Como me borraron la cuenta anterior, vuelvo a narrarles esta culposa pero excitante situación que me tocó vivir hace unos años.
A uno de mis mejores amigos de toda la vida los médicos le dijeron que sería muy difícil, por no decir imposible, que pudiera tener hijos. Con su mujer hicieron miles de tratamientos, intentaron todo, pero no se les daba. Y la frustración crecía en ellos.
Un día, mi amigo estaba de viaje y me pide que le alcance a su mujer, en su casa, un decodificador que me habia dejado hace un tiempo.
Cuando llego, me recibe ella, Belén, con los ojos llorosos, se dejaba ver que había estado llorando un buen rato.
Sorprendido, le pregunto que pasó y me hace pasar.
Entre mate y mate me comentaba la frustración que tenían los dos por no poder quedar embarazados. Recuerdo que me dijo "Carlos ayer, antes de irse, me cogió, me acabó adentro y se puso a llorar porque sabe que no pasa nada. Yo también llore y no paro de llorar."
Sin saber bien que decir, solo atiné a abrazarla. Ella siempre fue una mujer muy linda, 1.66, rubiecita, buena cintura, tetas chicas pero firmes y presentes, buen culo, buenas piernas. En ese momento ella estaba en shorcito, remerita sin corpiño y descalza; tiene unos pies para enmarcar.
Entre los nervios de no saber que decir, el abrazo y la vista de su cuerpo y pies rendidos ante mi me provocaron una tremenda e indisimulable erección que ella golpeó accidentalmente, e indisimulablemente, con su brazo.
- Ay perdon, perdon... no se que me pasó, te pido mil disculpas.- Le dije.
- jaja, no pasa nada - contestó, secandose una lágrima y prosiguió - Capaz sea una locura, pero que se yo...-
Ahi nomas abrió mi pantalón y saco mi verga toda inflamada y empezó a chuparme la pija de una manera increíble. Despues de chuparmela un buen rato y dejarme absolutamente excitado, le saqué el short y la monté sobre mi verga dura. La hice saltar un rato, ayundandola con mis brazos, hasta que la tiré a un costado en el sillon, la puse en 4 y empecé a penetrarla. Yo estaba con la pija durísima y ella estaba toda mojada, mi pija se deslizó sin problemas y la embatí con toda mi fuerza. Le di fuerte un rato hasta sentir como las endorfinas se liberaban desde mi cerebro e invadían todo mi cuerpo al tiempo que yo depositaba mi semilla dentro de ella.
Pero mi exitación era tal que no dejé de penetrarla. Tuve que reducir el ritmo un momento, pero en breve mi verga estaba totalmente dura otra vez y yo dandole con fuerza. Mi semen se resbalaba por sus piernas y también salia despedido con alguno de mis embates.
La di vuelta, puse sus piernas sobre mis hombros, y mientras me turnaba para chuparle cada pie, le puse mi pija hasta el fondo de su concha. Podía sentir mi semen caliente dentro de ella, lubricando mas la cabeza de mi pija y haciendome gozar increiblemente. En esa posición, me incliné sobre ella haciendo tope con sus piernas en mis hombros, la tomé por la cintura estando encima de ella y la cogí como si mi vida dependiera de ello hasta volver a llenarla completamente con mi semen.
Antes de sacarla, rozaba mi pija dentro d ella suavemente y movía con mis manos sus caderas para hacerla sentir, no solo mi verga, sino toda mi leche caliente dentro de ella.
Nueve meses después tuvieron una hija hermosa que hoy tiene siete años.
A uno de mis mejores amigos de toda la vida los médicos le dijeron que sería muy difícil, por no decir imposible, que pudiera tener hijos. Con su mujer hicieron miles de tratamientos, intentaron todo, pero no se les daba. Y la frustración crecía en ellos.
Un día, mi amigo estaba de viaje y me pide que le alcance a su mujer, en su casa, un decodificador que me habia dejado hace un tiempo.
Cuando llego, me recibe ella, Belén, con los ojos llorosos, se dejaba ver que había estado llorando un buen rato.
Sorprendido, le pregunto que pasó y me hace pasar.
Entre mate y mate me comentaba la frustración que tenían los dos por no poder quedar embarazados. Recuerdo que me dijo "Carlos ayer, antes de irse, me cogió, me acabó adentro y se puso a llorar porque sabe que no pasa nada. Yo también llore y no paro de llorar."
Sin saber bien que decir, solo atiné a abrazarla. Ella siempre fue una mujer muy linda, 1.66, rubiecita, buena cintura, tetas chicas pero firmes y presentes, buen culo, buenas piernas. En ese momento ella estaba en shorcito, remerita sin corpiño y descalza; tiene unos pies para enmarcar.
Entre los nervios de no saber que decir, el abrazo y la vista de su cuerpo y pies rendidos ante mi me provocaron una tremenda e indisimulable erección que ella golpeó accidentalmente, e indisimulablemente, con su brazo.
- Ay perdon, perdon... no se que me pasó, te pido mil disculpas.- Le dije.
- jaja, no pasa nada - contestó, secandose una lágrima y prosiguió - Capaz sea una locura, pero que se yo...-
Ahi nomas abrió mi pantalón y saco mi verga toda inflamada y empezó a chuparme la pija de una manera increíble. Despues de chuparmela un buen rato y dejarme absolutamente excitado, le saqué el short y la monté sobre mi verga dura. La hice saltar un rato, ayundandola con mis brazos, hasta que la tiré a un costado en el sillon, la puse en 4 y empecé a penetrarla. Yo estaba con la pija durísima y ella estaba toda mojada, mi pija se deslizó sin problemas y la embatí con toda mi fuerza. Le di fuerte un rato hasta sentir como las endorfinas se liberaban desde mi cerebro e invadían todo mi cuerpo al tiempo que yo depositaba mi semilla dentro de ella.
Pero mi exitación era tal que no dejé de penetrarla. Tuve que reducir el ritmo un momento, pero en breve mi verga estaba totalmente dura otra vez y yo dandole con fuerza. Mi semen se resbalaba por sus piernas y también salia despedido con alguno de mis embates.
La di vuelta, puse sus piernas sobre mis hombros, y mientras me turnaba para chuparle cada pie, le puse mi pija hasta el fondo de su concha. Podía sentir mi semen caliente dentro de ella, lubricando mas la cabeza de mi pija y haciendome gozar increiblemente. En esa posición, me incliné sobre ella haciendo tope con sus piernas en mis hombros, la tomé por la cintura estando encima de ella y la cogí como si mi vida dependiera de ello hasta volver a llenarla completamente con mi semen.
Antes de sacarla, rozaba mi pija dentro d ella suavemente y movía con mis manos sus caderas para hacerla sentir, no solo mi verga, sino toda mi leche caliente dentro de ella.
Nueve meses después tuvieron una hija hermosa que hoy tiene siete años.
3 comentarios - La hija de un amigo