Ya había pasado meses desde que Pedro fue asaltado por primera vez por los amigos de su bully y por ahora lograba soportarlo. Su fiel amigo Juan era el que lo ayudaba a ponerse de pie después de los golpes que recibía especialmente ahora que Pedro era el único que subía el asalto. Pará él chico era fastidioso admitir que prefería ser pegado por la banda de Marcelo en ves de Marcelo, por el simple echo que el lo hacía más fuerte. Todos los miembros de su banda juntos no lo lastimaban cuanto lo hacía el jefe.
“Que patético que soy si me pongo a pensar en quién prefiero que me pegue” pensó Pedrito. En la última semana pero, algo era diferente, no sólo a casa pero también en la escuela. A veces la gente hablaba de él a su espaldas o se reía cuando pasaba por los pasillos pero el no sabía porque. Pedro no se quejaba ya que Marcelo y su banda habían dejado de pegarlo desde 5 días sin contar los Sábados y los Domingos. Lo único que recibía de ellos era insultos y eso podía soportarlo ya que sabía que lo que le decían no era verdad.
Un día se dirigió al puesto de siempre para encontrarse con Juan pero cuando lo vio estaba rodeado por Marcelo y su banda. Lo extraño era que no lo estaban golpeando o insultando; ellos reían. Juan también reía pero la suya era una risa nerviosa, sabía que no era real pero lo mismo le pareció algo raro. El se sentó solo a comer su plátano y su sándwich esperando que terminen con Juan. El los veía desde lejos mientras reían viendo el celular que su amigo tenía en la mano. Casi al terminar del recreo Juan se acerca a él con una mirada preocupada.
-Hola Pedro…como estas?
-Estoy bien Juan y tu?
-Si, yo también…Emm…Dime Pedro, tienes tiempo para hablar un rato?
-Claro que si. Que pasa Juan? Te hicieron algo esos bastardos?
-No…nada, no a mi pero…
Suena el timbre del final del recreo y la profesora Verónica los manda de corrida a la clase. A la salida Juan no estaba afuera de la escuela y así que Pedro decide regresar solo a casa. Apenas cruza la puerta es recibido por el aroma de la rica comida que había preparado su madre.
-Hola mamá.
-Hola Pedrito. Todo bien en la escuela?
-Si…como siempre.
-Muy bien…yyyy…ese Marcelo, te sigue molestando?
-No, mamá. El no me ha tocado desde que fuiste a hablar con el.
-Me alegra mucho Pedrito. Ven come primero que se enfrié.
Su madre, su hermano y el comen el almuerzo como todos los días pero el instinto le decía a Pedro que algo estaba mal. Desde que su madre y su padre habían discutido la noche en la cual ella regresó tarde a casa las cosas entre ellos eran diferentes. Su padre fue el que terminó pidiendo disculpas y su mamá las aceptó pero desde esa vez se comportaba en modo diferente. Normalmente su vestimenta era simple, elegante y conservadora pero ahora usaba ropa más apretada, más corta y maquillaje más fuerte. No sólo era eso, ahora salía con su amiga Sofía de la iglesia como mínimo 3 veces a la semana ya que necesitaba ayuda a causa de sus problemas en su matrimonio.
Obviamente su padre sabía eso y por eso toleraba que llegara tarde a casa pero a él algo no le parecía justo.
-Mamá, como esta Sofía?
-Quien?
-Sofia…tu amiga…todavía no resolvió sus problemas con su marido?
-Ah si! Ella si, digo no. Esta muy triste y confundida la pobrecita.
-Porque?
-Bueno, me contó que su marido no le da atenciones y que aunque sí ella hace todo lo que puede para hacerse ver, el no parece cambiar de actitud. Lo que es peor es que el asta le reclama de como se viste.
-Pero papá también ahora te reclama por como te vistes.
-Si, pero tu padre exajera Pedrito.
-Amm…Osea que Sofía se viste como vos?
