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Una chica sencilla (9)

Estaba en clase mega distraída con mis nuevos amigos. Si bien agradecía tener esos amigos, a veces era imposible no estar desconcentrada con sus chistes y comentarios. 


Ya por suerte quedaba poco para irnos. 

Veo que mi teléfono me avisa de un mensaje nuevo y ya perdido por perdido, revisé quién era...

Miguel Empresa: "Hola Ceci, creo que por estas fechas estabas en Buenos Aires. Querrás venir a una expo que hacemos en Dolores?"

"Hola Migueeee! Qué lindo que te acordaste!! Sos lo más!! Si obvio, cuándo?"

"Es este domingo, si querés nos ponemos al día y te paso a buscar a las 9am y vamos en el auto tomando mates"

"Contá conmigo! De nuevo mil gracias por acordarte!"

La verdad que esos primeros meses, no había estado buscando mucho trabajo, estaba algo caída extrañando mi casa, mi ciudad y mis amigos. También usaba la excusa de "recién llegué", sin embargo ya iban 4 meses...

Esto me venía muy bien y seguro me iba a motivar para buscar algo más estable. 

Llegó el domingo, me levanté 15min antes de que venga, me puse un jean y una remera, muy sencilla. Arriba un saquito y a la hora acordada Miguel vino por mí, en traje y súper perfumado como la vez que nos conocimos, fuimos tomando mate y charlando como dos viejos amigos. Si bien me doblaba la edad, no me trataba como una chiquita ni nada por el estilo, era súper comprensivo y podía aprender un montón con él. El viaje hasta allá se me pasó volando. 

Una vez en el mugar, me lleva con una chica que era la encargada de Relaciones Públicas de la empresa. Me comenta cómo era el asunto, solamente tenía que ponerme la ropa de la empresa e identificar a los participantes. 

El conjunto que me dieron era un pantalón tipo de vestir negro y una camisa blanca con el logo de la empresa. La verdad no era nada grave, el problema fue que el talle de la camisa, no me dejaba cerrarme bien los últimos botones. Tenía un corpiño blanco puesto que llegaba a verse por el escote de la camisa. Las tetas parecía que se me iban a explotar. En fin, no quedaba otra, a trabajar. 

"Creo que nunca se nos anotó tanta gente" me dijo Miguel a la pasada riéndose. Ya había pasado 1:30hs del evento como mínimo. 

"Jajaja y nunca me miraron tanto las tetas! Son todos pajeros los ingenieros!! jajaja" Le dije bien bajito, cómplice en su oído.

Se empezó a reír, quedó pensando como quién chequea dos veces antes de hablar.

"Y eso que no saben lo que son tus masajes!"

Ayyyyy, no sabía dónde meterme!! Me reí con una risita nerviosa y no contesté más nada. Obviamente me acordaba de aquél día, pero no pensé que el tema iría a salir. 

"Me cuesta no acordarme, perdón"

"Tranqui Migue! Si fue un masaje nada más!" y le guiñé el ojo mientras me iba a buscar más gente para anotar en la planilla. 

Me había escapado de la mejor manera que podía. No sabía si era una indirecta o solamente un chiste interno algo incómodo.  Por las dudas huí como una cobarde. No quería ofenderlo. 

Pasó un tiempo más y me llamó la chica de RRPP otra vez, me dijo que tenía una hora para comer. Así que me fui a buscar dónde podía comprar algo en el lugar... 

En el camino, veo a Migue charlando con dos personas más de traje. Sólo que un poco más jóvenes que él, tendría 35/40. Parecía retarlos, me sorprendió mucho verlo así y me quedé como una boba mirando más de la cuenta. Uno de éstos cuando Miguel lo largó, se me acercó y me echó la bronca porque me había visto y era una falta de respeto que esté escuchando conversaciones ajenas, que me iba a sacar de ahí sin pagarme. Yo intentaba pedirle disculpas, no había querido incomodarlo y me quise explicar, pero no me dejaba ni abrir la boca que seguía tirandome la bronca. 

Estaba súper nerviosa, me quería ir corriendo como una tarada! 

De golpe sentí una mano en el hombro y Miguel interrumpe con un tono muy enojado. 

Miguel: "Disculpame Mateo, qué está pasando acá?"

Mateo: "La chica esta estaba actuando de manera inapropiada, le estaba explicando las normas de comportamiento"

Miguel: "Y acaso vos sos el encargado de hacer eso? Qué hizo?"

Mateo: "eh... No...pero cuando hablábamos con vos, ella estaba ahí parada mirando a lo lejos"

Miguel: "es porque le pedí que me espere. Ahora pedile disculpas que la pobre no hizo más que lo que le pedí"

Mateo: "perdón, no sabía de eso, disculpame"

Yo: "tranquilo! No pasa nada de verdad, gracias por las disculpas y gracias Miguel por mediar" la voz me temblaba aún. 

