Como anda la comunidad Poringuera?
Este es un relato que vivimos con mi novia hace algunos años. Una situación real con toques de ficción.
Ojalá que se calienten tanto como nosotros y esperamos sus comentarios para mejorar en futuros posteos.
En una calurosa tarde de verano, Juan y Mati se dirigieron a la casa de los padres de Agus que se encontraban ausentes por vacaciones. El sol brillaba intensamente en un cielo despejado, y el aire estaba cargado de un calor pegajoso que parecía abrazar todo a su alrededor.
Al llegar a la casa de A, la sensación de calor se hacía aún más evidente. Sus cuerpos estaban empapados de sudor y el deseo de refrescarse era apremiante. J y M, conscientes de la necesidad de aliviar el sofocante malestar, sugirieron la idea de darse un chapuzón en la piscina que se encontraba en el jardín.
Sin embargo, A, a pesar de compartir el agobio, dudaba en unirse a la idea. Su rostro se tornó un poco sonrojado, y se mordió el labio inferior con timidez. La razón de su indecisión era clara: ninguno de los tres tenía bañadores. La idea de zambullirse en la piscina sin traje de baño era un desafío a su vergüenza, y A se encontraba en un dilema.
La piscina fue muy tentadora bajo el sol abrasador, J y M intercambiaron miradas cómplices, conscientes de la situación de A. La tarde de verano prometía alivio y diversión.
Sin decir una palabra, comenzaron a desvestirse hasta quedarse en ropa interior. Sus movimientos decididos provocaron la risa nerviosa de A qué pasó poco a poco a convertirse en un nudo de timidez en la garganta mientras observaba a J y M despojarse de su ropa hasta quedar en ropa interior. J vestía un par de boxers a rayas, que remarcaban los genitales de su novio que bien conocía; mientras que M llevaba bóxers de colores vibrantes pero de una tela mucho más fina. Bajo el bóxer, A podía visualizar un miembro mucho más grande que el de su novio. O a caso lo estaba imaginando producto de un deseo que aún no había llegado a manifestar por completo? Estás ideas provocaron un cosquilleo intenso en la entrepierna de A.
A y J tenían 18 años. Ambos estaban en pareja hacia 3 años y era su primera relación sexualmente activa. Por su parte M, a pesar de tener la misma edad, ya contaba con mayor experiencia sexual afectiva.
La piel de ambos brillaba bajo el sol, y sus risas contagiosas llenaban el aire. A se mordió el labio inferior nuevamente pero esta vez sin ocultarlo, procurando que los chicos pudieran visualizar y sentir la mezcla de emociones que estaba experimentando en su interior.
Luego de que ambos jóvenes insistieran un poco, A, presa de sus deseos, no lo pensó más y con movimientos delicados y sexis, comenzó a desprenderse de su ropa, calentando aún más un ambiente que ya se asemejaba al infierno.
La ropa interior de A en consonancia con el día, era muy sexy y atrevida. Llevaba un conjunto de sujetador y colales de encaje rojo, opuestos a su aparente timidez y elegancia. Aunque se sentía un poco cohibida por la situación, no pudo evitar notar cómo M la miraba de manera libidinosa, completamente nueva.
La timidez de A se mezclaba con una curiosa excitación mientras se unía a su novio y su amigo en la piscina. Las risas y la complicidad compartida creaban un ambiente de conexión y diversión. Cada mirada y sonrisa compartida revelaba la intensidad de las emociones nacientes en los tres jóvenes.
El calor del sol, el frescor del agua y la intimidad de la situación creaban un cóctel de sensaciones que ninguno de los tres había anticipado.
M, siempre dispuesto a avanzar ante tan excitante situación, comenzó un juego. "¿Qué tal si jugamos a una pequeña competencia amigable?", propuso con una sonrisa. "Podríamos hablar sobre igualdad de cuerpos y romper algunos estereotipos.
A, ¿alguna vez te has preguntado cómo se siente estar en igualdad de condiciones con nosotros?"
A, intrigada y suponiendo hacia donde se dirigía la conversación, asintió dispuesta a jugar.
M se acercó a la orilla de la piscina y se volvió hacia A con su característica expresión amigable. "Mira, la igualdad de género a veces también puede aplicarse a la ropa que usamos. ¿Qué te parece si te quitas el sujetador, así estaremos en igualdad de condiciones, ¿qué dices?"
