El verano caluroso parecido a este que estamos viviendo reavivo esa calentura y ese fuego que sentía al ver a mi cuñadita pasearse en tanguita hilito delante mío. Esa colita tan redondita tan perfecta y tan entangada no podía no mirarse no apreciarse y disfrutarse. La nena muy turra al toque se dió cuenta de que mis ojitos se iban a su colita cada vez que pasaba frente a mi. Y comenzó a pasar más seguido a buscar excusa para estar donde yo estaba y más me desfilaba y meneaba esa colita que yo más ganas tenía de volver a hacerla mía. Pero estaba dispuesto a arriesgar todo otra vez? Era necesario? Si la luchona me garchaba como una verdadera puta. Con esa duda transite un par de noches hasta que una tarde mi cuñadita le ganó una batalla a la luchona.
Una de las pocas veces en las que la casilla se había vaciado casi por completo por diferentes motivos yo estaba en la pelopincho disfrutando del agua y del calor. Mi luchona dormía la siesta adentro con nuestro hijo. Mi suegra no estaba tampoco el melena y los del fondo tenían un cumpleaños. Me metí con un short de fútbol obviamente sin boxer y nada más. Me lleve dos latitas de birra bien frías y me quedé echado en la pileta con el stereo del 147 pasando unas cumbias Santafesinas.
Mi cuñadita apareció brillante como el sol y turra como siempre. Una musculosa blanca sin corpiño marcaba sus pequeñas tetas y esos ricos pezones y una tanguita hilito blanca hacia resaltar esa cola perfecta bien paradita propio de la edad. "Te dejaron solito cuña" me dijo la pendeja con un tono picante como metiendo el dedo en la yaga. "Si Jesica de durmió con el nene estaba cansada". Respondí tratando de esquivar el bulto pero no podía dejar de mirarle la conchita contenida en esa tanguita diminuta. "Y eso te pasa por salir con viejas chotas" me respondió con maldad mi cuñadita. Dió unos pasos hasta el borde de la pelopincho y se metió despacito. Cuando estaba cerquita mío me dijo: "conmigo sería diferente yo siempre quiero está pija". Acto seguido y sin siquiera dejarme responder me manotio el bulto acariciandome la verga y apretándola a medida que se me iba poniendo dura. "No me digas que no te querés comer está nena" me dijo haciéndose un poco la ofendida. Yo para esa altura ya volaba de calentura mal y todos mis cálculos de habían ido a la mierda. "Obvio que quiero bebé pero es peligroso acá mira si se despierta Jesica". Mi cuñadita siguió acariciándome la verga y me comenzó a besar en la boca. "Que de despierte que me importa" me dijo.
Se me subió ensima a upa dentro de la pelopincho y comenzó a besarme en la boca. Cada ves con más pasión con más calentura y excitación. Yo tenía la verga durísima muy parada cabezona y solo podía pensar en pegarle flor de ensartada. Mi cuñadita me saco el short y con una putez increíble lo revolvió bien lejos de la pileta. Algo así como si aparece alguien no se cómo vas a disimular esto. Yo le saque la musculosa y la dejé con esas tetas pequeñas sobre mi pecho. Seguimos besándonos hasta que se corrió la tanguita hilito y mi verga entro toda en su apretadita concha. La muy wacha dió dos gritos bien agudos bien calientes pero que podían despertar a Jesica. Yo le trate de hacer callar mientras ella me saltaba sobre mi verga pero por el contrario se divertía con la situación y más gritaba. "Que me escuche la cornuda esa como me cojo al marido". Se reía y gritaba me saltaba ensima de la verga. Yo entre el miedo y la calentura disfrutaba del garche a sabiendas que todo podía irse a la mierda.
Mi cuñadita cruzo sus brazos por detrás de mi cuello y se movía con mi verga adentro hacia adelante y hacia atrás. Mi pija sin forro piel con piel entraba y salía de esa apretada conchita empapada de flujo. Me hacía volar de calentura. Cada beso me calentaba más, me mordía el labio y cuando me tenía la oreja cerca de arrimaba y me decía: "que se despierte la cornuda". Automáticamente daba dos gritos de placer muy fuertes que se deberían escuchar hasta en la casa del vecino. Cada cabalgada me ponía más loco y en ese momento ni el miedo me preocupaba solo quería que me siguiera garchando. Yo de reojo miraba la ventana de nuestra pieza pero no sé veía que se corriera la cortina lo que me hacía pensar que mi luchona dormía. Igual la muy turra de mi cuñadita también miraba y me decía: "que pasa tenés miedo? Que se pudra todo que me importa".
Pese a tanto grito Jesica no apareció y mi pija estaba que no daba más asique al compás de su movimiento me deje llevar y le acabe toda la leche adentro. Hasta la última gotita de leche bien adentro de su conchita. Fue una acabada sarpada que me dejó las piernas temblando. El miedo llegó de golpe y mi cuñadita seguía gimiendo al recibir toda la leche. Yo la miré a los ojos ella me clavaba la mirada como un dardo prendido fuego. "Que pasa si no salgo?" (De encima mío) me preguntó mi cuñadita haciéndose más putona. "Si sale Jesica nos mata" le respondi con temor de que se hubiera despertado. "Que me importa que salga y nos vea garchando". Mi verga volvió a sentir ese fuego y se empezó a poner dura de vuelta.
