Algo que siempre me fascinó de las turras desde el primer día que conocí a mi luchona hasta anoche inclusive es la la caja de sorpresas que puede ser vivir con ellas. Nunca sabes que puede pasar que va a ocurrir ese día o esa noche. A veces los días más normales más tranquilos terminan teniendo las mejores historias y en muchos casos los mejores garches.
Mi cuñadita estaba completamente desatada y buscaba terminar de atraparme definitivamente. Las hormonas las tenía a mil y la concha prendida fuego. Poco y nada importaba el embarazo que crecía dentro suyo. Al contrario eso incrementaba por completo su sed de verga. Me buscaba me provocaba constantemente cada vez que nos cruzabamos por la casilla. Me decía cosas al oído o me apoyaba la cola en mi bulto incluso aveces me lo manoteaba. Jugando demasiado con fuego. Incluso aveces y pese a la calentura yo le decía: "para para que nos va a encontrar tu hermana" a lo que la muy putona me respondía con un: "y que mierda me importa que sepa lo cornuda que es".
Una tarde un familiar de la familia turra nos regaló a Jésica y a mi una cuna. Pertenecía al hijo de no se quién y como ya no la usaba nos la daba para nuestra bendi. Mi luchona muy típico de ella no le dió mucha importancia y básicamente la tiró en la pieza así nomás ni la acomodo y quedó ocupando un poco más del poco espacio que había disponible. Tan poca bola le dió que hasta empezó a apoyar ropa ahí a tal punto de dejar tanguitas hilito de ella colgando en el borde de la cuna. Les puedo asegurar que era bastante exitante ver colgadas las tanguitas hilito de mi luchona en el borde de la cuna que para peor nos habían regalado.
Esto evidentemente hizo despertar un grado más de putez en mi cuñadita. Porque al notar las tangas colgadas de mi turra le dieron ganas de marcar a ella el territorio también. Abrían pasado cuatro o cinco días de que nos habían regalado la cuna cuando por fin una tarde quedamos solos con mi cuñadita en la casa. Milagro divino. Mi suegra de fue con el macho, las hermanas andaban ocupadas y mi luchona se había ido a buscar unas cosas a lo de su tío. Si yo también dude si realmente era su tío o si alguien se la estaba garchando. Porque acá la palabra fidelidad no existe evidentemente. Pero eso lo sabremos más adelante. Antes de que se fuera ya con mi cuñadita nos veníamos mirando y comiéndonos con la mirada mal. Para peor ella casi que me desfilaba con una calsita blanca que literal se le transparentaba absolutamente todo. Podía ver con mucha claridad el triangulito diminuto de una tanguita hilito roja bien fuerte. Le quedaba un espectáculo. Un poco asomado el hilito por sobre la calza lo que la hacía turra completa. Una remerita cortita sin corpiño marcaba bien sus hermosos pezones chiquitos. Se le notaban mucho los timbres bien marcados en la ropa por no usar corpiño y eso me volvía loco.
Cuestión que apenas nos quedamos solos en la casilla mi cuñada y yo nos fuimos uno encima del otro. Comenzamos a comernos a besos mal a chapar con todas las ganas acumuladas. Rápido le saque la remerita corta y al quedar sus pequeños pezones frente a mi comence a comérselos. Primero le pasaba la lengua despacio pero luego pase a chuparselos con más salvajismo incluso dejándole un par de chupones en las tetas. La muy turrita disfrutaba de que le dejé los chupones y gemia fuerte diciéndome: "seguí papi seguí". Mi verga estaba completamente dura bien parada y cabezona. Ella me la manoteaba y apretaba calentandome más y haciendo que se me ponga más parada. Yo le apretaba fuerte los cachetes de la cola y su tanguita hilito asomaba aún más por encima de la calsa.