-Jajaja. No. Ella se viste mucho más provocante que yo tesoro.
-Provocante?
-Si, provocante, más osada, el echo es que yo y ella nos vestimos muy diferente.
-Ah…ok.
La conversación con su madre le ayudó a hacerse una idea de cómo era Sofía: una mujer ignorada por el marido, que quiere atención y que se viste más provocante que su madre. “Lo siento por ella" pensó Pedro.
Ahora que Pedro estaba solo en su cuarto revisó sus mensajes y entre ellos había uno de Juan. El le pedía si ahora tenía tiempo para conversar. Pedro preocupado por su amigo, especialmente porque no le vio a la salida lo llama.
-Hola, Juan?
-Hola Pedro…Estas solo?
-Emm…Estoy en mi casa con mi madre y mi hermano porque?
-Ve a un puesto donde puedas estar solo.
-Ahora estoy en mi cuarto, pero porque?
-Tengo que enviarte una cosa.
-Ok pero que cosa Juan? Me estás poniendo nervioso.
-Lo siento amigo…es que, no se como decírtelo, solo que...es un video, un video de tu mamá.
Juan le manda ese video y apenas Pedro lo abre se le hiela el sangre en las venas.
-Aah, ah, ah, ah, ah, ah
La mujer en el video porno gritaba cómo una poseída mientras una verga gigante y negra la penetraba por detrás haciendo un vulgar ruido de carne contra carne. Quien hacía el video era el que la follaba y se aseguró de filmar muy bien el culo perfecto y lubrificado de la hembra. Pedro no podía creer a sus ojos. No sabía si llorar, vomitar o gritar de rabia, talvez las tres juntas. La mujer en el video tenía un cuerpo terriblemente erótico, pronunciado por la posición tan vulgar en la que estaba.
-No, no, no…no puede ser.
La puta barata que estaba siendo filmada estaba recibiendo una monumental follada como nunca Pedro había visto en su vida. En pasado el chico había visto algunos videos porno para placar su curiosidad y descubrir con sus ojos de que se trataba. Lo que vio no le gustó mínimante ya que lo vio de muy joven y el recuerdo le quedó imprimido en la mente. Pará él, los actos de depravación en los videos eran asquerosos y inmorales. El sabia que verlos era pecado, como le habían dicho sus padres, pero la curiosidad de la juventud era demasiado fuerte. En los videos las mujeres que estaban “recitando" eran de las más bellas y excitantes que hubiera visto. Ese era el motivo por el cual siguió viéndolos aunque después del trauma del primero. Un par de veces asta se masturbó mientras los veía, acto del cual ahora se avergonzaba mucho. Aunque sí le gustaba mucho ver la belleza de los cuerpos de las mujeres el asco por lo que hacían, como lo hacían y con quien lo hacían fueron demasiado para el. Los hombres en los videos eran tan diferentes a lo que él era. Músculos, tatuados, vulgares y con penes tan grandes que le hacían sentir mal, lo hacían sentir pequeño.
Pero el video que estaba viendo en ese momento era todo de otro nivel. Aunque sí la calidad no era de la mejor, el sexo en ves parecía tan verdadero, rudo y inmoral. El cuerpo de ese hombre negro con la verga más grande de todos los actores porno que vio era espantoso para el. También la mujer en el video era la más bella y puta que vio en su vida, pero lo peor era que tenía algo de familiar.
Ella estaba de espaldas con los cabellos despeinados que le cubrían parte de la cara pero aunque así se parecía demasiado a su adorada madre. Eso es lo que Juan le dijo, que le mandaría un video de su mamá, pero no podía ser posible. Ella nunca haría algo símil, ella nunca traicionaría a su padre, se repetía en su cabeza el pobre Pedro.
De repente Jonás entra en su cuarto jugando con su camión de bomberos juguete.
-Jonás! Que…Afuera ahora mismo!
Su hermano lo ignoró mientras el con sus manos temblantes y nerviosas bajaba el volumen del video.
