Primeros pasos hacia mis cuernos 8
El lunes estuve todo el día revuelto, no pude ir a verlo a Carlos, lo que Ceci me había contado el día anterior me había dejado tambaleante en todo sentido, si bien yo había deseado empezar a abrir la relación, a que ella fuera jugando a hacerme cornudo, las cosas las había imaginado más lentas, con otros tiempos, pero en algún lugar era como Cecilia me había dicho, no era mi fantasía, era el deseo de más de una persona, y yo sentía que el juego se me había ido de las manos. No la avisé nada a Carlos que no iba, el martes a la noche en la cena Ceci me dijo que ella iba a ir a la casa de Carlos después de las clases el miércoles. No le contesté, quedamos un rato en silencio, me levanté a lavar los platos, ella se fue a prepararse para dormir, se sentía muy cansada, había tenido un día realmente duro y necesitaba descansar. Mientras lavaba pensaba que decirle, no se me ocurría que decir, me quedé mirando un rato una serie y cuando fui a la cama ya dormía. No hablamos del tema, me levanté más temprano que ella que dormía hasta más tarde, a la tarde cuando llegué ella no estaba, a las 19, que es el horario en que suele llegar no lo hizo, obviamente había decidido ir a verlo a Carlos, como me había dicho. Llegó cerca de la medianoche, yo me había acostado un rato antes, mi día de trabajo había sido muy duro, mi jefe me había estado exigiendo en exceso todo el día, estábamos en una fecha clave para le empresa, siempre corridos por horarios de entregas y solución de problemas a la brevedad, quedé seco en la cama. El jueves había un clima tenso entre nosotros, ninguno de los dos habló del tema. El viernes llegué a casa y Ceci no estaba, recibí un mensaje en el celular, era de Carlos,
-la extrañaba y la invite otra vez a casa… es un vicio…
Solo eso, no le contesté, estuve esperando en casa, nervioso, ansioso, eran cerca de las tres de la mañana y no había llegado, me fui a acostar y con toda la carga de la semana quedé finalmente dormido. Cuando me desperté ella estaba en la cocina tomando mate, me cebó uno, me senté a la mesa, ella estaba en ropa interior, estaba deliciosa, la miraba como embobado, se había dejado la melena bien larga, le quedaba muchísimo mejor el pelo largo, se había vuelto a teñir de rubio, se hacía la planchita habitualmente y el pelo le quedaba delicioso, sus formas parecían cada vez más contundentes, ella iba tres veces por semana al gimnasio, se cuidaba en las comidas, el único problema que teníamos era con el alcohol, que a veces tomábamos demasiado. Ninguno de los dos habló sobre el tema Carlos, ella me dijo que habían abierto un cena show nuevo que le recomendó Johana, que le gustaría que fuéramos a cenar con ellos, el sábado próximo. Ese sábado salimos a cenar a un restaurante cualquiera, se puso el vestido de la fiesta, estaba impresionante, los hombres la miraban algunos con disimulo otros no tanto. Fuimos en un taxi, que manejaba un señor mayor, que trataba todo el tiempo de mirar por el espejo hacia atrás. Cuando entramos al lugar ella habló
-Te gusta cómo me arreglé para vos… no tengo ropa interior… cómo cuando fui a la fiesta… te gusta?
-Vos me gustas… me encanta que te arregles para mi… estás hermosa…
-Me arreglo no solo para vos… me gusta que los hombres me miren… no sólo vos… el viejito del taxi… pobre no sabía cómo hacer para mirar para atrás…
-Estás realmente deliciosa…
-Carlos… -dijo haciendo una pausa después de decirlo.- quería seguir avanzando en nuestros juegos… pero le dije que primero quiero que aclare la situación con vos…
-Qué quiere decir avanzar en sus juegos…
-Ese es el problema… que tienen que ser nuestros juegos… vos también estás involucrado… sos mi marido…
-Y entonces?
-Me dijo que él quiere avanzar… pero el que se asustó sos vos… quiere que lo llames el lunes si te decidís… no va a estar esperándote para que lo dejes plantado… -se excusó para ir al baño, me pareció que simplemente quería mostrarse, caminaba lenta y sensualmente, yo la veía irse estaba deliciosa, no era un vestido para un restaurante común, la mayoría de los hombres la miraban con deseo, algunos con más disimulo otros con menos.
