Continuamos con esta historia con un nuevo llamado telefónico y los protagonistas prosiguen con sus historias y ambos disfrutan de eso.
PD: Aclaración este relato no es mío. Lo leí hace mucho y lo encontré en mi PC y decidí compartirlo con todos ustedes. Espero que sigua siendo de su agrado.
La tercera parte
http://www.poringa.net/posts/relatos/5358134/Hola-estas-ahi-III.html
La cuarta parte de esta historia
–hola
–hola, qué tal la semana
–bien, muy bien, ¿y tú?
–también bien, me acabo de pegar una duchita rápida y estoy como nueva
–¿ah sí? ¿y qué te has puesto si puede saberse?
–mira que eres morboso, me he puesto una camiseta blanca muy grande
–y nada más
–nada más, debajo no hay nada, además me la he puesto cuando aún estaba mojada
–o sea, que se te están marcando bien los pezones ¿no?
–sí, y los muslos y la tripita también están bien marcados
–vas a mojar el sofá
–no, tonto, he puesto una toalla debajo y en el respaldo
–a ver si entra alguien en casa y te pilla así
–no hay peligro, hoy no viene nadie hasta dentro de mucho. ¿Tú que tienespuesto?
–un pantalón corto de deporte y una camiseta tipo baloncesto
–qué sexi
–venga ya, la que de verdad estás sexi eres tú, quién te pudiera ver
–jajajajaja, te vas a tener que conformar con la imaginación
–de solo imaginármelo ya se me está poniendo…
–ya empiezas, de verdad que eres un salido
–y qué le vamos hacer, uno es como es
–no, si me parece muy bien que seas un salido, lo que pasa es que me estásconvirtiendo a mí en una salida igual que tú
–jajajajajaja, ¿y te disgusta eso?
–no, me parece increíble lo que me está pasando contigo, si a mí me dice alguienhace un mes que me iba a poner cachonda hablando por teléfono con alguien queni siquiera conozco, le hubiera dicho que estaba loco
–jajajaja, la verdad es que es una gozada hablar contigo, yo tampoco me creomucho todo esto que nos está pasando
–bueno, vamos a entrar en materia… no me tenías que contar algo…
–¿algo? ¿qué?
–la visita que le hiciste a tu hermana la semana pasada
–ah, ya, bueno, vale, vamos allá. Fui de visita a casa de mis padres y ellos noestaban, solo estaba mi hermanita.
–que suerte ¿no?
–sí, la verdad es que sí, fui por la tarde y mis padres habían salido y se ibana quedar a cenar con unos amigos. Pero yo no iba con ninguna intenciónpremeditada, solo iba de visita
–ya, y yo me lo creo
–no te lo creas, pero es la pura verdad. Mi hermana me recibió con un par debesos en las mejillas y se fue a la cocina a sacar un par de cervezas
–¿estaba guapa? ¿qué tenía puesto?
–estaba espléndida. Se acababa de duchar como tú, tenía el pelo mojado recogidoen una toalla y tenía un albornoz blanco.
–sin nada debajo, me imagino
–era de suponer, pero no se podía saber porque el albornoz estaba bien atado
–los albornoces a veces pueden ser muy sugerentes
–y el de mi hermana lo era, le llegaba hasta medio muslo y amoldaba bien sufigurita
–te sacó un cerveza… y que pasó
–nos sentamos en el sofá del salón y hablamos de cosas sin importancia,preguntándonos que tal nos había ido y cosas de esas
–todo muy normal
–de lo más normal, no parecía que entre nosotros hubiera pasado lo que pasó elotro día, estábamos hablando como siempre
–sigue
–cuando se sentó y cruzó las piernas el albornoz se abrió un poquito y pudeapreciar sus divinas piernas, pero qué piernas tiene mi hermanita, no las hevisto mejores…
–¿se las miraste con descaro?
–no, que va, con total inocencia, era una mirada de admiración más que otracosa. Ella a media cerveza me dijo que tenía que secarse el pelo que si queríala podía ayudar
–eso ya es más interesante
–pero no lo dijo con ningún intención, yo ya le había secado el pelo muchasveces
–¿dónde fuisteis a hacer la operación?
–ella se levantó y fue al baño a por el secador, yo la seguí y entramos en suhabitación, se sentó en una silla cerca de un enchufe, yo enchufé el aparato,ella se quitó la toalla de la cabeza y no empecé a secar
–qué hermanito más cumplidor
–jajajajaja, le estuve secando un rato el pelo, con la mano izquierda sujetabael secador y la derecha la metía entre su pelo para airearlo, es así como sehace ¿no?
–más o menos, depende cómo le metieras los dedos entre su pelo, eso puede sermuy erótico si se hace bien
–yo lo intenté hacer lo más erótico posible, más que airearle el pelo lo que lehacía eran caricias en su cabecita, con los dedos separados le acariciaba elcuello, las sienes, las orejillas y, claro, también el pelo
–notaste algún cambio en tu hermana mientras le hacías eso?
–al principio no, pero después empezó a mover la cabeza de un lado a otro y deadelante hacia atrás, como siguiendo los movimientos de mi mano
–eso es que le estaba gustando mucho
–así lo interpreté yo, me daba la impresión que se estaba excitando con mistoques
–hablabais de algo…
–no, sólo se oía el zumbido del secador. Yo también me estaba empezando aexcitar con tanto meneo de cabeza de un lado para otro
–sigue, que yo también me estoy empezando a excitar con tanto zumbido
–la silla no tenía respaldo, así que me pegué a su espalda, ella no hizo ningúnademás de alejarse, es más, me dio la impresión que se echó un poquito paraatrás
–¿la tenías ya dura?
–a medias, pero no tardó mucho en ponerse a tope, ella a través del albornoz latenía que notar, pero no hizo nada, además con su movimientos de cabeza y suscruces de piernas el albornoz se había abierto un poco y desde mi posiciónpodía ver el principio de tus tetitas
–vaya visión, como para no excitarse, yo de solo imaginármelo me estoy poniendoa cien…
–eh, no te pongas cachonda con mi hermana, que es mi hermana…
–jajajajajaja, yo me pongo cachonda con quien me da la gana, habrase visto
–sabes, algún día le voy hablar de ti y de lo que hacemos y si ella quiere y túquieres tal vez os presente, pero eso algún día
–no serás capaz de contarle nuestras conversaciones… te mato. Me moriría devergüenza si ella se enterase
–bueno, ya veremos, sólo he dicho que tal vez
–sigue con lo tuyo y dejemos esto para más adelante, ¿vale?
–vale. Como el pelo ya estaba más que seco pero yo no quería acabar con lasituación, corté el aire caliente y empecé a echarle aire frío por la cabeza yel cuello. Ella giró la cabeza y me dijo: "¿qué haces?" Yo lerespondí que como hacía mucho calor y estaba sudando, le iba a refrescar unpoco
–qué cara
–ella se subió el pelo con las dos manos y yo empecé a airearle el cuello y lagarganta. Después me separé un poco de ella y tiré con una mano de su albornozhacia atrás y así poderle echar aire por la espalda.
