Comienzos 2
Animándola a ponerme los cuernos
Esta parte es un poco aburrida, una disculpa, pero es necesaria para entender lo que pasará
después. Por alrededor de un mes estuve espiando a Maggie y a los choferes cuando llegaban a estacionarse al parque, tristemente solo los veía entrar en la parte trasera de las camionetas de reparto y a ella salir rato después. Por las tardes ya oscuro, varias veces salí al patio trasero de la casa, a la hora que ella tomaba un baño pero no podía ver más que una silueta a través de la cortina en la ventana. Se llegó el día en que logré salir con ella, la llevé al cine y a cenar, y le dije que me gustaría empezar a salir con ella de manera formal, y ella dijo que no, que solo como amigos porque yo ya sabía que su novio iba por ella casi todas las tardes, y le dije que esperaría a que llegara mi tiempo; no obstante, ella me insinuó, que podíamos quitar los paneles de vidrio de su ventana para que yo pudiera entrar sin que doña Lupe se enterara; y así fue, varias veces me fui a trabajar desvelado por quedarme en su cuarto a coger con ella. Yo veía a su novio ir a dejarla en la noche, para después ir y sacar los vidrios y entrar a quedarme con ella. Varias veces me la llevé a un hotel con jacuzzi cerca de la playa, que a ella le encanta y pasábamos la noche cogiendo, pero eso no es interesante. Lo obvio, doña Lupe se dio cuenta y muy molesta nos dio una lectura del pecado y no sé qué más, por lo que tomé la decisión de buscar otro lugar para vivir, y le dije a Maggie si quería venir conmigo. Para mi sorpresa ella aceptó. Y allí comenzó mi historia, yo sabía que ella era una puta, y me encantaba, no solo por el hecho de que teníamos sexo muy caliente, sino también porque yo sabía que otros se la estaban cogiendo al mismo tiempo, aunque ella nunca lo aceptó, seguimos trabajando en la fábrica de lentes por dos meses más, en los cuales yo sabía que la traían a la casa y le daban verga, incluso ellos ya traían en la troca, unos tapetes para tenderlos en el piso y cogérsela más a gusto, ella me contó mucho después, que a don Omar, le gustaba acostarse boca arriba y que Maggie se sentara en su cara para devorarle su rajada, y que el Totopo le encantaba la posición de perrito para cogérsela por la vagina y el culo, pero siempre la hacía tragar la leche, dos veces; ya estábamos viviendo juntos cuando a la semana terminó con su novio. Obvio, ella me decía que los choferes solo la llevaban a la casa, que yo era el único con el que tenia sexo regularmente.
Pasó el tiempo y al recibirme, busqué trabajo y lo encontré con muy buena paga pero en otra ciudad cerca de LA, tenía que irme de ahí, así que le pregunté si quería irse conmigo y ¿qué creen? Aceptó. Dejamos la fábrica, y ella a los choferes. Ya establecidos, ella me insistió que quería trabajar, así que consiguió trabajo en una compañía de limpieza de oficinas, donde entraba a trabajar a las 4:00 de la tarde y salía a la 1 de la madrugada, ella me platicaba que los de las oficinas la trataban bien pero que ella se daba a respetar, solo un bajo porcentaje de personal trabajaba de noche: varias veces cuando estábamos peleados, ella agarraba el auto y se iba por horas, para llegar entrada la noche, siempre diciéndome que le gustaba irse a la playa y andar por allá sola, pero a mí me gustaba imaginar que iba a coger con sus amigos de las oficinas y cuando ella llegaba yo ya estaba dormido. En nuestras pláticas, yo siempre le preguntaba si me había engañado con alguno, obvio ella lo negaba, pero yo le decía que quería que ella fuera feliz, y que si quería acostarse con alguno, yo estaba de acuerdo si ella me amaba a mí, pero ella decía que nunca me haría eso. Aunque a la hora del sexo se transformaba en otra. Estando cogiendo, le dije que me confesara algo, por más mínimo que fuera, me