-Caballito! Estas jugando a caballito!
-Si, Jonás estaba jugando a caballito en el celular.
Pedro dio gracias al cielo por la ingenuidad de su hermano y lo dejó jugar un rato en su cuarto y después que se fue cerró a llave la puerta. El chico tenía mil de pensamientos en la cabeza y ni uno de esos era bueno, así que en medio de su pánico llamó a Juan.
-Hola?
-Juan! Que carajo me mandaste? Estás loco?
-Lo siento Pedro pero pensaba que era justo que supieras, pensaba que era mejor que te enteraras por mi en ves de otra persona.
-Que? Pero de que diablos hablas Juan? No hay razón por la cual me tenias que mandarme esta mierda.
-Pedro, amigo, cálmate. Se que puede ser difícil aceptar la verdad pero…
-Que dices? Que verdad?
-…Tu mamá amigo, tu mamá es la que está en el video con Marcelo.
-Mi ma…con…con Marcelo?...No…Que?
-Lo siento mucho Pedro.
-Ya basta Juan! Porque dices que es mi mamá? Y porque Marcelo?
El pobre Pedro estaba en plena fase de negación. No podía creer que la mujer en el video fuese su madre y peor que el que se la follaba fuese el gran bastardo de Marcelo. Con calma el buen Juan le explicó todo lo que sabia. Ese día, en la escuela fue agarrado por Marcelo y su banda durante el recreo pero en ves de golpearlo o insultarlo simplemente le hicieron ver un video. El pobre Juan que no era religioso como su mejor amigo pero el también se quedó sorprendido cuando vio el video. El joven estaba acostumbrado al porno pero lo que vio en el celular de Marcelo era todo otro nivel. El no sabía porque esos sujetos le mostraron el video pero para evitar las consecuencias de desobedecer se quedó con ellos por casi todo el recreo fingiendo de divertirse y riendo de sus chistes sobre la mujer en cuestión. Fue Marcelo que le reveló a Juan la identidad de la gran puta, como también dijo con orgullo que era el quien se la follaba. El chico había visitado la casa de Pedro varias veces y cuando lo hacía siempre se quedaba maravillado por la belleza de Teresa, la madre de su amigo. El no lo admitió a Pedro pero cuando recibió el video en su celular tubo que masturbarse dos veces seguidas a la vista con el video de la milf, la madre de su amigo Pedro, la musa de sus fantasías eróticas, que estaba siendo follada como una vulgar puta. Por eso se encerró en los baños de la escuela a la hora de salir.
Marcelo fue el que le ordenó a Juan de mostrar el video a Pedro y de decirle quien eran los protagonistas.
-No Juan! Eso no es posible.
-No se que decirte amigo.
-Mi madre es una buena mujer, una madre y una esposa perfecta entiendes? Ella nunca haría semejantes porquerías…especialmente con…con…
-Marcelo?
-Si, el. Ella sabe que cosa me hizo todos estos años. Ella nunca…
-Pedro, lo siento pero tienes que convencerte que…
-Y tu como sabes que es ella? Entonces? Acaso estuviste ahí o te lo dijo ella?
-Fue Marcelo el que me lo dijo Pedro y…
-Desde cuando Marcelo es alguien del cual puedes confiar? Tu sabes como es. El haría cualquier cosa para torturarme.
-Pero…Pedro…el video…se ve su cara.
-Es un video de pésima calidad! No se entiende nada y además podría ser alguien que se le parece o...o talvez el video esta retocado. Si, es eso.
Juan sentía el dolor y la desesperación en la voz de su amigo así que no insistió más.
-Mmm…Talvez, puede ser Pedro. Yo nomas te lo mandé porque fue Marcelo que me lo ordenó amigo. No quería hacerte sentir así.
El buen Juan se quedó al celular con Pedro asta que se calmó por completo. De todos modos Juan admitió que había una posibilidad que su amigo tuviera razón. Marcelo no era un tipo del cual confiar, era verdad que el video era de mala calidad y podía ser verdad que la mujer en ello podría ser una actriz parecida a Teresa. El esperaba que, por el bien de Pedro, fuera verdad.
