You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Mi, prima, Mara Capítulo 2 (Reedición 2023)

Buenas, excelente 2024!!

En esta oportunidad, vuelvo a traer el segundo capítulo de una historia que cambió los relatos para adultos para siempre.

Todo inició como publicaciones esporádicas de capítulos cortos en el sitio y, hoy en día, hay más de 10 sagas diferentes, publicadas y registradas por mi autoría.

Para todos aquellos que aún no han leído esta historia, aquí dejo el segundo capítulo completo y reeditado del relato que lo cambió todo.

Como todo autor, requiero de mucho esfuerzo, tiempo y dedicación para crear cada historia, por eso es muy importante que me sigan en las redes como HIPHOP911OK o HIPHOP911.WEBNODE.PAGE, donde salen constantes actualizaciones sobre las obras.

Sin más que decir, un agradecimiento a ustedes, que vienen siguiendo mi contenido desde hace más de 7 años.

Como muchos sabrán, la historia comienza con "Mi prima, Mara" y continúa con "Mi prima, Mara: El camino de la tentación" y "Mi prima, Mara III". Sin embargo, también hay una continuación alterna de "El camino..." con los libros "Mi prima, Mara 2.5" y " Mi prima, Mara 2.8", lo cuál sirve como una especie de "what if", si uno de los personajes hubiera optado por tomar una decisión clave, de manera distinta, en un momento específico.

Asimismo, hay numerosos "spin off" se conectan con las historias y los cuáles los lectores, deberán investigar con cuál de ellas lo hace.

Toda la info está en el insta HIPHOP911OK y en la pag. hiphop911.webnode.page

Saludos!!


Mi prima, Mara. Capítulo 2

ISBN 978-987-88-0210-7

Ese calor...