Cuando volvió a la mesa me sonrió, antes de sentarse me dio un suave beso en los labios, agachándose para dar una exquisita muestra de su culo a quien pudiera verlo. Estuvimos un largo rato comiendo en silencio, mientras ella había ido al baño el mozo había traído los platos.
-Y si no quiero verlo el lunes…? Que va a pasar…?
-A vos que te gustaría que pase…
-No sé, siento que todo pasó demasiado rápido… que de golpe sos una persona totalmente desconocida… -otra vez el silencio se prolongó un rato largo, cambiamos de tema hablamos de cosas cotidianas. Hablamos después de sus padres, su padre se tenía que hacer unos estudios por un problema de salud y eso la preocupaba bastante. Terminamos de cenar, el clima era raro, ella me dio sus manos sobre la mesa y otra vez se acercó para besarme, pedimos la cuenta y salimos. Volvimos a casa, nos besamos en el medio del living, me desnudé y me senté en el sillón, se levantó el vestido y me montó, la sentí muy excitada, puso sus pechos sobresaliendo sobre el vestido y me los dio a chupar tiraba su cabeza hacia atrás y nos estuvimos besando un montón, ella marcaba el ritmo de la cogida, que era muy suave, calma, los dos disfrutábamos mucho el encuentro y terminamos en la cama, ella con el vestido puesto, enrollado en la cintura mientras le daba de a cuatro por su cosita mientras veía como se bamboleaban sus tetas, ella gemía y me pedía que le diera bien fuerte, que se portaba mal, le di un par de cachetazos en los glúteos, pero casi con miedo de lastimarla, me acosté después en la cama y ella volvió a montarme, yo estaba con las manos caídas a los costados del cuerpo, me sentía dominado por semejante hembra, ella seguía marcando el ritmo, a horcajadas sobre mí veía sus pechos como se sacudían, ella me miraba desde su posición y vino a besarme cuando me pareció que estaba teniendo un orgasmo, se quedó un rato más sobre mí y se salió, yo no había llegado aún, se sacó el vestido del todo y se acostó a mi lado, me empezó a besar y rodeo mi miembro con su mano, me acariciaba suavemente.
-No me contestaste cuando te pregunté qué te gustaría que pase… -dijo dejando de pajearme y besándome, mi pija estaba durísima.
Nos estuvimos besando en silencio y fui a montarla, le empecé a dar bien duro, hasta que llegué en uno de esos orgasmos bestiales y creo que ella también volvió a llegar.
Nos despertamos tarde, tomamos unos mates, al principio en silencio, estaba en ropa interior, con los zapatos de la noche anterior, sabía que me calentaba verla así, me ofreció un mate
-Seguís sin contestarme que te gustaría que pase… -mi pija enseguida reaccionaba.
-No se amor… me siento confundido en este momento… realmente no pasaron las cosas como esperaba, todo fue muy pronto y nunca imaginé que aparecería alguien como Carlos…
-Alguien como Carlos?
-Sabes de que te hablo… como te maneja… te hace hacer lo que él quiere…
Tomamos mate en silencio, un largo rato. No hablamos más del tema, íbamos otra vez a comer donde mis suegros, por primera vez en bastante tiempo se vistió de una forma bastante descuidada unos jeans viejos, bastante holgados, un buzo amplio. Estuvo todo el tiempo charlando a solas con su padre, el viejo necesitaba hablar, lo angustiaba su situación, mientras tanto la madre me hablaba de lo linda que estaba su hija, como se había asentado con nuestra relación, siempre había sido inestable en las relaciones, no le duraban demasiado, por suerte me había encontrado a mí, dijo.
A la noche en la cama en casa otra vez me hizo desnudar y me montó, la notaba caliente todo el tiempo, yo estaba inmóvil con los brazos a los costados del cuerpo, ella se agarraba las tetas mostrándomelas, se apoyó con sus manos en mi pecho mientras se movía bien rico arriba de mí, cuando acabó vino a besarme, otra vez había llegado muy rápido, estaba caliente todo el tiempo me besaba, mientras me pajeaba, me dijo de nuevo al oído.
-Todavía no me contestaste que querés que pase… preferís que decida yo… me parece que como a mí me gusta que Carlos me diga que hacer… parece que a vos te encanta que yo te diga…
Aceleró su paja haciéndome acabar de una forma impresionante, mi semen cayó por mi estómago, llegó hasta mi pecho también, varios chorros abundantes, ella se durmió, estuve un largo rato pensando.
