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Erica, mi hermanastra: Capítulo especial

INFO DE ESTE CAPÍTULO ESPECIAL EN

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Buenas!

Se trata de un capítulo especial de "Erica, mi hermanastra".

Son 40 páginas y no digo más.

Acá dejo el primero capítulo completo de esta historia tan pedida y reclamada



Erica, mi hermanastra

de Hiphop911


CAPÍTULO 1


Buenos Aires, pleno verano.
Mi viejo se venía a vivir un tiempo con su otra pareja y la hija de ésta, a un barrio top de la Ciudad.
Hacía tiempo que se había separado de mi madre y formó otra familia, en Córdoba.
No estaba distanciado de él, pero no lo veía muy seguido desde que se había casado nuevamente.
Es más, nunca tuve la oportunidad de conocer siquiera a su nueva hija, es decir, mi hermanastra.
Erica… Ese es su nombre. Tiene mí misma edad. 20 años.
Es increíble que nunca la haya conocido, más aún, cuando su mamá llevaba casi 10 años con mi papá, Carlos.
Ni siquiera nos seguíamos en Instagram o en Facebook.
Como que nunca se involucró conmigo, ni yo con ella.
En fin, por cuestiones de trabajo, una oportunidad laboral muy importante de mi padre, se venían para acá.
Quien sabe por cuánto tiempo.
A su madre, Sandra, sí la conocía y me caía muy bien.
Las dos o tres veces que la ví, fue muy atenta conmigo. La verdad es que no tengo nada malo para decir de ella.
Mi vieja, Laura, también había rehecho su vida, por lo que la relación con mi viejo, se mantenía en muy buenos términos. Tanto así, que él le comentó, que su hijastra no estaba muy contenta de volver a Buenos Aires.
Y es entendible, ya que regresar a su San Isidro natal, después de haber formado su vida en otra provincia, era algo no muy agradable…
Una tarde, estábamos tomando unos mates con mi mamá. Yo gozaba de unas vacaciones de la facultad y contaba con bastante tiempo libre.
MA: ¡Bueno Julián, vas a conocer a tu hermana!
YO: Así parece, después de 10 años casi… Pero no es mi hermana
MA: No seas malo, nene... Es hija de tu padre
YO: Política...
MA: ¿Por qué estás tan reacio?.- Me preguntó sorprendida.
YO: No, solo digo... No la conozco… Nunca tampoco habrá querido conocerme... ¿por qué, voy a estar emocionado?
MA: Cosas de la vida. Pasa… Además, según tu padre, es una excelente persona.
YO: Ya veremos jaja
MA: Él me manda fotos, a veces. Es una muñequita…
Era verdad.
Alguna que otra vez, la curiosidad me llevó a ver sus redes.
Mucho no había, dado que no la seguía, ni la tenía entre mis amigos, pero se veía que era linda.
De ojos verdes… Parecía alta en las fotos.
Tenía cara de ser re anti.
De esas chicas que pasan caminando por al lado tuyo y ni te registran.
En las imágenes que vi, tenía el pelo castaño, algo coloradito.
Usaba flequillo.
En definitiva, era como decía mi vieja… Una muñequita.
Mentiría si digo que no estaba nervioso de conocerla.
Me la imaginaba con una personalidad fuerte. No sé por qué.
Tanto así, que días después, cuando mi madre los iba a recibir en casa, me levanté con un poco de dolor de estómago.
Me bañé y me cambié para la ocasión.

