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Hipnotizando a mi familia, hermana de visita

Martes por la mañana, despierto con el canto de los pájaros. Siento una calidez en mi entrepierna inmediatamente cobro consciencia, al mirar, es mi madre haciéndome una felación. Mi hermana la está ayudando marcando el ritmo, empujando su cabeza. Al ver que me desperté, paran y me dan los buenos días. 


—Buenos días, hijo. ¿Cómo dormiste? —dice mi madre para seguir chupando mi pene. 

—Buenos días, hermanito. Te queríamos dar una sorpresita —exclama mi hermana mientras vuelve a marcar el ritmo de nuestra progenitora.


Yo las veo, sin decir nada simplemente disfruto del momento. Poco a poco yo mismo marco el ritmo, hasta que llega el momento de correrme, cosa que hago en el fondo de la garganta de mi progenitora. Extasiado por esta primera corrida matutina, me da hambre.


—Deberíamos ir a desayunar —propongo.

—Sí, tu semen es muy rico pero sin duda no puede contar como desayuno —contesta mi madre.


Ellas se visten igual de indecentes que ayer: mi madre con un top blanco semitransparente y un short ultra corto que deja ver la totalidad de sus glúteos, además marcar su camel toe ya que tampoco usa panties debajo del short; mi hermana con un top holgado sin sostén, que dejan colgando sus senos casi dejándolos ver y una minifalda que también deja ver la totalidad de su glúteo y sus panties.

Bajamos a desayunar. Nos dimos cuenta de que mi padre tuvo que dormir en el sofá, al verlo recién despertado sentado en el.


—¿Dormiste bien, pa? —pregunto sádicamente.

—Excelente, hijo. Mejor que nunca —responde él.


Cuando mi madre va a empezar a hacer el desayuno, suena la puerta principal. Va mi padre a abrir y para la sorpresa de todos, llegó la hija mayor, mi hermana Carla. La llevamos sin ver desde navidad del año pasado.


—Hola a todos. ¿Sorprendidos de verme? —dice con su ánimo que la caracteriza.


Todos la saludamos efusivamente, alegres de verla. Sin embargo, con estos saludos nos damos cuenta de que algo le disgusta por su mirada. La respuesta es obvia, está contrariada por la ropa que están usando su madre y su hermana menor.


—Veo que cambiaron su ropa —exclama en un tono que denota su disgusto pero sin ser agresivo.

—Sí. Nos dimos cuenta de nuestro valor como mujer, tú también te darás cuenta —dice Laura, mi hermana, en respuesta.


Mi hermana mayor, Carla, se queda callada, pero acentúa la mirada de desagrado. Al terminar de saludarnos, mi madre empieza a hacer el desayuno; hace unos pancakes para celebrar que está mi hermana. Nos sentamos en espera de la comida.


—Generalmente no llegas de la nada, Carla. Cuéntanos, ¿qué te hizo venir? —le pregunto.

—Pues mi universidad se fue a paro, así que aproveché de visitar a mi hermosa familia —responde ella.


Mi madre termina de hacer el desayuno y nos sirve a todos. Yo estoy sentado en la punta de la mesa; junto a mí, mi hermana Laura, mi madre y más lejos está mi padre.


—Anoche esa leche que me diste me hizo dormir plácidamente —pronuncia mi hermana Laura con picardía.

—Sí, esa salchicha además estaba muy buena, junto con esos huevos —sigue mi madre en la misma línea que Laura.


Carla se nos queda mirando contrariada. Comemos y le preguntamos cómo ha sido su vida universitaria este año, ella nos cuenta un montón de anécdotas.

Al terminar de desayunar, Laura se arregla para salir a la universidad, para posteriormente hacerlo yo. Ella sale de la casa vestida casi igual que como estaba, pero cambia el top por uno ajustado en vez de holgado y cambia la falda por una un poco más larga. Yo salgo después rumbo a mi instituto.

En la entrada, veo a una compañera, Elena. Es una chica que siempre me gustó, no de forma romántica, sino por su sensualidad. Una chica alta, de por lo menos 1.70; con elegancia al andar, modelando en cada paso que da. Tiene un cuerpo que inspira sensualidad sin ser exuberante en sus atributos. Todos los chicos en algún punto les llegó a gustar, muchos se le declararon pero fracasaron, nunca la llegamos a ver en alguna relación.

Sinceramente, siempre me dió miedo hablarle; sentía que me iba a dar una rechazo directo, no quería ni siquiera pensar en sufrir una humillación así. Sin embargo, ahora mi situación ha cambiado. Antes de entrar a clases, le hablo.


—Hola, Elena —declaro tímido pero con buen tono.

—Hola. Eres Nicolás, ¿verdad? ¿Qué pasa? —replica con su tono confiado de siempre.

—Quisiera hablar contigo a solas antes de que empiecen las clases —le pido con el mismo tono de timidez.

—Claro, ¿para qué? —pregunta ella.

