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La madre de Pedro y el Bully 6

La foto del cuerpo desnudo de Marcelo apenas salido de la ducha encendió de nuevo el deseo de Teresa. No lograba entender porque ese chico tenía un poder tan grande sobre ella. Sabía que después de todo lo que pasó, darle cuerda a esos sentimientos era lo peor que podía hacer pero no podía evitarlo. Continuó la limpieza de la casa por un buen rato pero la imagen de Marcelo continuaba a ocupar su mente. Al acabar, se sentó en una silla en la cocina para tomarse una manzanilla pero nada lograba calmar su deseo.
Sin darse cuenta comenzó a frotar las piernas la una contra la otra con movimientos que estimulaba su vagina mojada. Teresa ya no podía mas.
-Al diablo!
Teresa agarra su celular, busca otra vez la nueva foto de Marcelo y con su mano entra adentro de sus pantalones. Se odiaba a sí misma por sucumbir otra vez a sus instintos más bajos pero el placer que le daban sus dedos lograban compensar. Teresa se estaba masturbando en medio de la cocina fantaseando sobre el bully de su hijo. Sus dedos apretados por la tela de los jeans hacían esfuerzo para moverse como ella quería pero después de poco llegó el primer orgasmo.
Ella se puso de pie para ir al baño a lavarse sus manos pero como un rayo en cielo sereno la calentura regresó. Estaba sorprendida de si misma. Recién se había acabado de masturbar pero otra vez su coñito goloso le pedía más. Ella era consciente que nunca lograría probar lo mismo que probó con Marcelo si se masturbaba pero por lo menos esperaba de liberarse de su deseo por un poco de tiempo.
Su plan no funcionó. Otra vez regresó a masturbarse donde estaba primero pero esta vez con más energía. Teresa lograba a darse placer pero los jeans eran un obstáculo demasiado fastidioso así que en el medio de la excitación no dudó en sacarlos y dejarlos botados al piso.
La madre de Pedro y el Bully 6

Ahora con más libertad subió las pies uno sobre la silla y otro sobre la meza delante comenzando a masturbarse como nunca antes. Su conchita mojada hacia ruidos tan obscenos que la excitaron aún más. Llegó el segundo orgasmo.
Todavía no era suficiente, su cuerpo pedía más. Teresa quería acabar con su deseo de una vez por todas así que agarró un plátano que estaba junto al resto de la fruta sobre la meza y lo enterró dentro de su vagina. El plátano no era ni cerca a las dimensiones del miembro de Marcelo pero en ese momento hacia su deber. En el medio del mete y saca a Teresa logró también poner esa fruta en comparación con su marido y le dio pena admitir que asta el plátano era más grande que el y lograba darle más placer.
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El tercer orgasmo estaba a punto de llegar cuando la voz de Pedro interrumpió todo el tanto anelado placer.
-Mamá estoy a casa!
Pedrito anunció su regreso como solía hacer cuando abría la puerta de la casa. Teresa se asustó y lo más rápido posible escondió sus piernas y la parte inferior de su cuerpo desnudo detrás de la meza poco primero que su hijo entrara.
-Mamá?
-Pedro, tesoro! Ya llegaste? Tan temprano?
-Si, hoy salía mas temprano…te olvidaste?
-Ah si! Es verdad Jaja.
-Sabes hoy…
Teresa esperaba que su hijo se retirase a su cuarto mientras con un pie jalaba el pantalón detrás de la meza para que Pedro no se diera cuenta. No obstante la presencia de su hijo su calentura no había pasado y el plátano todavía estaba dentro de ella así que en un acto de locura, lentamente, Teresa bajó su mano abajo la meza y comenzó a mover el plátano lentamente.
-…Además Juan también…Mamá?
-…mmm…si…entiendo.
-Ma estas bien?
-Aajj…mmm…si tesoro estoy bien.
-No parece.
-Nomas…mmmal de cabeza, no te preocupes.
-Enserio? Déjame ver, talvez tienes fiebre…
-No!
Pedro se acercó a ella queriendo poner una mano sobre su frente lo que forzó Teresa a dejar de masturbarse.
-No, hijo, no. Te digo que no es nada. Ve a tu cuarto y descansa que yo preparo el almuerzo.
-Pero yo nomas…
-Obedece Pedro!