La muy turra me llevo para la pieza se apoyo con las dos manos en el borde de la cuna de la bendi y me dijo: "garchame toda". (Aclaración obvia no estaba el nene). Que haga eso me voló aún más la cabeza y me subió la calentura a otro nivel. Yo la baje la calsita y la tanguita de golpe y dejé su desnuda cola frente a mi verga parada a punto de clavarse en su concha. Se le metí como siempre sin forro piel con piel dejando que su flujo haga que mi verga se ensarte y clave hasta el fondo de su concha. Ahí comencé a bombearle verga mientras ella seguía apoyada en la cuna de la bendi. Más pija le daba a mi cuñadita y ella más gritaba. Tenía esos gritos agudos típico de pendejita alzada y caliente mal. Esos gritos bien exagerados que te vuelven loco. "Aaaaiiii siiiiiiiiiiii aaaaaiiiiii siiiiiiiiii". Gritaba mientras yo le daba verga como loco. Toda la situación hacia que yo sintiera la verga a punto de estallar.
Mientras yo le bombeaba verga ella giraba aveces un poco la cabeza para comerme la boca pero sin dejar de apoyarse en la cuna. No le importaba absolutamente nada y me pedía más y más verga bien adentro suyo. El riesgo de que alguien llegue era evidentemente porque hacía rato que estábamos garchando y eso aumentaba todo el morbo y la calentura. En pleno bombeo de verga mi cuñadita tuvo un hermoso y muy caliente orgasmo. Tal vez el mejor que tuvimos juntos. Comenzo a acabar chorros sarpados que salpicaban para todos lados. Mis pies mis piernas el piso parte de la cuna todo absolutamente todo. Era como una canilla abierta y largaba y largaba ese flujo que me tenía hiper caliente y maravillado a la vez. El sentir todo eso aceleró al máximo mi calentura y entrecerre los ojos para dejarme llevar por completo.
Le llene la conchita de leche a rebalsar fue una acabada increíble. Sentía salir y salir mi leche caliente de mi verga y entrar toda en su conchita apretadita. Quedó revalsada de leche mal. Ella se dió vuelta y me dió un buen beso en la boca y me dijo: "no te olvides que SOS mío y no de esa cornuda".
Se pasó su mano por la concha flujeada y enlechada y se la limpio en la madera de la cuna. No conforme con eso agarro una remerita de mi turra que estaba ahí apoyada y se la paso bien por la concha limpiándose la acabada y el flujo. La tiró toda echa un bollo y empapada dentro de la cuna. Me clavo los ojos con fuego y me dijo: "a ver qué le decis".
Mi cuñadita estaba completamente desatada y buscaba terminar de atraparme definitivamente. Las hormonas las tenía a mil y la concha prendida fuego. Poco y nada importaba el embarazo que crecía dentro suyo. Al contrario eso incrementaba por completo su sed de verga. Me buscaba me provocaba constantemente cada vez que nos cruzabamos por la casilla. Me decía cosas al oído o me apoyaba la cola en mi bulto incluso aveces me lo manoteaba. Jugando demasiado con fuego. Incluso aveces y pese a la calentura yo le decía: "para para que nos va a encontrar tu hermana" a lo que la muy putona me respondía con un: "y que mierda me importa que sepa lo cornuda que es".
Una tarde un familiar de la familia turra nos regaló a Jésica y a mi una cuna. Pertenecía al hijo de no se quién y como ya no la usaba nos la daba para nuestra bendi. Mi luchona muy típico de ella no le dió mucha importancia y básicamente la tiró en la pieza así nomás ni la acomodo y quedó ocupando un poco más del poco espacio que había disponible. Tan poca bola le dió que hasta empezó a apoyar ropa ahí a tal punto de dejar tanguitas hilito de ella colgando en el borde de la cuna. Les puedo asegurar que era bastante exitante ver colgadas las tanguitas hilito de mi luchona en el borde de la cuna que para peor nos habían regalado.
