Primeros pasos hacia mis cuernos 12
Los escuchaba en el baño reírse, charlaban, cada vez me sentía más celoso, asustado, estuvieron un montón de tiempo cuando salieron él dijo que nos invitaba a cenar, pasaron al cuarto, el llevaba su ropa, le pidió que se volviera a poner las medias y los zapatos, él se había cambiado, ella seguía desnuda sobre la cama esperando en cuatro, sacó del bolsillo del pantalón un plug anal, me pidió el lubricante lo tiro generosamente sobre el culito de ella y empezó a jugar con el aparatito ese, cuando lo metió, ella exhalo con un un profundo quejido,
-Podrás ir a comer así o es muy incomodo…
-Vemos…
-Bueno, déjate esas medias y esos zapatos… después vestite como quieras, quedó en el cuarto arreglándose cuando salió se había pintado, los aros que le regale para nuestra boda, su melena rubia me volvía loco, se hizo la planchita, estaba espectacular él se había quedado charlando conmigo en el living, me preguntó si sabía manejar, le dije que sí, quería que manejara yo, nunca había manejado un auto como ese, obviamente importado, de primer nivel, mi esposa se sentó a mi lado y el atrás en el viaje siguió contándonos de sus viajes, de su empresa, lo difícil que era el trato con los empleados, fuimos a un restaurant de puerto madero, todos lo conocían y lo trataban con excesivo respeto para mi gusto, mi esposa se sentó a mi lado y él del lado de enfrente nuestro.
-Te molesta el aparatito…
-Me tiene muy caliente… me siento tan…
-Estás hermosa… y que lindo cogimos… después de cenar vamos para casa… no te vas a quedar calentita… pueden quedarse a dormir…
Ninguno de los dos dijimos nada, pero se notaba que no nos preguntaba sino que nos contaba lo que íbamos a hacer, en varios momentos me hizo besarla a mi mujer
-Que hermosa es…
Me impresionaba que a diferencia de otros restaurantes a los que habíamos ido, ninguno de los empleados del lugar, la miraba a Ceci, era obvio que tenía que ver con la presencia de Joao. Fuimos a su casa, otra vez yo maneje, él viajaba atrás le gustaba que yo la besara a ella cada vez que nos deteníamos, cuando llegamos a su casa era una mansión, un guardia de seguridad en la puerta lo saludo, tenía varias personas trabajando para él, fuimos al piso superior, y quedamos solos, su cuarto era inmenso, espejado, adornado con cosas de todo el mundo, pero a mi parecer con un gusto increíble, nada parecía desentonar, le dio una pollera parecida a la que había quedado en casa, me pidió a mí que fuera al baño y le sacara el plug anal, la desnudara y la dejara igual que en casa, solo con las medias, los zapatos y la pollera que el nos dio. En el baño ella me preguntó
-Estás bien amor…?
-Bastante celoso…
-No pasa nada cielo… solo estamos jugando… -dijo, pero yo no sentía lo mismo.