Pedro hace caso a su madre y sube las escaleras bajo la mirada impaciente de ella. Otra vez su hijo había interrumpido su orgasmo lo que la irritó un poco. Apenas cerró la puerta de su cuarto Teresa intentó de nuevo acabar con el plátano pero fue inútil ya que Pedro la había puesto de mal humor.
Frustrada, se puso de nuevo el pantalón y botó el plátano a la basura. Talvez hubiera podido ir al baño y terminar ahí pero se dio cuenta que tenía que salir a recoger al pequeño Jonás. Teresa sabía que sus hijos no tenían culpa de nada pero eso no evitó que sintiera un poco de rabia por ellos.
Se cambió de ropa y salió sin decir nada. A la salida Teresa tuvo que esperar por unos 10 minutos a su hijo menor y en el mientras revisó su celular. Marcelo le había escrito. El chico ahora no pedía, si no exigía que le mande fotos ella también.
Ella sabía que no era bueno hacerlo esperar así que apenas subió al auto con su hijito, le pidió que su pusiera en el asiento de atrás para que no se de cuenta que su mamá estaba tomando una foto de si misma y de su increíbles pechos.
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Teresa se demoró un poco y tomó varias selfies. Inconscientemente quería mandarle al chico la mejor foto posible y se preocupaba de poner bien en resalto sus atributos.
-Estas contento?
-Me esperaba un poco más pero por ahora esta bien.
-Entonces te pido por favor que hoy no me molestes. Quiero preparar una cena para mi familia para hacerme perdonar.
-Entonces les dijiste?
-No todavía.
-Jajaja, claro que no. No quieres que arruinen lo nuestro.
-No hay un nuestro, no hay un nosotros, entiendes?
-Continua a repetírtelo si te hace sentir mejor pero tu y yo sabemos la verdad.
Jonás se quejó desde atrás que quería ir a la casa porque tenia hambre. Teresa no respondió al mensaje pero se dio cuenta de que talvez, la cosa peor de haber gozado el sexo con el chico era que el lo sabía. En que modo lo usaría contra de ella?
Pasó todo el día pensando en que modos Marcelo hubiera aprovechado de ella y para su vergüenza esos pensamientos la excitaron aun más. No estaba a salvo de él tampoco en su propia cabeza.
-Estas loca Teresa.
-Que dijiste amor mío?
-Nada, nada.
Soñando a ojos abiertos, Teresa se olvidó de estar en compañía de su familia cenando. Felipe y Pedro se dieron una mirada comunicando los dos una preocupación por Teresa que ese día parecía estar tan distraída.
-Mamá, me gusta mucho la comida. Usaste un ingrediente especial.
-No, nada de especial.
Teresa responde fríamente sin mirarlo.
-Estas segura amor mío? Hoy tiene algo de especial.
-Que no! No hay nada de especial!
Un incómodo silencio bajó en la casa. Teresa, perdida en sus fantasías, se lanzó contra cualquiera que tratara de alejarla de ellas. Solo después de que alzó la voz de tan mala manera se dio cuenta que su hijo y esposo sólo querían ser amables con ella. Esa cena la había preparado con el propósito de hacerse perdonar por su reciente comportamiento aunque sí nadie sabia; pero la verdad era que trataba de pedirle disculpas a su misma conciencia.
-Disculpen, disculpen es que… me duele un poco la cabeza.
Teresa se levantó y se retiró en su cuarto mientras Felipe, Jonás y Pedro terminaban la cena. Su esposo apenas terminó de comer y lavar los platos fue a revisar como estaba ella y la encontró ya en la cama, bajo las sábanas, fingiendo dormir. No podía imaginar que esta ese momento su esposa estaba masturbándose otra vez y que tuvo que esconder su cuerpo casi desnudo bajo las sábanas cuando lo escuchó llegar.
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Felipe se quedó parado un momento cerca de su esposa viéndola dormir, admirando su belleza pensando de ser el hombre más afortunado del mundo. Después de un rato se fue al baño para prepararse y mandar a dormir a sus hijos así hubiera podido acostarse cerca de su esposa. Apenas el salió del cuarto, Teresa se puso su pijama y regresó a fingir de dormir asta que su esposo llegó. Aunque teniendo a Felipe a su lado, el deseo entre sus piernas era demasiado fuerte para poder resistir así que abrazó a su marido y comenzó a besarle el cuello desde atrás.
