Con una escort en Mérida, Yucatan

Hola, escribo para compratir mi experiencia, espero les agrade.

Cogí con esta chica y lo que más resalta de su anatomía son sus nalgas redondas y firmes.

Llego muy seria, se presentó e inmediatamente se desnudó hasta quedarse en tanguita, lo que permitió lucir sus nalgas y sus senos, inmediatamente pregunto si me podía chupar la verga, a lo que tranquilamente respondí que después, que estaba más interesado en disfrutar la vista de su hermoso cuerpo.

Comencé besando su espalda, sus senos paráditos con forma puntiaguda, se ve que le gustó porque acerco mi cara más a su cuerpo, mientras besaba sus pezones y sentía como se iban erectando. Bese sus nalgas, su espalda, su cuello y cuando ella por iniciativa propia tomo mi pene, la recosté en la cama y seguí besando su cuerpo, manteniéndome cerca de su torso, sus senos, el veintre y sus hombros. Poco a poco fui bajando por su bajo vientre y pubis hasta llegar al nacimiento de sus labios.

Una vez que tuve mi boca en los pliegues de sus labios vaginales comencé a lamer muy lentamente, disfrutando el sabor que deja la orina y el comienzo de la lubricación en los labios, un sabor fuerte, intenso, que poco a poco se fue diluyendo mientras era sustituido por nuevos jugos vaginales que comenzaba a fluir de su vagina, el sabor y consistencia era delicioso, espeso, con algo de acidez y muy abundante. Estuve lamiendo, chupando saboreando hasta saciarme de su panochita, succionaba su clítoris y después bajaba mi lengua por sus labios vaginales para lamer toda su lubricación, mientras ella abría las piernas para permitir que mi lengua penetrara en su vagina, uniendo sus labios con los míos, mientras que sus músculos se contraían, indicándome que estaba disfrutándolo.

Varias veces mientras chupaba su panochita me empujó para evitar que siguiera, dándome a entender que algo le dolia, sin embargo no impedía que la siguiera comiendo, de hecho abría las piernas y sus fluidos seguian saliendo, finalmente despues de 3 o cuatro veces de empujarme momentaneamente, para despues permitirme seguir chupando, dijo con voz entrecortada, es que no me quiero venir; continue chupando su panochita hasta que sentí como se tensaba su pubis y se arqueaba su espalda, regalandome uno de los orgasmos más ricos, con una producción de líquido vaginal riquisimo.

Despúes pase a cogermela y la puse en la esquina de la cama y se la fuí metiendo lentamente alternando entre penetraciones lentas y penetraciones fuertes y rapidas, cada tanto bajaba a sus senos a morderlos y chuparlos, hasta que terminé de venirme.

Despúes de coger me dijo que le había gustado mucho como le chupé la panochita, que normalmente no se deja pero que yo le había hecho un trabajo excepcional.