–qué gozada tenía que ser eso
–a ella le gustó mucho pues se echó a reír y me dijo que siguiera que le dabamucho gustito el aire en la espalda. Lo malo es que el albornoz no daba más desí y no podía llegar más hacia abajo.
–ya te veo venir…
–le dije: "ahora por delante, para quitarte ese sudor que tienes", laeché contra mí, otra vez entró en contacto mi paquete con su espalda, y leempecé a refrescar por la zona del escote
–ya ya
–ella cerró los ojos y se dejó hacer. Con el aire y los movimientos el albornozestaba en uve hasta su cintura, ahora podía ver bien sus tetas, estabandivinas, les empecé a echar aire descaradamente encima de ellas, se le pusieronde punta enseguida
–me dan ganas de ir a por el secador y hacer lo mismo que tú… me las veo através de la camiseta y no veas cómo están
–pues hazlo, te espero
–mejor que no, sigue contando, me las voy a pellizcar por encima. ¿Qué reaccióntuvo tu hermana a esto?
–se quedó como hipnotizada, con los ojos cerrados, los brazos colgados a lolargo de su cuerpo y cargando todo su cuerpo sobre mí
–¿sobre ti pillín?
–bueno, sobre mi polla, se puede decir que era mi polla la que la sostenía.Agaché mi boca hasta la altura de su oreja derecha y le dije muy bajito:"desátate el cinturón del albornoz"
–¿ella lo hizo?
–tardó un poco en reaccionar pero lentamente llevó sus dos manos hacia el nudodel cinturón del albornoz y lo desató. Hizo todos los movimientos a cámaralenta como si estuviera pensando qué era lo que estaba haciendo y a qué seexponía al hacerlo
–menuda excitación debiste sentir al ver eso, que tu hermanita se abriera elalbornoz para exponerse ante ti
–no veas cómo me puso pues no solo deshizo el nudo sino que arrastró con susmanos los dos lados del albornoz hasta dejar al descubierto su pubis angelical.Me di cuenta que sus pelillos estaban mucho más cortos y arreglados que lasemana anterior, se había estado arreglando todo su monte de Venus. Mi sorpresay excitación al ver eso fue tal que se lo dije al oído: "Te has cortado elpelo". "Sí", me dijo ella sin abrir en ningún momento los ojos,"¿te gusta?"
–sabes, yo también me he hecho la peluquería ahí abajo esta semana, apenas se meven, me imagino que el monte de tu hermana estará parecido al mío
–vaya dos golfillas que estáis hechas, parece que os habéis puesto de acuerdopara ponerme a mil, sois unas putillas las dos
–jajajaja, no le llamarías putilla a tu hermanita ¿no?
–claro que no, es una forma de decir las cosas, a mi hermana le dije al oído:"me encanta cómo te lo has dejado, es perfecto, ¿cuándo se te ocurrióhacerte eso?" Ella abrió los ojos y mirándome hacia arriba me dijo:"Hace un par de días. Estaba sola en casa y me dio por meterme en labañera para relajarme y descansar, al secarme me di cuenta que tenía bastantelargos y desarreglados los pelos de pubis y me dije que por qué noarreglármelos un poco, me fui desnuda a mi habitación con una toalla para ponerdebajo y recoger los pelillos que fuera cortando, cogí unas tijeras y un espejoy empecé a cortar, fui cortando cortando hasta que casi me quedé sin nada,después fui a por una maquinilla de afeitar y arreglé los contornos y la partesuperior". "Pues te ha quedado muy bien para ser la primeravez", le dije. "Ya, pero lo que no pude hacerme bien fue la parte deabajo", dijo como disculpándose.
–vaya confidencias de hermanitos, eh. Te estaba poniendo a huevo la siguientepregunta, a que sí
–siiiiii, le pregunté como quien no quiere la cosa: "Si quieres te ayudo yodespués con la parte de abajo". "¿Lo harías?", me preguntó sinmirarme y poniéndose algo colorada. "Claro que sí, tonta. Ya verás quebien te lo dejo". "Eres un encanto de hermano", me dijo mientrassubía la mano hacía mi cara y me acariciaba el pómulo
–qué tierno y que cachondo a la vez, seguro que tu hermanita con esaconversación tendría los juguillos a tope
–me lo supuse, pero no lo podía ver pues estaba bastante alejado de su coñito,lo que sí pude ver fue como se cruzó las piernas y se las frotó una contra laotra
–me estás poniendo a cien, me he cruzado las piernas también y me estoy dando unpequeño masaje entre las dos, pero sin tocarme todavía… sigue
–como el tema del corte de pelos no estaba agotado, seguí indagando. Alargué elbrazo y empecé a echarle aire frío sobre la tripita y el monte de Venus y lepregunté cerca de oído: "¿Hiciste algo más que recortarte el pelo?"Ella echó una risita nerviosa y me dijo: "Mira que eres curioso,hermanito, sí hice algo más" "Qué" Ella separó las piernas paraque le diera el aire bien en el centro y me dijo: "Me masturbé"."Por qué lo hiciste", le pregunté mientras con la mano libre le saquésu brazo derecho del albornoz. "Porque me excité mucho con tanto toqueteo",me respondió dejando caer medio albornoz encima de la silla. "Y por quémas", le volví a preguntar mientras me cambiaba de mano el secador y conla mano libre le sacaba el otro brazo. "Y porque… porque… me imaginé lomucho que le iba a gustar al alguien…", el otro lado del albornoz cayóencima de la silla…
–joder, tío, para un poco, que me voy a correr solo con las piernas apretadas,qué excitación…
–"¿Quién es ese alguien?", le pregunté mientras le hice coger a ellael secador, me separé un poco y me bajé a la vez los pantalones y loscalzoncillos. Me volví a pegar a su espalda y volví a coger el secador
–tu polla en su espalda, eh, joder, nunca me han puesto una polla en mi espalda,debe ser una gozada. Y quién era ese alguien, pregunto yo…
–ella, antes de responder, subió las dos manos hasta mi cara y metió un dedo decada mano en mi boca tocándome la lengua mientras frotaba lascivamente laespalda contra mi polla: "Ese alguien es el mismo que me tiene ahora alborde del orgasmo, eres tú, hermanito, tú, que desde lo del otro día me tienesen continua excitación, tú y tu pollita maravillosa me tenéis todo el díacachonda, ni sé las veces que me he masturbado pensando en ti… qué excitación…qué placer… por favor, hermanito, hazme algo rápido que no aguanto más…"
–pero qué salida estaba… solo de imaginar lo que estaba sintiendo por dentro mehace correrme… me voy a correr en un plis plás, qué le hiciste, sátiro
–como comprenderás si ella estaba la borde del orgasmo yo no estaba menos, letenía la espalda pringada de jugos preseminales, pero con la urgencia que medijo que tenía no podía pensar en mi placer, sino en el de ella, pensé en unsegundo cuál sería la mejor manera de hacerla llegar y se me ocurrió hacerloallí mismo en la silla, me quité de detrás de ella y le fui bajando la cabezahasta que tocó el suelo, quedó como haciendo el puente encima de la silla, giréhasta ponerme enfrente de su coñito y lo vi todo abierto y empapado, ella abriólas piernas todo lo que pudo para ofrecerme su coño en todo su esplendor, porun momento pensé en metérsela y desvirgarla, ella seguro que no hubiera dichonada, estaba totalmente entregada, pero me pareció ir demasiado lejos, así queme agaché me puse de rodillas y empecé a hacerle una comida de coño deantología. Como era de esperar ella no tardó mucho en empezar a gritar como unaposesa y a correrse como una loca… se corrió… y se corrió… y se corrió…mientras decía repetidas veces hermanito…
–ahhhhhhh me corro yo también…. ahhhhhhh…. cabrón, cabrón cabrón… hermanito… mevas a matar… ohhhhhhhhhh, sigo… sigo… puffffff… veo las estrellas… qué placer…
–…
–…
–¿ya?
