You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Putita, infiel y sumisa

Hola mis amores, hoy les voy a contar otra experiencia que tuve hace un poco de tiempo y como terminé siendo una putita y en la cama donde duermo con mi esposo.

A inicios de este año comenzaron a llegar a la ciudad muchos migrantes provenientes de centroamérica, de Honduras, el Salvador, Colombia, etc. Yo no tengo nada en contra de estas personas sin embargo me molesta que en lugar de ponerse a trabajar (por qué son personas jóvenes y saludables) se ponen a pedir dinero en las calles, a veces llegan hombres, a veces familias con pequeños o matrimonios jóvenes, solo están un par de semanas y después desaparecen para ser sustituidos por otros.
Hace unas semanas, me dirigía a la escuela a llevar a mi hijo, unas 2 calles antes de llegar a la escuela, en una esquina donde hay un tope había uno de estos migrantes, era alto yo creo cerca de los 2 metros, piel color negra, no era feo pero no eran una persona que me atrajera, se veía algo fornido sin llegar a musculoso, vestía una sudadera gris sucia, un pants color rojo con una línea blanca a lo largo de ambas piernas, llevaba una mochila beige con un osito mugroso colgando, cabello negro cortito pero peinado por varias de minirastas o no se que como se llame a ese tipo de peinado, finalmente unos tenis blancos tirandole a negro pues estaban muy sucios y creo que no llevaba calcetas. Cuando lo ví lo primero que llamo mi atención fue su altura, después su cabello pues en mi vida nunca había visto a nadie peinado así, solamente en películas, pues así ponen al clásico maliante negro o drogadicto en las películas norteamericanas, mientras avanzaba lentamente hacia él por el tráfico de la hora pico y el tope que nos obligaba a todos a ir más despacio lo recorría todo con la mirada, también, no voy a negarlo me llamo la atención que él era negro, no morenito quemados por el sol como los demás migrantes que había visto antes, si no color negro intenso, mire sus manos con las que pedía limosna, su palma era rosadita lo que resaltaba mucho en contraste con el resto de su piel, tenía unas manos muy grandes, mientras más me acercaba más llamaba mi atención, seguí recorriendolo con la mirada, llegué a su sucio pants, el quedaba de perfil a mi, mientras intentaba adivinar su altura este chico se dió la vuelta quedando frente a mí pidiéndole limosna al auto que iba delante de mí, y lo que ví me dejó impactada... en su pants se dibujaba una silueta a la altura de entrepierna, una silueta como si tuviera dentro una víbora, de verdad que no soy exagerada, la silueta de su pene se marcaba en la olgada tela de su pants, se veía muy gruesa, se distinguía de su entrepierna y seguía hacia su izquierda bajando por la parte alta de su pierna, cuando pase al lado de él extendió su gran mano hacia mi ventana y con una voz fuerte y grave con acento algo peculiar me dijo -algo de dinero o comida que tenga señorita - mire la rosada palma de su gran mano mientras brincaba el tope subi hasta mirar sus ojos, tenía unos ojos color negro, no se cómo describirlo, como dije no era feo pero tampoco guapo, y su mirada me cautivó tanto así que no pude dejar de verlo mientras terminaba de pasar el tope, lentamente lo fui pasando hasta que se quedó atrás y aún así lo seguía observando por el retrovisor.
El resto del camino iba pensando en lo que acababa de ver, un negrote alto, fornido y con lo que parecía ser una enorme verga bajo sus sucias ropas, estaba en éxtasis jeje, es más mi vagina empezó a lubricar sólo con imaginar el tamaño y lo que me podía hacer con ese enorme fierro. Dejé a mis hijos en la escuela y para ir al gym cambie la ruta para volver a mirar al sujeto y salir de dudas, lentamente me acerqué de nuevo al tope dónde estaba parado pidiendo limosna, lo miraba atentamente sin perder detalle de su físico poniendo atención especial a la parte superior de su pants y ahí está de nuevo, la silueta de una deliciosa verga en reposo y apresada por lo que sin duda sería una ropa interior muy ajustada, al pasar junto a él nuevamente extendió mano diciéndome -Una caridad México- esta vez no lo miré al rostro, no pude evitar verlo más abajo, se veía tan apetecible, gruesa, claro no se podía ver a detalle pero el dibujo en su pants no dejaba lugar a dudas, era un pene enorme y delicioso, no sé si se dió cuenta de que lo miraba pero lo disfruté, y por la tarde al recojer a mis hijo el negro seguía parado en el tope, nuevamente pase lo más lento posible frente a él para observar a detalle a ese asombroso negraso y su deliciosa polla bajo el pants.
En el día no dejaba de pensar en ese migrante ilegal negro y en lo grande y deliciosa que se veía su verga bajo ese sucio pants y en como sería erecta.