Mi vieja me miraba y se reía.
Pero no quería causarle una mala impresión a la primera. Sobre todo, porque yo era de andar muy de entrecasa siempre.
Pero como no podía con mi genio, estuve horas para decidirme.
Finalmente, me puse una remera negra con el dibujo de "BACK TO THE FUTURE" y el DeLorean con fuego. En la parte de abajo un jean.
Que fuera lo que dios quisiera…
Me la imaginaba llegando re vestida, mal.
Pero bueno, tampoco iba a disfrazarme de algo que no soy, je…
Cuando sonó el timbré, sentí que había sido como una campanada del infierno.
Los nervios que me venían eran más fuertes que los que sentí aquella vez que perdí la virginidad.
Pero ¿Por qué?
Mi vieja fue a recibirlos.
Como dije, tenía muy buena relación con ellos.
Cuando abrió la puerta entró una luz parecida a las de la entrada al paraíso. Como un destello luminoso que inundó la casa.
Ni lo vi a mi papá, ni a su esposa.
La vi a ella.
Parecía un ángel.
Quedé parado, estático.
Era alta, como pensaba, de mirada luciferina.
Muy linda. La verdad que llamaba la atención de cualquiera que la viera.
Incluso la mía.
Tragué saliva…
¿Por qué sentía eso?
MA: !Ey! ¿No vas a saludar vos?- Me dijo.
Estaba totalmente estupidizado.
Erica permaneció en la entrada del recibidor, con sus manos juntas delante.
YO: ¡Eh... Sí... Hola!.- Expresé saliendo del trance.
Hacía bastante que no veía a mi viejo y casi ni lo registré.
¡Qué pedazo de boludo! No podía dejar de mirarla como un salame.
Era mi hermanastra, Erica.
Pero como una suerte de imán, mi atención no la dejaba.
Saludé a mi padre y a Sandra.
Luego dirigí mi mirada hacia ella.
Creo que se habrá dado cuenta de que la observaba como un tarado.
Ya que me veía de arriba a abajo con cara rara.
Me acerqué y la saludé con un beso en la mejilla.
"Hola" me dijo.
Me salió una sonrisa desde el fondo del alma al saludarla.
¿Qué me pasaba?
Se rió apenas por eso.
Habrá pensado "Dios, pero que salame este pibe".
YO: ¿¿Todo bien??.- Le dije intentando no tartamudear.
ERI: Me gusta tu remera…- Expresó y siguió caminando, mirando la casa.
Obvio que me quedé parado ahí como una estatua.
Al menos no la había cagado con la remera.
Nunca me había puesto tan nervioso. En verdad…
Hasta mi vieja se dio cuenta.
Su actitud, onda rebelde, al menos a la primera, parecía ser como la que imaginaba.
No me dio demasiada bolilla.
Ella estaba vestida normal también, tanto problema que me hice.
Un jean con un vestidito corto por encima.
Bastante colorado era su pelo. Más que en la foto que vi.
Tenía algunas pequitas en el rostro.
Sí, la re fiché. Completamente.
Un estilo Bella Thorne o Jennifer Lawrence quedaba con el flequillito, pero más linda, je.
Ciertamente, me había impactado.
MA: ¿Te vas a quedar ahí?.- Expresó tentada
Yo seguía parado en la puerta de entrada como un boludo.
YO: Sí, sí…
Me adelanté con ellos.
Mi vieja hablaba con Sandra y mi viejo a mí.
Erica iba delante.
Tenía cara de ¿Qué hago acá?
Más o menos me ponía al día con él, si bien hablábamos por teléfono. Mientras lo escuchaba, la miraba a ella y su jean ajustado.
Parecía tener muy lindas piernas.
Yo sabía que tenía que dejar de mirar. Pero lo hacía automático.
Era la hija de mi viejo y no podía tener ese tipo de pensamientos.
Bueno, por afinidad, pero su hija al fin.
¿No?
En un momento, le habló a mi vieja y por poco me ve con mis ojos en su cola.
Si no puedo ser más imbécil.
Safé por un microsegundo. Muy cerca estuvo…
Parecía tener un buen atributo trasero.
Es increíble, continúo hablando de ella de esa forma.
Dios…
¿Qué pasaba conmigo? ¿Me había vuelto loco acaso?
Recorrimos la casa como si fuera un museo.
No era una mansión, pero sí bastante grande. Además de que cada dos metros se frenaban
contándose cosas de la vida y no terminaban más.
La cara de Erica lo decía todo.
No se iba a comportar con mala educación, pero su cara de pocos amigos, se notaba. No tenía ni la más mínima intención de estar ahí socializando.
Cuando la miraba para incluirla en la conversación con mi papá, ella miraba para otro lado y seguía en la suya.
Uff… Esto iba a ser difícil…
Me preguntaba si tendría novio.
Seguramente sí dado lo hermosa que era.
Es más, era probable que parte de su frustración de estar en Bs As, fuera a causa de ello.
Pero estaba divagando. No sabía si eso era así en verdad.
Solo intentaba descifrarla.
Otro atributo que me llamaba mucho la atención, era su delantera.
Suena a muy pajero, pero de verdad era un imán su cuerpo. El perfume que sentía al estar cerca de ella…
Yo me sentía el peor. Trataba de consolar mi pajerosidad convenciéndome de que no era mi
hermana de sangre.
Pero no dejaba de estar mal.
No sé…
Tampoco me iba auto juzgar.
Era una pendeja que llamaba mucho la atención y el que esté libre de pecado...
Ya en el fondo (tenemos una casa grande), ella se me acercó.
Creo que después de todo, iba a dirigirme la palabra.
¡Finalmente!
Juro que verla caminando hacia mí, me intimidaba. Y yo no era una persona fácil de amedrentar…
1,70 mts medía seguro.
Me miró con una cara como si hubiese cometido un homicidio y me dijo:
ERI: Te gusta mucho mi jean, ¿no?.- Y levantó una ceja.
La puta madre…
Se dio cuenta que la había mirado.
¿Y ahora que hacía? ¿De qué me disfrazaba?
Sentí como que todo se podría ir a la mierda. Que me iba a acusar y la vergüenza que iba a dar.
ERI: ¿Te parece mirarle el culo a tu hermanastra?.- Expresó de forma vehemente, pero bajito.
La presión arterial se me fue al suelo. Al subsuelo, diría…
YO: ¡Eh! ¡No! ¿Qué decís? ¡Cualquiera! - Me salió decirle, desesperadamente.
Me puse a mil grados de temperatura.
Tenía que zafarla como fuera.
ERI: ¡¡Qué desubicado, pendejo!!
YO: Te juro que nada que ver...
Ya estaba listo.
Se quedó en silencio como cinco segundos, mirándome con cara de incredulidad.
Vaya forma de presentarme ante ella…
Luego, finalmente expresó.
ERI: Es joda, nene... ¡Qué carucha que pusimos, eh!.- Exclamó sonriendo levemente y yéndose contenta con su maldad.
¿Cómo?
¿Era una joda lo que estaba haciendo?
Ya me sentía mega sudado…
¡Qué maldita!
Entré como un caballo…
Me la re comí.
Ya me veía yéndome de la casa, como el chavo del ocho cuando le dijeron “ratero”.
Qué hija de mil…
¡Cómo me deliró!
Aunque bueno, eso quiere decir que no se dio cuenta cuando la miré, je.
Respiré super aliviado.
Dios mío…
Caminé hacia donde estaban todos. Cuando llegué, Erica me miró con cara de "qué descanso te pegué" y se reía por lo bajo.
Obvio que yo igual.
Además, después de todo, había derrochado parte de su tiempo para hacerme una joda a mí. Como que me sentí importante por un segundo.
Qué bella que se veía sonriendo, por cierto…
Conversamos todos juntos por un rato. Mucha bola no me daba. Cada tanto me miraba y se
reía de lo que me había hecho.
Yo intentaba sacarle charla, pero ella se hacía la importante.
Le cuajaba perfecto el personaje de rebelde, desinteresado del mundo…
Pero alguien decidió romper esa barra de hielo.
MA: Chicos, porque no van acá a la panadería y compran unas facturas, de paso le mostrás un poco el barrio.
Erica saltó enseguida.
ERI: Tampoco me fui hace tanto como para no conocerlo jaja.- Respondió sincera y con educación.
Parecía que no quería ni en pedo acompañarme. Qué horrible sensación…
Fue ahí que intervino Sandra.
SAN: ¡Andá, hija! De paso conoces un poco más a Julián…- Exclamó siendo una suerte de mediadora.
Ella se volteó y miró con cara de “¿es necesario?”
Mi viejo le hizo el gesto de que fuera.
Nunca me había sentido tan rechazado en mi vida. Horrendo, je.
Pero finalmente, cedió.
ERI: Esta bien...- Se limitó a decir.
Yo, bastante incómodo con la situación, me levanté emprendiendo camino.
Ella, con cara de cierto fastidio, o al menos eso parecía, vino detrás de mí.
No estaba nervioso ya, pero sí algo molesto.
Sentí como que estaba obligada a pasarme cabida…
Al cruzar la puerta de entrada, le comenté:
YO: No tenes que venir si no queres. Voy yo solo a comprar.- La miré a los ojos directamente.
Además, le hice notar que su fastidio con la situación, lo había captado perfectamente.
ERI: Otra cosa mejor para hacer no tengo tampoco... ¡Vamos!- Expresó. Y comenzó a caminar hacia la calle.
Bue ¡gracias!, pensé irónicamente. Eso me deja más tranquilo…
Esa tarde fue un compendio de momentos embarazosos. Posta que no recordaba haber tenido tantos en mi vida… Y tan seguidos uno del otro..
No sabía si hablarle o no.
Pensé en intentarlo solo una vez. Tampoco iba a estar bancándome sus desaires.
YO: Estás molesta volver de Córdoba, ¿no?
Me miró medio de costado. Ella tampoco tenía muchos reparos en mirar fijamente…
ERI: Un poco, pero qué se le va a hacer...
Íbamos caminando. Ella un poco más adelante que yo.
YO: Yo estaría igual, teniendo toda tu vida en un lugar...
ERI: Si, bueno ¿Quién tiene hambre?.- Me dijo demostrándome que no le interesaba hablar de ese tema.
Más allá de que me gustó su frase cinéfila, me quedé en silencio.
Mierda que era complicado seguirle el hilo de esa forma.
Además, yo me fastidiaba rápido, así que preferí callarme y soportar el incómodo momento.
Creo que lo notó. Y decidió, finalmente, ceder un poco en su actitud.
ERI: ¿Qué onda vos, tenes novia o algo?.- Preguntó sin filtro.
Primero me soprendió que quisiera conversar. Y segundo, esa pregunta.
YO: No, ¿vos?
ERI: No, no tengo novia, je.
Al menos tiraba un chiste.
YO: Jaja... y ¿novio?
ERI: ¿Te importa?.- Dijo con su gesto de levantar una ceja.
YO: Es solo una pregunta...- Le contesté seriamente y mirando para adelante.
Si ella iba a tener esa actitud de desinterés conmigo, entonces yo iba a hacer lo mismo.
No iba a dejar que me afectara.
ERI: No...- Se limitó a expresar.
YO: ¿Y por acá tenes amigos?
ERI: ¿Qué sos del FBI? jaja
YO: Bueno, si queres te hablo de fútbol, no sé...- Le expresé con cierta molestia.
ERI: Sos calentón... Me gusta...- Dijo como con satisfacción. Sí, tengo amigas que no veo hace mil años…
Creo que sería más sencillo si me contestara bien cada vez que le preguntaba algo, en vez de hacerme parir en cada respuesta…
Llegamos a la panadería.
Entré a comprar y ella se quedó en la puerta con el celular.
Al parecer no le gustaba demasiado socializar y, menos, siendo la nueva.
Era una persona difícil de llevar. Me iba a costar mucho. De eso no había duda.
Y ahora que íbamos a ser vecinos del barrio, me iba a tener que acostumbrar de alguna manera u otra.
Luego de comprar, en el camino de vuelta, casi ni me habló. Iba con su teléfono, en otra.
Hacía bastante que no sentía esa incomodidad con una persona.
En cierta forma, era comprensible. No me conocía y no tenía por qué hablarme de su vida. Sumado a que prácticamente la obligaron a salir conmigo.
Solo esperaba que eso cambiara. Ya que quería llevarme bien con ella.