Cuando fuimos al cuarto él estaba totalmente desnudo en el medio del cuarto, ella se acercó y se arrodilló delante de él, dándole una suave mamada, le acariciaba los muslos muy suavemente, él le guiaba la cabeza también suavemente, ella estaba mucho más tierna que antes, sentía mayor intimidad con él, eso me parecía. Ella se levantó del suelo y fue caminando a la cama, se arrodilló apoyando el pecho sobre la cama, se veía tan ofrecida, no ocultaba su cabeza en la almohada, parecía no tener la menor vergüenza, se acomodó detrás de ella, apoyó la rodilla derecha en la cama y la planta del pie izquierdo al costado del culo de ella, empezó a jugar con su herramienta y vi como del coño de Ceci, salía un hilo de jugo que me pareció que eran sus jugos pero también pensé que podían ser restos de la corrida anterior. Empezó a darle bien duro, los dos otra vez gemían y se quejaban un montón, apoyó su otro pie al costado del cuerpo de Ceci y empezó a darle más duro todavía, acuclillado detrás de ella. Ella cayó sobre la cama, le seguía dando y me pareció que ella estaba llegando de nuevo, la puso de costado y la estuvo cogiendo un montón de tiempo, me parecía que no podían ser restos de la corrida de él, la cantidad de jugos que salían de su conchita, la pija de él salía cremosa de los fluidos de ella. La agarraba fuerte del culo mientras la cogía, ella se acariciaba los pechos así de costado como estaba, los gemidos de ella creo que ya me lastimaban, no podía dejar de pensar que se estaba enamorando de él. La tomo de la pierna que tenía arriba con su mano izquierda flexionándola bien y le dio un par de fuertes cachetazos en el culo mientras seguía a lo suyo. Ceci estaba como ida, su mano sobre su pecho se movía con ellos, como si no tuviera vida propia, movido por los enviones de él que cada vez se hacían más duros y profundos. Con la mano izquierda la tomó del cuello, ella pareció volver de un limbo y llevó su mano derecha hacia atrás para acariciarle el culo a él, ella notó mi presencia y llevó su mano a taparse la cara, me parecía que no quería que la viera así, tan distinto a otras veces. Me fui hacia los pies de la cama para no incomodarlos, las manos de ella caían a los costados de la cama muy relajadas, saqué mi miembro y me empecé a pajear, no paraba de gemir.
-Ayyyy… que noche… -dijo en un momento, el seguía dándole duro. Ella estaba totalmente relajada, con su antebrazo tapando su cara, solo movida por la cogida que le daba, con gemidos cada vez más suaves. Me parecía que solo faltaba que le dijera te amo. Finalmente se salió de ella y se acostó en la cama, ella lo fue a chupar, la tomaba del pelo suavemente, ella estaba en cuatro sobre la cama, yo la miraba desde atrás, estaba alucinado. Dejo de chuparlo, se acostó en la cama y le dijo
-Donde me vas a dar tu semillita…?
La clavo de frente en la pose del misionero, otra vez los dos emitieron un quejido al momento de la penetración, le apretaba los pechos bien fuerte, cuando estaba por llegar la sacó, se la iba a tirar en la panza, pero ella se incorporó y abriendo la boca trató de que todo fuera a su boca, me asombró lo abundante por ser su segunda corrida. Cuando se había incorporado, mucho de la corrida de él quedo sobre sus pechos, ella lo juntaba con sus dedos y se lo llevaba a la boca, descansaron un rato en la cama, nos indicó donde estaba el cuarto, yo no había acabado todavía, fuimos al cuarto y ella se acostó de espaldas hacia mí, me tomó la mano y me hizo que le acariciara los pechos, y frotara mi herramienta contra su culito, que acabara así, fueron solo un par de movimiento en la raja de su culito y acabe con una sensación de angustia inmensa, después nos dormimos.
La habitación tenía un baño en suite cuando me desperté Ceci se estaba bañando, cuando salió tenía unas medias que parecen con liguero, que le dejaban todo el culo al aire, con un calado hermoso y una bata de seda roja,