–ya
–bien ¿no?
–bien es poco, ha sido una de las mejores corridas de mi vida, estoy como cuandosalí de la ducha: empapadita por todos los dados
–mi hermana, cuando se calmó, me dijo lo mismo que tú, bueno, me dijo no quehabía sido una de las mejores, me dijo que había sido la mejor
–nos vas a destrozar a las dos
–jajajajaja, ya será menos, las dos tenéis un fondo infinito para el placer
–jajajajaja, eso me imagino que será un piropo. Y tú cómo acabaste, no me lo hascontado todavía
–pues como mi hermana no estaba en esos momentos para colaborar en nada, me lastuve que arreglar yo solito, le dije que se tumbara en el suelo boca abajo, meeché encima de ella y empecé a moverme como si me estuviera follando suprecioso culito, pero solo por encima, entre los papos, era fantástico sentirmi polla en medio de su culo. Pero ella, como queriéndome agradecer sugrandioso orgasmo, abrió totalmente sus piernas y dejó su agujerito a midisposición para que hiciera lo que quisiera con él. Yo me retiré un poco paravérselo bien y bajé un dedo para acariciárselo, eché saliva y el dedo entróhasta la mitad, fue tal la excitación que sentí al ver su culito y mi dedo enél que cuando quise arrimar mi polla allí empecé a correrme: fue bestial. Gritécomo nunca había gritado y mientras me corría empujé tanto que logré meter casila cabecita. Inundé todo su culo por dentro y por fuera. Ella giró la cabeza yme dijo riéndose: "Casi me la metes"
–qué fuerte ¿no?, metérsela a tu hermanita por el culo, es demasiado
–pero si no llegué a meterla, solo un pico, eso sí, cuando la saqué vi que suculito estaba un poco dilatado, si hubiera aguantado un poco más el orgasmo síque le la hubiera metido del todo, sólo de pensar en eso se me pone como uncamión
–¿la tienes ahora como un camión?
–sí, ha sido muy excitante lo que te he contado y además tu corrida ha sidobestial
–tú no has descargado todavía
–no, he estado varias veces a punto, pero no, todavía no
–qué aguante, chico, cómo controlas
–es que estaba muy metido en la historia y si me la meneaba a la vez, perdíaintensidad
–ya, pues ahora relájate y pajéate a gusto
–¿quieres que me haga ahora una paja?
–sí, quiero que te la menees con tanta intensidad que cuando te corras te lleguela leche hasta la cara, para que sepas lo que se siente cuando a una leenlechan la cara
–qué morbosa eres… y ¿qué me vas a contar para ayudarme?
–lo que quieras, mi semental, lo que quieras, pídeme algo y yo seré lo másexplícita posible
–a ver… algo que me excite mucho mucho… a mí lo que más me pone es ver a una tíamasturbándose o ver a dos tías haciéndoselo… prefiero esto último
–tú siempre de mirón…
–sí, lo reconozco, soy un voyeur nato, ya te lo dije, aunque aquí por teléfonoen vez de mirar por lo ojos miro por los oídos
–jajajajaja… eso se llama oidón, eres un escuchón
–jajajajaja… llámalo como quieras, pero empieza a soltar por esa boquita
–déjame pensar algo…
–¿con cuántas tías lo has hecho?
–llegar hasta el final con tres, besitos y toqueteos con alguna más, pero enserio sólo he estado con tres
–los besitos y toqueteos también me gustan… ¿quiénes son esas tres?
–me alegro que me hagas esa pregunta… jajajajajaja… la esperaba, una es la amigadel probador que ya te conté, otra, una amiga del colegio y la tercera… latercera…, esta es un poco más fuerte
–¿sí? ¿quién?
–la madre de una amiga
–¡la madre de una amiga! ¡qué bueno!… eso sí que está bien… ¿es la madre dealguna de las dos amigas que me has dicho antes?
–no, con esa amiga no he hecho nada, no me he atrevido, aunque me atrae unmontón, está muy bien
–pero está mejor su madre
–siiii, su madre está que no te la puedes ni imaginar
–pues vamos con esa madre. Me parece de lo más excitante que te enrolles con unamadre, mi morcillona ha dado un brinco cuando ha oído eso
–jajajajaja… lo sabía, sabía que ibas a elegir esa posibilidad, si ya te voyconociendo yo a ti
–es que tiene mucho morbo, no lo niegues… cómo es esa madre
–es una señora de cuarenta años que está para quitar el hipo, aparenta bastantesmenos, se cuida mucho, siempre va arregladita, bien vestida, sexi, atractiva,simpática, alegre… vamos… una diosa. Yo siempre que la veía me quedabaatontadita mirándola y escuchándola, y pensaba que así me gustaría a mí sercuando llegue a los cuarenta
–vaya con la señora, un bombón…
–un verdadero bombón. Y no veas el cuerpo que tiene
–cuándo le viste el cuerpo por primera vez
–mi amiga vive en un chalet a las afueras y tienen piscina, allí la vi porprimera vez en bikini
–solías ir mucho a esa piscina
–el verano pasado iba casi todos los días que hacía bueno, además teníamos queestudiar y así aprovechábamos para estudiar y bañarnos después
–o sea, que eras asidua a esa casa, que eras como de la casa ¿no?
–exactamente, me movía por la casa con total libertad y hasta iba cuando miamiga no estaba, o me quedaba cuando ella tenía que ir a algún sitio
–bien… tú te fijabas en ella siempre que podía, pero ella cuándo se empezó afijar en ti, cómo empezó el acercamiento
–nosotras siempre andábamos en bikini por la casa en todo momento, tanto paraestudiar, como en la piscina, como para comer, siempre nos estábamos luciendo
–¿en esa casa no había hombres nunca?
–sí, claro, estaba el padre de mi amiga, pero en verano, o estaba de viaje o novenía a casa hasta el atardecer, que era cuando yo ya no estaba
–sigue
–un día que mi amiga se tuvo que ir a no me acuerdo qué, me quedé yo solaestudiando
–en bikini
–claro, en bikini, como siempre, ya sabes, primero una hora de estudio y despuésa la piscina
–¿cómo era ese día el bikini?