El resto de la tarde pasó medianamente normal, dadas las circunstancias.
Cada tanto me dirigía la palabra y yo le contestaba bien.
Quizá de a poco, empezaba a soltarse más. Aunque siempre mantenía esa especie de distancia.
Tal vez, lo hacía de compromiso, ya que se notaba el enorme respeto que sentía por mi viejo.
Y era lógico, él la había adoptado como hija.
Durante la cena, por momentos, sentía que se me iba la vista hacia ella.
No sé qué cosa de todos sus atributos, tanto personales como físicos, me resultaban tan
interesantes. Pero algo tenía. Claramente.
Para empezar, tenía una belleza natural que conformaba una suerte de imán para mis sentidos.
Muy atractiva…
Además, si había algo que me gustaba en las mujeres, era que usaran flequillo.
Pero, ¿qué hago hablando de esto?
No debía ser así.
Antes de que se fuera, Erica volvió a hablarme una última vez.
Medio que me miraba de arriba a abajo.
ERI: ¡Ey! ¿Hay algún gimnasio por acá cerca?
YO: Sí, por esta calle, a 3 cuadras para allá, hay uno... No sabía que entrenabas (aunque lo aparentaba)
ERI: Sí, vas vos ahí, ¿no?
YO: ¿Cómo sabes? jaja
Me miró como no queriendo contestar.
Hizo un gesto medio extraño que yo interpreté como que se notaba que iba al gimnasio. Pero que no lo quería decir.
Me gustó eso…
Y la verdad era que estaba bastante en forma.
"Bueno, nos vemos...", expresó sin salirle mi nombre.
¿De verdad no le salía cómo me llamaba?
¿Nunca le dijeron?
YO: Julián...- Le completé
Se sonrió de costado y se dio media vuelta para salir con la madre y mi viejo.
¿Sonrisa?
Esa mirada que hizo, de alguna forma, me hizo sonrojar.
Lo sentí así.
¿Qué significaba?
No pareció esa mirada que le haces a un primo o a un hermano.
Revestía otra clase de intención, aunque creo que fui el único que la notó.
Como si fuese un primer y pequeño indicio de complicidad conmigo.
No sé por qué, pero esa mueca quedaría grabada en mi mente.
Tanto, que no dejaría de pensar en ella.
Y la última vez que recordaba sentirme así, fue cuando quería que una chica me diera bola.
Rarísimo…
¿Podía tener ese sentimiento?
Supongo que no. Pero así era.
O tal vez exagero y quizá me parecía algo que no era, dado que una nueva hermana es algo atípico para mí.
Cuando finalmente se despidieron y entré en mi casa, quedé como en piloto automático por el resto del día.
En verdad había quedado impactado por haberla conocido en persona.
Era una mezcla de fascinación e intriga que no había sentido jamás. No sabía qué pensar. Aunque claro, también estaba la circunstancia de que evidentemente iba a ser difícil ganarme su confianza, dada su dura personalidad…

