Antes de comenzar, quiero agradecer a quienes puntuaron y agregaron a favoritos la publicación anterior, es un gusto ver que hay lectores reaccionando allá afuera.
Continuemos con esta historia. Andrea quedó extrañada con mi confesión sobre querer verla coger con otro hombre, no fue así, una sorpresa desagradable. y durante nuestros encuentros sexuales nocturnos las confesiones y los relatos siguieron y siguieron, cada vez con mayor detalle, ella jadeaba cuando me contaba "...entonces, se la sacó del pantalón, me hinqué y comencé a chupársela hasta la base, ¡aaah! (jadeó)"; comencé a notar que la idea de contar sus experiencias sexuales no le desagradaba del todo y que incluso cuando quería hacerme venir, comenzaba a contar detalles aún más explícitos y en un lenguaje más sucio y vulgar.
Con el tiempo procuré no recurrir a esta práctica en cada encuentro para no volverlo costumbre y aburrirla, me gustaba que fuese espontáneo. Un día de sorpresa le regalé un dildo color carne, grande y grueso, bastante realista; ella quedó muy sorprendida por el obsequio y fue a lavarlo de inmediato para tenerlo listo la noche de ese día.
Nos besamos y comenzamos a juguetear, todo subía de tono y ella estaba super mojada, se frotaba la vulva con mi pene, que ya estaba durísimo; ella, petite, sentía como mi verga abarcaba desde su clítoris hasta su ano, movía la cadera hacia adelante y atrás en un ritmo cadencioso y muy caliente, se vino la primera vez. ME gusta cuando se viene de inmediato porque esa bomba explota y se pone hiper caliente, es la antesala del buen sexo, después de ello me pidió permiso de sacar su regalito, acepté dispuesto a verla y le dije "Quiero que lo chupes como si lo hicieras al hombre que más te guste, no me digas su nombre, solo quiero ver tu cara pensando en él". Así lo hizo y vaya que lucía espectacular, mi pene no era así de grande como aquél objeto de silicona, de modo que disfruté ver las capacidades de Andrea con una verga de mayor tamaño...quedé deleitado y no hacía más que masturbarme mirando embelesado la carita de mi mujer, apoyada en 4 con la polla plantada en el suelo, inamovible por aquella ventosa sujeta al suelo.
"Gírate y mételo" le indiqué, ella se montó en aquella verga falsa como si fuese una real, dándome la espalda y subiendo y bajando aquellas nalgas preciosas mientras su espalda se arqueaba y sus manos abrían sus nalgas al compás de su meneo; gemía delicioso y casi esperaría que gritara el nombre del hombre a quien estaba imaginando.
La levanté y le metí la verga viniéndome casi de inmediato dentro de ella (debo mencionar que somos una pareja de treintones, yo tengo la vasectomía y no hay preocupación por embarazos no deseados gracias a ello) me vine como hacía tiempo no lo sentía, mi verga palpitaba y sentía lo apretado de su vagina a mi alrededor, delicioso momento, Andrea quedó extasiada en un trance sexual que la hacía flotar en la habitación.
Estos encuentros con nuestro nuevo compañerito de juegos tuvieron lugar varias veces más, lo cual me llevó a la siguiente aventura que ya detallaré en la siguiente entrada de esta bitácora erótica....
Me encantaría leerles ahora a ustedes, ¿Qué opinan al respecto de esta práctica? ¿Ustedes han experimentado eventos similares o han cumplido esa fantasía de compartir o ver a su mujer, novia, pareja? ¿Falta algo en esta redacción? ¿Cómo les ha hecho sentir esta segunda entrega?
Reciban saludos desde Ciudad de México.
Continuemos con esta historia. Andrea quedó extrañada con mi confesión sobre querer verla coger con otro hombre, no fue así, una sorpresa desagradable. y durante nuestros encuentros sexuales nocturnos las confesiones y los relatos siguieron y siguieron, cada vez con mayor detalle, ella jadeaba cuando me contaba "...entonces, se la sacó del pantalón, me hinqué y comencé a chupársela hasta la base, ¡aaah! (jadeó)"; comencé a notar que la idea de contar sus experiencias sexuales no le desagradaba del todo y que incluso cuando quería hacerme venir, comenzaba a contar detalles aún más explícitos y en un lenguaje más sucio y vulgar.
Con el tiempo procuré no recurrir a esta práctica en cada encuentro para no volverlo costumbre y aburrirla, me gustaba que fuese espontáneo. Un día de sorpresa le regalé un dildo color carne, grande y grueso, bastante realista; ella quedó muy sorprendida por el obsequio y fue a lavarlo de inmediato para tenerlo listo la noche de ese día.
Nos besamos y comenzamos a juguetear, todo subía de tono y ella estaba super mojada, se frotaba la vulva con mi pene, que ya estaba durísimo; ella, petite, sentía como mi verga abarcaba desde su clítoris hasta su ano, movía la cadera hacia adelante y atrás en un ritmo cadencioso y muy caliente, se vino la primera vez. ME gusta cuando se viene de inmediato porque esa bomba explota y se pone hiper caliente, es la antesala del buen sexo, después de ello me pidió permiso de sacar su regalito, acepté dispuesto a verla y le dije "Quiero que lo chupes como si lo hicieras al hombre que más te guste, no me digas su nombre, solo quiero ver tu cara pensando en él". Así lo hizo y vaya que lucía espectacular, mi pene no era así de grande como aquél objeto de silicona, de modo que disfruté ver las capacidades de Andrea con una verga de mayor tamaño...quedé deleitado y no hacía más que masturbarme mirando embelesado la carita de mi mujer, apoyada en 4 con la polla plantada en el suelo, inamovible por aquella ventosa sujeta al suelo.
"Gírate y mételo" le indiqué, ella se montó en aquella verga falsa como si fuese una real, dándome la espalda y subiendo y bajando aquellas nalgas preciosas mientras su espalda se arqueaba y sus manos abrían sus nalgas al compás de su meneo; gemía delicioso y casi esperaría que gritara el nombre del hombre a quien estaba imaginando.
La levanté y le metí la verga viniéndome casi de inmediato dentro de ella (debo mencionar que somos una pareja de treintones, yo tengo la vasectomía y no hay preocupación por embarazos no deseados gracias a ello) me vine como hacía tiempo no lo sentía, mi verga palpitaba y sentía lo apretado de su vagina a mi alrededor, delicioso momento, Andrea quedó extasiada en un trance sexual que la hacía flotar en la habitación.
Estos encuentros con nuestro nuevo compañerito de juegos tuvieron lugar varias veces más, lo cual me llevó a la siguiente aventura que ya detallaré en la siguiente entrada de esta bitácora erótica....
Me encantaría leerles ahora a ustedes, ¿Qué opinan al respecto de esta práctica? ¿Ustedes han experimentado eventos similares o han cumplido esa fantasía de compartir o ver a su mujer, novia, pareja? ¿Falta algo en esta redacción? ¿Cómo les ha hecho sentir esta segunda entrega?
Reciban saludos desde Ciudad de México.
4 comentarios - Parte 2: Construyendo una fantasía (Cuckold)