Al siguiente día hice lo mismo camino a la escuela, la misma ropa sucia, la misma mochila con el osito, el mismo hombre negro y la misma verga marcada sobre el pants, el morbo y mi deseo se hacían más intensos, las cuatro veces que lo observé no perdía detalle de su físico, pero sobre todo de su impresionante miembro que se dibujaba bajo su pants, ya para el segundo día mi mente volaba en imaginarme un encuentro con el sobre mi cama, imaginarme como me follaria, yo en 4 y el detrás de mi, lo imaginaba sobre mi, entre mis piernas... uuuuuffff solo de recordar estás fantasías ya me mojé jajaja, me lo imaginaba con su verga en mi boca llenandola de leche o mi vagina o mi culito.
Para el tercer día por la mañana volví a mi rutina de mirarlo pero me percate que conforme me acercaba a su posición mi respiración se agitaba considerablemente, además de sentir mi vagina estremecer y calentarse al punto de sentir mi ropa interior humedecida y las tan características cosquillas que acompañan a una fuerte excitación, pero al pasar por la tarde algo cambió.
Iba en camino a recoger a mis hijos a la escuela, al acercarme al tope dónde se encontraba el negro, lo buscaba desde lejos, casi casi me asomaba por la venta e invadía parte del otro carril para poder distinguirlo desde lejos lo más pronto posible, ahí estaba, sobre el tope, con su pants sucio, sus mini rastas y estaba acompañado de otro tipo, parecido a él, de color, más o menos la misma altura pero más delgado, para mí mala suerte mi negro estaba hacia el lado opuesto de donde yo iba, aún así me emocionó verlo, estaba pasando el carro frente a mí, se acercaba mi turno de pasar junto a él cuando de pronto se giró cambiando de lugar con el otro quedando de mi lado, sin dudarlo baje la mirada para observar de nuevo su expendida verga bajo el pants, justo cuando estaba en eso el negro bajo su mano y apretó fuerte su verga sobre el pants y con ese extraño acento dijo - te gusta esto mexicana?- rápidamente gire mi cabeza volviendo mi mirada al camino y nerviosa apreté el acelerador para alejarme rápido de él, por el retrovisor lo observé como se hacia cada ves más pequeño hasta perderse, cuando entendí mi reacción empecé a carcagearme jajaja como era posible que yo ubiese reaccionado así, ni que fuera una colegiala, me había puesto nerviosa y me había dado miedo su reacción y sali corriendo jaja

Al regresar a casa nuevamente pase por ahí, pude percatarme que el negro vio a lo lejos mi camioneta y pude darme cuenta que con el codo le habló a su compañero y señalo hacia mi ubicación, a mí me divirtió ese juego y me acercaba emocionado mordiendo mi labio inferior con mi colmillo como si fuese a hacer alguna travesura, cuando llegó mi turno de pasar por el tope otra vez el negro se agarró la verga y me dijo -que paso mami? si te gusta?- mordiéndome el labio le sonreí, le guiñe el ojo y después me ganó la risa soltando una carcajada, mi hijo se me quedó viendo y me preguntó de qué me reía,le dije que de nada y seguí mi camino.
Sobra decir que todo ese día mi excitación estaba al tope, tuve incluso que masturbarme por la noche para medio calmar mis pensamientos, quería que ese negro me hiciera suya, lo deseaba, no importaba sy aspecto sucio ni de dónde viniera, estaba decidida a qué él hiciera realidad mi fantasía, con eso en mente me prepare para llevarmelo a la cama.
Me estuve masturbando cuando llegó mi esposo y al verm de piernas abiertas y metiendo mis dedos en mi vagina, me dijo que rica, me estabas esperando para cogerte, se subió a la cama y empezó a besarme, pero yo sólo podía pensar en mi negrote, así que lo rechacé y le dije hoy quiero jugar solita, así que agarró y se durmió. Yo seguía en mi fantasía de tener ese trozo en mi panocha.
Putita, infiel y sumisa
Morocha
puta
hermosa