-No estabas durmiendo?
-Si, pero ahora estoy despierta.
-Ya no te duele la cabeza?
-No.
Felipe se giró hacia ella y la besó como siempre lo hacía, delicadamente y con ternura. Los besos llevaron al los preliminares y los preliminares al sexo que con Felipe significaba hacer el amor en la misma posición de siempre. Teresa estaba debajo de su marido escuchándolo gemir mientras ella lo abrazaba fingiendo los ruidos que normalmente hacía ella. Marcelo la había arruinado. Ella ya no sentía nada con su esposo, ni una gota de placer. Aunque sí nunca sintió mucho, ahora, después de él, todo lo que hacía Felipe le parecía pésimo y equivocado. Era lento, torpe y sin pasión, todo lo contrario del bully.
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Después de casi 3 minutos Felipe se corrió adentro de ella y se echó a su lado exhausto por su gran esfuerzo.
-Te amo Teresa.
-Te amo Felipe.
Apenas escuchó las palabras de su esposa, Felipe se durmió pensando de haber satisfecho a su mujer mientras está última miraba el techo esperando el momento justo para levantarse de la cama y ir al baño a terminar lo que el no pudo.
La mañana después Felipe le hizo levantar llevándole el desayuno a la cama. Desde que su esposa le confesó que no estaba feliz en el matrimonio, el decidió esforzarse para remediar a eso. Teresa en ese momento se recordó bien porque se enamoró de él.
A interrumpir el momento fue el sonido de su celular que señalaba un mensaje por parte de Marcelo.
-Quien es?
-…Sofía. Parece que quiere verme otra vez.
-Y porque?
-Ya sabes, problemas con su marido, necesita alguien con quien hablar.
-Hoy?
-Si, hoy porque?
-No nada, nomas pensaba que podíamos salir a cenar a un restaurante nomas los dos.
-Y los chicos?
-Pueden ordenar una pizza.
-Bueno, sería genial pero…dejame organizarme con Sofía y te digo.
-Ok, te espero aabajo.
En la cocina, los hombres de la familia estaban para terminar el desayuno cuando se escuchan los pasos de Teresa bajando las escaleras. Pedro y Felipe se quedaron a boca abierta viendo la bellísima mujer de la casa vestir un atuendo azul increíble que resaltaba su figura.
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-Te…Teresa, pero que te te has puesto?
-Esto? Nomas unas cositas que no usaba de mucho tiempo…porque? Te gusta?
-Amm…Teresa…piensas salir así a la calle?
-Que quieres decir Felipe?
-No te parece que son demasiado…osados.
-…Esto es el colmo Felipe! Me pongo bonita para que me veas y esto es lo que recibo en cambio? Tus críticas? Olvídate la cena de hoy!
-Teresa! No, espera…Yo no quería decir nada malo...
-Y delante de nuestros hijos Felipe…esta no me la olvido.
Teresa agarra las llaves de su auto y sale de la casa cerrando fuerte la puerta. Felipe, consiente de haber mandado todo a la mierda otra vez, dice a sus hijos que terminen de comer el desayuno. 10 minutos después Teresa ve el auto de su esposo con adentro sus hijos ir en dirección de la escuela mientras ella estaba escondida en una calle cerca de su casa.
-Lo siento.
Dice Teresa y enciende su auto para regresar a su casa. Una vez adentro se dirige a su cuarto para cambiar las cobijas y después se sienta en él sofá del salón tomando vino de una copa y con los ojos fijos sobre la puerta. En menos de media hora se escucha un Ding Dong.
Ella nerviosa se pone rápido de pie y deja la botella ahora vacía de la mitad sobre la mesita del salón primero de abrir la puerta.
-Mmm…Si. Así me gustas linda.
-…Ho…Hola.
Teresa no sabía que decir para recibir a Marcelo en su propia casa; el simple echo que apenas Marcelo la vio le dio una mirada de arriba abajo para después darle su aprobación la hicieron temblar de miedo y excitación.
-Me vas invitar a entrar o no?
-Si, si…lo siento.
Marcelo se mira a su alrededor y admira la magnífica casa.
-Me gusta tu mansión linda, asta me da ganas de venirme a vivir aquí.
-Que?
-Jajaja…Estoy bromeando, tranquila.
Teresa se pone más nerviosa.