dijo que conocía a un tal Marcos, que la había invitado a salir y que ella se negó, pero que aceptó comer con él a la hora de la comida, así que fue por ella varias veces a las 8:00 de la noche y la llevaba en su auto a un restaurante cerca de la playa; pero que un día le dijo que comerían en su apartamento, y que al llegar ella se sentía tan agradecida con él, que al cerrar la puerta de entrada, se pegaron en un beso apasionado, me dijo que estuvieron así unos minutos, solo besándose y que ella sentía el pito de él apretarse contra su cuerpo, luego de un rato ella lo apartó y le dijo que mejor la llevara al trabajo antes que hicieran una locura. Me tenía tan prendido que le dije que se hubiera dejado coger, pero dijo que su conciencia no la dejó. Al día siguiente me dijo que todo eso no era cierto, que solo me lo dijo para calentarme más, pero a mí me gustaba creerlo. Años después me dijo que Marcos y ella se veían seguido en las oficinas y al hacer amistad con él, empezaron a verse en la hora de comer, pero solo para cachondearse, luego, sabiendo que la gran mayoría de trabajadores ya se había ido a casa, se veían en las oficinas vacías para coger sin control, se la cogió en la alfombra, sobre los escritorios, en los baños y por todo lugar que encontraban. Yo siempre ponía mi despertador para levantarme a la hora que ella llegaba y salir por ella a la calle, pero una vez, se pasó la hora y ella no llegaba, y empecé a desesperarme. Estaba a punto de rezar, cuando dos horas después, llegó en un carro que yo no conocía, tan pronto como se bajó, el carro se fue, yo estaba muy enojado por el suspenso pero ella me dijo que su carro no había querido encender y que estuvo tratando bastante tiempo hasta que ese amigo salió del trabajo y se ofreció a traerla, esto me calmó un poco, así que al día siguiente tomé mi estuche de herramientas y nos dispusimos a ir por su carro, curiosamente el auto prendió a la primera, ella me dijo que ya eran varias veces que pasaba lo mismo, pero que solo era cuestión de esperar y prendía como si nada, pero anoche ya no quiso. Le pregunté porque no había dicho nada pero dijo que pensó que no era importante. No es necesario decir que el mecánico no encontró nada malo en el carro. Después de años me confesó que ese tipo, uno de los guardias de seguridad, la había invitado a la playa de noche, y como a ella le encanta la playa (sin mencionar la verga) y además, el tipo la calentó tanto que ella se arriesgó a ir con él, aun sabiendo que yo la esperaba. Me dijo que la llevó a un muelle y aprovecharon la oscuridad para coger ahí cerca del mar, incluso él le consejo lo del auto para ponerlo de excusa conmigo. Ni Marcos, ni el de seguridad sabían del otro… y mucho menos yo. Hasta ese punto yo no estaba para nada seguro que ella me engañaba.
Quiero agregar esta situación que nos ocurrió, hubo un tiempo que estuvimos de pleito por diferentes motivos y tomamos la decisión de separarnos, así que yo dormía en la sala y ella en la recámara y apenas nos hablábamos. Aunque fue un tiempo muy doloroso, fue importante por lo siguiente. Era de mañana y casi la hora de irme a trabajar, cuando extrañamente, ella se levantó y sin decir palabra salió del apartamento. Yo seguí arreglándome, sin dejar de pensar en dónde iba ella, atravesé el estacionamiento y antes de llegar a mi auto, alcancé a verla dentro de un auto extraño para mí, lleno de celos me acerqué para ver que estaba bebiendo café con un cabrón, a saber quién. Estuve a punto de llamar a mi trabajo y ausentarme, pero preferí la calentura en lugar del dolor, comencé a pensar en cómo se la iba a coger en cuanto yo me fuera, y fue un día de pura masturbación en mi trabajo. Ella me dijo después, que no paso nada (ese día) que solo fueron a desayunar y el amigo tenía que irse a trabajar.