Al siguiente día, me vesti muy sexy y con ropa chiquita pero al llegar al tope el negro no estaba, por la tarde igual, eso me decepcionó pero no perdí la esperanza. El viernes igual no estuvo ni en la mañana ni en la tarde. Al siguiente lunes fue lo mismo y así se pasaron los días y las semanas, solamente pensaba en lo tonta que había sido por haber dejado pasar la oportunidad para acostarme con ese negro hermoso y vergudo, y así pasaron 3 semanas, hasta el antepasado lunes en que sucedió lo siguiente.
Llevaba a mis hijos a la casa de regreso de la escuela, como antes de recogerlos me voy al gym traia puesto un short bastante corto como de licra tipo cachetero negro y gris en la parte de mi culito, me gusta ese modelo en especial ya que por lo ajustado hace resaltar mis nalgas u cuando me inclino se forma un corazón, una sudadera de colores con una playerita abajo gris floja que solo cubre mis pechos dejando al descubierto la pancita y el ombligo, no llevo bra al gym, así que mis tetas siempre llevan mucha movilidad, una tanga de hilo color lila, tenis negros y tines negros, cuando llevo ese conjunto al gym sobra decir que llamo mucho la atención.
Negro

Cuando estaba cerca de llegar al tope dónde se ponia el negro la verdad ya ni lo buscaba, había dado por perdido ese episodio de mi vida, y de hecho en estas semanas se habían puesto una familia de migrantes, unos viejitos y otros tipos igual migrantes a pedir limosna, por eso yo continuaba normalmente mi camino, pero a un par de carros antes de brincar el tope alcance a distinguir la mochila con el osito colgando, estaba de espaldas a mi, distinguí el característico corte de pelo de minirastas pero el pants no era rojo, era gris claro sucio jaja aún así puse atención a ver que era en efecto mi negro, cuando pase al lado lo mire al rostro y si era mi negro, rápido bajé la mirada a la altura de su verga, el pants no le quedaba como el otro, este era más flojo y de tela más gruesa y no lucía tan deliciosa su verga aún así se distinguía un buen trozo de carne -Hola mamita ahorita te veo- sin decir nada lo mire y le guiñé el ojo izquierdo, seguí mi camino hasta la escuela, dónde recogí a mis hijos y solo espere a que subieran a la camioneta y emprendí el camino de regreso, no lo esperaba... pero esta ves no dejaría escapar la oportunidad, poco antes de llegar al tope me orillé, me quité la sudadera para quedarme solo con la playerita la cual de abajo quedaba volando a causa de mis pechos, mis pezones se marcaban pues era muy delgada la tela y se distinguía a la perfección la aureola y la punta de mi pazon que ya estaba muy durita, me puse la chamarra y cerré el cierre hasta abajo de mi busto para que esté actuará como soporte para que se levantarán, me solté el cabello y me lo acomodé un poco y seguí mi camino, mientras les decía a mis hijos que llevaría a un amigo mío a la casa para trabajar en algo importante, que era sorpresa y que no le podían decir a su papá, a lo que mis hijos asintieron.
Llegué al tope, el negro al ver acercarse mi camioneta dejo de pedir limosna y se apretó la verga, yo me enderece quedando lo más derechita posible para levantar mi busto, llegué, nos miramos mutuamente, con mi mano izquierda señale mi busto y antes de que el dijera algo le pregunté si le gustaban estás, el respondió si mami, seguí mi camino para que pensara que me iría pero de inmediato me orillé y le toque el claxon, el negro volteo a verme y le hice señas de que viniera, sin pensarlo se acercó trotando hasta mi ventana.
N - Hola mami.

