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Un pijama party muy especial 2

Durante la siguiente media hora me encerré en mi habitación caminando de un lado a otro, preguntándome como había dejado que eso ocurriera. Pero cuando volvía a mi cabeza la imagen de esas bocas dándome placer, me excitaba nuevamente. Necesitaba una ducha para calmarme y aclarar mi mente.
Llevaba unos 5 minutos bajo el agua cuando sentí que la puerta se abría. Asomé solo la cabeza y vi a Gabi, la única que aún no me había tocado.
- Hola. No te quiero molestar, pero necesito usar el baño urgente y las chicas ya están en el otro.
- Ehh... me estoy bañando.
Solo pude decir lo obvio, pero a la chica no le importó. Se sacó su tanga y se sentó a orinar. Yo me quedé boquiabierto ante su atrevimiento, aunque después de la escena de la cocina no sé de que me sorprendía. Para colmo de los males Gabi era una bomba. Pechos grandes y bien redondos, cadera y cola generosa y firme. Me vio mirarla y sonrió.
- Querés ver más picarón?
Se paró y de un tirón se saco la remera que presionaba esos melones. Además su pubis estaba completamente depilado. No pude evitar deleitarme con la vista.
- Te gusta lo que ves? Yo también quiero ver...
Su voz, dulce y perversa a la vez, sonó como una orden para mí. Corrí la cortina y mostré mi rigidez.
- Epa! Es más grande de lo que parecía... me muero por probarla.
Se metió conmigo en la bañera y me la agarró con fuerza.
- Bien durita. Como me gusta!
Se agachó y comenzó a lamer y comérmela. Hilos de saliva caían por la comisura de sus labios. Un minuto después se levantó.
- Ahora quiero que me cojas.
Se dio vuelta, apoyó las manos en la pared y separó las piernas extendiendo su culo hacia mí.
- Viste que linda cola que tengo?
- Hermosa!
Separé sus grandes nalgas y miré sus dos orificios de perdición. Me temblaba el pulso ante semejante imagen. Mojé dos dedos con mi saliva y ataqué sus carnosos labios vaginales. Enseguida noté su humedad y los metí con facilidad.
- Ahhhh... estás jugando conmigo... meteme la pija por favor!
No tuvo que repetirmelo. Fui directo e intenso al penetrarla. Hacía tiempo que no tenía sexo y el contacto con esa delicia de vagina menhizo estremecer.
- Aaahhh siii! Dame duro papito!
En ese momento me descontrolé. La clavé hasta el fondo y le di duro continuamente mientras me abrazaba a ella apretándole una teta y frotándole el clítoris. Fueron 3 o 4 minutos muy intensos en los cuales me desconocía a mí mismo. Nunca había estado tan excitado. Esta pendeja me volvía loco.
- Ay, ay, ay... me hacés acabarrrrr! Ay por diosss!
Su piernas temblaron y casi se cae en la ducha. Tuve que atraparla y sacarla de ahí. Nos secamos y nos miramos.
- Vamos a mi habitación a seguirla.
- Mmm... Llevame a tu cama!
Con una lujuria inusitada en mí, la llevé y la vi ponerse en cuatro.
- Vení. Seguí cogiéndome!
Yo me había quedado hipnotizado con la voluptuosidad de semejante culo. Me abalancé sobre él y se lo lamí por todas partes.
- Como te gustó mi cola!
Me concentré en pasarle y meter la lengua en su agujero. Se lo dejaba todo babeado y seguía.
- Mmm... ningún flaco me hizo esto antes!
- No entiendo por que no. Tenés un culo delicioso!
Dicho eso, le metí un dedo hasta el fondo. Entró con facilidad.
- Aaayy... Cochino! Vos querés todo! Jaja
Tomé eso como permiso para avanzar, por lo que metí 2 dedos y continué con el ataque a su concha con la otra mano.
- Ufff... sos terrible vos! Como sabés!
Mi mano cogía ese culo con toda libertad. Era hora del plato fuerte. Me acomodé detrás de ella, me mojé la pija y la metí hasta la mitad de un solo intento.
- Aaaahh... como me lo abriste! Uff... despacito. Andá despacito!
Emprendí un mete y saca cada vez más profundo pero sin ir deprisa. Sin embargo, sus gemidos, sus tetas moviéndose y sus nalgas rebontando contra mí, actuaron como una dosis de una droga poderosa que me produjo una euforia sexual desmesurada. Empecé a cogerla con fuerza y velocidad.
- Aah ah, ah, ah... hi-jo-de-puu-taaa!
Me reí de su reacción. Me estaba culeando a una diosa de 20 años como nunca se lo había hecho a ninguna otra mujer. La clavé hasta el fondo y me detuve. Estaba al borde de eyacular.
- Aaahh... me estás rompiendo el culo!
- Es que tu culo es tan hermoso que sería pecado no hacerlo! Ahora te voy a llenar de leche!
- Damela toda, animal!
Unas pocas metidas suaves más bastaron para llevarme al mejor orgasmo de mi vida. Mi pija bombeó toda la leche dentro de el culo más hermoso y joven que jamás vería.
Cuando me aparté y vi lo abierto que estaba ese ano, me sentí realizado. Ella respiraba agotada pero no se movía y el semen empezaba a salir.
Recién en ese entonces noté que había alguien en la entrada de mi habitación. Mi hija estaba ahí parada, inmóvil, con los ojos furiosos llenos de lágrimas.
Un pijama party muy especial 2

4 comentarios - Un pijama party muy especial 2

wade-x
Muy buen relato +10
Pevwusndke
Espero que no tarde mucho la tercera parte