Optamos por la separación, busqué una casa para comprar a casi dos horas de ahí y trabajo nuevo para empezar nueva vida y olvidar lo pasado, y lo hice… pero. Ella comenzó a llamarme bastante, casi todos los días y pasábamos platicando buen tiempo, me dijo que había dejado su trabajo de limpieza y ahora estaba atendiendo una estación de gasolina, que había empezado a salir con un cabrón que conoció allí, pero que me extrañaba mucho. Al mismo tiempo también que había conocido a un amigo taxista con el que salía seguido pero solo a comer o ir al cine. Quedamos de vernos un día de descanso y al verla nos abrazamos y besamos muy ardientemente, de inmediato me dijo que quería que la llevara a un hotel con jacuzzi, para recordar viejos tiempos, después de un sexo sabroso, me contó, que su actual novio solo le interesaba cogérsela, que se la llevaba un hotel, sexo y ya, y que extrañaba el amor que tenia conmigo. Al principio todo quedo así, nos veíamos una vez al mes, pero después manejaba hasta mi casa en su día de descanso para pasar el día teniendo sexo, fue cuando tomamos la decisión de volver a juntarnos y ella dejó su trabajo allá y se vino conmigo. En un viaje a las Vegas, aprovechamos para casarnos. Para ese entonces, la niña que conocí tenía ya alrededor de 22 años y su cuerpo había cambiado, la flaquita tetona empezó a embarnecer, sus caderas se ensancharon al punto que tuve que comprarle pantalones de talla mayor porque los otros ya no le quedaban, y su trasero se hizo más deseable, ella lo sabía y le gustaba ponerse leggins que dejaban ver su deliciosa figura; su estómago empezó a crecer también, cosa que no le gustó, y se inscribió en el gimnasio del barrio, donde religiosamente iba casi diario, fue cuando se puso más que buena, me encantaba verla desnuda, y empezó a depilarse el monte de venus, me volvía loco ver su panochita limpia como de niña de 6 años, y las ganas de que otros pudieran contemplar y saborear esa belleza aumentaron. Las pocas veces que íbamos a la playa (por la distancia) eran muy calientes, porque yo le insistía en ponerse bikinis lo más pequeños posible, pero ella solo quería usar shorts, solo presumía sus pechos, que parecían operados por lo bonitos que eran, así que los sostenes de playa (bikini tops) eran pequeños y solo tapaban el pezón, pero yo la hacía recostarse y le desataba las tiras para que no se le marcaran por el sol, y muchas veces al cambiar de postura sus tetas estaban a la vista. Yo volví a proponerle que se acostara con quien ella quisiera, y solo me lo platicara, una vez ella se molestó y me dijo que no le dijera eso, que quería ser fiel en nuestro matrimonio y que no estaba dispuesta a ponerme los cuernos; sin embargo, mientras cogíamos, yo le insistía preguntándole si extrañaba a alguno de sus amantes y ella me decía que si y me contaba cosas que me volaban la mente… pero al día siguiente me lo negaba, yo le insistía, diciéndole que no me rompiera las ilusiones, que yo quería quedarme con las imágenes de lo que ella me contaba y hasta le llegué a decir, que me haría muy feliz si se volviera toda una puta. Yo me daba cuenta como ella se calentaba platicándome cosas, como que su amigo el taxista se la había cogido un par de veces y que cuando le dijo que se mudaría conmigo lejos incluso él lloró; para aprovechar eso, mientras cogíamos en la pose del misionero, le dije que le llamara por teléfono; ella le marcó y puso el alta voz, se saludaron y murmurando en su oído yo le decía “pregúntale si te extraña”, él le contestó que sí, que se había enamorado de ella y que había estado a punto de pedirle que dejara a su novio (aquel que solo la quería para coger) para quedarse con él. “Pregúntale si le gustaba coger contigo”, ella le preguntó, él se rió, “¿qué te pasa?” le dijo él divertido, “¿no está tu esposo?”, “todavía no llega de su trabajo” le dijo ella “contéstame lo que te pregunté”, él le dijo que sí, era obvio que él no estaba acostumbrado a ese tipo de conversaciones, “te acuerdas como te mamaba tu miembro” le dijo ella de su propia voluntad; el