Pedro sudaba frío sabiendo que Marcelo estaba sentado detrás de él. Era lógico pensar que no le hubiera echo nada ya que estaba rodeado de tanta gente y con sus padres cerca de él pero su instinto le decía que su presencia en ese lugar no llevaría nada de bueno.
-Mamá…Pss…mamá
-…Ahora no Pedro.
-Mamá, viste quien está detrás?
-Silencio hijo. Cualquier cosa me la dices al final de la misa.
Pedro trató de informar a su madre del peligro que estaba cerca de él en un patético intento de hacerse proteger por ella, como un un niño que se esconde detrás de la falda de su mamá.
BRR
El sonido de vibración de un celular a su izquierda llamó su atención. Era el celular de su madre. El podía ver como ella revisaba discretamente la pantalla. “Quién le habrá mandado un mensaje a esa hora?” pensó Pedro.
El no lo sabía pero Marcelo le había mandado una foto de su bulto dentro de sus pantalones para calentar mas a su madre. Pedro podía ver que su mamá estaba algo inquieta.
BRR
Después de un poco, otro mensaje llega al celular de Teresa.
Pedro notó como su mamá se mordió el labio de abajo y que giró rápido su celular pantalla abajo apretándolo nerviosa sobre su pierna derecha.
-Teresa estas bien?
-Mamá que pasa?
-Nada, nada, no se preocupen, yo…necesito solo un poco de aire. Voy a salir un rato.
-Oh, ok. Si necesitas algo llámame.
Pedro se gira para ver su madre caminar para la salida de la iglesia algo apurada pero lo que llama su atención es que Marcelo ya no estaba en su lugar.
Mientras el hijo de Teresa trataba de adivinar el motivo por el cual su bully se presentó a su iglesia, una vieja señora que estaba sentada unos puesto más atrás de ellos veía la bella mujer salir de la iglesia. Doña Marta era nueva en esa iglesia, pero no era nueva a las iglesias. Toda su vida fue una mujer católica, como muchas señoras ancianas de sus tiempos pero ella en particular era muy fanática de todo eso. Si bien fuera una mujer de altos morales era una mujer sola. No tenía marido, hijos o amigos a causa de su carácter tan severo y moralista. Ella, creyéndose una enviada de Dios en persona, pasó toda su larga y amarga vida mirando a la gente del alto al bajo, juzgándolos y criticándolos según las reglas escritas en las sagras escrituras. Nadie escapaba a su juicio, desde al más malo de los criminales al más santo de los curas. Esa es la razón porque estaba en esa iglesia.
Todas las veces que podía Doña Marta metía la nariz donde no debía, chismeando a los miembros de la iglesia cada minúsculo comportamiento incorrecto que notaba. Esto causó que las comunidades de cristianos de cada iglesia la alejaran ya que se dieron cuenta que le gustaba gritar incendio apenas veía una chispa.
En la última iglesia en la cual estaba, notó unos comportamientos particulares entre un cura y una jovencita de la iglesia lo que le hicieron advertir a los padres de la chica y al resto de la gente que los dos tenían una relación…lo que era verdad, pero como si el mismo karma se hubiese puesto contra de ello, ni una sola persona le creyó. Al contrario los padres de la muchacha se indignaron por la acusa contra su hija y tuvieron una gran discusión con Marta. A eso se juntó el cura que suportado por los otros miembros de la iglesia le dejaron claro que era necesario para ella de buscarse otro lugar donde causar escándalo.
Ahora que estaba en la misma iglesia de Teresa su instinto de detective captó algo. Por primera cosa se dio cuenta de cuánto bella y atractiva fuese Teresa apenas la vio lo que hizo encender sus prejuicios contra las mujeres que curaban su aspecto. Segundo la había observado de lejos por un cierto tiempo y no notaba nada de malo en ella lo que para su lógica era en sí mismo algo malo. Tercero y último ese día se dio cuenta de la insólita presencia de ese joven en la iglesia, se dio cuenta de que se sentó cerca de Teresa, se dio cuenta mientras el chico pasaba de su enorme bulto en sus pantalones y se dio cuenta de que Teresa salió de la iglesia poco después que ese joven salió.
Afuera, Teresa fue a encontrar Marcelo que para convencerla a salir le envió una segunda foto de él con la verga afuera de sus pantalones, masturbándose apoyado a una pared de la iglesia. Cuando lo vio no pudo resistir.
