Me garcho y desvirgó a mi cuñadita (cap 18)

Obviamente que mi cuñadita me venía llamando mucho la atención, primero por tener una cola espectacular redondita bien parada muy cacheteable pero también esa carita de turra con la ceja finita los labios carnosos y su forma tan provocatiba de vestir por su puesto que me prendía fuego. Por su puesto que también me generaba calentura que fuera mi cuñada lo hacía tentador atrevido y el hecho que sea más chica lo hacía aún más interesante. Pero también hay que recordar que a mí me había echado de mi oligarca familia y la familia turra de Jésica me había abierto las puertas sin problema. Lo que hacía demasiado arriesgado perder todo por una calentura nomás. De esta forma siempre fui esquivando el bulto, incluso viendola en tanguita hilito delante mío en tetas o que nosotros estemos garchando a un metro de ella yo me mantenia en mis cabales.

Lo que no fui capaz de calcular fueron los cuarenta días que no podés garchar después de tener al bebe. Dylan, nuestra bendición, nació en enero y si bien los primeros tres días estás embobado con el bebé y ni pensas en cojer ya para el cuarto día estás caliente como una pava. Además el ser enero convertía todo en un fuego constante. Mi turra que andaba con una tanga hilo y en tetas básicamente todo el día con el bebé. Mi suegra se paseaba en tanga por la casilla y mi cuñadita la nenita villera más linda andaba con un hilito fuccia bien clavado en su cola y un topsito dejando toda su pancita al aire. No solo me di cuenta que miraba cada vez más a mi cuñadita sino que me empezó a dar celos el saber que ella andaba besuqueandose con un villerito del barrio un impresentable mal.

La tarde del cuarto día post parto yo tenía la pija parada caliente mal el calor en la casilla era agobiante y el compartir la pelopincho con estas turras me la hacía poner más dura. Ahí estaba en un costado de la pelopincho con un short de fútbol blanco sin boxer que se me veía todo cuando mi cuñadita entro a la pileta. Entro con la tanguita hilito fuccia marcando le toda esa conchita todavía virgen. Se sacó el topsito y se quedó con sus pequeñas y delicadas tetas al aire libre. Yo enseguida sentí más fuego en la verga. Mi cuñadita siempre fue muy demostrativa conmigo y vino hacia donde yo estaba, nos quedamos charlando y jodiendo un rato. Por primera vez no escuché nada de lo que dijo solamente podía mirarle las tetas y la tanguita hilito nada más. Mi cabeza era los platillos de Homero. "Y como hacen para aguantar las ganas de culear". Cómo me calienta que diga culear tan villerita hermosa. Así de una sin anestesia se mando la cuña. Yo sonreí y le respondí: "sufriendo unas ganas de pegarle flor de ensartada".
Mi cuñadita dió como un pasito hacia adelante y roso apenas mi pija parada. "Me imagino ensima ustedes son re culeadores mal no les importa nada". Yo sentía un poco de agitación en el corazón y mucho fuego en la verga. Respondí: "eso siempre olvídate bueno vos lo sabes no te dejamos dormir no?". Solté una risita cómplice. Mi cuñadita ya completamente provocatiba se dió vuelta y se apoyo su colita entangada en mi bulto. Cómo una nena inocente dejo que mi verga se aplaste bien contra su culito y me respondió: "que atrevidos siii no me dejan dormir igual la envidio a mi hermana yo también viviría garchando si tuviera un macho así de pijudo".

En ese momento justo salió mi turra al patio asique rápidamente mi cuñadita disimulo y se fue para la otra esquina de la pelopincho. Jesica nos miro con cierta desconfianza y se quedó un rato con nosotros. Yo esperaba un Pete algo pero se ve que el bebé la tenía algo cansada y solamente me dió desde fuera de la pileta un par de besos bien pasionales en la boca. Que por cierto aumentaron mi calentura.