Y - Hola, estás ocupado?

N - No mami, estoy intentando ganas unas monedas.

Y - Pensé que ya no te vería.

N - Así es mamita mañana me iré en dirección a la capital pero quería despedirme de ti ricura.

Y - Que considerado, vienes conmigo?

N - A dónde?

Y - Por ahí, por ahí...

N - A dónde iremos mamita???

Y - Pues tu qué imaginas???

N - Imagino muchas cosas.

Y - No te gustaría hacermelas???
N - Te quieres comer está??? dijo agarrándose el pene sobre el pants.

Y - Y tu te quieres comer estás??? le dije señalando mis pechos.

N - Si mamita se ve que están muy ricas - metió su mano por mi ventana y me apretó uno de mis pechos, yo lo deje un poquito y después le di un manazo para que me soltará.

Y - Pues ven conmigo, súbete y ahorita nos vamos por ahí.
N- oye pero vienen tus hijos contigo
Y- no te preocupes, no nos darán problemas, súbete.
N- segura?
Y- sí
Le chiflo a su acompañante haciéndole señas de que volvería.
En lo que le chiflaba a su amigo y hacía todo su circo de señas mi hijo el mayor me dijo.
H- mami por qué te tocó arriba el señor y por qué te dice mamita?
Y- ah esque es un amigo amor y así nos llevamos, es un juego, pero no le digas a tu papi porque se pone triste porque también le gustari jugar pero no puede, vale?
H- si mami, no le diré
Mi negro dió vuelta a mi camioneta y se subió al lugar del copiloto, le sonreí y avance en dirección a mí casa, en el camino me dijo que se llamaba José pero que le dijera Pepe, sus padres eran colombianos pero cuando el era niño habían salido de Colombia y por azares del destino acabaron en Guatemala y ahí había pasa toda su vida pero cuando se hizo lo de la caravana migrante pues aprovecho para buscar oportunidades junto con su amigo en Estados Unidos, pero no había podido llegar y ya llevaban 3 años en México caminando de ciudad en ciudad, tiene 25 años y claro sin estudios ni nada.
Llegamos a mi casa y entramos, Pepe era muy alto yo apenas le llegaba al pecho, se veía algo fuerte, no tenía cuerpo de gymnasio pero si tenía una buena complexión, me encontraba algo nerviosa he de confesar y no sabía cómo empezar y supongo que el también así que le dije que pasaría con mis hijos para explicarles, que me esperara.
Fuí al cuarto de mis hijos y les dije.
Y- Hijos, voy a estar en mi recámara con mi amigo, ustedes quédense a jugar aquí y no entren al cuarto porque vamos a estar trabajando y pueden distraernos vale, a lo que mis hijos asintieron que sí
Y- otra cosa no le digan a su papá lo de mi amigo porque es sorpresa vale mis amores?
H- está bien mami
Después de unos minutos regresé a mi habitación y él se encontraba casi desnudo, solo con un boxer de lycra color negro.
N - Ven aquí mami, ahora sí te vas a comer una verga de verdad.