Después de colgar, Pedro regresó a ver el video asta el final, una y otra vez para asegurarse de que no fuera su madre. Lamentablemente y afortunadamente para el no había nada en el video que aclareciera si esa mujer era en realidad su madre o no. Teresa no tenia tatuajes, marcas, lunares o cicatrices en la piel que podían delatarla, pero también la mujer en el video no tenía nada de eso por lo que se podía ver. Las dos tenían una piel y cuerpo perfecto.
Después de casi una hora revisando el mismo video, Pedro se dio cuenta de algo. El estuvo demasiado focalizado en el cuerpo de la mujer y en las posibles marcas que podía tener, sin calcular la cara. La mujer estaba de espaldas y sólo algunas veces giraba un poco la cabeza para un lado y cuando lo hacía parecía peligrosamente a Teresa, pero no al 100% a causa del cabello despeinado que la cubría. Solo un detalle, solo un minúsculo detalle llenó el cuerpo de Pedro de un gran miedo. La mujer tenía unos aretes que el no había notado al principio. Esos aretes le eran familiares, demasiado familiares. En su cabeza se le formaban las imagines de su madre usando esos aretes durante la cena y cuando salía para ver su amiga Sofía. Pero esas imagines eran su imaginación o eran recuerdos?
Aretes de una forma particular, pequeños y negros, eran el símbolo de picas de poker con adentro una Q. Rápidamente Pedro salió de su cuarto y fue al de sus padres para revisar las joyas de su mamá. Encontró collares de plata y oro, anillos valiosos y muchos aretes pero ni uno que fuese como el del video. Pedro se calmó y bajó con alivio a la cocina para ver que hacia su mamá.
Ella estaba había apenas salido de la ducha y después de agarrar unas galletas se sacó la toalla y se sentó en el sofá del salón.
-Todo bien mamá?
-Si, nomas estoy cansada por el gimnasio y me duele un poco el cuello, talvez dormí mal.
Teresa mueve su cabeza a un lado y se frota su cuello revelando su oreja izquierda y el arete que llevaba. El corazón de Pedro paró de latir…
“Que patético que soy si me pongo a pensar en quién prefiero que me pegue” pensó Pedrito. En la última semana pero, algo era diferente, no sólo a casa pero también en la escuela. A veces la gente hablaba de él a su espaldas o se reía cuando pasaba por los pasillos pero el no sabía porque. Pedro no se quejaba ya que Marcelo y su banda habían dejado de pegarlo desde 5 días sin contar los Sábados y los Domingos. Lo único que recibía de ellos era insultos y eso podía soportarlo ya que sabía que lo que le decían no era verdad.
Un día se dirigió al puesto de siempre para encontrarse con Juan pero cuando lo vio estaba rodeado por Marcelo y su banda. Lo extraño era que no lo estaban golpeando o insultando; ellos reían. Juan también reía pero la suya era una risa nerviosa, sabía que no era real pero lo mismo le pareció algo raro. El se sentó solo a comer su plátano y su sándwich esperando que terminen con Juan. El los veía desde lejos mientras reían viendo el celular que su amigo tenía en la mano. Casi al terminar del recreo Juan se acerca a él con una mirada preocupada.
-Hola Pedro…como estas?
-Estoy bien Juan y tu?
-Si, yo también…Emm…Dime Pedro, tienes tiempo para hablar un rato?
-Claro que si. Que pasa Juan? Te hicieron algo esos bastardos?
-No…nada, no a mi pero…
Suena el timbre del final del recreo y la profesora Verónica los manda de corrida a la clase. A la salida Juan no estaba afuera de la escuela y así que Pedro decide regresar solo a casa. Apenas cruza la puerta es recibido por el aroma de la rica comida que había preparado su madre.
-Hola mamá.
-Hola Pedrito. Todo bien en la escuela?