Adentro de la iglesia Pedro se preguntaba porque su madre no regresaba todavía.
-Papá, crees que mamá esté bien? Todavía no regresa.
-No se hijo, mejor hazme el favor de ir a revisar ok?
-Si, ya voy.
Pedro salió a revisar pero no la encontró y al regreso, mientras caminaba hacia su puesto una vieja le agarra de su brazo y le pide:
-Dime niño, encontraste a tu madre?
-Amm…no, porque?
-Eso no es tu problema niño, ahora levántate que me estas distrayendo de la misa.
Pedro se sentó cerca de su padre después de haber conocido a la vieja Marta, y le comunica que no encontró a su mamá.
-Mmm…que extraño. Ahora la llamó.
Felipe la llamó dos veces a su celular pero parecía que estaba apagado.
-Entonces que hacemos papá?
-Ya falta poco para que la misa termine y si no regresa la voy a buscar.
Felipe, Pedro y Jonás no sabían que Teresa en todo ese tiempo estuvo con Marcelo.
Por primera cosa se lanzó a saborear la verga de su macho como si todos esos días sin el hubiera estado muriéndose de hambre.
El deseo de ella eran tan fuerte que esta vez hizo que el chico se corriera en su boca en solo 7 minutos de mamada.
-Muy bien perra, muy bien. Parece que tenerte a ayunas fue una buena idea.
-No! No digas eso por favor.
-Jajaja
Teresa no quería quedarse otra vez sin su verga. El estar en lugar público, afuera de su misma iglesia que es peor, la excitó mucho que después de recibir el semen en su boquita quiso continuar.
-No te apresures linda, ahora quiero usar tu otro agujero.
-Que? Aquí?
-No habrás pensado que vine asta aquí solo por una mamada verdad? Jaja, pero no te preocupes, vámonos a donde estaremos mas cómodos.
Si no hubiera sido por eso Pedro los habría descubierto cuando salió a buscar a su madre pero el chico no se empujó más allá de unos metros porque si lo hubiera echo hubiera notado el movimiento de él auto de su padre, los vidrios empañados y los gemidos de su madre.
-No, esto está mal aah, ah, ah
-Que dijiste perra?
-Esto, ah, ah, mal, ah, ah, ah, aquí
-Jajaja. Entonces porque no paras?
Teresa no podía responder a esa pregunta ya que su cuerpo se movía por sí mismo rebotando sus nalgas sobre el vergon de Marcelo.
Los dos estaban follando en el auto de su marido, el auto de familia y no les importaba, por lo menos no a ella que hubiera echo lo que sea para sentir otra vez ese placer. Al contrario el bully era bien consciente de dónde estaban, fue el que tuvo la idea. El bastardo probaba un placer sádico en irrumpir en cada aspecto de la vida de Teresa, su casa, su auto, su cuerpo y su familia. Pará el lo único que importaba era el sexo pero ahora también el poder de arrebatar una mujer tan linda y pura a su moral y a su familia.
De repente el celular de Teresa comenzó a sonar arruinando la deliciosa melodía de los gemidos de la mujer. El fastidioso sonido y la vibración del dispositivo eran para Teresa como un despertador en la madrugada que arruinaba el magnífico sueño en el cual estaba y del que no quería alejarse.
Marcelo agarró el celular y lo cortó inmediatamente para después apagarlo pero ya había arruinado su estado de éxtasis pura regresándola al mundo real en el cual estaba traicionado a su familia.
El chico notó como eso cambió el entusiasmo de Teresa al cavalcar su verga así que para poner remedio comenzó a moverse abajo de ella y siendo el en penetrarla con el intento de mandarle otra vez al paraíso.
Funcionó. Después de poco Teresa nuevamente comenzó a gemir, más fuerte de primero y moviendo su culo al ritmo de la verga del bully.
-Ah, ah, ah, ah, ah
CLAP, CLAP, CLAP, CLAP
Teresa se había corrido dos veces y ahora llegaba la tercera pero justo en ese momento decidió mirar por la ventana y vio que algunas personas de la iglesia estaban afuera a una cierta distancia lo que significaba que la misa había acabado.
En ese momento llegó el tercer orgasmo, mucho más fuerte de los anteriores porque fue provocado por la vista del peligro de ser descubierta. Ella temblaba de placer mientras el disparaba su semen adentro de su coño.