taxista se rio nervioso, “¿porqué me preguntas eso?”, ella se soltó con sus preguntas y mis metidas se hicieron más rápidas “porque yo si me acuerdo” siguió ella “extraño tu manera de cogerme… cuando me la metías de perrito… ¡mmmmh!”, el amigo solo se reía nervioso y tímido, y Maggie respiraba con dificultad “dile que yo no te cojo lo suficiente” le dije. “es que mi esposo no me llena… solo me da a veces y no me hace terminar” le dijo, “me deja caliente”; “¿y yo si te dejaba satisfecha?” preguntó el taxista, “huy si” le dijo ella “por eso te extraño… no sabes como quisiera que estuvieras aquí en mi cama horita, haciéndome el amor”, “yo también quisiera” le dijo él “pero no puedo”. “dile que quieres que venga un día a cogerte” le dije. “Tú dime cuando vienes y te dejo que me hagas lo que quieras” le dijo con voz sexy y melosa. “si quisiera, pero no puedo, de verdad”. Vi que el amigo estaba fuera de sintonía y que no cooperaba para llegar a más, en ese momento, ella se vino ruidosamente y colgó el celular, “si viene a verte, ¿lo vas a dejar que te la meta aquí en la casa? le pregunté calientísimo, “¡si!” me dijo aun disfrutando de su orgasmo “quiero que me coja todo el día… quiero mamarle la verga… y que me dé su leche” ya no pude soportar y me vine dentro de ella también.
Tristemente por la mañana me dijo que solo era una fantasía y que nunca me haría eso. Muchas de nuestras sesiones de sexo eran parecidas, para mí era delicioso oírla contándome cosas que sus amantes le harían, pero frustrante cuando me decía que no era cierto.
Animándola a ponerme los cuernos
Esta parte es un poco aburrida, una disculpa, pero es necesaria para entender lo que pasará
después. Por alrededor de un mes estuve espiando a Maggie y a los choferes cuando llegaban a estacionarse al parque, tristemente solo los veía entrar en la parte trasera de las camionetas de reparto y a ella salir rato después. Por las tardes ya oscuro, varias veces salí al patio trasero de la casa, a la hora que ella tomaba un baño pero no podía ver más que una silueta a través de la cortina en la ventana. Se llegó el día en que logré salir con ella, la llevé al cine y a cenar, y le dije que me gustaría empezar a salir con ella de manera formal, y ella dijo que no, que solo como amigos porque yo ya sabía que su novio iba por ella casi todas las tardes, y le dije que esperaría a que llegara mi tiempo; no obstante, ella me insinuó, que podíamos quitar los paneles de vidrio de su ventana para que yo pudiera entrar sin que doña Lupe se enterara; y así fue, varias veces me fui a trabajar desvelado por quedarme en su cuarto a coger con ella. Yo veía a su novio ir a dejarla en la noche, para después ir y sacar los vidrios y entrar a quedarme con ella. Varias veces me la llevé a un hotel con jacuzzi cerca de la playa, que a ella le encanta y pasábamos la noche cogiendo, pero eso no es interesante. Lo obvio, doña Lupe se dio cuenta y muy molesta nos dio una lectura del pecado y no sé qué más, por lo que tomé la decisión de buscar otro lugar para vivir, y le dije a Maggie si quería venir conmigo. Para mi sorpresa ella aceptó. Y allí comenzó mi historia, yo sabía que ella era una puta, y me encantaba, no solo por el hecho de que teníamos sexo muy caliente, sino también porque yo sabía que otros se la estaban cogiendo al mismo tiempo, aunque ella nunca lo aceptó, seguimos trabajando en la fábrica de lentes por dos meses más, en los cuales yo sabía que la traían a la casa y le daban verga, incluso ellos ya traían en la troca, unos tapetes para tenderlos en el piso y cogérsela más a gusto, ella me contó mucho después, que a don Omar, le gustaba acostarse boca arriba y que Maggie se sentara en su cara para devorarle su rajada, y que el Totopo le encantaba la posición de perrito para cogérsela por la vagina y el culo, pero siempre la hacía tragar la leche, dos veces; ya estábamos viviendo juntos cuando a la semana terminó con su novio. Obvio, ella me decía que los choferes solo la llevaban a la casa, que yo era el único con el que tenia sexo regularmente.
