Que tal amigos les traigo otro relato acerca de Eugenia la novia de un Señor amigo mio que conocí en un club y que me gusto la historia que me contaron de cómo entraron en el mundo cuckold. Les comparto de forma literaria como se dio todo. Y si la votan y comentan les subiré la segunda parte
Ya tenía unos cinco años con Eugenia. La había conocido en un despacho contable. Ahí me pareció una mujer muy aguda de mente además de muy sexy. Su melena negra, su piel blanca y su figura esbelta la habían un imán de miradas. No me fue complicado conquistara, aunque no soy guapo tengo una gran personalidad y creo que la diferencia de edades jugo a mi favor. Ella tenía treinta y un años y yo ya cuarenta y nueve.
Empezamos a salir convirtiéndonos en unos conversadores. No me equivoque al decir que era inteligente pues su humor y sagacidad eran muy arrebatados. Además tenía cierta cultura más del promedio. Yo lo confirmaba pues había sido obligado de pequeño a leer los clásicos. Desde lo Mitos griegos hasta el Quijote. Con varios temas pasábamos noches interminables. Incluso después de la cama le gustaba debatir alguna idea interesante algo que a mi me fascinaba.
Con el paso del tiempo me fui dando cuenta que su energía no se equiparaba a la mía. Mientras mi madurez me daba más estabilidad y sentido de la vida a ella la búsqueda le impulsaba. Empece a notar que a veces buscaba más aventura; escalar, patinar, salir de viaje. Empezaba a sentir el tiempo más pesado en mi cuerpo. Si bien no estaba descuidado tampoco me podía permitir ciertas exigencias y ella quedaba con la zozobra que siempre intentaba disimular bien. Yo por el contrario intentaba compensar con dinero aquella necesidad. ¿Para que otra cosa le sirve a un viejo el dinero si no es para esto? Lamentablemente, no era suficiente, jamás el dinero puede suplir la ausencia de una emoción.
Ella además de tener su despacho también daba clases de Auditoria en un nivel medio. A veces iba por ella cuando nos veíamos o mandaba a mi chofer por ella. No me malinterpreten no soy rico pero si tengo mucha estabilidad, un poco más de lo normal. El ser arquitecto me ha dado ciertos lujos y después de muchos años de labor puedo tener ciertas satisfacciones.
Eugenia siempre me contaba de sus problemas en la escuela, anhelaba tener la dirección del departamento de contabilidad que incluía auditoria, financiada, economía y alguna otra materia más que se me escapa. Con esto ella tendría la oportunidad de hacer varias mejoras. Para su fortuna era algo complicado y burocrático. Además sumarle que siempre se comprometía con sus alumnos y si alguno tenía problemas no solo en sus materias sino en sus vidas, Eugenia intentaba ayudarlos siempre. Y bueno a veces a mio también quien solventaba algunos gastos como computadoras, ropa, libros o herramientas que ella utilizaba como algún proyector. Yo era el más contento de poder forma parte de eso y debo admitir que además de financiar me daba satisfacción saber que algo de ese dinero que con el tiempo amontone servía de algo y con buena intensión.
En algunas ocasiones le ayuda también a canalizar a varios compañeros que sufrían te violencia familiar y ayudarlos con alguna cosa académica. Así no era extraño ver a Eugenia al salir de la escuela o incluso al llegar a su departamento con algún o algunos alumnos. Entre ellos Angelica era una chica que tenía muchos problemas y que ayudamos en varias ocasiones. Logramos meter una restricción a su padre que golpeaba a su madre también. También le compramos una computadora. Afortunadamente la chica termino muy bien la escuela. Este es solo un ejemplo muy anormal debo decirlo, la mayoría de jovenes no aprovechaba nada pero eso no nos detenía.
En alguna ocasión llegue a su departamento con la comida y Eugenia hablaba con un joven que no había visto antes. Se veían de lo más normal pero me extraño ver al chico algo nervioso y hasta molesto. Me acerque y salude. Eugenia me lo presento como Marco. Se le veía una mirada inteligente pero no quitaba sus nervios. Se fue casi luego luego.