-Por favor encontremos un acuerdo así…
-Tu familia te vio vestida así?
-…Si.
-Y porque te vio así?
-Porque…porque tu me lo ordenaste.
-Pero podías haber salido vestida normalmente, regresar y cambiarte.
-…
-Tu también querías que te vieran así verdad?
-No. Que estas diciendo? Yo…yo no lo había pensado.
-Jaja, claro. Ósea o eres puta o eres tonta.
Los dos se miraban a los ojos sin parpadear. Marcelo le miraba su alma y Teresa trataba de esconderla sosteniendo la mirada queriendo hacerle creer que estaba enojada, pero no era así.
-Veo que te adelantaste…
El mira a la botella de vino.
-Escuchame, podemos encontrar un acuerdo…
Marcelo la ignora y va a agarrar la botella tomándola como si fuera agua.
-Ajj…esto es para niños. Te traje esto para…ayudarte a relajarte como la otra vez.
El vacía la bolsita de droga dentro de la copa y después la llena con el poco vino que quedaba de la botella. Marcelo le ofrece a Teresa la copa y nuevamente ella se encuentra en la misma situación de la otra vez, tenía que elegir.
Era fácil pensar que bastaba rebelarse o decirle no pero la mirada del chico no era el de alguien que ofrecía si no de uno que ordenaba.
No logró desobedecer, si bien el la asustaba al mismo tiempo, percibir su rudeza, su presunción, su poder, la hicieron calentar como nunca.
Marcelo miraba como su juguete tomaba la copa de vino tratando de reprimir su risa. Teresa después de unos segundos sintió de nuevo esa sensación, esa libertad; como si las cadenas que la apretaban ya no estuvieran más. Los dos se miraron otra vez y al mismo tiempo se dejaron ir a un beso largo y apasionado.
La droga había echo efecto mucho más rápido y mucho más fuerte de la otra vez. “Talvez porque está vez tomé mas”piensa ella. Si bien usaba tacos, Teresa no llegaba a la altura del chico así que este le agarró de sus nalgas y la levantó un poco más para meterles la lengua en la boca más fácil. Teresa frotaba sus pechos contra el y Marcelo hacia que ella sintiera su miembro duro contra el estómago.
-A donde vamos?
Teresa tarda unos segundos para entender la pregunta.
-…Arriba, última puerta a la derecha.
Marcelo la levante aun más alto y regresa a besarla y ella lo abraza con sus piernas deseando que ese beso nunca termine. Lentamente el chico subió las escaleras cargandola y caminó por el pasillo asta estar de frente a la puerta del cuarto matrimonial de Felipe y Teresa.
Con un pie patea la puerta y entra en el cuarto botándola sobre la cama. El se quita su polera y cuando ella intenta sacarse su vestido el la para.
-No todavía, te quiero así.
El bully procede a sacarse el pantalón liberando su bestia que hizo aumentar aún más el deseo de su presa. Teresa estaba echada y Marcelo se pone sobre de ella arrodillado en la cama comenzándole a pasar su verga primero sobre su pierna, después sobre el vestido subiendo arriba asta sus pechos atrapados dentro esa tela tan apreta. Ella ya no podía mas, sus ojos pedían a Marcelo que la hiciera suya así que el la agarró de sus cabellos levantándole sola la cabeza y metiéndole su verga más al fondo que podía.
-Gluck, gluck, gluck, gluck
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Marcelo comenzó a follar la boca de Teresa sin darle tiempo de respirar y ella se esforzaba para recibirla. Después de un poco finalmente el chico deja su presa y ella se quita la verga de la boca y toma un gran respiro. Nunca hubiera pensado que la pudieran tratar con tanta rudeza. El chico que se encontraba sobre de ella ahora le parecía más un animal salvaje que un ser umano y eso no le gustaba.
-Lista para más.
Teresa toma un gran respiro y dice si con la cabeza. El pasó 10 minutos follando la boca de la madre de Pedro mientras ella se esforzaba de respirar solo con la nariz y al final logró correrse haciéndola toser y tragar su semen.
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Marcelo esperó unos segundos para que Teresa tomara unos buenos bocados de aire y orgulloso admiraba la cara roja, despeinada y con maquillaje arruinado como si fuera una obra de arte. Su verga estaba todavia goteando de saliva cuando la giró boca abajo y con un jalón le rompió el vestido a la altura del trasero. Finalmente se encontró delante las hermosas nalgas de Teresa y de instinto dio una azotada decidida con su manota que la hizo tirar un pequeño chillido.
