, me pidió que la penetre.
Le metí un dedo y comencé a moverlo suavemente. Luego le metí uno más y finalmente me coloque encima de ella con el pene en la entrada. De a poco empecé a hundirle la verga y ella ponía cara de dolor pero no me decía nada.
Logré metersela toda y empecé a subir y bajar con cuidado. Ella se quejaba bastante pero seguía soportando, hasta que en un momento me pidió que pare porque le dolía mucho. Inmediatamente se la saqué y me acosté a su lado abrazándola. Al rato nos dormimos.
Cuando me desperté, ella ya no estaba en mi cama. Me levante y me fui al baño. Cuando salí, me fijé si estaba en su cuarto y efectivamente estaba allí.
La verdad que ese último día fue incómodo. Por un lado estaba mi hermano Marcos, el papá de mi sobrina y por el otro estaba Marti, a quien acababa de sacarle la virginidad. Ella ni me miraba. Eso me hacía pensar que me había mandado el cagadón de mi vida.
Por la tarde, antes de irnos, quería hablar con ella para disculparme, pero no se daba el momento adecuado. Hasta que finalmente salieron de la casa.
Fui a su habitación y le dije..
Y: Marti, podemos hablar un momentito?
M: Si, claro! Perdón!!
Y: No, por qué? Yo te tengo que pedir perdón a vos!
M: Yo te insistí para hacerlo y al final ni si quiera te di placer
Y: No mi amor! Eso no importa.. me siento culpable por hacerte doler.
M: Eso pasa, pero lo demás me gustó mucho! Quiero más! Dijo y se recostó en su cama sacándose la tanga rápidamente.
Me avalancé sobre su vagina y se la chupé con desesperación. Al poco tiempo acabó y me pidió que probemos una vez más.
Me bajé rápido el pantalón y el boxer, me pasé saliva por el pene y lentamente se la metí. Cuando entró todo, me comencé a mover lentamente. Ella estaba disfrutando bastante esta vez. Yo también, ya que su vagina estaba super apretada. Empecé a acelerar mientras ella gemía más fuerte. Pero cuando estaba casi terminando, escuché que estaban volviendo de la caminata. Rápidamente salí corriendo hacia mi habitación y ella se vistió en su cuarto.
Luego nos fuimos y no la vi más hasta hace poco, que ya tiene 22. Ella vino a mi departamento. Me contó que había estado de novia un tiempo pero eso ya había terminado.
Después de ponernos al día, recordamos esos días en la quinta. Ambos nos calentamos y comenzamos a rozarnos. Luego me bajó el pantalón y me la chupó con mucha dedicación. A continuación se puso en cuatro y me pidió que la coja duro. (En mis adentro pensaba en cómo se había convertido de una niña dulce e inocente a una puta hermosa). Cuando fui a buscar forros, me dijo que se la meta así nomás. Yo obedecí y comencé a cogerla con fuerza mientras le agarraba los pelos. Luego de un rato, tenía ganas de acabar y Marti me pidió que le llene la concha de leche en recompensa por no haber acabado aquella vez.
Así fue que terminé dentro de mi sobrina. Luego nos abrazamos y nos quedamos tirados en la cama.
Ella se quedó todo el fin de semana, así que cogimos un par de veces más.. no sé cuándo será la próxima vez.
Con el hermano que tengo más relación, es con el del medio, ya que fue con el que más tiempo pasaba y además era el que tenía una edad más cercana a la mía.
Vivíamos en un pueblo de Santa Fe, pero con el tiempo nos dispersamos y nos fuimos a vivir a ciudades más grandes para tener mejores oportunidades.
Cada tanto voy a visitarlo a Marcos (el hermano del medio). Tiene una casa grande y allí me suelo quedar unos días. Como soy soltero, vivo en un departamento pequeño, por lo tanto es más difícil que ellos vengan a mi ciudad. Cuando digo "ellos" es porque él tiene su familia. Está casado y tiene tres hijos. El último tiene apenas un año, por lo tanto, es más complicado para ellos trasladarse.
El hijo del medio de Marcos tiene 12 años y la mayor ya tiene 22.