El lunes estuve todo el día revuelto, no pude ir a verlo a Carlos, lo que Ceci me había contado el día anterior me había dejado tambaleante en todo sentido, si bien yo había deseado empezar a abrir la relación, a que ella fuera jugando a hacerme cornudo, las cosas las había imaginado más lentas, con otros tiempos, pero en algún lugar era como Cecilia me había dicho, no era mi fantasía, era el deseo de más de una persona, y yo sentía que el juego se me había ido de las manos. No la avisé nada a Carlos que no iba, el martes a la noche en la cena Ceci me dijo que ella iba a ir a la casa de Carlos después de las clases el miércoles. No le contesté, quedamos un rato en silencio, me levanté a lavar los platos, ella se fue a prepararse para dormir, se sentía muy cansada, había tenido un día realmente duro y necesitaba descansar. Mientras lavaba pensaba que decirle, no se me ocurría que decir, me quedé mirando un rato una serie y cuando fui a la cama ya dormía. No hablamos del tema, me levanté más temprano que ella que dormía hasta más tarde, a la tarde cuando llegué ella no estaba, a las 19, que es el horario en que suele llegar no lo hizo, obviamente había decidido ir a verlo a Carlos, como me había dicho. Llegó cerca de la medianoche, yo me había acostado un rato antes, mi día de trabajo había sido muy duro, mi jefe me había estado exigiendo en exceso todo el día, estábamos en una fecha clave para le empresa, siempre corridos por horarios de entregas y solución de problemas a la brevedad, quedé seco en la cama. El jueves había un clima tenso entre nosotros, ninguno de los dos habló del tema. El viernes llegué a casa y Ceci no estaba, recibí un mensaje en el celular, era de Carlos,
-la extrañaba y la invite otra vez a casa… es un vicio…
Solo eso, no le contesté, estuve esperando en casa, nervioso, ansioso, eran cerca de las tres de la mañana y no había llegado, me fui a acostar y con toda la carga de la semana quedé finalmente dormido. Cuando me desperté ella estaba en la cocina tomando mate, me cebó uno, me senté a la mesa, ella estaba en ropa interior, estaba deliciosa, la miraba como embobado, se había dejado la melena bien larga, le quedaba muchísimo mejor el pelo largo, se había vuelto a teñir de rubio, se hacía la planchita habitualmente y el pelo le quedaba delicioso, sus formas parecían cada vez más contundentes, ella iba tres veces por semana al gimnasio, se cuidaba en las comidas, el único problema que teníamos era con el alcohol, que a veces tomábamos demasiado. Ninguno de los dos habló sobre el tema Carlos, ella me dijo que habían abierto un cena show nuevo que le recomendó Johana, que le gustaría que fuéramos a cenar con ellos, el sábado próximo. Ese sábado salimos a cenar a un restaurante cualquiera, se puso el vestido de la fiesta, estaba impresionante, los hombres la miraban algunos con disimulo otros no tanto. Fuimos en un taxi, que manejaba un señor mayor, que trataba todo el tiempo de mirar por el espejo hacia atrás. Cuando entramos al lugar ella habló
-Te gusta cómo me arreglé para vos… no tengo ropa interior… cómo cuando fui a la fiesta… te gusta?
-Vos me gustas… me encanta que te arregles para mi… estás hermosa…
-Me arreglo no solo para vos… me gusta que los hombres me miren… no sólo vos… el viejito del taxi… pobre no sabía cómo hacer para mirar para atrás…
-Estás realmente deliciosa…
-Carlos… -dijo haciendo una pausa después de decirlo.- quería seguir avanzando en nuestros juegos… pero le dije que primero quiero que aclare la situación con vos…
-Qué quiere decir avanzar en sus juegos…
-Ese es el problema… que tienen que ser nuestros juegos… vos también estás involucrado… sos mi marido…
-Y entonces?
-Me dijo que él quiere avanzar… pero el que se asustó sos vos… quiere que lo llames el lunes si te decidís… no va a estar esperándote para que lo dejes plantado… -se excusó para ir al baño, me pareció que simplemente quería mostrarse, caminaba lenta y sensualmente, yo la veía irse estaba deliciosa, no era un vestido para un restaurante común, la mayoría de los hombres la miraban con deseo, algunos con más disimulo otros con menos.