-Me dejó una nota Joao para que vaya a desayunar así… nos espera para el desayuno… te queres bañar o vamos… -me di una ducha rápida, me vestí y fuimos hacia el comedor, Joao estaba viendo un programa de noticias económicas, tenía una polera negra y unos pantalones marrones, estaba descalzo. Ni bien entramos al salón, Ceci se acomodó a horcajadas sobre él, empezaron a besarse, poco duro puesta la bata, el bajo sus manos al culo de ella y lo apretó bien fuerte mientras se besaban. Ella enseguida le sacó la polera, me daba cuenta que le encantaba el cuerpo fibroso de él, sus músculos trabajados, tenía pelos en el pecho, y unos cuantos bastante canosos, le apretó de nuevo el culo separándole los glúteos, le soltó un cachetazo con una mano, todo el tiempo me daba la sensación de alguien que se controlaba, me venía la imagen de una bestia domada. Recién en ese momento me di cuenta que ella tenía unos zapatos de taco negros, no los había visto antes, estaba en schock, claro. Ella le bajó el cierre y le desabrocho el pantalón, se salió de encima de él se arrodilló entre sus piernas, al borde del sillón, con sus hermosas manos, bajó un poco el bóxer, y salió el miembro de él que estaba bien duro otra vez. Se puso de pie, ella empezó a chuparlo, agarró el miembro para pajearlo, él le tomó la mano y la llevó a que le acariciara sus bolas, la imagen me volvía loco. Fueron hacia el cuarto de él, que se arrodilló en la cama, ella en cuatro empezó a chuparlo, le manoseaba y cacheteaba el culo. La tiró en la cama delante de él, ella movía el culito dejándose hacer, que estuviera sólo con esas medias, era un cuadro caliente, él seguía de rodillas su miembro bien duro apuntando al techo, me parecía la erección de alguien mucho más joven. Quiso volver al sillón se sentó en él y la hizo acomodarse a ella para poder chuparle los pechos y besarla mientras lo hacían, ella volvió a acomodarse a ambos lados de sus muslos mirando a la pared, el chupaba ruidosamente. Ceci tenía la cabeza tirada hacia atrás, gimiendo y llevando sus manos a acariciarle la cara, otra vez la hizo ir bajando despacio sobre él, y otra vez, sin que nadie la guiara su pija se perdió dentro del interior de ella, y otra vez con un quejido profundo de ambos, no sabía si quedarme en ese salón, estaba lleno de dudas. Otra vez la imagen era muy semejante a la noche anterior, pero esta vez mucho antes Ceci se clavó contra él, con un leve temblor y un profundo gemido. Y otra vez, su corrida empezando a salir, ellos prolongando el momento.
Ella se quiso bañar de nuevo, él le dijo al chofer donde nos tenía que llevar, antes de bajar el la beso y la acaricio por todo el cuerpo. Fuimos todo el viaje en silencio, todo el tiempo los había visto hacer el amor, nada de sexo anal, mucho tiempo besándose mientras acababan, por primera vez, me sentía profundamente preocupado, temeroso, asustado.
Los escuchaba en el baño reírse, charlaban, cada vez me sentía más celoso, asustado, estuvieron un montón de tiempo cuando salieron él dijo que nos invitaba a cenar, pasaron al cuarto, el llevaba su ropa, le pidió que se volviera a poner las medias y los zapatos, él se había cambiado, ella seguía desnuda sobre la cama esperando en cuatro, sacó del bolsillo del pantalón un plug anal, me pidió el lubricante lo tiro generosamente sobre el culito de ella y empezó a jugar con el aparatito ese, cuando lo metió, ella exhalo con un un profundo quejido,
-Podrás ir a comer así o es muy incomodo…
-Vemos…
-Bueno, déjate esas medias y esos zapatos… después vestite como quieras, quedó en el cuarto arreglándose cuando salió se había pintado, los aros que le regale para nuestra boda, su melena rubia me volvía loco, se hizo la planchita, estaba espectacular él se había quedado charlando conmigo en el living, me preguntó si sabía manejar, le dije que sí, quería que manejara yo, nunca había manejado un auto como ese, obviamente importado, de primer nivel, mi esposa se sentó a mi lado y el atrás en el viaje siguió contándonos de sus viajes, de su empresa, lo difícil que era el trato con los empleados, fuimos a un restaurant de puerto madero, todos lo conocían y lo trataban con excesivo respeto para mi gusto, mi esposa se sentó a mi lado y él del lado de enfrente nuestro.
