Una tarde estaba relajada en mi patio tomando sol desnuda como siempre hago en casa, cuando mi perro ladraba mucho cerca del portón, lo rete, lo mandé a hecharse pero volvía una y otra vez a lo mismo. Cansada me levanté, me puse algo encima y salí a ver qué pasaba, ví a mis vecinitos, tres, que se hacían los distraídos como que estaban sentados charlando en lo del vecino. Me imaginé lo que estaban haciendo, volví adentro me desnudé y salí a mi patio. El perro volvió al portón y ya sabía que ellos me espiaban, la situación me calentó bastante y empecé a tocarme suave y en círculos mi conchita, me coloqué en una posición en la que ellos pudieran ver lo que hacía. Estuve así por varios minutos, jadeando, gimiendo y entrecerrando los ojos, hasta que no dí más y me dirijo al portón, lo abrí un poco como para hablarles a los pendejos y los invité a la pile. Les dije que sabía lo que hacían y que pasaran un rato si tenían ganas a darse un chapuzón, porsupuesto lo hice con doble intención. Se miraron entre ellos y me miraron, accedieron a entrar y les dí un pico de bienvenida. En unos minutos ya estaban en cuero y en el agua, yo también me metí y al principio eran algo tímidos, apenas yo les dije quieren tocar, chupar, lamer.... acá me tienen ya no tienen que espiarme. Un remolino de manos, lengua, besos me acorralaron a la orilla de la pileta, yo porsupuesto pajeaba y frotaba los tres bultos y me iba mojando más y más. Hasta que les pedí que se sentarán fuera de la pileta en la orilla y que sacarán su pantalón, quedando justo frente a mi que estaba en el agua. Las tres hermosas y jóvenes pijas aparecieron delante de mis ojos ya casi duras y goteando. Mamaba a uno y pajeaba a los otros, así los turnaba hasta que quisieron acabar, salí de la pileta y yo muy puta y caliente me les ofrecí en cuatro, de a uno fueron vaciando el contenido de sus huevos dentro de mi concha, uno me cogía y los otros me daban a chupar y en unos minutos ya me habían llenado mi caverna caliente y llena también de mis jugos. Mis orgasmos llegaron justo entre medio de los tres acabandome. Luego les lami sus vergas aún erectas y las limpié una por una, nos relajamos. Nos dimos un chapuzón y al rato ya recuperados volvimos a empezar...
12 comentarios - Tres y una putona madura...
Y el verano recién empieza