Martina (la hija mayor de mi hermano) siempre fue mi preferida. De chica era muy cariñosa y muy buena. Siempre que iba a visitarlos, ella me recibía con mucha felicidad y luego no se despegaba de mi lado durante mi estadía.
Por lo general, iba a pasar las fiestas con ellos o aparecía para algunos cumpleaños. Sobre todo los de Marti.
Trataba de hacerle lindos regalos o le compraba sus golosinas favoritas.
Cuando mi sobrina entró a la secundaria, estaba con mucha ansiedad. Se tuvo que cambiar de escuela y ya no podía ver a sus compañeros.
Solía comer demasiado y por ende, había engordado bastante. Sus nuevos compañeros le hacían bastante bulling y ella se sentía pésimo. Sufrió mucho esa etapa de su vida.
Siempre que la veía así, le decía que no le haga caso a esos "tarados", que ella era hermosa y que se van a arrepentir de comportarse así con ella. Ella me abrazaba sintiendo algo de consuelo y me agradecía. Aunque yo sabía que no iba a cesar del todo su angustia.
Cuando Marti iba a cumplir 15, se empezó a preocupar por su figura y comenzó a regular sus comidas y además, me contó Marcos que había empezado a ir al gimnasio regularmente.
Su idea era llegar bien para la fiesta de 15, pero luego decidió no hacerla y en cambio le pidió a sus padres ir de viaje. Ella quería que sea con familiares y algunos amigos. Entre sus invitados, estaba yo, pero lamentablemente no podía ir porque tenía que trabajar.
Por cuestiones laborales tampoco pude visitarlos por mucho tiempo. De todas formas, siempre llamaba para saber cómo estaban y también para hablar con mis sobrinos, en especial con Marti.
Cuando ella iba a cumplir 18, mi hermano organizó una fiesta en una casa quinta que alquiló por 3 días. Era un lugar muy bonito y grande. La casa tenía muchas habitaciones y mucho verde alrededor.
No podía faltar, ya que luego ella se iría a estudiar a otra ciudad y además, era un cumpleaños muy importante.
Cuando llegué a la quinta, no podía creer lo grande que estaba Marti. Había pasado bastante tiempo que no la veía y fue muy sorpresivo.
Era toda una mujer, tenía un hermoso cuerpo y una actitud muy madura. Pero su sonrisa al verme, era la misma de siempre. La misma ternura en su voz y la misma calidez al abrazarme. Fue un abrazo eterno. No me quería soltar y yo tampoco, siendo franco. Hacía mucho que no nos veíamos y la extrañaba mucho.
Luego, en el transcurso del día, ella venía hacia donde estaba yo y me abrazaba fuerte. Lo hizo varias veces. También me sonreía casa vez que cruzábamos miradas.
Fue muy lindo verla después de tanto tiempo.
Pasamos un cumpleaños muy lindo. Estaba toda la familia y amigos. Muchos se volvieron a sus casas después de la fiesta, pero yo me iba a quedar hasta el último día, porque no sabía cuándo la iba a volver a ver.
Al día siguiente, me levanté y estaban todos dormidos aún. Me fui a la cocina a prepararme un mate y me quedé allí solo esperando a que se levante alguien.
Pasó un buen rato y nadie se levantaba, así que salí a recorrer el lugar un poco.
Aproximadamente una hora después, salió Marcos para decirme que se iban a comprar al pueblo, ya que no les había quedado nada de comida después de la fiesta.
Me encargó que vaya a despertarla a Martina porque, si fuera por ella, dormiría hasta las 4 de la tarde.
Cuando se fueron al pueblo, esperé más o menos media hora para ir a la habitación de Marti.
Cuando entré a su cuarto, estaba durmiendo destapada. Hacía bastante calor. También vi que tenía una tanga roja que se le perdía entre las nalgas.
Traté de no mirar mucho e inmediatamente comencé a moverla para despertarla. Estaba muy dormida, yo insistía sacudiendo su hombro un poco más fuerte y le hablaba. Hasta que finalmente despertó. Lo hizo con una sonrisa de oreja a oreja. "Buen día, tío" me dijo y me abrazó. Tenía puesta solamente una remera. No tenía corpiño, así que sentí sus pezones rozando mi brazo. "Buen día hermosa, es hora de levantarse" le dije apurándola. Ella se levantó bostezando y se fue al baño así como estaba. En tanga.