Era una foto de ella. Mi corazón latía a mil. Tremenda imagen tenía delante. Estaba ella en el costado de la pileta, de espalda, apoyada en el atérmico. Sacando cola para afuera con una tanga súper finita roja, que se enterraba en su cola.
Pero eso no era todo, estaba en topless. Sí, en topless. La verga se me puso a mil... No se le veían las gomas, pero estaba toda mojada casi, con el pelo planchado que le llegaba a la cintura. Me hizo derretir...
Pero lo más lindo de todo, era el terrible papo que se veía casi en primer plano. La imagen era increíble, en alta definición. Podía ver que la tirita de la tanga, apenas le llegaba a cubrir el agujerito de cola. Que por cierto, era tan grande que ocupaba casi toda la pantalla del monitor. Nunca había visto nada igual.
Fueron los 15 segundos mejores invertidos de mi vida. Quedé idiotizado. Hasta que sentí un ruido. Mara estaba volviendo con el helado, por lo que en una gran maniobra de habilidad notable, volví a dejar todo como estaba y me puse a mirar el celu, con la mayor cara de póker jamás puesta.
Todo parecía normal, salvo un detalle. Lo terriblemente encarpado que estaba. Para colmo ella solo estaba vestida con un shorcito de tela negro, más chico que mi bóxer y una remera sin mangas, rosa, con cuello redondo bastante grande, lo que provocaba que en algunos movimientos sus pechos se inflaran y salieran para arriba, quedando casi hasta la mitad a la vista.
Era un privilegio de pocos ver toda esa piel.
-No te me comas el dulce de leche.- Me dijo y se sentó al lado mío con el pote en una mano.
-¡Va a ser difícil, me encanta!.- Le digo con mi mejor cara de actor nominado al Óscar.
-Bueno, compartimos, primito.-
En ese momento, y yo tapando mi erección con la mano y el celu, se puso a revisar las cosas de la pc.
-¡Uy, qué quilombo!.-
-Sí, jaja. Hacé click derecho y cerrá todo.- Le dije en un ataque de rapidez mental, para que no nos encontráramos con tal dichosa foto.
-No, gor. Tengo páginas abiertas con procesos. No puedo cerrar todo de una.-
Ahí fue cuando mi corazón se aceleró otra vez. Viendo las cosas que estaban activas, se puso la foto de ella que había visto hacía solo unos instantes.
Yo me quedé duro, literalmente. Ella me miró y entró en pánico. Quería cerrarla, pero de los nervios no le pegaba a la cruz. Era una foto tremenda… Pero yo, en un acto de caballerosidad, comencé a mirar a otro lado hasta que la pudo sacar.
Estaba nerviosa, pero le notaba una leve sonrisita como diciendo “otra vez”.
-Perdón, no me acordé de estaba abierta la imagen, soy un desastre.- Exclamó mirándome.
-Jaja no pasa nada, muy buena foto eh.- Le dije para normalizar un poco.
-Bueno gracias.- Estaba roja como un tomate
-Ya veo para que queres la cámara, jeje.
-Ay, callate. No es así.- Con tono de preocupación y bajando un poco la cabeza
-Te estoy jodiendo Mar, no te pongas mal. Muy buena foto, la verdad.
-¿Te parece?.- Expresó con rostro de intriga.
-¡Obvio!.- Ella seguía roja y me miraba con timidez con esos ojazos verdes, toda ruborizada. Dios, era hermosa!
-Seguro vas a creer cualquier cosa de mí…-
-¿Cómo?.- Le pregunté extrañado.
-Sí, debes pensar que estoy todo el día entangada, sacándome fotos...
Qué lindo era escucharla hablar así. Me miraba como esperando que le contestara algo para seguir justificándose.
-Nada que ver. Además si no lo haces teniendo ese terrible cuerpo...
-¡Basta, que vergüenza! ¡Me viste en pelotas dos veces en el mismo día!.- Dijo agarrándose la cabeza. Yo trataba de desdramatizar todo. Además, me fascinaba oírla hablar de esa manera.
-Primero, no estabas en pelotas y segundo, tengo la suerte de mi lado.- Le dije intentando hacerme el gracioso.
-Quizá la primera foto casi no la viste, pero acá, tuviste mi cola casi en la cara y súper entangada.- Exclamó colorada y levantando levemente una ceja. Que hermosa...
En ese momento la pija me empezó a crecer más y más. Y noté que ella tenía marcados los pezones en la remera. No sé si por nervios o por haberse sentido por un momento excitada.
No sabía qué decirle, así que la remé como pude.
-Está bueno sacarse fotos, yo también lo hago. No es nada malo.
-Sí pero yo no te vi en pelotas a vos, nene.- Me decía con una sonrisa algo irónica.
-Yo tampoco te vi en pelotas, no seas exagerada.- Le dije con tono de superación, pero más excitado por sus palabras. Me hizo volar notar sus pezones así...
-Falta que me veas las tetas ahora.- Me dijo, levantándoselas con sus manos.
Ahí me puse colorado yo. Se apretó las gomas delante de mí. Lo había hecho otras veces bromeando. Pero nunca estando tan descubiertas. Yo le clavé la mirada en ese momento. No pude evitarlo. Casi la mitad de sus tetas estaban a la vista. ¡Que hermosos melones!