Cerré la puerta y caminé lento hacia él, nos comenzamos a besar, nos abrazamos mientras que con nuestras manos acariciábamos y reconocíamos nuestros cuerpos, sus manos bajaron a mis nalgas, las apretaban y sobaba con fuerza, la verdad yo prefiero que me tomen y me cojan rudo a andar de cursi con besos infinitos, así que bajé el cierre de mi chamarra y el término de quitarmela dejándola caer en el suelo, aprovechando ese movimiento comenzó a besarme el cuello, pase mis manos a su cabeza y jugaba con su cabello pero a pesar de que es algo que me gusta hacer no se sintió muy bien su cabello en mis manos así que me sujeté de su cuello mientras el volvió a masajear mis nalgas, lentamente bajó mis shorts hasta mitad de mis nalgas, metió sus manos en los shorts y apretaba fuerte mis nalgas, era delicioso, sus besos en mi cuello me calentaban demasiado, solo me colgué de su cuello, bajó aún más mis shorts dejando al descubierto mis nalgas prácticamente desnudas, me solté de él para quitarme la playerita dejando mis tetas al aire las cuales fueron apretadas por su cuerpo pues no dejaba de masajear mis nalgas, solo bajó sus manos otro poco y de un jalón me cargo, abrí mis piernas para acomodarnos mejor, nuevamente nos besamos nuestras bocas intercambiando saliva con nuestras lenguas que se saboreaban y acariciaban, debido a su boxer y a mi shorts no podía sentir su pene pero seguramente estaba a tope, me continúo cargando por unos momentos, giró hacia la cama y lentamente me fue bajando hasta dejarme sentada sobre la cama.
N - Ya habías visto una así?

Y - No nunca, solo en los vídeos porno (mientras miraba fijamente su boxer)

N - Tocala, te va a gustar más.

Con mi mano apreté su verga sobre su boxer la cual ya tenía un tamaño considerable y el grosor era muy notable, la palpana sobre su boxer y para mí asombro comenzaba a crecer más y más con cada palpitar, lentamente el boxer de lucra que la mantenía contenida empezaba a "inflarce" y su pene iba creciendo hacia arriba, llegó hasta el resorte de su boxer el cual también empezó a ceder, acerque mi rostro y comencé a darle mordidas por encima de boxer, la recorría con pequeñas mordidas hacia abajo procurando cada centímetro, cuando di la última mordida casi llegando a sus testículos me hice para atrás y la cabeza de su pene estaba fuera del boxer, había pasado por el resorte de arriba, era grande, gruesa, de color un poco más claro pero seguía siendo negra, me quedé mirando fijamente esa palpitante cabezota, me hipnotizaba y se me hacía agua la boca, la verdad quedé asombrada y el notó mi cara de sorpresa.
Culo
enfermera
infiel
infidelidad
inmigrante
El negro cemenzo a sobar mis desnudos pechos con su mano.

N - Que tan golosa eres???

Y - Creo que mucho, quiero que me acomodes mi útero.

N - Ya me di cuenta, de inmediato te lanzaste con la boca sobre mi verga.

Y - Es que se ve muy rica.

N - Ya has cogido con alguien como yo??? de color???

Y - No, serás el primero en meterme una verga negra.

N - Pingas como está te has cogido???

Y - Grandes...pero no tan grandes como la tuya.

N - Cuando te vi en la calle supe que querías tragarte mi verga, las mexicanas son muy putas... veré si la aguantas y no terminas llorando como las demás putas.
El Negro bajo su boxer liberando su gran pene, negro como chocolate obscuro, ancho con las venas bien marcadas, lo tomé con ambas manos, una arriba y otra en su base y comencé a subir y bajar por todo su tronco mientras casi sin darme cuenta yo me estaba acercando más a él, su cabeza rosaba mis labios y sin pensarlo me lance sobre el como una niña que se lanza sobre un caramelo, abrí mi boca, lo hice un poco a un lado para poder agarrarlo con mi boca en su base, con mi lengua toque su piel y de un movimiento moví mi cabeza para recorrerlo todo con mis labios y lengua, repetí esto dos o tres veces más, se escuchaba el ruido de mi saliva al despegarme de su increíble pene, no diré medidas exactas por que la verdad no tengo idea de cuánto midiera y ni pregunté, mucho menos lo medio pero es por mucho el pene más grande y sabroso que he tenido entre mis manos y mi boca, más o menos 26 a 28, de verdad era exageradamente grande, en mi vida nunca he visto uno igual.
Putita, infiel y sumisa

Quieren parte 2 mis amores?

0 comentarios - Putita, infiel y sumisa