Cuando volvió, me preguntó dónde estaba el resto y le dije que se habían ido a comprar al pueblo. Ella me comentó que se iban a tardar bastante seguramente y me propuso que prepare un mate y que vayamos a caminar un rato por ahí. Yo le dije que ya había tomado temprano y me dijo en tono de broma que tenía que hacer una excepción porque ella era su favorita. Yo le contesté que tenía razón y puse a calentar agua para el termo.
Se vistió y fuimos a recorrer un poco la quinta (yo por segunda vez). Charlábamos de todo. Nos pusimos al día, aunque hablamos bastante seguido, es mejor contarse las cosas cara a cara.
Yo: Y? Te estás de novia?
Marti: Ay tío! Pareces la abuela ya!
No, no estoy de novio..
Yo: Pero seguro tenés pretendientes.. no?
M: Emm, sí, que se yo...
Y: Muchos? Más de uno seguro, no?
M: Si, hay varios dando vueltas, pero no les doy bola.
Y: Son de la escuela?
M: Si, la mayoría.. pero también del barrio.
Y: Y esos que te molestaban antes, ya no te dicen nada?
M: Son unos tarados, ahora quieren salir conmigo jajaja
Y: Que se jodan por estúpidos! Viste que siempre te dije que se iban a arrepentir?
M: Si, gracias por estar siempre..
Me abrazó fuerte y yo le acaricié el pelo. Nos quedamos en silencio por mucho tiempo.
Y: Pero sí tuviste algún novio o algo estos años, no?
M: No, me dediqué a estudiar para salir de esa maldita escuela.
Y: Pero ahora que ya saliste, seguro que vas a conocer a alguien.
M: Quizás, o moriré virgen si no encuentro al indicado jaja
Y: Pero no necesariamente tiene que ser el indicado. Quizás el que creas que es el Indicado, al largo plazo no lo sea y el hecho ya va a estar consumado.
M: Si, en eso tenés razón... pero por lo menos tiene que ser alguien especial..
Y: Si, en lo posible sí
M: Tan especial como vos... dijo y me volvió a abrazar
Y: "Sos un amor pendeja" le dije y le besé la cabeza.
M: Me sacarías la virginidad?
Y: Estás loca? Soy tu tío!!
M: Pero si no lo fueras?
Y: Sos muy chica..
M: Pero soy mayor de edad ya. Puedo decidir con quién acostarme
Y: Si, lo sé!
M: No te gusta cómo estoy?
Y: Siempre te dije que sos hermosa.
M: Pero como mujer, te parezco linda?
Y: Si, claro! Y por eso tenés muchos chicos detrás
M: Pero vos estuviste cuando más te necesitaba. Te gustaría desvirgarme?
Y: Es una locura!!
Justo volvían de hacer las compras, me salvó la campana.
La pasamos en familia todo el día. Pero de a ratos, se me cruzaba la conversación por la cabeza y la miraba. Pero ella seguía actuando como si nada...
Se hizo de noche y ya era hora de dormir. Saludé a casi todos. Pero cuando fui a la habitación de Marti, ella no estaba. Pensé que se estaba lavando los dientes en el baño.
Me fui a mi cuarto, que estaba al fondo de todo. Cuando llego a la habitación, veo que estaba Marti acostada en mi cama. Había refrescado bastante y ella estaba tapada. Cuando levanto la frazada para meterme a la cama, ella estaba completamente desnuda. Me quedé absolutamente asombrado. Marti se dio vuelta y me dijo "metete a la cama, a ver si no te tentás". Le dije nuevamente que era una locura eso y le pedí que vuelva a su cuarto, pero ella se negó. "No va a pasar nada si vos no querés, pero yo sí quiero".
Mudo, me acosté junto a ella y nos tapamos.
Luego de un rato nos dormimos. Pero en un momento me desperté y estaba abrazado a ella. Tenía la verga dura y la estaba apoyando.
