You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Mi mamá mormona y el migrante

Esto ocurrió hace dos años, mi mamá se llama Elsa y tiene 44 años, es delgada, tiene pechos pequeños pero con buena forma, un buen trasero que resalta cuando usa jeans y su piel es morena, mide como 1.65. Mi papá tiene 48 y somos una familia mormona. Asistimos a la iglesia cada domingo y en ella se puede participar de muchas formas; mi mamá, por ejemplo, es la líder de las mujeres adultas de la congregación, se encarga de visitarlas y ayudarlas en alguna necesidad además de actividades de caridad.


Desde hace tiempo yo había notado que su actitud había cambiado, siempre fue una mujer conservadora y estricta, vestía de falda larga los domingos y modesta los demás días de la semana. Sin embargo, comenzó a salir más seguido con vestidos nuevos cada vez más llamativos (es decir, más entallados, más cortos o más descubiertos). Mi papá comenzó a ganar muy bien desde que cambió de trabajo hace 3 años y sale mucho de viaje por lo que coincide con el cambio de actitud de mamá.


Comencé a notar que los vecinos y los hombres que ven a mamá la desean y le dicen cosas, algunos son respetuosos y otros no. Ella fingía no escuchar o se molestaba pero me daba cuenta que su seguridad aumentaba y no dejaba de vestirse provocativa frente a los vecinos o no dejaba de pasar frente a los que la "molestaban". Un domingo en la capilla se habló de los migrantes centroamericanos que pasaban por México y sufrían muchas carencias como un buen sitio para dormir, comida, etc. Cerca de la capilla hay un albergue donde estaban los migrantes y necesitaban muchas de esas cosas, por lo que se decidió ir a ayudarlos. Como mamá es la líder se iba a encargar de coordinar la ayuda de comida.


El día llegó y todos fuimos al albergue, estuvimos varias horas ayudando, no pasó nada interesante salvo que noté como mamá hablaba mucho con un joven hondureño como de 25 años, grande, moreno y fuerte que por alguna razón se quedo junto a mamá sin ayudarnos. No le tomé mucha importancia. Los días pasaron y ya me había olvidado de eso hasta que un domingo el joven apareció en la capilla y se sentó con nosotros (mamá lo había invitado). Días después él se unió a a la iglesia. Sin embargo, por su actitud se notaba que solo iba para estar cerca de mi mamá, ya que los dos se fueron acercando mucho: se mensajeaban, se agregaron en Facebook, el venía a comer con nosotros, etc.


A papá no parecía afectarle además que casi no estaba en casa y faltaba seguido los domingos a la iglesia. Pronto mamá comenzó a vestir más provocativa también en la capilla y salía entre semana seguido diciendo que iría al albergue a ayudar junto a otras hermanas. Un día de esos me pareció extraño que fuera tan bien arreglada, llevaba el cabello suelto, estaba bien maquillada, se puso un vestido negro que resaltaba bien sus pechos ya que el escote era en "v"; el vestido era corto y suelto, si bien escondía su trasero resaltaba mucho sus piernas torneadas, suaves y perfumadas con crema. Al verla así me decidí a seguirla sin que me viera. Efectivamente no iba al refugio sino a un parque cercano, al poco tiempo apareció Luis (el joven hondureño) y sorprendentemente se besaron en cuando se vieron. Me sorprendió mucho pero seguí observando. Caminaron algunas calles hasta unos departamentos donde entraron, Como ya no salieron y se tardaron mucho me fui. Ese día mamá llego al atardecer, 3 horas después, yo decidí que no diría nada para evitar problemas entre mis papás además de que sentía mucho morbo por esa situación.
Todo esto sucedió en vacaciones (por eso pude darme cuenta) pero cuando volví a la escuela (tenía 14 años en ese entonces) ya no pude saber qué más hacía mamá. Pero todo cambió un día en que mamá nos avisó que invitaría a Luis a la casa a cenar y a hablar de religión (leer la biblia y comentarla); la cita era a las 7:00 pm así que yo y papá llegaríamos de nuestras ocupaciones a las 6:00 pm. El día en la escuela era normal hasta que la ultima clase se pospuso y llegaría a casa 2 horas temprano (4:00 pm). Cuando llegué pensé que mamá estaría cocinando la cena, pero no había nadie en casa, unos minutos después escuche la voz de mamá que llegaba acompañada de Luis. Iba a salir a saludarlos pero por alguna razón pensé en esconderme.