Esa misma noche, ya casi a la madrugada, estaba boludeando en face.
Me tenté en chusmear su perfil, pero seguramente le iba aparecer en “sugerencias”, que es re botón eso. Y decidí no hacerlo.
¿Por qué me generaba tanta curiosidad?
Claramente había depositado mi atención en ella…
Me saltó una notificación.
Me fijé en la campanita y no me aparecía nada.
Alguien que comentó algo y lo borró arrepentido, pensé.
Pero no era eso.
Era una solicitud de amistad.
Tenía algunas pendientes, pero basta sorpresa me llevé, cuando ví que la que había entrado era de "Erica Herrera".
Sí, esa Erica…
Me quedé como “What?”
Era solo una solicitud de amistad en una red social. No era un pedido de compromiso. Pero, aun así, me tomó por sorpresa. Y para bien. No lo tenía en mis planes en ese momento.
Pensé en aceptarla de inmediato, pero no quería parecer un desesperado. Así que decidí aguardar.
Seguí en la mía por ahí, a la vez que pensaba en lo loco que había sido ese día.
Luego de un rato, mientras veía videos de chinitos haciendo casitas con barro, me entró un mensaje por imbox.
"Me apareces en línea, nene... Te estás haciendo el difícil para aceptarla??? La cancelo, eh”
Casi me caigo de la cama.
¡Qué piba!
Y yo no me había dado cuenta de eso, que me podía ver.
Le contesté haciéndome el boludo.
"¡¡Jaja perdón!! No había visto".
Inmediatamente dejé de hacer lo que hacía y se la fui a aceptar.
No quería darle pie a un enojo boludo, dado que recién nos conocíamos.
"Confirmar".
Lo hice.
Ahora sí, ya me aparecía todo su contenido en línea.
YO: Listooo jaja
ERI: Menos mal… Ya te la iba a cancelar
YO: Jajaja
ERI: Te quería preguntar algo
Mmmm…
YO: Sí, decime.
¿Qué me podría decir? ¿Y a esta hora?
Estaba dándome intriga.
ERI: Qué tal es ese gimnasio que vas? Está bueno?
Aahh. Era eso.
Ya me resultaba extraño.
YO: Aah... Sí, es grande, buenas máquinas, espacioso... por?
ERI: Qué pensabas que era?
Siempre tan punzante en sus expresiones.
YO: No nada jeje
ERI: Ok y va mucha gente??
YO: Maso... no te cabe la gente jaja
ERI: Mmmm no sé, qué se yo... Bueno, gracias!
YO: No de nada!
ERI: Besos
¿Eso era todo?
¿Sin más?
Así de cortante se despidió.
Me despedí y seguí en la mía. Supe enseguida que iba a ser rutinario eso. Por lo que decidí no darle demasiada entidad.
Lo que sí me daba curiosidad, era ver su perfil.
Así que fui a mirarlo.
Como esperaba, tenía miles de fotos.
Pero una en particular me cautivó.
Estaba en la playa, en bikini.
Me ruboricé al verla.
Tanto que decidí no seguir viendo más.
Estaba con la que parecía una amiga.
Con un conjunto de color turquesa.
Un cuerpo divino.
Quedé flasheado, realmente.
Estaba con el pelo como ahora, largo y con flequillo.
Pero lo que más me perturbaba, de alguna forma, eran sus gomas.
Estaba mal que la mirara. Lo sabía. Pero no podía dejar de hacerlo.
Tenía bastante delantera. Posta que sí. Era eso o un push up.
Aunque me inclinaba más por la primera opción. O lo deseaba, je.
Si no podía sacarme de la cabeza su hermosa sonrisa, ahora sus tetas, menos que menos.
Y, además, me sentía culpable a causa de ello.
Sentía que se me paraba el miembro y no tenía control.
¿Cómo había pasado?
Dios me iba a castigar seguramente.
Y lo tenía merecido.
Pero ¿Qué hacía ahora?
Normalmente, ante una excitación, me masturbaría seguro.
Puedo admitirlo, lo hacía con regularidad.
El problema, que la erección que presentaba, era a causa de mi hermanastra. Y eso sonaba terrible.
Yo no era un degenerado, ni mucho menos un pajero. Y ahora me sentía de esa manera…
Apagué todo y traté de pensar en otra cosa.
Di vueltas y vueltas en la cama, pero no podía enforcarme en nada más.
¡Qué pajero!, pensé. Solo por unas tetas estaba así.
Pero era un poco más que eso al fin de cuentas.
No eran solo sus gomas, también me parecía muy linda.
En el fondo, era el tipo de mujer que más miraba siempre.
Con todas sus características. Alta, con culo, tetas, el pelo colorado y ojos claros.
Parecía a propósito.
Mientras más pensaba en eso, peor era.
La tenía paradisima.
La saqué un poco afuera del bóxer. Quizá así se me pasaba un poco.
Lucía gruesa, completamente alargada por la presión…
Recuerdo que una vez una chica me dijo que tenía una verga "re linda", ja.
Sí. Usó esas palabras.
Pero, en fin, ese día me costó concentrarme en otra cosa para poder dormir.
Aunque bueno, finalmente lo pude hacer, sin masturbarme.