Se percató de que se las estaba mirando, atónito.
-¿Qué? Me dijo con tono algo provocativo.
-No, nada.- Le dije incrédulo. Estaba sufriendo y mucho...
-¿Que pensaste que iba mostrártelas?
-¿Qué cosa? Le dije con cara de logi, pero sabiendo la respuesta. Ya sentía las primeras gotas de leche que se me salían. No quería que terminara nunca esa conversación tan chancha.
-Las gomas, primo. Te pusiste todo rojo como si te las fuera a mostrar…- Dijo, desafiante.
-Estas loca vos, jaja.
-Mmmm...
-¿Mmmm, qué? Le dije con un tono levemente prepotente.
-Si queres... te las muestro.- Me dijo poniéndose una mano en el pelo y mordiéndose apenas el labio.
Ahí sentí una puntada en la verga. Estaba a punto de acabar. Me quedé inmóvil. No sabía qué decir. Fueron 10 segundos eternos. Nunca me había sentido tan descolocado en mi vida. ¿Posta me estaba diciendo eso?
Cuando finalmente expresó:
-¡Es un chiste, boludo! Como te voy a mostrar las tetas jaja
Aunque por un pequeño momento lo creí cierto, bajé a la superficie terrestre de inmediato. Me estaba excitando demasiado ya.
-Estás en graciosa…- Le dije como pude.
-No me digas que te la creíste...
-¡No, no!.- Le expresé intentando no quedar en ridículo.
-¿Seguro?.- Y me miraba sabiendo que me la creí por un momento.
-Te pensas que no te conozco…- Le dije con cara de pinocho.
-Jaja está bien. ¡Espero!.- Y otra vez esa cara ratonera que me volvía loco.
-Jaja.- Le sonreí mientras el helado ya estaba casi todo líquido. Yo había agarrado el pote y me lo había apoyado en las piernas en un intento de bajar la calentura.
-¿De qué te reís?.- La seguía, agrandada.
-De que sos terrible. Divertidísima, pero terrible.
-Bien que te gustaría verme las tetas, ¡admitílo!.- Gesticulaba como haciéndose la importante.
-A cualquiera le gustaría.-
-¿Ah sí?.- Contestó sorprendida.
-¡Obvio!
-¿Y a vos?
Me tenía acorralado. Yo gambeteaba como el Diego en el 90´, pero ella quería la respuesta. Yo, sinceramente no sabía qué decir. Quizá se enojaría y no me hablaría más. No podía ser tan genuino contestandole. Pero esa mirada, con esa carita angelical... Esas pecas ruborizadas no ayudaban demasiado a la cuestión.
-Y...- Le digo despacio y arrastrando la tonada.
-¿Y, qué?.- Me interrumpe toda patotera pero para nada enojada.
-Estas re buena ¿por qué no te las miraría?. Además, ¿qué tendría de malo?.- Le dije con un coraje jamás visto en toda mi familia. Ella se puso violeta y rápidamente me contestó, visiblemente acalorada.
-¡Que primo degenerado, le gustan mis tetas! No lo puedo creer. ¿Y la cola también me la mirarías?.- Decía sin dar el brazo a torcer. Yo trataba de no mover ni un músculo para no acabarme todo.
Solo la mire como diciendo “sabes que sí”. Ella se sorprendió bastante, pero no se enojó ni nada. Era consciente de lo buena que estaba y yo era muy respetuoso en las formas. Me miró con complicidad y al observarle las gomas, vi que se había excitado. No lo iba a admitir, pero se notaban sus pezones haciendo presión contra la remera. Estaban demasiado duros. Se veían así...
Sentí que le gustaba hacer ese intercambio conmigo. Y yo estaba caliente como nunca.
-¿Sabes que no va a pasar, no?.- Expresó bajando la cabeza.
-¿Pasar qué?.- Riéndome.
-Espero que nunca me veas desnuda jaja.- Eran la muerte sus palabras, pero también, el cielo.
-Tampoco sería la muerte de nadie.
-¡Ay, no, qué vergüenza! ¡¡Bastaaa!! Mirá de lo que estamos hablando...
-Jajaja ¡Cómo te pones, Mar!
-Vos me pones así, diciendo esas cosas…
-Perdón, pero las decís vos.- Le dije como lavándome las manos.
-¿Yoooo?
-Sí, vos me estás diciendo todo el tiempo que te quiero ver en bolas...
-Sí, pero dijiste que no tendrías problema en verme... Sos un pervertidor de primas jaja.- Ya le estaba gustando el juego. Y a mí.
-Es que yo no veo cual sería el problema. Muchos se morirían por verte así y yo soy tu primo, no un extraño.- Le dije con valentía y madurez (sic).
-Sí ya sé que sos mi primo y que además me conoces, pero sería muy, muy vergonzoso para mi.- Me lo decía con sinceridad y de los nervios se aplastaba los melones con los brazos, formando dos globos. Qué dichoso me sentía…
-Yo no te estoy pidiendo nada. Solo te digo que no es la muerte de nadie...
-Bueno, pero espero que nunca pase. ¡Me muerooo!.- Manifestó mordiéndose el labio.
-Jaja ¡Todo bien!.- Tenía la pija doblada en el pantalón, ya me dolía.
-Quizá sueno re anti, ¿no?
-No, Mar, para nada. Me encanta hablar con vos. De cualquier cosa.
-Sos tierno... Y yo mala jeje. Vos me ayudas y después te hago sentir incómodo.