Marti también se despertó y se dio cuenta de mi erección. Me empezó a tocar la verga y luego se dio vuelta. "¿Ves que si te ibas a tentar?" me dijo y me bajó el boxer. Con mucha delicadeza comenzó a tocarme el pene y yo tocaba su lisa piel. Luego le fui indicando cómo mover la mano para masturbarme y lo hacía muy bien. Después llevé mi mano hacia su vagina y lentamente le frotaba el clitoris. Ella solo respiraba fuerte y seguí concentrada en masturbarme.
Me tenté y bajé para chuparsela. Era una delicia la conchita de mi sobrina. Ella comenzó a gemir y me decía lo rico que se sentía. La tuve que callar un par de veces porque estaba gimiendo fuerte. Logré que tenga un orgasmo y una vez que se repuso, me pidió que la penetre.
Le metí un dedo y comencé a moverlo suavemente. Luego le metí uno más y finalmente me coloque encima de ella con el pene en la entrada. De a poco empecé a hundirle la verga y ella ponía cara de dolor pero no me decía nada.
Logré metersela toda y empecé a subir y bajar con cuidado. Ella se quejaba bastante pero seguía soportando, hasta que en un momento me pidió que pare porque le dolía mucho. Inmediatamente se la saqué y me acosté a su lado abrazándola. Al rato nos dormimos.
Cuando me desperté, ella ya no estaba en mi cama. Me levante y me fui al baño. Cuando salí, me fijé si estaba en su cuarto y efectivamente estaba allí.
La verdad que ese último día fue incómodo. Por un lado estaba mi hermano Marcos, el papá de mi sobrina y por el otro estaba Marti, a quien acababa de sacarle la virginidad. Ella ni me miraba. Eso me hacía pensar que me había mandado el cagadón de mi vida.
Por la tarde, antes de irnos, quería hablar con ella para disculparme, pero no se daba el momento adecuado. Hasta que finalmente salieron de la casa.
Fui a su habitación y le dije..
Y: Marti, podemos hablar un momentito?
M: Si, claro! Perdón!!
Y: No, por qué? Yo te tengo que pedir perdón a vos!
M: Yo te insistí para hacerlo y al final ni si quiera te di placer
Y: No mi amor! Eso no importa.. me siento culpable por hacerte doler.
M: Eso pasa, pero lo demás me gustó mucho! Quiero más! Dijo y se recostó en su cama sacándose la tanga rápidamente.
Me avalancé sobre su vagina y se la chupé con desesperación. Al poco tiempo acabó y me pidió que probemos una vez más.
Me bajé rápido el pantalón y el boxer, me pasé saliva por el pene y lentamente se la metí. Cuando entró todo, me comencé a mover lentamente. Ella estaba disfrutando bastante esta vez. Yo también, ya que su vagina estaba super apretada. Empecé a acelerar mientras ella gemía más fuerte. Pero cuando estaba casi terminando, escuché que estaban volviendo de la caminata. Rápidamente salí corriendo hacia mi habitación y ella se vistió en su cuarto.
Luego nos fuimos y no la vi más hasta hace poco, que ya tiene 22. Ella vino a mi departamento. Me contó que había estado de novia un tiempo pero eso ya había terminado.
Después de ponernos al día, recordamos esos días en la quinta. Ambos nos calentamos y comenzamos a rozarnos. Luego me bajó el pantalón y me la chupó con mucha dedicación. A continuación se puso en cuatro y me pidió que la coja duro. (En mis adentro pensaba en cómo se había convertido de una niña dulce e inocente a una puta hermosa). Cuando fui a buscar forros, me dijo que se la meta así nomás. Yo obedecí y comencé a cogerla con fuerza mientras le agarraba los pelos. Luego de un rato, tenía ganas de acabar y Marti me pidió que le llene la concha de leche en recompensa por no haber acabado aquella vez.
Así fue que terminé dentro de mi sobrina. Luego nos abrazamos y nos quedamos tirados en la cama.
Ella se quedó todo el fin de semana, así que cogimos un par de veces más.. no sé cuándo será la próxima vez.
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