–era blanco brillante, que contrastaba muy bien con mi piel morenita
–era grande, normal o pequeñito
–entre normal y pequeñito, pero no era un tanga. Mi culito estaba tapado, por lomenos parte de él y la parte de arriba también tapaba bien los pechos
–me lo estoy imaginando y me gusta, me he liberado ya de estorbos entre mi cuerpoy yo
–o sea, que estás en pelotas
–totalmente en pelotas
–te la estás cogiendo con la mano
–sí
–con la derecha o con la izquierda
–con la izquierda, para pajearme soy zurdo, para todo lo demás diestro
–jajajajajaja… y eso por qué
–no lo sé, pero un día descubrí que me daba más gusto mi mano izquierda que mimano derecha, y decidí entrenarla
–y la entrenaste a base de bien
–no veas, todos días teníamos gimnasia
–jajajajaja, pero qué guarrillo eres
–a lo que íbamos, estabas estudiando con un bikini blanco brillante que tequedaba de vicio…
–sí, en la habitación de mi amiga, y en eso entró su madre
–que también tendría un bikini que le quedaba de vicio, ¿de qué color era?
–era color fucsia como salpicado de brillantina, muy llamativo, y no veas comole quedaba… era un cuerpo diez
–qué te dijo
–me dijo que dejara de estudiar ya por hoy y que si quería fuera con ella a lacocina que iba a hacer un pastel
–¿tú le acompañaste?
–me quedé sorprendida al principio pero le dije que sí, pero que de poca ayudale iba a servir en la cocina pues no tenía ni idea de cocinar
–o sea, que tú de cocinar na de na
–jajajajaja… na de na, pero me levante y la seguí. Ella me cogió de la mano y mellevó hasta la cocina
–¿cuando ibais hacia la cocina no hubo más contacto que el de las manos?
–cuando pasábamos por el salón me soltó la mano y me cogió de la cintura, alsentir su mano y su brazo tuve un estremecimiento en todo mi cuerpo, ella sedio cuenta pero no dijo nada, solo me estrechó un poco más contra ella
–sentiste su cuerpo contra ti
–siiiii, mucho, al pegar su cadera contra la mía me excité, fue como si un rayome tocase, tuve esa sensación de dejadez que lleva la excitación que lo únicoque quieres y deseas es que te sigan tocando
–mi mano izquierda ya está haciendo gimnasia, sigue por favor, qué pasó en lacocina
–cuando llegamos a la cocina ella me soltó y como ya tenía casi todas las cosaspreparadas por la encimera me explicó en pocas palabras lo que íbamos a hacer,no te lo cuento para no aburrirte
–eso, vete más al grano que ya estoy muy excitado y quiero que me lleves a lamáxima excitación
–ella me dijo que yo hiciera la masa mientras ella cortaba las manzanas enrajitas, yo me puse a ella y eché cantidad de harina, ella se rió y me dijo queno hacía falta tanta, se pudo detrás de mí, pegada a mí, y con sus manos encimade las mías me dijo cómo había que amasar
–¿qué sentiste al tener su cuerpo pegado al tuyo?
–me puse muy nerviosa y no sabía qué hacer con las manos, ella me dijo que metranquilizara, que no era tan difícil y se puso a amasar conmigo, pero alhacerlo movía su cuerpo contra el mío, no veas que excitación sentí… jo, solode recordarlo me pongo otra vez a cien
–yo ya estoy a mucho más de cien… ¿te decía hago? ¿hablabais?
–hablaba sobre todo ella, yo estaba como ida, me decía que tenía un cuerpo muybonito y no sé cuántas cosas más, todas al lado del oído y de una manera muysensual, me estaba seduciendo, pero de qué manera
–tú ya estabas seducida… oye, una cosa, estoy con un calentón de espanto y mequiero correr ya, pero quiero que me acabes de contar tu historia, vete, porfavor, un poco más al grano y sé lo más morbosa que puedas
–vale, ella dejó mis manos amasando y las suyas las empezó a subir por misbrazos hasta los hombros, estaban llenas de harina por lo que te puedesimaginar cómo me estaba poniendo, metió sus dos manos en mis axilas y lasacarició, después se untó otra vez las manos en la harina y las llevó a mitripita me la puso perdida pero yo sentí un cosquilleo maravilloso, en una delas pasadas por mi tripita de abajo arriba arrastró con ellas la parte dearriba del bikini y me empezó a amasar la tetas
–cómo tendrías las tetas…
–jo, estaban duras como piedras, más o menos como las tengo ahora, me las cubrióbien de harina y continuó con mi cara y mi pelo, todo me estaba quedando blanco
–¿tú seguías con la masa?
–qué va, ya no podía hacer nada, solo estaba a la expectativa de lo que ella meiba haciendo. De repente me hizo dar la vuelta y me besó en la boca, un besoapasionado, lleno de lujuria, le miré a los ojos y se los vi llenos de deseo.Me agarró por el culo y me subió hasta la encimera, depositó encima de la masa
–¡encima de la masa, pero qué morbo! ¿Todavía tenías puesto el bikini?
–sí, pero me echó hacia atrás y a la vez que me tumbaba en la encimera me losacó, casi ni me enteré
–¿qué sensación te causó el contacto de la masa con tu culito?
–una sensación muy rara pero muy placentera. Ella me apretaba hacia abajo paraque la masa me entrara por el culito y entre las piernas. Cogió un puñado demasa y lo depositó encima de mi monte de Venus y empezó a amasarlo allí. Era lomás morboso que me había ocurrido en mi vida
–estarías empapada
–sí, y tanto, soltaba jugos como si tuviera un grifo abierto allí abajo, peroeso a ella le sirvió para condimentar la masa, empezó a mezclar la masa con misflujos, me metía los deditos en mi coñito y los cargaba de jugos y volvía a lamasa, así un rato
–ya estaría a punto de correrte ¿no?
–sí, ya no aguantaba más, ella se dio cuenta, dejó la masa y bajó sus labioshasta mi coñito, y empezó la mejor comida de coño que me hayan hecho nunca ycreo que me harán
–¿se notaba que no era el primer coñito que se comía?
–era toda una experta, seguro que no era su primer coño, pero yo ya estaba tanfuera de mí que no tardé en correrme como una loca, pegué un grito que debióoírse en todo el barrio ¡qué manera de correrme!
–jo, yo ya voy también… ahora… ahora… yaaaaaaaaaaaaaaaaaa oooooohhhh aghhhhhhhme corrrrrrrrrooooooooooooooo…
–yo… también… estoy llegando…… aaaaaahhhhhhhhhhhhhhh
–…
–…
–hola, ¿estás ahí?
–jajajajajaja… claro, dónde quieres que esté
–ha sido maravilloso
–un pasada, qué corrida más larga e intensa
–pufffffff
–paffffffff
–jajajajajajaja… bueno, princesita, habrá que dejarlo ya por hoy
–si, ya es tarde, lo mejor es que lo dejemos, ¿cuándo me llamarás otra vez?
–un día de estos, ya veremos, una cosa…
–qué
–¿cómo acabó ella? y ¿cómo os limpiasteis todo?
–hubo todavía bastante más, pues ella no se había corrido y así no se podíadejar la cosa, y después nos metimos juntas en la bañera… pero esto te locontaré otro día con más detalle, hoy ya no puedo más, estoy agotadita, ¿teimporta?
–qué me va a importar, lo comprendo, lo mejor es que lo dejemos por hoy. Un besomuy fuerte
–otro para ti, cielo, y con lengua
–jajajajaja… adiós
–adiós.