El miembro del bully entró de golpe, ayudado por toda la saliva que lo lubrificaba y lo mojada que estaba ella, así de nuevo la mente de la mamá de Pedro se pone en blanco. Si primero era por la falta de oxígeno ahora era por el placer. Marcelo la follaba sin piedad agarrándola por la parte rota de su vestido mientras ella gritaba de gozo. Más la follaba, más el vestido se abría asta ir revelando un poco de la espalda pero a ella no le importaba, su mente estaba en otro mundo.
-Ah, ah, ah, ah, ah, ah
Teresa no intentaba contener sus gritos de placer sin importarle que sus vecinos pudieran escuchar ya que la cogida que le estaban dando era increíble. La cama era de muy buena calidad pero aún así temblaba bajo el terremoto de Marcelo que ponía a dura prueba su estructura asta que llegó el primer orgasmo.
El joven complacido la ve temblar de placer y le da un sopapo en esas ricas nalgas rojas y cubiertas en sudor lo que hizo más fuerte el orgasmo de ella. Apenas terminó la giró y rompió más el vestido para revelar sus gloriosas tetas. Es así que quería follarsela.
El se puso de rodillas con la verga al aire y agarró a su juguete y la puso sobre el para que sólita se empale con su peso sobre su grande verga.
-Aaaah, aah, aah
Los gemidos de Teresa eran música para el y cada ves que sentía la verga de nuevo dentro de ella era como por la primera vez. Ahora estando frente a frente regresaron a basarse. A cada movimiento de Teresa el beso se interrumpía por los gemidos que daba y Marcelo podía gozar de la cara de su presa totalmente en celo. En ese momento era ella quien sólita subía y bajaba sobre el vergon de Marcelo sin darse cuenta. Fue como un instinto para la mamá de Pedro.
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El bully notó como los labios de ella temblaban también junto al resto de su cuerpo cuando llegó el segundo orgasmo. Teresa agotada se quedó un momento abrazada a él, descansado sobre su cuerpo asta que Marcelo decidió aumentarle el ritmo moviendo su verga aún dentro de ella. Ahora era el que la empalaba sacándole y metiendo su miembro con grande habilidad levantándola un poco con sus manos agarradas de su culo mientras sus dedos jugaban con la entrada al segundo agujero.
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Esto hizo enloquecer a Teresa que no paraba de gemir y con sus uñas marcó las espaldas de su macho.
La madre de Pedro y el Bully 6

-Aaah, ah ah, ah, aah, ah, ah, ah
-Te gusta perra?
-Ah, ah, ah, sssssi, ah, ah, si, si, si
Rápido llegó el tercer orgasmo de Teresa y también uno más para el bully; esta vez pero, se corrió dentro de ella. La mamá de Pedro y su bully se separaron en ese momento, el se sentó con sus brazos atrás y ella todavía con las piernas sobre las de él se botó atrás, echada y exhausta. Su mente todavía tardaba en processar que había sucedido, era difícil para ella admitir que le había dado la cogida de su vida. El semen todavía caliente salía de su vagina, pero de eso ella todavía no se había dado cuenta.
-Uff…suficiente descanso puta, ven aquí.
Marcelo la trajo hacia el y la puso de lado con una pierna encima de su hombro y nuevamente la taladró con su vergon. Su semen no había terminado de salir que fue puesto nuevamente adentro por las embestidas del chico. Teresa ya no lograba razonar, su mente no entendía nada que no fuera placer. Solo le llegaban pocas informaciones del mundo externo: la sensación de mojada que tenia sobre su cuerpo y que percibía sobre las sábanas, los ruidos de carne contra carne, el chillido de la cama que se movía, los muebles cerca de la cama que se movían y la pared siendo golpeada por la cama matrimonial.
El tiempo pasaba y los dos follaban como locos, Teresa ni se había dado cuenta que ya no tenía su vestido puesto. De repente un ruido diferente de lo que estaba escuchando llamó su atención. Su capacidad de atención estaba altamente comprometida por el sexo salvaje que estaba teniendo con el bastardo que había torturado a su hijo todo ese tiempo. El ruido era como de algo duro que caía, algo que se rompía, como un plato o un vaso. No le importo. Como podía importarle ya que la verga descomunal de Marcelo le revolvía su intestino?