Pasó el tiempo y al recibirme, busqué trabajo y lo encontré con muy buena paga pero en otra ciudad cerca de LA, tenía que irme de ahí, así que le pregunté si quería irse conmigo y ¿qué creen? Aceptó. Dejamos la fábrica, y ella a los choferes. Ya establecidos, ella me insistió que quería trabajar, así que consiguió trabajo en una compañía de limpieza de oficinas, donde entraba a trabajar a las 4:00 de la tarde y salía a la 1 de la madrugada, ella me platicaba que los de las oficinas la trataban bien pero que ella se daba a respetar, solo un bajo porcentaje de personal trabajaba de noche: varias veces cuando estábamos peleados, ella agarraba el auto y se iba por horas, para llegar entrada la noche, siempre diciéndome que le gustaba irse a la playa y andar por allá sola, pero a mí me gustaba imaginar que iba a coger con sus amigos de las oficinas y cuando ella llegaba yo ya estaba dormido. En nuestras pláticas, yo siempre le preguntaba si me había engañado con alguno, obvio ella lo negaba, pero yo le decía que quería que ella fuera feliz, y que si quería acostarse con alguno, yo estaba de acuerdo si ella me amaba a mí, pero ella decía que nunca me haría eso. Aunque a la hora del sexo se transformaba en otra. Estando cogiendo, le dije que me confesara algo, por más mínimo que fuera, me dijo que conocía a un tal Marcos, que la había invitado a salir y que ella se negó, pero que aceptó comer con él a la hora de la comida, así que fue por ella varias veces a las 8:00 de la noche y la llevaba en su auto a un restaurante cerca de la playa; pero que un día le dijo que comerían en su apartamento, y que al llegar ella se sentía tan agradecida con él, que al cerrar la puerta de entrada, se pegaron en un beso apasionado, me dijo que estuvieron así unos minutos, solo besándose y que ella sentía el pito de él apretarse contra su cuerpo, luego de un rato ella lo apartó y le dijo que mejor la llevara al trabajo antes que hicieran una locura. Me tenía tan prendido que le dije que se hubiera dejado coger, pero dijo que su conciencia no la dejó. Al día siguiente me dijo que todo eso no era cierto, que solo me lo dijo para calentarme más, pero a mí me gustaba creerlo. Años después me dijo que Marcos y ella se veían seguido en las oficinas y al hacer amistad con él, empezaron a verse en la hora de comer, pero solo para cachondearse, luego, sabiendo que la gran mayoría de trabajadores ya se había ido a casa, se veían en las oficinas vacías para coger sin control, se la cogió en la alfombra, sobre los escritorios, en los baños y por todo lugar que encontraban. Yo siempre ponía mi despertador para levantarme a la hora que ella llegaba y salir por ella a la calle, pero una vez, se pasó la hora y ella no llegaba, y empecé a desesperarme. Estaba a punto de rezar, cuando dos horas después, llegó en un carro que yo no conocía, tan pronto como se bajó, el carro se fue, yo estaba muy enojado por el suspenso pero ella me dijo que su carro no había querido encender y que estuvo tratando bastante tiempo hasta que ese amigo salió del trabajo y se ofreció a traerla, esto me calmó un poco, así que al día siguiente tomé mi estuche de herramientas y nos dispusimos a ir por su carro, curiosamente el auto prendió a la primera, ella me dijo que ya eran varias veces que pasaba lo mismo, pero que solo era cuestión de esperar y prendía como si nada, pero anoche ya no quiso. Le pregunté porque no había dicho nada pero dijo que pensó que no era importante. No es necesario decir que el mecánico no encontró nada malo en el carro. Después de años me confesó que ese tipo, uno de los guardias de seguridad, la había invitado a la playa de noche, y como a ella le encanta la playa (sin mencionar la verga) y además, el tipo la calentó tanto que ella se arriesgó a ir con él, aun sabiendo que yo la esperaba. Me dijo que la llevó a un muelle y aprovecharon la oscuridad para coger ahí cerca del mar, incluso él le consejo lo del auto para ponerlo de excusa conmigo. Ni Marcos, ni el de seguridad sabían del otro… y mucho menos yo. Hasta ese punto yo no estaba para nada seguro que ella me engañaba.
