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Memorias de Vida - Noticias (1)

Hola a todos los que lean esto, mi nombre es David actualmente tengo 41 años, casado (no legalmente) con dos increibles mujeres, padre de 5 hermosas hijas y alguno que otro retoño del cual les contaré a su debido tiempo.

Regresemos en el tiempo, 20 años atrás en el lejano 2003 una fría mañana de marzo, aunque se acercaba la primera el frío del invierno no parecía desaparecer de ese pequeño departamento que compartía con mi novia Leila.

Leila, que puedo decir de de ella es una mujer fantastica, de 1.51 de altura, ojos cafe con un aire asiatico que adoraba, su cabello negro brillante y unos pechos que no podia abarcar con mi mano, la considere mi primer gran amor y en ese entonces la consideraba el amor de mi vida, ella tenia 19 yo 21, ambos en la universidad yo a punto de terminar mi carrera en finanzas ella iniciando sus estudios en la escuela de artes, llevabamos 6 meses viviendo juntos.

Esa mañana, una vez más al abrir los ojos, ella estaba acurrucada sobre mi brazo izquierdo, ambos desnudos compartiendo calor corporal.

- buenos dias amor -exclamaba Leila con una voz adormilada, pegándose mas a mi

- vaya despiertas temprano hoy, después de todo el ejercicio de anoche me sorprende -respondí mientras le daba un pequeño beso en la frente

-ja ja si solo fueron 4 horas, hemos cogido más tiempo que en otras ocasiones -esa sonrisa coqueta que apareció al terminar su frase me hizo sonreír.

Ella se quedó mirándome, conocía bien esa mirada algo le causaba curiosidad y tambien sabia que esa mano izquierda inquieta que se deslizaba de mi pecho a mi vientre buscaba algo.

- amor debo ir al gimnasio temprano hoy, y tu con tus padres a des uff -su pequeña mano ya subía y bajaba por mi duro miembro evitando que terminara mi frase.

-si si, pero primero dime que tienes en la cabeza, tienes esa mirada de que algo te preocupa -su boca atacaba mi cuello y su mano mi miembro que ya había comenzado a emitir precum.

-solo es esa sensación de que algo malo pasara ya sabes, yo y mis corazonadas amor -

Ella se detuvo y sonrió, esa sonrisa picara solo significaba una cosa.

-bueno conozco una muy buena manera de alejar esa sensacion - Con un agil movimiento, mi pequeña gatita subio y comenzo a acomodar mi miembro en su ya humedo sexo.

- es tan aah grande -las palabras abandonaban su boca mientras bajaba su cuerpo sobre mi erecto miembro, su coño apretado, mojado, con un poco de vello sobre el pubis engullía mi falo y yo llevaba mis manos a sus caderas.

Ante mi sus enormes pechos, adornados con unos pezones café claro de gran tamaño, botaban al ritmo de sus caderas, era incapaz de abarcarlos con mis grandes manos, pero el instinto de llevarlos a mi boca era más fuerte, alcance ese bello pezón derecho mordiéndolo para provocar un fuerte gemido en mi amada.

El tiempo pasaba mientras nuestros cuerpos se unían física y mental, dándonos caricias y besos sin romper el ritmo de nuestros sexos, hasta que al fin ambos explotamos llenándonos de placer, ella abrazándome con sus piernas y brazos, clavando las uñas en mi espalda, por otro lado mi miembro explotando dentro de ella, llenando su útero de abundante semen.

Que podría estar mal, tengo mi departamento, tengo el amor de Leila y su compañía, eso era lo que pasaría por mi mente las siguientes 3 horas.

- amor, lo quiero en mi cara -

Leila lo pedía en una voz tan morbosa que era imposible negarme, ambas manos subiendo y bajando, mi pene cubierto en sus jugos, marcando más venas a punto de explotar en su cara, ella sacó la lengua, el palpitar le avisaba que su premio venia, y un segundo antes de que pudiera otorgarle su ansiado premio, el timbre de la puerta me distrajo, provocando que el primer chorro rozó su mejilla izquierda.

-buuu me perdí el más abundante -decía de mala gana mi gatita mientras el resto de leche cubría su delicado rostro.

Entre disculpas y buscar un pantalón deportivo para atender la puerta, al abrir un chico pregunto por mi nombre y tras una firma me entregó un sobre, dentro un pequeño contrato y una carta, al leerlo recibí una noticia que jamás pensé llegaría.

Caí sobre mi sofá, me sentía confundido y algo triste, mi padre había muerto, hace mas de 10 años que no teniamos una relacion de padre e hijo, su segunda familia tenía algo que ver, aun asi la noticia me tomó por sorpresa.

Leila salía de la habitación, su rostro limpio, ella se veía radiante , al notar la sorpresa en mi rostro solo se acerco preguntando

-amor...amor estás bien? -tomandome de las manos

Yo solo asentí, sin saber que esa noticia iba a cambiar mi vida para siempre.

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