Primeros pasos hacia mis cuernos
Estamos en la cama, mi exuberante esposa, caderona, con unos pechos naturales impresionantes, me está montando, con los pechos por arriba del sujetador, su tanga corrida a un lado, cierro los ojos para concentrarme en todas las sensaciones, ella me acerca sus pechos a la boca de a ratos, yo solo gimo, caliente como siempre este último tiempo, ella empieza a hablar…
-Que caliente me coges cada vez que me arreglo bien provocativa para salir… no te resulta indiferente como me miran otros hombres… parece que te gusta… -no contesto, solo mi miembro bien duro dentro de ella, que se agita cada vez más, se calienta mientras habla y me monta.
-Antes te calentabas pidiéndome que te contara de mis anteriores relaciones… ahora que me visto con tanguitas re chicas que se marcan en mis vestidos ajustados… con escotes bien generosos… que coqueteo con algunos chicos a donde vamos… estás siempre recaliente… me coges como nunca… agarrame el culo… -la agarro fuerte de las nalgas apretándola contra mi.
-Te gusta que los hombres se calienten conmigo eh…? Te da morbo que otros me quieran coger…? -No me animo a contestar nada pero ella siente el latir de mi pija que está redura, de a ratos la agarro de las nalgas apretándola contra mi, para que no se mueva, estoy muy cerca de llegar y quiero prolongar el momento, ella tiene una sonrisa de costado, feliz con mi estado de excitación y esa sensación de que estoy rendido ante ella. Seguimos en silencio, ella no habla más solo me come la boca mordiéndome de a ratos, nos fundimos en un orgasmo explosivo, después nos vamos calmando, nos quedamos besándonos, ella se pone de costado dándome la espalda, le acaricio la cola con suavidad, parece que ronroneara, es invierno, hace frío, la abrazo desde atrás y así nos dormimos. Pasan quince días sin novedades importantes, ella da clases en la universidad, cada día se arregla un poco más, más sensual, más ajustada, mostrando sus curvas, me imagino los alumnos en la facultad, más de uno le debe dedicar unas cuantas pajas, los dos estamos todo el tiempo excitados. Una noche mientras lo hacemos y después de ella hablarme otra vez, generando mi calentura, me dice que abrió un perfil en una página de citas, que está casada y que por el momento sólo quiere darle sexo oral a algún chico. Pienso que solo lo dice para calentarme, pero la mañana siguiente me muestra la publicación
-Si querés que la borre me decis… -No puedo decir nada, miro semejante hembra, realmente siempre me pareció que era mucho para mi, ella está sonriente.
Una noche al volver a casa me cuenta que se estuvo chateando con un chico, tiene dieciocho, vive con los padres, nosotros tenemos treinta años los dos, que los padres no están a la tarde, se quiere encontrar en un bar cerca de la casa y después ir para ahí para ayudarla a cumplir su fantasía
-Que caradura, un buen samaritano… quiere ayudarte a ser feliz… a cumplir tu fantasía…
-Nos estuvimos mandando fotos… me gusto lo que vi… tengo ganas de probar… mañana nos encontramos en el bar… me gustaría que estuvieras en una mesa esperando, para ver que no sea nada raro…
Me quedo sin palabras, siempre tuve fantasías, pero no que ella fuera sola con otro, estar presente participar del morbo de la situación, pero no digo nada.
Estoy sentado en el bar, hay unos cuantos chicos jóvenes en el lugar, está cerca de una facultad privada en el barrio de Palermo, la mayoría de los chicos están en grupo, solo dos de ellos están solos. Los miro a los dos, preguntándome cual será, si es que es alguno de ellos. Ella entra al bar está impresionante sus pechos dentro de un top, son majestuosos, uno de los dos mira hacia la puerta con una sonrisa, ella llega a la mesa y le da un pico muy suave en los labios, siento que el estómago me tiembla, las piernas me tiemblan, se sientan y tienen una charla muy animada, la veo sonreír, y los movimientos que hace acercándose, mostrando sus pechos, el pibito no le quita ojo de encima, ella le sonríe todo el tiempo, me gustaría escuchar lo que hablan, el pide la cuenta, pero ella le dice que invita ella y termina pagando, yo había pagado para poder salir detrás de ellos, van caminando charlando animadamente, son solo dos cuadras entran a un departamento en el que los veo desaparecer por la puerta. Solo quince minutos después ella ya está de vuelta, vamos en un taxi hasta casa. Me desnudo me tiro en la cama y ella me monta.
-Llegamos a la casa y nos estuvimos besando y acariciando, el me bajo el top, se fascino con mis pechos, los chupaba como si nunca hubiera chupado alguno, le apreté el bulto sobre el pantalón y no tuve dudas, las fotos que me mandó eran de él. Me arrodillé delante de él, me dejé puestos los lentes porque me dijo que le encantaba como me quedaban, le desabroché el pantalón y saqué esa herramienta, estaba bien dura, gruesa, caliente, la empecé a chupar aguantaba un montón, no como vos, que si te doy una buena chupada te vacias enseguida, su respiración era agitada y gemía, en ese momento escuchamos la puerta, se subió la ropa enseguida, yo me levanté subiéndome el top, nos sentamos en unos sillones que tienen, era la mamá. Él estaba todo colorado, le dijo que era una compañera de las clases de teatro que él toma, que estábamos ensayando una obra, enseguida me disculpe con la señora, le dije que pensé que su hijo le había avisado, así que le pedí que me abrieran y salí. No pude saborear el jugo de ese muchacho… o por lo menos que me lo tirara en las tetas, tan jovencito debe dar un montón de lechita… eh cielo…
No hablamos más, seguimos haciéndolo en silencio, cada vez más calientes los dos y sabiendo que esto solo eran los primeros pasos hacia mis cuernos…
Estamos en la cama, mi exuberante esposa, caderona, con unos pechos naturales impresionantes, me está montando, con los pechos por arriba del sujetador, su tanga corrida a un lado, cierro los ojos para concentrarme en todas las sensaciones, ella me acerca sus pechos a la boca de a ratos, yo solo gimo, caliente como siempre este último tiempo, ella empieza a hablar…
-Que caliente me coges cada vez que me arreglo bien provocativa para salir… no te resulta indiferente como me miran otros hombres… parece que te gusta… -no contesto, solo mi miembro bien duro dentro de ella, que se agita cada vez más, se calienta mientras habla y me monta.