Adentro de la iglesia Pedro tenía de la mano a Jonás mientras esperaba que su padre terminase de conversar con la gente que se acercó a él para saludarlo. Felipe siempre fue un tipo paciente, bien educado y no tenía el corazón de cortar una conversación con las personas aunque si estaba apurado de buscar a su esposa.
Teresa se ajustaba la ropa afuera del auto lo mas rápido que podía mientras el chico la veía sentado en su auto en parte divertido y interesado a su comportamiento. “Pará ser una puta que grita de placer cuando la follo parece muy preocupada por su familia.”pensó el.
Para Marcelo no era nada de nuevo coger con una mujer casada, con novio o con hijos pero en Teresa había algo diferente. Todas las hembras que había conquistado con su verga se dejaban seducir más rápido que ella. Obviamente algunas trataban de resistir a causa de las apariencias o de no querer arruinar su familia pero no por mucho; al final todas caían. Eso era a causa de la falta de satisfacción con sus hombres en su hogar.
Teresa era diferente. Si bien entre sus putas era la que más parecía gustarle el sexo también lograba ver el profundo amor que sentía por su marido y hijos. El entendió que aunque si nunca estuvo satisfecha sexualmente, todos esos años de casada fueron debidos al amor que recibía por su familia. “Esta enserio ama a su familia”.
-Por favor, ya te tienes que ir.
-Claro que sí, no me gusta el apestar de hipócritas religiosos.
-Que dijiste?
-Ojo a tu celular, quiero que me respondas apenas te escribo.
-Oh, ok.
Marcelo salió del auto y se fue en dirección de su moto donde primero una sonora palmada al culo de Teresa.
La familia estaba ya afuera de la iglesia y Felipe estaba para ir a buscar a su mujer cuando la voz del pequeño Jonás anunció la llegada de la traidora.
-Mamaaaaa.
Teresa se acercaba a ellos desde lejos saludándolos con la mano.
-Teresa!
-Mamá!
-Que pasó? Por que esas caras?
-Porque no respondías al celular? Probé a llamarte varias veces.
-Oh si, disculpa, es que Sofía me llamó por una emergencia.
-Que pasó?
-Nada, es que discutió muy fuerte con su esposo y ella no sabía con quien hablar.
-Pero mamá…yo salí a buscarte y no te encontré.
-Entonces tenias que buscar mejor hijo porque estaba de la otra parte de la iglesia.
-Pero porque?
-No lograba escuchar bien a Sofía, parece que aquí mi celular no coge buena señal.
-Teresa, amor mío, me estaba comenzando a preocupar, dijiste que saliste porque necesitaba aire así que creía que tal vez te habías sentido mal.
-Jaja, no tesoro. Estoy bien, no te preocupes.
Desde la otra parte de la iglesia se escucha una moto alejarse.
-Ah, si! Mamá, sabias que Marcelo estaba aquí?
-Marcelo?
-Si, estaba sentado detrás de mí. Traté de decírtelo primero.
-Oh lo siento Pedrito, yo no lo vi.
-Que Dios me sea testigo, si veo a ese muchacho le daré una buena paliza por todo lo que hizo a mi hijo.
“Si, como no” pensó Teresa.
-Pero cuando me la presentas a esta Sofía tesoro? Acaso no asiste a esta iglesia?
-No, bueno vino algunas veces y fue ahí que la conocí pero ahora es parte de otra iglesia, una mas cerca de su casa.
-Oh entiendo.
“Y el oscar cuando me le dan?” Teresa se arrepintió rápido de sentirse orgullosa por cómo lograba mentir a su marido.
-Oh, Teresa, padre Eugenio te estaba buscando. Quería hablarte de una cierta Kimiko.
-Oh, si ya voy.
Ella deja atrás su familia mientras conversaban con la otra gente de la iglesia y se dirige adentro. Justo cuando ve al padre hablando con Kimiko una vieja señora se le para delante.
-Amm…Necesita algo señora?
-…
Doña Marta la veía de arriba abajo inspeccionándola como una loca lo que hizo que Teresa se sintiera incomoda.
-Oh mija, esta es la casa del señor, cubre bien tu cuerpo.
-Que?
-Tu camisa.