-Si…como siempre.
-Muy bien…yyyy…ese Marcelo, te sigue molestando?
-No, mamá. El no me ha tocado desde que fuiste a hablar con el.
-Me alegra mucho Pedrito. Ven come primero que se enfrié.
Su madre, su hermano y el comen el almuerzo como todos los días pero el instinto le decía a Pedro que algo estaba mal. Desde que su madre y su padre habían discutido la noche en la cual ella regresó tarde a casa las cosas entre ellos eran diferentes. Su padre fue el que terminó pidiendo disculpas y su mamá las aceptó pero desde esa vez se comportaba en modo diferente. Normalmente su vestimenta era simple, elegante y conservadora pero ahora usaba ropa más apretada, más corta y maquillaje más fuerte. No sólo era eso, ahora salía con su amiga Sofía de la iglesia como mínimo 3 veces a la semana ya que necesitaba ayuda a causa de sus problemas en su matrimonio.
Obviamente su padre sabía eso y por eso toleraba que llegara tarde a casa pero a él algo no le parecía justo.
-Mamá, como esta Sofía?
-Quien?
-Sofia…tu amiga…todavía no resolvió sus problemas con su marido?
-Ah si! Ella si, digo no. Esta muy triste y confundida la pobrecita.
-Porque?
-Bueno, me contó que su marido no le da atenciones y que aunque sí ella hace todo lo que puede para hacerse ver, el no parece cambiar de actitud. Lo que es peor es que el asta le reclama de como se viste.
-Pero papá también ahora te reclama por como te vistes.
-Si, pero tu padre exajera Pedrito.
-Amm…Osea que Sofía se viste como vos?
-Jajaja. No. Ella se viste mucho más provocante que yo tesoro.
-Provocante?
-Si, provocante, más osada, el echo es que yo y ella nos vestimos muy diferente.
-Ah…ok.
La conversación con su madre le ayudó a hacerse una idea de cómo era Sofía: una mujer ignorada por el marido, que quiere atención y que se viste más provocante que su madre. “Lo siento por ella" pensó Pedro.
Ahora que Pedro estaba solo en su cuarto revisó sus mensajes y entre ellos había uno de Juan. El le pedía si ahora tenía tiempo para conversar. Pedro preocupado por su amigo, especialmente porque no le vio a la salida lo llama.
-Hola, Juan?
-Hola Pedro…Estas solo?
-Emm…Estoy en mi casa con mi madre y mi hermano porque?
-Ve a un puesto donde puedas estar solo.
-Ahora estoy en mi cuarto, pero porque?
-Tengo que enviarte una cosa.
-Ok pero que cosa Juan? Me estás poniendo nervioso.
-Lo siento amigo…es que, no se como decírtelo, solo que...es un video, un video de tu mamá.
Juan le manda ese video y apenas Pedro lo abre se le hiela el sangre en las venas.
-Aah, ah, ah, ah, ah, ah
La mujer en el video porno gritaba cómo una poseída mientras una verga gigante y negra la penetraba por detrás haciendo un vulgar ruido de carne contra carne. Quien hacía el video era el que la follaba y se aseguró de filmar muy bien el culo perfecto y lubrificado de la hembra. Pedro no podía creer a sus ojos. No sabía si llorar, vomitar o gritar de rabia, talvez las tres juntas. La mujer en el video tenía un cuerpo terriblemente erótico, pronunciado por la posición tan vulgar en la que estaba.
-No, no, no…no puede ser.