PD: Aclaración este relato no es mío. Lo leí hace mucho y lo encontré en mi PC y decidí compartirlo con todos ustedes. Espero que sigua siendo de su agrado.
La tercera parte
http://www.poringa.net/posts/relatos/5358134/Hola-estas-ahi-III.html
La cuarta parte de esta historia
–hola
–hola, qué tal la semana
–bien, muy bien, ¿y tú?
–también bien, me acabo de pegar una duchita rápida y estoy como nueva
–¿ah sí? ¿y qué te has puesto si puede saberse?
–mira que eres morboso, me he puesto una camiseta blanca muy grande
–y nada más
–nada más, debajo no hay nada, además me la he puesto cuando aún estaba mojada
–o sea, que se te están marcando bien los pezones ¿no?
–sí, y los muslos y la tripita también están bien marcados
–vas a mojar el sofá
–no, tonto, he puesto una toalla debajo y en el respaldo
–a ver si entra alguien en casa y te pilla así
–no hay peligro, hoy no viene nadie hasta dentro de mucho. ¿Tú que tienespuesto?
–un pantalón corto de deporte y una camiseta tipo baloncesto
–qué sexi
–venga ya, la que de verdad estás sexi eres tú, quién te pudiera ver
–jajajajaja, te vas a tener que conformar con la imaginación
–de solo imaginármelo ya se me está poniendo…
–ya empiezas, de verdad que eres un salido
–y qué le vamos hacer, uno es como es
–no, si me parece muy bien que seas un salido, lo que pasa es que me estásconvirtiendo a mí en una salida igual que tú
–jajajajajaja, ¿y te disgusta eso?
–no, me parece increíble lo que me está pasando contigo, si a mí me dice alguienhace un mes que me iba a poner cachonda hablando por teléfono con alguien queni siquiera conozco, le hubiera dicho que estaba loco
–jajajaja, la verdad es que es una gozada hablar contigo, yo tampoco me creomucho todo esto que nos está pasando
–bueno, vamos a entrar en materia… no me tenías que contar algo…
–¿algo? ¿qué?
–la visita que le hiciste a tu hermana la semana pasada
–ah, ya, bueno, vale, vamos allá. Fui de visita a casa de mis padres y ellos noestaban, solo estaba mi hermanita.
–que suerte ¿no?
–sí, la verdad es que sí, fui por la tarde y mis padres habían salido y se ibana quedar a cenar con unos amigos. Pero yo no iba con ninguna intenciónpremeditada, solo iba de visita
–ya, y yo me lo creo
–no te lo creas, pero es la pura verdad. Mi hermana me recibió con un par debesos en las mejillas y se fue a la cocina a sacar un par de cervezas
–¿estaba guapa? ¿qué tenía puesto?
–estaba espléndida. Se acababa de duchar como tú, tenía el pelo mojado recogidoen una toalla y tenía un albornoz blanco.
–sin nada debajo, me imagino
–era de suponer, pero no se podía saber porque el albornoz estaba bien atado
–los albornoces a veces pueden ser muy sugerentes
–y el de mi hermana lo era, le llegaba hasta medio muslo y amoldaba bien sufigurita
–te sacó un cerveza… y que pasó
–nos sentamos en el sofá del salón y hablamos de cosas sin importancia,preguntándonos que tal nos había ido y cosas de esas
–todo muy normal
–de lo más normal, no parecía que entre nosotros hubiera pasado lo que pasó elotro día, estábamos hablando como siempre
–sigue
–cuando se sentó y cruzó las piernas el albornoz se abrió un poquito y pudeapreciar sus divinas piernas, pero qué piernas tiene mi hermanita, no las hevisto mejores…
–¿se las miraste con descaro?
–no, que va, con total inocencia, era una mirada de admiración más que otracosa. Ella a media cerveza me dijo que tenía que secarse el pelo que si queríala podía ayudar
–eso ya es más interesante
–pero no lo dijo con ningún intención, yo ya le había secado el pelo muchasveces
–¿dónde fuisteis a hacer la operación?
–ella se levantó y fue al baño a por el secador, yo la seguí y entramos en suhabitación, se sentó en una silla cerca de un enchufe, yo enchufé el aparato,ella se quitó la toalla de la cabeza y no empecé a secar
–qué hermanito más cumplidor
–jajajajaja, le estuve secando un rato el pelo, con la mano izquierda sujetabael secador y la derecha la metía entre su pelo para airearlo, es así como sehace ¿no?
–más o menos, depende cómo le metieras los dedos entre su pelo, eso puede sermuy erótico si se hace bien
–yo lo intenté hacer lo más erótico posible, más que airearle el pelo lo que lehacía eran caricias en su cabecita, con los dedos separados le acariciaba elcuello, las sienes, las orejillas y, claro, también el pelo
–notaste algún cambio en tu hermana mientras le hacías eso?
–al principio no, pero después empezó a mover la cabeza de un lado a otro y deadelante hacia atrás, como siguiendo los movimientos de mi mano
–eso es que le estaba gustando mucho
–así lo interpreté yo, me daba la impresión que se estaba excitando con mistoques
–hablabais de algo…
–no, sólo se oía el zumbido del secador. Yo también me estaba empezando aexcitar con tanto meneo de cabeza de un lado para otro
–sigue, que yo también me estoy empezando a excitar con tanto zumbido
–la silla no tenía respaldo, así que me pegué a su espalda, ella no hizo ningúnademás de alejarse, es más, me dio la impresión que se echó un poquito paraatrás
–¿la tenías ya dura?
–a medias, pero no tardó mucho en ponerse a tope, ella a través del albornoz latenía que notar, pero no hizo nada, además con su movimientos de cabeza y suscruces de piernas el albornoz se había abierto un poco y desde mi posiciónpodía ver el principio de tus tetitas
–vaya visión, como para no excitarse, yo de solo imaginármelo me estoy poniendoa cien…
–eh, no te pongas cachonda con mi hermana, que es mi hermana…
–jajajajajaja, yo me pongo cachonda con quien me da la gana, habrase visto
–sabes, algún día le voy hablar de ti y de lo que hacemos y si ella quiere y túquieres tal vez os presente, pero eso algún día
–no serás capaz de contarle nuestras conversaciones… te mato. Me moriría devergüenza si ella se enterase
–bueno, ya veremos, sólo he dicho que tal vez
–sigue con lo tuyo y dejemos esto para más adelante, ¿vale?
–vale. Como el pelo ya estaba más que seco pero yo no quería acabar con lasituación, corté el aire caliente y empecé a echarle aire frío por la cabeza yel cuello. Ella giró la cabeza y me dijo: "¿qué haces?" Yo lerespondí que como hacía mucho calor y estaba sudando, le iba a refrescar unpoco
–qué cara
–ella se subió el pelo con las dos manos y yo empecé a airearle el cuello y lagarganta. Después me separé un poco de ella y tiré con una mano de su albornozhacia atrás y así poderle echar aire por la espalda.
–qué gozada tenía que ser eso
–a ella le gustó mucho pues se echó a reír y me dijo que siguiera que le dabamucho gustito el aire en la espalda. Lo malo es que el albornoz no daba más desí y no podía llegar más hacia abajo.