A, miro a J y M con una sonrisa pícara y después de un momento de reflexión, asintió de manera sumisa. Con manos temblorosas, se desabrochó el sujetador y lo dejó en el borde de la piscina. Miró a M y J, con una mezcla de nerviosismo y valentía, y dijo: "Listo, aquí estamos, en igualdad de condiciones".
La excitación de J y M se evidenció al instante. A río y le comento a los chicos que a pesar de encontrarse en igualdad de condiciones, ninguno de los dos se había puesto “tan feliz” de ver a su otro amigo sin sujetador.
Los muchachos rieron, sin intentar disimular la ereccion que se escapaba de sus boxers.
A, dispuesta a llegar hasta las últimas instancias y controlando totalmente la situación, salió de la piscina lentamente, subiendo por la escalera, exhibiendo su larga espalda mojada y dejando su enorme cola a media agua. En ese momento giró la cabeza y le guiñó el ojo a los chicos.
“Hay algo que aún no me parece igualitario… ahora que ya no tengo sujetador, solo tengo puesta esta pequeña colaless, la cual cubre mucho menos piel que sus bóxers. Para que sea realmente igualitario, deberíamos quedar los 3 completamente desnudos.”
Los chicos no podían creerlo. La tímida y sumisa A que conocían, había desaparecido bajo ese sol abrazador y de sus cenizas había emergido una persona totalmente nueva, ama de sus emociones y placeres.
M miró a J esperando su consentimiento.
J se sacó rápidamente su bóxer y exhibiendo su pene promedio con una dureza que jamás había sentido.
M, sonrío, salió de la piscina, se paró frente a A que se encontraba sentada en el borde, y comenzó a deslizar lentamente su bóxer hacia abajo.
A comprobó con alegría que su imaginación se había quedado corta. M presentaba un pene completamente rasurado, no solo más largo sino que mucho más ancho que el de su novio.
A pesar de ser el segundo miembro que veía en su vida, A manejó la situación con una experiencia solo atribuible a vidas pasadas.
Mientras J se masturbaba en la piscina, A tomó con suavidad los glúteos de M e introdujo completamente su miembro en su boca mientras lo observada a los ojos.
J no pudo aguantar la excitación de ver a su novia realizándole una felacion a su amigo y eyaculó en el agua donde minutos antes se encontraban nadando.
Mientras tanto, A presea de una excitación desconcertante, mareada por los rayos del sol, succionaba frenéticamente el pene de M.
M, tomo a A de la cabeza y descargo todo su semen en la garganta de A que recibió dichoso regalo como un beduino recibe agua luego de una travesía por el desierto.
A se levantó, camino hacia la pared de su derecha y apoyó las manos en ella, corrió su colales a un costado y mirando a los chicos les dijo “que esperan? ahora me toca a mi”
Primero fue el turno de J. Que introdujo su miembro lentamente en A con facilidad. la excitación de la joven, mezclada con el agua de la piscina y el sudor, crearon el lubricante perfecto. A comenzó a gemir de una manera posesa, lo que provocó que luego de unos minutos a un ritmo suave, J eyaculo dentro de ella.
No satisfecha con la performance de su pareja, A llamó a M haciéndole señas con el dedo.
M se posó detrás de ella y la tomó con suavidad de su cintura y comenzó a penetrarla.
A empezó a gemir nuevamente, y le dijo algo muy despacio a M que J no llegó a escuchar.
En ese momento M aumentó frenéticamente su ritmo, la suavidad del principio de transformo en una carrera salvaje. La vagina de A recibió el pene de M en todo su esplendor. Nunca había sentido nada parecido. El ritmo lento y el dolor del principio fueron dando lugar a un placer cada vez más intenso y desenfrenado. Los alaridos cada vez mayores de A, cesaron al cabo de unos minutos cuando una electricidad invadió por completo su el cuerpo que comenzó a retorcerse. El orgasmo de A pareció contagiar a M, que en ese instante eyaculó con un gemido casi gutural, dentro del cuerpo que minutos antes había recibido el semen de su amigo.
Los 3 jóvenes quedaron exhaustos y tendidos. La tarde terminaba y la temperatura comenzaba a bajar pero el trío sabía que internamente, su fuego interno recién había empezaba a arder!
Cuéntenos que les pareció y si quieren que les relatemos la primera DP de Agus, ese mismo verano?
Saludos.