La puta barata que estaba siendo filmada estaba recibiendo una monumental follada como nunca Pedro había visto en su vida. En pasado el chico había visto algunos videos porno para placar su curiosidad y descubrir con sus ojos de que se trataba. Lo que vio no le gustó mínimante ya que lo vio de muy joven y el recuerdo le quedó imprimido en la mente. Pará él, los actos de depravación en los videos eran asquerosos y inmorales. El sabia que verlos era pecado, como le habían dicho sus padres, pero la curiosidad de la juventud era demasiado fuerte. En los videos las mujeres que estaban “recitando" eran de las más bellas y excitantes que hubiera visto. Ese era el motivo por el cual siguió viéndolos aunque después del trauma del primero. Un par de veces asta se masturbó mientras los veía, acto del cual ahora se avergonzaba mucho. Aunque sí le gustaba mucho ver la belleza de los cuerpos de las mujeres el asco por lo que hacían, como lo hacían y con quien lo hacían fueron demasiado para el. Los hombres en los videos eran tan diferentes a lo que él era. Músculos, tatuados, vulgares y con penes tan grandes que le hacían sentir mal, lo hacían sentir pequeño.
Pero el video que estaba viendo en ese momento era todo de otro nivel. Aunque sí la calidad no era de la mejor, el sexo en ves parecía tan verdadero, rudo y inmoral. El cuerpo de ese hombre negro con la verga más grande de todos los actores porno que vio era espantoso para el. También la mujer en el video era la más bella y puta que vio en su vida, pero lo peor era que tenía algo de familiar.
Ella estaba de espaldas con los cabellos despeinados que le cubrían parte de la cara pero aunque así se parecía demasiado a su adorada madre. Eso es lo que Juan le dijo, que le mandaría un video de su mamá, pero no podía ser posible. Ella nunca haría algo símil, ella nunca traicionaría a su padre, se repetía en su cabeza el pobre Pedro.
De repente Jonás entra en su cuarto jugando con su camión de bomberos juguete.
-Jonás! Que…Afuera ahora mismo!
Su hermano lo ignoró mientras el con sus manos temblantes y nerviosas bajaba el volumen del video.
-Caballito! Estas jugando a caballito!
-Si, Jonás estaba jugando a caballito en el celular.
Pedro dio gracias al cielo por la ingenuidad de su hermano y lo dejó jugar un rato en su cuarto y después que se fue cerró a llave la puerta. El chico tenía mil de pensamientos en la cabeza y ni uno de esos era bueno, así que en medio de su pánico llamó a Juan.
-Hola?
-Juan! Que carajo me mandaste? Estás loco?
-Lo siento Pedro pero pensaba que era justo que supieras, pensaba que era mejor que te enteraras por mi en ves de otra persona.
-Que? Pero de que diablos hablas Juan? No hay razón por la cual me tenias que mandarme esta mierda.
-Pedro, amigo, cálmate. Se que puede ser difícil aceptar la verdad pero…
-Que dices? Que verdad?
-…Tu mamá amigo, tu mamá es la que está en el video con Marcelo.
-Mi ma…con…con Marcelo?...No…Que?
-Lo siento mucho Pedro.
-Ya basta Juan! Porque dices que es mi mamá? Y porque Marcelo?
El pobre Pedro estaba en plena fase de negación. No podía creer que la mujer en el video fuese su madre y peor que el que se la follaba fuese el gran bastardo de Marcelo. Con calma el buen Juan le explicó todo lo que sabia. Ese día, en la escuela fue agarrado por Marcelo y su banda durante el recreo pero en ves de golpearlo o insultarlo simplemente le hicieron ver un video. El pobre Juan que no era religioso como su mejor amigo pero el también se quedó sorprendido cuando vio el video. El joven estaba acostumbrado al porno pero lo que vio en el celular de Marcelo era todo otro nivel. El no sabía porque esos sujetos le mostraron el video pero para evitar las consecuencias de desobedecer se quedó con ellos por casi todo el recreo fingiendo de divertirse y riendo de sus chistes sobre la mujer en cuestión. Fue Marcelo que le reveló a Juan la identidad de la gran puta, como también dijo con orgullo que era el quien se la follaba. El chico había visitado la casa de Pedro varias veces y cuando lo hacía siempre se quedaba maravillado por la belleza de Teresa, la madre de su amigo. El no lo admitió a Pedro pero cuando recibió el video en su celular tubo que masturbarse dos veces seguidas a la vista con el video de la milf, la madre de su amigo Pedro, la musa de sus fantasías eróticas, que estaba siendo follada como una vulgar puta. Por eso se encerró en los baños de la escuela a la hora de salir.