-Te molesta el aparatito…
-Me tiene muy caliente… me siento tan…
-Estás hermosa… y que lindo cogimos… después de cenar vamos para casa… no te vas a quedar calentita… pueden quedarse a dormir…
Ninguno de los dos dijimos nada, pero se notaba que no nos preguntaba sino que nos contaba lo que íbamos a hacer, en varios momentos me hizo besarla a mi mujer
-Que hermosa es…
Me impresionaba que a diferencia de otros restaurantes a los que habíamos ido, ninguno de los empleados del lugar, la miraba a Ceci, era obvio que tenía que ver con la presencia de Joao. Fuimos a su casa, otra vez yo maneje, él viajaba atrás le gustaba que yo la besara a ella cada vez que nos deteníamos, cuando llegamos a su casa era una mansión, un guardia de seguridad en la puerta lo saludo, tenía varias personas trabajando para él, fuimos al piso superior, y quedamos solos, su cuarto era inmenso, espejado, adornado con cosas de todo el mundo, pero a mi parecer con un gusto increíble, nada parecía desentonar, le dio una pollera parecida a la que había quedado en casa, me pidió a mí que fuera al baño y le sacara el plug anal, la desnudara y la dejara igual que en casa, solo con las medias, los zapatos y la pollera que el nos dio. En el baño ella me preguntó
-Estás bien amor…?
-Bastante celoso…
-No pasa nada cielo… solo estamos jugando… -dijo, pero yo no sentía lo mismo.
Cuando fuimos al cuarto él estaba totalmente desnudo en el medio del cuarto, ella se acercó y se arrodilló delante de él, dándole una suave mamada, le acariciaba los muslos muy suavemente, él le guiaba la cabeza también suavemente, ella estaba mucho más tierna que antes, sentía mayor intimidad con él, eso me parecía. Ella se levantó del suelo y fue caminando a la cama, se arrodilló apoyando el pecho sobre la cama, se veía tan ofrecida, no ocultaba su cabeza en la almohada, parecía no tener la menor vergüenza, se acomodó detrás de ella, apoyó la rodilla derecha en la cama y la planta del pie izquierdo al costado del culo de ella, empezó a jugar con su herramienta y vi como del coño de Ceci, salía un hilo de jugo que me pareció que eran sus jugos pero también pensé que podían ser restos de la corrida anterior. Empezó a darle bien duro, los dos otra vez gemían y se quejaban un montón, apoyó su otro pie al costado del cuerpo de Ceci y empezó a darle más duro todavía, acuclillado detrás de ella. Ella cayó sobre la cama, le seguía dando y me pareció que ella estaba llegando de nuevo, la puso de costado y la estuvo cogiendo un montón de tiempo, me parecía que no podían ser restos de la corrida de él, la cantidad de jugos que salían de su conchita, la pija de él salía cremosa de los fluidos de ella. La agarraba fuerte del culo mientras la cogía, ella se acariciaba los pechos así de costado como estaba, los gemidos de ella creo que ya me lastimaban, no podía dejar de pensar que se estaba enamorando de él. La tomo de la pierna que tenía arriba con su mano izquierda flexionándola bien y le dio un par de fuertes cachetazos en el culo mientras seguía a lo suyo. Ceci estaba como ida, su mano sobre su pecho se movía con ellos, como si no tuviera vida propia, movido por los enviones de él que cada vez se hacían más duros y profundos. Con la mano izquierda la tomó del cuello, ella pareció volver de un limbo y llevó su mano derecha hacia atrás para acariciarle el culo a él, ella notó mi presencia y llevó su mano a taparse la cara, me parecía que no quería que la viera así, tan distinto a otras veces. Me fui hacia los pies de la cama para no incomodarlos, las manos de ella caían a los costados de la cama muy relajadas, saqué mi miembro y me empecé a pajear, no paraba de gemir.
-Ayyyy… que noche… -dijo en un momento, el seguía dándole duro. Ella estaba totalmente relajada, con su antebrazo tapando su cara, solo movida por la cogida que le daba, con gemidos cada vez más suaves. Me parecía que solo faltaba que le dijera te amo. Finalmente se salió de ella y se acostó en la cama, ella lo fue a chupar, la tomaba del pelo suavemente, ella estaba en cuatro sobre la cama, yo la miraba desde atrás, estaba alucinado. Dejo de chuparlo, se acostó en la cama y le dijo
-Donde me vas a dar tu semillita…?
