Estoy separado de mi ex pareja hace más de un año. Empezamos a incursionar en el tema del cuckold pero se enamoró del corneador y empezó una relación con el. Entendí que no podía ser parte de eso y me fui.
Sin embargo tenemos una relación cercana por nuestros hijos. Hablamos todos los días y más de una vez me quedé a cuidar a los chicos mientras ella salía "a despejarse".
Mi ex es una mujer flaquita. De 1,65. Con tetas normales pero con un culo precioso que dan ganas de quedarse mirándolo todo el tiempo. Ese culo es mi perdición, a pesar de que en 5 años de relación solo me dejó hacérselo unas pocas veces.
Lo que voy a contar en este post es algo que paso ayer.
Teníamos que arreglar un tema de plata y nos juntamos en su casa. Y como el día estaba agradable aprovechamos para ir a la plaza con los chicos.
La charla venía normal. Hasta que de pronto ella la desvío al tema de anticonceptivos "informales". Me preguntaba si conocía técnicas para no quedar embarazada fuera de las parrillas anticonceptivas. Me comentó el famoso coitus interruptus a lo que le respondí que no era muy efectiva, e inocentemente le pregunté porque no era una opción el preservativo.
Este fue el momento en que su cara cambio. Los chicos estaban jugando lejos y no nos escuchaban así que se sentía libre para compartir. Me comentó que estaba hablando con un paraguayo y que lo que había visto en fotos la había dejado sorprendida. Fue como una patada al pecho. Abrí los ojos como platos y me quedé sin palabras, con la boca semi abierta. Ella entendió que me tenia en dónde quería, y sin dudarlo un segundo saco su teléfono, abrió la galería y me mostró una foto.
¡Que pedazo de verga, por favor! Era increíble y si mis ojos tenían el tamaño de platos ahora eran como dos pizzeras. Se veía en la foto a un flaco marcado, desde el cuello hasta los pies. Solo vestia una remera que se la había levantado para mostrar los abdominales y dejaba ver una verga inmensa. Larguísima y gruesa como siempre me confesó que le gustaban. Le gustaba sentir como su cuerpo se esforzaba por albergar tremendos pedazos y yo con mis 16 cm apenas podía satisfacerla.
No lo podia creer a lo que veía. Moría de envidia y a la vez de calentura. A pesar de estar separados nunca deje de fantasear con ella y con volver a cojerla. Pero viendo lo que ví sabía que esa idea era imposible.
-te felicito- fue lo único que alcance a decir. Rojo de bronca y vergüenza.
En seguida aprovecho para pedirme un favor. Cómo yo no me había tomado vacaciones todavía, me pidio que me quedé toda una semana con los chicos para poder disfrutar de ese pedazo. Así me lo pidió. Sin ningún rodeo.
No sabía que decir. Era un pedido injusto. Sabía que por más que trabajará desde casa mis jefes me exigían un nivel de compromiso que al cuidar a los niños no les podía dar. Corría riesgo mi puesto de trabajo. Pero la calentura fue más fuerte. La imaginaba ensartada con esa vergota. Gritando de placer como jamás lo hizo conmigo. Y solo dije -si-.
Hace una semana que los chicos están conmigo y cada vez que le escribo tarda mucho en contestarme. Imagino que no habrá desperdiciado ni un minuto de placer con ese semental de Paraguay. Mañana la voy a ver y espero que por lo menos me cuente un pequeño detalle para volver a mi casa y masturbarme imaginando la situación.
Dejo una foto ilustrativa de algo parecido a lo que ví.
Si llegaron hasta acá y les gusta el tema del cuckold me gustaría poder charlar con ustedes acerca de las fantasías que tenemos y del placer que viene con la humillación.
¡Buenas noches!
Sin embargo tenemos una relación cercana por nuestros hijos. Hablamos todos los días y más de una vez me quedé a cuidar a los chicos mientras ella salía "a despejarse".
Mi ex es una mujer flaquita. De 1,65. Con tetas normales pero con un culo precioso que dan ganas de quedarse mirándolo todo el tiempo. Ese culo es mi perdición, a pesar de que en 5 años de relación solo me dejó hacérselo unas pocas veces.
Lo que voy a contar en este post es algo que paso ayer.
Teníamos que arreglar un tema de plata y nos juntamos en su casa. Y como el día estaba agradable aprovechamos para ir a la plaza con los chicos.
La charla venía normal. Hasta que de pronto ella la desvío al tema de anticonceptivos "informales". Me preguntaba si conocía técnicas para no quedar embarazada fuera de las parrillas anticonceptivas. Me comentó el famoso coitus interruptus a lo que le respondí que no era muy efectiva, e inocentemente le pregunté porque no era una opción el preservativo.
Este fue el momento en que su cara cambio. Los chicos estaban jugando lejos y no nos escuchaban así que se sentía libre para compartir. Me comentó que estaba hablando con un paraguayo y que lo que había visto en fotos la había dejado sorprendida. Fue como una patada al pecho. Abrí los ojos como platos y me quedé sin palabras, con la boca semi abierta. Ella entendió que me tenia en dónde quería, y sin dudarlo un segundo saco su teléfono, abrió la galería y me mostró una foto.
¡Que pedazo de verga, por favor! Era increíble y si mis ojos tenían el tamaño de platos ahora eran como dos pizzeras. Se veía en la foto a un flaco marcado, desde el cuello hasta los pies. Solo vestia una remera que se la había levantado para mostrar los abdominales y dejaba ver una verga inmensa. Larguísima y gruesa como siempre me confesó que le gustaban. Le gustaba sentir como su cuerpo se esforzaba por albergar tremendos pedazos y yo con mis 16 cm apenas podía satisfacerla.
No lo podia creer a lo que veía. Moría de envidia y a la vez de calentura. A pesar de estar separados nunca deje de fantasear con ella y con volver a cojerla. Pero viendo lo que ví sabía que esa idea era imposible.
-te felicito- fue lo único que alcance a decir. Rojo de bronca y vergüenza.
En seguida aprovecho para pedirme un favor. Cómo yo no me había tomado vacaciones todavía, me pidio que me quedé toda una semana con los chicos para poder disfrutar de ese pedazo. Así me lo pidió. Sin ningún rodeo.
No sabía que decir. Era un pedido injusto. Sabía que por más que trabajará desde casa mis jefes me exigían un nivel de compromiso que al cuidar a los niños no les podía dar. Corría riesgo mi puesto de trabajo. Pero la calentura fue más fuerte. La imaginaba ensartada con esa vergota. Gritando de placer como jamás lo hizo conmigo. Y solo dije -si-.
Hace una semana que los chicos están conmigo y cada vez que le escribo tarda mucho en contestarme. Imagino que no habrá desperdiciado ni un minuto de placer con ese semental de Paraguay. Mañana la voy a ver y espero que por lo menos me cuente un pequeño detalle para volver a mi casa y masturbarme imaginando la situación.
Dejo una foto ilustrativa de algo parecido a lo que ví.
Si llegaron hasta acá y les gusta el tema del cuckold me gustaría poder charlar con ustedes acerca de las fantasías que tenemos y del placer que viene con la humillación.
¡Buenas noches!
3 comentarios - La confesión de mi ex