Miguel: "vení, dejame que te invito a almorzar que yo también iba ahora"

Fuimos a una casona que había pegada al lugar en donde había un catering que se ve que era para ejecutivos o gente más importante. 

Miguel: "de nuevo perdón. El idiota este como lo reté, fue a buscar a alguien para desquitarse y estabas vos"

Yo: "de verdad, ya pasó. Al principio estaba súper nerviosa porque tenía miedo de haberte generado un problema pero me alegro que todo se resolvió. Sos un dulce!" me salió del alma abrazarlo. Si bien me dí cuenta al instante que no daba, porque había más gente alrededor y yo parecía un gato del Director de esa empresa, la cagada ya estaba hecha. Lo solté rápido y me puse violeta de la vergüenza.

Yo: "AYYY me olvidé dónde estábamos, perdón perdón perdón"

Miguel: "pfff, soy la envidia del lugar, ahora todos van a querer cerrar negocios conmigo, despreocupate!"

Me hizo reír y seguimos charlando pavadas. 

Al ratito, volví a mi puesto, habré estado unas dos horas más y se terminó el evento. Los pies me mataban. Me quedé sentada viendo como juntaban todo y esperé a Miguel. A los 40 minutos lo veo llegar algo agitado, medio a las corridas. 

"Uy se fueron todos ya no?"

Yo: "si si, quedaron los de mantenimiento y yo jajaja"

Miguel: "la puta madre, es que necesitaba pedir que te lleven de vuelta. Tengo que reunirme un rato más con gente de acá que quieren cerrar un negocio"

Yo: "Tranqui Migue, no pasa nada, veo como volver. Sos un amor que te preocupaste pero de verdad, no es tu responsabilidad!"

Miguel: "nooo ni loco te dejo irte sola. Bancame acá".

A los 10 minutos vuelve y me da una llave. 
Mirá, acá tienen unas habitaciones, les pedí que me den una, tirate una siesta lo que quieras. Después te volvés conmigo. 

No me dió ni tiempo de responder que se fué y me dejó la llave. 

Busqué la habitación, me cambié y me tiré sobre la cama a dormir un poquitito, estaba fusilada. 

Cuando me levanté, ya estaba de noche afuera. Supuse que seguirían negociando o algo por el estilo. Aproveché que tenía ducha y me metí a bañar, era un paso menos para cuando vuelva y esas duchas sin dudas estaban mejor que la residencia! Incluso post ducha, había unas cremas corporales, así que me fui poniendo por todo el cuerpo. Empecé por el cuello, los hombros, los brazos, las tetas, la panza y la cola. Cuando empecé con las piernas, escucho la puerta abrirse, me desesperé y me puse rápido lo único que tenía a mano. Era la camisa de la empresa, abroché 2 o 3 botones con suerte y apareció Miguel.

"PERDÓN CECI, NO SABÍA!"

La escena era yo, la camisa blanca de la empresa con solo 3 botones máximo abrochados, sin tanga y que apenas me cubría la mitad de la cola. Traté de taparme pero era casi imposible. 

"JAJAJA" me entró una risa nerviosa

Miguel miró para otro lado y se puso de costado a mí. 

"Tenía que haber tocado la puerta disculpame"

Yo: "ya está, que ibas a saber que yo me fuí a duchar! Pasame la ropa porfi de arriba de la cama y ya nos podemos ir!"

Miguel evitandome con la mirada buscó mis prendas y estirando el brazo, como si yo estuviera infectada, me las alcanzó. 

En ese movimiento, pude ver que tenía la pija totalmente dura. El pantalón de traje estaba marcado y evidenciando su erección. 

Algo en mí se activó. No sé si su perfume, los recuerdos de la última vez o la forma en la que estaba exhibida para él. Pero tuve el impulso de agarrarlo de la mano y darle un abrazo como el del mediodía. La diferencia, es que esta vez podía sentirle la pija dura contra mi vientre y yo estaba sin tanguita y semidesnuda en una habitación sola con él. 

No dudó. Me abrazó agarrando mi cintura bien abajo, casi donde nacia ni cola. 

"Puedo pedirte un favor?" Me dijo él.

"Un masaje?" Le respondí. 

Se rió y se aflojó la corbata. 

Se fué sacando la ropa delante mío, hasta quedar con la pija dura apuntando a mí. 

Otra vez estaba en una habitación a solas con él. Otra vez el señor que me doblaba la edad (o más) estaba desnudo frente a mí. Su cuerpo seguía tan bien como aquella primera vez. Algunos pelitos blanco en el pecho eran los únicos que podían delatar su edad si omitiamos su barba y pelo del mismo color. 

Agarré el mismo pote de crema que había usado en mi y con la otra mano lo agarré a él, llevándolo a la cama. En ese corto trayecto por la habitación, fuí adelante y le habré regalado una vista a mi cola y quizás algo más. No lo sé. 

Lo acosté y esta vez elegí empezar con él boca arriba. Me senté sobre sus piernas, dejando que su pija se apoye suave contra mi pelvis. Yo empecé a masajear su pecho y ví como él otra vez se regalaba a mis manos. 