Quiero agregar esta situación que nos ocurrió, hubo un tiempo que estuvimos de pleito por diferentes motivos y tomamos la decisión de separarnos, así que yo dormía en la sala y ella en la recámara y apenas nos hablábamos. Aunque fue un tiempo muy doloroso, fue importante por lo siguiente. Era de mañana y casi la hora de irme a trabajar, cuando extrañamente, ella se levantó y sin decir palabra salió del apartamento. Yo seguí arreglándome, sin dejar de pensar en dónde iba ella, atravesé el estacionamiento y antes de llegar a mi auto, alcancé a verla dentro de un auto extraño para mí, lleno de celos me acerqué para ver que estaba bebiendo café con un cabrón, a saber quién. Estuve a punto de llamar a mi trabajo y ausentarme, pero preferí la calentura en lugar del dolor, comencé a pensar en cómo se la iba a coger en cuanto yo me fuera, y fue un día de pura masturbación en mi trabajo. Ella me dijo después, que no paso nada (ese día) que solo fueron a desayunar y el amigo tenía que irse a trabajar.
Optamos por la separación, busqué una casa para comprar a casi dos horas de ahí y trabajo nuevo para empezar nueva vida y olvidar lo pasado, y lo hice… pero. Ella comenzó a llamarme bastante, casi todos los días y pasábamos platicando buen tiempo, me dijo que había dejado su trabajo de limpieza y ahora estaba atendiendo una estación de gasolina, que había empezado a salir con un cabrón que conoció allí, pero que me extrañaba mucho. Al mismo tiempo también que había conocido a un amigo taxista con el que salía seguido pero solo a comer o ir al cine. Quedamos de vernos un día de descanso y al verla nos abrazamos y besamos muy ardientemente, de inmediato me dijo que quería que la llevara a un hotel con jacuzzi, para recordar viejos tiempos, después de un sexo sabroso, me contó, que su actual novio solo le interesaba cogérsela, que se la llevaba un hotel, sexo y ya, y que extrañaba el amor que tenia conmigo. Al principio todo quedo así, nos veíamos una vez al mes, pero después manejaba hasta mi casa en su día de descanso para pasar el día teniendo sexo, fue cuando tomamos la decisión de volver a juntarnos y ella dejó su trabajo allá y se vino conmigo. En un viaje a las Vegas, aprovechamos para casarnos. Para ese entonces, la niña que conocí tenía ya alrededor de 22 años y su cuerpo había cambiado, la flaquita tetona empezó a embarnecer, sus caderas se ensancharon al punto que tuve que comprarle pantalones de talla mayor porque los otros ya no le quedaban, y su trasero se hizo más deseable, ella lo sabía y le gustaba ponerse leggins que dejaban ver su deliciosa figura; su estómago empezó a crecer también, cosa que no le gustó, y se inscribió en el gimnasio del barrio, donde religiosamente iba casi diario, fue cuando se puso más que buena, me encantaba verla desnuda, y empezó a depilarse el monte de venus, me volvía loco ver su panochita limpia como de niña de 6 años, y las ganas de que otros pudieran contemplar y saborear esa belleza aumentaron. Las pocas veces que íbamos a la playa (por la distancia) eran muy calientes, porque yo le insistía en ponerse bikinis lo más pequeños posible, pero ella solo quería usar shorts, solo presumía sus pechos, que parecían operados por lo bonitos que eran, así que los sostenes de playa (bikini tops) eran pequeños y solo tapaban el pezón, pero yo la hacía recostarse