Esa noche entre el calor que hacía de la casilla un horno, mi calentura que me hacía estar con la verga parada y que el baby no dejaba de llorar hacia completamente imposible dormir. A eso de las tres de la madrugada me fui a dormir al Fiat 147. Recliné el asiento del acompañante y me quedé dormido. Unas horas después un ruido un golpe sobre la chapa del auto me despertó. Había llegado de una jodita en el barrio mi cuñadita totalmente en pedo y se había golpeado con el auto. Yo salí del Fiat para ver si mi cuñadita estaba bien y cuando la mire me caí de una pieza. Estaba putísima pero putísima mal. Tenía una pollerita negra engomada ajustadisima mal al cuerpo medio transparente que dejaba ver si tanguita hilito blanca. Un top rojo muy chiquito dejando toda su pancita al aire y tapando solamente sus pequeñas tetas, completamente borracha y con un vaso de plástico con Gancia o algo así adentro. "Uy cuña perdón te desperté" me dijo tambaleándose. Yo di un paso hacia ella para agarrarla y quedamos apretados el uno con el otro. Yo me había puesto el short que use en la pileta de modo que tenía la pija rosando contra la pollerita de mi cuñadita. No nos soltamos. Mi cuñada seguía con el vaso de Gancia en la mano y sin soltarlo cruzo el brazo por detrás de mi cuello y me dió un abrazo. "Gracias cuña toy re en pedo" me dijo riéndose. Yo no quise soltarla y dejé que mi verga se fuera poniendo más dura más parada contra su cuerpo. "Querés un poco de agua" le pregunté algo nervioso. "Pija quiero toy re aldada". Fueron todas sus palabras. En ese momento trague saliva y dije que sea lo que dios quiera. Agarre y le tire la boca. Nos dimos un beso que rápidamente se hizo chape.

Comenzamos a besarnos bien calientes lengua con lengua mordiendonos el labio y mientras tanto yo le apretaba fuerte esa colita entangada. Mi cuñadita era medio inexperta para besar pero yo le llevaba el ritmo y la hacía que disfrute de cada beso. Se notaba que ella volaba de calentura seguramente en la jodita algún wachin le abra bailado todo y después se cago y la dejó caliente. Más le comía la boca y más le apretaba la verga contra su cinturita. Yo la tenía durísima bien parada. Ya en ese momento no nos importo más nada y entramos al 147. Mi cuñadita quedó sobre mi en el asiento del acompañante. Cruzo sus brazos por detrás de mi cuello (todavía con el vaso de Gancia) y mientras nos comíamos a besos mal mi verga se clavaba contra su conchita flujeada mojada y todavía contenida por esa tanguita diminuta.

Yo saqué mi verga del short la tenía re dura cabezona mal y le corri un poquito la tanguita a mi cuñada. Se la fui metiendo despacito bien despacito porque sabía que era su primera vez. Ella completamente en pedo disfrutaba del momento y gemía más agudo que mi turra eran grititos cortitos bien agudos bien calientes mal. Mi verga sin forro piel con piel entro suavemente hasta el fondo de su concha. Comencé a bombearle un poco de verga dentro de ella suavemente mientras mi cuñada gemia que daba gusto. Yo cerré la puerta del Fiat para que los gritos queden más adentro del auto que afuera. Su conchita recibía mi verga tan dura que la hacía poner roja y me gemia y gritaba en el oído. La rotura del imen (o como se escriba) fue un orgasmo en si mismo. Yo estaba en las nubes volando de calentura mal. Mi cuñadita tenía los ojos blancos dados vueltas gemia gritaba y me apretaba fuerte contra ella. Me besaba descontroladamente en cada saltadita sobre mi verga.

Así con ella saltandome despacito sobre mi verga estuvimos como diez minutos comiéndonos a besos y yo acariciándole sus pequeñas tetas. Ya con la desvirgada bien completada la empecé a hacer que me cabalgue un poco más fuerte. La hacía rebotar en mi verga sin forro dentro de ella. Mi cuñadita se dejaba llevar y yo la agarraba de su cinturita mientras ella me miraba todavía con una mezcla de nena y hembra. Su primera acabada jamás la voy a olvidar fue bien potente cargada largando una hermosa flujeada que chorreo por mi verga hasta el asiento del 147. Para esa altura ya la concha le dolía un poco y como yo no quería lastimarla me dispuse a acabar yo también. Deje de contenerme y me deje llevar. Mi idea era sacarla y acabar en el auto pero mi cuñadita apenas sintió que se venía la leche se hundió más contra mi. Su conchita se clavo bien en mi verga me apretó fuerte por detrás del cuello volcandome un poco de Gancia en la espalda y le acabe toda mi leche toda esa calentura bien dentro de su conchita. "Aaaaaaaaaiiiiiiiiiiiii siiiiiiiiiiii haceme tu putita" me dijo mientras yo la llenaba de leche.

No quería salir de encima mío y refregaba su conchita enlechada flujeada en mi verga. Me daba besitos en la boca y me decía: "quiero más"


Foto ilustrativa