Laura siempre le marcaba a Mario los sábados cuando iba a casa de su gemela, Lisa.
Era algo que ella tenía que hacer, no era opcional. Después de todo, Mario no se sentía cómodo con su novia yendo a donde Lisa vivía con su novio, Javier, el bully del trabajo que siempre lo andaba pisteando.
«Mi amor, no sé por qué te preocupas tanto, si ya te he dicho que los sábados Javier va a sus entrenamientos de Capoeira»
Laura decía eso con bastante cariño mientras su hermana le acariciaba los labios vaginales con gentileza.
«Lo sé, Laura, lo sé. Sólo quiero que estés bien. No quiero que ese imbécil te haga algo».
Mario tenía que invertir algo de tiempo en un segundo trabajo los fines de semana para lograr complacer los gustos lujosos de su novia, apenas tenía tiempo libre y el poco dinero extra que ganaba lo invertía todo en Laura.
«Ay, mi amor. Lisa no dejaría que su novio se sobrepase conmigo, nos cuidamos todo el tiempo»
Lisa ya comenzaba a meter un par de dedos en el coño de Laura mientras esta hablaba con Mario. Con su lengua empezaba a dar pequeñas caricias al clítoris de su hermana gemela mientras se tocaba a sí misma con su mano libre.
«No es de ella de quien desconfío, mi amor»
Mario confiaba plenamente en su novia, pero no podía evitar sentirse incómodo sabiendo que ella estaba en casa de la persona que más miserable le hacía en la vida.
«Todo estará bien, Mario, siempre he venido a visitar a Laura y Javier nunca se ha sobre pasado conmig...»
«¿Estás bien, Laura? Creo que se cortó un momento la llamada»
«Sí, sí, creo que está fallando la señal aquí, mejor te dejo ya y te marco al rato, te amo, Mario»
Laura colgó de inmediato mientras Mario quedaba desconcertado. Laura se escuchaba muy agitada cuando colgó. Sería muy insistente de su parte volver a marcar así que volvió al trabajo.
Mientras tanto, Javier había vuelto a tomar del pelo a Laura mientras la hacía chuparle la verga con gran violencia. Para él nunca había sido un problema acostarse con quien quisiera. La mayoría de las mujeres se sentían atraídas a él, ya sea por su carisma natural, ya sea por su físico. Cuando se enteró, hacía un año ya de eso, de que la gemela de su novia iba a llegar a vivir a esa ciudad, decidió que tenía que follársela. No tardó mucho en lograrlo. Un poco de ayuda de Lisa y a la semana ya habían montado su primer trío.
Lo único molesto eran las llamadas de Mario, ese pequeño hombrecillo de la empresa al que Javier disfrutaba de molestar. Al menos le agregaba un poco de morbo a los sábados el tener a Laura mamándole la verga mientras le decía a Mario que lo amaba.
Una vez que el pequeño cornudo colgaba, entonces venía lo bueno, Laura se ponía en cuatro y Javier finalmente comenzaba a penetrarla, ayudado de la lubricación previa que Lisa solía proveerle al coño de su gemela. Mientras él hacía eso, su novia le daba un rim job. A muchos hombres no les gusta sentir eso, pero a él le hace sentir un poder muy grande el tener a un par de hermosas mujeres, una en cuatro completamente dispuesta y entregada ante él y la otra totalmente humillada chupándole el culo.
Javier siempre aprovechaba también a darle por el culo. Mario nunca le había hecho el culo a Laura por miedo a que ella se enfadase o algo así, pero Javier desde el primer día en que estuvo con ella se lo abrió.
El hermoso e increíblemente voluptuoso culo de esa mujer blanca de cabello oscuro se veía bastante estético con esa gruesa verga clavada en su ano. Lisa disfrutaba tomar fotos de esas hermosa penetraciones anales.
Cuando Javier iba a correrse lo hacía siempre en el coño de Laura. A él no le importaba, si quedaba embarazada el padre sería Mario. Ellos estaban tratando de tener un hijo.
Lisa le limpiaba de semen el coño a Laura una vez que la sesión terminaba. Tomaban un baño los tres juntos, después verían alguna película y Laura volvería a casa con Mario. Una vez allí, ellos dos tendrían una sesión de sexo vainilla, monótono y aburrido.
Laura entonces no podría parar de pensar en lo pequeña que era la verga de su novio comparada con la de Javier. Tampoco podría dejar de envidiar a su hermana por poder estar con él el resto de la semana.
Acabarían cansados y no muy satisfechos. Pero Mario se sentiría más seguro con su relación.
Y Laura...
Laura seguiría acumulando razones para esperar con más ansias los sábados.
1 comentarios - Un sábado normal. (Infidelidad)