Los siguientes días no tuve noticias de Erica.
No me volvió a hablar ni nada por el estilo.
Vi a mi viejo dos veces casi al pasar, pero de ella, nada.
Vivíamos a dos cuadras de distancia, pero ni siquiera la había cruzado en la calle.
Mi madre me preguntaba también, si hablaba con ella. Tenía la esperanza de que nos lleváramos bien.
Pensé en escribirle e invitarla a pasear por ahí, para mostrarle el barrio y qué se yo.
Había muchos lugares copados que podrían gustarle.
Pero ¿Cómo se lo decía sin quedar como un pesado?
Miraba los contactos de face y ella, estaba en línea.
Pensaba en mi mente cómo decirle "Hola, queres ir a caminar por el barrio? Así conoces", "Hola, tenes ganas de salir por ahí?”.
No me convencía ninguna.
Hasta que se me ocurrió una buena.
YO: Hola!
Solo tenía que responderme y listo.
Y luego de dos minutos, así fue.
ERI: Hola, cómo andas??
Ya me empezaba a sentir nervioso otra vez.
YO: Bien y vos??
ERI: Bien, en casa 😒
Y sí, dónde más iba a estar…
YO: Al final fuiste a ver qué onda el gym??.- Esa era mi arma secreta. Cuack.
ERI: Nope...
YO: Si queres te acompaño para que lo veas 😂
ERI: Jajaja
Le causó gracia al parecer.
No sé por qué, je.
YO: Qué? jaja
ERI: Me vas a presentar a la gente?? Ni loca 😜
YO: Naaa... Solo te digo, quizá estás aburrida
ERI: Y vos qué sabes si estoy aburrida jajajaja
YO: Qué sé yo, como sos nueva acá...
ERI: Me queres integrar??
No podía con su genio, eh.
Que pendeja, pensé.
YO: Bue... Solo te digo, cuando quieras salir un rato decime...
Me había fastidiado un poco.
ERI: Jaja ahí va el calentón... Dale, lo voy a tener en cuenta!
Me sacaba de quicio que me contestara así.
Uno intenta socializar. Dios…
YO: Naa... No me caliento... Pero bueno, cualquier cosa...
ERI: Oka, gracias igual
YO: 👍
Me sentí un boludo.
Obvio que esa iba a ser la última vez que le escribía.
No podía ser tan anti.
Si así me trababa estando normal, no me imagino como lo haría si se enteraba que me se paró el pito con una foto de ella en bikini…
Seguramente sería mi muerte.
Qué bueno que nunca se iba a enterar.
Ja.
En fin, yo ya le había ofrecido pasar el rato, quedaba en élla aceptar o no.
Aunque reconozco que esa actitud, aunque me molestaba, la encontraba de alguna forma
interesante.