Venían con pizza, aunque mamá dijo que cenaríamos pastel. Me escondí en mi cuarto y en cuanto llegaron subieron a la habitación de mis papas, como esta alado de la mía pude observar lo que sucedía. Mamá llevaba lencería azul que nunca había visto, una tanga y un sostén pequeños y unos tacones negros que usaba regularmente, nunca había visto a mamá con tan poca ropa. Se besaban apasionadamente y se decían;


-¿Me extrañó hermana Elsa?
- Mucho Luis.
- Gracias por invitarme a su cama hermana, espero poder complacerla.
- Sí, por favor, mi esposo se lo agradecerá.
- Y mucho. Por atender las necesidades de su esposa. Con todo respeto, usted es mucha mujer para el hermano, mire que no cogerla cuando usted es tan caliente...


Era verdad, yo nunca los había escuchado tener sexo. Al quedar desnudos vi que Luis tenía una verga enorme, mi mamá sonrió y se la llevó a la boca; la chupó, la lamió, la comió por varios minutos y se veía que lo disfrutaban mucho, se notaba que mamá estaba muy hambrienta y le dijo:


- La tienes más grande que mi esposo.
- Obviamente porque soy un hombre de verdad.


Después de eso Luis la puso boca arriba en en extremo de la cama, subió las hermosas piernas de mamá a sus hombros, le quitó su tanga azul y le metió su verga en la vagina. Comenzó a cogerla despacio y después más rápido. Ella cerraba sus ojos pero comenzó a abrirlos y a gemir; primero despacio y después más fuerte. También gritaba "siiii...", "HAAA, Luis!!!", "Asííííííí", "ERES EL MEJOR LUISITO", etc. Pensé en aprovechar para salir sin que me vieran pero no pude dejar de mirar, estaba muy confundido, pero excitado.


Después de eso, ella se puso "en cuatro" sobre la cama y el se subió para volvérsela a meter en la vagina a mamá, la tomaba de los cabellos y la cogía duramente, no pensé que mamá pudiera hacer eso:


- ¿A qué hora llega el hermano Rodríguez? (nuestro apellido)
- El y Alex llegan a las 6, todavía falta mucho mi amor.
- ¿Ya le dijiste a Alex que cogemos?
- (mientras gemía) ¿Queee?, como se te ocurre...
- ¿Y si nos descubriera el imbécil de tu hijo?
- Noooo, cállate!!, le avisa a mi marido.


Después de eso, se levantaron y mamá se puso de pie frente al escritorio, donde se recargó dejando su atractivo trasero de frente a Luis, quien no dudo en repetir la acción anterior. Ambos estaban sudando, despeinados, acalorados, inhibidos y totalmente entregados a sus pasiones. Sin importar si era pecado. En el escritorio había una foto de mis papas el día de su boda. Luis la tomó y se burló diciendo:


- Que bonita foto hermana Elsa...
- (entre gemidos) Ahhhhhh, siiii, me gusta muchooooo.
- ¿Tu esposo sabía que eras una puta?
- (entre gemidos) Noooo, por que no lo era.... Ahhhhhhhh, hasta que te conocí!!!!


El tiro el cuadro y siguió con su labor.


Continuaron así hasta cerca de las 5:30 pm que se metieron a bañar juntos, no podía creerlo pero aproveché para salir de casa sin que se dieran cuenta. Hice tiempo cerca de casa hasta las 6:00 cuando vi a papá llegar, entramos juntos y los saludamos. Estaban en la sala como sin nada. Mamá dijo:


- Luis tiene poco que llegó, trajimos pizza porque el pastel se quemó en el horno.
- Así es, llegué justo a tiempo para ayudar a apagar el fuego de la hermana Elsa.
- Ambos rieron-


Yo sabía que hablaban en doble sentido, sentí muy raro. La cena estuvo normal aunque me costó trabajo verlos ahí como sin nada después de lo que había visto.


Esa fue la ocasión que pude verlos. Hasta hoy ignoro lo que hagan juntos. Luis se quedó a vivir cerca de aquí, consiguió trabajo y asiste regularmente a la iglesia. Mamá actúa de la misma forma y pienso que se siguen viendo, he notado que hablan, se mandan fotos y mensajes. No quiero confesar nada ya que eso causaría el divorcio de mis padres.

1 comentarios - Mi mamá mormona y el migrante

Fervagio +2
Espero subas más relatos
Blackchester
Si quiero hacer más