Otra vez se habían perdido la cuenta de los orgasmos y otra vez estaba descansando exhausta sobre su cama matrimonial.
-Ajj, tengo sed. Tu quieres algo?
-Ag…Agua.
Marcelo se bajó de la cama, salió del cuarto y bajó al piso de abajo totalmente desnudo con su pitón flácido columpiándose entre sus piernas. Hacia como si fuera su casa, totalmente relajado. Abre la puerta del congelador y ve que hay tomándose todo el tiempo que quería. En el mientras Teresa echada en la cama mojada de esperma y sudor retomaba sus capacidades mentales de ser humano y se daba cuenta de su alrededor. En ese momento entra el joven tomando de una botella de Coca-Cola y con una botellita de agua para su hembra. Se la ofrece y ella se queda un rato viendo el cuerpo negro reluciente de sudor de Marcelo que evidenciaba sus músculos. Su verga estaba flácida pero igualmente era enorme y también lucía por todo los líquidos vaginales y semen encima de ella. Teresa tomó la botella.
-Gracias.
La abrió y comenzó finalmente a tomar. Unas gotas de agua cayeron sobre su pecho asiéndole sentir lo fría que estaba en contrasto con su cuerpo que en ese momento estaba hirviendo como tuviera fiebre. “Dios mío, que hice? No puedo creer que la droga pueda hacerme esto.” Teresa pensaba que la droga era la responsable de su conducta porque no quería admitir que la depravación de sus actos estaban dentro de ella. Estaba desnuda en ese momento pero no sentía vergüenza, no podía después de todo lo que había echo con el. Se giró a la otra dirección para no ver al chico y a su excitante cuerpo pero haciéndolo dio al joven un espectacular vista de su tracero y su cuerpo desnudo en un pose de modelo.
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Teresa vio que en lado suyo de la cama la mesa de noche suya estaba casi vacía. Solían haber encima muchas mas cosas. Se fijó al piso y vio que durante el terremoto que provocaron muchas de las cosas se habían caído, también la foto de familia que eran tan importante para ella. La recogió y se puso a verla. El vidrio estaba roto, una grieta arruinaba la bellísima familia en la foto.
Teresa comenzó a llorar. La culpa y la vergüenza eran terribles asta sentir dolor en su pecho. Que mal se había comportado.
-Nooo…No, no soy haci, yo no me comporto así. Lo siento…no es justo, no está bien.
-Mmm?
Sin mirara atrás Teresa continúa hablando y a llorar.
-No puedo hacer esto. Ya basta…Ellos no lo merecen, yo no los merezco...Déjame en paz, por favor. Tu no sabes que es tener una familia, yo los amo, no quiero perderlos…Tenemos que acabar. No es justo entiendes? Esto es injusto, esto es mal…
Marcelo lentamente comienza a meter su verga adentro de Teresa.

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-Mal…maloooj…
La verga entra más adentro.
-Mal…No, nooj, Aj…es injustooo, es maloooo…
-No me importa una mierda que sea injusto o malo!
Marcelo mete aún más la verga y penetra en el espíritu de Teresa que deja caer la foto de familia.
CRAK
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La última cosa que Teresa logró ver primero que su mente se nublara fue el reloj de pared que le decía que faltaba poco para ir a recoger a su hijo.
Contínua...
 

4 comentarios - La madre de Pedro y el Bully 6

Ezequiel1605 +1
Excelente relato me encanta como este Bully logra dominar la situación y además vuelve sumamente sumisa a la mamá de Pedro una de las cosas más placenteras de este mundo es lograr manejar así a una hembra y tratarla con autoridad ellas necesitan un macho
vortex1945 +1
Excelente relato , buena historia sigue asi
kikepsp1 +1
Increíble relato, estaría increíble que la madre siga teniendo algo de autocontrol y el bully la obligue a hacer cosas para ir domandola (como exhibirse con poca ropa, entregarla por dinero, provocar/coger con un maestro para que pasen al bully etc)
kikepsp1 +1
Increíble relato, estaría increíble que la madre siga teniendo algo de autocontrol y el bully la obligue a hacer cosas para ir domandola (como exhibirse con poca ropa, entregarla por dinero, provocar/coger con un maestro para que pasen al bully etc)