-No, nada que ver. Al contrario, me gusta hablar de estas cosas.
-¿Sí? Me alegra tener un confidente... Y admirador... jeje.- Exclamó con esa bendita mirada ratonera y guiñando un ojo.
-Obvio, podes contar conmigo para que te ayude elegir tus fotos, las de paisajes o...- Le dije con pudor.
-¿O cuáles?.-
Ella ya se sentía parte de ese intercambio. Participaba activamente. Era una bendición...
-En las que te saques a vos misma...- Le dije con seguridad, mirándola.
-Qué pibe pajero resultaste, eh.- Expresó cerrando los labios como dando un beso, tentada.
Ya no aguantaba.. Varias veces ya había escupido en el bóxer. En cualquier momento se venía.
-Otra vez con eso…- Le digo haciéndome el pobrecito.
-Na mentira, lindo. Ahora que lo pienso tenes razón. No me vas a ver en bolas, pero me podes ayudar a elegir algunas fotos de una marca que voy a hacer para Australian woods.
Me quedé mirando como “what?”. El sueño del pibe... No podía creer lo que escuchaba. Era lo más. Iba a disfrutar de ver fotos de ella entangada, posando… ¿Qué podía ser mejor que eso?
-¿De verdad?.- Expuse, incrédulo.
-¡Sí, me gustaría!.- Dijo sonriendo de una manera muy linda.
-Dale.- Le dije con una cara de alegría que se notaba a la legua.
-Pero después no te vayas a tocar, eh jeje
-¿Cómo?.- No creyendo lo que salía de su boca
-Sí, porque estás bastante pajerito conmigo.- Exclamó riéndose pero con cara de que sabía que así sería.
Seguían saliendo bocanadas de leche de mi verga. En cualquier momento se iban a empezar a notar.
-Jaja está bien, pero yo no soy la que le gusta que le digan lo buena que está todo el tiempo.- Le retruqué haciéndole caras.
-Ay, nakever, nene.-
Se hacía la cocorita pero cuando la apuraba un poquito reculaba enseguida.-
-Sí, es así. Te encanta jeje
-¿Ah, sí? ¿Cómo que me gusta que me digan?.- De a poco se animaba
-Y... Que te diga que sos hermosa, qué sé yo...
-¿Y qué más?.- Preguntó algo ansiosa por lo que pudiera decir
-Me gusta mucho el cuerpo que tenes.. Le dije tibiamente. No me quería zarpar.
-¿Pero qué partes te gustan?.- Los pezones duritos volvieron aparecer. Increíble que me preguntara eso.
-Sos alta. Tenes lindas piernas. Tu...- Me frené.
-¿Mi qué?.- Dijo mordiéndose alevosamente sus labios y abriendo los ojos.
-Tu cola, Mar. Es perfecta. Le dije muy seguro. Era arriesgado, lo sabía. Pero se lo dije.
-¿Te gusta mi cola, primo?.- Estaba hecha un tomate azul de la vergüenza, pero se notaba que le calentaba lo que le decía. Esas tetas estaban cada vez más infladas contra la ropa. Yo, hacía lo que podía para que no notara la excitación nivel “leyenda” que tenía. Entonces ella me miró ahí. Y abrió los ojos como sorprendiéndose mucho y, sonrió de costado, pero no dijo nada.
-¿Y hay algo más que te guste de mí?.- Tocándose el pelo de costado.
-Sí, no te ofendas porfa, pero tenes unas gomas terribles. Vuelven loco a cualquiera.- Le dije totalmente ido de mí.
Fue cuando pasó algo que nunca había ocurrido, me pareció escuchar un muy, muy leve gemido de su parte. Ya nada era normal, se estaba descontrolando todo. Entonces dijo:
-¡Qué lindo lo que decís, gracias!.- Muy colorada.
-¡No, de nada! Espero no te incomode
-Jaja un poco, pero me gusta lo que decís.- Lo decía nerviosa sin poder fijar la mirada.-
La excitación vivida esa noche era insuperable. Mara había estado diciendo todas esas cosas chanchas, se había ruborizado, excitado, todo en una noche. No me iba a olvidar nunca de eso.
En ese momento ella quiso cambiar la conversación. Me propuso si le podía ayudar a bajar unos filtros y unos programas para la pc. Yo, para no incomodarla más, le dije que sí y por el rato que seguimos despiertos, le hablé como si nada. Pero cada tanto nos mirábamos con esa complicidad divina, de saber lo que está pensando el otro. Era muy adictivo...
Esa noche, no me quedó alternativa. Me tuve que masturbar lindo. La cantidad enorme de leche que salió, fue impresionante. No sentía tanta culpa, ya que ella había contribuido activamente a que pasara.
Además, iba a ser una especie de asesor de sus fotos que por más que iban a ser normales, seguro algunas iban a ser hot. ¡Qué gran día!
Después, dormí como un bebe.
Pero antes de dormirme pensaba si ella también tendría ganas de tocarse... Por todo lo que pasó, que me miró el bulto varias veces, haciéndose la distraída en algunas, pero lo había hecho. Yo sabía que se había ido a dormir calentita. Y esa idea deambulando en mi cabeza, no se iba a ir así nomás...

1 comentarios - Mi, prima, Mara Capítulo 2 (Reedición 2023)

vergacorti
muy bueno. Bien hechas las correcciones 🙂