Mientras comíamos yo le acariciaba las piernas debajo de su falda negra. También le miraba su pequeños pechos ajustados en una blusa como de jaguar. Me ponía loco. Ella me contaba acerca de su día mientras yo divagaba sobre sus deliciosas piernas. También me lo empezó a frotar encima de mi pantalón. Mi verga tomo cuerpo y se iba levantando. Ella la frotaba fuerte y yo gemía. Me gustaba ese juego donde no se detenía a hablar pero continuaba. No se porque cuándo me la saco para masturbarme le pregunte sobre el chico. Ella me explicaba que había tenido un problema en la escuela y no era su culpa. Decían que lo habían cachado teniendo relaciones con una chica. El problema es que quien los cacho fue otra chica y lo estaba acusando de acoso. Sea cierto o no le pedí más detalles. Ella me la sostenía firme, me palpitaba. Me explicaba que al final del día los encontró en un taller donde él y otra chica tenían relaciones, la acusadora escucho ruidos y se topo con ellos pero al ir de salida chocaron y entonces se armo el escándalo. A pesar de que la chica con la que cogía apoyaba a marco de que no hacían nada la otra lo esta acusando y parece ser una ex. En lo que se aclaraba estaban suspendidos los tres. Además ser acusado de acoso es algo fuerte. Ella continuo diciendo, te imaginas hacerlo en la escuela es algo que yo nunca hice, seré muy zorra contigo pero jamás me expondría a a algo así. Yo le dije, te imaginas que te pongo contra el escritorio y te levante la falda, jale tus calzones y te empiece a dar muy duro que se escuche en todo el pasillo ? Ella sonrió y se agacho para mamar y al sentir su salida boca la tome del cabello y empece a cogerle la boca. Me gustaría llegar hasta su garganta y saber que se siente. Ella misma se empuja para metérsela lo más que pueda pero le cabe completa ni siquiera tiene que abrir completamente la boca. Pero estábamos muy satisfechos. Después de unos minutos le llene la boca de leche.
La semana siguiente volví a preguntarle como iba el tema y es que me había cancelado hace un par de días porque estaba hablando con Marco. Salimos a comer y me platico que se había aclarado todo. La directora entendió que se trataba de una venganza. A mi me dijo la directora —me confeso Eugenia— que dado que había mucho alboroto debían confesar lo que de verdad hacían. Que no los echaría de la escuela pero algún castigo debían llevarse. Así que les hizo escribir a ambos lo que sucedió a modo de confesión. Saco un folder y me lo dio a leer. Seguimos platicando, brindamos por un proyecto nuevo en la ciudad que tenía y nos fuimos a mi departamento donde la disfrute. Esa noche la tome con muchas ganas, le rompí las medias y sólo le levante la falda, ahí en la sala empecé a cogerla fuerte, le abre las piernas y se las levante lo mas que pude para metérsela, le saque las tetas pequeñas de pezones rosados deliciosos y aunque no eran grandes si se le movían cada ves que la cogía. Me tomo y se pasaba mi verga por su carita, realmente solo el glande que era lo que le podía pasar. Me dio una mamada tan fuerte como nunca que no aguante y me vine en su cara y su cabello delicioso negro. Seré pito corto pero muy lechero y eso le encanta. Le deje unos grandes retazos de leche en su cara, en especial uno que le dividía la cara.
Se levanto a limpiarse y yo me recosté. En eso vibra su teléfono. Lo tomo y lo desbloqueo. Era su alumno que le mandaba un mensaje. Abrí el preview del mensaje que decía algo como esto: Maestra ya hable con Monica, acepto…espero que podamos entonces repetir con más calma (emoji de llamas). Esto me sorprendió bastante. Deje el teléfono temblando. Era ambiguo el mensaje. N sabía si repetir con ella ? Con la otra chica ? Por qué Eugenia se prestaba a eso. Qué quería salvar. No no lo tenía claro.
La semana siguiente los encontré en la entrada del edificio. Ya no parecía el chico tímido si no su lenguaje era distinto. Parecía coquetearle y de lejos Eugenia se reía mucho y se arreglaba el cabello. Me puse furioso pero no deje que me sobrepasara. Nos saludamos, apreté su mano y lo mire fijamente, el hizo lo mismo y sonrió. Los dejo que la pasen bien—sonrió estúpidamente— de inmediato le pregunte a Eugenia que pasaba mientras subíamos el elevador. Me dijo que nada que todo se había arreglado. No se porqué se lo dije pero me costo no coger con ella. Le pregunte si le gustaba. Ella se puso roja y se molesto bastante. Me pidió que me fuera. Tenía que investigar no podía quedarme así. Además no sabía que era esta sensación.