—Quisiera pedirte un favor, pero no me gusta hablar en los pasillos —exclamo mintiendo, ya que mis intenciones son otras.


Ella acepta, para así irnos a un lugar más reservado, al patio. Estamos completamente solos ahora, momento en el que la hipnotizo.


—Bueno, Elena. ¿Sabes? Hace mucho tiempo que me gustas.

—¿De verdad? Siempre te me hiciste interesante, fuiste de los pocos que sentía que no tenía interés en mí —exclama ella interrumpiendo mi discurso, cosa que nunca antes me había pasado al hipnotizar a alguien.


Lo que dijo es una sorpresa para mí, ya que no me esperaba que yo también le gustara aunque sea mínimamente. Sin embargo, me hace sentir bien, supongo que gustarle a alguien así aunque sea solo parecerle interesante ya es algo.


—Bueno, supongo que estás de suerte. De ahora en adelante te gustaré obsesionadamente. Harás lo que sea para llamar mi atención y cualquier petición mía la acatarás —afirmo con autoridad.

—De acuerdo, ahora estaré enamorada de ti alocadamente.


Con esa respuesta quedo satisfecho y la libero de la hipnosis, queda en shock unos cuantos segundos para después posar la vista en mí y ponerse completamente roja, señal de que mi orden funcionó. Suena la campana marcando la hora de ir a clases.


—Bueno, supongo que... Terminamos, ¿no? Tenemos que ir a clases —opina tímidamente, dejando de lado ese tono confiado que la destacaba.

—Claro, deberíamos regresar a clases —le respondo con un tono de confianza con el que no le hablaba antes, invirtiendo así los papeles.


Apenas termino de formular esto, ella se va lo más rápido posible, caminando torpemente.

Yo voy a mi sala, entro un poco tarde pero la profesora no me dice nada. Paso el resto de la clase mirando el celular despreocupado. Llega un momento en el que me aburro y salgo de la clase para ir con la directora, que está en su oficina. Entro sin tocar y cierro inmediatamente con seguro la puerta.


—Hola, directora. ¿Sabe?, estoy un poco caliente ahora, debería solucionarlo —asevero mientras desabrocho mi pantalón. 

—Claro, amo. Yo solucionaré eso por usted.


Me acerco a ella con el pene afuera y empieza a realizarme una mamada. Esta señora que siempre ví con temor, con cierto respeto, ahora está chupando mi pene sin pudor. Lo hace durante unos minutos, hasta que siento que me voy a correr, momento en el que saco mi miembro de su boca y me vengo sobre su cara. Justo en ese instante entra la profesora Jasmine.


—Oh, veo que se están divirtiendo —expresa con una sonrisa—. Déjenme unirme.


Se acerca y empieza a lamer el semen esparcido en toda la cara de la directora, la cual se queda quieta aceptando la situación. Al terminar, libera parte del semen acumulado en la boca de la directora y lo traga sin pensar. Posteriormente inician un apasionado beso. Yo, sin embargo, ya terminé con mi labor, por lo que decido irme mientras ellas siguen en su acto.

Vuelve a sonar la campana, anunciando de nuevo que hay que regresar al aula. Paso ahora el resto del día sin hacer nada, ansioso de poder regresar y pensando en lo que le haré a mi hermana aprovechando que tiene unas pequeñas vacaciones de la universidad.

Cuando se anuncia que nos podemos ir, tomo mis cosas y salgo volando para mi casa. Sorprendido quedo al entrar y escuchar un conflicto tremendo.


—¡Pero se ven como unas zorras! —escucho decir a mi hermana Carla.

—¿Y? ¿Cuál es el problema con que una mujer presuma su cuerpo? Tú también puedes hacerlo —replica mi madre.

—Además, no puedes decir que nos vemos mal —añade mi hermana Laura.

—Sí, déjalas ser. Ni siquiera a mí me molesta —agrega mi padre.

—¿Esta casa se volvió loca? No sé qué les pasa, perdieron la cabe... —antes de poder terminar su diálogo, la hipnotizo.

—Bueno, la discusión terminó —afirmo anunciando mi llegada.


Todos se quedan en silencio, mi hermana Carla al estar hipnotizada está en un estado zombie, con la mirada perdida. Todos se están preguntando qué le pasó excepto mi hermana Laura que ya sabe de mis poderes psíquicos.


—Les voy a explicar —declaro con toda la casa en silencio—. Como podrán ver, mi hermana se quedó en un estado donde está fuera de sí. En este momento no tiene consciencia. Esto es gracias a mis poderes psíquicos.

—¿De qué estás hablando, Nicolás? —asevera mi madre.

—Básicamente, tengo el poder de hipnotizar a la gente a voluntad. Puedo hacer que hagan lo que quiera, cambiar la personalidad de quien sea —aseguro sin tapujos.

—¿Y por eso últimamente todos nos hemos comportado diferente? —cuestiona mi padre.