–ya te veo venir…
–le dije: "ahora por delante, para quitarte ese sudor que tienes", laeché contra mí, otra vez entró en contacto mi paquete con su espalda, y leempecé a refrescar por la zona del escote
–ya ya
–ella cerró los ojos y se dejó hacer. Con el aire y los movimientos el albornozestaba en uve hasta su cintura, ahora podía ver bien sus tetas, estabandivinas, les empecé a echar aire descaradamente encima de ellas, se le pusieronde punta enseguida
–me dan ganas de ir a por el secador y hacer lo mismo que tú… me las veo através de la camiseta y no veas cómo están
–pues hazlo, te espero
–mejor que no, sigue contando, me las voy a pellizcar por encima. ¿Qué reaccióntuvo tu hermana a esto?
–se quedó como hipnotizada, con los ojos cerrados, los brazos colgados a lolargo de su cuerpo y cargando todo su cuerpo sobre mí
–¿sobre ti pillín?
–bueno, sobre mi polla, se puede decir que era mi polla la que la sostenía.Agaché mi boca hasta la altura de su oreja derecha y le dije muy bajito:"desátate el cinturón del albornoz"
–¿ella lo hizo?
–tardó un poco en reaccionar pero lentamente llevó sus dos manos hacia el nudodel cinturón del albornoz y lo desató. Hizo todos los movimientos a cámaralenta como si estuviera pensando qué era lo que estaba haciendo y a qué seexponía al hacerlo
–menuda excitación debiste sentir al ver eso, que tu hermanita se abriera elalbornoz para exponerse ante ti
–no veas cómo me puso pues no solo deshizo el nudo sino que arrastró con susmanos los dos lados del albornoz hasta dejar al descubierto su pubis angelical.Me di cuenta que sus pelillos estaban mucho más cortos y arreglados que lasemana anterior, se había estado arreglando todo su monte de Venus. Mi sorpresay excitación al ver eso fue tal que se lo dije al oído: "Te has cortado elpelo". "Sí", me dijo ella sin abrir en ningún momento los ojos,"¿te gusta?"
–sabes, yo también me he hecho la peluquería ahí abajo esta semana, apenas se meven, me imagino que el monte de tu hermana estará parecido al mío
–vaya dos golfillas que estáis hechas, parece que os habéis puesto de acuerdopara ponerme a mil, sois unas putillas las dos
–jajajaja, no le llamarías putilla a tu hermanita ¿no?
–claro que no, es una forma de decir las cosas, a mi hermana le dije al oído:"me encanta cómo te lo has dejado, es perfecto, ¿cuándo se te ocurrióhacerte eso?" Ella abrió los ojos y mirándome hacia arriba me dijo:"Hace un par de días. Estaba sola en casa y me dio por meterme en labañera para relajarme y descansar, al secarme me di cuenta que tenía bastantelargos y desarreglados los pelos de pubis y me dije que por qué noarreglármelos un poco, me fui desnuda a mi habitación con una toalla para ponerdebajo y recoger los pelillos que fuera cortando, cogí unas tijeras y un espejoy empecé a cortar, fui cortando cortando hasta que casi me quedé sin nada,después fui a por una maquinilla de afeitar y arreglé los contornos y la partesuperior". "Pues te ha quedado muy bien para ser la primeravez", le dije. "Ya, pero lo que no pude hacerme bien fue la parte deabajo", dijo como disculpándose.
–vaya confidencias de hermanitos, eh. Te estaba poniendo a huevo la siguientepregunta, a que sí
–siiiiii, le pregunté como quien no quiere la cosa: "Si quieres te ayudo yodespués con la parte de abajo". "¿Lo harías?", me preguntó sinmirarme y poniéndose algo colorada. "Claro que sí, tonta. Ya verás quebien te lo dejo". "Eres un encanto de hermano", me dijo mientrassubía la mano hacía mi cara y me acariciaba el pómulo
–qué tierno y que cachondo a la vez, seguro que tu hermanita con esaconversación tendría los juguillos a tope
–me lo supuse, pero no lo podía ver pues estaba bastante alejado de su coñito,lo que sí pude ver fue como se cruzó las piernas y se las frotó una contra laotra
–me estás poniendo a cien, me he cruzado las piernas también y me estoy dando unpequeño masaje entre las dos, pero sin tocarme todavía… sigue
–como el tema del corte de pelos no estaba agotado, seguí indagando. Alargué elbrazo y empecé a echarle aire frío sobre la tripita y el monte de Venus y lepregunté cerca de oído: "¿Hiciste algo más que recortarte el pelo?"Ella echó una risita nerviosa y me dijo: "Mira que eres curioso,hermanito, sí hice algo más" "Qué" Ella separó las piernas paraque le diera el aire bien en el centro y me dijo: "Me masturbé"."Por qué lo hiciste", le pregunté mientras con la mano libre le saquésu brazo derecho del albornoz. "Porque me excité mucho con tanto toqueteo",me respondió dejando caer medio albornoz encima de la silla. "Y por quémas", le volví a preguntar mientras me cambiaba de mano el secador y conla mano libre le sacaba el otro brazo. "Y porque… porque… me imaginé lomucho que le iba a gustar al alguien…", el otro lado del albornoz cayóencima de la silla…
–joder, tío, para un poco, que me voy a correr solo con las piernas apretadas,qué excitación…
–"¿Quién es ese alguien?", le pregunté mientras le hice coger a ellael secador, me separé un poco y me bajé a la vez los pantalones y loscalzoncillos. Me volví a pegar a su espalda y volví a coger el secador
–tu polla en su espalda, eh, joder, nunca me han puesto una polla en mi espalda,debe ser una gozada. Y quién era ese alguien, pregunto yo…
–ella, antes de responder, subió las dos manos hasta mi cara y metió un dedo decada mano en mi boca tocándome la lengua mientras frotaba lascivamente laespalda contra mi polla: "Ese alguien es el mismo que me tiene ahora alborde del orgasmo, eres tú, hermanito, tú, que desde lo del otro día me tienesen continua excitación, tú y tu pollita maravillosa me tenéis todo el díacachonda, ni sé las veces que me he masturbado pensando en ti… qué excitación…qué placer… por favor, hermanito, hazme algo rápido que no aguanto más…"
–pero qué salida estaba… solo de imaginar lo que estaba sintiendo por dentro mehace correrme… me voy a correr en un plis plás, qué le hiciste, sátiro
–como comprenderás si ella estaba la borde del orgasmo yo no estaba menos, letenía la espalda pringada de jugos preseminales, pero con la urgencia que medijo que tenía no podía pensar en mi placer, sino en el de ella, pensé en unsegundo cuál sería la mejor manera de hacerla llegar y se me ocurrió hacerloallí mismo en la silla, me quité de detrás de ella y le fui bajando la cabezahasta que tocó el suelo, quedó como haciendo el puente encima de la silla, giréhasta ponerme enfrente de su coñito y lo vi todo abierto y empapado, ella abriólas piernas todo lo que pudo para ofrecerme su coño en todo su esplendor, porun momento pensé en metérsela y desvirgarla, ella seguro que no hubiera dichonada, estaba totalmente entregada, pero me pareció ir demasiado lejos, así queme agaché me puse de rodillas y empecé a hacerle una comida de coño deantología. Como era de esperar ella no tardó mucho en empezar a gritar como unaposesa y a correrse como una loca… se corrió… y se corrió… y se corrió…mientras decía repetidas veces hermanito…
–ahhhhhhh me corro yo también…. ahhhhhhh…. cabrón, cabrón cabrón… hermanito… mevas a matar… ohhhhhhhhhh, sigo… sigo… puffffff… veo las estrellas… qué placer…
–…
–…
–¿ya?