Más tarde, ese día, jugué al fútbol con amigos.
Tuve la mala idea de contarles de la situación actual.
Lo único que obtuve de su lado fue “¿Esta buena? ¿cómo es? ¿tiene novio?”
No vale la pena contar detalles. Solo que me los saqué de encima mandándolos a cagar, casi.
Mientras tomaba una coca en la cancha y boludeaba con el teléfono, ví que Erica había subido una foto.
Estaba con unas amigas y la misma decía "Las extraño 😢".
Era entendible. Yo, por más que a veces los quisiera matar, no podría estar sin mis amigos.
Y ella ahora los tenía a kilómetros y kilómetros de distancia.
¿Eso quería decir que tenía que ser más comprensivo con élla?
Tal vez.
Pero tampoco me gustaba el rechazo constante.
En fin, si se daba una oportunidad para ser gentil con ella, lo iba a hacer. Y nada más.
Lo que sí era para pensar, era que desde que la había conocido ese día en mi casa, ya sea por una cosa o por otra, no podía quitármela de la cabeza.
Por momentos intentaba convencerme de que era una cosa prohibida, tener pensamientos hacia ella.
Al menos, los pensamientos que yo tenía. Como su rostro sonriendo, sus pecas, sus... tetas.
¡Dios! De solo pronunciarlo siento una vergüenza tremenda.
No podía verla como a una mujer común.
Debía hacérselo entender a mi cerebro, que a cada rato me hacía revivir esa foto en malla, que había visto en Facebook.
Me la sabía de memoria ya.
Lo admito. Varias veces había vuelto a entrar a su perfil para verla.
Como ahora, que estaban todos mis amigos esperando para jugar el segundo tiempo y, yo, como un boludo con el celular.
¡Qué desastre!
Me pregunto qué dirían si supieran en quién estaba pensando.
Se caerían de culo. "Mirando a su hermana". En realidad, hermanastra. Hay una gran diferencia…

Así las cosas, se iba a presentar otra oportunidad de interaccionar con Erica.
Mi viejo había organizado su primer asado desde su regreso y quería unir a sus dos familias.
Tal vez, podría ser una gran oportunidad para fraternizar un poco. Pero claro, esta vez, yo iba a establecer los límites.
No iba a dejar que me tratara otra vez como a alguien insignificante.
Es más, quizá era eso lo que, de alguna forma, me atraía de ella. Su desinterés.
Aunque eso no explicaba mi excitación al verla o imaginarla en paños menores.
En fin, ese día iba a ser, cuanto menos, interesante.
Y el tiempo me daría la razón…
Llegamos a su nueva casa, cerca del mediodía.
En ese barrio todas las viviendas eran caserones.
Nos recibió a mi vieja y a mí, la mujer de mi viejo.
Siempre atenta, nos ofreció unos aperitivos en el jardín del fondo.
Mi papá estaba en la parrilla, armando todo.
La que no estaba era Erica, que según Sandra, estaba haciendo unas cosas en su habitación.
Tenían un lindo fondo, con pileta y todo.
Muy copado para hacer fiestas. Sobre todo con el quincho o zoom, como le dicen ahora.
Hablé un rato con mi papá que me comentó el gran sacrificio que habían hecho con su familia para venir a Buenos Aires. Aunque se justificaba, con el trabajo que había conseguido. Era una gran oportunidad económica.
Me aburrió un poco con los detalles, pero me dejó en claro que fue una de esas chances que pocas veces se tienen en la vida. Y decidieron tomarla.
Después me dijo que le tuviera paciencia a Erica, que la hiciera sentir como en casa y blablá. Cosas de padre. Adoptivo en este caso, pero padre al fin.
Con el sermón de mi papá, había tomado tanto líquido que me dieron unas ganas terribles de ir al baño.
Pedí permiso a Sandra y me dirigí hacia allí.
Terrible hogar tenían. Inmenso.
Tuve que caminar un buen rato para encontrar el pasillo que me llevaba al baño.
Que por suerte estaba desocupado.
La puerta estaba entreabierta y la luz, apagada.
Tenía tantas ganas que me puse a desenfundar antes de entrar.
Tenía esa puta costumbre.
Pero ocurriría algo que cambiaría totalmente mis planes. ¡Y mi vida!