y le desataba las tiras para que no se le marcaran por el sol, y muchas veces al cambiar de postura sus tetas estaban a la vista. Yo volví a proponerle que se acostara con quien ella quisiera, y solo me lo platicara, una vez ella se molestó y me dijo que no le dijera eso, que quería ser fiel en nuestro matrimonio y que no estaba dispuesta a ponerme los cuernos; sin embargo, mientras cogíamos, yo le insistía preguntándole si extrañaba a alguno de sus amantes y ella me decía que si y me contaba cosas que me volaban la mente… pero al día siguiente me lo negaba, yo le insistía, diciéndole que no me rompiera las ilusiones, que yo quería quedarme con las imágenes de lo que ella me contaba y hasta le llegué a decir, que me haría muy feliz si se volviera toda una puta. Yo me daba cuenta como ella se calentaba platicándome cosas, como que su amigo el taxista se la había cogido un par de veces y que cuando le dijo que se mudaría conmigo lejos incluso él lloró; para aprovechar eso, mientras cogíamos en la pose del misionero, le dije que le llamara por teléfono; ella le marcó y puso el alta voz, se saludaron y murmurando en su oído yo le decía “pregúntale si te extraña”, él le contestó que sí, que se había enamorado de ella y que había estado a punto de pedirle que dejara a su novio (aquel que solo la quería para coger) para quedarse con él. “Pregúntale si le gustaba coger contigo”, ella le preguntó, él se rió, “¿qué te pasa?” le dijo él divertido, “¿no está tu esposo?”, “todavía no llega de su trabajo” le dijo ella “contéstame lo que te pregunté”, él le dijo que sí, era obvio que él no estaba acostumbrado a ese tipo de conversaciones, “te acuerdas como te mamaba tu miembro” le dijo ella de su propia voluntad; el taxista se rio nervioso, “¿porqué me preguntas eso?”, ella se soltó con sus preguntas y mis metidas se hicieron más rápidas “porque yo si me acuerdo” siguió ella “extraño tu manera de cogerme… cuando me la metías de perrito… ¡mmmmh!”, el amigo solo se reía nervioso y tímido, y Maggie respiraba con dificultad “dile que yo no te cojo lo suficiente” le dije. “es que mi esposo no me llena… solo me da a veces y no me hace terminar” le dijo, “me deja caliente”; “¿y yo si te dejaba satisfecha?” preguntó el taxista, “huy si” le dijo ella “por eso te extraño… no sabes como quisiera que estuvieras aquí en mi cama horita, haciéndome el amor”, “yo también quisiera” le dijo él “pero no puedo”. “dile que quieres que venga un día a cogerte” le dije. “Tú dime cuando vienes y te dejo que me hagas lo que quieras” le dijo con voz sexy y melosa. “si quisiera, pero no puedo, de verdad”. Vi que el amigo estaba fuera de sintonía y que no cooperaba para llegar a más, en ese momento, ella se vino ruidosamente y colgó el celular, “si viene a verte, ¿lo vas a dejar que te la meta aquí en la casa? le pregunté calientísimo, “¡si!” me dijo aun disfrutando de su orgasmo “quiero que me coja todo el día… quiero mamarle la verga… y que me dé su leche” ya no pude soportar y me vine dentro de ella también.
Tristemente por la mañana me dijo que solo era una fantasía y que nunca me haría eso. Muchas de nuestras sesiones de sexo eran parecidas, para mí era delicioso oírla contándome cosas que sus amantes le harían, pero frustrante cuando me decía que no era cierto.
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