La clavo de frente en la pose del misionero, otra vez los dos emitieron un quejido al momento de la penetración, le apretaba los pechos bien fuerte, cuando estaba por llegar la sacó, se la iba a tirar en la panza, pero ella se incorporó y abriendo la boca trató de que todo fuera a su boca, me asombró lo abundante por ser su segunda corrida. Cuando se había incorporado, mucho de la corrida de él quedo sobre sus pechos, ella lo juntaba con sus dedos y se lo llevaba a la boca, descansaron un rato en la cama, nos indicó donde estaba el cuarto, yo no había acabado todavía, fuimos al cuarto y ella se acostó de espaldas hacia mí, me tomó la mano y me hizo que le acariciara los pechos, y frotara mi herramienta contra su culito, que acabara así, fueron solo un par de movimiento en la raja de su culito y acabe con una sensación de angustia inmensa, después nos dormimos.
La habitación tenía un baño en suite cuando me desperté Ceci se estaba bañando, cuando salió tenía unas medias que parecen con liguero, que le dejaban todo el culo al aire, con un calado hermoso y una bata de seda roja,
-Me dejó una nota Joao para que vaya a desayunar así… nos espera para el desayuno… te queres bañar o vamos… -me di una ducha rápida, me vestí y fuimos hacia el comedor, Joao estaba viendo un programa de noticias económicas, tenía una polera negra y unos pantalones marrones, estaba descalzo. Ni bien entramos al salón, Ceci se acomodó a horcajadas sobre él, empezaron a besarse, poco duro puesta la bata, el bajo sus manos al culo de ella y lo apretó bien fuerte mientras se besaban. Ella enseguida le sacó la polera, me daba cuenta que le encantaba el cuerpo fibroso de él, sus músculos trabajados, tenía pelos en el pecho, y unos cuantos bastante canosos, le apretó de nuevo el culo separándole los glúteos, le soltó un cachetazo con una mano, todo el tiempo me daba la sensación de alguien que se controlaba, me venía la imagen de una bestia domada. Recién en ese momento me di cuenta que ella tenía unos zapatos de taco negros, no los había visto antes, estaba en schock, claro. Ella le bajó el cierre y le desabrocho el pantalón, se salió de encima de él se arrodilló entre sus piernas, al borde del sillón, con sus hermosas manos, bajó un poco el bóxer, y salió el miembro de él que estaba bien duro otra vez. Se puso de pie, ella empezó a chuparlo, agarró el miembro para pajearlo, él le tomó la mano y la llevó a que le acariciara sus bolas, la imagen me volvía loco. Fueron hacia el cuarto de él, que se arrodilló en la cama, ella en cuatro empezó a chuparlo, le manoseaba y cacheteaba el culo. La tiró en la cama delante de él, ella movía el culito dejándose hacer, que estuviera sólo con esas medias, era un cuadro caliente, él seguía de rodillas su miembro bien duro apuntando al techo, me parecía la erección de alguien mucho más joven. Quiso volver al sillón se sentó en él y la hizo acomodarse a ella para poder chuparle los pechos y besarla mientras lo hacían, ella volvió a acomodarse a ambos lados de sus muslos mirando a la pared, el chupaba ruidosamente. Ceci tenía la cabeza tirada hacia atrás, gimiendo y llevando sus manos a acariciarle la cara, otra vez la hizo ir bajando despacio sobre él, y otra vez, sin que nadie la guiara su pija se perdió dentro del interior de ella, y otra vez con un quejido profundo de ambos, no sabía si quedarme en ese salón, estaba lleno de dudas. Otra vez la imagen era muy semejante a la noche anterior, pero esta vez mucho antes Ceci se clavó contra él, con un leve temblor y un profundo gemido. Y otra vez, su corrida empezando a salir, ellos prolongando el momento.
Ella se quiso bañar de nuevo, él le dijo al chofer donde nos tenía que llevar, antes de bajar el la beso y la acaricio por todo el cuerpo. Fuimos todo el viaje en silencio, todo el tiempo los había visto hacer el amor, nada de sexo anal, mucho tiempo besándose mientras acababan, por primera vez, me sentía profundamente preocupado, temeroso, asustado.
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