Marcelo fue el que le ordenó a Juan de mostrar el video a Pedro y de decirle quien eran los protagonistas.
-No Juan! Eso no es posible.
-No se que decirte amigo.
-Mi madre es una buena mujer, una madre y una esposa perfecta entiendes? Ella nunca haría semejantes porquerías…especialmente con…con…
-Marcelo?
-Si, el. Ella sabe que cosa me hizo todos estos años. Ella nunca…
-Pedro, lo siento pero tienes que convencerte que…
-Y tu como sabes que es ella? Entonces? Acaso estuviste ahí o te lo dijo ella?
-Fue Marcelo el que me lo dijo Pedro y…
-Desde cuando Marcelo es alguien del cual puedes confiar? Tu sabes como es. El haría cualquier cosa para torturarme.
-Pero…Pedro…el video…se ve su cara.
-Es un video de pésima calidad! No se entiende nada y además podría ser alguien que se le parece o...o talvez el video esta retocado. Si, es eso.
Juan sentía el dolor y la desesperación en la voz de su amigo así que no insistió más.
-Mmm…Talvez, puede ser Pedro. Yo nomas te lo mandé porque fue Marcelo que me lo ordenó amigo. No quería hacerte sentir así.
El buen Juan se quedó al celular con Pedro asta que se calmó por completo. De todos modos Juan admitió que había una posibilidad que su amigo tuviera razón. Marcelo no era un tipo del cual confiar, era verdad que el video era de mala calidad y podía ser verdad que la mujer en ello podría ser una actriz parecida a Teresa. El esperaba que, por el bien de Pedro, fuera verdad.
Después de colgar, Pedro regresó a ver el video asta el final, una y otra vez para asegurarse de que no fuera su madre. Lamentablemente y afortunadamente para el no había nada en el video que aclareciera si esa mujer era en realidad su madre o no. Teresa no tenia tatuajes, marcas, lunares o cicatrices en la piel que podían delatarla, pero también la mujer en el video no tenía nada de eso por lo que se podía ver. Las dos tenían una piel y cuerpo perfecto.
Después de casi una hora revisando el mismo video, Pedro se dio cuenta de algo. El estuvo demasiado focalizado en el cuerpo de la mujer y en las posibles marcas que podía tener, sin calcular la cara. La mujer estaba de espaldas y sólo algunas veces giraba un poco la cabeza para un lado y cuando lo hacía parecía peligrosamente a Teresa, pero no al 100% a causa del cabello despeinado que la cubría. Solo un detalle, solo un minúsculo detalle llenó el cuerpo de Pedro de un gran miedo. La mujer tenía unos aretes que el no había notado al principio. Esos aretes le eran familiares, demasiado familiares. En su cabeza se le formaban las imagines de su madre usando esos aretes durante la cena y cuando salía para ver su amiga Sofía. Pero esas imagines eran su imaginación o eran recuerdos?
Aretes de una forma particular, pequeños y negros, eran el símbolo de picas de poker con adentro una Q. Rápidamente Pedro salió de su cuarto y fue al de sus padres para revisar las joyas de su mamá. Encontró collares de plata y oro, anillos valiosos y muchos aretes pero ni uno que fuese como el del video. Pedro se calmó y bajó con alivio a la cocina para ver que hacia su mamá.
Ella estaba había apenas salido de la ducha y después de agarrar unas galletas se sacó la toalla y se sentó en el sofá del salón.
-Todo bien mamá?
-Si, nomas estoy cansada por el gimnasio y me duele un poco el cuello, talvez dormí mal.
Teresa mueve su cabeza a un lado y se frota su cuello revelando su oreja izquierda y el arete que llevaba. El corazón de Pedro paró de latir…
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