En el apuro de vestirse Teresa abotonó mal su camisa y ahora llena de vergüenza trataba de ajustarla del modo mas discreto posible mientras la vieja se alejaba sin decir nada.
-Teresa, hija mia.
-Padre, quería hablar conmigo?
-Si, hija, pero te perdiste la misa.
-Lo siento padre, necesitaba un poco de aire fresca.
-Entiendo, entiendo. Y ahora estas bien?
-Si padre.
-Excelente, ahora por favor dedícale un poco de tiempo a Kimiko que necesita una amiga en estos momentos difíciles.
-Oh no sé preocupe padre, yo y la señora Teresa conversamos un rato primero de la misa.
-Oh, esta bien, solo por favor Teresa…ten abierto tu corazón y no juzgues con rapidez ok?
-Amm…Ok, padre.
La ultima frase de padre Eugenio incómodo visiblemente a Kimiko que bajó la cabeza como avergonzada.
-Bueno Kimiko, hay algo que querías decirme?
-Bueno si…no se. Padre Eugenio me dijo que pidiera consejo a una mujer como usted.
-Como yo?
-Si, una mujer de buen corazón, responsable y respetuosa de la palabra de Dios.
Teresa tragó saliva al escuchar la última parte.
-Bueno de que se trata?
Apenas dijo eso la santa Teresa sintió un líquido caliente bajar de su vagina y recorrer su entrepierna. El semen de Marcelo no había salido por completo primero y ahora goteaba desde su intimidad como un grifo mal cerrado.
-Bla, bla, bla, bla.
Eso es lo que escuchaba Teresa mientras Kimiko le hablaba nuevamente de su infancia y de su familia mientras ella estaba más preocupada de que nadie notará. “No fue buena idea usar falda”pensó ella.
Como un rayo, el pensamiento de Teresa regresó al auto, al sexo que tubo con Marcelo y el echo que en el apuro olvidó ponerse sus ropa interior.
-Kimiko. Lo siento mucho querida pero recién me recordé que me olvide de hacer algo. Te molesta si hablamos otro rato. Tal vez por teléfono…ok?
-Oh, no hay problema señora Teresa. Hablaremos por teléfono.
-Genial.
Teresa corre afuera y ve que su familia se dirigía al auto.
-Esperen.
-Teresa?
-Se estaban yendo sin mi.
-No, nomas queríamos dejar nuestras chamarras en el auto que esta haciendo calor. Tu no tienes calor.
-Oh, si, no tanto?
-Mmm?
-Espera donde esta Jonás.
-El se adelantó, quería ir a jugar con su nintendo.
-Oh…amm…voy a ayudarlo que talvez no lo encuentra.
Teresa caminando apresurada se dirige a su auto y ve que su hijito estaba jugando con su nintendo afuera del vehículo.
-Jonás, todo bien tesoro?
-Jaja, mamá, te olvidaste esto.
Jonás le muestra lo que tenía en su mano. Era su interior celeste que el había encontrado.
-Dame eso!
De mal modo Teresa le quita su ropa interior de la mano.
-Esto son cosas de mujeres hijo, tu no tienes que tocarlas.
-Si mamá. Estas enojada?
-No, no hijo mío solo…mejor no le digamos esto a nadie.
-Es un secreto?
-Si, es in secreto. Tienes que prometerme.
-Si mamá. Prometo que no digo a nadie que te hiciste pis, jaja.
Teresa tardó en darse cuenta pero su interior celeste estaba mojada por la extinción de todo ese día por encontrar a Marcelo.
-Jonás, hijo, porque no juegas en el auto?
-Papá! El auto huele feo, no me gusta.
-Que?
El cuerpo de Teresa se llenó de miedo por no haber pensado en eso.
-Dios mío, que diablos pasó aquí?
-Que olor extraño.
Felipe y Pedro con la cabeza adentro del auto olían el ambiente impregnando del sucio acto que Teresa y Marcelo hicieron ahí adentro.
-Amm…Felipe, que pasó tesoro?
-El auto…huela a…algo. Quien podrá haber echo esto?
-Talvez unos vagabundos, vi una copia de vagabundos mientras llegábamos a la iglesia.
-Vagabundos? Que asco. Y vinieron aquí a hacer sus porquerías?
-Seguramente. No entiendo. Pero como entraron en el auto?
-No se tesoro, quien sabe?