Iba bajando hasta su pelvis, llegando casi hasta su pija y volvía a subir. Jugaba con los pelitos de su pecho y repetía. 

Cuando me inclinaba para llegar hasta masajear su cuello, ya era mi conchita la que quedaba contra su verga dura. Empecé a sentir el calor de su miembro contra mis labios. Una humedad se hizo presente y sentí cómo le fui mojando su tronco en cada intento de acariciar su cuello. 

Me quise calmar un poco, volví unos centímetros más atrás y acariciaba sus brazos, bajando hasta llegar a sus manos y dedos. Su anillo en el dedo tendría que haber sido algo que me frene. El problema que fue todo lo contrario. Agarré esa mano y la llevé a mi pecho. Dejé que él me corra lo poco la camisa cubría y se divierta jugando con mi pezón. 

Había abierto los ojos y no se perdía de ningún centímetro de mi cuerpo. Me desabrochó la camisa y me dejó totalmente desnuda arriba de él. 

Yo seguí con mi masaje en su pecho. Él con el mío. 

"Ceci, te puedo pedir un favor más?" me dijo con la voz entrecortada...

"Si Migue" con voz tierna mientras me acercaba a su boca con mis manos en su pecho y nuestros sexos otra vez enfrentados. 

"Me hacés acabar?"

Nunca tan pocas palabras me habían calentado tanto. Una frase me hizo mojarme, literalmente. 

Le dí un beso muy chiquito, casi un piquito en los labios y bajé de la cama. 

Me puse de rodillas al borde de la cama y lo traje más cerca. Esta vez, no lo iba a masturbar. Tenía la necesidad de petearlo. Así que eso hice. Acerqué mis labios a su cabecita y empecé a bajar dándole besos. Llegaba hasta la base del tronco y seguía hasta sus bolas. Empecé a intercalar los besos con lamidas, fui subiendo y bajando, recorriendo toda su pija con mi lengua. Tenía las venas marcadas y eso me encantaba. 
Cuando ví que estaba por explotar. Le di el gusto y me tragué toda su pija sin darle tiempo de pensar. Giraron sus ojos y se agarró fuerte de la sábana. Ahí empecé a mamarlo con toda velocidad. Me agarraba fuerte de su cintura y desaparecía su pija entre mis labios. 

Él jadeaba, respiraba entre cortado y suspiraba. 

Cada vez la intensidad crecía y cada vez se iba poniendo más loco. 

Mientras me seguía devorando todo su glande, él por primera vez tomó el control. Me tiró del pelo y me sacó, dejando un puente finito de saliva entre mis labios y su pija. Se paró, apuntó la verga a mi boca y me la empezó a coger sosteniendome de la cabeza. 

Glu glu glu glu... Era lo único que se escuchaba. 

Glu glu glu seguía.

Glu glu glu glu glu... Lo único que podía sentir aparte de su pija en mi garganta, era la saliva que caía por mis tetas. 

Yo seguía recibiendo esa penetración oral a la que me tenía sometida. Algunas lágrimas caían de mis ojos producto de la asfixia pero nunca atiné a dejar de ofrecer mi boca para él. 

Glu glu glu glu... 

Hasta que la sacó y pajeandose en mi cara, empezó a largar hilos de leche que fueron a parar a mi frente, nariz, labios y tetas. La ducha que me había dado, había perdido sentido. Estaba transpirada, despeinada y llena de leche.

No se conformó, apoyó en mis labios su pija que ya dejaba había dejado de eyacular y con un movimiento de cadera, empujó para que se abran y me la dió a limpiar. 

Cumplí. Irónicamente yo era la única con leche encima ahora. 

Él cayó rendido a la cama. Yo me metí a la ducha de nuevo y cuando salí, me estaba esperando nuevamente inmaculado de traje.

Esta vez, le regalé toda mi desnudez mientras preparaba mis cosas y me cambiaba. 

Él sólo se sentó a mirar y disfrutar. 

Ya con todas mis cosas ordenadas, me cambié y me puse mi ropa original. 

Volvimos al centro y me dejó en la residencia casi 11 de la noche. 

Cuál tonta que nunca aprende, me bajé del auto y le agradecí por todo.

"Ceci pará! No te pagué. Tomá"

Me dió un sobre que tenía el logo de la empresa y aparte 1500 dólares. Lo más gracioso que fue con la mano en la que llevaba el anillo. La misma que horas más tarde estaba sobre mis tetas. 

Entré a la residencia, fuí a mi habitación y casi como un ritual, me saqué la ropa y me masturbé hasta acabar. 

1 comentarios - Una chica sencilla (9)

Pervberto +2
La adaptación a la gran ciudad no fue un problema para esta chica sencilla, despierta y sensual. La narración nunca pierde su tensión y agrega una potente elegancia libidinosa.
BohemianFantasy +1
🥰♥️ amo