–ya
–bien ¿no?
–bien es poco, ha sido una de las mejores corridas de mi vida, estoy como cuandosalí de la ducha: empapadita por todos los dados
–mi hermana, cuando se calmó, me dijo lo mismo que tú, bueno, me dijo no quehabía sido una de las mejores, me dijo que había sido la mejor
–nos vas a destrozar a las dos
–jajajajaja, ya será menos, las dos tenéis un fondo infinito para el placer
–jajajajaja, eso me imagino que será un piropo. Y tú cómo acabaste, no me lo hascontado todavía
–pues como mi hermana no estaba en esos momentos para colaborar en nada, me lastuve que arreglar yo solito, le dije que se tumbara en el suelo boca abajo, meeché encima de ella y empecé a moverme como si me estuviera follando suprecioso culito, pero solo por encima, entre los papos, era fantástico sentirmi polla en medio de su culo. Pero ella, como queriéndome agradecer sugrandioso orgasmo, abrió totalmente sus piernas y dejó su agujerito a midisposición para que hiciera lo que quisiera con él. Yo me retiré un poco paravérselo bien y bajé un dedo para acariciárselo, eché saliva y el dedo entróhasta la mitad, fue tal la excitación que sentí al ver su culito y mi dedo enél que cuando quise arrimar mi polla allí empecé a correrme: fue bestial. Gritécomo nunca había gritado y mientras me corría empujé tanto que logré meter casila cabecita. Inundé todo su culo por dentro y por fuera. Ella giró la cabeza yme dijo riéndose: "Casi me la metes"
–qué fuerte ¿no?, metérsela a tu hermanita por el culo, es demasiado
–pero si no llegué a meterla, solo un pico, eso sí, cuando la saqué vi que suculito estaba un poco dilatado, si hubiera aguantado un poco más el orgasmo síque le la hubiera metido del todo, sólo de pensar en eso se me pone como uncamión
–¿la tienes ahora como un camión?
–sí, ha sido muy excitante lo que te he contado y además tu corrida ha sidobestial
–tú no has descargado todavía
–no, he estado varias veces a punto, pero no, todavía no
–qué aguante, chico, cómo controlas
–es que estaba muy metido en la historia y si me la meneaba a la vez, perdíaintensidad
–ya, pues ahora relájate y pajéate a gusto
–¿quieres que me haga ahora una paja?
–sí, quiero que te la menees con tanta intensidad que cuando te corras te lleguela leche hasta la cara, para que sepas lo que se siente cuando a una leenlechan la cara
–qué morbosa eres… y ¿qué me vas a contar para ayudarme?
–lo que quieras, mi semental, lo que quieras, pídeme algo y yo seré lo másexplícita posible
–a ver… algo que me excite mucho mucho… a mí lo que más me pone es ver a una tíamasturbándose o ver a dos tías haciéndoselo… prefiero esto último
–tú siempre de mirón…
–sí, lo reconozco, soy un voyeur nato, ya te lo dije, aunque aquí por teléfonoen vez de mirar por lo ojos miro por los oídos
–jajajajaja… eso se llama oidón, eres un escuchón
–jajajajaja… llámalo como quieras, pero empieza a soltar por esa boquita
–déjame pensar algo…
–¿con cuántas tías lo has hecho?
–llegar hasta el final con tres, besitos y toqueteos con alguna más, pero enserio sólo he estado con tres
–los besitos y toqueteos también me gustan… ¿quiénes son esas tres?
–me alegro que me hagas esa pregunta… jajajajajaja… la esperaba, una es la amigadel probador que ya te conté, otra, una amiga del colegio y la tercera… latercera…, esta es un poco más fuerte
–¿sí? ¿quién?
–la madre de una amiga
–¡la madre de una amiga! ¡qué bueno!… eso sí que está bien… ¿es la madre dealguna de las dos amigas que me has dicho antes?
–no, con esa amiga no he hecho nada, no me he atrevido, aunque me atrae unmontón, está muy bien
–pero está mejor su madre
–siiii, su madre está que no te la puedes ni imaginar
–pues vamos con esa madre. Me parece de lo más excitante que te enrolles con unamadre, mi morcillona ha dado un brinco cuando ha oído eso
–jajajajaja… lo sabía, sabía que ibas a elegir esa posibilidad, si ya te voyconociendo yo a ti
–es que tiene mucho morbo, no lo niegues… cómo es esa madre
–es una señora de cuarenta años que está para quitar el hipo, aparenta bastantesmenos, se cuida mucho, siempre va arregladita, bien vestida, sexi, atractiva,simpática, alegre… vamos… una diosa. Yo siempre que la veía me quedabaatontadita mirándola y escuchándola, y pensaba que así me gustaría a mí sercuando llegue a los cuarenta
–vaya con la señora, un bombón…
–un verdadero bombón. Y no veas el cuerpo que tiene
–cuándo le viste el cuerpo por primera vez
–mi amiga vive en un chalet a las afueras y tienen piscina, allí la vi porprimera vez en bikini
–solías ir mucho a esa piscina
–el verano pasado iba casi todos los días que hacía bueno, además teníamos queestudiar y así aprovechábamos para estudiar y bañarnos después
–o sea, que eras asidua a esa casa, que eras como de la casa ¿no?
–exactamente, me movía por la casa con total libertad y hasta iba cuando miamiga no estaba, o me quedaba cuando ella tenía que ir a algún sitio
–bien… tú te fijabas en ella siempre que podía, pero ella cuándo se empezó afijar en ti, cómo empezó el acercamiento
–nosotras siempre andábamos en bikini por la casa en todo momento, tanto paraestudiar, como en la piscina, como para comer, siempre nos estábamos luciendo
–¿en esa casa no había hombres nunca?
–sí, claro, estaba el padre de mi amiga, pero en verano, o estaba de viaje o novenía a casa hasta el atardecer, que era cuando yo ya no estaba
–sigue
–un día que mi amiga se tuvo que ir a no me acuerdo qué, me quedé yo solaestudiando
–en bikini
–claro, en bikini, como siempre, ya sabes, primero una hora de estudio y despuésa la piscina
–¿cómo era ese día el bikini?