Mi cuñadita se sacó la tanga hilito y la revoleo aproposito contra la ventana de nuestra pieza. "Que se pudra todo..." Me dijo mientras volvía a meter mi verga dentro de su conchita..
Continuara.
Una de las pocas veces en las que la casilla se había vaciado casi por completo por diferentes motivos yo estaba en la pelopincho disfrutando del agua y del calor. Mi luchona dormía la siesta adentro con nuestro hijo. Mi suegra no estaba tampoco el melena y los del fondo tenían un cumpleaños. Me metí con un short de fútbol obviamente sin boxer y nada más. Me lleve dos latitas de birra bien frías y me quedé echado en la pileta con el stereo del 147 pasando unas cumbias Santafesinas.
Mi cuñadita apareció brillante como el sol y turra como siempre. Una musculosa blanca sin corpiño marcaba sus pequeñas tetas y esos ricos pezones y una tanguita hilito blanca hacia resaltar esa cola perfecta bien paradita propio de la edad. "Te dejaron solito cuña" me dijo la pendeja con un tono picante como metiendo el dedo en la yaga. "Si Jesica de durmió con el nene estaba cansada". Respondí tratando de esquivar el bulto pero no podía dejar de mirarle la conchita contenida en esa tanguita diminuta. "Y eso te pasa por salir con viejas chotas" me respondió con maldad mi cuñadita. Dió unos pasos hasta el borde de la pelopincho y se metió despacito. Cuando estaba cerquita mío me dijo: "conmigo sería diferente yo siempre quiero está pija". Acto seguido y sin siquiera dejarme responder me manotio el bulto acariciandome la verga y apretándola a medida que se me iba poniendo dura. "No me digas que no te querés comer está nena" me dijo haciéndose un poco la ofendida. Yo para esa altura ya volaba de calentura mal y todos mis cálculos de habían ido a la mierda. "Obvio que quiero bebé pero es peligroso acá mira si se despierta Jesica". Mi cuñadita siguió acariciándome la verga y me comenzó a besar en la boca. "Que de despierte que me importa" me dijo.
Se me subió ensima a upa dentro de la pelopincho y comenzó a besarme en la boca. Cada ves con más pasión con más calentura y excitación. Yo tenía la verga durísima muy parada cabezona y solo podía pensar en pegarle flor de ensartada. Mi cuñadita me saco el short y con una putez increíble lo revolvió bien lejos de la pileta. Algo así como si aparece alguien no se cómo vas a disimular esto. Yo le saque la musculosa y la dejé con esas tetas pequeñas sobre mi pecho. Seguimos besándonos hasta que se corrió la tanguita hilito y mi verga entro toda en su apretadita concha. La muy wacha dió dos gritos bien agudos bien calientes pero que podían despertar a Jesica. Yo le trate de hacer callar mientras ella me saltaba sobre mi verga pero por el contrario se divertía con la situación y más gritaba. "Que me escuche la cornuda esa como me cojo al marido". Se reía y gritaba me saltaba ensima de la verga. Yo entre el miedo y la calentura disfrutaba del garche a sabiendas que todo podía irse a la mierda.
Mi cuñadita cruzo sus brazos por detrás de mi cuello y se movía con mi verga adentro hacia adelante y hacia atrás. Mi pija sin forro piel con piel entraba y salía de esa apretada conchita empapada de flujo. Me hacía volar de calentura. Cada beso me calentaba más, me mordía el labio y cuando me tenía la oreja cerca de arrimaba y me decía: "que se despierte la cornuda". Automáticamente daba dos gritos de placer muy fuertes que se deberían escuchar hasta en la casa del vecino. Cada cabalgada me ponía más loco y en ese momento ni el miedo me preocupaba solo quería que me siguiera garchando. Yo de reojo miraba la ventana de nuestra pieza pero no sé veía que se corriera la cortina lo que me hacía pensar que mi luchona dormía. Igual la muy turra de mi cuñadita también miraba y me decía: "que pasa tenés miedo? Que se pudra todo que me importa".
Pese a tanto grito Jesica no apareció y mi pija estaba que no daba más asique al compás de su movimiento me deje llevar y le acabe toda la leche adentro. Hasta la última gotita de leche bien adentro de su conchita. Fue una acabada sarpada que me dejó las piernas temblando. El miedo llegó de golpe y mi cuñadita seguía gimiendo al recibir toda la leche. Yo la miré a los ojos ella me clavaba la mirada como un dardo prendido fuego. "Que pasa si no salgo?" (De encima mío) me preguntó mi cuñadita haciéndose más putona. "Si sale Jesica nos mata" le respondi con temor de que se hubiera despertado. "Que me importa que salga y nos vea garchando". Mi verga volvió a sentir ese fuego y se empezó a poner dura de vuelta.
Mi cuñadita se sacó la tanga hilito y la revoleo aproposito contra la ventana de nuestra pieza. "Que se pudra todo..." Me dijo mientras volvía a meter mi verga dentro de su conchita..
Continuara.
16 comentarios - Mi cuñadita me garcha en la pelopincho (cap 23)
Yo me coji a una de mis cuñadas pero fue en un telo, nunca coji cerca de alguien, es una adrenalina a full