Este es un relato que vivimos con mi novia hace algunos años. Una situación real con toques de ficción.
Ojalá que se calienten tanto como nosotros y esperamos sus comentarios para mejorar en futuros posteos.
En una calurosa tarde de verano, Juan y Mati se dirigieron a la casa de los padres de Agus que se encontraban ausentes por vacaciones. El sol brillaba intensamente en un cielo despejado, y el aire estaba cargado de un calor pegajoso que parecía abrazar todo a su alrededor.
Al llegar a la casa de A, la sensación de calor se hacía aún más evidente. Sus cuerpos estaban empapados de sudor y el deseo de refrescarse era apremiante. J y M, conscientes de la necesidad de aliviar el sofocante malestar, sugirieron la idea de darse un chapuzón en la piscina que se encontraba en el jardín.
Sin embargo, A, a pesar de compartir el agobio, dudaba en unirse a la idea. Su rostro se tornó un poco sonrojado, y se mordió el labio inferior con timidez. La razón de su indecisión era clara: ninguno de los tres tenía bañadores. La idea de zambullirse en la piscina sin traje de baño era un desafío a su vergüenza, y A se encontraba en un dilema.
La piscina fue muy tentadora bajo el sol abrasador, J y M intercambiaron miradas cómplices, conscientes de la situación de A. La tarde de verano prometía alivio y diversión.
Sin decir una palabra, comenzaron a desvestirse hasta quedarse en ropa interior. Sus movimientos decididos provocaron la risa nerviosa de A qué pasó poco a poco a convertirse en un nudo de timidez en la garganta mientras observaba a J y M despojarse de su ropa hasta quedar en ropa interior. J vestía un par de boxers a rayas, que remarcaban los genitales de su novio que bien conocía; mientras que M llevaba bóxers de colores vibrantes pero de una tela mucho más fina. Bajo el bóxer, A podía visualizar un miembro mucho más grande que el de su novio. O a caso lo estaba imaginando producto de un deseo que aún no había llegado a manifestar por completo? Estás ideas provocaron un cosquilleo intenso en la entrepierna de A.
A y J tenían 18 años. Ambos estaban en pareja hacia 3 años y era su primera relación sexualmente activa. Por su parte M, a pesar de tener la misma edad, ya contaba con mayor experiencia sexual afectiva.
La piel de ambos brillaba bajo el sol, y sus risas contagiosas llenaban el aire. A se mordió el labio inferior nuevamente pero esta vez sin ocultarlo, procurando que los chicos pudieran visualizar y sentir la mezcla de emociones que estaba experimentando en su interior.
Luego de que ambos jóvenes insistieran un poco, A, presa de sus deseos, no lo pensó más y con movimientos delicados y sexis, comenzó a desprenderse de su ropa, calentando aún más un ambiente que ya se asemejaba al infierno.
La ropa interior de A en consonancia con el día, era muy sexy y atrevida. Llevaba un conjunto de sujetador y colales de encaje rojo, opuestos a su aparente timidez y elegancia. Aunque se sentía un poco cohibida por la situación, no pudo evitar notar cómo M la miraba de manera libidinosa, completamente nueva.
La timidez de A se mezclaba con una curiosa excitación mientras se unía a su novio y su amigo en la piscina. Las risas y la complicidad compartida creaban un ambiente de conexión y diversión. Cada mirada y sonrisa compartida revelaba la intensidad de las emociones nacientes en los tres jóvenes.
El calor del sol, el frescor del agua y la intimidad de la situación creaban un cóctel de sensaciones que ninguno de los tres había anticipado.
M, siempre dispuesto a avanzar ante tan excitante situación, comenzó un juego. "¿Qué tal si jugamos a una pequeña competencia amigable?", propuso con una sonrisa. "Podríamos hablar sobre igualdad de cuerpos y romper algunos estereotipos.
A, ¿alguna vez te has preguntado cómo se siente estar en igualdad de condiciones con nosotros?"
A, intrigada y suponiendo hacia donde se dirigía la conversación, asintió dispuesta a jugar.
M se acercó a la orilla de la piscina y se volvió hacia A con su característica expresión amigable. "Mira, la igualdad de género a veces también puede aplicarse a la ropa que usamos. ¿Qué te parece si te quitas el sujetador, así estaremos en igualdad de condiciones, ¿qué dices?"