—Así es, pero para mejor. ¿O me dirán que no han estado disfrutando?


Todos se quedan en silencio, momento que aprovecho para ir con mi hermana Carla y empezar un discurso nuevo.


—Carla, de ahora en adelante te parecerá normal todos los cambios que ves en la familia y te querrás adaptar. Me verás a mí como el nuevo jerarca, sentirás excitación por mi dominancia

—De acuerdo, de ahora en adelante seré tuya, actuaré como hace mi hermana y mi madre. Me vestiré provocativa para ti —responde ella.


Terminada mi labor, la libero de la hipnosis. Inmediatamente se va a su habitación. Nadie de la familia parece disgustado por este descubrimiento, el de mis poderes, porque saben que viven mejor así. Un rato después vuelve Carla, vestida igual de indecente que las demás mujeres de la casa; un vestido holgado transparente sin sostén y unas bragas diminutas.


—Bueno, hermana. Esa boca tuya la puedes empezar a usar para algo —enuncio mientras me bajo los pantalones.

Inmediatamente ella se pone de cuclillas, poco a poco se acerca a mi pene, para empezar a lamerlo despacio. Laura la ayuda y le agarra la cabeza para empezar a llevarla a tragar todo mi miembro. Mi padre al ver esto, empieza a tocarse excitado de la situación y mi madre se sienta simplemente a ver. Poco a poco me voy poniendo más duro, cuando siento que ya llegué al máximo, saco mi pene húmedo y pongo a Carla boca arriba en el sofá.

Le quito la ropa y la penetro lentamente al ser nuestra primera vez para disfrutarla por completo, sorprendido quedo al ver que empieza a sangrar levemente.


—¿Estás en tus días? —ingenuamente pregunto.

—No, es mi primera vez —contesta ella. 


A sus 22 años, esta mujer universitaria nunca había tenido sexo, una gran sorpresa para mí ya que no esperaba quitarle la virginidad. Decido ir suavemente ya al saber esto, poco a poco siento que ella se va excitando ya que no se queja, o al menos no tanto. Pasan unos cuantos minutos de disfrute, que detengo al sentir que llegó la hora de venirse, para no correr riesgo de embarazo, saco el pene y voy con mi madre solo para echar mi semen sobre su cara.


—Chicas, no les voy a mentir, quisiera seguir jugando con ustedes pero la verdad es que ya me vine 3 veces hoy, estoy cansado —digo para que sepan que la diversión no puede seguir.

—Carla, ¿vas a dormir con nosotros? Ahora Nico duerme con Laura y conmigo, así que puedes unirte —propone mi madre.

—Me gustaría, sí —replica Carla.


Ya decidido esto, nos vamos a dormir. No sin antes hacer que mi padre compre una cama más grande para que todos podamos dormir más cómodos.

—Pa, voy a dormir en tu habitación de ahora en adelante con mi madre y mis hermanas, deberías comprar una cama más grande para que durmamos todos cómodos. Tú puedes dormir en la mía si quieres.

—Claro, hijo. La voy a comprar por internet, siempre llegan en 24 horas así que para mañana ya debería estar. Yo mismo la armo


Con eso decidido, nos vamos a dormir todos después de cambiarnos de ropa. Fue sin duda un día agotador, sucedieron muchas cosas positivas. Pero, sin duda el próximo será mejor. Poco a poco formando un harem más grande.








Este es el relato más largo hasta la fecha. Los que me vienen siguiendo se habrán dado cuenta que en este cambié mucho la forma de redactar, estoy probando pero creo que será así de ahora en adelante. Agradecería que dejen sus puntos, recuerdo es que lo que me motiva a seguir haciendo relatos, pero sobretodo a seguir con una saga. También pueden dar consejos de redacción o sugerencias para la historia si creen que en algo puedo mejorar. Muchas gracias por leer el relato hasta el final.

3 comentarios - Hipnotizando a mi familia, hermana de visita

sony101971
pues yo para motivar te mande regalo, pero deberias poner los sentimientos de los hipnotizados, es decir, si estan de acuerdo con hacer esto.
CaesarPn
La narración es en primera persona, el que habla es el protagonista. El chiste de mis historias es que todo sea 100% como lo ve el prota; de hecho, muchas veces trato de no decir su nombre para que todo el que lea se pueda sentir identificado.
CaesarPn
Empatizar con los demás no es mi objetivo, a fin de cuentas son historias sádicas. Aunque sí hay veces que busco eso, que los demás personajes se expresen; pero no es mi mayor intención, solo un resultado secundario.
CaesarPn
El tercero se me olvidó mientras escribía los otros, pero bueno. Puedo decirte como "lore" general de todas mis obras, que aunque parezca que es consentido, realmente nada lo es; la única excepción es "El OnlyFans de mi hija".
Cuckofmommy +1
La redacción es muy buena, la anterior también me gustaba mucho, pero me agrada el cambio, sigue así 🔥