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Les dejo algunos otros relatos
- Yo embarazada y el amigo de mi esposo (fotos)
- La profesora y muchas cosas más que es (fotos)
- Me comi un negro en un torneo (fotos)
- Me chantajean por culpa de mi marido - Parte I
- Mi obligación con el joven negro
- Mi sobrino y yo la tía tetona
Ya tenía unos cinco años con Eugenia. La había conocido en un despacho contable. Ahí me pareció una mujer muy aguda de mente además de muy sexy. Su melena negra, su piel blanca y su figura esbelta la habían un imán de miradas. No me fue complicado conquistara, aunque no soy guapo tengo una gran personalidad y creo que la diferencia de edades jugo a mi favor. Ella tenía treinta y un años y yo ya cuarenta y nueve.
Empezamos a salir convirtiéndonos en unos conversadores. No me equivoque al decir que era inteligente pues su humor y sagacidad eran muy arrebatados. Además tenía cierta cultura más del promedio. Yo lo confirmaba pues había sido obligado de pequeño a leer los clásicos. Desde lo Mitos griegos hasta el Quijote. Con varios temas pasábamos noches interminables. Incluso después de la cama le gustaba debatir alguna idea interesante algo que a mi me fascinaba.
Con el paso del tiempo me fui dando cuenta que su energía no se equiparaba a la mía. Mientras mi madurez me daba más estabilidad y sentido de la vida a ella la búsqueda le impulsaba. Empece a notar que a veces buscaba más aventura; escalar, patinar, salir de viaje. Empezaba a sentir el tiempo más pesado en mi cuerpo. Si bien no estaba descuidado tampoco me podía permitir ciertas exigencias y ella quedaba con la zozobra que siempre intentaba disimular bien. Yo por el contrario intentaba compensar con dinero aquella necesidad. ¿Para que otra cosa le sirve a un viejo el dinero si no es para esto? Lamentablemente, no era suficiente, jamás el dinero puede suplir la ausencia de una emoción.
Ella además de tener su despacho también daba clases de Auditoria en un nivel medio. A veces iba por ella cuando nos veíamos o mandaba a mi chofer por ella. No me malinterpreten no soy rico pero si tengo mucha estabilidad, un poco más de lo normal. El ser arquitecto me ha dado ciertos lujos y después de muchos años de labor puedo tener ciertas satisfacciones.
Eugenia siempre me contaba de sus problemas en la escuela, anhelaba tener la dirección del departamento de contabilidad que incluía auditoria, financiada, economía y alguna otra materia más que se me escapa. Con esto ella tendría la oportunidad de hacer varias mejoras. Para su fortuna era algo complicado y burocrático. Además sumarle que siempre se comprometía con sus alumnos y si alguno tenía problemas no solo en sus materias sino en sus vidas, Eugenia intentaba ayudarlos siempre. Y bueno a veces a mio también quien solventaba algunos gastos como computadoras, ropa, libros o herramientas que ella utilizaba como algún proyector. Yo era el más contento de poder forma parte de eso y debo admitir que además de financiar me daba satisfacción saber que algo de ese dinero que con el tiempo amontone servía de algo y con buena intensión.
En algunas ocasiones le ayuda también a canalizar a varios compañeros que sufrían te violencia familiar y ayudarlos con alguna cosa académica. Así no era extraño ver a Eugenia al salir de la escuela o incluso al llegar a su departamento con algún o algunos alumnos. Entre ellos Angelica era una chica que tenía muchos problemas y que ayudamos en varias ocasiones. Logramos meter una restricción a su padre que golpeaba a su madre también. También le compramos una computadora. Afortunadamente la chica termino muy bien la escuela. Este es solo un ejemplo muy anormal debo decirlo, la mayoría de jovenes no aprovechaba nada pero eso no nos detenía.
En alguna ocasión llegue a su departamento con la comida y Eugenia hablaba con un joven que no había visto antes. Se veían de lo más normal pero me extraño ver al chico algo nervioso y hasta molesto. Me acerque y salude. Eugenia me lo presento como Marco. Se le veía una mirada inteligente pero no quitaba sus nervios. Se fue casi luego luego.