–era blanco brillante, que contrastaba muy bien con mi piel morenita
–era grande, normal o pequeñito
–entre normal y pequeñito, pero no era un tanga. Mi culito estaba tapado, por lomenos parte de él y la parte de arriba también tapaba bien los pechos
–me lo estoy imaginando y me gusta, me he liberado ya de estorbos entre mi cuerpoy yo
–o sea, que estás en pelotas
–totalmente en pelotas
–te la estás cogiendo con la mano
–sí
–con la derecha o con la izquierda
–con la izquierda, para pajearme soy zurdo, para todo lo demás diestro
–jajajajajaja… y eso por qué
–no lo sé, pero un día descubrí que me daba más gusto mi mano izquierda que mimano derecha, y decidí entrenarla
–y la entrenaste a base de bien
–no veas, todos días teníamos gimnasia
–jajajajaja, pero qué guarrillo eres
–a lo que íbamos, estabas estudiando con un bikini blanco brillante que tequedaba de vicio…
–sí, en la habitación de mi amiga, y en eso entró su madre
–que también tendría un bikini que le quedaba de vicio, ¿de qué color era?
–era color fucsia como salpicado de brillantina, muy llamativo, y no veas comole quedaba… era un cuerpo diez
–qué te dijo
–me dijo que dejara de estudiar ya por hoy y que si quería fuera con ella a lacocina que iba a hacer un pastel
–¿tú le acompañaste?
–me quedé sorprendida al principio pero le dije que sí, pero que de poca ayudale iba a servir en la cocina pues no tenía ni idea de cocinar
–o sea, que tú de cocinar na de na
–jajajajaja… na de na, pero me levante y la seguí. Ella me cogió de la mano y mellevó hasta la cocina
–¿cuando ibais hacia la cocina no hubo más contacto que el de las manos?
–cuando pasábamos por el salón me soltó la mano y me cogió de la cintura, alsentir su mano y su brazo tuve un estremecimiento en todo mi cuerpo, ella sedio cuenta pero no dijo nada, solo me estrechó un poco más contra ella
–sentiste su cuerpo contra ti
–siiiii, mucho, al pegar su cadera contra la mía me excité, fue como si un rayome tocase, tuve esa sensación de dejadez que lleva la excitación que lo únicoque quieres y deseas es que te sigan tocando
–mi mano izquierda ya está haciendo gimnasia, sigue por favor, qué pasó en lacocina
–cuando llegamos a la cocina ella me soltó y como ya tenía casi todas las cosaspreparadas por la encimera me explicó en pocas palabras lo que íbamos a hacer,no te lo cuento para no aburrirte
–eso, vete más al grano que ya estoy muy excitado y quiero que me lleves a lamáxima excitación
–ella me dijo que yo hiciera la masa mientras ella cortaba las manzanas enrajitas, yo me puse a ella y eché cantidad de harina, ella se rió y me dijo queno hacía falta tanta, se pudo detrás de mí, pegada a mí, y con sus manos encimade las mías me dijo cómo había que amasar
–¿qué sentiste al tener su cuerpo pegado al tuyo?
–me puse muy nerviosa y no sabía qué hacer con las manos, ella me dijo que metranquilizara, que no era tan difícil y se puso a amasar conmigo, pero alhacerlo movía su cuerpo contra el mío, no veas que excitación sentí… jo, solode recordarlo me pongo otra vez a cien
–yo ya estoy a mucho más de cien… ¿te decía hago? ¿hablabais?
–hablaba sobre todo ella, yo estaba como ida, me decía que tenía un cuerpo muybonito y no sé cuántas cosas más, todas al lado del oído y de una manera muysensual, me estaba seduciendo, pero de qué manera
–tú ya estabas seducida… oye, una cosa, estoy con un calentón de espanto y mequiero correr ya, pero quiero que me acabes de contar tu historia, vete, porfavor, un poco más al grano y sé lo más morbosa que puedas
–vale, ella dejó mis manos amasando y las suyas las empezó a subir por misbrazos hasta los hombros, estaban llenas de harina por lo que te puedesimaginar cómo me estaba poniendo, metió sus dos manos en mis axilas y lasacarició, después se untó otra vez las manos en la harina y las llevó a mitripita me la puso perdida pero yo sentí un cosquilleo maravilloso, en una delas pasadas por mi tripita de abajo arriba arrastró con ellas la parte dearriba del bikini y me empezó a amasar la tetas
–cómo tendrías las tetas…
–jo, estaban duras como piedras, más o menos como las tengo ahora, me las cubrióbien de harina y continuó con mi cara y mi pelo, todo me estaba quedando blanco
–¿tú seguías con la masa?
–qué va, ya no podía hacer nada, solo estaba a la expectativa de lo que ella meiba haciendo. De repente me hizo dar la vuelta y me besó en la boca, un besoapasionado, lleno de lujuria, le miré a los ojos y se los vi llenos de deseo.Me agarró por el culo y me subió hasta la encimera, depositó encima de la masa
–¡encima de la masa, pero qué morbo! ¿Todavía tenías puesto el bikini?
–sí, pero me echó hacia atrás y a la vez que me tumbaba en la encimera me losacó, casi ni me enteré
–¿qué sensación te causó el contacto de la masa con tu culito?
–una sensación muy rara pero muy placentera. Ella me apretaba hacia abajo paraque la masa me entrara por el culito y entre las piernas. Cogió un puñado demasa y lo depositó encima de mi monte de Venus y empezó a amasarlo allí. Era lomás morboso que me había ocurrido en mi vida
–estarías empapada
–sí, y tanto, soltaba jugos como si tuviera un grifo abierto allí abajo, peroeso a ella le sirvió para condimentar la masa, empezó a mezclar la masa con misflujos, me metía los deditos en mi coñito y los cargaba de jugos y volvía a lamasa, así un rato
–ya estaría a punto de correrte ¿no?
–sí, ya no aguantaba más, ella se dio cuenta, dejó la masa y bajó sus labioshasta mi coñito, y empezó la mejor comida de coño que me hayan hecho nunca ycreo que me harán
–¿se notaba que no era el primer coñito que se comía?
–era toda una experta, seguro que no era su primer coño, pero yo ya estaba tanfuera de mí que no tardé en correrme como una loca, pegué un grito que debióoírse en todo el barrio ¡qué manera de correrme!
–jo, yo ya voy también… ahora… ahora… yaaaaaaaaaaaaaaaaaa oooooohhhh aghhhhhhhme corrrrrrrrrooooooooooooooo…
–yo… también… estoy llegando…… aaaaaahhhhhhhhhhhhhhh
–…
–…
–hola, ¿estás ahí?
–jajajajajaja… claro, dónde quieres que esté
–ha sido maravilloso
–un pasada, qué corrida más larga e intensa
–pufffffff
–paffffffff
–jajajajajajaja… bueno, princesita, habrá que dejarlo ya por hoy
–si, ya es tarde, lo mejor es que lo dejemos, ¿cuándo me llamarás otra vez?
–un día de estos, ya veremos, una cosa…
–qué
–¿cómo acabó ella? y ¿cómo os limpiasteis todo?
–hubo todavía bastante más, pues ella no se había corrido y así no se podíadejar la cosa, y después nos metimos juntas en la bañera… pero esto te locontaré otro día con más detalle, hoy ya no puedo más, estoy agotadita, ¿teimporta?
–qué me va a importar, lo comprendo, lo mejor es que lo dejemos por hoy. Un besomuy fuerte
–otro para ti, cielo, y con lengua
–jajajajaja… adiós
–adiós.
1 comentarios - Hola... estás ahí? IV