Jamás olvidaré ese momento.
El baño no se encontraba desocupado. Por dios que no…
Estaba Erica, envuelta en una toalla. Acaba de salir de la ducha.
Abrí los ojos como un sapo.
Estaba toda mojada y sus cabellos rojos caían sobre el frente de su cuerpo, por encima de sus pechos y la toalla.
No se le veía nada. Pero, ahí nomás.
Encima, un tarado yo. En vez de darme vuelta y salir de inmediato, me quedé mirándola, estupefacto.
Obvio que fue de reflejo, pero pude observar la blanca piel de sus gomas.
Lo liso de sus piernas.
¡Qué haces, pendejo!.- Me gritó enfurecida.
La cara que puso…
Cuando pude reaccionar, me quería morir.
Tenía un gesto de fastidio tremendo.
YO: ¡Perdoname! Estaba la luz apagada…
ERI: No me baño con la luz prendida ¿No ves la luz que entra de afuera?.- Me reprochó agarrándose fuerte la toalla para que no se le caiga.
YO: Mil perdones... Es que estaba abierto y entré.- Me limité a expresar muy nervioso.
ERI: Deja de meter excusas y salí ya del baño... ¡Pendejo!.- Me dijo muy molesta.
Encima de todo, todavía estaba ahí parado.
Ahora sí, era mi muerte.
Salí antes de que me matara.
Recuerdo la frustración que sentí.
Si antes tenía que remarla, ahora necesitaba la fuerza de un cohete para poder avanzar con ella.
¡Qué mala suerte!
Encima, sus gestos… No quería ni imaginar lo que se vendría ahora…
Cuando estaba saliendo y caminando por el pasillo, ella salió también.
ERI: Usalo ahora... ¡Degenerado!.- Expresó como con ganas de colgarme de un árbol, yéndose a su habitación.
Caminó de espaldas, descalza.
La toalla apenas llegaba a tapar su cola.
Se notaba la perfecta curva que pegaba en esa parte.
Terrible quilombo y yo pensando en eso…
Increíble. Había transpirado como loco y me chorreaba la frente.
La realidad es que no tenía la culpa yo.
Pero sin lugar a dudas, ya me encontraba ante un gran escollo.
Luego de hacer mis necesidades, volví a la mesa.
Ya me imaginaba a Erica armando un escándalo ahí, delante de todos.
Estaba preocupado. Con mucha resignación. Quería irme a la mierda de ahí.
Luego, salió con cara de pocos amigos.
Ya esperaba que dijera lo que había pasado. Que no había sido nada, pero que ella podría tergiversar tranquilamente.
Me saludó con una cara de ojete terrible, pero no dijo nada.
Se sentó y solo se limitó a mirarme mal.
Bastante barata la saqué.
Pero, aun así, me encontraba a su merced.
Vino vestida con una blusa de color blanca. Era suelta de abajo, pero arriba parecía tenerla ajustada por el corpiño, de color azul, que tenía debajo.
Y también, llevaba puesto un short de jean muy cortito, acompañado de unas sandalias negras.
Para colmo, el cabello húmedo y los ojos delineados… ¿Qué puedo decir?
Muy linda.
Pero claro, no me dirigía la palabra y cada tanto me miraba mal.
Yo le contestaba con el gesto de "¿qué le voy a hacer?".
Como ya dije, no me voy a dejar intimidar por ella.
Tanto así que, si ella me trataba con indiferencia, yo iba a hacer exactamente lo mismo.
Y así fue por el resto del día.
Se habrá sorprendido por ello.
Ya que no le dije ni "a" y me hice el importante también.
Lo único que podía complicarme la existencia era que armara un escándalo por lo del baño, pero no lo hizo, ni tampoco lo iba a hacer. Así que, ya me había despreocupado.
Cuando me puse a levantar lo que quedaba en la mesa para ayudar, ella vino sospechosamente detrás de mí.
ERI: Quedate tranquilo que no voy a decir nada...- Expresó haciéndose la que controlaba la situación.
YO: ¿De qué?.- Le contesté indiferente.
ERI: De como entraste en el baño mientras me cambiaba, desnuda...- Exclamó seria
YO: Perdon, pero no te vi desnuda… Además, sos la única persona que se baña con la luz apagada y la puerta abierta. Mi culpa no es.- Le respondí y seguí.
Apoyaba las cosas en la mesada, ante su mirada.
ERI: ¿Ahh, no?...- Expresó en tono pícaro.
YO: Nope.- Le dije convencido
ERI: ¿Y que te quedaras mirándome tampoco?.- Exclamó desafiante. Y para complicarme más, se veía divina haciéndolo…
YO: No te estaba mirando... ¿Qué decís?
ERI: Sí... Boluda me dicen... Vi cómo me mirabas las tetas...
Tenía razón.
Pero ¿tanto se notó?
De cualquier forma, tenía que zafar.
YO: Nada que ver... Solo te explicaba que había sido sin querer.- Le contesté con cierto intento de madurez.
ERI: Sí, claro, lo hacías mirándome a mis ojos.- Y se agarró las tetas, como apretándoselas.
Como se le metían las gomas entre los dedos. No…
Me sorprendió que hiciera eso. Me llamó la atención por la forma. Como provocándome, mordiéndose los labios.
Pero también me incomodó. Alguien la podía ver.
YO: ¿¿Qué haces?? ¿¿Estás loca???.- Le dije algo perseguido, mirando para todos lados.
Parecía que disfrutaba hacerlo.
ERI: ¿Nervioso? jaja
YO: Y vos qué crees...
ERI: ¿Pero si entraste para eso no?.- Me dijo con una mueca diabólica
YO: ¿Para qué?.- Le contesté descolocado
ERI: Para verme... ¿No, cochino?.- Y mordía su labio inferior haciendo "fff" levantando su mirada.
Me quedé anonadado.
Jamás pensé en que tendría una actitud así conmigo.
Me puso en aprietos. Estaba colorado.
¿Si alguien la veía?
ERI: Te pones rojo... ¿Viste? Yo tenía razón...
YO: Eh... No… Nada que ver
Había inclinado la balanza claramente. Me sentía apichonado.
Increíble lo poco que había funcionado mi plan.
Se había desintegrado en pedacitos.
Y ella estaba lejos de desistir.
ERI: Si me lo pedías, tal vez te mostraba, al pedo espiarme...- Exclamó de forma muy provocativa, casi desubicada diría.
Sentía que me hundía en su pantano.
La manera en que me clavó la mirada. Sentí que me había dejado en bolas tan solo de observarme.
Espeluznante.
Pero ¿qué había dicho? ¿Acaso estaba demente?
¿Por qué salías con esas cosas?
YO: ¿Qué?.-Le contesté tartamudeando
ERI: Y sé...
Era una situación totalmente inesperada.
Pero algo estaba empezando a suceder.
Debajo de esa vergüenza que me hacía sentir, estaba empezando a excitarme.
En el interior del jean, comencé a sentir como se me iba parando el miembro.
No podía ser.
¡Otra vez no! Y menos en su presencia…
Me había casi arrinconado contra la mesada, solo con gestos y palabras.
Tenía que zafar como fuera. Después iba a tener tiempo para pensar.
YO: Estás loca...- Le dije y me dispuse a huir de ahí.
ERI: Jaja qué descanso...- Soltó con una carcajada.
Ella no lo impidió y se quedó riéndose de la maldad que había hecho.
Quería hacerlo parecer como que me estaba delirando. Pero yo sabía que no era tan así.
Algo en su mirada me lo decía.
La noté digamos, con cierta perversidad.
Perversidad que me atrapó.
No pude pensar en otra cosa por el resto del tiempo que estuve ahí.
A duras penas comí el postre.
Me dijo dos o tres palabras delante de los viejos. Pero era para hacerse la boluda.
Podía ver en sus ojos, como buscaba desafiarme constantemente.
¿Esa era su forma de fraternizar? Sería muy raro que así fuera. Hay límites.
¿Tocarse las tetas delante mío? ¿De esa forma?
Imposible. Imposible no pensar en otra cosa.
Al irme, me saludó como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, sus miradas hablaban por sí solas.
Estuve inquieto lo que quedó del día.
Y sí. Excitado también. Bastante.
Si originariamente no podía dejar de pensar en lo inanimado de una fotografía, ahora no me sacaría nunca de la cabeza a Erica provocándome de esa forma. Tocándose los pechos así de vulgarmente.
Hablándome de forma inadecuada.
Creo que llegué a notar el relieve de sus pezones cuando se tocó.
¡Dios! ¿Qué estoy diciendo?
¿Estoy de la cabeza?
Otra cosa importante ¿Era capaz de mostrarse desnuda conmigo?
Seguramente lo decía para molestarme. ¿O no?
Como me rompía la cabeza pensar eso.
Nuevamente lo reitero, no está bien pensar en eso.
¿Pero qué podría ser lo peor? Después de todo, no era hija biológica ni de mi papá ni de mi mamá.
Aun así, es muy raro. No tengo que buscar excusas baratas.
Quizá es mi forma de manejar la culpa.
Pero ese día no iba a poder contener las ganas de masturbarme.
Realmente.
Tal es así, que ya por la noche estaba en mi habitación a punto de hacerlo.
Había cerrado con llave y estaba en bóxer en mi cama, con la notebook.
Por más que quisiera controlarme, iba a ser imposible.
La saqué afuera, bajándome el calzoncillo un poco, mientras veía a una actriz porno, de las más lindas de la historia, Traci Lords.
Estaba dispuesto a hacerlo. Incluso, sería antinatural que no lo hiciera…
Cuando iba a empezar a jalar mi grueso y venoso tronco, me saltó una notificación del Messenger de face.
¿Y ahora quién?
Dios…
Una vez más, era Erica.
Que raro hablarme a esta hora.