El regreso a casa fue silencioso y incómodo por el mal olor de adentro; incómodo pero no para Teresa que respiraba tranquilamente el aire como fuese perfume.
Continúa...
-Mamá…Pss…mamá
-…Ahora no Pedro.
-Mamá, viste quien está detrás?
-Silencio hijo. Cualquier cosa me la dices al final de la misa.
Pedro trató de informar a su madre del peligro que estaba cerca de él en un patético intento de hacerse proteger por ella, como un un niño que se esconde detrás de la falda de su mamá.
BRR
El sonido de vibración de un celular a su izquierda llamó su atención. Era el celular de su madre. El podía ver como ella revisaba discretamente la pantalla. “Quién le habrá mandado un mensaje a esa hora?” pensó Pedro.
El no lo sabía pero Marcelo le había mandado una foto de su bulto dentro de sus pantalones para calentar mas a su madre. Pedro podía ver que su mamá estaba algo inquieta.
BRR
Después de un poco, otro mensaje llega al celular de Teresa.
Pedro notó como su mamá se mordió el labio de abajo y que giró rápido su celular pantalla abajo apretándolo nerviosa sobre su pierna derecha.
-Teresa estas bien?
-Mamá que pasa?
-Nada, nada, no se preocupen, yo…necesito solo un poco de aire. Voy a salir un rato.
-Oh, ok. Si necesitas algo llámame.
Pedro se gira para ver su madre caminar para la salida de la iglesia algo apurada pero lo que llama su atención es que Marcelo ya no estaba en su lugar.
Mientras el hijo de Teresa trataba de adivinar el motivo por el cual su bully se presentó a su iglesia, una vieja señora que estaba sentada unos puesto más atrás de ellos veía la bella mujer salir de la iglesia. Doña Marta era nueva en esa iglesia, pero no era nueva a las iglesias. Toda su vida fue una mujer católica, como muchas señoras ancianas de sus tiempos pero ella en particular era muy fanática de todo eso. Si bien fuera una mujer de altos morales era una mujer sola. No tenía marido, hijos o amigos a causa de su carácter tan severo y moralista. Ella, creyéndose una enviada de Dios en persona, pasó toda su larga y amarga vida mirando a la gente del alto al bajo, juzgándolos y criticándolos según las reglas escritas en las sagras escrituras. Nadie escapaba a su juicio, desde al más malo de los criminales al más santo de los curas. Esa es la razón porque estaba en esa iglesia.
Todas las veces que podía Doña Marta metía la nariz donde no debía, chismeando a los miembros de la iglesia cada minúsculo comportamiento incorrecto que notaba. Esto causó que las comunidades de cristianos de cada iglesia la alejaran ya que se dieron cuenta que le gustaba gritar incendio apenas veía una chispa.
En la última iglesia en la cual estaba, notó unos comportamientos particulares entre un cura y una jovencita de la iglesia lo que le hicieron advertir a los padres de la chica y al resto de la gente que los dos tenían una relación…lo que era verdad, pero como si el mismo karma se hubiese puesto contra de ello, ni una sola persona le creyó. Al contrario los padres de la muchacha se indignaron por la acusa contra su hija y tuvieron una gran discusión con Marta. A eso se juntó el cura que suportado por los otros miembros de la iglesia le dejaron claro que era necesario para ella de buscarse otro lugar donde causar escándalo.
Ahora que estaba en la misma iglesia de Teresa su instinto de detective captó algo. Por primera cosa se dio cuenta de cuánto bella y atractiva fuese Teresa apenas la vio lo que hizo encender sus prejuicios contra las mujeres que curaban su aspecto. Segundo la había observado de lejos por un cierto tiempo y no notaba nada de malo en ella lo que para su lógica era en sí mismo algo malo. Tercero y último ese día se dio cuenta de la insólita presencia de ese joven en la iglesia, se dio cuenta de que se sentó cerca de Teresa, se dio cuenta mientras el chico pasaba de su enorme bulto en sus pantalones y se dio cuenta de que Teresa salió de la iglesia poco después que ese joven salió.
Afuera, Teresa fue a encontrar Marcelo que para convencerla a salir le envió una segunda foto de él con la verga afuera de sus pantalones, masturbándose apoyado a una pared de la iglesia. Cuando lo vio no pudo resistir.
Adentro de la iglesia Pedro se preguntaba porque su madre no regresaba todavía.