Mientras comíamos yo le acariciaba las piernas debajo de su falda negra. También le miraba su pequeños pechos ajustados en una blusa como de jaguar. Me ponía loco. Ella me contaba acerca de su día mientras yo divagaba sobre sus deliciosas piernas. También me lo empezó a frotar encima de mi pantalón. Mi verga tomo cuerpo y se iba levantando. Ella la frotaba fuerte y yo gemía. Me gustaba ese juego donde no se detenía a hablar pero continuaba. No se porque cuándo me la saco para masturbarme le pregunte sobre el chico. Ella me explicaba que había tenido un problema en la escuela y no era su culpa. Decían que lo habían cachado teniendo relaciones con una chica. El problema es que quien los cacho fue otra chica y lo estaba acusando de acoso. Sea cierto o no le pedí más detalles. Ella me la sostenía firme, me palpitaba. Me explicaba que al final del día los encontró en un taller donde él y otra chica tenían relaciones, la acusadora escucho ruidos y se topo con ellos pero al ir de salida chocaron y entonces se armo el escándalo. A pesar de que la chica con la que cogía apoyaba a marco de que no hacían nada la otra lo esta acusando y parece ser una ex. En lo que se aclaraba estaban suspendidos los tres. Además ser acusado de acoso es algo fuerte. Ella continuo diciendo, te imaginas hacerlo en la escuela es algo que yo nunca hice, seré muy zorra contigo pero jamás me expondría a a algo así. Yo le dije, te imaginas que te pongo contra el escritorio y te levante la falda, jale tus calzones y te empiece a dar muy duro que se escuche en todo el pasillo ? Ella sonrió y se agacho para mamar y al sentir su salida boca la tome del cabello y empece a cogerle la boca. Me gustaría llegar hasta su garganta y saber que se siente. Ella misma se empuja para metérsela lo más que pueda pero le cabe completa ni siquiera tiene que abrir completamente la boca. Pero estábamos muy satisfechos. Después de unos minutos le llene la boca de leche.
La semana siguiente volví a preguntarle como iba el tema y es que me había cancelado hace un par de días porque estaba hablando con Marco. Salimos a comer y me platico que se había aclarado todo. La directora entendió que se trataba de una venganza. A mi me dijo la directora —me confeso Eugenia— que dado que había mucho alboroto debían confesar lo que de verdad hacían. Que no los echaría de la escuela pero algún castigo debían llevarse. Así que les hizo escribir a ambos lo que sucedió a modo de confesión. Saco un folder y me lo dio a leer. Seguimos platicando, brindamos por un proyecto nuevo en la ciudad que tenía y nos fuimos a mi departamento donde la disfrute. Esa noche la tome con muchas ganas, le rompí las medias y sólo le levante la falda, ahí en la sala empecé a cogerla fuerte, le abre las piernas y se las levante lo mas que pude para metérsela, le saque las tetas pequeñas de pezones rosados deliciosos y aunque no eran grandes si se le movían cada ves que la cogía. Me tomo y se pasaba mi verga por su carita, realmente solo el glande que era lo que le podía pasar. Me dio una mamada tan fuerte como nunca que no aguante y me vine en su cara y su cabello delicioso negro. Seré pito corto pero muy lechero y eso le encanta. Le deje unos grandes retazos de leche en su cara, en especial uno que le dividía la cara.
Se levanto a limpiarse y yo me recosté. En eso vibra su teléfono. Lo tomo y lo desbloqueo. Era su alumno que le mandaba un mensaje. Abrí el preview del mensaje que decía algo como esto: Maestra ya hable con Monica, acepto…espero que podamos entonces repetir con más calma (emoji de llamas). Esto me sorprendió bastante. Deje el teléfono temblando. Era ambiguo el mensaje. N sabía si repetir con ella ? Con la otra chica ? Por qué Eugenia se prestaba a eso. Qué quería salvar. No no lo tenía claro.
La semana siguiente los encontré en la entrada del edificio. Ya no parecía el chico tímido si no su lenguaje era distinto. Parecía coquetearle y de lejos Eugenia se reía mucho y se arreglaba el cabello. Me puse furioso pero no deje que me sobrepasara. Nos saludamos, apreté su mano y lo mire fijamente, el hizo lo mismo y sonrió. Los dejo que la pasen bien—sonrió estúpidamente— de inmediato le pregunte a Eugenia que pasaba mientras subíamos el elevador. Me dijo que nada que todo se había arreglado. No se porqué se lo dije pero me costo no coger con ella. Le pregunte si le gustaba. Ella se puso roja y se molesto bastante. Me pidió que me fuera. Tenía que investigar no podía quedarme así. Además no sabía que era esta sensación.
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