ERI: Como te pusiste hoy 😜
Aún le quedaban ganas de seguir molestándome.
Increíble…
YO: Nada que ver...
Me hacía el indiferente, pero sí había quedado tocado, je.
ERI: No te viste la cara 😂
YO: No todos los días me acusan de degenerado...
ERI: Y... un poco lo sos 🙄
YO: Ah sÍ? Y por qué?
ERI: Aunque no lo admitas, ví que me miraste chancho 😯
YO: Perdón, pero yo no me empecé a manosear delante tuyo...
ERI: Faltaba más jaja
YO: Bua...
Estaba algo molesto por su actitud, pero de algún modo, ya me estaba relacionando con ella.
ERI: Tengo que admitir que sos mi única diversión 😂
YO: Sí... Me di cuenta 😒
ERI: Solo me acerqué un poquito y ya empezaste a llorar jeje
YO: Siempre sos así de terrible?
ERI: No. Puedo ser peor 😎
YO: Ni quiero saber jaja
ERI: Mmm te hacía más valiente...
¿Otra vez provocándome?
¿Qué le pasaba?
YO: Más valiente?? Jaja
ERI: Si. No tan mansito 🙄
YO: Jajaja tomatelas
ERI: Y sí... jaja pero bueno, te dejo así no lloras más.
YO: Jaja estás loca vos...
ERI: Agendame al whats
Me pasó el número.
YO: Dale
ERI: Ya podes seguir tocándote. Besis 😘
¿Pero qué clase de brujería es esa?
Cómo supo que...
Dios jaja
YO: Jajaja no paraba... besos!!
Se desconectó sin más.
Seguramente lo dijo para descansarme.
No era adivina.
¿O sí? Jaja
Tenía una muy linda foto de perfil.
Qué ojazos.
Le mandé un mensaje para que le quede registrado.
Me figuró durante un rato recibido, pero no visto.
Apagué la compu y me quedé con el celular.
Aún estaba muy excitado y con el miembro afuera del bóxer, súper parado.
¿Por qué no me podía sacar de la mente a Erica, mi hermanastra?
No quería pajearme pensando en ella.
Era terrible eso.
Inaceptable.

Pero, así y todo, me acariciaba de reflejo el glande con la mano.
Tenía reservado un palco en el infierno, seguramente.
Se ve que en un momento me quedé dormido. Así como estaba.
Y lo hice como un bebé.
Qué relax…
Por la mañana, comencé a despertarme del sueño.
Aún podía sentir ese placer.
No recuerdo que soñaba, pero seguramente era divino, ya que sentía una erección tremenda, como la de todas las mañanas, je.
Tal vez, soñaba que estaba con alguien, ya que podía percibir una placentera sensación que me recorría una pierna.
¡Qué lindo!
Mientras volvía en mí mismo, abriendo los ojos, estuve cerca de saltar de la cama.
A un costado, estaba sentada Erica, con una sonrisa de maldad en el rostro y su mano en mi pierna.
Yo, apenas estaba tapado con la sábana y con una excitación de aquellas.
ERI: ¡Buenos días, degenerado!.- Expresó irónica.

1 comentarios - Erica, mi hermanastra: Capítulo especial

Tiagoperez94 +2
Ufff +10 genio, para cuando la 2da parte??