-Papá, crees que mamá esté bien? Todavía no regresa.
-No se hijo, mejor hazme el favor de ir a revisar ok?
-Si, ya voy.
Pedro salió a revisar pero no la encontró y al regreso, mientras caminaba hacia su puesto una vieja le agarra de su brazo y le pide:
-Dime niño, encontraste a tu madre?
-Amm…no, porque?
-Eso no es tu problema niño, ahora levántate que me estas distrayendo de la misa.
Pedro se sentó cerca de su padre después de haber conocido a la vieja Marta, y le comunica que no encontró a su mamá.
-Mmm…que extraño. Ahora la llamó.
Felipe la llamó dos veces a su celular pero parecía que estaba apagado.
-Entonces que hacemos papá?
-Ya falta poco para que la misa termine y si no regresa la voy a buscar.
Felipe, Pedro y Jonás no sabían que Teresa en todo ese tiempo estuvo con Marcelo.
Por primera cosa se lanzó a saborear la verga de su macho como si todos esos días sin el hubiera estado muriéndose de hambre.
El deseo de ella eran tan fuerte que esta vez hizo que el chico se corriera en su boca en solo 7 minutos de mamada.
-Muy bien perra, muy bien. Parece que tenerte a ayunas fue una buena idea.
-No! No digas eso por favor.
-Jajaja
Teresa no quería quedarse otra vez sin su verga. El estar en lugar público, afuera de su misma iglesia que es peor, la excitó mucho que después de recibir el semen en su boquita quiso continuar.
-No te apresures linda, ahora quiero usar tu otro agujero.
-Que? Aquí?
-No habrás pensado que vine asta aquí solo por una mamada verdad? Jaja, pero no te preocupes, vámonos a donde estaremos mas cómodos.
Si no hubiera sido por eso Pedro los habría descubierto cuando salió a buscar a su madre pero el chico no se empujó más allá de unos metros porque si lo hubiera echo hubiera notado el movimiento de él auto de su padre, los vidrios empañados y los gemidos de su madre.
-No, esto está mal aah, ah, ah
-Que dijiste perra?
-Esto, ah, ah, mal, ah, ah, ah, aquí
-Jajaja. Entonces porque no paras?
Teresa no podía responder a esa pregunta ya que su cuerpo se movía por sí mismo rebotando sus nalgas sobre el vergon de Marcelo.
Los dos estaban follando en el auto de su marido, el auto de familia y no les importaba, por lo menos no a ella que hubiera echo lo que sea para sentir otra vez ese placer. Al contrario el bully era bien consciente de dónde estaban, fue el que tuvo la idea. El bastardo probaba un placer sádico en irrumpir en cada aspecto de la vida de Teresa, su casa, su auto, su cuerpo y su familia. Pará el lo único que importaba era el sexo pero ahora también el poder de arrebatar una mujer tan linda y pura a su moral y a su familia.
De repente el celular de Teresa comenzó a sonar arruinando la deliciosa melodía de los gemidos de la mujer. El fastidioso sonido y la vibración del dispositivo eran para Teresa como un despertador en la madrugada que arruinaba el magnífico sueño en el cual estaba y del que no quería alejarse.
Marcelo agarró el celular y lo cortó inmediatamente para después apagarlo pero ya había arruinado su estado de éxtasis pura regresándola al mundo real en el cual estaba traicionado a su familia.
El chico notó como eso cambió el entusiasmo de Teresa al cavalcar su verga así que para poner remedio comenzó a moverse abajo de ella y siendo el en penetrarla con el intento de mandarle otra vez al paraíso.
Funcionó. Después de poco Teresa nuevamente comenzó a gemir, más fuerte de primero y moviendo su culo al ritmo de la verga del bully.
-Ah, ah, ah, ah, ah
CLAP, CLAP, CLAP, CLAP
Teresa se había corrido dos veces y ahora llegaba la tercera pero justo en ese momento decidió mirar por la ventana y vio que algunas personas de la iglesia estaban afuera a una cierta distancia lo que significaba que la misa había acabado.
En ese momento llegó el tercer orgasmo, mucho más fuerte de los anteriores porque fue provocado por la vista del peligro de ser descubierta. Ella temblaba de placer mientras el disparaba su semen adentro de su coño.