-Antes te calentabas pidiéndome que te contara de mis anteriores relaciones… ahora que me visto con tanguitas re chicas que se marcan en mis vestidos ajustados… con escotes bien generosos… que coqueteo con algunos chicos a donde vamos… estás siempre recaliente… me coges como nunca… agarrame el culo… -la agarro fuerte de las nalgas apretándola contra mi.
-Te gusta que los hombres se calienten conmigo eh…? Te da morbo que otros me quieran coger…? -No me animo a contestar nada pero ella siente el latir de mi pija que está redura, de a ratos la agarro de las nalgas apretándola contra mi, para que no se mueva, estoy muy cerca de llegar y quiero prolongar el momento, ella tiene una sonrisa de costado, feliz con mi estado de excitación y esa sensación de que estoy rendido ante ella. Seguimos en silencio, ella no habla más solo me come la boca mordiéndome de a ratos, nos fundimos en un orgasmo explosivo, después nos vamos calmando, nos quedamos besándonos, ella se pone de costado dándome la espalda, le acaricio la cola con suavidad, parece que ronroneara, es invierno, hace frío, la abrazo desde atrás y así nos dormimos. Pasan quince días sin novedades importantes, ella da clases en la universidad, cada día se arregla un poco más, más sensual, más ajustada, mostrando sus curvas, me imagino los alumnos en la facultad, más de uno le debe dedicar unas cuantas pajas, los dos estamos todo el tiempo excitados. Una noche mientras lo hacemos y después de ella hablarme otra vez, generando mi calentura, me dice que abrió un perfil en una página de citas, que está casada y que por el momento sólo quiere darle sexo oral a algún chico. Pienso que solo lo dice para calentarme, pero la mañana siguiente me muestra la publicación
-Si querés que la borre me decis… -No puedo decir nada, miro semejante hembra, realmente siempre me pareció que era mucho para mi, ella está sonriente.
Una noche al volver a casa me cuenta que se estuvo chateando con un chico, tiene dieciocho, vive con los padres, nosotros tenemos treinta años los dos, que los padres no están a la tarde, se quiere encontrar en un bar cerca de la casa y después ir para ahí para ayudarla a cumplir su fantasía
-Que caradura, un buen samaritano… quiere ayudarte a ser feliz… a cumplir tu fantasía…
-Nos estuvimos mandando fotos… me gusto lo que vi… tengo ganas de probar… mañana nos encontramos en el bar… me gustaría que estuvieras en una mesa esperando, para ver que no sea nada raro…
Me quedo sin palabras, siempre tuve fantasías, pero no que ella fuera sola con otro, estar presente participar del morbo de la situación, pero no digo nada.
Estoy sentado en el bar, hay unos cuantos chicos jóvenes en el lugar, está cerca de una facultad privada en el barrio de Palermo, la mayoría de los chicos están en grupo, solo dos de ellos están solos. Los miro a los dos, preguntándome cual será, si es que es alguno de ellos. Ella entra al bar está impresionante sus pechos dentro de un top, son majestuosos, uno de los dos mira hacia la puerta con una sonrisa, ella llega a la mesa y le da un pico muy suave en los labios, siento que el estómago me tiembla, las piernas me tiemblan, se sientan y tienen una charla muy animada, la veo sonreír, y los movimientos que hace acercándose, mostrando sus pechos, el pibito no le quita ojo de encima, ella le sonríe todo el tiempo, me gustaría escuchar lo que hablan, el pide la cuenta, pero ella le dice que invita ella y termina pagando, yo había pagado para poder salir detrás de ellos, van caminando charlando animadamente, son solo dos cuadras entran a un departamento en el que los veo desaparecer por la puerta. Solo quince minutos después ella ya está de vuelta, vamos en un taxi hasta casa. Me desnudo me tiro en la cama y ella me monta.
-Llegamos a la casa y nos estuvimos besando y acariciando, el me bajo el top, se fascino con mis pechos, los chupaba como si nunca hubiera chupado alguno, le apreté el bulto sobre el pantalón y no tuve dudas, las fotos que me mandó eran de él. Me arrodillé delante de él, me dejé puestos los lentes porque me dijo que le encantaba como me quedaban, le desabroché el pantalón y saqué esa herramienta, estaba bien dura, gruesa, caliente, la empecé a chupar aguantaba un montón, no como vos, que si te doy una buena chupada te vacias enseguida, su respiración era agitada y gemía, en ese momento escuchamos la puerta, se subió la ropa enseguida, yo me levanté subiéndome el top, nos sentamos en unos sillones que tienen, era la mamá. Él estaba todo colorado, le dijo que era una compañera de las clases de teatro que él toma, que estábamos ensayando una obra, enseguida me disculpe con la señora, le dije que pensé que su hijo le había avisado, así que le pedí que me abrieran y salí. No pude saborear el jugo de ese muchacho… o por lo menos que me lo tirara en las tetas, tan jovencito debe dar un montón de lechita… eh cielo…
No hablamos más, seguimos haciéndolo en silencio, cada vez más calientes los dos y sabiendo que esto solo eran los primeros pasos hacia mis cuernos…
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