Esto evidentemente hizo despertar un grado más de putez en mi cuñadita. Porque al notar las tangas colgadas de mi turra le dieron ganas de marcar a ella el territorio también. Abrían pasado cuatro o cinco días de que nos habían regalado la cuna cuando por fin una tarde quedamos solos con mi cuñadita en la casa. Milagro divino. Mi suegra de fue con el macho, las hermanas andaban ocupadas y mi luchona se había ido a buscar unas cosas a lo de su tío. Si yo también dude si realmente era su tío o si alguien se la estaba garchando. Porque acá la palabra fidelidad no existe evidentemente. Pero eso lo sabremos más adelante. Antes de que se fuera ya con mi cuñadita nos veníamos mirando y comiéndonos con la mirada mal. Para peor ella casi que me desfilaba con una calsita blanca que literal se le transparentaba absolutamente todo. Podía ver con mucha claridad el triangulito diminuto de una tanguita hilito roja bien fuerte. Le quedaba un espectáculo. Un poco asomado el hilito por sobre la calza lo que la hacía turra completa. Una remerita cortita sin corpiño marcaba bien sus hermosos pezones chiquitos. Se le notaban mucho los timbres bien marcados en la ropa por no usar corpiño y eso me volvía loco.
Cuestión que apenas nos quedamos solos en la casilla mi cuñada y yo nos fuimos uno encima del otro. Comenzamos a comernos a besos mal a chapar con todas las ganas acumuladas. Rápido le saque la remerita corta y al quedar sus pequeños pezones frente a mi comence a comérselos. Primero le pasaba la lengua despacio pero luego pase a chuparselos con más salvajismo incluso dejándole un par de chupones en las tetas. La muy turrita disfrutaba de que le dejé los chupones y gemia fuerte diciéndome: "seguí papi seguí". Mi verga estaba completamente dura bien parada y cabezona. Ella me la manoteaba y apretaba calentandome más y haciendo que se me ponga más parada. Yo le apretaba fuerte los cachetes de la cola y su tanguita hilito asomaba aún más por encima de la calsa.
La muy turra me llevo para la pieza se apoyo con las dos manos en el borde de la cuna de la bendi y me dijo: "garchame toda". (Aclaración obvia no estaba el nene). Que haga eso me voló aún más la cabeza y me subió la calentura a otro nivel. Yo la baje la calsita y la tanguita de golpe y dejé su desnuda cola frente a mi verga parada a punto de clavarse en su concha. Se le metí como siempre sin forro piel con piel dejando que su flujo haga que mi verga se ensarte y clave hasta el fondo de su concha. Ahí comencé a bombearle verga mientras ella seguía apoyada en la cuna de la bendi. Más pija le daba a mi cuñadita y ella más gritaba. Tenía esos gritos agudos típico de pendejita alzada y caliente mal. Esos gritos bien exagerados que te vuelven loco. "Aaaaiiii siiiiiiiiiiii aaaaaiiiiii siiiiiiiiii". Gritaba mientras yo le daba verga como loco. Toda la situación hacia que yo sintiera la verga a punto de estallar.
Mientras yo le bombeaba verga ella giraba aveces un poco la cabeza para comerme la boca pero sin dejar de apoyarse en la cuna. No le importaba absolutamente nada y me pedía más y más verga bien adentro suyo. El riesgo de que alguien llegue era evidentemente porque hacía rato que estábamos garchando y eso aumentaba todo el morbo y la calentura. En pleno bombeo de verga mi cuñadita tuvo un hermoso y muy caliente orgasmo. Tal vez el mejor que tuvimos juntos. Comenzo a acabar chorros sarpados que salpicaban para todos lados. Mis pies mis piernas el piso parte de la cuna todo absolutamente todo. Era como una canilla abierta y largaba y largaba ese flujo que me tenía hiper caliente y maravillado a la vez. El sentir todo eso aceleró al máximo mi calentura y entrecerre los ojos para dejarme llevar por completo.
Le llene la conchita de leche a rebalsar fue una acabada increíble. Sentía salir y salir mi leche caliente de mi verga y entrar toda en su conchita apretadita. Quedó revalsada de leche mal. Ella se dió vuelta y me dió un buen beso en la boca y me dijo: "no te olvides que SOS mío y no de esa cornuda".
Se pasó su mano por la concha flujeada y enlechada y se la limpio en la madera de la cuna. No conforme con eso agarro una remerita de mi turra que estaba ahí apoyada y se la paso bien por la concha limpiándose la acabada y el flujo. La tiró toda echa un bollo y empapada dentro de la cuna. Me clavo los ojos con fuego y me dijo: "a ver qué le decis".
18 comentarios - Mi cuñadita me garcha apoyada en la cuna (cap 28)