Cuando volvió a la mesa me sonrió, antes de sentarse me dio un suave beso en los labios, agachándose para dar una exquisita muestra de su culo a quien pudiera verlo. Estuvimos un largo rato comiendo en silencio, mientras ella había ido al baño el mozo había traído los platos.
-Y si no quiero verlo el lunes…? Que va a pasar…?
-A vos que te gustaría que pase…
-No sé, siento que todo pasó demasiado rápido… que de golpe sos una persona totalmente desconocida… -otra vez el silencio se prolongó un rato largo, cambiamos de tema hablamos de cosas cotidianas. Hablamos después de sus padres, su padre se tenía que hacer unos estudios por un problema de salud y eso la preocupaba bastante. Terminamos de cenar, el clima era raro, ella me dio sus manos sobre la mesa y otra vez se acercó para besarme, pedimos la cuenta y salimos. Volvimos a casa, nos besamos en el medio del living, me desnudé y me senté en el sillón, se levantó el vestido y me montó, la sentí muy excitada, puso sus pechos sobresaliendo sobre el vestido y me los dio a chupar tiraba su cabeza hacia atrás y nos estuvimos besando un montón, ella marcaba el ritmo de la cogida, que era muy suave, calma, los dos disfrutábamos mucho el encuentro y terminamos en la cama, ella con el vestido puesto, enrollado en la cintura mientras le daba de a cuatro por su cosita mientras veía como se bamboleaban sus tetas, ella gemía y me pedía que le diera bien fuerte, que se portaba mal, le di un par de cachetazos en los glúteos, pero casi con miedo de lastimarla, me acosté después en la cama y ella volvió a montarme, yo estaba con las manos caídas a los costados del cuerpo, me sentía dominado por semejante hembra, ella seguía marcando el ritmo, a horcajadas sobre mí veía sus pechos como se sacudían, ella me miraba desde su posición y vino a besarme cuando me pareció que estaba teniendo un orgasmo, se quedó un rato más sobre mí y se salió, yo no había llegado aún, se sacó el vestido del todo y se acostó a mi lado, me empezó a besar y rodeo mi miembro con su mano, me acariciaba suavemente.
-No me contestaste cuando te pregunté qué te gustaría que pase… -dijo dejando de pajearme y besándome, mi pija estaba durísima.
Nos estuvimos besando en silencio y fui a montarla, le empecé a dar bien duro, hasta que llegué en uno de esos orgasmos bestiales y creo que ella también volvió a llegar.
Nos despertamos tarde, tomamos unos mates, al principio en silencio, estaba en ropa interior, con los zapatos de la noche anterior, sabía que me calentaba verla así, me ofreció un mate
-Seguís sin contestarme que te gustaría que pase… -mi pija enseguida reaccionaba.
-No se amor… me siento confundido en este momento… realmente no pasaron las cosas como esperaba, todo fue muy pronto y nunca imaginé que aparecería alguien como Carlos…
-Alguien como Carlos?
-Sabes de que te hablo… como te maneja… te hace hacer lo que él quiere…
Tomamos mate en silencio, un largo rato. No hablamos más del tema, íbamos otra vez a comer donde mis suegros, por primera vez en bastante tiempo se vistió de una forma bastante descuidada unos jeans viejos, bastante holgados, un buzo amplio. Estuvo todo el tiempo charlando a solas con su padre, el viejo necesitaba hablar, lo angustiaba su situación, mientras tanto la madre me hablaba de lo linda que estaba su hija, como se había asentado con nuestra relación, siempre había sido inestable en las relaciones, no le duraban demasiado, por suerte me había encontrado a mí, dijo.
A la noche en la cama en casa otra vez me hizo desnudar y me montó, la notaba caliente todo el tiempo, yo estaba inmóvil con los brazos a los costados del cuerpo, ella se agarraba las tetas mostrándomelas, se apoyó con sus manos en mi pecho mientras se movía bien rico arriba de mí, cuando acabó vino a besarme, otra vez había llegado muy rápido, estaba caliente todo el tiempo me besaba, mientras me pajeaba, me dijo de nuevo al oído.
-Todavía no me contestaste que querés que pase… preferís que decida yo… me parece que como a mí me gusta que Carlos me diga que hacer… parece que a vos te encanta que yo te diga…
Aceleró su paja haciéndome acabar de una forma impresionante, mi semen cayó por mi estómago, llegó hasta mi pecho también, varios chorros abundantes, ella se durmió, estuve un largo rato pensando.
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