Adentro de la iglesia Pedro tenía de la mano a Jonás mientras esperaba que su padre terminase de conversar con la gente que se acercó a él para saludarlo. Felipe siempre fue un tipo paciente, bien educado y no tenía el corazón de cortar una conversación con las personas aunque si estaba apurado de buscar a su esposa.
Teresa se ajustaba la ropa afuera del auto lo mas rápido que podía mientras el chico la veía sentado en su auto en parte divertido y interesado a su comportamiento. “Pará ser una puta que grita de placer cuando la follo parece muy preocupada por su familia.”pensó el.
Para Marcelo no era nada de nuevo coger con una mujer casada, con novio o con hijos pero en Teresa había algo diferente. Todas las hembras que había conquistado con su verga se dejaban seducir más rápido que ella. Obviamente algunas trataban de resistir a causa de las apariencias o de no querer arruinar su familia pero no por mucho; al final todas caían. Eso era a causa de la falta de satisfacción con sus hombres en su hogar.
Teresa era diferente. Si bien entre sus putas era la que más parecía gustarle el sexo también lograba ver el profundo amor que sentía por su marido y hijos. El entendió que aunque si nunca estuvo satisfecha sexualmente, todos esos años de casada fueron debidos al amor que recibía por su familia. “Esta enserio ama a su familia”.
-Por favor, ya te tienes que ir.
-Claro que sí, no me gusta el apestar de hipócritas religiosos.
-Que dijiste?
-Ojo a tu celular, quiero que me respondas apenas te escribo.
-Oh, ok.
Marcelo salió del auto y se fue en dirección de su moto donde primero una sonora palmada al culo de Teresa.
La familia estaba ya afuera de la iglesia y Felipe estaba para ir a buscar a su mujer cuando la voz del pequeño Jonás anunció la llegada de la traidora.
-Mamaaaaa.
Teresa se acercaba a ellos desde lejos saludándolos con la mano.
-Teresa!
-Mamá!
-Que pasó? Por que esas caras?
-Porque no respondías al celular? Probé a llamarte varias veces.
-Oh si, disculpa, es que Sofía me llamó por una emergencia.
-Que pasó?
-Nada, es que discutió muy fuerte con su esposo y ella no sabía con quien hablar.
-Pero mamá…yo salí a buscarte y no te encontré.
-Entonces tenias que buscar mejor hijo porque estaba de la otra parte de la iglesia.
-Pero porque?
-No lograba escuchar bien a Sofía, parece que aquí mi celular no coge buena señal.
-Teresa, amor mío, me estaba comenzando a preocupar, dijiste que saliste porque necesitaba aire así que creía que tal vez te habías sentido mal.
-Jaja, no tesoro. Estoy bien, no te preocupes.
Desde la otra parte de la iglesia se escucha una moto alejarse.
-Ah, si! Mamá, sabias que Marcelo estaba aquí?
-Marcelo?
-Si, estaba sentado detrás de mí. Traté de decírtelo primero.
-Oh lo siento Pedrito, yo no lo vi.
-Que Dios me sea testigo, si veo a ese muchacho le daré una buena paliza por todo lo que hizo a mi hijo.
“Si, como no” pensó Teresa.
-Pero cuando me la presentas a esta Sofía tesoro? Acaso no asiste a esta iglesia?
-No, bueno vino algunas veces y fue ahí que la conocí pero ahora es parte de otra iglesia, una mas cerca de su casa.
-Oh entiendo.
“Y el oscar cuando me le dan?” Teresa se arrepintió rápido de sentirse orgullosa por cómo lograba mentir a su marido.
-Oh, Teresa, padre Eugenio te estaba buscando. Quería hablarte de una cierta Kimiko.
-Oh, si ya voy.
Ella deja atrás su familia mientras conversaban con la otra gente de la iglesia y se dirige adentro. Justo cuando ve al padre hablando con Kimiko una vieja señora se le para delante.
-Amm…Necesita algo señora?
-…
Doña Marta la veía de arriba abajo inspeccionándola como una loca lo que hizo que Teresa se sintiera incomoda.
-Oh mija, esta es la casa del señor, cubre bien tu cuerpo.
-Que?
-Tu camisa.
En el apuro de vestirse Teresa abotonó mal su camisa y ahora llena de vergüenza trataba de ajustarla del modo mas discreto posible mientras la vieja se alejaba sin decir nada.