A, miro a J y M con una sonrisa pícara y después de un momento de reflexión, asintió de manera sumisa. Con manos temblorosas, se desabrochó el sujetador y lo dejó en el borde de la piscina. Miró a M y J, con una mezcla de nerviosismo y valentía, y dijo: "Listo, aquí estamos, en igualdad de condiciones".
La excitación de J y M se evidenció al instante. A río y le comento a los chicos que a pesar de encontrarse en igualdad de condiciones, ninguno de los dos se había puesto “tan feliz” de ver a su otro amigo sin sujetador.
Los muchachos rieron, sin intentar disimular la ereccion que se escapaba de sus boxers.
A, dispuesta a llegar hasta las últimas instancias y controlando totalmente la situación, salió de la piscina lentamente, subiendo por la escalera, exhibiendo su larga espalda mojada y dejando su enorme cola a media agua. En ese momento giró la cabeza y le guiñó el ojo a los chicos.
“Hay algo que aún no me parece igualitario… ahora que ya no tengo sujetador, solo tengo puesta esta pequeña colaless, la cual cubre mucho menos piel que sus bóxers. Para que sea realmente igualitario, deberíamos quedar los 3 completamente desnudos.”
Los chicos no podían creerlo. La tímida y sumisa A que conocían, había desaparecido bajo ese sol abrazador y de sus cenizas había emergido una persona totalmente nueva, ama de sus emociones y placeres.
M miró a J esperando su consentimiento.
J se sacó rápidamente su bóxer y exhibiendo su pene promedio con una dureza que jamás había sentido.
M, sonrío, salió de la piscina, se paró frente a A que se encontraba sentada en el borde, y comenzó a deslizar lentamente su bóxer hacia abajo.
A comprobó con alegría que su imaginación se había quedado corta. M presentaba un pene completamente rasurado, no solo más largo sino que mucho más ancho que el de su novio.
A pesar de ser el segundo miembro que veía en su vida, A manejó la situación con una experiencia solo atribuible a vidas pasadas.
Mientras J se masturbaba en la piscina, A tomó con suavidad los glúteos de M e introdujo completamente su miembro en su boca mientras lo observada a los ojos.
J no pudo aguantar la excitación de ver a su novia realizándole una felacion a su amigo y eyaculó en el agua donde minutos antes se encontraban nadando.
Mientras tanto, A presea de una excitación desconcertante, mareada por los rayos del sol, succionaba frenéticamente el pene de M.
M, tomo a A de la cabeza y descargo todo su semen en la garganta de A que recibió dichoso regalo como un beduino recibe agua luego de una travesía por el desierto.
A se levantó, camino hacia la pared de su derecha y apoyó las manos en ella, corrió su colales a un costado y mirando a los chicos les dijo “que esperan? ahora me toca a mi”
Primero fue el turno de J. Que introdujo su miembro lentamente en A con facilidad. la excitación de la joven, mezclada con el agua de la piscina y el sudor, crearon el lubricante perfecto. A comenzó a gemir de una manera posesa, lo que provocó que luego de unos minutos a un ritmo suave, J eyaculo dentro de ella.
No satisfecha con la performance de su pareja, A llamó a M haciéndole señas con el dedo.
M se posó detrás de ella y la tomó con suavidad de su cintura y comenzó a penetrarla.
A empezó a gemir nuevamente, y le dijo algo muy despacio a M que J no llegó a escuchar.
En ese momento M aumentó frenéticamente su ritmo, la suavidad del principio de transformo en una carrera salvaje. La vagina de A recibió el pene de M en todo su esplendor. Nunca había sentido nada parecido. El ritmo lento y el dolor del principio fueron dando lugar a un placer cada vez más intenso y desenfrenado. Los alaridos cada vez mayores de A, cesaron al cabo de unos minutos cuando una electricidad invadió por completo su el cuerpo que comenzó a retorcerse. El orgasmo de A pareció contagiar a M, que en ese instante eyaculó con un gemido casi gutural, dentro del cuerpo que minutos antes había recibido el semen de su amigo.
Los 3 jóvenes quedaron exhaustos y tendidos. La tarde terminaba y la temperatura comenzaba a bajar pero el trío sabía que internamente, su fuego interno recién había empezaba a arder!
Cuéntenos que les pareció y si quieren que les relatemos la primera DP de Agus, ese mismo verano?
Saludos.
0 comentarios - Una tarde de sol, se abrió la pareja.