-Teresa, hija mia.
-Padre, quería hablar conmigo?
-Si, hija, pero te perdiste la misa.
-Lo siento padre, necesitaba un poco de aire fresca.
-Entiendo, entiendo. Y ahora estas bien?
-Si padre.
-Excelente, ahora por favor dedícale un poco de tiempo a Kimiko que necesita una amiga en estos momentos difíciles.
-Oh no sé preocupe padre, yo y la señora Teresa conversamos un rato primero de la misa.
-Oh, esta bien, solo por favor Teresa…ten abierto tu corazón y no juzgues con rapidez ok?
-Amm…Ok, padre.
La ultima frase de padre Eugenio incómodo visiblemente a Kimiko que bajó la cabeza como avergonzada.
-Bueno Kimiko, hay algo que querías decirme?
-Bueno si…no se. Padre Eugenio me dijo que pidiera consejo a una mujer como usted.
-Como yo?
-Si, una mujer de buen corazón, responsable y respetuosa de la palabra de Dios.
Teresa tragó saliva al escuchar la última parte.
-Bueno de que se trata?
Apenas dijo eso la santa Teresa sintió un líquido caliente bajar de su vagina y recorrer su entrepierna. El semen de Marcelo no había salido por completo primero y ahora goteaba desde su intimidad como un grifo mal cerrado.
-Bla, bla, bla, bla.
Eso es lo que escuchaba Teresa mientras Kimiko le hablaba nuevamente de su infancia y de su familia mientras ella estaba más preocupada de que nadie notará. “No fue buena idea usar falda”pensó ella.
Como un rayo, el pensamiento de Teresa regresó al auto, al sexo que tubo con Marcelo y el echo que en el apuro olvidó ponerse sus ropa interior.
-Kimiko. Lo siento mucho querida pero recién me recordé que me olvide de hacer algo. Te molesta si hablamos otro rato. Tal vez por teléfono…ok?
-Oh, no hay problema señora Teresa. Hablaremos por teléfono.
-Genial.
Teresa corre afuera y ve que su familia se dirigía al auto.
-Esperen.
-Teresa?
-Se estaban yendo sin mi.
-No, nomas queríamos dejar nuestras chamarras en el auto que esta haciendo calor. Tu no tienes calor.
-Oh, si, no tanto?
-Mmm?
-Espera donde esta Jonás.
-El se adelantó, quería ir a jugar con su nintendo.
-Oh…amm…voy a ayudarlo que talvez no lo encuentra.
Teresa caminando apresurada se dirige a su auto y ve que su hijito estaba jugando con su nintendo afuera del vehículo.
-Jonás, todo bien tesoro?
-Jaja, mamá, te olvidaste esto.
Jonás le muestra lo que tenía en su mano. Era su interior celeste que el había encontrado.
-Dame eso!
De mal modo Teresa le quita su ropa interior de la mano.
-Esto son cosas de mujeres hijo, tu no tienes que tocarlas.
-Si mamá. Estas enojada?
-No, no hijo mío solo…mejor no le digamos esto a nadie.
-Es un secreto?
-Si, es in secreto. Tienes que prometerme.
-Si mamá. Prometo que no digo a nadie que te hiciste pis, jaja.
Teresa tardó en darse cuenta pero su interior celeste estaba mojada por la extinción de todo ese día por encontrar a Marcelo.
-Jonás, hijo, porque no juegas en el auto?
-Papá! El auto huele feo, no me gusta.
-Que?
El cuerpo de Teresa se llenó de miedo por no haber pensado en eso.
-Dios mío, que diablos pasó aquí?
-Que olor extraño.
Felipe y Pedro con la cabeza adentro del auto olían el ambiente impregnando del sucio acto que Teresa y Marcelo hicieron ahí adentro.
-Amm…Felipe, que pasó tesoro?
-El auto…huela a…algo. Quien podrá haber echo esto?
-Talvez unos vagabundos, vi una copia de vagabundos mientras llegábamos a la iglesia.
-Vagabundos? Que asco. Y vinieron aquí a hacer sus porquerías?
-Seguramente. No entiendo. Pero como entraron en el auto?
-No se tesoro, quien sabe?
El regreso a casa fue silencioso y incómodo por el mal olor de adentro; incómodo pero no para Teresa que respiraba tranquilamente el aire como fuese perfume.
Continúa...
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